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Piratería

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Este artículo trata sobre la piratería marítima. Para otros usos, véase Piratería
(desambiguación).
Para otros usos de «pirata» o «piratas», véase Pirata (desambiguación).

Bandera Jolly Roger, de Calico Jack,1 tenida como representación clásica y simbólica de la piratería.

La piratería es una práctica de saqueo organizado o bandolerismo marítimo,


probablemente tan antigua como la navegación misma. Consiste en que
una embarcación privada o una estatal amotinada ataca a otra en aguas
internacionales o en lugares no sometidos a la jurisdicción de ningún Estado,
con el propósito de robar su carga, exigir rescate por los pasajeros, convertirlos
en esclavos y muchas veces apoderarse de la nave misma. Su definición
según el Derecho Internacional puede encontrarse en el artículo 101 de
la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar. 2
Junto con la actividad de los piratas que robaban por su propia cuenta por su
afán de lucro, cabe mencionar los corsarios, unos marinos contratados por el
Estado mediante patente de corso para atacar y saquear las naves de un país
enemigo. La distinción entre pirata y corsario es necesariamente parcial, pues
corsarios como Francis Drake o la flota francesa en la Batalla de la Isla
Terceira fueron considerados vulgares piratas por las autoridades españolas,
ya que no existía una guerra declarada con sus naciones. Sin embargo, el
disponer de una patente de corso sí ofrecía ciertas garantías de ser tratado
como soldado de otro ejército, y al mismo tiempo acarreaba ciertas
obligaciones.

Índice

 1Etimología
 2Historia
o 2.1Edad Antigua
 2.1.1Egipto
 2.1.2Grecia
 2.1.3Roma
o 2.2Edad Media
 2.2.1El mar Adriático
 2.2.2Los vikingos
 2.2.3El océano Índico
 2.2.4El mar Mediterráneo
 2.2.5Los vitalianos
o 2.3Edad Moderna
 2.3.1Corsarios berberiscos
 2.3.2Corsarios cristianos
 2.3.3Corsarios franceses
 2.3.4Corsarios ingleses
 2.3.5Piratas del Caribe
 2.3.6Decadencia de la piratería caribeña
 2.3.7Piratas de las Canarias
 2.3.8Piratas del Índico
 2.3.9Piratas de África
 2.3.10Piratas del Pacífico
 2.3.11Piratas de China
o 2.4Edad Contemporánea
 2.4.1Siglo XIX: piratería en Norteamérica
 2.4.2Siglo XIX: piratería en Sudamérica
 2.4.3Piratería en los siglos XX y XXI
 3Democracia pirata
o 3.1Homosexualidad en la piratería
 4Referencia popular en cine y televisión
 5Literatura y piratería
 6Piratas célebres
o 6.1De ficción
 7Véase también
 8Referencias
 9Bibliografía
 10Enlaces externos

Etimología[editar]

El español Amaro Pargo fue uno de los corsarios más famosos de la Edad de oro de la piratería.

Según la Real Academia Española, la voz pirata viene del latín pirāta, que por


su parte procedería del griego πειρατής (peiratés),3 compuesta por πειρα, -ας
(peira), que significa 'prueba'; a su vez deriva del verbo πειράω (peiraoo), que
significa 'esforzarse', 'tratar de', 'intentar la fortuna en las aventuras'.
Otros autores[¿quién?] abogan porque proviene del griego pyros ('fuego'). El
fundamento que se alega es que tras un acto típico de amotinamiento en un
barco, para eliminar cualquier tipo de pruebas y toda posibilidad de buscar
culpables finalmente se le prendía fuego, no sabiendo por tanto quién había
muerto en la trifulca y quién no, resultaba prácticamente imposible encontrar
algún culpable si se daba a todos por desaparecidos. Siendo por tanto el
término pirata equivalente a incendiario. En este sentido, el término pirata fue
usado con anterioridad como actos puntuales de amotinados y saqueadores y
no solo referente al mar. Cuando esto era así aún no existían piratas en el
concepto que más tarde se implantó. Como suele suceder en todas las épocas,
una voz aplicada para denominar a un determinado colectivo, sobre la base de
un determinado hecho, se acaba generalizando a un rango mayor y menos
específico y aplicando a todo saqueador en general, y más específicamente a
los saqueadores del mar (toda vez que existían múltiples voces para designar a
los «saqueadores de tierra»), quemara ya, o no, el barco.

El navío "Venganza de la reina Ana" (Queen Anne's Revenge) del famoso Barbanegra, seudónimo
del capitán Edward Teach.

Cuando más adelante en el tiempo los saqueadores se organizan surcando el


mar y no necesariamente como resultado de un amotinamiento, tienen la
necesidad de reparar su propio barco (dañado por los ataques o por lo embates
del mar) y por supuesto de apropiarse el ajeno. Sin embargo, el barco
abandonado en la mayoría de los casos seguía siendo incendiado.
A partir de entonces la voz ha sufrido muchos cambios, perdiendo la exclusiva
como sinónimo de incendiario. La voz pirata provenía originariamente de
la pirotecnia y de los inevitables accidentes asociados por los artesanos que
militar o civilmente ocurrían de cuando en cuando. No hay que olvidar que la
pirotecnia fue introducida en Occidente por los árabes en la forma de fuegos
artificiales y que esto tomaron en parte de Asia y en parte remanente
del esplendor romano. La voz no aparece antes de la invención de la pólvora y
es notable que durante los siglos en que duró la piratería de forma «oficial», los
progresos en pirotecnia quedaron estancados, siendo estos siglos los XVI,
XVII, XVIII y mediados del XIX. Lo que se supone es debido a que los
gobiernos monopolizaron la industria de la pólvora.
Al hablar de piratas, resulta más propio desde un punto de vista histórico hablar
más de navíos que de barcos. No obstante, a fecha de hoy usamos
ambiguamente barco como sinónimo de casi cualquier embarcación.
Este término califica a las acciones llevadas a cabo por personas en
embarcaciones y, desde mediados del siglo XX, en aviones, para retener por la
fuerza a las tripulaciones y pasajeros, así como a los propios transportes. Esta
definición es dada por organismos como la ONU o la Real Academia
Española.4 Sin embargo, varios autores expertos en piratería, como el
alemán Wolfram Zu Mondfeld, amplían la piratería a aquellos ataques
realizados desde el mar contra buques y posiciones en tierra para robar o
conquistar, pero sin hacerlo en nombre de ningún Estado, al menos
oficialmente.
Los términos filibustero y bucanero, más específicos, están relacionados con la
piratería en el mar Caribe.

Historia[editar]
Edad Antigua[editar]
Artículo principal: Piratería en el Mediterráneo antiguo
Las zonas de mayor actividad de los piratas coincidían con las de mayor tráfico
de mercancías y de personas. Las primeras referencias históricas sobre la
piratería datan del siglo V a. C., en la llamada Costa de los piratas, en el Golfo
Pérsico. Su actividad se mantuvo durante toda la Antigüedad. Otras zonas
afectadas fueron el mar Mediterráneo y el mar de la China Meridional.
Egipto[editar]
Los egipcios consideraban piratas a los Pueblos del Mar porque su principal
expedición invasiva se dio por vía marítima y con la finalidad de efectuar
saqueos. Sin embargo, muchos otros autores no comparten esta clasificación
porque los Pueblos del Mar solo fueron marineros en el último momento de su
historia. 1
Grecia[editar]
Odiseo atado al mástil de su barco tratando de vencer la atracción de las sirenas. Cuadro «Las
sirenas» de Léon Belly, Museo de l'Hotel Sandelin, Saint Omer, Francia.

Aunque los datos no son muy abundantes, por los mitos sabemos que los
griegos clásicos fueron buenos piratas.[cita  requerida] Uno de los más famosos
fue Jasón, quien guio a los Argonautas hasta La Cólquida en busca
del Vellocino de oro, lo que, aunque no entre en la definición española de
piratería, para algunos es, sin ningún género de dudas, un acto de piratería
(personas que vienen por mar para robar). 1
También Ulises u Odiseo, según las traducciones griega o latina, realizó varios
actos de piratería en su regreso a Ítaca, como narra Homero en la Odisea.
Con estos dos ejemplos podemos ver una constante que se repetirá a lo largo
de los siglos. Los piratas son, en muchas ocasiones, considerados héroes
nacionales en sus países,[cita  requerida] pese a practicar lo que en tierra se
llamaría robo y secuestro. Especialmente en una sociedad como la griega,
donde el oficio de las armas era reconocido y estimado, un motivo que llevaba
a glorificar, en lugar de denostar, actos como el citado de Jasón. Debe tenerse
en cuenta que el oficio de mercenario, si bien es verdad que es llevado a cabo
en tierra, no tenía connotaciones negativas como las tiene actualmente. 5
Uno de los piratas griegos más famosos de los que sí se tienen referencias
fue Policrates de Samos, quien en el siglo VI a. C. saqueó toda Asia Menor en
diferentes expediciones y llegó a reunir más de 100 barcos. 6
Roma[editar]
En la época final de la República, los piratas en el Mediterráneo llegaron a
convertirse en un peligro, desde sus bases primero al sur de Asia Menor en las
montañosas costas de Cilicia y más tarde por todo el Mediterráneo, puesto que
impedían el comercio e interrumpían las líneas de suministro de Roma.
A diferencia de siglos posteriores, los piratas de la Antigüedad no buscaban
tanto joyas y metales preciosos como personas. Las sociedades de aquella
época solían ser en su mayoría esclavistas, y la captura de personas para ser
vendidas como esclavos resultaba una práctica altamente lucrativa. 6 Pero
también se buscaban piedras preciosas, metales preciosos,
esencias, telas, sal, tintes, vino y otros tipos de mercancías que solían
transportarse en los barcos mercantes, como fue el caso de los fenicios. 7

Trirreme de la primera flota romana representado en un mosaico.

Uno de los casos más conocidos de piratería contra las líneas de navegación lo
protagonizó Julio César, que llegó a ser prisionero de los piratas
cilicios (75 a. C.). Plutarco en Vidas paralelas cuenta que el jefe cilicio estimaba
el rescate en 20 talentos de oro, a lo que el joven César le espetó: «¿Veinte?
Si conocieras tu negocio, sabrías que valgo por lo menos 50». El cautiverio
duró 38 días, en los cuales el rehén amenazó a sus captores con crucificarlos.
Finalmente el rescate se pagó y el futuro cónsul de Roma fue liberado. Pero
César cumplió su amenaza, y cuando recobró la libertad organizó una
expedición, pagada con su propio dinero, durante la que apresó a sus captores
y los crucificó a todos. 6
La piratería, sobre todo la perpetrada por piratas cilicios, alcanzó niveles
preocupantes para Roma hacia el final de la República. En el 67 a. C.,
el senado romano nombró a Pompeyo procónsul de los mares, lo que
significaba que se le otorgó el mando supremo del Mare Nostrum (el mar
Mediterráneo) y de sus costas hasta 75 km mar adentro. Se le concedieron
todos los ejércitos que se encontrasen a las costas del Mediterráneo, contando
así con unos 150 000 efectivos, así como el derecho de tomar del tesoro la
cantidad que necesitase. Finalmente, se le proveyó con una flota bien
pertrechada. En diversas operaciones eliminó en cuarenta días a todos los
piratas de Sicilia e Italia y, tras el asedio y toma de Coracesion, a los piratas de
Cilicia, acabando así, en cuarenta y nueve días, con los piratas de la zona
oriental del Mediterráneo. Asimismo debe apuntarse que dichos piratas solo
presentaron la resistencia imprescindible para poder solicitar una rendición
honrosa.
Edad Media[editar]
Artículos principales: Alta Edad Media y  Baja Edad Media.
Siguiendo la división historiográfica clásica podemos dividir a la Edad
Media en Alta y Baja. En la primera, los piratas protagonistas fueron
los vikingos y los árabes; en la segunda, el centro de atención se desplaza más
hacia el Mediterráneo Oriental y la creciente expansión del Islam.
El mar Adriático[editar]
Artículo principal: Pagania

Pagania fue un territorio poblado por la tribu eslava conocida como


los narentinos (neretljani) en una zona del sur de Dalmacia (en la
actual Croacia), al oeste del río Neretva (Narenta). Eran conocidos por su
destreza marítima y su dedicación a la piratería.
El nombre Pagania responde al hecho de que sus habitantes eran
considerados paganos por los pueblos que residían en las regiones vecinas,
debido a que dichas poblaciones eran cristianas.
Los serbios fueron descritos por Porphyrogenitus como los terratenientes y
habitantes de la región entre la ciudad de Ras y los ríos Pliva y Cetina. En
estas regiones vivían los Neretljani, Zahumljani, Travunjani y Konavljani que se
consideraban serbios, pero también vivían los serbios en sentido estricto que
llamaban a su tierra "Serbia bautizada".
A mediados del siglo X, la frontera entre serbios y croatas seguía el curso de
los ríos Cetina y Pliva. Desde el río Cetina se extendían las tierras de
los Neretljani, los famosos piratas que, como menciona Porphyrogenitus, eran
descendientes de los "serbios no bautizados", habitantes de Pagania y en
consecuencia no cristianizados. 8
Los vikingos[editar]
Artículo principal: Vikingo

Rutas y años de la era vikinga.

Aunque este pueblo permaneció sumido en luchas internas durante varios


siglos, en 793 realizan el primer ataque en la costa norte de Inglaterra y dos
años después en Irlanda.
Desde esa fecha hasta poco después del año 1000, los pueblos del norte
efectuaron todo tipo de incursiones en el mar del Norte, el Cantábrico y
el Mediterráneo (tanto oriental como occidental). El radio que alcanzaban sus
excursiones fue aumentando progresivamente, según crecían sus
conocimientos de la costa y los ríos navegables. Así, entre otras acciones,
podemos reseñar:

 793 primer ataque en las Islas Británicas.


