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Universidad Nacional de Cuyo

Facultad de Filosofía y Letras

Fundamentos de la Historia y la
Arqueología

María Gabriela Vasquez y Pablo Andrés Cahiza

Colaboradoras:
María Celeste Aroca
Laura Isabel Zaccaria

Mendoza - Argentina
2018
Ilustración de la tapa:

“Mirando la historia desde una nueva dimensión” En Minorias creativas. Disponible en:
http://minoriascreativas.com/blog/2016/06/23/historia-horizontal/ (consultado el 21 de
septiembre de 2018)

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Universidad Nacional de Cuyo
Facultad de Filosofía y Letras

Autoridades

Decano
Dr. Adolfo Omar Cueto

Vicedecano
Dr. Víctor Gustavo Zonana

Secretaria Académica
Prof. Mgter. María Ana Verstraete

Secretaria de Gestión Estudiantil y Egreso


Prof. Mgter. Viviana Carmen Ceverino

Director del Departamento de Historia a/c.


Dr. Juan Pablo Ramis

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Índice

Presentación …………………………..…………………………...……....... 7

Parte I

Fundamentos de la Historia, María Gabriela Vasquez …......….…….. 9

I. Los conceptos (Historia, Historiografía y Memoria) ....................... 11

II. La Historia como disciplina científica (método y fuentes


escritas, materiales y orales) .............................................................16

III. Historia de la escritura del pensamiento


histórico ............................................................................................ 31

IV. Elementos constitutivos de la Historia (sujeto, tiempo y


espacio) ............................................................................................ 44

Glosario ............................................................................................ 75

Referencias de imágenes ................................................................ 77

Bibliografía ....................................................................................... 78

Parte II

Arqueología: investigación científica del pasado para la valoración del


presente, Pablo Andrés Cahiza ...................................................… 81

I. ¿Qué es la Arqueología? .............................................................. 83

II. Las metas de la Arqueología ........................................................ 86

III. La recolección de datos: los trabajos de campo ........................ 89

IV. Actividades analíticas: tareas de laboratorio ............................. 92

V. Un recorrido por los procesos fundamentales de la


Prehistoria ........................................................................................ 94

VI. La práctica arqueológica en la Argentina .................................. 99

VII. Arqueología y Patrimonio cultural ........................................... 102

Glosario .......................................................................................... 107

Referencias de imágenes ............................................................. 110

Bibliografía .................................................................................... 110

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Presentación

Estimado estudiante:

La elección de una carrera universitaria es una de las opciones más importantes en la vida de
una persona. Por ello, a través de este texto, nos proponemos acompañarte en los primeros
pasos de este camino hacia tu vida profesional. Nuestro objetivo es hacerlo de un modo
constructivo, para que puedas tomar contacto con la disciplina histórica y la Arqueología y, al
mismo tiempo, apropiarte de los saberes básicos para la inserción en la vida universitaria.

La Historia y la Arqueología, como saberes académico-científicos, buscan ofrecer respuestas


a las inquietudes acerca del devenir de los seres humanos en el tiempo y en el espacio. Por
ello, de algún modo el pasado está contenido en el presente y éste adquiere sentido si
comprendemos y explicamos los acontecimientos acontecidos desde el mismo proceso de
hominización en adelante.

En este texto hemos tenido en cuenta cuatro competencias básicas, las cuales se desarrollan
a lo largo de todo el libro. Ellas son:

a) Comprensión y producción de textos escritos y orales

Esta competencia está presente en las diferentes actividades propuestas y que se incluyen a
continuación de los bloques temáticos desarrollados en cada parte del libro. Las mismas,
tienen por objetivo lograr que el estudiante sea capaz de comprender y sistematizar los
contenidos presentados, además de producir textos escritos y orales, a partir del conocimiento
de los diferentes tipos de textos académicos y ejemplos de fuentes y documentos que se
encuentran en los respectivos Anexos.

b) Búsqueda, procesamiento y análisis de la información proveniente de diferentes


fuentes/documentos

Los autores han incorporado en cada parte del libro ejemplos de fuentes primarias (escritas,
orales y materiales) y secundarias (bibliografía); estas últimas, de diferentes perspectivas
teóricas a fin de que el estudiante sea capaz de familiarizarse con las tareas propias de los
historiadores y arqueólogos y, al mismo tiempo, conocer, distinguir y manejar distintos tipos
de textos académicos.

c) Correcta ubicación espacio temporal

En Historia y en Arqueología es fundamental poder ubicar en el tiempo y el espacio los


acontecimientos y procesos estudiados. Por ello, a lo largo del texto se insiste en trabajar esta
competencia por medio del análisis de mapas y líneas de tiempo.

d) Definición precisa y manejo de conceptos propios de la Historia y la Arqueología

Ésta también se encuentra presente a lo largo de todo el libro. El objetivo es que el estudiante
sea capaz de manejar correctamente los conceptos propios de la Historia y la Arqueología.
Para ello, al final de cada parte del texto se encuentra un glosario de términos específicos.

Este texto es una obra introductoria a los fundamentos de la Historia y de la Arqueología y


busca familiarizarte con los conceptos y temáticas más relevantes de las respectivas
disciplinas.

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La primera parte reflexiona sobre los fundamentos teóricos de la Historia. También se analizan
las fuentes escritas, orales y materiales, recursos fundamentales para la tarea de las y los
historiadores y, a su vez, se desarrolla el método histórico. Posteriormente, se realiza un breve
recorrido acerca de cómo se ha escrito la Historia a través del tiempo, con el objetivo de
mostrar las diferentes interpretaciones y variadas visiones que existen sobre el pasado. Por
último, se trabaja con los elementos constitutivos de la Historia, esto es, sujeto tiempo y
espacio.

La segunda, está dedicada a la Arqueología, a su objeto de estudio, metodología de trabajo y


perspectivas actuales y futuras de la disciplina; además de las referencias al patrimonio
cultural y un recorrido sintético sobre los procesos fundamentales de la Prehistoria.

Cada una de las secciones cuenta con cuadros de síntesis que destacan los núcleos centrales
de las temáticas abordadas, a fin de que te apropies de los conceptos más importantes de la
Historia y la Arqueología de forma gradual y ordenada. Además, las guías de actividades te
ayudarán a comprender y sistematizar lo visto, leer e interpretar las fuentes históricas y
ejercitar la ubicación espacio-temporal de los diferentes acontecimientos y procesos del
pasado. De allí, el trabajo con mapas y líneas de tiempo en cada una de las partes del texto.
Al mismo tiempo, el uso de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC),
te permitirán familiarizarte con un recurso que cobra cada vez más importancia en la tarea del
estudiante universitario y futuro historiador, arqueólogo y docente.

Te invitamos, entonces, a transitar juntos las páginas de este libro y deseamos que al
terminarlo hayas podido satisfacer tus expectativas y confirmar que esta opción que has
hecho, es la mejor para tu futuro.

¡Te damos la BIENVENIDA a la vida universitaria!

Los Autores

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PARTE I

FUNDAMENTOS DE LA HISTORIA

Esp. María Gabriela Vasquez

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I. Historia, Historiografía y Memoria

¿Qué es la Historia?
un proceso continuo de interacción
entre el historiador y sus hechos,
un diálogo sin fin entre
el presente y el pasado”.
Edward Carr

Historia, Historiografía y Memoria son conceptos nucleares de la disciplina, por ello, es


necesario precisarlos y, al mismo tiempo, saber que no existe una única acepción de los
mismos, sino múltiples y variadas definiciones.

Pero antes de comenzar, te pedimos que en pequeños grupos, compartas con tus
compañeros lo que entiendes por Historia, Historiografía y por Memoria y luego hagas la
puesta en común con el docente.

Como has podido observar luego de la actividad, las definiciones son muchas, tanto de
Historia como Historiografía y Memoria, y aquí te ofrecemos otras más.

Historia
Marc Bloch, por ejemplo, define a la Historia como la ciencia de los hombres en el tiempo
(Bloch, 1995: 26); y Edward Carr considera que la Historia tiene dos sentidos: “la investigación
llevada a cabo por el historiador y los hechos del pasado que él estudia”. (Carr, 1961: 73).
Esta ambivalencia del término historia ha sido señalada por otros investigadores. Así, Reinhart
Koselleck considera la Historia como realidad y como reflexión. (Koselleck, 2016). Por ello,
siguiendo a este autor podemos decir entonces para sintetizar que la Historia es realidad
(sujeto humano a través del tiempo y el espacio); y, al mismo tiempo, reflexión sobre dicha
realidad.

Veamos un caso para que puedas visualizar las dos acepciones: La llegada de Cristóbal Colón
a América en 1492 es un ejemplo de la Historia como realidad; en cambio, el estudio sobre
dicho acontecimiento plasmado en textos que se han escrito sobre ello, constituyen ejemplos
de la Historia como reflexión, conocimiento y relato.

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Historia (realidad) Historia (reflexión)

ACONTECIMIENTO HISTÓRICO ESTUDIO Y RELATO SOBRE DICHO


ACONTECIMIENTO

Desembarco de Colón. Obra de Dióscoro Bethell, Leslie (coord.). (1990). Historia de


Puebla (1862) América Latina. Tomo 1: “América colonial: La
América precolombina y la conquista”.
Barcelona: Crítica.

Cuadro 1. La Historia como realidad y como reflexión (elaboración propia)

Historiografía
“Historiografía es, en su acepción más simple, `escritura de la
Historia´. E históricamente puede recoger la alusión a las diversas
formas de escritura de la Historia que se han sucedido desde la
Antigüedad clásica. Se puede hablar de `historiografía griega´, `china´
o `positivista´, por ejemplo, para señalar ciertas prácticas bien
identificadas de escribir historia en determinadas épocas, ámbitos
culturales o tradiciones científicas”. (Aróstegui, 2001: 27).

Por su lado, Enrique Moradiellos García considera que la Historiografía es “la Historia de los
relatos históricos y sus autores”. (Moradiellos García, 2001: 57).

Así, si volvemos al caso de la llegada de Colón a América, este acontecimiento constituye la


Historia y todos los relatos que se han escrito sobre éste, forman parte de lo que llamamos
Historiografía.

Memoria
La memoria es la facultad de recordar, de traer al presente y hacer permanente el recuerdo,
señala Julio Aróstegui. (Aróstegui, 2004: 12). Podemos hablar de memoria individual, que
corresponde a un solo sujeto o memoria colectiva, que pertenece a un grupo. Este depósito y
acervo de vivencias comunes compartidas y constituye un “bien cultural” de gran relevancia.
(Aróstegui, 2004: 6).

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A modo de ejemplo de memorias individuales, podemos mencionar los testimonios de las y
los veteranos de la Guerra de Malvinas o de las y los sobrevivientes del Holocausto; ahora
bien, hay que señalar que no se trata solo de memorias traumáticas, ya que contamos también
con testimonios que remiten a otro tipo de experiencias, como es el caso de las Reinas
Nacionales de la Vendimia o de inmigrantes que llegaron a la Argentina, como veremos más
adelante, funcionarios del gobierno o trabajadores rurales, entre otros. En cuanto a ejemplos
de memoria colectiva, señalamos, por ejemplo, la memoria de los argentinos sobre la última
dictadura o sobre los gobiernos kirchneristas, que nos revelan la ya conocida “grieta”.

¿Historia versus Memoria?


Historia y Memoria no son sinónimos, pero tampoco conceptos antitéticos sino que están
estrechamente vinculados.

Se trata de manifestaciones y reservorios de la experiencia humana; las dos batallan contra


el olvido, sostiene Julio Aróstegui (Aróstegui, 2004: 11); y ninguna logra captar en su totalidad
el pasado. Mientras que en la Memoria priman las emociones y sentimientos, en la Historia,
en cambio, la subjetividad está controlada. La primera no está sujeta a ningún método, pero
la segunda sí lo está, ya que se trata de una disciplina científica. En este punto, el autor
mencionado señala: “El problema central de toda memoria es, pues, el de su «fiabilidad». Sin
embargo, la historia tiene una connotación definitoria inexcusable: su necesario contenido de
verdad”. (Aróstegui, 2004: 27). Y más adelante agrega:

“La Historia restituye la memoria del pasado pero puede también


rectificarla. La tensión entre la memoria de los testigos y la
construcción del historiador está siempre presente y puede llegar a ser
conflictiva. La historia más reciente está poblada de ejemplos de ese
tipo (...). La memoria retiene el pasado pero es la historia la que lo
explica”. (Aróstegui, 2004: 36).

Síntesis de lo visto

• El término Historia es ambivalente porque se refiere tanto a la realidad pasada,


como a la reflexión sobre dicha realidad.

• Los elementos constitutivos de la Historia son: el sujeto humano (individual y/o


colectivo); el tiempo; y el espacio.

• La Historiografía es la escritura de la Historia; alude a las diferentes formas de


escribir la Historia que se han sucedido desde la Antigüedad clásica hasta
nuestros días.

• La Memoria la facultad de recordar, de traer al presente y hacer permanente el


recuerdo.

• Historia y Memoria no son conceptos equivalentes, aunque tienen características


comunes.

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Actividades para resolver
1. Como vimos, el término Historia es ambivalente porque se puede entender de dos maneras.
Te pedimos que leas el siguiente fragmento de Enrique Moradiellos García y luego completes
el cuadro comparativo que se encuentra a continuación. Te damos un ejemplo para que te
orientes.

“Casi desde el mismo momento de su cristalización, la palabra pasó a


tener dos significados diferentes: 1) las acciones del pasado en sí
mismas (res gestae); 2) la indagación sobre «las acciones realizadas
por los hombres» (historiam rerum gestarum).
“Muchos autores, filósofos e historiadores, han subrayado esta
ambivalencia semántica del término y, en no pocos casos, lamentado
su existencia por introducir un elemento de confusión entre «el
conocimiento de una materia y la materia de este conocimiento»”.
(Moradiellos García, 2001: 40).

Historia

Acciones realizadas por los Indagación/investigación sobre


seres humanos en el pasado las acciones realizadas por los
(res gestae) seres humanos en el pasado
(historiam rerum gestarum)

1 Descubrimiento de América 1 Investigación sobre las


(1492) causas del descubrimiento de
América; biografía de Cristóbal
Colón, etc.

2 2

3 3

4 4

2. El historiador Pierre Vilar, por su lado, ejemplifica la historia-pasado y la historia-


conocimiento de la siguiente manera:

“Cuando decimos `historia de Francia´, la entendemos como el


conjunto de hechos pasados referentes al grupo humano organizado
que lleva actualmente este nombre; pero también entendemos por tal
nuestros manuales escolares corrientes”. (Vilar, 1999: 17).

A partir de las palabras de Vilar, ¿puedes dar dos ejemplos de la historia-pasado y dos de la
historia-conocimiento referidos a la Historia de nuestro país?

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a).................................................................................................................................................
....................................................................................................................................................

b).................................................................................................................................................
....................................................................................................................................................

3. Teniendo en cuenta que Historia y Memoria no son sinónimos, aunque sí comparten ciertas
similitudes, te pedimos que completes el siguiente cuadro comparativo, de acuerdo con lo
señalado más arriba.

Historia Memoria

Similitudes 1.

2.

Diferencias 1. 1.

2. 2.

4. En el Anexo 1, al final de la primera parte del libro, se encuentra una entrevista a Pierre
Nora. En ella, el autor habla sobre la Historia y la Memoria de una manera clara y precisa.
Luego de leerla, completa el siguiente cuestionario:

a) ¿Quién es Pierre Nora? Busca sus datos biográficos y de su trayectoria académica.


Puedes utilizar tu teléfono móvil para obtener en la web la información a través de
alguno de los buscadores.

b) ¿Historia y Memoria son sinónimos para Nora? ¿Por qué? Fundamenta tu


respuesta.

c) ¿A qué se refiere Nora cuando habla de los “abusos de la Memoria”?

5. La Memoria tiene características particulares que la diferencian de la Historia, como vimos


más arriba. A continuación transcribimos testimonios de testigos de acontecimientos históricos
relevantes (Revolución Francesa y el fallecimiento de Eva Perón), pero se trata de opiniones
y puntos de vista diferentes de cada uno de los testigos. Te pedimos que señales en ellos las
palabras o fragmentos que den cuenta de los elementos característicos de la Memoria.

*Testigos de la Revolución francesa (1789): Alexandre-Balthazar-Laurent Grimod de la


Reynière y Restif de la Bretonne

“¡Perezcan para siempre los execrables filósofos cuyos escritos


condujeron a estos excesos y que se vanaglorian hoy de ello!...
Pagarán muy caro el infame triunfo: su sangre será vertida
expiatoriamente y yo mismo me lavaré las manos en ella, con alegría,
y prenderé con gusto la mecha de la pira que ha de consumirlos
aunque entre las víctimas estén los que otrora amé. Sí, deseo la

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sangre de los que nos han llevado adonde estamos... Jamás el peor
fanatismo produjo la milésima parte de los males que causa la
incredulidad de hoy. ¡Malditos sean los ateos, los deístas, los
incrédulos y los herejes! Arderán en este mundo y en el otro”.
Alexandre-Balthazar-Laurent Grimod de la Reynière, en carta a Restif
de la Bretonne fechada el 4 de abril de 1791. (Grimod de la Reynière,
2018: 17).

“Sí, soy republicano y con orgullo, desfilo por las calles con la pica,
hago guardias cuando no me lo impiden mis achaques, me siento, en
la sección, al lado del obrero grasiento y discuto con él de los intereses
comunes, llevo el mismo traje azul que me hice en 1773, todo recosido,
pero me va bien en ese lugar y bajo la pica revolucionaria. (...) ¡Ah!,
mueran los repugnantes monjes que le viciaron el espíritu, el alma tal
vez... ¡Oh! Querido La Reynière, tú, nacido patriota, tú, demócrata
cuando nadie lo era salvo los seres más excepcionales... ¡vuelve a
nosotros!...”. Restif de la Bretonne en carta a Alexandre-Balthazar-
Laurent Grimod de la Reynière fechada el 17 de octubre de 1792.
(Grimod de la Reynière, 2018: 17-18).

