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Un rosal bien formado

Si la mayoría de los brotes de rosas aparecen hacia una dirección puedes


colocar la planta en el hoyo de plantación de manera que el lado opuesto
pueda brotar mirando hacia el norte. Este truco te ayudará a producir un
hueco en forma de arbusto y la rosa madurará mejor. Habrá más sol para la
planta en esta posición y esto estimulará que la planta y las flores también
crezcan por el otro lado.

Mantener las raíces húmedas

Recuerda que mantener las raíces no es lo mismo que mantener las hojas. Lo
que debe estar húmedo son las raíces, pero no las hojas. esto ayudará a
retener el agua de alrededor de las raíces de una rosa. En un clima cálido
y seco, las rosas necesitan un poco más de agua a la semana, ya sea de una
manguera o de la lluvia. Si mojas el follaje de los rosales podrías provocar
que las hojas enfermaran por culpa de los hongos y que el rosal se muriera.

Ofrece té a tus rosas

Igual te suena un poco raro, pero tiene mucho más sentido de lo que te
imaginas. Si quieres que tus rosales crezcan con mayor energía y que lo
hagan más rápido incluso en verano, sólo tendrás que poner algunas bolsas
de té debajo del mantillo. Cuando riegues las plantas, los nutrientes de
las bolsas de té se traspasarán hacia el suelo y estimularán el crecimiento
de las rosas. A las rosas les encanta el ácido tánico del té.

Mejor con sol

A las rosas les encanta el sol y su energía es lo que les ayudará a


mantenerse fuertes y a crecer saludablemente. Lo ideal es que las rosas
puedan disfrutar de por lo menos seis horas de sol diarias.

Mantener más tiempo en flor

Si quieres estimular el continuo florecimiento de las flores de las rosas


durante todo el verano, deberás empapar las raíces de cada arbusto con dos
o cuatro cucharadas de levadura de cerveza disueltos en dos litros de agua.
Esto deberás hacerlo justo después de la primera floración.

Cura sus enfermedades con bicarbonato de sodio

A la primera señal de que las rosas tienen enfermedades en las hojas,


deberás evitar que las demás hojas se contagien y protegerlas rociando las
hojas con una solución de bicarbonato de sodio. Tendrás que mezclar dos
cucharadas pequeñas de bicarbonato de sodio y unas gotas de jabón líquido
con un poco de agua. Deberás pulverizar todo el arbusto con la mezcla y
aplicar este método a cada cinco días hasta que las manchas desaparezcan.

Los rosales adoran el sol y suelos con buen contenido de materia orgánica
que retengan humedad pero que a la vez sean muy permeables. Se dice que lo
que hay bajo la planta es lo que se refleja arriba.
Luz solar: Hay que asegurarse que no esté expuesta constantemente a los
rayos del sol ya que podrían secarla e incluso quemar sus hojas y su tallo,
con tres o cuatro horas será
suficiente.

Regado: Es imprescindible que la tierra se mantenga húmeda. Para ello lo


más recomendable es regar el rosal aproximadamente cada 3 días si está en
un maceta y si no cada 6 días. Es importante no mojar nunca las hojas o
pétalos a lo largo del día ya que se podrían quemar con el reflejo de la
luz solar.

Drenaje: Hay que evitar que el agua se acumule pudiendo provocar la asfixia
de las raíces. Para ello, es fundamental asegurarse de que el rosal cuenta
con un buen drenaje.

El crecimiento y fortaleza que logren de las raíces siempre depende del


suelo.

En estos días de verano, un riego moderado en la base es ideal para la


planta y para conseguir una floración más duradera.

Sin embargo, entre tanta variedad hay rosas que florean durante todo el
año mientras que hay otras que tienen un pico de floración en una época
particular del año, así que no se desanime si sus rosas no siempre están
con flor.

Si algo agradece la planta de rosa es una buena poda. Dicen los expertos
en rosas que nunca han visto sufrir los rosales por exceso de poda.

Corte todos los tallos florales pasados hasta una altura donde el tallo
esté fuerte para dar nuevos botones florales. Use unas tijeras bien afiladas
para que no rasgue, haga un corte de 45 grados cerca de un nudo o yema que
se encuentre "viendo" hacia afuera de la planta, no hacia el centro de la
misma para que los nuevos crecimientos sean hacia fuera y no se encuentren.

La poda le da la oportunidad de darle una buena forma a la planta.

Cada corte estimula nuevo crecimiento, ayuda a prevenir que se propague


una enfermedad al cortar las partes enfermas y es, además, la manera de
revitalizar un viejo arbusto.

Podar: Existen dos tipos de poda: la de formación que permite que la planta
crezca correctamente y la fitosanitaria que ayuda a limpiarla de plagas y
enfermedades. Ambas son importantes y deben realizarse durante el invierno.

Cómo podar un rosal, paso a paso.