 795 primer ataque a Irlanda.
 820 ataque a los actuales Países Bajos.
 834 ataque por los ríos Sena y Loira.
 840 ataque a la península ibérica.
No existe una postura unánime entre muchos de los historiadores de la razón
que llevó a algunos hombres del norte, no a todos, a ir de saqueo
(vikingo viene a significar 'el que va a saquear', o también 'el que merodea por
las costas').9 Los vikingos no solían vincular sus acciones a otros ideales que
no fueran el conseguir riquezas, esclavos o tierras donde asentarse, ni
tampoco solicitaban algún tipo de permiso a una autoridad superior que
justificara sus acciones, como sería posteriormente el caso de los franceses e
ingleses con sus patentes de corso. No obstante, la formación de grandes
partidas para realizar ataques costeros coincide al menos con la época en que
en Escandinavia la población comenzó a organizarse en reinos más o menos
extensos y consolidados.
Las expediciones vikingas solían formarlas decenas o cientos de buques
navegando y atacando juntos; en contraposición con otras anteriores y sobre
todo con las posteriores en el mar Caribe, donde lo frecuente eran ataques de
pocos barcos o incluso de uno solo. Debe tenerse en cuenta que
un drakkar vikingo podía transportar unos 32 o 35 hombres, como lo atestigua
el Barco de Oseberg encontrado en la granja
Oseberg de Vestfold, Noruega en 1903. 10
Un ejemplo de estas expediciones lo tenemos en las crónicas sobre la primera
incursión vikinga a la península ibérica en el 840. Un número indeterminado de
naves bordearon la costa asturiana hasta llegar a la actual Torre de
Hércules (su gran tamaño debió de parecerles importante) y saquearon la
pequeña aldea emplazada a sus pies. Ordoño I tuvo noticias de la expedición y
condujo a su ejército contra los vikingos, a quienes derrotó recuperando buena
parte del botín y apresando o hundiendo entre sesenta y setenta de sus naves,
lo que quizá no constituía ni la mitad de la fuerza desplazada por la expedición,
como demuestra el hecho de que siguieron su campaña de saqueos.
En Lisboa los cronistas hablan de una escuadra compuesta por 53 bajeles. 11

Modelo de barco vikingo de guerra del siglo IX.

Los vikingos supieron unir a sus grandes dotes marineras la sorpresa y la no


poca ferocidad en el uso de la espada. Sin embargo, este pueblo goza de cierta
leyenda rosa en lo que a sus dotes militares respecta. Se tiene la idea de que
eran los más terribles guerreros europeos o mundiales de la época, siempre
dispuestos a luchar hasta la muerte con la esperanza de sentarse a la mesa en
el banquete de Odín, tras haber tenido el privilegio de morir con la espada en la
mano. Frente a esta leyenda, la historia muestra hechos donde se ve que,
como cualquier pirata, atacaban aquello que creían poder conquistar y en
muchas ocasiones huían o se rendían. Un ejemplo lo aporta su primera
incursión en Al-Ándalus, donde tomaron Cádiz y subieron de nuevo por
el Guadalquivir, saquearon minuciosamente Sevilla desde la que lanzaron
avanzadillas a pie. No obstante, cuando Abd Rahman II salió con sus hombres
y, tras algunas batallas, los vikingos vieron que no podían con la fuerza
andalusí, aquellos huyeron, abandonando Sevilla y a muchos rezagados,
quienes se rindieron a las fuerzas del emir y terminaron, o bien criando caballos
y haciendo queso, o bien con el viejo castigo para la piratería: ahorcados, en
este caso de las palmeras de Tablada.11 La horca para los buitres del mar sería
posteriormente casi institucionalizada por los captores de piratas y también por
artistas en sus obras, como el poeta español José de Espronceda lo
inmortalizaría en obras como la Canción del pirata con sus versos
Y al mismo que me condena
Colgaré yo de una entena
Quizá en su propio navío.
Tampoco es cierto que aquellos hábiles marineros vencieran la mayoría de las
veces. Sí se sabe que arrasaron París y York o que se adentraron tierra
adentro y capturaron al rey de Navarra, García Íñiguez, en el asedio
de Pamplona en el 858, por ejemplo. Pero, como ya se ha indicado, Abdel
Ramán II les infligió una seria derrota, como meses antes Ramiro I de
Asturias durante la misma incursión y también su hijo, Ordoño I, que marchó
contra la segunda expedición por tierras hispanas. Más contundente fue el
conde Gonzalo Sánchez, quien terminó con toda la flota de Gunrod de
Noruega (Gunderedo, en español); el conde Sánchez capturó y pasó a cuchillo
a toda la tripulación y a su rey.11 Pero quizá la derrota más contundente se la
infligió Harold Godwinson, heredero del trono inglés tras la muerte sin
descendencia de Eduardo el Confesor; aquel defendió sus derechos frente al
pretendiente noruego Harald Hardrade y su flota de 300 naves (más de 10.000
hombres) en la Batalla del puente Stamford en 1066, donde cayó el propio
monarca pirata. 10

La Batalla del puente Stamford del año 1066. Obra de Peter Nicolai Arbo realizada en 1870.

Los vikingos muestran otra constante en la piratería. Pese a ser considerada


siempre una profesión de hombres (con prohibición expresa en algunos casos
de embarcar mujeres), las féminas siempre participaron en y dirigieron
expediciones, navíos y flotas. Así, numerosas naves normandas eran
mandadas y tripuladas en su totalidad por mujeres. Es el caso de Rusla la
doncella roja, hija del rey Rieg y hermana de Tesandus, que fue desposeído de
su trono por el rey Omund de Dinamarca. La muchacha primero armó un barco
y con el tiempo se hizo con una flota entera, con la que atacó a todas las naves
danesas que pudo, para vengarse de la afrenta inferida a su hermano. En
contra de lo que se podría pensar, fue Tesandus quien la capturó, tras el
naufragio de su drakkar, y la sujetó por sus trenzas mientras sus hombres la
mataban con los remos (el rey Omund había conseguido atraer bien al príncipe
hacia su causa después de adoptarlo). 1
No se sabe con certeza la causa o causas que terminaron con los ataques
vikingos. Algunos autores opinan que la aceptación de la fe cristiana hacia el
año 1000 por la mayoría de ellos atenuó su deseo de atacar a sus
correligionarios. También se apunta a que las incursiones solo constituían una
moda y que cesaron cuando ya no fueron novedad. De cualquier modo, los
reinos nórdicos deseaban cada vez más abrirse al resto de países de Europa y
comerciar con ellos en lugar de invadirlos. Como ejemplo está el caso del rey
castellano Alfonso X El Sabio, que casó a su hermano Fernando con la
princesa Cristina de Noruega el 31 de marzo de 1252 porque dicho matrimonio
era conveniente tanto para Alfonso X como para Haakon IV. 12
El océano Índico[editar]
Si nos atenemos a la distancia de sus rutas, los árabes fueron los mejores
navegantes de su época. Ya en el siglo IX fueron capaces de abrir la mayor
ruta comercial conocida entre la península arábiga y China, muy por encima de
las travesías vikingas por Europa. 13

Dhow mozambiqueño en el océano Índico. Los dhows son embarcaciones tradicionales árabes muy
parecidas a las utilizadas por ese pueblo en tiempos de los abásidas, cuando fueron diestros piratas
y navegantes.

La expediciones árabes buscaban tres cosas: materias primas que pudieran


luego trabajar o vender, productos de Oriente para negociar y esclavos que
vender. Aunque otros o esos mismos árabes atacaban asimismo barcos para
apoderarse de su mercancía. La zona más peligrosa era y continuó siendo
el estrecho de Malaca, donde los buitres del mar campaban a sus anchas. No
debemos pensar que los ataques piratas eran perpetrados solo por árabes,
también participaban en ellos gente de las islas y penínsulas índicas.
Guardando algunos parecidos con las de los griegos, sin ser el mismo caso, las
singladuras árabes han llegado a la cultura universal a través de cuentos de
cierto carácter mitológico, especialmente por las aventuras de Simbad el
marino. Para el escritor Jordi Esteva, en esos cuentos y relatos están
plasmadas todas las regiones visitadas por los árabes en sus travesías, bien es
verdad que mitificadas con relatos de monstruos gigantescos. Así, en el siglo IX
bajeles de Yemen y la actual Arabia Saudita habían abierto rutas
por Persia, India y China en Asia y toda la costa este africana, inclusive las
costas de Madagascar. En este último continente crearon uno de los sultanatos
más importantes, pero no el único, en Zanzíbar, desde el que se canalizaba
buena parte del oro, maderas valiosas, pieles exóticas y marfil exportados por
el Gran Zimbabue ya desde tiempos de los fenicios. 14
Dado que los africanos no disponían de muchos productos elaborados, las
principales acciones de piratería consistían en la captura de esclavos para ser
llevados a la península arábiga. Los otros productos igualmente se rapiñaban,
pero era más corriente la compra a los nativos. Debe tenerse en cuenta que
África, en razón de enfermedades como la malaria, fue un continente casi
vedado a los no africanos. Pero esta actuación pirática de toma de esclavos
por la fuerza fue sustituida progresivamente por la compra a negreros
africanos. Esta conducta fue una práctica muy común y muy sangrante para los
reinos del África negra, comenzando el debilitamiento de sus estructuras que
posteriormente aprovecharían los europeos. Fueron estas actuaciones de los
piratas/negreros árabes lo que contribuyó a expandir el islam en África. Debido
a que las leyes islámicas no permiten la esclavitud entre musulmanes, muchos
africanos se convirtieron a esa religión para salvaguardar su libertad.
El mar Mediterráneo[editar]
La situación vivida por los pueblos europeos occidentales tras la caída del
Imperio romano hace que la navegación marítima se reduzca antes de la
formación del Imperio carolingio y tras su caída en todo el Mediterráneo
Occidental, pero sin desaparecer por completo. En la parte oriental de este
mar, la comunicación continúa y con ella la actividad pirática.
Autores como Wolfram Zu Mondfeld incluyen a Roger de Flor, caballero y
aventurero de Brindisi, entre los no muchos piratas documentados de la época
en esa parte del mundo. La inclusión de Roger de Flor se debe a su carrera
naval antes de comandar a los almogávares y entrar al servicio del rey de
Sicilia. 1

Carta de Marsella del Atlas de Braun y Hogenberg «Civitates Orbis Terrarum».

En 1291 Roger de Flor marchó a la última cruzada y pronto se reveló como un


gran marino. Una de sus famosas acciones fue la evacuación con su flota de
toda la nobleza de San Juan de Acre; ya sea por haber pedido rescate, haber
subastado los puestos o porque la aristocracia franca utilizó sus influencias
para lograr una plaza. Con sus naves llenas de adinerados nobles logró
llevarlos a Marsella sanos y salvos.
Durante los 20 años siguientes luchó al servicio del rey Federico II de
Sicilia hasta que fue reclutado por el emperador de Bizancio Andrónico II y
mandó a los almogáraves en sus victoriosas batallas contra los turcos.
Saqueó Quíos y se estableció en Galípoli hasta ser llamado y asesinado por el
Emperador con 300 de sus hombres durante un banquete en su honor. Esto
hizo explotar en sus hombres la famosa Venganza catalana al aterrador grito
de «¡Desperta ferro!».
Pese a todo, el gran poder corsario de este mar aún estaba formándose y
emergiendo en Asia Menor. La progresiva expansión del islam, primero por los
árabes en todo el Norte de África y después con los turcos en las costas
asiáticas, iba a originar toda una serie de señoríos y sultanatos que
rápidamente adquirirían fuerza y tamaño, hasta llegar a convertirse en un
peligro sin igual para los reinos cristianos de Italia, España y en menor medida
las órdenes militares que gobernaban en islas como Chipre, Rodas y Malta.
Debe tenerse en cuenta que los árabes y también los berberiscos consideraban
una forma de Guerra santa la piratería contra los infieles (véase más adelante
en Corsarios berberiscos).
Los vitalianos[editar]
La piratería europea a finales de la Edad Media la protagonizaron los ya
expuestos berberiscos en el Mediterráneo, que comenzaban a crecer en
importancia, y los Hermanos de las vituallas en el mar del Norte. 1
Las ciudades del mar Báltico y algunas de la parte oriental del mar del Norte
empezaron a unirse comercialmente hacia el año 1200 para regular primero y
controlar después el comercio por esa zona. Con el tiempo se terminó
formando una cofradía de ciudades portuarias, llamada la Liga Hanseática y
comúnmente conocida como Hansa, a la que terminaron perteneciendo
muchas urbes bálticas, principalmente alemanas. Las ciudades cooperaron
para defender su independencia de los príncipes territoriales vecinos,
asegurarse importantes privilegios comerciales y protegerse contra piratas y
corsarios.

Reproducción de una coca, típica nave medieval del mar Báltico.

En el siglo XIV, Dinamarca y Mecklemburgo se disputaron el control de Suecia.


La reina Margarita I de Dinamarca y de Noruega, invitado por nobles suecos,
ganó en una batalla contra el impopular rey de Suecia Alberto III de
Mecklemburgo y le encarceló en 1389. Suecia, con la excepción de Estocolmo,
cayó en manos danesas. Entonces Mecklemburgo incitó a los corsarios dañar a
Dinamarca. Las ciudades mecklemburgueses pertenecientes a la
Hansa, Rostock y Wismar, se abrieron al comercio con los corsarios en 1391.
Sin embargo, la mayor ciudad hanseático Lübeck apoyó a Dinamarca. En
general, la Hansa no osaba tomar partido en este conflicto. De un lado la
piratería comenzó a causarle grandes daños, del otro lado una victoria danesa
hubiera acabado en el control danés de importantes rutas marítimas.
Los corsarios mecklemburgueses lograron varias veces aprovisionar la ciudad
asitiado de Estocolmo con alimentos y otros necesidades para continuar su
resistencia, así que los corsarios se convirtieron en vitulianos o hermanos de
las vituallas (del latín victualia). Con el tiempo los valerosos corsarios, que
arriesgaban sus barcos y sus vidas para mantener con vida a la población de
Estocolmo se degeneró progresivamente, cuando sus actividades volvieron a la
simple piratería. Como sería después en el Caribe, los vitalianos
acostumbraban a repartir el botín obtenido en partes iguales y a formar algo
parecido a una sociedad sin clases. De ahí que también se les
llame Likendeeler ('igualitarios').
Su influencia fue grande al fin del siglo XIV y en las primeras décadas del siglo
XV y lograron varios actos destacados en los actuales Países Bajos, Alemania
e incluso Francia. A la cabeza de este grupo se puso una especie de triunvirato
formado por Gödehe Michelsen (también conocido por Gödeke Michels o Gö
Michael), Wigbad (asimismo llamado Wigbold o Wikbald) y Claus
Störtebekker (Störtebecker para los alemanes). La comunidad había
conquistado Visby y Gotland y allí prosperaron entre 1394 y 1398, cuando
fueron expulsado por el Orden Teutónico. Konrad von Jungingen dirigió a 4.000
armados teutónicos en 84 naves contra los vitalianos, acabando con aquel
«paraíso báltico». Algunos lograron escapar, entre ellos los tres dirigentes, que
buscaron refugio en el señorío de Kennon ten Brooke, en las costas de Frisia.
Este aristócrata estaba enfrentado con la mayoría de sus vecinos y aceptó de
buen grado la entrada de aquellos piratas, que podían hostigar a sus enemigos.