*Recuerdos de la noticia del fallecimiento de Eva Perón (1952): Elvira y María Celia

“Terminábamos de ver una película en un cine de Flores. Cuando


encendieron las luces, apareció un hombre en el escenario y anunció
que Evita había muerto. Se hizo un silencio en la sala, la gente se
quedó quieta en sus butacas como si se hubiese detenido el tiempo.
Después, empezaron a escucharse sollozos. Yo me abracé a mi
marido, no decíamos nada, sólo llorábamos”. Elvira (Bellota, 2002).

“Con un grupo habíamos ido al cine Astros de Martínez. Cuando iba a


empezar la película, anunciaron que se suspendía la función porque
`Eva Perón había pasado a la inmortalidad.´ Salimos rápido y nos
fuimos a la casa de un amigo a celebrar. Brindamos porque ella había
muerto. Hoy no me gusta decirlo, pero eso fue lo que hicimos”. María
Celia. (Bellota, 2002).

II. La Historia como disciplina científica

El trabajo profesional del historiador


no es un conjunto de actividades arbitrarias
y meramente subjetivas
sino que están sujetas a reglas y a un método.
Julio Aróstegui

La Historia, en efecto, es una disciplina científica, pero para comprender mejor esta idea es
necesario definir lo que se entiende por ciencia. Por ello, recurrimos a las palabras de Ciro F.
Cardoso, para quien:

“Ciencia es un tipo de actividad (y el resultado de dicha actividad) que


consiste en aplicar a un objeto el método científico, es decir, el método
del planteamiento y control de problemas según el esquema básico:
teoría - hipótesis - verificación - vuelta a la teoría; lo hace para construir

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reproducciones conceptuales de las estructuras de los hechos”. (Ciro
F. S. Cardoso en Moradiellos García, 2001: 23).

Las ciencias se caracterizan por buscar y construir verdades y por su pretensión de objetividad
y carácter crítico. (Moradiellos García, 2001: 30). Diferentes autores, desde el siglo XIX en
adelante, han tratado de organizar y agrupar a las diferentes disciplinas según diferentes
criterios. De allí que la Historia haya sido considerada una Ciencia Humana, Ciencia del
Espíritu o una Ciencia Ideográfica:

“Por ejemplo, el filósofo neo-kantiano alemán Wilhelm Dilthey se basó


en criterios ontológicos (Introducción a las ciencias del espíritu, de
1883) para distinguir entre «ciencias naturales» y «ciencias del
espíritu», cada una con su respectivo método de conocimiento: la
explicación (Erklären) y la comprensión (Verstehen). Su compatriota
Wilhelm Windelband ofreció la distinción (en 1894) entre ciencias
«nomotéticas» (que buscan leyes generales para «explicar» los
fenómenos naturales) y ciencias «ideográficas» (que se ocupan de
«comprender» los fenómenos individuales e irrepetibles)”.
(Moradiellos García, 2001: 35-36).

Más adelante en el tiempo, la Historia ha sido considerada como una Ciencia Social. En todos
los casos, se trata de una disciplina que se ocupa de los seres humanos a través del tiempo
y el espacio y que tiene un método científico que le permite validar sus interpretaciones del
pasado. En este punto, Mario Bunge agrega:

“…aunque historiadores y científicos naturales emplean métodos


especiales diferentes, y aun cuando los últimos tienen poderosas
teorías exactas con que los primeros ni siquiera pueden soñar, ambos
grupos utilizan el método científico para encontrar verdades. (…) todos
intentan modelizar la realidad, pasada o presente, mediante la
conformación de hipótesis verificables capaces de explicar sus datos”.
(Bunge, 1999: 314).

El método histórico
Método es un procedimiento que llevamos a cabo para realizar alguna tarea. En las ciencias,
el método científico es el procedimiento por excelencia para alcanzar verdades, en cualquiera
de las diferentes áreas del saber.

El método histórico, por su lado, en una versión del método científico de las Ciencias Sociales
que tiene sus particularidades. En este sentido, pueden señalarse claramente dos momentos
en el trabajo del historiador: la heurística y la hermenéutica.

El primer momento corresponde a la heurística, que consiste en el trabajo de búsqueda y


localización de las fuentes (escritas en su mayoría, aunque no se descartan las orales y
materiales). Las mismas, se encuentran en repositorios tales como archivos y hemerotecas,
entre otros. La hermenéutica es el segundo momento que se refiere al análisis e interpretación
de dichos documentos. En otros términos, las y los historiadores no trabajan de manera
intuitiva y personal sino que su tarea está sujeta a normas y pautas que guían sus
procedimientos. Como señala Aróstegui:

“…el trabajo profesional del historiador no es un conjunto de


actividades arbitrarias, meramente empíricas, subjetivas y ficcionales,
17
sino que es, sobre todo, actividades tendentes a establecer conjeturas
sujetas a unas reglas o principios reguladores, a un método”.
(Aróstegui, 2001: 60.En cursiva en el original).

De este modo, las y los historiadores, gracias al uso del método, buscan desarrollar un
conocimiento verdadero que se aleje de lo meramente literario. En este punto, Enrique
Moradiellos García sostiene que existen principios que los historiadores consideran
definitorios de su disciplina y que le permiten, por ejemplo, distinguir el conocimiento mítico,
legendario y novelesco del propiamente histórico. Veamos algunos de ellos:

• Todo relato histórico debe estar apoyado y sustentado sobre pruebas y evidencias
(fuentes). Por ello, toda obra historiográfica debe articularse a partir de reliquias y
testimonios del pasado, los cuales son finitos y fragmentarios, pero se encuentran
disponibles para ser objeto de observación y análisis por parte de los historiadores.
(Moradiellos García, 2001: 54).

• Cualquier acontecimiento humano surge a partir de condiciones previas, según un


proceso de desarrollo interno. Por lo tanto, resulta imprescindible en la labor de
interpretación suponer que existe una concatenación genética de los procesos de las
sociedades humanas (de carácter causal, aleatorio o probabilístico) y se deben buscar
las causas, motivos y razones de dichos procesos. Así, “...se descarta la intervención de
causas o factores exógenos en el devenir del curso de los procesos humanos, como
pudieran ser la Divina Providencia, el supuesto Destino Manifiesto, la influencia de las
conjunciones astrales, la voluntad de seres extraterrestres anónimos, o el mero azar
absoluto y caprichoso”. (Moradiellos García, 2001: 55).

Las fuentes

Las fuentes permiten acceder al conocimiento del pasado ya que el pasado como tal, no
existe. Enrique Moradiellos García sostiene:

“...el historiador construye un pasado histórico a partir de las reliquias,


de las pruebas legadas por el pasado real en el presente, mediante un
método esencialmente (...) interpretativo y en el cual es imposible
eliminar o neutralizar al propio sujeto gnoseológico (como sucede en
parte en las ciencias naturales)”. (Moradiellos García, 2001: 48-49).

Pero, ¿qué son las reliquias?, ¿a qué llamamos fuentes históricas? Para Jerzy Topolski, las
fuentes históricas son:

“…todos los tipos de información acerca del devenir social en el


tiempo, incluyendo los canales de transmisión de dicha información,
es decir las formas en que ha sido preservada y transmitida. Así, serán
fuentes históricas las redacciones que nos llegaron en papiros, tablillas
de arcilla, paredes de monumentos, pergaminos, papeles, etc.; objetos
diversos: templos, tumbas, monedas, muebles, cuadros, etc.; restos
de paisajes agrarios o monumentos desaparecidos perceptibles a
través de la fotografía aérea, etc.”. (Topolski en Cardoso, 2000: 174-
175).

En efecto, las fuentes históricas son aquellas que nos brindan información sobre las
sociedades del pasado; las mismas, son variadas y numerosas debido a que todo cuanto las
personas dicen o escriben, cuanto fabrican o tocan pueden informarnos acerca de ellas. Ahora
18
bien, como señala Marc Bloch, los textos o los documentos arqueológicos “no hablan sino
cuando se sabe interrogarlos”. (Bloch, 1995: 54). En otros términos, la fuente por sí sola no
brinda información, es el historiador quien debe ser capaz de extraerla de ella.

Hay que tener en cuenta, además, que solamente se pueden conocer aquellos
acontecimientos y procesos del pasado humano de los que se conserva evidencia, esto es,
las fuentes. Es decir, sin ellas, no podemos lograr el conocimiento histórico, debido a que las
mismas constituyen los restos del pasado que perviven en nuestro presente en forma de
vestigios y trazas físicas. Enrique Moradiellos García dice al respecto:

“Esos residuos que permiten la presencia del pasado son el material


sobre el que trabaja el historiador y con el que construye su historia. Y
ello porque esos restos son absolutamente `presentes´ aun cuando
generados en el pasado: las Pirámides de Gizé, los restos
arqueológicos sumerios, las monedas romanas, (…), las crónicas
medievales, los documentos diplomáticos de la Primera Guerra
Mundial, etc., son tan reales físicamente y tan presentes como nuestra
propia corporeidad”. (Moradiellos García, 2001: 41-42).

Entonces, para sintetizar, las fuentes que utilizan las y los historiadores para estudiar e
interpretar el pasado humano son múltiples y variadas. Aunque existen diferentes criterios de
clasificación, en esta oportunidad, distinguimos: las fuentes materiales, las escritas y las
orales.

- Fuentes materiales

Las fuentes materiales están constituidas por todos aquellos restos palpables y concretos con
que cuentan los historiadores para estudiar e interpretar el pasado. Entre ellas se pueden
mencionar elementos que corresponden a la Prehistoria, es decir, la etapa anterior a la
aparición de la escritura. Entre ellas están, los instrumentos de caza, viviendas, tumbas, etc.;
y los que pertenecen a la Historia propiamente dicha, es decir, a la etapa que se inicia con la
aparición de la escritura y que se extiende hasta el presente. Podemos mencionar entre ellas
los mapas y croquis, canciones, imágenes y, más recientemente, fotografías, entre tantas
otras.

A continuación, te presentamos dos ejemplos de fuentes materiales, una arqueológica y otra


histórica. Respecto de la primera, se trata de una punta de flecha y material cerámico
perteneciente a la cultura Agrelo (Mendoza); en cuanto a la segunda, corresponde al sable
del General José de San Martín.

Imagen 1. Punta de flecha y material cerámico tipo Agrelo1

1 Las referencias bibliográficas de las imágenes se encuentran al final del capítulo.


19
Imagen 2. Sable corvo del General José de San Martín

- Fuentes escritas

Las fuentes escritas son, quizá, las más abundantes para las y los historiadores y abarcan
desde los primeros escritos cuneiformes sobre tablillas de arcilla, hasta los tweets que leemos
o posteamos online desde nuestros celulares; pasando por las crónicas, memorias,
documentos oficiales, correspondencia hasta la prensa escrita y siguiendo con un largo
etcétera, en cualquier tipo de soporte, ya sea piedra, papiro, papel o soporte digital.

Tradicionalmente, se preferían los documentos oficiales ya que los temas históricos


abordados eran los políticos, militares y diplomáticos; pero en la actualidad, se han sumado
otras expresiones escritas que antiguamente fueron descartadas por considerarse que
carecían de valor histórico. Entre ellas están, por ejemplo, los poemas, las novelas, los diarios
personales y de viaje y la correspondencia.

Te presentamos dos ejemplos de fuentes escritas que ayudan a estudiar la Historia Argentina,
los originales de ambas se encuentran en el Archivo General de la Nación. En primer lugar, el
Acta del 25 de mayo de 1810 y, a continuación, la Ley de Derechos Políticos para las mujeres
argentinas, del año 1947.

Imagen 3. Acta del 25 de Mayo de 1810. Colección del Archivo General de la Nación

20
Imagen 4. Ley de Derechos Políticos de la Mujer, 1947. Colección del Archivo General de la
Nación

Es necesario aclarar que también existen otros tipos de fuentes escritas que son de gran
ayuda para el historiador y no se trata de relatos. Son las listas de precios, registros censales,
estados contables de empresas, registros de importaciones y exportaciones, entre otros. Son
fuentes cuantitativas, porque se refieren a números y ayudan a las áreas de historia
demográfica y también económica, por ejemplo, aunque no exclusivamente.

A continuación sumamos un ejemplo. El mismo, corresponde al registro de la población


nacional y extranjera según estado civil por sexos hacia 1895.

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Imagen 5. Segundo Censo Nacional de 1895

- Fuentes orales

Los testimonios orales constituyen otra fuente importante para los historiadores, ya que
brindan información valiosa sobre el pasado reciente que no se encuentra en la
documentación escrita. Entre los documentos orales encontramos, por ejemplo, entrevistas y
testimonios dados en contextos académicos o judiciales, entre otros.

Algunos investigadores, sin embargo, han descartado tales relatos por considerarlos poco
fiables debido a los olvidos y a las confusiones que presentan los testigos o por la carga de
subjetividad de los mismos. Sin embargo, Dominick LaCapra señala:

“La importancia de los testimonios se hace más evidente cuando se


piensa en que aportan algo que no es idéntico al conocimiento
puramente documental. Los testimonios son importantes cuando se
intenta comprender la experiencia y sus consecuencias, incluido el
papel de la memoria y los olvidos en que se incurre a fin de
acomodarse al pasado, negarlo o reprimirlo. Es más, en su
intercambio con (…) el testigo, quien hace las entrevistas no busca un
conocimiento meramente documental”. (LaCapra, 2005: 105).

Es decir, la fuente oral brinda una información diferente del documento escrito pero igualmente
valiosa para el estudio, análisis e interpretación del pasado reciente. Dora Schwarzstein
agrega:

“La riqueza única de la fuente oral consiste en que además de brindar


noticias de los fenómenos ocurridos, nos permite aprehender la
subjetividad del informante. No sólo podremos conocer lo que nuestros
testigos hicieron, sino también lo que ellos creían hacer en su

22
momento y lo que hoy piensan de entonces”. (Schwarzstein, 1988:
238).

En nuestros días, el desarrollo de la tecnología y de los medios de comunicación e información


han posibilitado contar con recursos que permiten registrar no solo la palabra sino también la
imagen y el movimiento de quien da su testimonio. Se trata, sin duda, de un aporte valioso y
de una herramienta muy útil para estudiar e interpretar el pasado reciente.

A continuación, te presentamos dos testimonios orales; el primero, corresponde a las palabras


de una sobreviviente del Holocausto radicada en la Argentina y, el segundo, a un integrante
de la colectividad italiana de nuestro país.

Testimonio 1

“Allá nos cortaron el pelo, me hicieron el tatuaje que aún conservo con
mi número, 48.914, nos quitaron nuestras pertenencias. Y me sacaron
a mi mamá. Yo la busqué por todos lados. Pero ahí la perdí. En el viaje
a Ravensbrück la perdí. Después hicimos la marcha de la muerte”.
Eugenia Unger (El texto completo de la entrevista y la referencia
respectiva se encuentran en el Anexo 6).

Imagen 6. Eugenia Unger, sobreviviente del Holocausto


Testimonio 2

“Un día estábamos hablando con el sacristán y me dice: “¿Vos sos


italiano?”, “Sí”. “Yo también”. “¿Y cuándo viniste?” “En enero del ’27”.
“Yo también!” “¿En qué buque viniste?” “En el Conde Verde”. “Yo
también!”. Habíamos viajado juntos sin saberlo. Y nos encontramos
acá. Entonces me dice. “¿Y vos en Italia que hacías?” “Yo era
monaguillo…” “Bueno, yo le voy a decir al cura que te invite.” Entonces
ya con siete u ocho años volví a ser monaguillo acá. Y después del
colegio iba a la Iglesia también. Yo siempre seguí la Iglesia porque es
el lugar donde encuentro mucha tranquilidad, mucha paz. Después ya
más grande me casé por Iglesia, con una mujer de la República
Argentina, hija de alemanes del Volga...”.
Demetrio Brutti (El texto completo de la entrevista y la referencia
respectiva se encuentran en el Anexo 6).

23
Imagen 7. Demetrio Brutti y su esposa el día de la boda

En síntesis, las y los historiadores recurren a las fuentes materiales, escritas y orales para
estudiar e interpretar el pasado. Dichos documentos constituyen la pervivencia del pasado en
el presente. Y, como resultado de ese análisis de las fuentes, las y los investigadores
producen trabajos académicos que se conocen como bibliografía o también, fuentes
secundarias.

Para ejemplificar este punto, veamos un caso: entre 1880 y 1930 aproximadamente, se
desarrolla en Argentina el modelo económico agroexportador. Para conocer dicho modelo
contamos con fuentes cuantitativas: listado de precios, de exportaciones e importaciones, etc.
El historiador Mario Rapoport (2012) investigó y escribió una obra titulada Historia económica,
política y social de la Argentina, la cual constituye una obra bibliográfica realizada a partir del
análisis de las fuentes primarias.

Síntesis de lo visto

• La Historia es una disciplina científica debido a que posee un método que


cuenta, a su vez, con dos etapas diferenciadas: la heurística y la hermenéutica.

• Las y los historiadores estudian e interpretan el pasado a través del análisis de


las fuentes (escritas, materiales y orales).

• Las fuentes constituyen la pervivencia del pasado en el presente.

• La bibliografía o fuente secundaria está conformada por las investigaciones


realizadas por los historiadores a partir del estudio e interpretación de las fuentes
o documentos primarios.

24
Actividades para resolver
1. De acuerdo con lo leído en este apartado sobre las Ciencias Naturales y
Humanas/Sociales, te pedimos que completes el siguiente cuadro comparativo:

Ciencias Naturales Ciencias


Humanas/Sociales

Características

Objeto de estudio

Método

Ejemplos

2. Extrae del siguiente fragmento, tres ejemplos de conocimiento histórico y tres, del
mítico y novelesco y completa el cuadro que se encuentra a continuación:

“...gracias al principio (...) que exige pruebas materiales verificables


para sustentar una afirmación, sabemos y conocemos que el
emperador Napoleón Bonaparte que vivió entre 1769 y 1821 no es un
ente de ficción arbitrario como Julián Sorel, el protagonista de la novela
Rojo y Negro escrita por Stendhal en 1829. Y por ese mismo motivo
podemos afirmar que la Roma de los Césares tiene una entidad y valor
histórico de orden contradistinto al mítico Camelot del rey Arturo,
puesto que las múltiples reliquias preservadas de aquélla impiden que
su no-actualidad en el presente se identifique con su irrealidad e
inexistencia absoluta en el pasado. También gracias al principio (...)
genético sabemos que las Pirámides de Gizé en Egipto no fueron
construidas por visitantes extraterrestres de inteligencia superior e
inaccesible y que tampoco la conquista española de América fue el
producto excelso de la Divina Providencia y su especial predilección y
cariño por los Reyes Católicos. Igualmente, en virtud del principio de
significación temporal, podemos detectar el anacronismo, la
imposibilidad absoluta en el plano real, de que hubiera existido Un
yanqui en la corte del rey Arturo, como rezaba la obra homónima de
Mark Twain de 1889. O de que una película sobre las campañas de
Atila, rey de los hunos, en el siglo V, tenga como marcos ambientales
arquitecturas románicas, vestuarios renacentistas y cantos monacales
gregorianos”. (Moradiellos García, 2001: 55-56).

