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HORA SANTA 04 de marzo, 2022.

Rectoría de Fátima.
Nos encontramos en el segundo día de cuaresma, y ésta debe ser para nosotros un tiempo
de encuentro con el Señor, de poner nuestra vida en su presencia y de dejarnos transformar
por su gracia. En esta noche delante de Jesús -presente en la Sagrada Hostia- queremos
adorarle por su infinita misericordia, pues no se cansa de perdonarnos, y queremos también
darle gracias por estar siempre llamándonos hacia sí, por darnos la oportunidad de
volvernos a Él. El recuerdo de su pasión ha de llevarnos al reconocimiento de nuestros
pecados y a la conversión. TODO LO HA SUFRIDO POR MÍ.
Señor que en tu infinita misericordia nos invitas a todos a inclinar la cabeza en señal de
humildad y a pedir perdón por nuestros pecados, recordándonos que en pena de nuestras
culpas un día volveremos al polvo, concédenos abrir nuestros corazones al arrepentimiento
y a la esperanza. Que este tiempo de Cuaresma nos prepara para la celebración del
misterio pascual en el cual Cristo salva al hombre del pecado y a la muerte eterna y
transforma la muerte corporal en un paso a la vida verdadera, a la comunión beatificante y
eterna con Dios. Amén.
Canto La Cruz
https://www.youtube.com/watch?v=CRhJVtrnudU&list=PLGS3h2jcoeuLoJhCGmMzYiM5P
SU21P7Fv&index=15

Lectura del libro del Profeta Joel 2, 12-18


Esto dice el Señor: “todavía es tiempo. Conviértanse a mí de todo corazón, con ayunos,
con lágrimas y llanto; enluten su corazón y no sus vestidos. Vuélvanse al Señor Dios
nuestro, porque es compasivo y misericordioso, lento a la cólera, rico en clemencia y se
conmueve ante la desgracia. Quizá se arrepienta, se compadezca de nosotros y nos deje
una bendición, que haga posibles las ofrendas y libaciones al Señor, nuestro Dios.
Toquen la trompeta en Sion, promulguen un ayuno, convoquen la asamblea reúnan al
pueblo, santifiquen la reunión, junten a los ancianos, convoquen a los niños, aún a los niños
de pecho. Que el recién casado deje su alcoba y su tálamo la recién casada.
Entre el vestíbulo y el altar lloren los sacerdotes, ministros del Señor, diciendo “Perdona,
Señor, perdona a tu pueblo. No entregues tu heredad a la burla de las naciones. Que no
digan los paganos: ¿Dónde está el Dios de Israel?” Y el Señor se llenó de celo por su tierra
y tuvo piedad de su pueblo.
Palabra de Dios.
Silencio
Esto dice el Señor: Convertíos a mí de todo corazón. El elemento esencial de la conversión
es en verdad la contrición del corazón, un corazón roto, golpeado por el arrepentimiento de
los pecados. Este arrepentimiento sincero incluye de hecho el deseo de cambiar de vida e
impulsa a ese cambio real y práctico. Nadie está libre de este empeño: todo hombre aun el
más virtuoso, tiene necesidad de convertirse, es decir, volver a Dios con más plenitud y
fervor, venciendo aquellas debilidades y flaquezas que disminuyen nuestra orientación total
hacia Él.
La cuaresma es precisamente el tiempo clásico de esta renovación espiritual “Ahora es el
tiempo propicio, ahora es el tiempo de la salvación personal. “Os pedimos en nombre de
Cristo, reconciliaos con Dios, insiste el Apóstol y añade: “Os exhortamos a no recibir en
vano la gracia de Dios. No solo el que está en pecado mortal tiene necesidad de esta
reconciliación con el Señor, toda falta de generosidad, de fidelidad a la gracia impide la
amistad intima con Dios, enfría las relaciones con él, es un rechazo de su amor y por lo
tanto exige arrepentimiento, conversión, reconciliación.
Un vaso nuevo
https://www.youtube.com/watch?v=rj9S1gtFqRY&list=PLGS3h2jcoeuLwRjXkDPjm9veOG
Wn3Zp3U&index=2

Misericordia Dios mío por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa
Lava del todo mis delitos Señor y límpiame de mi pecado
Pues yo reconozco ante ti mi culpa, presente tengo siempre mi pecado
Contra ti, contra ti solo peque Señor, cometí la maldad que aborreces.
Mira que soy débil que no puedo cambiar, vuélveme hacia ti de todo corazón
Y que con tu gracia podré yo vencer, ven pronto levántame Señor.
Te gusta un corazón limpio y sincero, me inculcas sabiduría en mi interior
Rocíame con el hisopo y limpio quedare y más blanco que la nieve
Oh Dios crea en mi un corazón puro, renuévame con espíritu firme
No me arrojes lejos de tu rostro no me quites tu Santo Espíritu
Devuélveme la alegría de mi salvación. Amén.

