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BUENAS NOCHES, GORILA

PEGGY RATHMANN

EDICIONES EKARÉ

Comienza a anochecer en el zoológico. El guarda se va despidiendo uno a uno de todos los


animales: “Buenas noches, Gorila”, “Buenas noches, Elefante”,… Sin embargo, lo que él no
sabe –pero nosotros, lectores, sí- es que el pequeño Gorila ha robado sus llaves y va detrás
suyo, liberando a cada uno de los animales.

A medida que son liberados, se van sumando silenciosamente en fila india tras su cuidador,
ignorante de lo que sucede a sus espaldas, hasta acompañarlo dentro de su casa con el plan de
dormir todos juntos. Sin embargo, la noche les deparará una sorpresa tanto a varios de los
animales como al guardia y a su esposa.

Peggy Rathmann nos propone una historia acumulativa, en la que página a página se va
sumando un nuevo animal, narrada casi exclusivamente a través de las imágenes. Las únicas
palabras que aparecen en la historia son los globitos que pronuncia cada personaje con la frase
“Buenas noches”. Sin embargo, esta sencillez no impide la construcción de una historia muy
entretenida, tierna y divertida que seguramente disfrutarán desde los más pequeños hasta los
adultos.

Ideas para el momento de leer el libro con los niños:

- Detenerse en cada una de las ilustraciones bastante tiempo ya que cada página esconde
detalles e historias secundarias por descubrir. En la primera página, por ejemplo, hacer
observable que el gorila le saca las llaves al guardia sin que este se entere. En su jaula, pueden
empezar a observarse también un muñequito gorila de juguete, una bicicleta, bananas y un
ratoncito con un globo y una banana de un hilo.

- Continuar con la misma dinámica en las páginas siguientes e ir haciendo notar cómo cada
animal tiene su animal de juguete y cómo, a medida que son liberados, se van sumando a la
fila los diferentes animales. Detrás del guardia, el gorila, y detrás el elefante y detrás el león y
así sucesivamente.
- En la página en que ingresan todos los animales a la casa del guardia, detenerse a observar
las diferentes fotos que aparecen colgadas en la pared. Puede jugarse a intentar identificar qué
animal aparece en cada una.

- En la página en la que los animales se están acomodando para dormir, dar tiempo para
buscar dónde está cada uno. Puede imitarse también el sonido del bostezo para generar el
clima de la habitación.

- Al llegar a la página en negro en la que todos dicen buenas noches, intentar poner voces
diferentes para cada uno de los globitos que aparecen. Puede también agregarse luego el
sonido característico de alguno de los animales presentes (el rugido del león, por ejemplo).

- Cuando aparecen solo los ojos de la mujer del guardia en la página negra, mirar sorprendidos
a los chicos, imitando el desconcierto de la mujer. Y, en la página siguiente, imitar la
exclamación de sorpresa que se puede observar en su cara.

- Puede detenerse en la página en la que la mujer vuelve del zoológico y hacerse una mirada
cómplice a nuestro pequeño lector, imitando el gesto de silencio que el gorila nos hace desde
el centro de la página.

- Una vez que se ha compartido la historia más de una vez con los chicos, pueden empezar a
seguirse una serie de historias secundarias que se plantean desde la ilustración. Por ejemplo,
puede ir siguiéndose dónde está el ratoncito en cada una de las páginas y qué ha hecho con la
banana que transportaba. O ver qué sucede con el globo. O qué llave es para qué jaula. Al
comenzar a mirar estas historias paralelas, estamos educando la mirada de nuestros pequeños
lectores, descubriendo que ningún detalle está librado al azar.

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