25
Conocimiento

Histórico Mítico/Novelesco

3. El método histórico cuenta con dos momentos: la heurística y la hermenéutica. Robin


Collingwood describe la segunda de una manera precisa. Luego de leer dicha
descripción, te pedimos que en pequeños grupos busques otro ejemplo,
correspondiente a la historia contemporánea, en el cual distingas claramente el
acontecimiento, las fuentes para estudiarlo y te aproximes a la interpretación de dichas
fuentes de acuerdo con las palabras de Collingwood. Luego, realiza la puesta en
común con los otros compañeros y el docente.

“Cuando un hombre piensa históricamente, tiene ante sí ciertos


documentos o reliquias del pasado. Su tarea es descubrir qué pasado
fue ese que dejó tras sí estas reliquias. [...] Por ejemplo, supongamos
que (el historiador) está leyendo el Código Teodosiano y que tiene
ante sí cierto edicto del emperador. El simple hecho de leer las
palabras y traducirlas no equivale a conocer su significación histórica.
A fin de hacerlo tiene que representarse la situación que el emperador
trataba de dominar, y tiene que representársela tal como el emperador
lo hacía. Luego tiene que ver por su cuenta, tal como si la situación del
emperador fuera la suya propia, la manera como podría resolverse
semejante situación; tiene que ver las posibles alternativas, y las
razones para elegir una con preferencia a las otras y, por tanto, tiene
que pasar por el mismo proceso que el emperador al decidir sobre este
caso particular. De esta suerte recrea [mejor: reactualiza] en su propia
mente la experiencia del emperador; y sólo en la medida en que haga
esto, tiene algún conocimiento histórico, en cuanto distinto del
meramente filológico, del significado del edicto”. (Collingwood en
Moradiellos García, 2001: 45).

4. Josep Fontana analiza e interpreta la crisis de la industria de Cataluña tras la Guerra


de Independencia (1808-1814), a partir de fuentes escritas. Te pedimos que leas el
siguiente fragmento y luego completes el cuestionario que se encuentra a
continuación.

“Los estragos de la guerra de la Independencia, en el transcurso de


la cual Cataluña fue campo de batalla constante, acabaron de arruinar
una industria que había resultado seriamente dañada por las crisis
anteriores. [...] Por otra parte, la lucha de las colonias americanas por
su independencia y la penetración comercial de los Estados Unidos y
de Gran Bretaña cerrarían el acceso a los mercados de América. Los
burgueses, que se esforzaban en reconstruir sus fábricas, se
26
encontraban sin un mercado que pudiese absorber su capacidad de
producción. Antonio Buenaventura Gassó evocaba en 1816 la pasada
prosperidad de la industria catalana y exclamaba: «Qué aspecto tan
diverso, por no decir opuesto, presenta en el día la decadente y afligida
provincia, con la falta de ocupación y el uso insultador, en miseria
pública, de artefactos extranjeros». Las cifras servirán de nuevo para
corroborar lo que indican los textos. Véanse las que indican el valor de
las exportaciones efectuadas por los puertos catalanes en los años
1803 a 1807, comparadas con las del quinquenio 1815-1819, y
expresadas en millones de reales. El valor medio anual de las
exportaciones catalanas en el quinquenio 1815-1819 fue de 67,4
millones, esto es, la mitad aproximadamente de lo exportado en los
años 1803 y 1804, que fueron los últimos de paz”. (Fontana en
Moradiellos García, 2001: 53).

a) ¿Quién es Josep Fontana?


b) Como hemos visto, los historiadores trabajan con fuentes cualitativas (documentos no
numéricos: relatos) y cuantitativas (documentos numéricos: censos, listados de
precios, etc.). Teniendo en cuenta esto, identifica en el texto de Fontana las fuentes
cuali y las cuantitativas utilizadas por el historiador.

5. En el Anexo 5 se encuentran transcriptas tres fuentes escritas correspondientes a la


Antigüedad y tres fragmentos de fuentes secundarias (bibliografía) en el Anexo 4.
Luego de leerlas atentamente, completa el siguiente cuestionario:

a) ¿Quién fue Plutarco, Hesíodo y Tito Livio? Sintetiza sus datos biográficos; para
ello puedes utilizar buscadores online.

b) ¿Quién es Frankfort, Jaeger y Bertolini? Busca también sus referencias online.

c) ¿Cuáles son las diferencias entre fuente escrita y bibliografía? Ejemplifícalas


de acuerdo con las lecturas realizadas.

6. Observa con detenimiento las imágenes del Anexo 7 que corresponden a la Mendoza
anterior y posterior al terremoto de 1861 y fundamenta por qué se trata de fuentes
materiales para el estudio de dicho acontecimiento.

7. Las pinturas también ayudan a los historiadores a estudiar la vida cotidiana de las
sociedades del pasado. Pieter Brueghel, por ejemplo, es uno de los grandes pintores
holandeses del siglo XVI. Sus obras reflejan los usos y costumbres de los campesinos
de la época. Te pedimos que observes con detenimiento la obra titulada La boda
campesina (1567) y respondas:

a) ¿Qué otros elementos tradicionales presentes en casamientos del pasado y de la


actualidad como, por ejemplo, la comida, encuentras en la pintura de Brueghel?

b) Describe la escena en un párrafo de no más de ocho renglones. Si no puedes


observarla con claridad, busca la pintura en Internet para visualizarla a color.

27
Imagen 8. La boda campesina, de Pieter Brueghel (1567)

8. Lee con atención en el Anexo 3 los fragmentos del texto de Diego Armus y luego
completa el siguiente cuestionario.

a) El artículo académico tiene características particulares, entre las que se


encuentran el resumen al inicio del texto y el aparato crítico o bibliografía, al
final del mismo. Te pedimos que leas detenidamente el primero y menciones
el objetivo de la investigación de Armus. A continuación, lee también el listado
bibliográfico consultado por el autor y señala si se han utilizado las Normas
APA. Fundamenta tu respuesta. Posteriormente, distingue en el listado dos
libros y dos artículos académicos. Para realizar esta actividad lee el texto
titulado “La escritura de la Historia: textos de divulgación y textos académico-
científicos”, que se encuentra al inicio de los Anexos.

b) ¿qué temas del artículo de Armus son desarrollados en las letras de los tangos
más abajo transcriptos?

c) ¿a quiénes se llama “Milonguitas” y a quiénes, “Estercitas”?

28
Milonguita (Esthercita) (1920)
Tango
Música: Enrique Delfino
Letra: Samuel Linnig

¿Te acordás, Milonguita? Vos eras


la pebeta más linda 'e Chiclana;
la pollera cortona y las trenzas,
y en las trenzas un beso de sol.
Y en aquellas noches de verano,
¿qué soñaba tu almita, mujer,
al oír en la esquina algún tango
chamuyarte bajito de amor?

Estercita,
hoy te llaman Milonguita,
flor de noche y de placer,
flor de lujo y cabaret.
Milonguita,
los hombres te han hecho mal
y hoy darías toda tu alma
por vestirte de percal.

Cuando sales por la madrugada,


Milonguita, de aquel cabaret,
toda tu alma temblando de frío
dices: ¡Ay, si pudiera querer!...
Y entre el vino y el último tango
p'al cotorro te saca un bacán...
¡Ay, qué sola, Estercita, te sientes!
Si llorás...¡dicen que es el champán!

Se va la vida (1929)
Tango
Música: Edgardo Donato
Letra: María Luisa Carnelli. Letra firmada con el seudónimo Luis Mario

Se va la vida...
se va y no vuelve.
Escuchá este consejo;
si un bacán te promete acomodar,
entrá derecho viejo.
Se va, pebeta,
quién la detiene
si ni Dios la sujeta,
lo mejor es gozarla y largar
las penas a rodar.

Yo quiero,
muchacha,
que al fin mostrés la hilacha
y al mishio
recuerdo
le des un golpe de hacha.
Decí, pa qué queres
llorar un amor
y morir, tal vez,
29
de desesperanza.
No rogués la flor
de un sueño infeliz
porque, a lo mejor,
la suerte te alcanza
si te decidís.

Se va la vida...
se va y no vuelve,
escuchá este consejo;
si un bacán te promete acomodar,
entrá derecho viejo.
Pasan los días,
pasan los años,
es fugaz la alegría,
no pensés en dolor ni en virtud,
viví tu juventud.

9. La Argentina estuvo bajo gobierno militar entre los años 1966 y 1973 y, posteriormente
durante los años comprendidos entre 1976 y 1983. En aquella época, la censura y el
control se ejercieron en todos los ámbitos, incluso en el cultural: se intervinieron las
universidades y se prohibieron libros y canciones. Muchas personas fueron
perseguidas y algunas se exiliaron. Diferentes artistas buscaron reflejar esa situación
mediante sus obras, ya sea por medio de pinturas, esculturas o también la música y
las canciones. Te pedimos que leas las letras de “El Oso” (1970) de Moris y “Los
Dinosaurios” (1983) de Charly García, que se encuentran transcriptas en el Anexo 7 y
que, además, escuches sus melodías en YouTube (link: https://www.youtube.com/),
ya que las mismas también representan la época. A continuación, en pequeños
grupos, reflexiona sobre las metáforas que ambas contienen; posteriormente, comenta
tus conclusiones con el docente.

10. Los documentos fílmicos también constituyen fuentes materiales para conocer el
pasado reciente. Te pedimos que selecciones uno de tu interés, ya sea de la historia
argentina, latinoamericana o europea, incluso africana o asiática en YouTube (a modo
de sugerencia, transcribimos el link del Archivo Fílmico del Archivo General de la
Nación: http://www.agnargentina.gob.ar/filmico.html en donde encontrarás algunas
filmaciones que pueden interesarte). Fundamenta el porqué de la elección de dicho
documento, cuál es su relevancia para el estudio histórico y para qué tema o área
temática constituye una fuente para los investigadores.

11. Lee la nota de Ricardo Aronskind que se encuentra en el Anexo 2 y luego señala cuál
es la relación que existe entre ella, y la canción “Llegamos los pibes chorros”, que
transcribimos en el Anexo 7 y que puedes escuchar su melodía en el siguiente link:
https://www.youtube.com/watch?v=JR8sZcVcYiY. Fundamenta tu respuesta en un
párrafo que no supere los diez renglones.

12. Presta especial atención al testimonio de Eugenia Unger que se encuentra en el Anexo
6 y, luego de leer la siguiente frase de Pierre Nora extraída de su entrevista (Anexo 1),
explica relación entre ambos y su significado.

“...cuando solo trabajabas con el pasado, no había testigos. El


historiador era el amo del pasado y de lo que decía sobre él. Pero si
se habla de lo contemporáneo, hay que enfrentarse a los testigos. No

30
se puede decir cualquier cosa sobre Auschwitz ante alguien que lo
vivió”. Pierre Nora.

III. Historia de la escritura del pensamiento histórico

“Que hay que reescribir de vez en cuando la historia del mundo es algo de lo que seguramente ya no
queda ninguna duda en nuestros días…”.
“Pero tal necesidad no nace porque se hallan descubierto entre tanto muchos sucesos que antes no
se conocían, sino porque se dan nuevas opiniones, porque el compañero de una época en progreso
es conducido hasta posiciones desde las que se puede abarcar y juzgar el pasado de un modo
nuevo”.
Johann Wolfgang Goethe

Todas las sociedades tienen Historia pero no todas historiografía, es decir, no todas han
puesto por escrito su pasado. En el siguiente cuadro puedes visualizar la Historia como
realidad y como reflexión y, dentro de esta última, la historiografía, es decir los textos que se
ocupan de estudiar cómo se escribió la Historia a través del tiempo.

Lo histórico Relato histórico de lo que Relato teórico sobre cómo


(lo que ocurrió en el ocurrió en el pasado se escribió el relato
pasado) *Historia como reflexión histórico
*Historia como realidad *Historia como reflexión
(Historiografía)

Acontecimiento: Revolución Texto: Historia de la Texto: Comprender el


francesa Revolución francesa, de pasado, de Jaume Aurell y
Jules Michelet otros autores

Cuadro 2. Historia e Historiografía (elaboración propia)

La Historia como reflexión nació en el mundo griego hacia el siglo V aC., en el chino, hacia el
II aC. y en el musulmán, hacia el siglo VII. En esta oportunidad nos ocuparemos solamente

31
de la historiografía occidental surgida en Grecia, cuyos fundadores fueron Herodoto y
Tucídides.

Llegado el siglo XIX, la Historia se convirtió en ciencia; de allí la importancia de dicha centuria
para la disciplina. Es decir, la Historia pasa de ser una opinión (doxa) de políticos, militares,
religiosos y filósofos, a convertirse en un conocimiento científico (episteme) en manos de
historiadores de profesión formados en universidades. Por ello, como señala Julio Aróstegui,
el siglo XIX es el siglo en el que nace la ciencia histórica (Aróstegui, 2001: 80); ciencia que
cuenta con un método propio y técnicas particulares. Ahora bien, como afirma José Carlos
Bermejo Barrera, ese método y esas técnicas de la Historia no son nuevas sino que ya habían
sido desarrollados en el siglo XVII y tienen precedentes en la Antigüedad clásica (Bermejo
Barrera, 2000: 211).

El siglo XIX marca, así, un antes y un después en la manera de pensar y escribir la Historia.
Desde entonces, ha habido diferentes formas de estudiar e interpretar el pasado. En este
punto, es importante tener en cuenta que a un único acontecimiento le pueden corresponder
distintas interpretaciones. Tomemos por ejemplo a la figura de Juan Manuel de Rosas: para
un grupo de historiadores, se trata de un “tirano” y “dictador” y, para otro, de un “héroe” y
“defensor de la soberanía”.

Pero ahora volvamos a la historiografía occidental, la que nace en Europa durante el siglo
XIX, luego de la Revolución Francesa. Podemos distinguir tres momentos en el desarrollo de
la escritura de la Historia en Occidente hasta nuestros días.

*Un primer momento está representado por el paradigma historiográfico historicista y


positivista del siglo XIX.

*El segundo momento, está constituido por los modelos historiográficos cientificistas del
siglo XX.

*El tercer momento está representado por las tendencias historiográficas crítico-
hermenéuticas, surgidas y desarrolladas a partir del último cuarto del siglo XX, que
llegan a la actualidad.

Historiografía occidental (desde el siglo XIX a principios del XXI)

Paradigma historicista- Modelos Cientificistas Tendencias crítico-


positivista hermenéuticas

Siglo XIX Siglo XX hasta el último cuarto Último cuarto del siglo XX en
del siglo, aprox. adelante

*Escuela Crítico-erudita *Escuela de los Annales *Tendencia posmoderna


(Alemania) (Francia) *Nueva Historia Cultural
*Escuela Metódica (Francia) *Marxismo histórico *Microhistoria
*Modelos cuantitativistas Etc.

Cuadro 3. Historiografía occidental (elaboración propia)

32
Historiografía historicista y positivista
Durante el siglo XIX se desarrollan escuelas historiográficas que se encargan de escribir las
“historias oficiales” de los diferentes países europeos; para ello, archivos y bibliotecas ponen
a disposición de los historiadores profesionales una gran cantidad de documentos oficiales,
los únicos considerados como fuentes para conocer el pasado.

Se trata de relatos históricos eminentemente políticos donde priman las referencias a guerras
y batallas, reinados, imperios y personajes heroicos.

En Alemania, la escuela crítico-erudita se convierte en la referente de la manera de escribir la


Historia a lo largo de todo el siglo XIX. Su representante más importante es Leopold von
Ranke, para quién la escritura histórica es una verdadera ciencia, porque tiene un método (el
crítico-filológico) y porque busca reconstruir el pasado tal cual ocurrió, a través de un análisis
objetivo de las fuentes. Charles-Olivier Carbonell agrega:

“Leopold von Ranke (1795-1886) se considera con alguna razón como


su fundador. Profesor de la Universidad de Berlín, es el primero de
esos grandes historiadores universitarios alemanes —Droysen,
Curtius, Mommsen, Von Sybel, Von Treitschke, Lamprecht…— que
habrían de ser considerados como maestros y modelos”. (Carbonell,
1981).

A fines del siglo XIX, en el contexto del Positivismo, se desarrolla en Francia la llamada
escuela metódica, cuyo papel también es relevante en la historiografía occidental. Allí se
destaca Gabriel Monod, Charles Victor Langlois y Charles Seignobos. También en dicha
escuela predominan los temas políticos y militares y se pretende lograr una Historia objetiva,
neutral, libre de pasiones y prejuicios, lo cual es una verdadera utopía en nuestros días.

Historiografía cientificista
En el siglo XX, la Historia deja de ser una Ciencia Humana para convertirse en Ciencia Social.
Ya no se relaciona tanto con la política y la diplomacia, sino que se acerca más a otras
disciplinas como la sociología, la geografía y la economía. Y esto trae aparejado un cambio
en las temáticas: ya no interesan tanto las batallas o los gobiernos, como los temas sociales
y económicos: la agricultura y comercio en la Edad Moderna o la sociedad en la Edad Media,
por ejemplo. Además, se pasa de una Historia narrativa y meramente descriptiva al estilo
rankeano, a una Historia analítica donde priman métodos y técnicas cuantitativos, como la
estadística demográfica.

También es importante mencionar que los paradigmas del siglo XIX pierden fuerza, por lo que
hablamos en el siglo XX de modelos historiográficos cientificistas, entre los que están: la
Escuela de los Annales, el Marxismo histórico y los modelos cuantitativistas. Veamos a
continuación cada uno de ellos.