Paso 1
Repasa el rosal cortando alrededor de un tercio de la longitud de las ramas
superiores. Corta todas las flores y las hojas que queden. Retira todos
los retoños (crecimiento del sistema radicular por debajo del injerto).
Esto hace que la rosa sea más accesible para un seguimiento detallado de
la poda.
Paso 2
A continuación, retira cualquier brote delgado, ramas secas o leñosas de
color gris o muy viejas, cortando todo este crecimiento no deseado por
debajo de donde comienza. Si es necesario, utiliza la sierra de podar para
cortar tallos gruesos.

Paso 3
Selecciona tres o cinco ramas verdes, sanas y vigorosas, que conformarán
en marco para el crecimiento de la próxima temporada. Eliminar los demás
tallos y luego se corta de nuevo las ramas que has seleccionado dejando la
yema orientada hacia fuera. Un brote hacia afuera se selecciona para
fomentar el crecimiento de distancia desde el centro de la planta

Paso 4
Retira todos los restos de poda, incluyendo las hojas caídas y las flores
de comienzos de año. Rocía el rosal ya podado y el suelo con sulfuro de
cal para controlar las plagas y enfermedades, como el punto negro.
La pulverización se hace inmediatamente después de la poda ya que, si se
deja para más adelante, su efecto quemará los nuevos brotes.

Paso 5
Con la poda y la pulverización completa, es el momento de renovar el abono
alrededor del rosal, con una capa de al menos 5 cm de materia orgánica,
como compost o estiércol. Riégalo bien la base cuando comience de nuevo el
crecimiento.

Las rosas también agradecen un programa frecuente de fertilización. Es


bueno abonar, sea con abono del tipo orgánico como el mulch, o bien con
fórmulas químicas, a la entrada y la salida de las lluvias.

En este momento es bueno una formula balanceada de N, P, K como 10-10-10


, mientras que antes de la floración aplique fertilizantes altos N.

Sembrar plantas compañeras alrededor de las rosas como los ajillos, romero,
salvia y tomillo no sólo repele los áfidos, sino que aromatiza aún más el
jardín. Así que para plantas sanas lo mejor es sembrar variedades fuertes
en un buen suelo y podarlas con frecuencia.

Más rosales: Para conseguir más rosales se pueden utilizar las semillas
durante otoño o se puede utilizar parte de su tallo. En este último caso
se cortará un esqueje, se le quitarán todas las hojas y se plantará
directamente en el suelo. Nunca está de más ponerlo antes en remojo durante
toda la noche con un poco de hormonas de crecimiento.

Preparación de la tierra: lo hacen en creciente, porque la tierra está más


suelta debido a que el agua fluye hacia arriba y el terreno queda mejor
preparado, se considera que los agricultores riegan por aspersión; para
los agricultores que riegan por gravedad se sugiere preparar en menguante
debido a que el agua fluye hacia abajo.
Siembra: sí la parte a cosechar estará sobre la superficie de la tierra,
se debe sembrar en creciente o llena, con la finalidad que la savia de la
planta se desplaza desde abajo hacia arriba y acelera los procesos
fisiológicos de la planta y la misma crezca con rapidez, escollé; debido a
la influencia de la luna la luz nocturna va en ascenso.

Trasplante: Cuando se hace el trasplante en este período (en creciente o


llena) las plantas tienden a crecer rápido y a producir mucho follaje.

Siembra sí la parte a cosechar está por debajo de la tierra, se debe sembrar


en luna Nueva y Menguante con la finalidad que la savia de la planta, se
desplaza de arriba hacia abajo y retarda los procesos fisiológicos de la
planta y tenga un crecimiento balanceado, se considera que este es un
período de poco o muy poco crecimiento.

Trasplante: Cuando se hace el trasplante en este período (luna Nueva y


Menguante), las plantas tienden a crecer lento produce poco follaje, casi
de reposo, las plantas se pueden adaptar fácilmente al medio sin sufrir
ningún daño debido a la influencia de la luna la luz nocturna va en
descenso.

La fertilización: se hace en la fase lunar que corresponda de acuerdo al


manejo agronómico del cultivo, si está sobre la superficie de la tierra,
se debe fertilizar en las fases lunares de Creciente o Llena, con la
finalidad que el fertilizante fluya en forma, rápida y por el movimiento
de savia, se desplaza hacia arriba y acelera los procesos fisiológicos de
la misma, si está bajo la superficie de la tierra, se debe fertilizar en
las fase lunares Menguante o Nueva, con la finalidad que el fertilizante
fluya en forma, rápida y la savia de la planta se desplaza hacia abajo y
acelera los procesos fisiológicos de la misma.

En la floración, si coincide con la fase lunar (Creciente o Llena), será


susceptible al ataque de insectos, hongos, bacterias, la savia de la planta
se desplaza hacia arriba y los insectos son atraídos por lo dulce del
polen. En la fase de floración si coincide con la fase lunar (Menguante o
Nueva), será resistente al ataque de insectos, la savia de la planta se
desplaza hacia abajo y no hay atracción de los insectos plagas.
La cosecha es dependiente del destino de la misma: Semilla o Consumo.
Cosecha para Semilla: si la parte a cosechar, se destinara para semilla,
se debe cosechar en la fase lunares (Menguante o Nueva), con la finalidad
que el producto.

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