Störtebekker es derrotado en Heligoland. Archivo Histórico de Hamburgo.

La segunda expedición contra la hermandad vitaliana se llevó a cabo en 1400


por los capitanes hamburgueses Albrecht Schreye y Johannes Nanne, que
atacaron a los vitalianos en la desembocadura del Ems, matando a 80 y
decapitando a otros 36. Al año siguiente, Nilolaus Shoche atacó la
desembocadura del Weser terminando con 73 de aquellos piratas.
La suerte seguía en contra de los vitalianos, Jungingen empezó a cambiar su
actitud hostil contra sus vecinos[cita  requerida] y se reunió en Hamburgo con varios
dignatarios, donde manifestó su deseo de apartarse de aquellos individuos.
Entonces muchos de estos piratas se retiraron a Noruega, pero Störtebekker
decidió quedarse y seguir atacando naves entre las islas
de Helgoland y Neuwerk, pero sus días estaban contados. El jefe de la
escuadra hanseática, Simón de Utrecht, disponía de una de las mejores naves
que habían surcado aquellas aguas hasta entonces, la Bunte Kuh, y junto a
otras Carabelas de la paz, como se las llamaba a las naves contra los piratas
bálticos, emprendió varias acciones contra Störtebekker y sus hombres.
En las más exitosa camufló a sus naves como embarcaciones mercantes y
logró engañar al pirata, siempre muy precavido. Este a su vez atacó la
escuadra por la vanguardia y la retaguardia; pero cuando se dieron cuenta de
que se enfrentaban a las potentes Carabelas de la paz era ya tarde. Cayeron
70 piratas, entre ellos Störtebekker. Los otros dos compañeros del alemán
lograron escapar, pero fueron capturados en la siguiente salida de la
nave Bunte Kuh. Pero, como en tantos otros casos, la imagen del pirata
Störtebekker ha quedado en la cultura popular alemana como una especie de
héroe regional, conservándose en los museos la copa que utilizaba para beber,
un cañón de su barco, o siendo nombrado socio póstumo de algunas
asociaciones y clubs alemanes.
La captura de los demás piratas vitalianos se produjo en 1433, en las aguas del
mar Báltico y mar de Norte. En aquella ocasión fue el aristócrata frisón Edzart
Zirksena quien firmó definitivamente la paz con Hamburgo, permitiendo que
Simón de Utrecht saliera nuevamente con sus naves y terminara con los
últimos reductos de la piratería báltica. El capitán Sibeth Papinga y sus
hombres fueron capturados y decapitados, terminando así con el problema
pirata.
Edad Moderna[editar]
Tres acontecimientos relacionados marcan la piratería tras la Caída de
Constantinopla hasta la Revolución francesa:

 El descubrimiento de América por España.


 La exclusión de Inglaterra, Francia y más tarde Países Bajos tras el
reparto de todas esas tierras entre España y Portugal por el Tratado
de Tordesillas (bendecido por bula papal).
 Las inmensas riquezas halladas en el Nuevo Mundo.
Una cuarta circunstancia, no tan unida a las anteriores, la constituyó el
creciente poderío musulmán, especialmente turco, en todo el Mediterráneo.
Corsarios berberiscos[editar]
Artículo principal: Piratería berberisca
Gaspar Bouttats: Retrato de Horruc (Aruj, Baba Aruj, Barbarroja), aguafuerte, 1681. Inscripción:
"Horruc Cossario de los Turcos". Biblioteca Nacional de España.

Desde muy antiguo —como atestigua la campaña llevada a cabo por Julio


César contra los piratas— y organizádamente desde el siglo XIV, el mar
Mediterráneo conoció numerosas incursiones de piratas
y corsarios turcos y berberiscos que atacaban las naves y costas europeas en
medio del conflicto entre el Cristianismo y el Islam, que culminó con la
conquista cristiana de Granada y la turca de Constantinopla, Chipre y Creta.
Los berberiscos contaban con los importantes puertos de Tánger, Peñón de
Vélez de la Gomera, Sargel, Mazalquivir y los bien defendidos
en Túnez y Argelia, incluso Trípoli, desde los que atacar cualquier punto del sur
europeo y refugiarse con rapidez llevando los rehenes por los que se pedía
rescate, mientras que en la costa atlántica se fundó en el puerto marroquí
de Salé un estado pirata, la República de las Dos Orillas, que saqueó entre
otros objetivos el sur de Inglaterra y de Irlanda.
Debe tenerse en cuenta que la piratería a naves cristianas era considerada por
los berberiscos una forma de Guerra Santa y, por tanto, noble y ejemplarizante.
Desde estas fortalezas, los berberiscos atacaban los puertos del sur de la
península ibérica, el archipiélago de las Baleares, Sicilia y el sur de la
península Itálica. Tanto es así que el cronista Sandoval escribió: «Diferentes
corrían las cosas en el agua: porque de África salían tantos corsarios que no
se podía navegar ni vivir en las costas de España». 15
Puede sorprender que un peligro tan grande durara tantos siglos,
especialmente sabiendo que aquellos puertos no eran partes de un Estado
centralizado (el poder de los sultanes era nominal) y el tribalismo predominaba
en la región, dividiendo las fuerzas frente a un ataque de Europa. Autores
como Ramiro Feijoo puntualizan que aquella región tenía un escaso o nulo
valor económico para las monarquías de Zaragoza o Valladolid. Sin embargo,
la situación cambió con la firma de la Paz de Lyon en 1504 y los ataques
berberiscos a Elche, Málaga y Alicante en 1505.
Los especialistas consideran un error pensar que la península ibérica sufría
muchos más ataques que la Itálica. No obstante, la primera contaba con el
conocimiento de la lengua, las costas y las costumbres de los andalusíes que
habían abandonado la península con la Reconquista. Muchos de ellos se
convirtieron en guías, lenguas (esto es, traductores o trujimanes), adalides,
leventes o incluso capitanes15 y, ya en tierra, contaban con la connivencia de
los otros andalusíes que reclamaban, e incluso varios musulmanes actuales
siguen reclamando, aquella tierra invadida como suya. De esta manera, las
viejas incursiones medievales, como la cabalgada o la algarada, vuelven a
practicarse desde el mar.

Mercado de Esclavos en la isla de Djerba, Túnez.

En los primeros años del siglo aparece un personaje que, apoyado por los
gobernantes otomanos y bereberes, se dedicó a atacar numerosas naves
europeas, principalmente españolas e italianas: era Aruj Barbarroja. Este
corsario llegó incluso a recibir de manos del rey de Túnez, en 1510, el gobierno
de la isla de Djerba, desde donde siguió organizando pillajes y ataques, tales
como la conquista de la ciudad de Mahón en 1535. Tras su muerte, su
hermano Jeireddín, que había heredado de él el apodo de Barbarroja, llegó a
empequeñecer la leyenda de Aruj. Tanto es así que el abad Pierre de
Brantôme, en su libro sobre la Orden de Malta, escribió de él: «Ni siquiera tuvo
igual entre los conquistadores griegos y romanos. Cualquier país estaría
orgulloso de poder contarlo entre sus hijos.» 1
La mayor parte de las naves berberiscas eran galeras de poca altura,
propulsadas por remos, o jabeques. Los remos eran bogados por multitud de
esclavos no musulmanes, algunos raptados de países europeos y otros
comprados en el África Subsahariana. La galera generalmente tenía un solo
mástil con una vela cuadrangular. Las acciones berberiscas fueron
aumentando en número y osadía, llegando a tomar posesiones
en Ibiza, Mallorca y en la propia España peninsular con ataques
en Almuñécar o Valencia.16 Bien es verdad que muchas de estas acciones
culminaban con éxito gracias a la cooperación que los argelinos y tunecinos
obtenían de los moriscos, hasta que fueron expulsados por Felipe III.
Pese a ser el Atlántico el principal foco de atención de los Austrias, las
acciones en el Mediterráneo nunca se descuidaron. Actualmente toda la costa
mediterránea española está todavía jalonada por torres de vigilancia (desde
donde una siempre divisa otras dos) y torres de guardia para defender las
costas (un ejemplo es Oropesa del Mar, en Castellón). Estos piratas dieron
origen a una frase que ha perdurado desde entonces: «No hay moros en la
costa». Lo mismo que las acciones de la que hoy llamaríamos sociedad civil,
para aliviar el sufrimiento de los cautivos y sus familias con la fundación de la
orden de los Mercedarios dedicados únicamente a reunir rescates.
Pero no se debe caer en la idea de que los reyes españoles se limitaban a
desplegar una estrategia defensiva. Las operaciones que culminaron con la
toma de Túnez y la de Argel por Carlos V y Juan de Austria, incluso la
misma Batalla de Lepanto protagonizada por este último estratega, fueron los
principales y más grandes intentos de combatir esta piratería que suponía un
auténtico martirio para España y otras naciones europeas.
El apogeo de la piratería berberisca llegó en el siglo XVII. Gracias en parte a
las innovaciones del diseño naval introducidas por el renegado cristiano Zymen
Danseker de origen holandés y el pirata John Ward de origen inglés, los
corsarios norteafricanos extendieron sus ataques prácticamente por todo el
litoral del Atlántico Norte. De esta época datan ataques tan al norte como
en Galicia, las islas Feroe e incluso Islandia. Es posible que incluso alguno de
estos barcos hubiese alcanzado las costas de Groenlandia de forma puntual.

La batalla de Málaga en 1704 fue el mayor combate naval de la Guerra de Sucesión Española.
Cuadro del National Maritime Museum, London.

Los nuevos barcos corsarios que navegaban por el mar Mediterráneo y en


el Atlántico Norte eran de los denominados Berton en Francia y Bertone en
Inglaterra, Italia y en algunas regiones de Francia; estos barcos históricamente
desplazaron a las tradicionales galeras utilizadas en la flota del Imperio
otomano y por las Repúblicas Marítimas como Venecia y Génova. Los
barcos Bertone pertenecían a las flotas de piratas ingleses y berberiscos que
constituyeron alianzas con base en puertos del norte de África,
en Túnez, Argelia y Trípoli. Estas innovaciones del diseño naval en
los Bertone correspondían a la utilización de tres mástiles y el nuevo diseño de
perfil del casco redondeado de tabla alta, que incrementaba la velocidad de
desplazamiento y extendía la navegación de marítima a oceánica; todo este
conjunto de mejoras impulsó un notable avance en las técnicas de navegación
en el Mediterráneo, Atlántico Norte y el Caribe. 17 18 19
En el siglo XVIII la práctica, lejos de decrecer, se mantuvo e incluso aumentó
en algunos momentos gracias a la disminución del dominio marítimo español
sobre el Mediterráneo occidental con la pérdida de Orán y Mazalquivir durante
la Guerra de Sucesión Española en 1708. Aunque estás dos ciudades se
recuperaron en 1732.
Las acciones de los piratas berberiscos no remitirían hasta comienzos del siglo
XIX, cuando países como Gran Bretaña, Francia y los Estados Unidos cesaron
de pagar tributos a los reyes berberiscos y comenzaron a realizar campañas de
castigo contra la base pirata de Argel. Ésta vio destruida gran parte de su flota
en 1816, y en 1830 cayó ante las fuerzas francesas, que la usarían como punto
de partida para crear la colonia de Argelia a lo largo del siglo siguiente. La
presión internacional y la decisión del Imperio otomano de acabar con esta
práctica, llevaron al fin de la piratería en Marruecos, Túnez y Tripolitania en los
años siguientes. 20 21
La caída de Argel asestó un golpe mortal a la actividad corsaria en el
Mediterráneo, que fue menguando a medida que perdía sus bases, aunque no
cesó completamente hasta el siglo XX.
Corsarios cristianos[editar]

La batalla de Lepanto de 1571, grabado realizado en 1572 por Martino Rota.

Los corsarios cristianos también atacaban los navíos musulmanes bajo las


órdenes de los reyes cristianos. Desde las posesiones españolas
de Italia solían reclutar militares para ejercer de corsarios en el mar Egeo y
el Norte de África. Los navíos españoles, al mando de veteranos de las guerras
imperiales de los Austrias, operaban unas veces por su cuenta dando caza a
los bajeles musulmanes, y otras se agrupaban para asaltar y saquear ciudades
e islas. El más conocido de estos corsarios es Alonso de Contreras, que
además dejó en su autobiografía (Vida del capitán Contreras) un relato
pormenorizado de las luchas que vivió entre 1597 y 1630.
El 7 de octubre de 1571, las flotas cristiana y otomana entablaron la Batalla de
Lepanto, que resultó en una victoria aplastante de la flota cristiana, mientras
que la flota otomana fue en gran parte destruida. En la percepción popular, la
batalla en sí se hizo conocida como uno de los puntos de quiebre decisivos en
la larga lucha otomano-cristiana, ya que puso fin a la hegemonía naval
otomana en el mar Mediterráneo oriental y que se había extendido al
occidental. 22
Corsarios franceses[editar]
Como se ha indicado anteriormente, todas las naciones europeas, excepto
España y Portugal, quedaron fuera del reparto de tierras y comercio con las
colonias americanas; este solo lo podía realizar la Casa de Contratación con
sede en Sevilla.
Pese a que durante muchos años los monarcas de España y Portugal trataron
de mantener en secreto lo descubierto en América, en 1521 piratas franceses a
las órdenes de Juan Florin lograron capturar parte del famoso Tesoro
de Moctezuma, abriendo toda una nueva vía para asaltos y abordajes en busca
de fabulosos botines. Tanto es así que al cabo de San Vicente los españoles
comenzaron a llamarlo El cabo de las Sorpresas. 16
Sin embargo, los españoles aprendieron pronto a defenderse de los piratas
franceses, más tarde ingleses, y empezaron la construcción de los
impresionantes galeones, mucho más armados que los navíos piratas y
preparados para frustrar el abordaje con una descarga de sus enormes y
numerosas piezas de artillería.