-Escuela de los Annales

“…la renovación historiográfica asociada con la escuela de Anales se


basó esencialmente en la enorme ampliación de los campos de trabajo
y en la utilización de métodos de investigación tomados de otras
disciplinas (el análisis sociológico y demográfico, el trabajo de campo
geográfico y etnológico, la Estadística, el estructuralismo lingüístico, la
Arqueología, el método comparativo, etc.). Dicha ampliación se hizo
33
sobre la base del rechazo de temas políticos en beneficio de estudios
de Historia económica y social…”. (Moradiellos García, 2001: 123).

A lo dicho por Enrique Moradiellos García, Peter Burke agrega de manera sintética las
características de la Escuela de los Annales en los siguientes términos:

“En primer lugar, la sustitución de la tradicional narración de los


acontecimientos por una historia analítica orientada por un problema.
En segundo lugar, se propicia la historia de toda la gama de las
actividades humanas en lugar de una historia primordialmente política.
En tercer lugar—a fin de alcanzar los primeros dos objetivos— la
colaboración con otras disciplinas, con la geografía, la sociología, la
psicología, la economía, la lingüística, la antropología social, etc.”.
(Burke, 1999: 11-12).

En el desarrollo de la Escuela se pueden distinguir claramente tres generaciones: la primera,


que corresponde a los fundadores Marc Bloch y Lucien Febvre; la segunda, monopolizada por
la figura de Fernand Braudel; y la tercera, en donde se encuentra Georges Duby, Jacques Le
Goff y mujeres como Michelle Perrot, entre otros muchos representantes. Esta tercera
generación se ocupará de estudiar otros temas como, por ejemplo las mentalidades.

“Influenciados por el desarrollo de la Psicología social y la


Antropología estructural, una parte de los historiadores de Annales se
lanzó al estudio del nivel inconsciente de las prácticas sociales y las
representaciones colectivas, siempre con un aparato metodológico
que tenía en la cuantificación estadística su medio y objetivo máximo.
Así, el privilegio de la Historia económica y social fue cediendo paso a
una Historia de las mentalidades concebida casi como Antropología
retrospectiva del ámbito de la cultura material y simbólica de las
sociedades. (…)
“Los temas y tópicos preferentes cambiaron en consecuencia: del
estudio de producciones, precios, rentas, deudas, nacimientos,
defunciones, matrimonios, etc., se pasó al análisis de la actitud ante la
muerte, los gustos de los lectores de libros y revistas, la piedad e
impiedad religiosa, la infancia y adolescencia, la sexualidad
normalizada y marginada, la locura, el ocio y los juegos, los
pedigüeños, el bandidaje, etc.”. (Moradiellos García, 2001: 129).

Mientras que Leopold von Ranke propugnaba la búsqueda exhaustiva de documentos


archivísticos originales, ya que los consideraba la base fundamental para la Historia
(Moradiellos García, 2001: 154), y Charles Victor Langlois y Charles Seignobos afirmaban por
su lado que “la historia se hace con documentos. (...) Porque nada sustituye a los documentos:
donde no hay documentos no hay historia” (Langlois y Seignobos en Cardoso, 2000: 139),
Lucien Febvre, desde de la Escuela de los Annales, hacía una propuesta diferente y decía:

“Hay que utilizar los textos, sin duda. Pero todos los textos. Y no
solamente los documentos de archivo en favor de los cuales se ha
creado un privilegio (…). También un poema, un cuadro, un drama son
para nosotros documentos, testimonios de una historia viva y humana,
saturados de pensamiento y de acción en potencia”. (Febvre, 1982:
29-30. En cursiva en el original).

34
-Marxismo histórico

“La segunda mitad del siglo XIX, a la par que se iban constituyendo las
diversas escuelas historiográficas nacionales, fue también escenario
de la aparición y difusión de la obra del filósofo revolucionario alemán
Karl Marx (Tréveris, 1818 - Londres, 1883).
“El marxismo, entendiendo por tal inicialmente el cuerpo de escritos
elaborados por Marx, sólo o en colaboración con su compatriota y
amigo Friedrich Engels (1820-1895), constituye básicamente una
filosofía materialista de clara implantación política y decidida vocación
revolucionaria”. (Moradiellos García, 2001: 109-110).

Durante el siglo XIX, las ideas de Marx no arraigaron profundamente en los historiadores, pero
sí lo hicieron durante el siglo siguiente. Georg Iggers agrega:

“Lo que hacía interesante el marxismo en Occidente era su postura


crítica ante las relaciones que imperan en una moderna sociedad
industrial capitalista, su compromiso político con los socialmente
perjudicados”. Y también señala: “La aportación que el marxismo ha
hecho a la moderna ciencia histórica no debe ser subestimada. Sin
Marx no son concebibles ni la ciencia social histórica (…), ni tampoco
las formas principales de la historia cultural moderna…”. (Iggers, 1998,
75/72).

La historiografía marxista se desarrolló en diferentes países europeos: en España, Italia,


Francia y Gran Bretaña, entre otros. En esta oportunidad haremos referencia a este último.
Tras la Segunda Guerra Mundial, y como consecuencia de las repercusiones de la misma en
todos los órdenes, continúan los cambios historiográficos. Así, en los años 60 la disciplina
adquiere un desarrollo importante gracias a la renovación teórica del marxismo.
Investigadores británicos, entre los que se encuentran Eric Hobsbawm, Raphael Samuel y
Edward Thompson, proponen un marxismo más abierto que abre nuevas perspectivas de
análisis. Proliferan, de esta manera, foros de discusión y revistas de alto nivel teórico y
metodológico como New Left Review, Past and Present y History Workshop, entre otras, que
se hacen eco de estas transformaciones. (Vasquez, 2011).

-Modelos cuantitativistas

La historiografía cuantitativista se ocupa fundamentalmente de temas económicos y sociales


y, para ello, utiliza como fuentes escritas los registros censales, listas de precios, listados de
importaciones y exportaciones, registros matrimoniales, de nacimientos y defunciones, etc.,
es decir, toda aquella información numérica que permita establecer series y secuencias.

La Cliometría o Nueva Historia Económica tiene como representantes a Simon Kuznets y


Robert Fogel y se desarrolla principalmente en los Estados Unidos. Ahora bien, también en
Europa hay una tendencia hacia los estudios cuantitativos dentro de la Escuela de los
Annales. Entre sus representantes encontramos a Emmanuel Le Roy Ladurie, François Furet
y Pierre Chaunu. Enrique Moradiellos García señala que, siguiendo el modelo historiográfico
braudeliano, los historiadores de Annales se volcaron a estudiar, con métodos innovadores,
procesos de larga y media duración sobre marcos geográficos precisos y asuntos poco
tradicionales y metapolíticos y, en el plazo de dos décadas, el fenómeno había producido dos
consecuencias diferentes y conexas:

*Constitución de la historia serial (Emmanuel Le Roy Ladurie)


35
*Ampliación del temario de la historia: “Historia de las mentalidades” (Georges
Duby, Jacques Le Goff). (Moradiellos García, 2001: 128-129).

En síntesis, esta tendencia cuantitativa no se evidenció solamente en el campo económico de


la Historia sino que abarcó otras áreas y ámbitos. Peter Burke apunta:

“Esta `revolución cuantitativa´, como hubo de llamársela, fue primero


visible en el campo económico, especialmente en la historia de los
precios. Desde la esfera económica esta historia se difundió a la
historia social, especialmente la historia de las poblaciones”. (Burke,
1999: 57).

Historiografía crítico-hermenéutica

“En el último cuarto del siglo XX se produjo (…) un debilitamiento de


la creencia en la posibilidad de una ciencia del hombre. Las causas de
ello han sido complejas y polivalentes. Naturalmente, la crisis general
del mundo de la posguerra se encuentra en los orígenes del
fenómeno. Confluyeron, además, factores culturales concretos…”.
(Aróstegui, 2001: 137).

La crisis de los paradigmas durante los años 80 y el cuestionamiento de las certezas y de los
postulados universales de la modernidad repercutieron hondamente en el campo
historiográfico. Como señala con acierto Georg Iggers, no se trata de una crisis exclusiva de
la disciplina histórica sino de una mucho más amplia que afecta a la totalidad del pensamiento
moderno occidental. (Iggers, 1998: 109). Por ello, los modelos cientificistas del siglo XX
(Escuela de Annales, marxismo histórico y modelos cuantitativistas) ya no son capaces de dar
respuestas a las preguntas de las y los historiadores, por lo que se produce un giro en la
historiografía que muy bien resume Lawrence Stone en los siguientes términos:

“Hay síntomas de cambio en el tema central de la Historia: de las


circunstancias que rodean al hombre a la consideración del hombre en
sus circunstancias; cambio en los problemas estudiados: de lo
económico y demográfico a lo cultural y emocional; cambio en las
fuentes principales de influencia: de la Sociología, Economía y
Demografía a la Antropología y Psicología; cambio en el sujeto: del
grupo al individuo; cambio en los modelos explicativos de la mutación
histórica: de lo estratificado y unicausal a lo interconectado y
multicausal; cambio en la metodología: de la cuantificación de grupo
al ejemplo individual; cambio en la organización: de lo analítico a lo
descriptivo; y cambio en la categorización del papel del historiador: de
lo científico a lo literario”. (Stone, 1981).

Es decir, la posmodernidad va a generar un cambio en la escritura de la Historia. Ahora la


disciplina se acerca más a la antropología y a la semiótica, que a la economía. Además, deja
de ser tan analítica para recuperar la narratividad, pero no como la descripción del siglo XIX,
sino como construcción del relato.

De los temas políticos y militares del siglo XIX, se pasa luego a los económicos y sociales. Y,
a partir de los años 80, son los temas culturales los que cobran el interés de las y los
investigadores. Ahora la atención se centra, por ejemplo, en los rituales y en las costumbres
de los sectores populares. Como representantes de esta Nueva Historia Cultural encontramos
a Peter Burke y Natalie Zemon Davies. También se desarrolla la Microhistoria, que se ocupa
de espacios acotados y se interesa igualmente por la gente anónima; entre sus más
36
destacados propulsores se encuentran Carlo Ginzburg y Giovanni Levi. En otras palabras, la
historiografía tradicional del siglo XIX que presentaba una visión “desde arriba”, porque se
centraba en las grandes hazañas de los grandes estadistas, generales o eclesiásticos
destacados, da paso a una historiografía “desde abajo”, focalizada en los grupos sociales
relegados y hasta invisibilizados en los relatos tradicionales, es decir la gente corriente. Al
respecto, Carlo Ginzburg señala:

"Ampliar hacia abajo la noción histórica de ´individuo´ no es objetivo


de poca monta. (...) En algunos estudios biográficos se ha demostrado
que en un individuo mediocre, carente en sí de relieve y por ello
representativo, puede escrutarse, como en un microcosmos, las
características de todo un estrato social en un determinado periodo
histórico, ya sea la nobleza austríaca o el bajo clero inglés del siglo
XVII". (Ginzburg, 2001: 21).

Es decir, la gente común, esto es, los campesinos, obreros, esclavos o grupos como las
mujeres, niños y ancianos, que durante mucho tiempo permanecieron invisibilizados en los
relatos históricos ahora se transforman en los protagonistas de los mismos.

Y Enrique Moradiellos García agrega sobre la Microhistoria:

“…esta perspectiva y metodología histórica consiste en la «reducción


de la escala de observación, en un análisis microscópico y en un
estudio intensivo del material documental» (palabras de Giovanni
Levi). Todo ello bajo el supuesto de que «la mirada cercana permite
atrapar cualquier cosa que escapa a la visión de conjunto» (Ginzburg)
y que dicha observación es un correctivo imprescindible para matizar
las grandes construcciones históricas abstractas, cuantitativas,
suprasubjetivas y de protagonistas masivos y anónimos”. (Moradiellos
García, 2001, 137-138).

¿Pero qué ocurre con la escritura de la Historia en nuestros días? ¿Cuál es la situación actual?

Los historiadores posmodernos, como Hayden White y Frank Ankersmit, consideraron que la
Historia es una narración muy cercana a la literatura y alejada de la ciencia y esta apreciación
ha tenido consecuencias que llegan incluso hasta hoy. De acuerdo con el paradigma de la
historiografía del siglo XIX, la Historia era objetiva, neutral y la tarea de los historiadores solo
consistía en brindar al lector los hechos tal cual ocurrieron, sin ninguna intervención personal.
Esto ha cambiado en nuestros días, al respecto, Peter Burke escribe:

“En la actualidad este ideal se considera, en general, quimérico. Por


más decididamente que luchemos por evitar los prejuicios asociados
al color, el credo, la clase social o el sexo, no podemos evitar mirar al
pasado desde una perspectiva particular. El relativismo cultural se
aplica, como es obvio, tanto a la historiografía misma como a lo que
se denominan sus objetos. Nuestras mentes no reflejan la realidad de
manera directa. Percibimos el mundo sólo a través de una red de
convenciones, esquemas y estereotipos, red que varía de una cultura
a otra”. (Burke, 1996: 17-18).

La historiografía luego de los años 80 se atomizó y se escribieron textos sobre temas de lo


más diversos como nimios. Pierre Nora llegó a decir: “Vivimos una historia en migajas,
ecléctica, abierta a curiosidades que no hay que rechazar”. (Nora en Moradiellos García, 2001:

37
144). Ahora bien, no todos los profesionales de la Historia compartieron y aceptaron las
prácticas extremas del “todo vale” y “todo es historiable con idéntica propiedad”. Moradiellos
García apunta:

“Desde luego, los historiadores más tradicionales (…) mantuvieron sus


perspectivas y resistieron el embate relativista (…) con notorio éxito.
Incluso dentro de las filas de quienes secundaron el programa de
apertura temática ilimitada hubo negativas a aceptar que todas las
facetas de la realidad fueran dignas de ser historiadas con igual
justificación y en compartimentos autónomos e inconexos (tal sería el
caso de Georges Duby)”. (Moradiellos García, Enrique, 2001: 144).

Y el mismo autor señala que hoy se busca restablecer consensos para combatir la
“hiperespecialización minifundista y atomizada” y, al mismo tiempo, no abandonar una
conciencia histórica crítica y racionalista”. (Moradiellos García, Enrique, 2001: 161).

Por su lado, Carlos Antonio Aguirre Rojas considera que las historiografías actuales de
vanguardia tienen trazos comunes:

*Incorporación del presente dentro de la historia. Se disuelve la distinción pasado-


presente. Reivindicación y recuperación de métodos, conceptos, teorías, técnicas y
problemas de otras ciencias sociales.

*Imposibilidad de volver a plantear la neutralidad o imparcialidad absoluta de la historia.

*Florecimiento y expansión de la historia de la historiografía. (Aguirre Rojas, 2004: 137-


144).

Es decir, los cambios y las transformaciones en la escritura de la Historia han sido muchos y
de gran importancia para la disciplina, desde el siglo XIX hasta hoy. Por ello, Georg Iggers
afirma:

“Ahora ya no hay ningún paradigma de la investigación histórica, como


ciertamente existió en las universidades del siglo XIX y de comienzos
del XX, sino una multiplicidad de estrategias de investigación. Los
historiadores no han renunciado a la pretensión de tratar la historia
científicamente, si bien ahora con frecuencia ya no son tan inflexibles
al trazar el límite entre ciencia y literatura”. (Iggers, 1998: 109).

En pocas palabras y para terminar, la escritura de la Historia ha ido cambiando con el tiempo
y el conocimiento del pasado se ha enriquecido con los aportes que han hecho los diferentes
investigadores y distintas corrientes historiográficas. Hoy, nos encontramos en una etapa de
miradas y enfoques diversos para abordar las sociedades de otros tiempos y, además,
contamos con gran variedad de herramientas útiles y necesarias para poder hacerlo.

Síntesis de lo visto

• La Historiografía es la escritura de la Historia. Se refiere a las diversas prácticas


que desde la Antigüedad a nuestros días se han desarrollado.

38
• La Historia de la Historiografía se encarga de estudiar los diferentes modos y
enfoques particulares de abordar lo histórico a través del tiempo.

• La historiografía del siglo XIX se caracteriza por interesarse sólo en los


acontecimientos políticos, militares y diplomáticos del pasado y estudiarlos
solamente a partir de los documentos oficiales escritos.

• La historiografía del siglo XX se interesa por estudiar e interpretar


principalmente los acontecimientos y procesos sociales y económicos y, para
ello, recurre a las fuentes escritas (no solo las oficiales) y también a las
materiales (como imágenes y mapas, entre otras).

• La historiografía de fines del siglo XX y principios del XXI se interesa


principalmente por estudiar e interpretar los acontecimientos y procesos
culturales del pasado remoto como reciente, y, para ello, recurre a las fuentes
escritas, materiales y también las orales.

Actividades para resolver


1. Lee con atención el fragmento del capítulo 4 del libro de Enrique Moradiellos García
sobre la escritura de la Historia antes del siglo XIX que se encuentra en el Anexo 4; y
luego realiza un esquema en el que consten las características de la escritura de la
Historia antes del siglo XIX y después del mismo.

2. A fin de que logres sintetizar las características más relevantes de la Historiografía


historicista-positivista, la cientificista y la crítico-hermenéutica, te pedimos que vuelvas
a leer el Apartado III y luego completes el cuadro comparativo que se encuentra a
continuación:

Historiografía Historiografía Historiografía crítico-


historicista- cientificista hermenéutica
positivista

Periodo

Representantes

Temas abordados

Fuentes utilizadas

3. Explica con tus palabras en un párrafo que no supere los ocho renglones la siguiente
frase de Keith Jenkins: “...a un solo pasado le pueden corresponder muchas historias”
(Jenkins, 1991) y suma, además, un caso para ejemplificar lo expuesto.

39
4. Lee con atención los siguientes fragmentos que corresponden a las obras: Historia de
los papas en la época moderna, de Leopold von Ranke; El Mediterráneo y el mundo
mediterráneo en la época de Felipe II, de Fernand Braudel; y El queso y los gusanos;
El cosmos, según un molinero del siglo XVI, de Carlo Ginzburg, y luego completa el
cuestionario que se encuentra a continuación.

*Historia de los papas en la época moderna, de Leopold von Ranke

“Todo el mundo conoce el poderío de Roma en la Edad Antigua y en


la Media; también en los tiempos modernos se ha visto el renacimiento
de su imperio mundial. Después de la decadencia que experimentó en
la primera mitad del siglo XVI, ha podido constituirse otra vez en el
centro culminante de la fe y del pensamiento de las naciones
románicas y ha llevado a cabo osados intentos, no pocas veces
afortunados, para dominar de nuevo al resto.

