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RESEÑA

Cury, A. (2009). Hijos brillantes, alumnos fascinantes. Bogotá, Colombia: Zenith/Planeta.

Augusto Cury, autor del libro “Hijos brillantes, alumnos fascinantes”, es un Médico psiquiatra,
profesor y escritor nacido el 2 de octubre de 1958 en Brasil. Es conocido por su labor divulgativa
y sus numerosos libros de Psicopedagogía y psicología preventiva, dedicados, en su mayoría, a
las personas que deseen mejorar su calidad de vida. Es considerado el autor más leído de Brasil
de los últimos diez años, con más de veinte millones de ejemplares vendidos solo en su país. Es
director de la “Academia de Inteligencia” en el interior rural del estado de São Paulo, un centro
académico sobre “psicología preventiva” para maestros y profesionales de la salud mental, entre
otros.
Hijos brillantes, alumnos fascinantes, parte de una necesidad y el deseo del autor de despertar
la conciencia de los jóvenes y adultos de la sociedad actual, sugestionados por la influencia de un
sistema que promueve al consumismo, y que trata de moldear a un ser que se adapte a su
régimen; un sistema que parece no tener el menor interés en desarrollar el sentido de la crítica, en
una generación precipitada que busca tenerlo todo al instante y sin hacer mayor esfuerzo para
conseguirlo.
Este libro inicia con un prólogo en el que se dan a conocer las razones por las que fue escrito.
En él, el autor expresa que, dado el placer que causan las aventuras a los jóvenes, el libro fue
escrito como una obra de ficción, donde aparecen historias de jóvenes y adultos heridos por la
vida, rechazados y desacreditados socialmente, cargados de conflictos; pero que, a pesar de todo
encontraron fuerza en la fragilidad y dignidad en el dolor (pág. 11).
Después del prólogo el libro se divide en dos partes: En la primera parte, aparecen cuatro
capítulos, en ellos se cuenta la historia de una escuela llamada “la escuela de las pesadillas”,
convertida en un caos, carente de disciplina, donde los estudiantes no querían estar y mucho
menos, aprender. Un verdadero infierno para sus miembros. Un profesor de física que había sido
amenazado de muerte, tuvo que dejar esta escuela, y en su remplazo contrataron a un nuevo
profesor llamado Romanov. Todos pensaban que sería igual que con los demás, que no duraría ni
una semana de trabajo, pero éste, aparte de sus conocimientos sobre física, traía consigo mucha
experiencia, una serie de vivencias y enseñanzas que junto con su actitud formaban una valiosa
estrategia con la cual, a pesar de lo difícil que era llegar a esos chicos y de su apatía por el
aprendizaje, fue poco a poco generando el cambio (Pág. 51).
En la segunda parte, encontramos el primer capítulo (Los buenos alumnos aprenden las
matemáticas numéricas. Los alumnos fascinantes aprenden las matemáticas emocionales) en él se
relatan sucesos trascendentales de la vida de Pedro y Jeferson, alumno y maestro de la escuela.
En el segundo capítulo (Los buenos alumnos son repetidores de información. Los alumnos
fascinantes son pensadores), habla de cómo Julio Cesar, profesor de lengua, Romanov, Jeferson y
otros profesores hallan la explicación a los problemas de ansiedad, falta de atención y agresividad
de los alumnos: el SPA, síndrome del pensamiento acelerado. Producto de la influencia del
sistema social en la realización de los sucesos de la vida en las sociedades y de la cantidad de
información que éste ofrece, que obliga a los alumnos a pensar en decenas de cosas en pequeños
intervalos de tiempo. De cómo esta influencia actúa directamente en la mente humana y modifica
la velocidad del pensamiento y emociones (pág. 120) esto desarrollaba una serie de dolencias
físicas y traumas que se ven reflejados en la actitud, en la apariencia y en las relaciones
interpersonales de los estudiantes y los profesores, que algunas veces culpaban a los estudiantes
de tamaña agitación, desconociendo que el sistema social era el verdadero culpable.
El tercer capítulo (los buenos alumnos esconden determinadas intensiones. Los alumnos
fascinantes son transparentes), habla acerca del valor de la honestidad y la transparencia a través
de la historia, contada por Sofía, profesora de filosofía, sobre un príncipe que un día decidido
encontrar su compañera, convocó a todas las jóvenes que deseaban la corona y entregó a cada
una, una semilla, para que la plantaran y presentaran ante él las flores más bellas de todas.
El capítulo cuatro (Los buenos alumnos se preparan para recibir un diploma. Los alumnos
fascinantes se preparan para la vida ), cuenta como Ronaldo, un estudiante de buena posición
económica que rechazaba las enseñanzas del equipo de profesores, se enfrenta en un futuro a un
declive tanto económico como personal, frustrado y sin empleo, se encuentra, un día, un anuncio
de trabajo en una empresa, que para su sorpresa termina siendo la empresa de su compañero
Pablo, aquel del que se burló y pisoteo durante la escuela, Pablo comprendía las enseñanzas de
los profesores, y las puso más en práctica, después de recibir, del profesor Romanov, un libro que
aportó grandes cambios positivos a su vida.
Hijos brillantes, alumnos fascinantes es un libro recomendable para estudiantes, profesores y,
sobre todo, para aquellas personas que desean mejorar su calidad de vida, sus relaciones
personales y su actitud ante la vida, desarrollando positivismo y el tan importante sentido de la
crítica, necesario en una sociedad severamente influenciada por el sistema.

Reseñador: María Rosa Jiménez Rodríguez.

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