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Mensaje # 1: 06 de abril de 2022

Marcos 14:3-9 3 Pero estando él en Betania, en casa de Simón el leproso, y sentado a la


mesa, vino una mujer con un vaso de alabastro de perfume de nardo puro de mucho precio; y
quebrando el vaso de alabastro, se lo derramó sobre su cabeza. 4 Y hubo algunos que se
enojaron dentro de sí, y dijeron: ¿Para qué se ha hecho este desperdicio de perfume? 5 Porque
podía haberse vendido por más de trescientos denarios, y haberse dado a los pobres. Y
murmuraban contra ella. 6 Pero Jesús dijo: Dejadla, ¿por qué la molestáis? Buena obra me ha
hecho. 7 Siempre tendréis a los pobres con vosotros, y cuando queráis les podréis hacer bien;
pero a mí no siempre me tendréis. 8 Esta ha hecho lo que podía; porque se ha anticipado a
ungir mi cuerpo para la sepultura. 9 De cierto os digo que dondequiera que se predique este
evangelio, en todo el mundo, también se contará lo que esta ha hecho, para memoria de ella.

a. La fe de una resurrección

La mujer del vaso de alabastro de perfume de nardo puro es María, la hermana de Lázaro,
quien ungió a Jesús antes de su sepultura, lo que no era tradicional. Dicha unción, se hacía
generalmente después de la muerte, sin embargo, ella lo hizo antes para dar testimonio de la
resurrección de Jesús. Ella fue la única que creyó en la resurrección antes del hecho. Su
ofrenda era señal de que había creído en todo lo que se encuentra escrito.

b. La decisión de María

Aquella decisión está presente en cada momento. A diario se escuchan millones de personas
decir lo que dijeron los discípulos: ¿Por qué llevar dinero a la iglesia cuando puede ser dado a
los pobres? La Palabra de Dios responde. Los pobres no dejarán de ser pobres con una
ofrenda. Sin embargo, el Reino de los cielos transformará a los pobres que se acerquen a
Cristo para siempre. Si alguien desea dar de comer a los pobres, será recompensado, pero no
indica que por dar de comer a ellos, podrá olvidar el resto de las Escrituras que dicen que se
debe honrar a Dios.

c. Memoria de la mujer

Jesús dijo de la mujer de Betania que lo había ungido antes de su muerte “En todo el mundo,
también se contará lo que ésta ha hecho, para memoria de ella” (Marcos 14:9) Ella creyó en
la resurrección de Jesús y decidió adorar a Jesús colocando la ofrenda en el lugar que Dios le
decía que lo hiciera.

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