“Esta época, la de un poder espiritual-temporal renovado, su


rejuvenecimiento y desarrollo internos, su progreso y decadencia, es
la que pretendo describir, por lo menos a grandes rasgos. Empresa
ésta que, si bien puede resultar fallida, ni siquiera podría haberse
intentado de no haber tenido ocasión de utilizar unas fuentes
desconocidas hasta el momento. Mi obligación primera será referirme
a ellas. En otra ocasión trabajé los documentos berlineses. Pero
Viena, por ejemplo, es mucho más rica en esta clase de tesoros. (…)
Las colecciones de documentos ofrecen también un carácter amplio.
Nos hablan de la política y de la posición mundial del Estado, de sus
viejas relaciones con España, Bélgica, Lombardía, de las
frecuentaciones vecinales y eclesiásticas con Roma; todo ello de una
manera directa. (…)

“El archivo imperial [de Viena] contiene, como es fácil presumir, los
documentos más importantes y fidedignos en lo que se refiere a la
historia alemana en general, y también a la historia italiana. (…)
Documentos venecianos se encuentra todavía en Viena: despachos
originales o su copia; extractos de los mismos para el servido político,
conocidos con el nombre de "rubricarias"; relaciones, no pocas veces
en ejemplar único, de gran valor; registros oficiales de las autoridades;
crónicas y diarios. (…)

“Tuve la suerte de poder utilizar estas dos colecciones [Barberiniana y


Corsiniana] y otras de menor importancia, en ocasiones con absoluta
libertad. Pude cazar todo un botín insospechado de materiales
seguros y pertinentes. Correspondencia de las nunciaturas, con las
instrucciones que les acompañan, relaciones, descripciones vivas de
varios Papas, tanto menos precavidas cuanto que no se escribieron
pensando en el público; descripciones también de cardenales de nota,
diarios oficiales y privados, explicaciones de acontecimientos y
circunstancias, visto buenos, consejos, informaciones sobre la
administración de las provincias, sobre su comercio e industria,
cuadros estadísticos, presupuestos de gastos e ingresos. En su mayor
parte documentos desconocidos, redactados por hombres que
poseían un conocimiento vivo del tema y tan dignos de confianza que,
si bien no dispensan del examen y la crítica analítica, nos ganan como
solo pueden hacerlo los testimonios de coetáneos bien enterados”.

40
Ranke, Leopold von (1943). Historia de los papas en la época
moderna. México: Fondo de Cultura Económica.

*El Mediterráneo y el mundo mediterráneo en la época de Felipe II, de


Fernand Braudel

“Si la nueva historia debe ser, como creo, una reconstrucción del
pasado captada en toda su amplitud y en toda su complejidad, tendrá
que incorporar en sus cuadros y explicaciones la obra entera, tan rica,
de las ciencias sociales, sus vecinas. Por consiguiente, el historiador
tendrá que ser, desde luego, historiador, pero también y a un tiempo
sociólogo, antropólogo y hasta geógrafo. (…).

“Este libro presenta un triple retrato del (…) Mediterráneo del siglo XVI,
pero las tres imágenes sucesivas, la de sus constantes, la de sus
tardíos movimientos y a los hombres, los tres aspectos se refieren en
realidad, a una misma y única existencia. El lector tendrá que combinar
las tres sucesivas imágenes de este libro, y ayudar así al autor a
reconstruir la unidad de un complicado destino, que sólo le ha sido
posible captar y evocar, volviendo a él hasta tres veces. Era
complicada una tarea consistente en sobrepasar los métodos
habituales, en no conformarse sólo con las falsas perspectivas de la
historia tradicional y en buscar, en el movimiento eterno de la vida, lo
que cambia con rapidez o con lentitud, a veces con demasiada lentitud.
(…)

“Este libro se compone de tres partes, cada una de las cuales es, de
por sí, un intento de explicación de conjunto.

“La primera trata de una historia casi inmóvil, la historia del hombre en
sus relaciones con el medio [físico-geográfico] que le rodea; historia
lenta en fluir y en transformarse.

“Por encima de esta historia inmóvil se alza la historia de ritmo lento:


la historia estructural, (…) una historia social, la historia de los grupos
y las agrupaciones. Cómo este mar de fondo agita el conjunto de la
vida mediterránea, estudia sucesivamente las economías y los
Estados, las sociedades y las civilizaciones he intentado esclarecer mi
concepción de la historia, cómo todas esas fuerzas profundas entran
en acción en los complejos dominios de la guerra, pues la guerra no
es un dominio reservado exclusivamente a las individualidades.

“La tercera parte, la de la historia tradicional o, si queremos, la de la


historia cortada, no a la medida del hombre, sino a la medida del
individuo, la historia de los acontecimientos, la agitación de la
superficie, las olas que alzan las mareas en su potente movimiento.
Una historia de oscilaciones breves, rápidas y nerviosas. (…) Historia
que, tal y como es, es la más apasionante, la más rica en humanidad,
y también la más peligrosa. Desconfiemos de esta historia todavía en
ascuas, tal como las gentes de la época la sintieron y la vivieron, al
ritmo de su vida, breve como la nuestra”.
Braudel, Fernand (2002). El Mediterráneo y el mundo mediterráneo en
la época de Felipe II. México: Fondo de Cultura Económica.

41
*El queso y los gusanos; El cosmos, según un molinero del siglo XVI, de
Carlo Ginzburg

“Antes era válido acusar a quienes historiaban el pasado, de consignar


únicamente las “gestas de los reyes”. Hoy día ya no lo es, pues cada
vez se investiga más sobre lo que ellos callaron, expurgaron o
simplemente ignoraron. (...).
“La escasez de testimonios sobre los comportamientos y actitudes de
las clases subalternas del pasado es fundamentalmente el primer
obstáculo, aunque no el único, con que tropiezan las investigaciones
históricas. Este libro narra la historia de un molinero friuliano –
Doménico Scandella, conocido como Menocchio- muerto en la
hoguera por orden del Santo Oficio tras una vida transcurrida en el
más completo anonimato. Los expedientes de los dos procesos en que
se vio encartado nos facilitan una elocuente panorámica de sus ideas
y sentimientos, de sus fantasías y aspiraciones. Otros documentos nos
aportan información sobre sus actividades económicas y la vida de sus
hijos. Incluso disponemos de una lista parcial de sus lecturas (sabía,
en efecto, leer y escribir). Cierto que nos gustaría saber otras muchas
cosas sobre Menocchio, pero con los datos disponibles ya podemos
reconstruir un fragmento de lo que se ha dado en llamar “cultura de las
clases subalternas” o “cultura popular”.
“La existencia de diferencias culturales dentro de las denominadas
sociedades civilizadas, constituye la base de la disciplina que
paulatinamente se ha autodefinido folclor, demología, historia de las
tradiciones populares y etnología europea. Pero el empleo del término
“cultura” como definición del conjunto de actitudes, creencias,
patrones de comportamiento, etcétera, propios de las clases
subalternas en un determinado periodo histórico es relativamente
tardía y préstamo de la antropología cultural. Sólo a través del
concepto “cultura primitiva” hemos llegado a reconocer la entidad de
una cultura entre aquellos que antaño definíamos de forma
paternalista como “vulgo de los pueblos civilizados”. La mala
conciencia del colonialismo se cierra de este modo con la mala
conciencia de la opresión de clase. Con ello se ha superado, al menos
verbalmente, no ya el concepto anticuado de folclor como mera
cosecha de curiosidades, sino incluso la postura de quienes no veían
en las ideas, creencias y configuraciones del mundo de las clases
subalternas más que un acervo desordenado de ideas, creencias y
visiones del mundo elaboradas por las clases dominantes quizá siglos
atrás. Llegados a este punto, se plantea la decisión sobre qué relación
existe entre la cultura de las clases subalternas y la de las clases
dominantes. ¿Hasta qué punto es en realidad la primera subalterna a
la segunda? O por el contrario, ¿en qué medida expresa contenidos
cuando menos parcialmente alternativos? ¿Podemos hablar de
circularidad entre ambos niveles de cultura?
“No hace mucho, y ello no sin cierto recelo, que los historiadores han
abordado este problema. No cabe duda de que el retraso, en parte, se
debe a la persistencia difusa de una concepción aristocrática de la
cultura”.
Ginzburg, Carlo (2003). El queso y los gusanos; El cosmos, según un
molinero del siglo XVI. México: Océano.

42
a) Escribe una breve biografía de Leopold von Ranke, Fernand Braudel y Carlo
Ginzburg. Para ello, utiliza un buscador de Internet.
b) ¿A qué historiografías más arriba estudiadas pertenecen cada uno de ellos?
Fundamenta tu respuesta y ejemplifícala con dos citas de cada uno de ellos
extraídas de sus propios fragmentos.

5. Un acontecimiento histórico puede tener múltiples interpretaciones. Para ejemplificar


esta afirmación, te pedimos que leas la nota de José Luis Romero que se encuentra
en el Anexo 2 y luego realices un esquema en el que queden claramente diferenciadas
las opiniones de los autores consultados sobre el tema de la campaña al desierto.

6. Visita en la Web el Portal Académico del Colegio de Ciencias y Humanidades de la


Universidad Nacional Autónoma de México. Luego, haz click en la asignatura
“Histórico Social”; a continuación, en “Historia Universal 1”; luego en la Unidad 1 y,
dentro de ella, en “Historia: Interpretaciones”; finalmente, en “Actividad final”. O,
directamente, haz click en el siguiente link:
https://portalacademico.cch.unam.mx/alumno/historiauniversal1/unidad1/historiaInter
pretaciones/actividadFinal. Allí encontrarás tres textos sobre el descubrimiento y
conquista de América. Léelos detenidamente para encontrar similitudes y diferencias
entre la versión soviética, la argentina y la estadounidense. Luego haz la puesta en
común de tus apreciaciones con tus compañeros y el docente.

7. El historiador Lawrence Stone sintetiza los cambios que se operan en la Historiografía


occidental antes y después de la Posmodernidad. Lee con atención sus palabras y
luego completa el cuadro comparativo que se encuentra a continuación.

“Hay síntomas de cambio en el tema central de la Historia: de las


circunstancias que rodean al hombre a la consideración del hombre en
sus circunstancias; cambio en los problemas estudiados: de lo
económico y demográfico a lo cultural y emocional; cambio en las
fuentes principales de influencia: de la Sociología, Economía y
Demografía a la Antropología y Psicología; cambio en el sujeto: del
grupo al individuo; cambio en los modelos explicativos de la mutación
histórica: de lo estratificado y unicausal a lo interconectado y
multicausal; cambio en la metodología: de la cuantificación de grupo
al ejemplo individual; cambio en la organización: de lo analítico a lo
descriptivo; y cambio en la categorización del papel del historiador: de
lo científico a lo literario”. (Stone, 1981).

Historiografía occidental

Antes de la Después de la
Posmodernidad Posmodernidad

Temas estudiados

Fuentes de influencia

Sujeto

43
Modelos explicativos

Metodología

Escritura

Papel del Historiador

8. A partir de la posmodernidad, cobra importancia en el campo historiográfico los


estudios culturales de los aromas, la lectura, el sueño, las alcobas, la locura, el amor,
la muerte y un largo etcétera que Justo Serna y Anaclet Pons sintetizan de la siguiente
manera:

“…sería propio de la historia cultural de hoy en día todo producto


humano que nos distanciara de la naturaleza, que nos sirviera para
edificar un entorno propiamente artificial: es por eso que se habla de
cultura material popular, de masas, gastronómica, sexual, etcétera. De
lo visto a lo leído, desde los artefactos visuales hasta el libro, desde
los utensilios hasta el arte, todos esos productos cabrían bajo su
dominio”. (Serna y Pons, 2013: 49).

Te pedimos que relaciones las nuevas tendencias historiográficas interesadas en lo


cultural, con el testimonio oral de Demetrio Brutti que se encuentra en el Anexo 6.
Fundamenta tu comentario en un párrafo de nomás de ocho renglones.

IV. Elementos constitutivos de la Historia

Hemos definido a la Historia como la realidad constituida por los sujetos humanos (individuales
y colectivos) a través del tiempo y el espacio. De esta manera, los elementos que conforman
la Historia son: el sujeto humano, el tiempo y el espacio.

A continuación, nos ocupamos de cada uno de ellos, pero antes, te pedimos que observes
con detenimiento la siguiente representación del cruce de los Andes y distingas en ella el
sujeto humano, el tiempo y el espacio.

44
Imagen 9. Cruce de los Andes, de Pedro Maggi (siglo XIX)

1. Sujeto humano ........................................................................................................

2. Tiempo .....................................................................................................................

3. Espacio ....................................................................................................................

Sujeto humano

“...el sujeto de la historia, el agente, el ejecutor,


el depositario de ella es (...) la sociedad misma”.
Julio Aróstegui

¿Quiénes son los protagonistas de la Historia? Para algunos historiadores, son los grandes
héroes, para otros, la sociedad toda. Por un lado, Julio Aróstegui sostiene:

“...el sujeto de la historia, el agente, el ejecutor, el depositario de ella es


(...) la sociedad misma. Cuando hablamos de los actores individuales,
el individuo no puede ser tampoco entendido al margen de su inmersión
en la sociedad”. (Aróstegui, 2001: 197. Resaltado en el original).

Por otro, Mario Bunge agrega:

45
“…los historiadores, como otros estudiosos de la sociedad, se dividen
en tres campos ontológicos: los individualistas, que afirman que la
historia es la obra de algunos individuos (en especial héroes y
villanos); los holistas, que aseveran que la historia se hace a sí misma
o bien que la hacen grupos sociales, y en cualquiera de los dos casos
es algo que ocurre a los individuos; y los sistemistas, que sostienen
que la historia es hecha por individuos que actúan en y sobre sistemas
sociales que les preexisten y a los que les dan forma”. (Bunge, 1999:
304).

Es decir, la disyuntiva individuo-sociedad no tiene razón de ser, porque lejos de ser dos
actores contrapuestos, son mutuamente necesarios; ya que no existe el uno sin la otra. Si se
analiza a cualquier figura de la historia, como Napoleón Bonaparte, Isabel I de Inglaterra,
Cristóbal Colón, Miguel Ángel Buonarroti o José San Martín, entre tantas otras, se puede
observar que se trata de personajes que indiscutiblemente se destacaron, y que no se puede
desconocer que en el pasado han jugado un rol protagónico, más allá de las interpretaciones
que las y los historiadores puedan dar a sus acciones. En otros términos, las grandes
personalidades se han destacado porque tuvieron ciertas cualidades personales que les
permitieron actuar en la sociedad de su tiempo y trascender.

Ahora bien, no hay que olvidar que las personas son seres sociales y, como tales, actúan e
interactúan en la sociedad. Es decir que los grandes personajes de la historia no fueron
sujetos que actuaron solos, como tampoco lo hicieron en cualquier época, sino que
pertenecieron a una época y a un espacio particulares. Ningún actor social histórico ha
operado descontextualizado de la cultura que lo forjó. Por ello, Cristóbal Colón sólo se lo
puede entender cabalmente en el siglo en que vivió. Lo mismo sucede con Leonardo Da Vinci
o Victoria I de Inglaterra y con todos los demás personajes de la Historia. De allí que se pueda
afirmar que individuo y sociedad son dos elementos que se interrelacionan de manera
dinámica.

Julio Aróstegui señala también que tanto las acciones del sujeto individual como las del
colectivo son necesarias para poder interpretar la Historia:

“Tanto la acción del sujeto individual como la del colectivo son


absolutamente imprescindibles para poder interpretar, comprender o
explicar la acción histórica. Existen las acciones definidas en el plano
colectivo y las que lo son en el individual: una acción puede pasar del
uno al otro. Una revolución, un cambio de régimen político, la
introducción de una novedad técnica, no pueden ser explicadas
limitándose a uno sólo de esos planos. Siempre actúan hombres
concretos, ciertamente, no la clase, el género o el partido, pero los
hombres tienen conciencia de actuar colectivamente, de actuar en el
seno de alguno de esos colectivos (…). Por ello, el sujeto de la historia
es una entidad múltiple y variable que tiene que ser definida en cada
situación que el historiador estudia”. (Aróstegui, 2001: 255).

Podemos decir entonces que no hay individuo sin su sociedad y que uno no puede estudiarse
históricamente sin la otra, porque ambos son mutuamente complementarios y no opuestos. Y
así lo afirma Edward H. Carr en su libro ¿Qué es la Historia? cuando dice:

“El gran hombre de una época es el que sabe formular con palabras
el anhelo de su época, el que sabe decir a su época lo que ella anhela,
y sabe realizarlo. Lo que él hace es corazón y esencia de su época; él
da realidad a su época”. (…) “…la supuesta antítesis entre la sociedad

46
y el individuo no es sino un despropósito interpuesto en nuestro
camino para confundirnos el pensamiento”. (Carr, 1993: 72-73).

Antes de terminar, recordamos que para la historiografía del siglo XIX el sujeto de la historia
era principalmente el individual, encarnado en las grandes figuras heroicas y el colectivo,
representado por las naciones y los pueblos. Para la historiografía del siglo XX, lo que
interesaba era el sujeto colectivo, es decir, sociedades o comunidades enteras, estructuras
sociales y no los sujetos particulares. En cambio, para la historiografía de fines del siglo XX y
principios del XXI, interesa tanto el sujeto individual, esta vez anónimo, de los sectores
populares, como así también los sujetos colectivos, pero pertenecientes a los grupos
largamente silenciados.

Síntesis de lo visto

• Los elementos constitutivos de la historia son: sujeto humano (individual y/o


colectivo); tiempo y espacio.

• El sujeto humano (individual y/o colectivo) es el actor del devenir histórico.

• Individuo y sociedad no son elementos opuestos o antitéticos sino


complementarios.

Actividades para resolver


1. Vuelve a releer el Apartado III y lo visto más arriba sobre el sujeto de la Historia y luego
completa el siguiente cuadro comparativo.

Periodo Sujeto histórico Ejemplo

Historiografía
.......................

Historiografía
........................

Historiografía
.......................