Jacques de Sores saquea y quema La Habana en Cuba.

Ante estos, los corsarios franceses y algunos pocos españoles enrolados con


ellos probaron a cruzar el Océano y asentarse en las islas del Caribe donde
pudieran atacar pequeños barcos y poblaciones indefensas. Es el caso
de Jacques de Sores y Diego Ingenios, que sitiaron Nueva Cádiz y llegaron a
capturar a su gobernador, Francisco Velázquez. El corsario francés Jacques de
Sores fue quien el 10 de julio de 1555 saqueó y quemó La Habana. También es
el caso de la ciudad hondureña de Trujillo, que fue saqueada y arrasada por los
piratas en varias ocasiones pese a los refuerzos enviados (sorprende que con
tantos ataques, dicha ciudad siga existiendo en la actualidad).
A partir del siglo XVII con la aparición de un nuevo diseño de barco, los
denominados Bertone, inicialmente en el mar Mediterráneo, luego en
el Atlántico Norte y por último en el mar Caribe, los enfrentamientos cambiaron
en lo referente a las tácticas del combate naval. Con el tiempo la
maniobrabilidad y agilidad de los bertones mejoró aún más y cerca del año
1650 comenzaron a producirse confrontaciones incluso con navíos del porte de
los galeones. El avance también se consiguió en la artillería, puesto que los
nuevos barcos estaban dotados de cañones de hierro, de fabricación muy
económica con respecto a los cañones de bronce usados hasta finales del siglo
XVI y principios del siglo XVII, y por lo tanto era común una dotación de treinta
o más cañones por barco, con lo cual se incrementaba enormemente su poder
de fuego, al estar instalados rodeando la cubierta del barco en su totalidad,
siendo operados por una dotación de unos cincuenta a sesenta sobre una
tripulación total de noventa a cien corsarios o piratas. 18 20 23
En el siglo XVII el trópico de la América hispana se convirtió en el escenario
donde actuaban a destajo los corsarios y piratas, a menudo amparados por los
grandes países de Occidente, principalmente Francia, Inglaterra y Holanda. Las
posesiones de España en esa región que era denominada el Spanish Main,
constituían todas las zonas costeras que daban al mar Caribe, de
Centroamérica y su extensión hacia el norte y el sur del continente.
El libro de Lucena Salmoral "Piratas, corsarios, bucaneros y filibusteros", indica
que: «La piratería descendía con las firmas de tratados de paz, que hacían
menos necesarios a los buitres del mar. Así pasaban de los honrosos corsarios
a ser filibusteros y finalmente a viles piratas, a los que persiguieron y
castigaron sin piedad en los siglos XVII y XVIII, cuando ya no eran
necesarios». 24
Corsarios ingleses[editar]

Retrato en miniatura de Francis Drake (1540-1596) realizado por Nicholas Hilliard en 1581, año en
que fue armado caballero (Knight Bachelor) por Isabel I de Inglaterra en recompensa por sus
servicios a la Corona inglesa.

Más tarde surge como nuevo pirata la figura del corsario inglés, una clase
social sui géneris, especializada en el robo marítimo, en el saqueo de ciudades,
puertos y mercancías. Los corsarios disfrutaban de lo que se llama patente de
corso, es decir, «licencia para robar y saquear» con la autorización explícita del
rey u otro gobernante. Esta patente era privilegio de Inglaterra y Francia, que
tenían a sus corsarios institucionalizados y cuya actividad se convierte en lícita
en tiempos de guerra. De esta manera, los piratas clásicos se van haciendo
corsarios, que es una postura más cómoda, pues actúan siempre dentro de un
orden legitimado y bajo la protección de la ley. [cita  requerida]
La percepción de los corsarios depende obviamente del observador: para los
atacados son simplemente piratas, o mercenarios sin escrúpulos, mientras que
para sus connacionales son patriotas e incluso héroes. [cita  requerida] En Inglaterra,
la piratería se convirtió en un negocio legítimo. Fue Enrique VIII el primer
monarca que expidió las patentes de corso. Más adelante, la reina Isabel I se
convertiría, por este medio, en «empresaria marítima», otorgando las patentes
a cambio de parte del botín conseguido.
Asimismo debe tenerse en cuenta que estos corsarios muchas veces eran
comerciantes que vendían productos muy necesarios para los colonos y
compraban a buen precio los artículos que estos debían vender exclusivamente
a la Casa de Contratación. Por lo tanto, en muchas ocasiones, la presencia
permanente de piratas en el casi despoblado Caribe insular era bien vista, e
incluso necesaria, tanto para los habitantes como para las élites españolas
residentes en América.16 Es el caso de John Hawkins que vendió esclavos
llevados desde África y compró especias, principalmente azúcar y tabaco, a
mucho mejor precio que el pagado en Sevilla. 1

Retrato de Isabel I, conmemorando la derrota de la Armada española en 1588 (representada en el


fondo). Obsérvese el globo terráqueo bajo la mano derecha de la reina, símbolo de su eventual
poder mundial. Al año siguiente, 1589, la Armada española obtuvo una contundente victoria sobre la
Armada inglesa.

En algunos casos, después de expirada la licencia o acabada la guerra, los


corsarios vuelven a actividades privadas como ricos burgueses que incluso son
condecorados. En Inglaterra existen monumentos levantados a algunos
corsarios, considerados como héroes. El más famoso de los corsarios del siglo
XVI es, sin duda, Francis Drake, insigne almirante, honrado por su reina en
agradecimiento a los servicios prestados y elevado a la categoría de sir.
Sobrino de otro pirata, también ennoblecido por la reina, John Hawkins, juntos
asaltaron Veracruz en 1568, cuando aún carecía de fortificaciones. Drake tiene
en su haber el más cuantioso botín registrado en la historia: dos buques
españoles que transportaban oro y plata americanos desde Nombre de Dios, lo
que le supuso que Isabel I lo armara caballero. [cita  requerida]
Walter Raleigh inició en 1617 una expedición en
la Guayana (actual Venezuela), donde esperaba descubrir minas de oro, y
tomó posesión de parte de ese país en nombre de Inglaterra. Tras destruir
algunos establecimientos españoles en el río Orinoco, fue detenido a solicitud
de Felipe III de España y luego decapitado en la Torre de Londres.
Sin embargo, no todos los corsarios consiguen el título de caballero. Algunos
de ellos, una vez acabado el conflicto que propició la expedición de su patente,
continúan su actividad convertidos en simples piratas. Una vez más se repite:
de corsarios a filibusteros y finalmente piratas, citando las palabras de Lucena
Salmoral. 24
El siglo XVI será un siglo de fomento entre los corsarios y piratas, del asalto y
captura de los galeones españoles y el apresamiento de sus hombres.
En Dover se llegan a pagar 100 £ en pública subasta por hidalgo capturado.
[cita  requerida]
Surge igualmente una actividad nueva: los piratas o corsarios se
hacen negreros y se apoderan en África de seres humanos para vender y
esclavizar. Figura del esclavista británico más sobresaliente de este momento
es el ya citado John Hawkins, que pobló de negros africanos toda el área
del Caribe. 25
En 1709, 110 corsarios al mando de Woodes Rogers y Stephen Courtney (el
famoso William Dampierre, «el pirata literario», que ya había estado
en Guayaquil integraba también el grupo) entran en Guayaquil y se presentan
como «negreros», y al ver el miedo dibujado en el rostro
del corregidor, Jerónimo de Boza y Solís, no solo exigieron 40.000 pesos de
rescate por dos rehenes que se llevaron, sino que se entregaron al pillaje
durante cinco días, llegando a acumular 60.000 pesos en joyas y dinero a más
de una enorme cantidad de víveres y objetos.
Piratas del Caribe[editar]
Véanse también: Piratería en el Caribe,  Antillas españolas,  Flota de Indias  y  Edad
de oro de la piratería.

Ilustración de un pirata por Howard Pyle.

La Ruta de las Indias que seguían las embarcaciones españolas, cruzaba


el océano Atlántico rumbo a Cuba o a La Española. De estas islas partían rutas
hacia el continente: a Veracruz, Portobelo, Maracaibo, La Guaira, y Cartagena
de Indias.
Durante los primeros siglos del dominio español en América, los piratas que
intentaban, y en muchos casos lograban, robar valiosos cargamentos de oro y
otras mercancías procedentes del Nuevo Mundo abundaron en el mar Caribe,
que presentaba un lugar ideal para la actividad por su abundancia de islas en
las que los piratas podían refugiarse. Hay que tener en cuenta que los Reyes
Católicos permitieron en 1495 a todos sus súbditos tripular naves a las recién
descubiertas Indias, lo que hizo que muchas embarcaciones se lanzaran al
Atlántico sin la debida preparación, siendo fácil presa para los lobos del mar. 26
Felipe II ordenó que ningún barco hiciera la Ruta de las Indias sin protección
para evitar el ataque de los piratas a los navíos españoles. Para ello optó por la
formación de convoyes en los que las carabelas y las naos eran escoltadas por
los poderosos galeones y carracas, llamado Sistema de flotas y galeones.
Este sistema constituyó un gran éxito si nos atenemos a la proporción de flotas
fletadas (más de cuatrocientas) frente al de flotas atrapadas (dos), que da un
porcentaje de capturas de un 0,5%, y ninguna de estas dos se debió a la
acción de los piratas o corsarios, sino a la de Marinas de guerra
pertinentemente armadas. 26

El Spanish Main, la región costera continental de las posesiones españolas que daban al mar
Caribe. Principal lugar desde donde salían los navíos que llevaban las riquezas extraídas de
América para España.

En cualquier caso, en el siglo XVII el trópico de la América hispana se convirtió


en el escenario donde actuaban a destajo los lobos del mar, a menudo
amparados por los grandes países de Occidente (principalmente Inglaterra,
Francia y Holanda).
Como se ha indicado, se llamó corsarios a los que actuaban por cuenta de sus
reyes, quedándose con parte del botín. Por su lado, los simples aventureros y
ladrones fueron conocidos con el nombre genérico de bucaneros, pues sus
tripulaciones se nutrían de habitantes de las islas que preparaban y vendían
carne al bucán, es decir, ahumada. Sembraron el terror y la desolación en las
poblaciones situadas en el Golfo de México y el Caribe. Veracruz, San
Francisco de Campeche, Cuba, Santo Domingo, Cartagena de Indias,
Honduras, Venezuela, Panamá y Nicaragua fueron los lugares más castigados,
víctimas de saqueos, asaltos y asesinatos. 25 27
Resaltan las figuras del galés Henry Morgan, de los franceses El Olonés (de
nombre Jean David Nau) y Michel de Grammont , el neerlandés Laurens de
Graaf, Lorencillo (llamado así por su corta estatura; otros hacen referencia a él
como Lorent Jácome), todos ellos piratas sin escrúpulos. Los peores asaltos
que se recuerda fueron: Maracaibo por El Olonés, Veracruz por Grammont y
Lorencillo y Portobelo por Morgan. 25
Pero esta situación fue cambiando a medida que las colonias iban aumentando
en población, y la metrópoli fue invirtiendo en la flota, defensas y guarniciones.
De esta forma, a finales del siglo XVI los principales piratas y corsarios habían
muerto o estaban prisioneros:
 Richard Grenville fue derrotado y muerto en 1591 en las Azores.
 Thomas Cavendish fracasa en una expedición y fallece
en 1592 posiblemente aguas fuera de la isla Ascensión, África.
 David Middelton fracasa también en las Azores.
 George Clifford perdió 14 de sus 28 naves salidas de Plymouth en la
Operación Raleigh en 1595; entre ellos cayeron John
Hawkins y Francis Drake.
 Walter Raleigh, a quien el capitán Alonso de Contreras llamaba
"Guatarral", fue condenado a muerte, sufrió suplicio y fue
posteriormente decapitado en 1618.
El historiador británico J. B. Black lo expresó en una frase con tintes
nostálgicos: «Los formidables escuadrones de corsarios, que antaño asolaron
el Caribe, habían desaparecido». 28
Decadencia de la piratería caribeña[editar]
El desastre de la Armada Invencible produjo en España, y en especial
en Castilla, una sensación de inquietud ante la indefensión frente a un posible
contraataque de Inglaterra y las Provincias Unidas, lo que llevó a los
procuradores a atender las demandas de Felipe II que solicitó y obtuvo 8
millones de ducados para nuevas naves y fortificaciones. Este nuevo impuesto
fue conocido como Los millones y resultó terrible para los españoles en general
y los castellanos en particular, especialmente para las clases más humildes,
pero la cantidad fue abonada con creces. 29
Al año siguiente de la Armada Invencible, los ingleses atacaron Galicia con
la Invencible Inglesa, cosechando una absoluta derrota, hasta el punto de
determinar el resultado final de la Guerra anglo-española (1585-1604),
[cita  requerida]
 resultado materializado en el Tratado de Londres de 1604 en el que
España ganaba la guerra definitivamente. Por otra parte, las fortificaciones en
América, como la inexpugnable Cartagena de Indias, fueron reforzadas por los
mejores arquitectos del Imperio (como Bautista Antonelli), poniéndole la tarea
mucho más difícil a los piratas.