En Silencio hagamos personalmente una oración por las siguientes intenciones:


Pidamos por la conversión de todos los pecadores.
Oremos para que tengamos un corazón limpio siempre.
Pidamos ser unos enamorados de la Palabra de Dios y de la oración.
Pidamos a Dios pureza para vivir a plenitud el misterio Pascual.
Oremos para que nuestros corazones sirvan solo a Dios con todo el corazón.

Misericordia (salmo 50)


https://www.youtube.com/watch?v=QJdgYRwaC4Q

Destinemos también un momento para orar por la paz, pidiendo a Dios el don de la paz
para el mundo entero: lo hacemos con confianza y perseverancia, pues Jesús nos dijo:
«Pidan y se les dará; busquen y hallarán, llamen y se les abrirá. Porque todo el que pide,
recibe; el que busca, halla; y al que llama se le abre... Si, ustedes, siendo malos, saben dar
cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más su padre que está en los cielos dará cosas buenas
a los que se las piden!» (Mt 7, 7-11). Vamos a orar delante del Señor, presente en el
Santísimo sacramento. El trajo la paz de Dios a los hombres y es el príncipe de la paz. La
contemplación estará acompañada por la escucha de la Palabra de Dios y la palabra de su
Iglesia. Rezaremos con la palabra y también con el silencio de nuestros corazones.
Canto Hazme un instrumento de tu paz https://www.youtube.com/watch?v=SVQJ35JDmNQ
Señor, Jesús, sabemos que la paz es don de Dios y en él tiene su origen, ¿dónde podemos
buscarla y ¿Cómo podemos construirla sino en una relación íntima y profunda con él? Tú
nos llamas a edificar la paz en el orden, en la justicia y en la libertad, esto exige el
compromiso prioritario de la oración, que es apertura, escucha, diálogo y en unión definitiva
con Dios, fuente primordial de la paz auténtica. Orar no significa evadirse de la historia y de
los problemas que ésta presenta. Al contrario, significa optar por afrontar una realidad no
solos, sino con la fuerza que procede de lo alto, la fuerza de la verdad y del amor cuya
última fuente es Dios. El hombre religioso, ante las asechanzas del mal, sabe que puede
contar con Dios, absoluta voluntad de bien; sabe que puede orar a él para obtener el valor
de afrontar las dificultades, incluso las más recias, con responsabilidad personal, sin ceder
ante fatalismos o reacciones impulsivas. Adoremos al Señor puestos de rodillas, quienes
puedan, quienes no, tomamos una postura de respeto.
silencio
Este es el proyecto de Dios: «Forjarán de sus espadas arados, y de sus lanzas, podaderas.
No levantará la espada pueblo contra pueblo, no se adiestrarán más para la guerra» (Is
2,4).
silencio
conservamos la unidad que el Maestro nos mandó; donde hay guerra que haya paz, donde
hay odio que haya amor.
Silencio
Señor: Que tu voz resuene en el corazón de todos los hombres y mujeres, cuando los llames
a seguir el camino de reconciliación y paz, y a ser misericordiosos como tú. Señor, tú diriges
palabras de paz a tu pueblo y a todos los que se convierten a ti de corazón. Te pedimos por
los pueblos en guerra. Ayúdales a derribar las barreras de la hostilidad y de la división y a
construir juntos un mundo de justicia y solidaridad.
Silencio
Señor, tú creas cielos nuevos y una tierra nueva. Te encomendamos a todas las personas
que se encuentran actualmente en países en donde la guerra armada está latente. Dales
el consuelo en medio de la desesperación y la pérdida, y para sus cuerpos haz llegar el
alimento para que puedan mantenerse salvos. No dejes sin arrepentimiento al pecador y
sin tu caricia al agonizante. Libra de toda maldad y deseos de venganza a los de corazón
recto, que la desesperación no los orille a generar más actos de violencia. Te pedimos por
las autoridades civiles de esta región, para que actúen con sabiduría y frenen la ejecución
