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UNIVERSIDAD NACIONAL PEDRO RUIZ GALLO

Facultad de Ciencias Histórico Sociales y Educación


ESCUELA PROFESIONAL DE EDUCACIÓN
Departamento Académico de Educación

L. N° 04
EF-260921
LOS BENEFICIOS DE LA MÚSICA EN EL APRENDIZAJE

El cerebro humano constituye el órgano más importante y de mayor complejidad del sistema nervioso, es un
órgano que durante la infancia sufre cambios madurativos y que es altamente sensible a los estímulos externos.
Anatómicamente lo podemos dividir en dos hemisferios derecho e izquierdo. Los estudios neuroanatómicos han
demostrado que el hemisferio izquierdo se especializa en el procesamiento del lenguaje y el hemisferio derecho
en la percepción y procesamiento de la música. “El cerebro humano presenta una alta capacidad de aprendizaje
y posee la propiedad de funcionar en situaciones extremas tanto orgánicas como funcionales, esta capacidad
se denomina plasticidad cerebral” ( Despins, 1986,p.32).
A mediados del siglo XX, un médico otorrinolaringólogo francés, Alfredo Tomatis, inició una propuesta de
rehabilitación dirigida a personas con dificultades auditivas o de lenguaje. Su programa terapéutico consistía
en la estimulación musical a través de escuchar piezas de Mozart y otros compositores clásicos, obteniendo
cambios positivos en la rehabilitación del lenguaje y en el desarrollo del habla, a este efecto se le ha denominado
“Efecto Tomatis”. Así mismo este eminente médico elaboró un nuevo modelo de crecimiento y desarrollo del
oído humano y reconoció que el feto escucha sonidos dentro del útero materno (tales como los movimientos de
la digestión, los ritmos cardiacos y la respiración de la madre). Observó también que el recién nacido se relaja
cuando oye la voz de su madre ( Tomatis, 1969,p.44). En 1993 Rauscher y colaboradores de la Universidad de
California, publicaron los resultados obtenidos en una investigación realizada con grupos de estudiantes
universitarios a quienes se les expuso a escuchar durante 10 minutos una sonata de Mozart, logrando
puntuaciones altas en las pruebas de habilidades visuales, espaciales y cognitivas en general, así como un
incremento transitorio del coeficiente intelectual.
A este hallazgo se le denominó “Efecto Mozart”. Estudios posteriores de la misma manera han demostrado que
el escuchar música de Mozart desencadena cambios de conducta (en relación a estados de alerta y calma) y
afectividad (induce estados emotivos y metabólicos, aumento del contenido de calcio y dopamina en el cerebro)
( Tomatis, 1969,p.45). Las investigaciones que se han referido al efecto de la música sobre el cerebro infantil,
han coincidido en que ésta provoca una activación de la corteza cerebral, específicamente en las zonas frontal
y occipital, implicadas en el procesamiento espaciotemporal. Asimismo, al evaluar los efectos de la música a
través de registros de electroencefalogramas, se ha encontrado que la música no sólo genera el desarrollo de
habilidades, destrezas o capacidades desde la perspectiva de la música, sino además fortalece sustancialmente
la calidad de los aprendizajes en los niños provocando:
• Aumento en la capacidad de memoria, atención y concentración.
• Mejora en la habilidad para resolver problemas.
• En la manera de expresarse.
• Introduce a los niños a los sonidos y significados en las palabras y fortalece el aprendizaje.
• Brinda la oportunidad para que los niños interactúen entre sí y con los adultos.
• Estimula la creatividad y la imaginación infantil.
• Al combinarse con el baile, estimula los sentidos, el equilibrio y el desarrollo muscular.
• Provoca la evocación de recuerdos e imágenes con lo cual se enriquece el intelecto.
UNIVERSIDAD NACIONAL PEDRO RUIZ GALLO
Facultad de Ciencias Histórico Sociales y Educación
ESCUELA PROFESIONAL DE EDUCACIÓN
Departamento Académico de Educación

Estimula la espontaneidad, la perseverancia, la confianza en uno mismo y la adquisición del esquema corporal.
En definitiva, la capacidad de aprendizaje.
A continuación menciono algunos argumentos a favor de la educación musical desde el punto de vista
intelectual:
• Desarrollo y perfeccionamiento de la capacidad de desenvolvimiento lingüístico del alumno en su doble
vertiente: comprensiva y expresiva. Contribuye a la supresión de determinadas formas de argot y defectos
de pronunciación gracias a la articulación y vocalización de las palabras.
• Facilita las facultades necesarias para otros aprendizajes como son: el lenguaje, cálculo, lectura,
psicomotricidad. Le acostumbra a descifrar códigos y signos y a contar mentalmente.
• Los elementos fónicos, la notación musical y las matemáticas unen los centros auditivos a los hemisferios
cerebrales izquierdo y derecho. (Campbell, 1998).
A comienzos del siglo pasado, surgen distintas metodologías especializadas que pueden agruparse en el
movimiento de la Escuela Nueva bajo el lema: “Siglo XX, música para todos”. Pertenecen a esta corriente
músicos como Dalcroze, Martenot, Kodaly, que transformaron los esquemas más rígidos de una enseñanza de
la música basada en el solfeo y el aprendizaje de un instrumento y abrieron las puertas a una formación musical
en la que hacer música y vivir la música es más importante que saber música y teorizar sobre la música (García,
2000,p.56). Estos pedagogos musicales pusieron al alcance de la educación musical un espectro más amplio
y más activo al proponer la interpretación con la voz y con instrumentos, la danza, la composición, el desarrollo
de la audición, el juego a través de la música. Actúa como relajamiento para el alumno y viene a romper la
seriedad y tensión de otras materias. Es un fuerte instrumento de socialización. El canto en coro, por ejemplo,
demuestra la necesidad que tiene de cooperar con los otros para lograr una buena interpretación coral. Facilita
las facultades necesarias para otros aprendizajes como son el lenguaje, cálculo, lectura, entre otros, y por tanto,
mejora la autoestima y el crecimiento personal.
Contribuye al desarrollo de la creatividad como elemento propulsor y directivo del ocio desarrolla la sensibilidad
estética y el gusto artístico, lo que permite captar no sólo su mundo exterior, sino también su mundo interior
formas de expresión más adecuadas para ella, con objeto de imprimir en la educación artística por medio de la
intervención pedagógica el carácter propio de toda educación (axiológico, integral, personal y patrimonial) y el
sentido acorde a nuestro marco socio-histórico, de manera tal que en la educación artística se manifieste el
significado de la educación, como confluencia de carácter y sentido, igual que en cualquier otra área de
experiencia o ámbito de intervención.
Lic. Milagritos Reinoza Farroñan

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