Fuerte de Cartagena de Indias, Colombia. Las impresionantes fortificaciones de esta ciudad fueron


reparadas y reforzadas por los mejores arquitectos militares, como Bautista Antonelli.

En el siglo XVII aparece una serie de aventureros que llenan las costas


americanas y que van en busca de fortuna. Son mercaderes y negreros,
bandidos y contrabandistas. Navegan por iniciativa propia pero con dispensa
pública de sus gobiernos respectivos. Se dedican casi exclusivamente al
saqueo de las riquezas obtenidas por los españoles, para su propio provecho.
A estos nuevos piratas, en España, se les llama herejes luteranos por sus
actividades, que se consideran no solo ilegales, sino violadoras de la fe
católica. Tenían su cuartel general en las colonias inglesas
de Jamaica y Barbados. La isla de Jamaica llegó a ser la isla más rica y fuera
de la ley del mundo; fue gobernada por Henry Morgan desde 1674, luego de
ser nombrado caballero por el rey Carlos II, quien le otorgó el cargo de
Gobernador de Jamaica, su principal función era la de administrar los bienes de
la Corona inglesa y combatir el aumento de la piratería en la zona, por parte de
corsarios y piratas franceses. 30 Los piratas ingleses se adueñaron de esas
costas por espacio de 200 años. 25
Algunos autores, películas y obras literarias consideran que la piratería fue un
factor decisivo en la decadencia del Imperio español. Así Gonzalo Torrente
Ballester, en su novela Crónica del rey pasmado, pone en boca de un
personaje que la única preocupación para que la Flota de Indias llegara entera
a Cádiz era que los corsarios ingleses no llegaran primero. 31 Sin embargo, esa
opinión no es unánime y muchos autores estiman que «la piratería tuvo muy
poca influencia en la marcha del Imperio».

 Wolfram ZuMondfeld1 opina que la causa del empobrecimiento la


tuvo la opresión económica creada por el monopolio de comercio con
la metrópoli, monopolio ostentado por la Casa de Contratación. A
esto ZuMondfeld une la limitada capacidad productiva de España,
que no podía atender todas las demandas de utensilios,
herramientas, enseres y demás mercancías demandados por unas
colonias que la superaban en mucho en extensión y población.
 Germán Vázquez Chamorro hace hincapié en que muchos de los
más famosos piratas (como Anne Bonny o Mary Read) realmente
atacaban barcos pesqueros o chalupas de escaso o nulo valor para
la corona española.32
 Este mismo autor, comentando el libro de Lucena Salmoral Piratas,
corsarios y filibusteros,33 indica que la piratería descendía con las
firmas de tratados de paz, que hacían menos necesarios a
los buitres del mar. Así pasaban de los honrosos corsarios a
filibusteros y finalmente a viles piratas, a los que persiguieron y
castigaron sin piedad en los siglos XVII y XVIII, cuando ya no eran
necesarios.
 Mariano González-Arnao hace ver que la posibilidad de que un barco
pirata con 20 o 30 hombres pudiera capturar un galeón con 168
arcabuceros/mosqueteros (más artilleros y marineros) solo se puede
dar en obras de ficción.26
 J. B. Black se suma a estos puntos de vista de la siguiente manera:
En las guerras entre España e Inglaterra, únicamente el ataque a las naves sueltas tuvo algún éxito.
Las Flotas del Tesoro triunfaron por su perfecta organización y porque los españoles tenían un
perfecto servicio de información. Admitamos que, aparte de las presas menores, los marinos
ingleses sólo en una ocasión pudieron interceptar o apresar una de aquellas codiciadas flotas. 26
Fuerte de Cartagena de Indias, Colombia. En contra de la creencia popular, ni los piratas ni los
marinos de otras naciones pudieron llegar a capturar siquiera el 1% de las flotas que salieron desde
el puerto caribeño.

En opinión de estos historiadores, el empobrecimiento causado por los


bandidos del mar, pese a tener puntos de verdad, es más una deformación
fruto de la literatura y la filmografía.
En la Isla de la Tortuga (frente a las costas de Haití, rodeada de islotes, lo que
hace que, a veces, sea mencionada en plural como Las Tortugas), los
bucaneros tuvieron una base internacional durante los siglos XVII y XVIII.
Formaban una asociación llamada Cofradía de los Hermanos de la Costa. No
se conoce el preciso origen de esta cofradía, pero se sabe que llegó a elaborar
una constitución que regiría sus vidas. Se presume que era transmitida por
tradición oral, ya que no se han encontrado registros escritos al respecto. Tales
preceptos son: 34
— «Ni prejuicios de nacionalidad ni de religión». En este punto, la coincidencia
es general. Convivían perfectamente católicos con protestantes e ingleses con
franceses. Se privilegia la individualidad como materia de crítica. Las guerras
europeas y sus odios no llegan a la Isla de la Tortuga. No hay países, hay
hermanos, pero cabe destacar que existían diferencias lingüísticas que
separaban a algunos grupos.
— «No existe la propiedad individual». Entendiéndose por esto la propiedad de
un determinado terreno. Quiere decir que la isla es de todos y para todos; cabe
destacar que los barcos de la cofradía tampoco tenían un propietario fíjo.
— «La Cofradía no tiene injerencia en la libertad de cada cual». Quiere decir
que no habría impuestos ni imposiciones de trabajos forzados ni código penal.
Cualquier problema entre hermanos debía solucionarse solamente entre ellos.
La participación en travesías es completamente voluntaria y no existirá
obligación alguna cuando llegue la hora de componer tripulaciones o armar un
ejército.
— «Si un cofrade abandona la sociedad, jamás será perseguido». Esta ley
permitía libertad absoluta para abandonar la cofradía en cuanto su integrante lo
decidiera o volver a entrar si lo quería.
— «No se admiten mujeres». Esta ley solo se aplicaba a la restricción de
mujeres blancas en la isla, ya que representaban un tipo de propiedad
individual. Esta ley evitaba que se formaran formas de vida estables que
pusieran en peligro la libertad adquirida. Solo se admitían mujeres negras y
esclavas, puesto que las esclavas no eran consideradas personas que
pudiesen «apresar» a un hombre en tareas indignas para un hermano.

Pintura de Jean Leon Gerome Ferris (1863–1930), que interpreta la batalla entre Barbanegra y el
teniente Robert Maynard.

El espíritu libertario de esta hermandad se modeló necesariamente en las


propias características de las vidas que habían llevado sus componentes:
proscritos, forajidos y a los tipos más crueles que se presentasen, gente por lo
general perseguida, atormentada y desarraigada, formularon leyes que
fomentaban la libertad de su propia sociedad. Los nombres más conocidos de
esta época son los de Michel de Grammont, Pierre Legrand, Henry Morgan, El
Olonés, Roche Brasiliano, Bartholomew Roberts y Edward Low. Muchos
colonos insatisfechos con el provecho que sacaban a sus tierras y deseosos de
enriquecerse con rapidez, se les unieron en sus hazañas.
Lo más curioso de esta constitución es la total ausencia de deberes. La
Cofradía solo teme a la omnipotencia, la dictadura, la tiranía. Los nuevos
integrantes eran bienvenidos, ya que esta sociedad se hacía más fuerte cuanto
más numerosa.
Hubo un pirata con vocación de escritor, llamado Alexander Olivier Exquemelin,
que ha dejado un verdadero tesoro histórico en su obra Los piratas de
América o Bucaneros de América. Describe a los piratas, la geografía por
donde se movían, la historia de muchos de ellos, sociedad, costumbres y
recompensas. 35
Otro tipo de bandidos del mar fueron los «filibusteros», especialistas tanto en el
robo y pillaje de barcos españoles como en introducir mercancías de
contrabando, sobre todo en Cuba y en las islas cercanas. No hay unanimidad
respecto al origen de la palabra. Unos la derivan del inglés free booter,
merodeadores del mar. Otros afirman que puede venir del nombre de los
buques ligeros fabricados en la zona de Las Tortugas, muy veloces por su proa
afilada, por lo que eran llamadas fly-boats y a los que los españoles
llamaban filibotes. Existe una tercera versión, más inverosímil, que sostiene
que pudo surgir de una hermandad pirata fundada en Las Tortugas, la
hermandad de los hijos de los botes o filiboat. En cualquier caso, se trataba de
tipos sin escrúpulos como sus anteriores colegas, pero tenían costumbres
distintas, pues esta nueva especie liquidaba rápidamente el botín conseguido
para empezar de nuevo la aventura del pillaje.
Retrato de William Kidd. Historiadores modernos no lo consideran pirata, debido a que actuó solo
como corsario bajo patente de corso de Guillermo III de Inglaterra.

Tenían a gala un lema: «Contamos con el día en que vivimos y nunca con el
que habremos de vivir». Belice fue un importante refugio filibustero durante el
siglo XVII. Aunque pertenecía a la Capitanía General de Guatemala, los
filibusteros encontraron fácil acomodo allí al estar su costa resguardada por
arrecifes y de difícil acceso a través del continente.
A partir del año 1697, parte de la piratería se trasladó a América del Norte, con
exponentes como Edward Teach, Stede Bonnet y Samuel Bellamy, y parte al
continente asiático, al mar Rojo y la costa de Malabar, con su base de
operaciones en la isla de Madagascar. En Asia, el nuevo escenario es el mar
de la India. El corso británico vuelve a tomar la patente y surgen figuras
como Henry Every o Avery y William Kidd. En el Extremo Oriente persiste la
actividad de piratas portugueses, holandeses y británicos y sus andanzas
visitan los mares de la India, China, Japón, Malasia y Borneo.
En ese mismo año de 1697, por el Tratado de Rijswijk, España cedía a los
franceses la mitad occidental de Santo Domingo, territorio que constituiría la
futura nación de Haití. La Isla de la Tortuga fue abandonada definitivamente y
los filibusteros se dispersaron. Los ingleses decidieron probar suerte en otras
aguas, como las del Pacífico; los demás se quedaron en las Antillas, actuando
con mucha menor intensidad en espera de tiempos mejores. Pero ni unos ni
otros conservaron la vieja organización; la Cofradía de los Hermanos de la
Costa había llegado a su fin. 36
En toda esta selva de piratería hay un personaje insólito que representa el
auténtico romanticismo pirata. El Capitán Misson, de nacionalidad francesa, era
un idealista, preocupado por la justicia, por construir un estado utópico en
alguna isla del Océano Índico. Se ha dicho de él que es un equivalente
al Quijote en el mundo de la piratería. Sus biógrafos cuentan que siempre
repartía equitativamente el botín entre su gente y que dejaba en libertad al
capitán de la nave apresada. Misson aparece solo en la obra de Charles
Johnson, cuyo cuento de Misson no conviene con los datos disponibles; por
eso, la mayoría de los historiadores de la piratería consideran a Misson un
mito.
Piratas de las Canarias[editar]
Véase también: Piratería en Canarias

Mural que representa el ataque de Charles Windon a San Sebastián de La Gomera (1743). Iglesia


de la Asunción de San Sebastián de La Gomera.

Debido a la situación estratégica de este archipiélago español como


encrucijada de rutas marítimas y puente comercial
entre Europa, África y América,37 este fue uno de los lugares del planeta con
mayor presencia piratesca. En Canarias destacan por un lado: los ataques y
saqueos continuos de
corsarios berberiscos, ingleses, franceses y holandeses;37 y por otro lado la
presencia de piratas y corsarios oriundos de este archipiélago, los cuáles
hacían sus incursiones en el Caribe. Piratas y corsarios como François Le
Clerc, Jacques de Sores, Francis Drake, Pieter van der Does, Morato
Arráez y Horacio Nelson atacaron las islas. Entre los nacidos en el archipiélago
destaca sobre todo el tinerfeño Amaro Pargo a quién el monarca Felipe V de
España benefició frecuentemente en sus incursiones comerciales y
corsarias. 38 39
Amaro Pargo participó en la carrera de Indias, logrando una gran fortuna
debido a la inversión de sus beneficios en las tierras de las que era propietario
en Tenerife, dedicadas principalmente al cultivo de la vid. El intenso comercio
que se desarrolló entre el Atlántico y el Caribe fomentó las actividades piráticas
y corsarias. Amaro Pargo llegó a participar en intervenciones corsarias a las
flotas de otros países europeos, apresando buques y destinando algunos a su
venta.
Piratas del Índico[editar]
La piratería en general, en perspectiva histórica, se desarrolló en cuatro focos
de gran actividad, donde los buitres del mar atacaban como verdaderos
depredadores: el mar Mediterráneo, el océano Atlántico Norte, el mar Caribe y
el océano Índico. De estas ubicaciones geográficas, el Índico fue uno de los
principales teatros de operaciones en la edad de oro de la piratería, que
destaca por las inmensas riquezas robadas a grandes navíos y valuadas en
millones de dólares. Su enclave lo constituyó la gran isla de Madagascar y el
centro estuvo localizado en la isla de Sainte Marie, pequeña isla frente a
Madagascar; esta fue visitada por renombrados piratas y siendo algunos de
ellos los más buscados por las armadas nacionales de países
como Inglaterra y Francia.

Galeón neerlandés, por Hendrick Cornelisz Vroom, del Rijksmuseum, Ámsterdam.