47
2. Como hemos visto, sociedad e individuo son los actores del devenir histórico. Te
pedimos que releas el texto de Diego Armus que se encuentra en el Anexo 3 y
distingas en él, el sujeto individual y el colectivo analizados.

3. En el texto se mencionan algunos personajes relevantes como Cristóbal Colón, Miguel


Ángel Buonarroti o el General José de San Martín y unas pocas mujeres. Te pedimos
que menciones tres mujeres que hayan tenido un papel notable en la historia
latinoamericana y argentina y luego fundamentes tu selección.

4. Forma pequeños grupos, lee el siguiente fragmento y luego responde:

“…el 17 de abril de 1915, el soldado alemán Fritz Müller, emplazado


en las trincheras del frente francés, advierte a su compañero que tiene
sus botines desacordonados. Éste se agacha para amarrar los
cordones y, en ese preciso momento, una bala disparada desde la
trinchera enemiga pasa silbando por el lugar donde un segundo antes
se encontraba su cabeza. Si no hubiese sido por la advertencia de
Fritz habría muerto alcanzado por el proyectil. El soldado se llamaba
Adolf Hitler”.

a) ¿Sin él, se hubiera producido la Segunda Guerra Mundial? ¿Por qué? Debate
con tus compañeros y luego comparte tus conclusiones con el docente.

Tiempo
El tiempo es una dimensión de las cosas mismas.
Julio Aróstegui

Como hemos señalado, los elementos constitutivos de la historia son el sujeto humano
(individual y/o colectivo); el tiempo y el espacio. Ahora nos ocuparemos del segundo.

La definición de tiempo contiene distintas acepciones. “El tiempo no es (…) una sustancia, ni
un flujo continuo, ni un fondo sobre el que se producen los hechos. Es una dimensión de las
cosas mismas”. (Aróstegui, 2001: 213). Por ello, se puede hablar de tiempo cronológico,
histórico, psicológico, meteorológico o astronómico.

Entonces, cuando se dice que la Historia es la "ciencia de los hombres en el tiempo", ¿a qué
tiempo se hace referencia?, fundamentalmente, a un tiempo externo y a uno interno. El
primero, corresponde al tiempo físico de la cronología y el segundo, al tiempo histórico
propiamente dicho.

- Tiempo cronológico

La cronología es la medida básica del tiempo, uno homogéneo, uniforme, mecánico, que
permite establecer el antes y el después. Así mismo, permite distinguir las diferentes unidades
de tiempo: días, semanas, meses, años, lustros, décadas, siglos y milenios y, además, datar
con precisión los acontecimientos históricos. Por ejemplo, la muerte de Alejandro Magno en

48
el año 323 a.C.; la Revolución francesa en 1789; o nuestra independencia el 9 de julio de
1816.

“La cronología es (…) el primer instrumento comparativo y


jerarquizador de lo sucedido, pero es evidente que la fecha de una
situación histórica sólo define a ésta en conexión con otras muchas
determinaciones, nunca por sí sola. Es, pues, un encasillado de los
hechos y los sucesos y es también un instrumento de búsqueda, de
`recuperación´ de una información. Sin embargo, la determinación del
tiempo humano no es sólo la cronológica.” (Aróstegui, 2001: 264).

- Tiempo histórico

“…a un único tiempo cronológico pueden corresponder distintos tiempos internos”, sostiene
Aróstegui con acierto (Aróstegui, 2001: 266). Ese tiempo interno o histórico, por lo tanto, está
marcado por la sucesión de acontecimientos y tiene que ver con los cambios y las
continuidades.

“El verdadero tiempo de la historia es aquel que se mide en cambio


frente a duración. Pero ¿con qué instrumentos podemos medir el
cambio y la duración sin hacer referencia al proceso astronómico? No
hay, por ahora, más que una respuesta: la medida del tiempo de la
historia tiene que seguir teniendo como referente externo el tiempo de
los relojes y los calendarios, pero el análisis de la significación
acumulativa de los tiempos o cambios de la historia, no. Ese análisis
forma parte muy importante, sin duda, de la explicación de lo histórico”.
(Aróstegui, 2001: 266-267. En cursiva en el original).

Así, las y los historiadores trabajan con el tiempo cronológico, externo, homogéneo, continuo
y cuantitativo y, al mismo tiempo, con el histórico, interno, heterogéneo, discontinuo y
cualitativo. Jacques Le Goff señala:

“Cortar el tiempo en periodos es necesario para la historia (...). Sin


embargo, ese corte no es un simple hecho cronológico, sino que
expresa también la idea de transición, de viraje e incluso de
contradicción con respecto a la sociedad y a los valores del periodo
precedente. Los periodos tienen por consiguiente un significado
particular en su propia sucesión, en la continuidad temporal (dentro
de) o en las rupturas que tal sucesión evoca, y constituyen un objeto
de reflexión fundamental para el historiador”. (Le Goff, 2016: 10).

Por su lado, Carlos Antonio Aguirre Rojas apunta que en historiografía los siglos históricos no
siempre coinciden con los siglos cronológicos. Así, por ejemplo, Fernand Braudel habla del
largo siglo XVI (1450-1650); Emmanuel Le Roy Ladurie, del largo siglo XIII (1294-1324); y Eric
Hobsbawm, de un corto siglo XX (1914-1991). (Aguirre Rojas, 2004: 43).

Tomemos por ejemplo la revolución francesa, que se inicia en el año 1789 (tiempo
cronológico) pero cuyas causas, desarrollo y consecuencias constituyen procesos más
amplios que se extienden antes y después de dicha fecha y marcan los cambios y las
permanencias (tiempo histórico).

Para el caso argentino, podemos mencionar las rupturas institucionales que se produjeron en
nuestro país durante el siglo XX. Las mismas, ocurrieron en fechas determinadas (tiempo

49
cronológico) y, a la vez, marcaron un antes y un después en el desarrollo histórico nacional
debido a que supusieron cambios y transformaciones tanto políticos como sociales que se
desarrollaron sobre la base de ciertas continuidades (tiempo histórico).

Tiempo histórico

Tiempo cronológico

Así, el tiempo cronológico establece eras, periodos o edades que se constituyen en cortes,
más o menos arbitrarios, caracterizados por aspectos generales comunes de los procesos
históricos. En este sentido, la periodización más conocida y difundida es la que divide la
historia de la humanidad en Prehistoria e Historia, y dentro de esta última, en Edad Antigua,
Edad Media, Edad Moderna y Edad Contemporánea. Pero es sabido que esta división ha sido
cuestionada y que no se corresponde, por ejemplo, con la historia de África o América; en
esta última, se prefiere utilizar: Etapa prehispánica, Etapa colonial y Etapa Independiente. Aun
así, la delimitación de espacios temporales en función de una cierta homogeneidad histórica
ha resultado problemática para los historiadores, ya que la descripción de una determinada
situación histórica tropieza con dificultades para señalar cuándo comienza a tener la
personalidad que el investigador trata de definir y cuándo deja de tenerla. Entonces, cabe
preguntarnos: ¿cuándo puede decirse que se produce un cambio de época histórica? Julio
Aróstegui sugiere utilizar el concepto de espacio de inteligibilidad, que consiste en una
combinación de factores ambientales, ecológicos, económicos, culturales y políticos que
conforman un sistema, que se desarrolla en un lapso de tiempo determinado. (Aróstegui,
2001: 270-271).

Ahora bien, es necesario recordar que la concepción del tiempo no ha permanecido


inalterable, sino que ha sufrido cambios profundos a lo largo de las diferentes etapas de la
cultura occidental.

En la Antigüedad predominó la concepción cíclica del tiempo, fruto de la observación de la


naturaleza; es decir, se consideraba que la historia se repetía.

Con el pensamiento cristiano de la Antigüedad tardía y la Edad Media, la visión del tiempo
sufrió un cambio significativo al considerarse que no era cíclico sino, muy por el contrario,
lineal, progresivo y con sentido ascendente hacia la trascendencia. Así, la historia fue
considerada como un plan providencial que se había iniciado con la creación y terminaría con
la salvación.

50
El Renacimiento (siglos XV y XVI) retomó la idea de un tiempo cíclico y esto se debió a la
creciente admiración de los humanistas por los autores de la Antigüedad clásica. Pero, con
los racionalistas (siglo XVII) e ilustrados (siglo XVIII), la concepción lineal del tiempo volvió a
tener vigencia. A partir de entonces, la idea de tiempo lineal y progresivo se fortaleció.

A principios del siglo XX, varios factores influyeron en el cambio de dirección de las ideas
científicas sobre el tiempo, entre ellos se destacan, en primer lugar, la teoría de la relatividad
y, en segundo término, el surgimiento de la física cuántica.

Evidentemente, la teoría de Einstein cuestionó lo sostenido y aceptado como verdades


inmutables durante siglos y provocó transformaciones radicales tanto en la filosofía como en
la ciencia en general. En este sentido, la historia también se vio influenciada, de allí que la
concepción del tiempo unilineal, cedió el paso al concepto de duraciones temporales, es decir,
al tiempo multilineal.

El historiador francés Fernand Braudel, de la Escuela de los Annales, introdujo la idea de un


tiempo múltiple en la Historia y estableció tres duraciones temporales: la del tiempo corto, la
del tiempo medio y la del tiempo largo. La primera de ellas, se refiere al acontecer diario,
vertiginoso y veloz que supone transformaciones y cambios constantes. La segunda,
corresponde a un tiempo más lento en su devenir en el que operan los procesos que se
caracterizan por ser más estables, ya que sus ciclos oscilan entre una docena de años y un
cuarto de siglo. La tercera duración, en cambio, es la más amplia, lenta y corresponde a la
larga duración. Es aquella dimensión de la realidad que cambia lentamente y que da la
apariencia de inmovilidad. Todos los procesos humanos, ya sean pasados o presentes, están
indefectiblemente atravesados por estas tres duraciones. Las más rápidas son las que
establecen los cambios y las más lentas, las que constituyen las permanencias y
continuidades. (Vasquez y Verstraete, 2014: 31-32).

Por su lado, el historiador alemán Reinhart Koselleck prefiere hablar de espacio de


experiencia y horizonte de expectativa, en vez de pasado, presente y futuro en Historia. Es
decir, distingue lo que se ha experimentado, de lo que se espera. En sus propias palabras:
“...no existe ninguna historia que no haya sido constituida mediante las experiencias y
esperanzas de personas...”. (Koselleck, 1993: 335). Y más adelante agrega: “...la experiencia
y la expectativa son dos categorías adecuadas para tematizar el tiempo histórico por
entrecruzar el pasado y el futuro”. (Koselleck, 1993: 337). La experiencia es un pasado-
presente y la expectativa un futuro-presente, un todavía-no. Como explica el autor, no se trata
de conceptos simétricos ni opuestos, porque pasado y futuro no llegan nunca a coincidir y
porque no se puede deducir completamente una expectativa a partir de una experiencia; pero
de la tensión entre estos conceptos resulta el tiempo histórico (Koselleck, 1993: 338-340). A
modo de ejemplo, podemos pensar nuevamente en la revolución francesa, en ese momento
en que el espacio de experiencias heredado coincide cada vez menos con las expectativas
de futuro emergentes que de golpe se levantan (Koselleck, 2016: 129). Es decir, “la
discontinuidad se convierte en el criterio primero y decisivo de la experiencia histórica en la
Edad Moderna en la medida en que ésta se hallaba marcada por la gran revolución”.
(Koselleck, 2016: 130).

51
Antes de terminar, señalamos que la historiografía decimonónica, se interesó primordialmente
por el tiempo corto, episódico; mientras que la historiografía del siglo XX se centró en el tiempo
medio o coyuntural y en el tiempo largo de las grandes estructuras. Por su lado, la
historiografía de fines del siglo XX y principios del XXI se ocupa de temporalidades múltiples,
es decir, juega con el tiempo corto, medio y largo, propuestos por Braudel.

Síntesis de lo visto

• Los elementos constitutivos de la Historia son: sujeto humano (individual y/o


colectivo); tiempo y espacio.

• Las y los historiadores trabajan con el tiempo cronológico (externo, continuo


y homogéneo) e histórico (interno, discontinuo y heterogéneo), dos
acepciones diferentes, pero mutuamente necesarias para el estudio del
pasado humano. El primero, marca el antes y el después y el segundo, los
cambios y las continuidades de los acontecimientos y procesos históricos.

• La concepción del tiempo ha variado y se ha modificado a lo largo de las


diferentes épocas históricas de Occidente.

• Fernand Braudel introduce en la Historia las categorías de duración: tiempo


corto, propio del acontecimiento; tiempo medio, propio de la coyuntura; y
tiempo largo, propio de la estructura.

• Reinhart Koselleck se maneja con las categorías de espacio de experiencia y


horizonte de expectativa para definir el tiempo histórico.

Actividades para resolver


1. La concepción del tiempo se modificó a lo largo de los diferentes periodos de la Historia
de Occidente; teniendo esto presente, completa el siguiente cuadro sinóptico:

52
Antigüedad

Medioevo

Renacimiento

Edad Moderna
Concepción del Siglos XVII y
Tiempo XVIII

Siglo XIX

Edad Contemporánea

Siglo XX

2. Lee el siguiente texto de Fernand Braudel sobre las duraciones temporales y luego
completa el cuadro comparativo:

“Entonces, digámoslo más claramente, en lugar de acontecimiento, el


tiempo corto, a la medida de los individuos, de la vida cotidiana, de
nuestras ilusiones, de nuestras rápidas tomas de conciencia –el
tiempo por excelencias del cronista, del periodista. Ahora bien,
subrayémoslo, crónica y diario dan junto a los grandes
acontecimientos llamados históricos, los mediocres accidentes de la
vida ordinaria: un incendio, una catástrofe ferroviaria, el precio del
trigo, un crimen, una representación teatral, una inundación. Cada uno
comprenderá que hay así, un tiempo corto de todas formas de la vida,
económica, social, literaria, institucional, religiosa, incluso geográfica
(una ventisca, una tempestad), tanto como política. (…).

53
“Pero esta masa no constituye toda la realidad, todo el espesor de la
historia en donde la reflexión crítica pudiera trabajar a su gusto. La
ciencia social casi le tiene horror al acontecimiento. No sin razón; el
tiempo corto es el más caprichoso, es la más engañosa de las
duraciones. (…).

“La ruptura reciente con las formas tradicionales de la historia del siglo
XIX no ha sido una ruptura total con el tiempo corto. Ha actuado, se
sabe en beneficio de la historia económica y social, en detrimento de
la historia política. De allí un trastorno y una innegable renovación; de
allí inevitablemente, cambios de método, desplazamientos de centros
de interés, con la entrada en escena de una historia cuantitativa que,
ciertamente no ha dicho su última palabra.

“Pero sobre todo, ha habido alteración del tiempo histórico tradicional.


Una jornada, un año, podían parecer ayer buenas medidas a un
historiador político. El tiempo era una suma de jornadas. Pero una
curva de precios, una progresión demográfica, el movimiento de los
salarios, las variaciones de las tasas de interés, un intenso análisis de
la circulación, reclaman medidas mucho más amplias.

“Aparece un nuevo modo de relato histórico. Llamémosle el ´recitativo´


de la coyuntura, del ciclo, incluso del ´interciclo´, que propone para que
elijamos, una docena de años, un cuarto de siglo y, en el límite, el
clásico medio siglo de Kondratieff. (…).

“Más allá de los ciclos y de los interciclos, existe lo que los


economistas llaman, sin estudiarla siempre, tendencia secular. Pero
sólo les interesa a escasos economistas, y sus consideraciones sobre
las crisis estructurales, al no haber pasado la prueba de las
verificaciones, se presentan como esbozos o hipótesis, apenas
hundidas en el pasado reciente, hasta 1929, o cuando mucho en la de
1870. Sin embargo, ofrecen una introducción útil a la historia de larga
duración. Forman la primera llave.

“La segunda, mucho más útil, es la palabra estructura. Buena o mala,


domina los problemas de la larga duración. Por estructura los
observadores de lo social entienden una organización, una
coherencia, relaciones bastante fijas entre realidades y masas
sociales. Para nosotros los historiadores, una estructura es sin duda
ensambladura, arquitectura, pero más que nada, una realidad que el
tiempo usa mal y transporta ampliamente. Algunas estructuras, al vivir
largo tiempo, se vuelven elementos estables de una infinidad de
generaciones: abarrotan la historia, la obstruyen; por lo tanto ordenan
su transcurso. Otras son rápidas en desmoronarse. Pero todas son a
la vez sostenes y obstáculos. Como obstáculos, se marcan como
límites (entornos en el sentido matemático), de los que el hombre y
sus experiencias no pueden casi liberarse. Piensen en la dificultad de
romper ciertos marcos geográficos, ciertas realidades biológicas,
ciertos límites de la productividad, incluso tales o cuales
constreñimientos espirituales: los marcos mentales también son
prisiones de larga duración”. (Braudel, 1991: 43-47).

54
Duraciones temporales, según Fernand Braudel

………………….. ………………….. …………………..


Duración Duración Duración

Características

Ejemplos 1. 1. 1.
2. 2. 2.
3. 3. 3.

3. Observa con detenimiento la siguiente fotografía del embarque de ovejas en la


Patagonia y luego une con flechas las temporalidades que propone Braudel con las
que corresponden a la imagen seleccionada.

Imagen 10. Embarque de ovejas. Patagonia, 1910. Colección del Archivo General de la Nación

Tiempo corto Liberalismo económico

Tiempo medio Modelo agro exportador (1880-1930 aprox.)

Tiempo largo Exportación de ovejas, Patagonia, 1910

55
4. Vuelve a releer el Apartado III y lo visto más arriba sobre el tiempo en la Historia y
luego completa el siguiente cuadro comparativo.

Periodo Tiempo histórico Ejemplo

Historiografía
........................

Historiografía
.......................

Historiografía
.......................

5. Ordena cronológicamente en una lista los siguientes historiadores e historiadoras:

Ibn Jaldún (1406); Catharine Macaulay (1791); Herodoto (425 a.C.); Beda (735); Marc
Bloch (1944); Tucídides (395 a.C.); Tito Livio (17 d.C.); Gregorio de Tours (594); Diego
de Landa (1579); Jules Michelet (1874); Polibio (118 a.C.); Ana Comneno (1153)

.........................................................................................
.........................................................................................
.........................................................................................
.........................................................................................
.........................................................................................
.........................................................................................
.........................................................................................
.........................................................................................
.........................................................................................
.........................................................................................
.........................................................................................
.........................................................................................