de las armas. Guía sus pasos en la verdad y en el amor. Haz que sean uno, como tú eres
uno con el Hijo y el Espíritu Santo. Que testimonien la paz que supera todo conocimiento y
la luz que triunfa sobre las tinieblas de la hostilidad, del pecado y de la muerte. Que, con un
solo corazón y una sola mente, trabajen para que todo el mundo sea una verdadera casa
para todos sus pueblos. ¡Paz! ¡Paz! ¡Paz! Amén.
Yo creo en ti Señor, pero aumenta mi fe
https://www.youtube.com/watch?v=ZIdNSFqSc7E&list=PLGS3h2jcoeuLoJhCGmMzYiM5P
SU21P7Fv&index=49
Necesitamos de Ti Necesitamos de Ti, de Ti solamente, y de nadie más. Solamente Tú,
que nos amas, puedes sentir por todos nosotros que sufrimos, la compasión que cada uno
siente en relación consigo mismo. Sólo Tú puedes medir qué grande, qué
inconmensurablemente grande es la necesidad que hay de Ti en este mundo, en esta hora.
Todos necesitan de Ti, también aquellos que no lo saben, y éstos necesitan bastante más
que los que lo saben.
El hambriento piensa que debe buscar pan y, mientras tanto, tiene hambre de Ti. El sediento
juzga necesitar agua, mientras siente sed de Ti. El enfermo se ilusiona en desear salud; su
verdadero mal, sin embargo, es la ausencia de Ti. Quien busca la belleza del mundo, sin
darse cuenta te busca a Ti, que eres la belleza plena. El que en sus pensamientos busca
la verdad, sin darse cuenta te desea a Ti, que eres la única verdad digna de ser conocida.
El que se esfuerza por conseguir la paz, está buscándote a Ti, Única Paz donde pueden
descansar los corazones inquietos. Ellos te llaman sin saber que te llaman, y su grito es,
misteriosamente, más doloroso que el nuestro. Te necesitamos. Ven, Señor.
Acto para desagraviar el Sagrado Corazón de Jesús
Oh Corazón clementísimo de Jesús, divino propiciatorio, por el cual prometió el Eterno
Padre que oiría siempre nuestras oraciones: yo me uno con vos para ofrecer a vuestro
Eterno Padre este mi pobre y mezquino corazón, contrito y humillado en su divino
acatamiento, y deseoso de reparar cumplidamente sus ofensas, en especial las que vos
recibís de continuo en la Eucaristía, y señaladamente las que yo, por mi desgracia, también
he cometido.
Quisiera, divino Corazón, lavar con lágrimas y borrar con sangre de mis venas las
ingratitudes con que todos hemos pagado vuestro tierno amor. Junto mi dolor, aunque tan
leve, con aquella angustia mortal que os hizo en el huerto sudar sangre a la sola memoria
de nuestros pecados. Ofrecédselo, Señor, a vuestro Eterno Padre, unido con vuestro
amabilísimo Corazón.
Dadle infinitas gracias por los grandes beneficios que nos hace continuamente, y supla con
vuestro amor nuestra ingratitud y olvido. Concededme la gracia de presentarme siempre
con gran veneración ante el acatamiento de vuestra divina Majestad, para resarcir de algún
modo las irreverencias y ultrajes que en vuestra presencia me atreví a cometer, y que de
hoy en adelante me ocupe con todo mi conato en atraer con palabras y ejemplos muchas
almas que os conozcan y gocen de las delicias de vuestro Corazón.
Desde este momento me ofrezco y dedico del todo a dilatar la gloria de este sacratísimo y
dulcísimo Corazón. Le elijo como el blanco de todos mis afectos y deseos, y desde ahora
para siempre constituyo en él mi perpetua morada, reconociéndole, adorándole y amándole
con todas mis ansias, como que es el Corazón de mi amabilísimo Jesús, de mi Rey y
soberano dueño, Esposo de mi alma, Pastor y Maestro, verdadero Amigo, amoroso Padre,
Guía segura, firmísimo Amparo y Bienaventuranza. Amén.
Canto Yo confío en ti
https://www.youtube.com/watch?v=ZK-
9Ue4rzD0&list=PLGS3h2jcoeuLoJhCGmMzYiM5PSU21P7Fv&index=4&t=178s

Peticiones.

Bendición.

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