El capitán Van Tyle navegó en consorcio con el capitán James e hizo varias
presas en el océano Índico. Van Tyle poseía una plantación en Madagascar, en
donde trabajaban sus prisioneros y esclavos. Este pirata fue asesinado por un
esclavo. El pirata Thomas Tew también tenía su cuartel en Madagascar. Su
lugar de operaciones fueron las aguas del mar Rojo y el océano Índico. Tew
murió al estallar su barco durante un combate en alta mar. El más célebre
pirata de esta región fue Thomas Collins, designado gobernador de la colonia
pirata y que construyó un fortín para su defensa. Pero cuando fuerzas
francesas atacaron la isla, Collins fue ajusticiado en la horca. 40
Llegaron a la isla, piratas como el capitán Dirk Chivers, cuya tripulación se
apoderó de un tesoro valuado en unos 50 millones en monedas de oro y plata
de un barco que transportaba peregrinos que regresaban de La Meca; el
capitán Olivier Levasseur, conocido por el seudónimo de "El Buitre", quien robo
un tesoro compuesto por unos 400 millones en diamantes y el capitán William
Condon llamado "Billy Una Mano" porque al comienzo de su carrera como
pirata había perdido un brazo en combate, quien consiguió un botín de unos
375 millones en un solo abordaje. Todos ellos llevaron los tesoros y los barcos
capturados a la isla de Sainte Marie, esta ofrecía un puerto natural de fácil
acceso y una pequeña bahía con una diminuta isla, la isla Dux Forbane, en la
cual habían construido una bien artillada fortificación que la hacía
prácticamente inexpugnable. 41

Cementerio de piratas en la isla Sainte Marie, capital de la colonia pirata de Madagascar.

Hacia el final de la época de mayor actividad en el Índico y en la isla de Sainte


Marie, una pequeña flota de cuatro navíos de la Marina Real fue fletada
desde Inglaterra para capturar a los piratas que controlaban dicha isla y el mar
circundante, puesto que las tácticas de estos buitres del mar consistía en
navegar próximos a las costas de Madagascar, atacar y abordar los barcos que
bajaban hacia el sur provenientes de La Meca, transportando importantes
tesoros, y capturar tanto los bienes, las personas e inclusive la propia
embarcación que modificada por los mismos piratas pasaba a formar parte de
sus naves depredadoras. 41
Con el comienzo de la década de 1720, Libertalia, tal el nombre de la presunta
colonia pirata establecida en la costa norte de Madagascar, por el capitán
Misson y el dominico Caracciolo en el siglo anterior, llegaba a su fin. De
existencia discutida, se enmarca en el contexto de la piratería de los siglos XVII
y XVIII, época de gran auge de corsarios y piratas y en la que florecieron gran
número de asentamientos incontrolados de los mismos; con lo cual, la historia
de la piratería, tanto real como utópica en Madagascar culminaba
definitivamente.
Piratas de África[editar]
Los piratas de origen africano guardan una estrecha relación con la esclavitud,
esto se debe a que existió una coincidencia cronológica entre la edad de oro de
la piratería, especialmente en el Caribe y la época de apogeo de la esclavitud;
otro factor y de importancia geográfica es el de las rutas marítimas del Atlántico
Norte, éstas eran transitadas tanto por los barcos militares como los mercantes
y tanto por los barcos piratas como los negreros. Por lo cual, el infame
comercio de esclavos que salía de África era en muchas oportunidades
interceptado por los corsarios y piratas, quienes al capturar dichos barcos se
apoderaban de los esclavos; éstos entonces enfrentaban dos situaciones: los
corsarios al servicio de un soberano proseguían con el tráfico de los esclavos,
en cambio los piratas podían darles la opción de unirse a ellos y formar parte
de sus tripulaciones.

El comercio triangular sirvió económicamente los intereses de las colonias americanas y era base
del sistema de producción de las plantaciones así como del crecimiento preindustrial en Europa. Se
trata del camino de los barcos entre los puertos de Inglaterra, Portugal, España y Francia, hacia el
Caribe, una vez cargados por la costa oeste de África.

Se estima que el comercio de esclavos movilizó a cientos de miles de


africanos,[cita  requerida] algunos de ellos lograban escapar y pasaban a la
clandestinidad, en cambio otros eran bien recibidos cuando los capitanes
piratas reclutaban nuevos marineros.
Los piratas negros fueron, en ocasiones, más crueles y feroces que sus
camaradas, y esto debido a dos motivos principales: el resentimiento contra la
sociedad que los había privado de sus vidas y su tierra, llevándolos a una
injusta esclavitud, y el destino, ya conocido, que les esperaba si volvían a ser
capturados; en consecuencia, defendían su nueva libertad con un accionar sin
escrúpulos ni piedad. Por estas razones, a pesar de que la historia quiso
mantener ocultos y olvidados a estos piratas, surgen como exponentes de una
sociedad hipócrita donde la esclavitud y la piratería se fusionaron cruelmente. 42
Un pequeño número de piratas de origen africano ha trascendido y pasado a la
posteridad con sus nombres, ellos fueron: Black Cesar, Diego Grillo, Hendrik
Quintor, Juan Andrés, Peter Cloise, Domingo Eucalla, Francisco Fernando y
Viejo Sur, entre tantos otros piratas descendientes de africanos, que de la
infame e injusta esclavitud pasaron a la libertad de la piratería.
Este es un exiguo relato de sus vivencias, donde se fusiona lo histórico con lo
legendario, en todo caso y común a ellos es la siempre presente condena a la
esclavitud a que fueron sometidos y a la vez, el repudio a sus viles actos de
piratería.
El pirata Black Cesar fue engañado junto a su tribu por un capitán esclavista
que los obnubiló con seda, joyas y música; insistiendo en que quería comerciar
con ellos y concretar las negociaciones a bordo de su barco. Cuando Cesar y
sus hombres estaban distraídos con aquellas riquezas, el barco zarpó y todos
ellos fueron hechos prisioneros, continuó la travesía y por desgracia y fortuna a
la vez los alcanzó un huracán que los llevó a zozobrar en el cayo Elliot.

Mapa de la flota de mar de Francis Drake en Santo Domingo. Obra de Baptista Boazio de 1589,
perteneciente a la Colección Jay Kislak de Library of Congress.

Libre de sus opresores, y en condición de náufrago saqueó la embarcación que


los había rescatado; ese fue el comienzo de su carrera de pirata en los Cayos
de Florida, porque su modus operandi era simular un naufragio con su pequeño
barco, atacaba a sus rescatadores y les robaba; con la acumulación de botines
logró reunir un importante tesoro.
Otro pirata notorio, descendiente de africanos, su madre había sido esclava y
nacido en Cuba a mediados del siglo XVI, fue Diego Grillo. En la costa
de Camagüey, Cuba, corría el año 1610, cuando en una audaz operación
capturó un convoy compuesto por una decena de barcos que transportaban un
tesoro tan fabuloso que le permitió retirarse, pasar al anonimato y establecerse
como hacendado en su Cuba natal. 43
Destacados navíos, elogiados en su época, fueron en realidad infames
transportes de esclavos, que se convirtieron en legendarios barcos piratas
como el Queen Anne's Revenge del capitán Edward Teach, conocido
como Barbanegra, y el Whydah Gally del capitán Samuel Bellamy, conocido
como Black Sam. Muchos barcos como estos fueron los que comerciaron
esclavos de África occidental, desde Gambia y Senegal a Nigeria y Benín; y
luego de ser capturados por capitanes piratas, se los transformó borrando su
pasado, en gallardos navíos.
El comercio a través de las rutas marítimas, como el denominado "comercio
triangular", fue el escenario de dos flagelos: la piratería, condenada en forma
unánime por toda la sociedad y la esclavitud, un flagelo inmensamente mayor
promovido por esa misma sociedad.
Piratas del Pacífico[editar]
Los más famosos navegantes y piratas que exploraron el océano Pacífico y las
costas continentales se caracterizaron por su accionar de impetuosos pioneros,
pero totalmente eclipsados por su innata crueldad.
Olivier van Noort fue un navegante y pirata neerlandés del siglo XVII, el primero
de su país en circunnavegar el mundo. Tiene más parecido con Thomas
Cavendish que con Francis Drake. La crueldad de los actos presenta analogías
con la del pirata inglés que, arruinado, abandonaba la corte para dedicarse al
corso. Joris van Spilbergen fue un oficial naval militar y corsario neerlandés
del siglo XVII que saqueó las costas de Chile, Perú y Las Filipinas.
Jacques de Clerck, también conocido como Jacques l'Hermite, fue un
comerciante, almirante y pirata. Bloqueó y atacó al Callao en 1624 y en ese
mismo viaje murió. Explorador al servicio neerlandés conocido por comandar
un viaje alrededor del mundo con la flota de Nasáu (1623-26). Sirvió a
la Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales (Vereenigde Oostindische
Compagnie, o VOC; que, literalmente, es Compañía de las Indias Orientales
Unidas) como jefe comercial en la ciudad de Bantam y en la isla Ambon, en
las Indias Orientales Neerlandesas. Las islas Hermite, que se localizan frente a
las costas chilenas del cabo de Hornos y que su flota cartografió en febrero de
1624, fueron bautizadas en su honor. 44

Los Rugientes Cuarenta es una corriente de aire global que se desplaza entre los 40º y 50º S de los
océanos australes.

Hendrik Brouwer (a veces en español como Enrique Brouwer) fue un


navegante, explorador, pirata y administrador colonial neerlandés, recordado
por haber descubierto en el océano Índico en 1610 la zona de los Rugientes
Cuarenta. Brouwer la convirtió en una vía rápida para viajar entre Sudáfrica e
Indonesia. El atajo también es conocido a veces como la ruta de Brouwer. Esta
ruta, debido a sus fuertes vientos dominantes, suele ser considerada de riesgo
por los navegantes. Su presencia fue importante en la llamada ruta de los
clíperes que comunicaba Europa con Australia, Nueva Zelanda y el Extremo
Oriente. Este pirata participó en una frustrada expedición de conquista
en 1643 en las costas chilenas en la que murió de enfermedad.
El historiador y poeta británico Robert Southey lo describió de la siguiente
manera: «Era hombre de señalado valor, recto proceder y notable integridad,
pero odioso a sus subordinados, porque su disciplina era dura a fuerza de ser
severa, lo que provenía tal vez más del genio que de falta de discernimiento,
pues, como la mayor parte de sus compatriotas de aquel siglo, no conocía
Brouwer la compasión ni la clemencia.» 45
La debilidad del sistema defensivo español en puntos clave del Pacífico
Sur propiciaron los éxitos de los depredadores. Otros factores también
contribuyeron. La vasta extensión de los dominios de Felipe II que impedía
acudir con prontitud al remedio de todas las carencias defensivas y los a veces,
desacertados nombramientos de las autoridades encargadas de la gobernación
de las ciudades atacadas, faltas de la mínima experiencia militar, facilitaron los
ataques y saqueos, sin obviar por ello la audacia y cualidades militares de los
corsarios y piratas. 46
Piratas de China[editar]
Desde finales del siglo XVIII, con el aumento de la población, la distribución de
tierras se fue agravando día a día. Muchos campesinos perdieron sus tierras, y
se convirtieron en bandoleros o piratas. La localidad de Giang Bình era
conocida como semillero de piratas en esa época.

El barco Tay es atacado por los Piratas de Islas Ladrones.

En los primeros tiempos, la mayoría de los piratas chinos eran pescadores.


Llegaron a Giang Bình en botes para hacer negocios, aunque el gobierno chino
restringió el comercio marítimo privado. Giang Bình ubicado cerca de la
frontera entre China y Vietnam; perteneció a Vietnam desde la Dinastía Ly,
posteriormente, fue cedida a China tras el final de la Guerra Sino-Francesa,
actualmente se la conoce como Jiangping Town, en China.
Giang Bình fue un crisol de vietnamitas y chinos, estaba estratégicamente
ubicado; sin embargo, esta área fue descuidada por el gobierno vietnamita. La
rebelión de Tay Son estalló en el sur de Vietnam en 1771.
La rebelión pronto echó a los señores Nguyen y Trinh fuera del poder. Muchos
piratas chinos fueron contratados y se unieron a la guerra civil.
Nguyen Hue, uno de los líderes de Tay Son, coronó al emperador Quang
Trung y derrotó al ejército invasor chino en 1789. Después de la batalla, Hue se
reconcilió con China, sin embargo, esperó la oportunidad de vengarse de
China. Proporcionó dinero a los piratas chinos. A tres piratas
prominentes, Chen Tianbao, Mo Guanfu y Zheng Qi , se les ordenó contratar
más piratas. Desde 1790, el número de piratas chinos creció rápidamente. La
mayoría de ellos prometieron lealtad a la dinastía Tay Son y estaban
completamente entrenados. A muchos piratas se les concedieron puestos
oficiales. Pudieron bloquear las rutas marítimas y acosaron las costas del sur
de China (Guangdong, Fujian, Zhejiang, Jiangsu) con frecuencia. Más tarde,
también participaron en todas las batallas navales importantes contra Nguyen
Anh. 47
En 1801, la armada de Nguyen llegó a Phu Xuan, estalló una batalla naval en
el estuario de Non (actual estuario de Thuan An). Muchos piratas chinos fueron
contratados por Tay Son para luchar contra el señor Nguyen. Jean-Baptiste
Chaigneau describió que fue la batalla más feroz en la historia de Cochinchina.
La batalla terminó con una casi aniquilación tanto de la armada de Tay Son
como de los piratas chinos.

Junk chino descripto en "Travels in China", relato del viaje de 1804 desde Pekín a Canton, por John
Barrow.