6. Como se mencionó más arriba, la periodización más conocida y difundida es la que


divide la historia de la humanidad en Prehistoria e Historia propiamente dicha y, dentro
de esta última, en Edad Antigua, Edad Media, Edad Moderna y Edad Contemporánea.
Te pedimos que, con asistencia del docente, marques en la siguiente línea, el tiempo
histórico y el cronológico de cada una de estas etapas:

• Prehistoria: desde la aparición de los primeros grupos humanos (hace unos 2


millones de años atrás, hasta la invención de la escritura (3000 a.C.
aproximadamente).

• Historia: desde la invención de la escritura (3000 a.C. aproximadamente), hasta


la actualidad.
56
-Edad Antigua: desde la invención de la escritura (3000 a.C.
aproximadamente), hasta la caída del Imperio Romano de
Occidente (476).
-Edad Media: desde la caída del Imperio Romano de Occidente (476), hasta
la caída del Impero Romano de Oriente (1453).
-Edad Moderna: desde la caída del Imperio Romano de Oriente (1453),
hasta la Revolución francesa (1789).
-Edad Contemporánea: desde la Revolución francesa (1789) hasta la
actualidad.

Prehistoria e Historia

Tiempo histórico

Tiempo cronológico

7. La división en Edad Antigua, Medieval, Moderna y Contemporánea no se puede aplicar


en América, debido a que los procesos históricos aquí desarrollados han sido
diferentes. Te pedimos que realices una línea de tiempo y marques en ella los tres
momentos en los que se divide la historia americana: en primer lugar, la etapa
prehispánica (que corresponde al periodo anterior a la llegada de los europeos y se
extiende hasta fines del siglo XV); en segundo término, la colonial (que corresponde a
la etapa durante la cual los diferentes territorios americanos fueron colonias
dependientes de las metrópolis europeas, entre fines del siglo XV hasta principios del
XIX aproximadamente); y, en tercer lugar, la independiente (que constituye el último
periodo y corresponde al momento en que los diferentes territorios americanos se
convirtieron en estados soberanos e independientes de Europa, y se extiende desde
principios del siglo XIX a la actualidad).

Historia Americana

Tiempo histórico

Tiempo cronológico
57
8. Lee con atención el siguiente texto y luego marca en la línea de tiempo cada una de
las etapas que corresponden a la historia de China.

“En China, la Antigüedad llega hasta el siglo XV, y la ocupación turca


corresponde a una especie de Edad Media. En China, la historia
`moderna´ (…) va desde las guerras del opio al movimiento patriótico
de mayo de 1919. Con este último comienza la historia
`contemporánea´…”. (Chesneaux en Pagès, 1983: 259-260).

Historia de China

Tiempo histórico

Tiempo cronológico

9. Relee la propuesta de Reinhart Koselleck acerca del espacio de experiencia y


horizonte de expectativa y presta especial atención a sus palabras sobre la
discontinuidad en la Historia; posteriormente, encuentra la relación existente con el
testimonio de Friedrich Perthes, testigo de la caída de Napoleón Bonaparte (principios
del siglo XIX). A continuación, para recordar la diferencia entre fuente y bibliografía
señala cuál es una y cuál es la otra en los fragmentos transcriptos y fundamenta tu
respuesta al respecto.

“...la discontinuidad se convierte en el criterio primero y decisivo de la


experiencia histórica en la Edad Moderna en la medida en que ésta se
hallaba marcada por la gran revolución”. (Koselleck, 2016: 130).

“Toda comparación de nuestra época con otros momentos de cambio


en la historia de los pueblos y de los siglos se queda pequeña”.
Friedrich Perthes (1772-1843).

Espacio
El espacio es mucho más que una simple pantalla
en la que se proyectan significados, acciones y acontecimientos.
Leif Jerram

A los elementos constitutivos de la historia: sujeto y tiempo, debemos sumar, por último, el
espacio, ya que todos los acontecimientos y procesos sociales se desarrollan en una
determinada espacialidad. Como señala Leif Jerram, el espacio es mucho más que una simple
pantalla en la que se proyectan significados, acciones y acontecimientos. (Jerram, 2013: 414.
traducción propia). Es decir, el espacio es una construcción social; y, en este punto, Marc
58
Bloch agrega: “…la obra de una sociedad que modifica el suelo donde vive según sus
necesidades es (…) un hecho `eminentemente histórico´”. (Bloch, 2001: 56).

En efecto, las sociedades se desarrollan en entornos que tienen características naturales


particulares que, a su vez, son modeladas o modificadas por las propias personas a través
del tiempo. De este modo, el espacio territorial deja de ser completamente natural para
transformarse en un espacio cultural. Por su lado, Mario Bunge sostiene que las acciones o
actividades de las personas dependen en gran medida del entorno natural en el que se
encuentran y de los recursos a los que tienen acceso:

“Así, la costa es conveniente para la pesca, la pradera para la


agricultura y la cría de ganado, la montaña para la minería, etcétera.
A su turno, las diferentes actividades moldean diferentes estilos de
vida y personalidades. Sin embargo, el medio ambiente sólo puede
explicar las cosas hasta ese punto (…).El medio ambiente aporta y
coacciona pero no construye la sociedad: sólo las personas en su
ambiente lo hacen. (En contraste, las catástrofes ambientales pueden
barrer comunidades enteras.) Por otra parte, la gente puede modificar
su medio ambiente natural, a veces al extremo de hacerlo inhabitable”.
(Bunge, 1999: 20 y 21).

El entorno, entonces, modela las sociedades y, al mismo tiempo, las sociedades modelan el
entorno. Se trata de una relación estrecha que las y los historiadores no deben desestimar en
sus investigaciones. Pensemos, por ejemplo, en el Antiguo Egipto y el vínculo de dicho pueblo
con el medio, en particular con el río Nilo, fundamental para su desarrollo económico y social,
pero esencial también en su cultura y religión.

Ahora bien, en cuanto a las catástrofes ambientales, también éstas modifican el curso de
comunidades enteras. El terremoto de 1861 dejó en ruinas a la ciudad de Mendoza y mucho
antes la erupción del volcán Vesubio sepultó la ciudad de Pompeya en el año 79 d.C. Se trata
de desastres naturales que repercuten profundamente en las sociedades afectadas y
modifican el desenvolvimiento de las mismas.

La espacialidad permite dimensionar, además, las distancias, es decir, distinguir lo que está
cerca de lo que está lejos de un punto determinado y, al mismo tiempo, observar fronteras,
rutas o caminos y, para ello, los mapas resultan indispensables, ya que constituyen para el
historiador herramientas de gran utilidad para representar el territorio y estudiar los procesos
a través del tiempo. De esta manera, el espacio se relaciona con el tiempo. Tomemos, por
ejemplo, la distancia que existe entre la ciudad de Mendoza y la de Buenos Aires: se trata de
alrededor de 1.000 kilómetros. Durante la etapa colonial, esa distancia se cubría en carretas
y se demoraba algo más de un mes en recorrerla. A fines del siglo XIX, el tiempo se redujo a
dos días de viaje en ferrocarril. En cambio, actualmente, se recorre la misma distancia en
avión en algo más de una hora y media. En otros términos, la distancia es la misma, pero el
tiempo para recorrerla se ha modificado notablemente y esto tiene que ver con los procesos
histórico-culturales.

En efecto, tiempo y espacio se relacionan estrechamente. Como vimos en páginas anteriores,


Fernand Braudel escribió sobre las duraciones temporales, sobre el tiempo corto, medio y
largo. Este último, vinculado con las estructuras que tardan mucho tiempo en modificarse,
está íntimamente relacionado con la geografía. Apunta Braudel:

“Para nosotros, los historiadores, una estructura es indudablemente


un ensamblaje, una arquitectura; pero, más aún, una realidad que el
tiempo tarda enormemente en desgastar y en transportar. Ciertas
estructuras están dotadas de tan larga vida que se convierten en
59
elementos estables de una infinidad de generaciones: obstruyen la
historia, la entorpecen y, por tanto, determinan su transcurrir. Otras,
por el contrario, se desintegran más rápidamente. Pero todas ellas,
constituyen, al mismo tiempo, sostenes y obstáculos. (…)

“Parece que el ejemplo más accesible continúa todavía siendo el de la


coacción geográfica. El hombre es prisionero, desde hace siglos, de
los climas, de las vegetaciones, de las poblaciones animales, de las
culturas, de un equilibrio lentamente construido del que no puede
apartarse sin correr el riesgo de volverlo a poner todo en tela de juicio.
Considérese el lugar ocupado por la trashumancia de la vida de
montaña, la permanencia en ciertos sectores de la vida marítima,
arraigados en puntos privilegiados de las articulaciones litorales;
repárese en la duradera implantación de las ciudades, en la
persistencia de las rutas y de los tráficos, en la sorprendente fijeza del
marco geográfico de las civilizaciones”. (Braudel, 1970: 70-71).

Para este autor, entonces, y para los investigadores de la Escuela francesa de los Annales,
resulta fundamental el estudio del entorno geográfico que cambia y se modifica muy
lentamente y que, a la vez, modela en el tiempo a las sociedades y culturas que lo habitan.

La combinación de los tres elementos, sujeto, espacio y tiempo, se materializa en la región


histórica; la misma, no se circunscribe necesariamente a los límites geográficos dados, por
ejemplo, ríos o montañas, sino que se relaciona, más bien, con factores culturales, sociales,
económicos y políticos de una sociedad que se desarrollan en un momento determinado. Se
trata, entonces, de un espacio socio-cultural dinámico que cambia y se modifica con el
transcurso del tiempo. En otras palabras: “Entendemos por región histórica al espacio en el
cual transcurren y se producen las realizaciones de los hombres que la habitan y que se dan
con una cierta continuidad temporal…”. (Cueto, 1995: 495-496). Veamos dos ejemplos de
región histórica: el primero, se refiere a los cambios sufridos en el territorio nacional argentino
y, el segundo, a la evolución de la región de Cuyo.

El territorio de la República Argentina ha sufrido modificaciones a través del tiempo debido a


que se trata de un espacio dinámico. Los siguientes mapas muestran los cambios en el mismo.
En el primero, se observan los límites del Virreinato del Río de la Plata (1776-1810), que
constituyó una región político-administrativa entre fines del siglo XVIII y principios del XIX;
dicha región incluía ambientes diversos: montañas y costas, zonas desérticas y selváticas, al
igual que poblaciones con características variadas. El segundo mapa, muestra una región
histórica mucho más acotada, que corresponde a los territorios que conformaban la
Confederación Argentina hacia el año 1859. La Patagonia continuaba, desde la etapa colonial,
en manos de los pueblos nativos, formando otra región diferente, con características
particulares. El último, por su lado, refleja los contornos de la República Argentina casi como
los conocemos actualmente. Se observa que los territorios patagónicos se han sumado luego
de la campaña de Julio Argentino Roca de 1879. Es decir, en estos tres mapas podemos
observar de qué manera las regiones históricas cambian a través del tiempo, mutan, se
transforman y adquieren identidades diversas.

60
Imagen 11. Virreinato del Río de la Plata

Imagen 12. Confederación Argentina hacia 1859

61
Imagen 13. Territorios de la República Argentina hacia 1887

Por su lado, la región de Cuyo también se ha modificado con el correr del tiempo, así, podemos
distinguir un Cuyo prehispánico, uno colonial y otro correspondiente a la etapa independiente.
El Cuyo huarpe, o Cuyum, estaba conformado antiguamente por el territorio del centro y norte
de la actual provincia de Mendoza y el centro y sur de la de San Juan. El Cuyo hispánico,
incluía a las ciudades de Mendoza, San Juan y San Luis, pero tanto el sur mendocino como
el de San Luis continuaban aún en manos de los pueblos nativos. El Cuyo de la época
independiente, en cambio, tiene las fronteras político-administrativas que actualmente
conocemos y que incluye a las provincias de Mendoza, San Juan y San Luis.

El espacio, entonces, no es un elemento natural sino cultural en la medida en que los


individuos lo modelan y transforman. Pensemos en Mendoza y su entorno geográfico, se trata
de un ambiente desértico que ha sido modificado a partir de la acción humana en el tiempo,
por ello, actualmente lo encontramos irrigado y forestado. Otro caso lo vemos en los Países
Bajos (Europa), donde marismas y pantanos han sido controlados desde los tiempos
medievales gracias a la construcción de diques que han permitido ganar terrenos al agua para
su explotación económica.

Ahora bien, el espacio no solamente nos remite a lo geográfico, podemos hablar en Historia
otro tipo de espacialidades, como bien señala Michel Foucault: espacio público y privado,
familiar y social, espacio de ocio y de trabajo, espacio cultural y de utilidad, etc. (Foucault,
1999: 17).

En otros términos, la espacialidad abarca también los ámbitos públicos y privados. Los
primeros, tradicionalmente asociados a los varones, a la política, a la toma de decisiones y
realización de negocios; mientras que los segundos, se asocian a lo privado, lo femenino y

62
familiar. Sin embargo, podemos afirmar que dichos espacios se mezclan y se funden y
confunden y es tarea de los historiadores estudiar los unos y los otros a través del tiempo.

A modo de ejemplo podemos mencionar los salones literarios franceses del siglo XVIII en los
cuales se mezclaba lo privado, es decir el interior de la casa de la anfitriona, con lo público y
político, es decir, las ideas revolucionarias que empezaban a cobrar forma por entonces.

Por último, señalamos que la historiografía del siglo XIX, se interesó por espacios acotados,
circunscritos a los de batallas, al igual que ampliados, constituidos por las geografías de
imperios o reinados y por espacios más bien públicos y políticos; mientras que la historiografía
del siglo XX se centró en macroespacios, como así también en espacios regionales. Por su
lado, la historiografía de fines del siglo XX y principios del XXI se ocupa de los espacios
reducidos o microespacios y espacios privados; pero a la vez, en los últimos tiempos hay un
interés creciente por los espacios ampliados.

Síntesis de lo visto

• Los elementos constitutivos de la historia son: sujeto humano (individual y/o


colectivo); tiempo y espacio.

• La región histórica es un espacio socio-cultural en el cual transcurren y se


producen las realizaciones de los sujetos que la habitan y que se dan con
una cierta continuidad temporal; se trata de un espacio dinámico que
cambia y se transforma con el tiempo.

• El espacio deja de ser un elemento natural para convertirse en cultural


desde el momento en que los sujetos y las sociedades lo modelan y
transforman.

• El espacio no es sólo el geográfico, también interesa a la Historia los


espacios público y privado, entre otros.

Actividades para resolver


1. Vuelve a releer el Apartado III y lo visto más arriba sobre el espacio en la Historia y
luego completa el siguiente cuadro comparativo.

Periodo Espacio histórico Ejemplo

Historiografía
........................

63
Historiografía
.......................

Historiografía
.......................

2. El espacio es un elemento cultural debido a que es modificado por las sociedades que
lo habitan, esto se observa claramente en la ciudad capital de Brasil ¿por qué? Para
responder esta pregunta, consulta diccionarios o enciclopedias (en formato papel o
electrónico).

3. Te pedimos que marques en el siguiente mapa de Europa los ríos: Támesis, Sena y
Tíber y señales, además, qué ciudades importantes se desarrollaron junto a sus
márgenes. También marca Barcelona, Venecia y Atenas y deduce, por su ubicación
geográfica, qué actividad económica han podido desarrollar estas ciudades a través
del tiempo. Para ello, vuelve a consultar diccionarios o enciclopedias.

Mapa 1. Ríos y ciudades de Europa

4. Como hemos visto, los mapas resultan de gran ayuda para los historiadores, ya que
permiten ubicar en el espacio acontecimientos y estudiar procesos tanto políticos,
como económicos, sociales y culturales en diferentes partes del mundo. A
continuación, te proponemos una serie de actividades que tienen que ver con la
historia europea antigua, medieval, moderna y contemporánea:

64
a) Edad Antigua

El siguiente mapa muestra la expansión de los fenicios por el Mar Mediterráneo entre
los siglos XI a VIII a.C. Luego de observarlo detenidamente, te pedimos que, en primer
lugar, describas en un párrafo de no más de ocho renglones, desde qué región se
inició la expansión y hasta dónde llegó en Europa y en África; y, en segundo lugar, que
señales a qué países actuales corresponden las ubicaciones de las antiguas ciudades
de Biblos, Sidón, Tiro, Cartago y Gades. Para ello, busca información en diccionarios
y enciclopedias.

educ.ar
Mapa 2. Colonización fenicia

b) Edad Media

A mediados del siglo XIV se desató en Europa una de las epidemias más mortíferas
de todos los tiempos, ya que millones de personas perdieron la vida a causa de ella.
Se han encontrado registros de la peste hacia el año 1347, en Caffa, Crimea. Los
comerciantes genoveses que allí se encontraban llevaron la enfermedad a Europa en
sus barcos. Génova y Marsella fueron los puertos de ingreso de la peste al continente
a principios de 1348. A mediados de ese año, llegó a París. Al año siguiente, en 1349,
a Londres y más tarde, en 1350, alcanzó la península escandinava y Rusia. Marca en
el siguiente mapa de Europa, el recorrido que siguió la peste, señalando las ciudades
y regiones mencionadas y los años en los que se detectó la epidemia.

65
Mapa 3. La Peste Negra

c) Edad Moderna

Durante el siglo XVI, se produjo en Europa la Reforma protestante y, más adelante, la


Contra-reforma católica; como consecuencia de ello, se sucedieron largos
enfrentamientos y guerras religiosas. Algunas ciudades permanecieron fieles al
catolicismo (Roma, Madrid, Trento, Lisboa, Ávila, etc.), mientras que otras, siguieron
las nuevas doctrinas (Wittenberg, Ausgburg, Ginebra, Londres, Copenhague, etc.). Te
pedimos que marques dichas ciudades en el siguiente mapa distinguiendo claramente
las católicas (C) de las protestantes (P); luego, obsérvalo con detenimiento y responde:
¿A qué países actuales pertenecen cada una de las ciudades señaladas? y, por último,
de acuerdo con lo señalado en el mapa ¿la Europa meridional permaneció católica o
protestante?

