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Price
El Dr. Price fue dentista al principio del siglo XX. En su consulta, él fue
testigo de la degeneración de la salud humana; observó que la segunda generación de
sus pacientes era menos saludables que sus papás (la primera generación) tanto en
salud dental como física.
La primera parada del Dr. Price en su tour global fue los Alpes Suizos. Ahora,
vamos a explorar con él la costa, la sierra, y la selva Peruana.
En el primero de estos dos capítulos, él Dr. Price nos habla de las antiguas
civilizaciones de Perú mientras que el segundo capítulo está enfocado en los
peruanos que vivían en los tiempos cuando hacía Dr. Price sus estudios, los años
treinta.
En su introducción del Perú, el Dr. Price nos cuenta que la costa peruana tenía una
enorme abundancia de vida marina para el consumo humano. Es una de las razones
principales del por qué las culturas pre-incaicas decidieron asentarse en la costa,
un terreno que a primera vista parece demasiado seca para sostener civilización.
Escribe el Dr. Price que la Corriente de Humboldt, trae agua del sur a lo largo de
la costa oeste de América Latina, y que “probablemente son muy pocos los lugares
del mundo que proveen un suministro tan inagotable de vida marina como lo de este
área” (194).
Del océano Pacífico moviéndonos hacia el este sobre el desierto, nos encontramos
con la Cordillera Negra de los Andes, la que tiene las montañas negras al no
recibir mucha lluvia.
Luego, al movernos al este, cruzamos una meseta de 50 a 200 millas de ancho antes
de encontrarnos con la Cordillera Blanca de los majestuosos Andes. La Cordillera
Blanca tiene montañas nevadas. Las cuestas orientales de las montañas blancas, se
convierten en los inicios del Amazonas, lo cual extiende mucho mas allá que las
actuales fronteras peruanas.
Con esta información geográfica, podemos concluir que el Perú es un país
maravillosamente diverso con desiertos áridos, selvas lujosas, y montañas
majestuosas cubiertas en blanco. El clima y la geografía, distintos en cada
región, han hecho que las dietas tradicionales y los estilos de vida desde los
tiempos antiguos hasta la modernidad, también varían mucho dependiendo de la
ubicación de la gente.
Primer capítulo en Nutrition and Physical Degeneration sobre Perú: las culturas
antiguas
En la costa, las culturas pre-incaicas como la Nazca y el Chimu, dependían mucho de
los mariscos como alimento básico de su dieta. Complementaban la dieta de mariscos
con plantas. Para poder sembrar cultivos en la costa tan seca, construyeron
acueductos que corrían muchos kilómetros desde las montañas hasta el océano
trayéndose con ellos agua dulce (194). El diseño y el largo de estos acueductos
sobre terreno tan escabroso siempre ha sido “un tema de asombro para los ingenieros
modernos” (203).
Esta estadística impresionante del buen desarrollo de la forma humana hizo que el
Dr. Price concluyera que las antiguas culturas peruanas fueron “evidencia de un
sistema de vivir que está muy de acuerdo con las leyes fundamentales de la
Naturaleza acera de la reproducción” (203), y que el estudiar de estas culturas nos
daría una mejor idea de cómo mejorar la dieta moderna para asegurar la
supervivencia de la raza humana.
En su descripción del famoso imperio de los Inca con su centro en la ciudad andina
de Cusco, el Dr. Price escribió que“Es probable que pocas culturas del mundo, si es
que alguna, de las antiguas o modernas, hayan alcanzado una organización social más
perfecta que la alcanzada por la cultura Inca.”(208).
Los alimentos tradicionales que dieron esa gente andina su admirable fuerza
incluían (213, 237)…..
La gente costeña:
En la costa, el Dr. Price encontró una aldea de peruanos que afirmaban ser
descendientes directos de la civilización Chimu. Notó su “fino desarrollo físico,
la anchura de sus arcos dentales, y la regularidad de sus rasgos faciales” lo cual
fue muy distinto a la estructura y la salud de los peruanos modernos que comían los
alimentos procesados de azúcar y harina (205). Al contrario, los Chimu modernos
dependían mayormente de los mariscos y pescado para alimentarse a ellos y a sus
familias. Fue la abundante vida marina que proveyó la nutrición necesaria para
mantener una población próspera, incluso hasta los tiempos modernos.
En las montañas del Valle, había mucho sol, incluso en el invierno, y por eso había
“tierra para pastorear los animales durante el año entero” (214). A diferencia de
los habitantes de otras grandes montañas del mundo como los de Tibet y Suiza, los
aldeanos Andinos no criaban animales para su leche (222). Sin embargo, los
animales eran importantes como porteadores (especialmente los llama) y también para
proveer su lana para la vestimenta necesaria para calentar la gente en las noches
tan frías. La carne de los llama y alpaca fue consumida también y preservada como
charqui (carne seca), un buen alimento para los viajes largos por el imperio.
El Dr. Price pudo contactarse con grupos aislados de aldeanos quienes bajaban los
domingos de sus aldeas escondidas en las montañas para comercializar su productos
(215). En un estudio que hizo él, al examinar veinte-cinco individuos de la misma
aldea, no encontró NI UN SOLO diente afectado por caries (216).
Hoy en día, no es así. He pasado mucho tiempo en el Valle Sagrado y es MUY común
ver a la gente con un montón de caries o incluso gente joven que ya no tienen
dientes. Nosotros del “primer mundo” tendríamos el mismo problema si no fuera por
la tecnología moderna que esconde la gravedad del problema de la degradación de la
salud humana (acuérdate que la salud de la boca es un reflejo de la salud del
organismo entero y que una caries es una enfermedad).
No solamente disfrutaba de una salud dental óptima sino también esa gente indígena
comiendo su dieta tradicional disfrutaba de una forma física espléndida, incluyendo
sus pechos anchos que dejaban espacio para el buen desarrollo pulmonar, importante
cuando uno vive en las alturas de más de 3,000 metros (218).
Igual que los demás países y comunidades en los que hacía sus estudios, el Dr Price
observó el mismo patrón en la selva; que la gente que comía su dieta tradicional
disfrutaba de una mejor salud, tanto dental como física, que los que comían
alimentos procesados de la modernidad (225). Las fotos que aparecen en su libro de
estos dos grupos de gente son particularmente impresionantes. En las fotos del
grupo tradicional, se ve sus rostros lo suficientemente anchos para que les cupiera
sus dientes sin caries mientras el grupo modernizado (más que todo los que vivían
en las misiones religiosas) tiene los rostros más angostos con los dientes
amontonados y con muchas caries.
Hoy hay un movimiento, que está creciendo rápidamente, de gente que recuerda y
reconoce la sabiduría tradicional. ¡Que siga creciendo este movimiento! No podemos
perder estas joyas de la humanidad. Estoy muy agradecida al Dr. Price por su
compromiso en estudiar la sabiduría de la gente que venía antes de nosotros. Rezo
que todos nos comprometamos a seguir recordando su sabiduría y compartirla con
otros para que el Planeta entero pueda sanarse.