La dinastía Tay Son fue derrocada por la dinastía Nguyen. A diferencia de los
emperadores Tay Son, el recién coronado Gia Long comenzó a reprimir a los
piratas. En septiembre de 1802, el ejército de Nguyen destruyó la guarida de
los piratas en Giang Bình, capturó a Zheng Qi y lo ejecutó.
Después de este incidente, los piratas chinos tuvieron que huir a Guangdong.
Para competir por el territorio, se atacaron entre sí. Finalmente, descubrieron
que simplemente se destruirían a sí mismos. En 1805, siete líderes piratas
hicieron un acuerdo, se fundó una alianza pirata.
Los siete líderes fueron: Zheng Yi (flota de bandera roja), Guo Podai (flota de
bandera negra), Liang Bao (flota de bandera blanca), Jin Guyang (flota de
bandera verde), Wu Shier (flota de bandera azul), Wu Zhiqing (flota de bandera
amarilla) y Zheng Laotong. No mucho después, Zheng Laotong se rindió al
gobierno chino, en realidad había seis bandas que se unieron a la alianza. La
Flota de Bandera Roja dirigida por Zheng Yi era la pandilla más fuerte de la
alianza, por supuesto, fue seleccionado como líder de la alianza.
Las islas Ladrones (actual archipiélago de Wanshan), Hong Kong y la
península de Leizhou se convirtieron en semilleros de piratas, los cuales
asolaron esos mares en las décadas siguientes. 48
Edad Contemporánea[editar]
El fenómeno de la piratería ya estaba muy disminuido a medida que los
Estados podían fletar armadas nacionales sin recurrir a los corsarios. Al mismo
tiempo, la progresiva organización y fortificación de las colonias y colonización
de nuevas tierras como África cierra las posibilidades a los buitres del mar de
atacar posiciones en tierra.
Sin embargo, la piratería continúa existiendo.
Siglo XIX: piratería en Norteamérica[editar]
A partir de 1850 los piratas son aún más acosados con la ayuda de adelantos
técnicos y militares. Los ladrones del mar se ven impotentes, sobre todo ante el
avance de los medios de comunicación y el aumento en el calibre y la precisión
de las organizaciones defensivas.
En la América hispana se mezclan los idealistas, contrabandistas, mercenarios
y negreros y luchan al lado de los independentistas que quieren liberarse de la
Corona española. Actúan desde Florida, donde los filibusteros estadounidenses
acosan los barcos españoles. Los historiadores ven en este proceder un
antecedente para la guerra de Cuba.

Bandera de Florida. Desde esta península americana salieron varias expediciones


de filibusteros estadounidenses.

Los investigadores y analistas de la piratería señalan que este no es un asunto


resuelto aún y que sigue actuando de maneras diversas.
A mediados del siglo XIX, una nueva ideología se une a las anteriores
compartidas en mayor o menor medida por los piratas. Es la Doctrina del
destino manifiesto invocado por el gobierno estadounidense. Siguiendo esta
doctrina, y teniendo en cuenta que la práctica totalidad de la superficie
continental estaba dominada y anexionada, América Central era el próximo
objetivo de los norteamericanos y el modelo era el Estado de Texas.
El caso texano consistió en inmigrar al territorio mexicano, proclamarlo
independiente en violación del juramento de lealtad al gobierno mexicano,
vencer al ejército mexicano (incluido el capítulo de la Batalla de El
Álamo profusamente mitificado por los estadounidenses) y, una vez obtenida la
plena soberanía, anexarlo a Estados Unidos. De acuerdo con Juan A. Sánchez
Giménez, este resume: «parece un maquiavélico plan bastante premeditado y
en cierto modo lo era». 49
Siguiendo el éxito anterior, Estados Unidos pretendía crear un imperio tropical,
especialmente en los Estados del Sur, que formaría los efímeros Estados
Confederados de América. A este fin se prestaron hombres de mar como John
Quitman o Narciso López, de origen venezolano, que planearon invadir Cuba,
proclamarla independiente de España y unirse a la emergente potencia
mundial.
Personas como los citados volvieron a poner en uso el viejo término de
filibustero sin ninguna connotación peyorativa en aquella época.
William Walker desembarca en El Realejo. Diorama del Museo Histórico Cultural Juan Santamaría
de Alajuela, Costa Rica.

Quizá el más famoso de todos aquellos filibusteros, pese a su corta vida,


sea William Walker, quien realizó tres expediciones para tomar distintas partes
de América Central.
En la primera de aquellas incursiones y a sus 28 años conquistó La Paz, capital
de la península de California, en 1853 con 45 hombres y proclamó la República
de la Baja California. Poco después la uniría a la recién creada República de
Sonora, proclamándose él como presidente. El ejército mexicano lo derrotó y
cruzó a Estados Unidos por la frontera. Fue juzgado y en el jurado se puede
apreciar la influencia de la Doctrina del Destino Manifiesto, pues solo tardaron
un minuto en decidir que era inocente de haber provocado una guerra ilegal.
En 1855 se lanza a la conquista de Nicaragua con sus 58 Inmortales, 170
nicaragüenses y 100 norteamericanos. Vence al ejército nicaragüense el 1 de
septiembre; pero en esta ocasión se muestra más prudente y nombra como
presidente a Patricio Rivas. Pero el resultado no dista mucho del anterior:
Nicaragua es invadida por 2500 hombres de Costa Rica y Walker es vencido
en Santa Rosa (territorio costarricense) y Rivas. Posteriormente se celebran
elecciones, pero las elecciones son amañadas por Walker y este sale elegido.
Sin embargo, esta serie de acciones son vistas como peligrosas por países
centroamericanos al percibirlas como una amenaza para su soberanía, y los
ejércitos de Costa Rica, Guatemala, El Salvador y Honduras lo derrotan y huye
en 1857. En noviembre vuelve a ser juzgado en Estados Unidos y se vuelve a
apreciar la creencia estadounidense de estar en su derecho de querer
anexionar esas tierras, pues Walker es absuelto.
En su tercera expedición a Honduras en 1860 no tiene tanta suerte y es
capturado por Nowel Salman de la Marina Real Británica. Fue juzgado en
Honduras y fusilado ese mismo año.
Pese a ser acogido como un héroe en los Estados del Sur, Walker actualmente
es un olvidado en Estados Unidos, no así en Centroamérica, donde las guerras
contra él pueden ser, como indica Juan A. Sánchez Giménez, el equivalente a
las Guerras de la Independencia del resto de las ex-colonias españolas que los
pueblos de América Central no vivieron (véase Guerra Nacional de
Nicaragua y Campaña Nacional de 1856-1857). 49
Siglo XIX: piratería en Sudamérica[editar]
Mientras se desarrollaba la Guerra de Independencia los nuevos gobiernos
independientes trataban de dañar el comercio marítimo de la Corona española
y difundir la guerra en los territorios dominados aún por los españoles. Para
ello, se valieron del corso marítimo, que permitía armar bajo su bandera a
buques privados y atacar barcos realistas sin comprometer demasiados
recursos del Estado en la empresa.
Mediante esta modalidad, los corsarios bajo bandera argentina obtuvieron unos
150 barcos como presas entre 1814 y 1823. La guerra de corso era entonces
considerada una forma legítima de guerrear y muchos corsarios
estadounidenses basados en Baltimore que participaron en la guerra entre su
país y el Reino Unido entre 1812 y 1814, obtuvieron luego patente de corso
en Buenos Aires. El contrato entre los corsarios y el Estado se llamaba patente
de corso, recibiendo los primeros derechos de atacar, apresar, saquear o
destruir buques de bandera enemiga, quedándose con una parte de botín
obtenido.

Pintura de una fragata de la clase Magicienne. Este tipo de navío, como la fragata La Argentina,
determinaron el poderío naval del siglo XIX.

El crucero corsario de la fragata La Argentina fue una expedición naval de


corso comandada por el marino francés al servicio de las Provincias Unidas del
Río de la Plata, sargento mayor de marina Hipólito Bouchard. La expedición
contra barcos y puertos españoles en América y las Filipinas se desarrolló
entre julio de 1817 y julio de 1819, formando parte de la Guerra de
Independencia Hispanoamericana.
Bouchard circunnavegó el planeta comandando operaciones de corso,
combates y otras incidencias en las costas
de Madagascar, Indonesia, Filipinas, Hawái, California, México y Centroaméric
a, para luego terminar siendo apresado en Chile por cargos de piratería.
Durante el crucero corsario de La Argentina se obtuvieron 26 presas y se
realizaron 10 acciones militares. 50
En Santa Bárbara, California, flamea la bandera argentina en uno de los
muelles costeros visibles desde la 101 Highway, junto con las de España,
Rusia, México y Estados Unidos, países que dominaron alguna vez California.
En el segundo piso del County Court House de la ciudad un mural de Theodore
Van Cina que representa el ataque corsario de 1818. En Dana Point, California,
se celebra la Fiesta Anual del Pirata, en recuerdo del ataque de Bouchard
a San Juan de Capistrano.
Al producirse la guerra de independencia de Chile, los habitantes del
archipiélago de Chiloé tomaron partido por el bando realista y se enfrentaron a
los independentistas en el territorio continental. Además, a partir de 1817, el
gobernador de las islas, Antonio Quintanilla, le dio patente de corso a Mateo
Mainery y su bergantín General Quintanilla para que hostilizaran a los
mercantes chilenos. A principios de 1818 la independencia de Chile estaba
consolidada, pero Chiloé no pudo ser derrotado entonces y las andanzas de
corso contra los chilenos y la piratería contra barcos de otras banderas se
extendieron hasta 1824.
Piratería en los siglos XX y XXI[editar]

El buque petrolero MV Sirius Star, el mayor barco capturado por piratas.

Durante el siglo XX, la piratería, ejercida de forma sistemática, está


concentrada a reductos del Tercer Mundo. Los países que, se estima, albergan
más piratas son Somalia, Indonesia y Malasia. En especial alrededor de Asia y
en particular en el estrecho de Malaca, un estrecho canal
entre Singapur, Malasia por al noreste e Indonesia al suroeste. En 2004, los
gobiernos de estos tres países acordaron incrementar la protección de las
naves que lo atravesaban.
En el siglo XXI, los ataques piratas se realizan con apoyo del GPS y se dedican
a robar las cámaras digitales y otros objetos de valor a los turistas. 33 Su zona
de actuación siguen siendo las mismas que en el siglo XX (sureste asiático,
el Cuerno de África principalmente), donde los Estados no tienen verdadera
jurisdicción y, a veces, ni siquiera el poder para controlar a sus fuerzas, ya
sean de seguridad o armadas.
Los actos llamados de piratería para barcos de gran tonelaje son muy escasos
en el Atlántico, buena parte del Pacífico y de gran incidencia en la costa
oriental de África.51 La piratería también afecta a las aguas
de Somalia y Nigeria y, en menor escala, en algunas costas de América del
Sur. 52 53 54
Se pueden citar:

Lancha con piratas somalíes a bordo.


 Entre 1994 y 1995, Canadá y España mantuvieron una disputa,
llamada guerra del fletán, cuando la marina de guerra del primer país
atrapó y remolcó a uno de sus puertos a un pesquero de altura
español cuando faenaba en aguas internacionales. El gobierno
canadiense acusó a los pescadores españoles de expoliar el
caladero de fletán negro. España consideró este apresamiento como
un acto de piratería, a lo que respondió con el envío de un patrullero
de altura de la Armada. Por su parte, Canadá amenazó con
considerarlo un acto de guerra y unos pescadores ingleses
capturaron otro pesquero español e izaron en él la bandera
canadiense.

 En 1995 varios barcos españoles apresaron un pesquero francés por


faenar con redes ilegales de un kilometraje superior al permitido.
Como en el caso anterior, Francia lo calificó como un acto de
piratería.

 En 2008 piratas somalíes capturaron, en el océano Índico, el buque


petrolero más grande jamás secuestrado: el Sirius Star, que
transportaba dos millones de barriles de petróleo a los Estados
Unidos. 51 55
Producto de los continuos actos de piratería en la zona, la Quinta Flota de los
Estados Unidos desplegada en la zona anunció la creación de una fuerza
marítima multinacional denominada CTF-151 para enero de 2009 para
enfrentar dicha situación. En ella participarán 20 países y el área de
operaciones comprenderá el Golfo de Adén, el mar Rojo, el océano Índico y
el mar Arábigo, ya que solo en el 2008 se registraron alrededor de una centena
de naves atacadas en las cercanías de la costa de Somalia.56 Uno de los
medios utilizados por la comunidad internacional para enfrentar esta situación
fueron patrullas militares navales organizadas en la Operación Atalanta de
la Unión Europea, la Operación Escudo del Océano de la OTAN y la Task
Force 150 de una coalición liderada por Estados Unidos, que operan en el golfo
de Adén, el golfo de Omán, el mar Arábigo, el mar Rojo y el océano Índico. 57

Grupo de barcos asignados a la Task Force 150. Foto de la U.S. Navy.

Por su parte, los piratas somalíes, autodenominados en un principio como


«Guardia Costera Voluntaria de Somalia», la mayoría pescadores, denuncian
que los verdaderos bandidos del mar son los pescadores clandestinos que
saquean nuestros peces, en clara alusión a los barcos pesqueros de países
desarrollados, y recuerdan a su vez, el grave problema de contaminación que
sufren debido al vertido de sustancias contaminantes (radioactivas entre ellas)
que estos países realizan en su litoral. 58
En cambio, la piratería es un problema casi endémico en las aguas del sureste
asiático. Para luchar contra ella, Japón y otras naciones de la zona realizan
maniobras para entrenar a sus fuerzas en la lucha contra la piratería y el
rescate de embarcaciones, como la llevada a cabo a principios de febrero
de 2007. 59
Asimismo, la piratería aérea ha tomado protagonismo en los siglos XX y XXI.

Democracia pirata[editar]
La sociedad en democracia y el código de conducta fueron los pilares básicos
de las organizaciones de piratas, cuyos principios fundamentales eran la
igualdad de sus integrantes sin distinciones de razas, religiones y costumbres.
De otra forma actuaban las agrupaciones de corsarios, las cuales respondían a
la autoridad de un soberano, siendo la estructura de las mismas vertical como
era el caso de las armadas regulares de las distintas naciones.

Piratas atacando a un galeón. Ilustración de Howard Pyle.

A diferencia de las tradicionales sociedades occidentales de la época, muchas


tripulaciones de piratas caribeños de ascendencia europea operaban
como democracias limitadas. Las comunidades Pirata fueron las primeras que
instalaron un sistema de controles y contrapesos (checks and balances) similar
al usado hoy día por los Estados Unidos y muchos otros países. El primer
registro de dicha forma de gobierno de una organización pirata data del siglo
XVII. 60
Tanto el capitán como el oficial de intendencia eran elegidos por la tripulación;
ellos, por turnos, elegían a los otros oficiales de la embarcación. El capitán de
barco pirata era a menudo un fiero luchador en el que los hombres podían
depositar su confianza, más que una figura de autoridad tradicional. Sin
embargo, cuando no estaban en batalla, el peso de la autoridad solía recaer en
el oficial de intendencia. Muchos grupos de piratas compartían totalmente el
botín; incluso los piratas heridos en batalla recibían una compensación
monetaria como si de un seguro médico o de discapacidad se tratase.
Hay registros de la época que indican que muchos piratas colocaban una
porción de sus riquezas en un fondo común que se usaba para compensar las
lesiones sufridas por la tripulación. Las listas muestran unos pagos
estandarizados de hasta 600 piezas de a ocho (156.000 pesos de la
actualidad) por la pérdida de una pierna, a 100 piezas (26.800 pesos) por
perder un ojo; cubriendo de forma específica todo tipo de lesiones.
El más famoso código fue el de Henry Morgan de 1671, el cual estaba
compuesto por dieciséis artículos donde se enumeraba y con detalles
específicos las indemnizaciones que les correspondería a los piratas en caso
de recibir heridas en batalla. Por otra parte, los artículos de Bartholomew
Roberts fueron enumerados en la obra del autor Charles Johnson 61, junto a las
normativas de John Phillips y Edward Low. En total eran once artículos y
pretendían marcar las normas de conducta de la tripulación a bordo. Fueron
escritos en 1721 debido a una deserción masiva encabezada por Walter
Kennedy. A menudo, todos estos términos fueron acordados y escritos por los
propios piratas, pero estos artículos del código de conducta pirata, como el
código pirata de los Hermanos de la Costa, también se podrían utilizar como
prueba incriminatoria de que actuaban fuera de la ley. 35
Homosexualidad en la piratería[editar]

La tripulación de Bartholomew Roberts en un momento de relajación según el libro The Pirates Own
Book.

En un ambiente marítimo carente de mujeres o grupo social de un mismo sexo,


la homosexualidad y las prácticas homosexuales eran ampliamente
aceptadas62 y parte de la vida diaria en el mundo de los bucaneros y piratas.
Algunos piratas rechazaban la heterosexualidad incluso cuando en los puertos
existía dicha posibilidad de tener contactos sexuales con mujeres,
generalmente prostitutas.63 Sin embargo, este es un concepto que parte de la
base de casos particulares, pero en general la realidad era otra. Por
ejemplo: Port Royal, Jamaica, en el año 1680 contaba con 6.000 residentes y
gran número de visitantes; tanto residentes como visitantes en su mayoría eran
piratas y de la población permanente había una inmensa cantidad de
prostitutas. Este hecho lo confirma la estadística de que cada cinco
edificaciones una funcionaba como burdel o prostíbulo. 64 En este sentido, dos
casos de piratas famosos demuestran esta diversidad de preferencias
sexuales: el capitán Edward Teach, conocido con el seudónimo de Barbanegra,
tuvo en su vida catorce esposas; y el capitán Bartholomew Roberts, conocido
como Black Bart, en su vida mantuvo el estado civil de unión igualitaria. 65
Algunos piratas preferían a los muchachos jóvenes, debido a ello solían
raptarlos y obligarlos a aprender sobre marinería siendo entrenados por un
pirata tutelar. El pirata y su «aprendiz» creaban fuertes lazos llegando incluso a
dormir y comer juntos, en algunas ocasiones compartían el botín. Estos piratas
conformaron los primeros «matrimonios» o uniones del mismo sexo de
la historia moderna en la institución conocida como matelotage.63 Era una unión
contractual entre dos hombres, que incluía la herencia de los bienes en caso de
fallecimiento de uno de ellos.6667 El «matelot»68 era generalmente el pirata,
pareja sexual o compañero más joven o económicamente desfavorecido.
También se conocen casos de piratas mujeres con tendencias o rasgos
homosexuales, tal es el caso de Anne Bonny y Mary Read, que formaban
pareja y que además, estas dos famosas piratas formaron un triángulo
amoroso con el capitán Jack Rackham, más conocido por su seudónimo de
Calico Jack, cuando residían en la isla de New Providence, una de las de
mayor población del archipiélago de las Islas Bahamas. 69 61

Referencia popular en cine y televisión[editar]


En la imaginación moderna, los piratas eran rebeldes, eran grupos inteligentes
que operaban fuera de la ley y la burocracia de la vida moderna. La imagen de
los piratas se asocia frecuentemente con el izado de la Jolly Roger, nombre de
la tradicional bandera de piratas europeos y americanos, y un símbolo que ha
sido adoptado por las grandes producciones cinematográficas y en la creación
de juguetes y peluches. Por ejemplo, "Piratas del Caribe" (en inglés, "Pirates of
the Caribbean") es el título de una franquicia cinematográfica de aventura
fantástica y piratas. La saga Piratas del Caribe cuenta con cinco películas
estrenadas y una sexta en producción. La primera película de la saga «Piratas
del Caribe: La maldición del Perla Negra» fue estrenada en el 2003, producida
por Jerry Bruckheimer y basada en la atracción del mismo nombre del Parque
Temático de Walt Disney Studios Park. 70
El capitán Jack Sparrow representado en Wizard World Anaheim.

La cinematografía internacional, especialmente los estudios de Hollywood, ha


producido en distintas décadas filmes sobre el tema de la Piratería,
convirtiéndose esta temática en clásica del cine. Los filmes más destacados
han sido: El Pirata Negro (1926), La Isla del Tesoro (1934), El Capitán Blood
(1935), Corsarios de Florida (1938), El Halcón del Mar (1940), Piratas del Mar
Caribe (1942), El Cisne Negro (1942), La Princesa y el Pirata (1944), El
Capitán Kidd (1945), El Pirata (1948), La Fortuna del Capitán Blood (1950), La
Mujer Pirata (1951), El Pirata Barbanegra (1952), La Isla de los Corsarios
(1952), El Secreto del Pirata (1952), Piratas de Trípoli (1955), Simbad y la
Princesa (1958), Los Bucaneros (1958), Morgan el Pirata (1961), Piratas de
Tortuga (1961), Gordon, el Pirata Negro (1961), El León de San Marcos (1963)
y Viento en las Velas (1965). 71
Por otra parte, canales de televisión documental como National
Geographic, Discovery Channel y History Channel, han producido en las
últimas décadas documentales como los siguientes: Barbanegra, el Más Infame
Pirata que haya existido (1997); Port Royal, la Ciudad perdida de los Piratas
(1997); Los Barcos Piratas (1997); Historia de los Piratas del Caribe (1998);
Piratas Reales (1998); Sin City Jamaica, el Paraíso Pirata (1998); El misterioso
barco de Barbanegra (2005); Piratas del Caribe (2007); El barco perdido de
Barbanegra (2009); La Isla de los Piratas (2011) y La ciudad pirata de Port
Royal (2017); entre otras producciones de contenidos altamente
documentados. 72
La visión popular de la piratería ha sido mayormente influenciada por el cine y
la televisión, a lo largo de muchas décadas, pero en la realidad: «La piratería
era como un "doblón de oro", siempre tuvo dos caras: una cara donde reinaba
el idealismo, lo pintoresco y el romanticismo; y otra cara donde imperaba la
violencia, el delito y la perversidad». 73
Portada de La isla del tesoro en una edición de 1911.

Literatura y piratería[editar]
Tema de libros de aventura y poesía, la piratería ha tenido una parte importante
en la literatura. Sirvan de ejemplo:

 La isla del tesoro, de Robert Louis Stevenson.


 Capitán Blood, de Rafael Sabatini.
 Sandokán, de Emilio Salgari.
 El corsario negro, de Emilio Salgari.
 La reina del Caribe, de Emilio Salgari.
 En costas extrañas, de Tim Powers (Piratas del Caribe y Monkey
Island están basados en este libro).
 Canción del pirata, de José de Espronceda.
 El libro de los piratas, de Howard Pyle.
 Vampiratas, una ola de terror, de Justin Somper.
 La taza de oro, de John Steinbeck.
 El Pirata enmascarado, por Juan Carlos Riofrío Martínez-Villalba.
 Los piratas circulares, de Rafael Estrada.
 Long John Silver, de Björn Larsson.
 Pirata, de Luis Britto Garcia.
 Historias de piratas, de Arthur Conan Doyle.
 Latitudes piratas, de Michael Crichton.
 El pirata comepapas, de Clausete González.
 Dinosaurios y piratas,una nueva etapa, de Kawa Cate Johnson.
 La Canción del Pirata, de Fernando Quiñones.
 Bandidos Del Mar, de Franco Alvarez
 One Piece, de Eiichiro Oda

Piratas célebres[editar]
Categoría principal: Piratas y corsarios.
Ilustración de Howard Pyle de unos piratas luchando por resultar capitán.

 Barbanegra
 Anne Bonny
 Mary Read
 Jack Rackham
 Grace O'Malley
 Henry Jennings
 Jeireddín Barbarroja
 Roger de Flor
 Francis Drake
 Agnes Annie Drake
 Hipólito Bouchard
 Tomás Espora
 Pier Gerlofs Donia
 John Oxenham
 Thomas Cavendish
 John Hawkins
 Richard Hawkins
 Olivier van Noort
 José Gaspar
 Michel de Grammont
 Laurens de Graaf
 Henry Morgan
 Amaro Pargo
 Jean David Nau
 John Clipperton
 Bartholomew Roberts
 Lope de Aguirre
 William Kidd
 Walter Raleigh
 Benito Soto Aboal
 Roberto Cofresí
 Hendrick Brouwer
 Samuel Bellamy
 Edward England
 Louis Michel Aury
 Bartholomew Sharpe
 Thomas Tew
 Woodes Rogers
 Mateo Mainery
 Jacques de Sores
 Walter Kennedy
 Amyas Preston
 George Somers
 Klaus Störtebeker
 Kristoffer Trondsen Rustung
 Charles Vane
 Benjamin Hornigold
 William Walker
 Henry Every
 William Dampier
 Roche Brasiliano
 Cabeza de Perro
 Pirata enmascarado
De ficción[editar]

 Guybrush Threepwood
 LeChuck
 Edward Kenway
 Monkey D. Luffy
 Edward Kenway
 Gol D. Roger
 Trafalgar Law
 Jack Sparrow
 Capitán Barbossa
 Sandokán
 Simbad el Marino
 Capitán Garfio
 Capitán Blood
 John Silver El Largo
 Rackham el Rojo
 Davy Jones
 Charles Vane
 Negro César
 Foxy (Five Nights at Freddy's)

Ilustración de Carlos NCT para la novela "Los piratas circulares".

Jack Hunter

 Will Turner
 Elizabeth Swann
 Saïd (Mar i cel)

Véase también[editar]
  Portal:Derecho. Contenido relacionado con Derecho.
 Corsario
 Filibustero
 Bucanero
 Fortaleza del Real Felipe
 Piratería en Canarias
 Ronda del pirata
 Bandera Jolly Roger
 Port Royal
 Libertatia
 Utopía pirata
 Wakō
 Edad de oro de la piratería
 Homosexualidad en la piratería
 Anexo:Tesoros desaparecidos
Referencias[editar]
0. ↑ Saltar a:a b c d e f g h i ZuMondfeld, Wolfram, Piratas, Círculo de Lectores,
Barcelona, 1978, ISBN 84-226-1034-5
1. ↑ Convención de las Naciones Unidas sobre derecho del mar.
2. ↑ Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua
Española. «pirata». Diccionario de la lengua española (23.ª edición).
Consultado el 27 de agosto de 2015.
3. ↑ Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua
Española. «pirata». Diccionario de la lengua española (23.ª edición).
4. ↑ Quesada, Fernando, «El día que Alejandro pudo morir», n.º 26 de La
Aventura de la Historia, Arlanza Ediciones, Madrid, diciembre de
2000, ISSN 1579-427X
5. ↑ Saltar a:a b c Laura Manzanares, «El Mediterráneo, también mar de piratas»,
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6. ↑ Alvar, Jaime, «Tartesos, el reino legendario de Argantonio — S. VII / S.
VI a. C.», Memoria de España, Televisión Española, Madrid, 2004, Registro
E.A. n.º 821, Depósito Legal 9504-2004
7. ↑ Vlahovic, Petar (1995). «Projekat Rastko Cetinje». El origen serbio de los
montenegrinos: p.157. Consultado el 04-04-22.
8. ↑ Marazzi, Federico, «En busca de tierra y fortuna», n.º 95 de La Aventura de
la Historia, Arlanza Ediciones, Madrid, ISSN 1579-427X
9. ↑ Saltar a:a b Tom Bloch-Nakkerud, Los vikingos, Egmont Boker Fredhoi AS-
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10. ↑ Saltar a:a b c Eduardo Morales Moreno, «Los vikingos en España», n.º 12
de Historia de Iberia Vieja, HRH Editores, Madrid, 2006
11. ↑ Ricardo Herren, «Una capilla para la princesa vikinga», n.º 54 de La
Aventura de la Historia, Arlanza Ediciones, Madrid, abril de 2003
12. ↑ Esteva, Jordi, «Hijos de Simbad, los árabes del mar», n.º 60 de Clío, Madrid,
octubre de 2006, ISSN 1579-3532
13. ↑ Ndoto, Webber, «Gran Zimbabwe», n.º 256 de Investigación y Ciencia,
versión española de Scientific American (Prensa Científica), Barcelona, enero
de 1998, ISSN 0210-136X
14. ↑ Saltar a:a b Ramiro Feijoo, «España pone pie en Berbería, Mazalquivir», n.º
83 de La Aventura de la Historia, Arlanza Ediciones, Madrid, septiembre de
2005
15. ↑ Saltar a:a b c Esteban Mira Caballos, «Corsarios, tábanos del Imperio», n.º 88
de La Aventura de la Historia, Arlanza Ediciones, Madrid, febrero de 2006
16. ↑ Matar, Nabil (2000). Turks, Moors, and Englishmen in the Age of
Discovery (en inglés). Columbia University Press. p. 60-61. ISBN 0231110154.
17. ↑ Saltar a:a b Tenenti, Alberto (1967). Piracy and the Decline of Venice 1580-
1615 (en inglés). University of California Press.
18. ↑ Brogini, Anne (2006). «Capítulo VI La course, entre conflits et
échanges». Malte, Fronti

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