66
Mapa 4. Europa católica y protestante

d) Edad Contemporánea

-Siglo XIX

El siguiente mapa muestra los alcances del Imperio Británico durante el siglo XIX. Te
pedimos que lo observes con atención y luego completes el esquema:

67
educ.ar
Mapa 5. Posesiones del Imperio Británico en el siglo XIX

Posesiones del Imperio Británico en el siglo XIX

*en América
1)………………………………………………………………………..
2)………………………………………………………………………..
3)………………………………………………………………………..

*en África
1)………………………………………………………………………..
2)………………………………………………………………………..
3)………………………………………………………………………..

*en Asia
1)………………………………………………………………………..
2)………………………………………………………………………..
3)………………………………………………………………………..

*en Oceanía
1)………………………………………………………………………..
2)………………………………………………………………………..
3)………………………………………………………………………..

-Siglo XX

Lee con atención el siguiente texto de Eric Hobsbawm sobre la Primera Guerra Mundial
(1914-1918) y luego ubica en el primer mapa, los países europeos que participaron
inicialmente en la contienda y señala las coaliciones que formaron. Como se trató de
un conflicto que superó los límites de Europa, marca en el segundo mapa las naciones
mencionadas en el texto, que se encuentran fuera del territorio europeo.
68
“[La Primera Guerra Mundial] comenzó como una guerra
esencialmente europea entre la Triple Alianza, constituida por Francia,
Gran Bretaña y Rusia, y las llamadas `potencias centrales´ (Alemania
y Austria-Hungría). Serbia y Bélgica se incorporaron inmediatamente
al conflicto como consecuencia del ataque austriaco contra la primera
(que, de hecho, desencadenó el inicio de las hostilidades) y del ataque
alemán contra la segunda (que era parte de la estrategia de guerra
alemana). Turquía y Bulgaria se alinearon poco después junto a las
potencias centrales, mientras que en el otro bando la Triple Alianza
dejó paso gradualmente a una gran coalición. Se compró la
participación de Italia y también tomaron parte en el conflicto Grecia,
Rumania y, en menor medida, Portugal. Como cabía esperar, Japón
intervino casi de forma inmediata para ocupar posiciones alemanas en
el Extremo Oriente y el Pacífico occidental, pero limitó sus actividades
a esa región. Los Estados Unidos entraron en la guerra en 1917 y su
intervención iba a resultar decisiva…”. (Hobsbawm, 1996: 30-36).

Mapa 6. Países europeos que participaron en la Primera Guerra Mundial

69
Mapa 7. Países no europeos que participaron en la Primera Guerra Mundial

5. Te pedimos que leas el texto de Marta María Huertas, luego observes los mapas que
muestran la evolución de la red ferroviaria en la Argentina entre 1870 y 1910 y, a
continuación, respondas el cuestionario:

“El estudio de las vías de comunicación no se refiere a aspectos


solamente viales. (…). Institucionalmente, una red con buena
conectividad indica la voluntad de vincular a todas las regiones del
país. (…). Los caminos así como posibilitan el intercambio comercial,
denotan también una distribución territorial del poder. Una mejor
accesibilidad posibilita una mayor vinculación en todos los órdenes”.
(Huertas, 1998: 134).

educ.ar
Mapa 8. Red ferroviaria argentina entre 1870 y 1910

70
a) De acuerdo con el texto de Huertas y lo observado en los mapas, ¿la evolución de
la red ferroviaria argentina entre 1870 y 1910 muestra una buena conectividad
entre las regiones del interior? ¿por qué?
b) Si los caminos y las líneas de ferrocarril posibilitan el intercambio comercial y la
distribución de poder, ¿qué es lo que reflejan los mapas sobre la distribución del
poder en la Argentina entre fines del siglo XIX y principios del XX?

6. La región histórica cambia y se modifica a través del tiempo, como vimos en las
páginas anteriores. Te pedimos que releas el apartado “Espacio” y luego marques en
los siguientes mapas la evolución de la región de Cuyo a la que se hizo referencia.

Mapa 9. Cuyo huarpe Mapa 10. Cuyo hispánico

71
Mapa 11. Cuyo actual

7. Teniendo en cuenta que a la Historia le interesa estudiar no solo espacios geográficos


sino también los públicos y privados, te pedimos que veas con detenimientos el cuadro
de Pedro Subercaseux (1910) titulado El ensayo del Himno Nacional en la sala de la
casa de María Sánchez de Thompson; y que, a continuación, leas el fragmento del
texto de Dora Barrancos sobre las mujeres durante la Revolución e Independencia,
para luego poder distinguir y ejemplificar en la imagen y el escrito los ámbitos históricos
público y privado.

72
Imagen 14. El ensayo del Himno Nacional en la sala de la casa de María Sánchez de Thompson,
de Pedro Subercaseux (1910)

“El proceso revolucionario dividió a la sociedad, y desde luego también


a las mujeres. (…). La politización de las mujeres a propósito de los
acontecimientos de 1810 ha sido seguramente el aspecto menos
indagado. Se impone por lo tanto un orden conjetural, pues apenas
contamos con huellas indiciales de la actuación de las mujeres en
aquellas circunstancias. Ya fue presentada Ana Perichón y sus
actividades pro criollas, muchas de ellas desarrolladas en sus tertulias,
así como la tarea pro revolucionaria que ocupó a Mariquita Sánchez
(…). Sus salones sirvieron tanto para comunicar proyectos como para
tomarle el pulso a los sistemas de alianzas –y también para calibrar
enfrentamientos- en materia de ideas y propósitos (…). De Mariquita
se ha dicho que estuvo al frente de la organización patriótica (…)
surgida en 1812 con el propósito de reunir fondos para armar los
ejércitos patriotas. Su casa constituyó un centro neurálgico de la
política y la cultura pro revolucionaria; casi todos los varones
prominentes de la política pasaron por allí...”. (Barrancos, 2007: 70-
72).

Espacio público

……………………………………………………………………………..

73
Espacio privado

……………………………………………………………………………..

Por último, volvemos a la imagen del Cruce de los Andes del comienzo de este apartado para
que lo observes nuevamente. ¿Se ha modificado o ampliado tu concepción del sujeto, el
tiempo y el espacio históricos? ¿por qué? Haz la puesta en común con tus compañeros y el
docente.

Imagen 15. Cruce de los Andes, de Pedro Maggi (siglo XIX)

1. Sujeto humano ........................................................................................................

2. Tiempo .....................................................................................................................

3. Espacio ....................................................................................................................

Esperamos que este recorrido introductorio por los fundamentos de la Historia te permita
familiarizarte con la teoría y te brinde las herramientas básicas para continuar adelante con la
Carrera de Historia.

74
Glosario
Bibliografía: conjunto de publicaciones sobre un tema en particular o correspondiente a un
autor determinado.

Ciencia: conjunto de conocimientos sistemático, explicativo, no contradictorio y no valorativo


del que se deducen principios generales.

Corriente historiográfica: cada una de las formas de abordar e interpretar el conocimiento


de lo histórico, es decir, de los procesos y acontecimientos de las sociedades del pasado. Las
corrientes historiográficas se desarrollan a partir del siglo XIX, cuando la Historia adquiere
estatuto científico. Ej. Historia Social, Historia Económica, Nueva Historia Cultural, etc.

Cronología: tiempo homogéneo, uniforme, mecánico, que permite establecer el “antes” y el


“después” de los diferentes acontecimientos o procesos históricos.

Enfoque historiográfico: perspectiva desde la cual se aborda una temática o una etapa
histórica. Ej. Historia de la Emancipación Americana desde la perspectiva de género.

Escuela historiográfica: grupo de historiadores que siguen una misma línea de pensamiento
historiográfico, que tienen sentido de pertenencia al grupo y que están organizados
institucionalmente, además de contar con órganos de difusión de sus investigaciones
(revistas, encuentros académicos, etc.). Ej. Escuela Francesa de los Annales.

Espacio: elemento constitutivo de la Historia, junto al sujeto (individual y/o colectivo) y al


tiempo. Extensión que contiene la materia existente.

Espacio de experiencia: categoría analítica propuesta por Reinhart Koselleck que se refiere
a un pasado-presente.

Fuente: todo objeto material, escrito y oral que procede de la creatividad humana, a cuyo
través puede inferirse algo acerca de una determinada situación social en el tiempo.

Historia: palabra que se aplica a dos entidades distintas: por un lado, a la realidad de lo
histórico, es decir lo sucedido; y, por otro, a la disciplina que estudia lo histórico.

Historiografía: en su acepción más simple es la escritura de la historia. Se trata de las


diversas prácticas de escritura de la Historia que se han sucedido desde la Antigüedad clásica
hasta nuestros días.

Horizonte de expectativa: categoría analítica propuesta por Reinhart Koselleck que se


refiere a un futuro-presente, a un todavía-no.

Memoria: facultad de recordar, de traer al presente y hacer permanente el recuerdo.

Método: conjunto de prescripciones que deben observarse y de decisiones que deben


tomarse en cada una de las disciplinas para garantizar, en la medida de lo posible, un
conocimiento adecuado del objeto de estudio.

Periodización: fijación de épocas en el devenir de la humanidad. Delimitación de espacios


temporales en función de una cierta “homogeneidad” histórica.

75
Región histórica: espacio en el cual transcurren y se producen las realizaciones de los
sujetos que la habitan y que se dan con una cierta continuidad temporal; se trata de un espacio
dinámico que cambia y se modifica con el tiempo.

Sociedad: sujeto de la Historia, agente ejecutor y depositario de la misma.

Sujeto: elemento constitutivo de la Historia junto al tiempo y al espacio; puede ser individual
o colectivo.

Tiempo: elemento constitutivo de la Historia junto al sujeto (individual y/o colectivo) y el


espacio. Dimensión esencial que configura la realidad histórica.

76
Referencias de Imágenes

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Imagen 5. República Argentina. (1898). Segundo Censo de la República Argentina levantado


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Imagen 6. Eugenia Unger, sobreviviente del Holocausto. Clarín, 23 de abril de 2017.

Imagen 7. Demetrio Brutti y su esposa el día de la boda. Universidad Nacional del Centro de
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Imagen 8. La boda campesina de Pieter Brueghel (1567). Geografía, Historia y Arte.


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Imagen 9. Cruce de los Andes, de Pedro Maggi (siglo XIX). Asociación Cultural Sanmartiniana
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Imagen 10. Embarque de ovejas. Patagonia, 1910. Colección del Archivo General de la
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Imagen 12. Confederación Argentina hacia 1859. Lobato, Mirta Zaida y Juan Suriano (2000).
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77
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80
PARTE II
ARQUEOLOGÍA: INVESTIGACIÓN
CIENTÍFICA DEL PASADO PARA LA
VALORACIÓN DEL PRESENTE

Dr. Pablo Andrés Cahiza

81
82
I. ¿Qué es la Arqueología?
Podemos definir a la Arqueología como una disciplina científica que tiene como objeto de
estudio el comportamiento humano a partir de la recolección y análisis sistemático de los
restos materiales (artefactos, construcciones, paneles de arte rupestres, entierros, caminos,
entre otros). Los arqueólogos y arqueólogas interpretan esa cultura material en términos de
las actividades humanas que la generaron. En tanto se ocupa del pasado humano es una
disciplina que comparte intereses con la Historia, pero su foco en el comportamiento humano
la acerca a la Antropología.

El pasado de nuestra especie comenzó en África hace casi dos millones de años, esos lejanos
antepasados no nos dejaron registros escritos, ni podemos preguntarles sobre sus formas de
vida social, su mundo espiritual o su economía. Los restos materiales producidos o utilizados
por las sociedades humanas son la clave para el entendimiento de las sociedades antiguas y
son la materia prima de la Arqueología que, junto con otras disciplinas afines, brinda la
oportunidad de aproximarnos a explicaciones sobre ese mundo del pasado anterior a la
aparición de la escritura –y también con ella- es decir casi el 99% de la historia de la
humanidad.

Hace unos 3000 años se comenzó a indagar sobre su pasado más remoto. Nabonido rey de
Babilonia en el siglo VI a.C. se interesó por los objetos que aparecían en la construcción de
un templo. Seguramente no fue el primero en manifestar curiosidad sobre objetos del pasado
y los mundos que podían representar. Así, podemos mencionar varios hitos en la historia de
la Arqueología como la preocupación de los romanos en el pasado por sus colonias, el de los
renacentistas europeos por el patrimonio greco-latino durante los siglos XV y XVI o el de los
anticuarios a principios del siglo XIX. A fines de ese siglo, se convertirá en científica y su
metodología se convertirá en sistemática y la construcción de contenidos históricos y
antropológicos será orientada por objetivos claros y precisos.

La Arqueología es una ciencia cronológicamente transversal que analiza los cambios y


continuidades en las estructuras sociales, económicas, ideológicas y culturales de todos los
períodos históricos, desde el proceso de evolución humana (hominización) hasta la
actualidad, contando con un número cada vez mayor de especializaciones temáticas surgidas
a raíz de la definición de nuevos principios teóricos, destacando entre las más recientes la
Arqueología de género, que analiza la problemática de la relación entre sexos a todos los
niveles a través de la Historia; la Arqueología forense, cuyas intervenciones sobre fosas
comunes procedentes de genocidios y conflictos como las producidas por las dictaduras
militares en Latinoamérica o guerras en la antigua Yugoslavia, las guerras civiles en África o
la Guerra Civil española, aportan información socialmente comprometida; o, más
recientemente, la Arqueología experimental. La Arqueología del conflicto, que puede analizar
desde un campo de batalla de las Guerras Púnicas, la frontera entre el Estado nacional y las
comunidades indígenas de la Patagonia o la configuración de los pucaras en el Noroeste
argentino; la Arqueología del colonialismo, que analiza las vinculaciones teóricas y políticas
de la expansión colonial europea y estadounidense durante los siglos XVII al XX, a partir de
las características de los asentamientos; la Arqueología industrial, que reconstruye los
procesos fabriles y su impacto en la ocupación del territorio; la Arqueología de los sin techo,
una corriente que en Estados Unidos analiza los procesos de despoblación de las grandes
ciudades industriales en época de crisis y la exclusión de la sociedad de una parte de la
población a partir de la metodología arqueológica; y la Arqueología subacuática, enfocada en
el estudio de contextos culturales bajo las aguas de océanos o ríos.

La investigación actual tan solo tiene sentido cuando se lleva a cabo por parte de equipos
amplios, de carácter interdisciplinar, cuyos integrantes aúnan conocimientos de diferentes
especialidades para conseguir una correcta reconstrucción de un período social específico.
Desde especialidades surgidas en el ámbito de la geografía como los sistemas de información
83
geográfica (SIG); a las procedentes de la biología como la zooarqueología, la palinología, la
sedimentología, la antracología, la paleocarpología; la medicina como la paleoantropología;
los métodos de datación absoluta o la metodología de prospección por georradar, por citar tan
solo algunas de las mal denominadas ciencias auxiliares. La suma de informaciones que
actualmente pueden manejarse en una investigación alcanza un elevadísimo nivel de
precisión, impensable hace unos años.

La Arqueología también es una disciplina compleja, moderna y dinámica que posee diferentes
campos de aplicación, por ejemplo en cuanto a la identificación y valoración del patrimonio
cultural –tanto en museos, monumentos, como en el rescate y conservación-, en la aplicación
a fenómenos políticos recientes, desde una aproximación forense y en función de la
construcción comunitaria de la memoria y la identidad o Arqueología Pública. Por lo tanto, los
campos de acción profesional del arqueólogo se orientan tanto a la investigación académica,
como a la arqueología de intervención, la gestión del patrimonio arqueológico y la difusión
cultural.

Verás en este texto de alfabetización universitaria contenidos preparados para alumnos de


entre 17 y 20 años que recientemente concluyeron sus estudios secundarios/polimodal. Sin
embargo, debemos recordarte que los textos universitarios poseen vocabularios específicos,
discuten ideas que el autor sobreentiende que el lector las conoce previamente y están llenos
de aspectos que pueden parecer contradictorios y polémicos, porque evolucionan al ritmo del
estudio de los campos disciplinares. Es decir que en ellos podrán encontrar más de una
respuesta al mismo problema y eso no querrá decir necesariamente que una está equivocada
sino que existe una diversidad de opiniones y construcciones teóricas prácticas. Deberás
agudizar los sentidos, preguntar y repreguntar, ya que no servirá la mera repetición de
contenidos, sino el entendimiento de las conceptualizaciones y los procesos.

La arqueología como disciplina científica

La Arqueología es una disciplina científica porque persigue dar explicaciones sobre los
procesos humanos. Explicar no es comprender ni interpretar sino, a partir de la aplicación de
metodologías sistemáticas, brindar las causas de los fenómenos sociales que se estudian.

¿Por qué a partir de los restos materiales? Porque luego de una actividad humana muchas
veces se dejan signos materiales de ella. Si estudiamos una sociedad que no poseía aún la
escritura, ni ningún otro tipo de codificación de la información (jeroglíficos, quipus,
arte/representaciones rupestres-ver glosario-), los restos materiales serán la única fuente de
información para la reconstrucción del pasado. Pero si volvemos sobre la definición,
notaremos que la ausencia de un medio codificado de registrar los sucesos de una comunidad
– la escritura - no es un elemento que impida seguir estudiando el comportamiento de los
seres humanos a partir de su cultura material, es decir arqueológicamente. Así, si prestamos
atención a los museos de la ciudad de Mendoza que posean colecciones arqueológicas,
detectaremos objetos materiales y estructuras del periodo colonial español y hasta
representativo de la vida humana en el siglo XIX y XX, por ejemplo el Museo del Área
Fundacional y el Museo Juan Cornelio Moyano.

Entonces podremos definir sub campos generales de la Arqueología: prehistórica (antes de la


escritura) e histórica (después de la aparición de la escritura). Pero antes de avanzar en esta
diferenciación, deberíamos tener en cuenta que la escritura no fue desarrollada en todas
partes al mismo tiempo y tendremos que aquellos investigadores que estudian castillos
franceses de 1450 estarán realizando trabajos históricos (arqueología medieval) y aquellos
que estudian pukaras de 1450 en el Noroeste argentino harán estudios prehistóricos.

84
Esto nos lleva a reflexionar sobre la posibilidad de que en algunos casos, la aplicación de
metodologías y perspectivas arqueológicas articuladas con las históricas enriquece el
conocimiento de las sociedades antiguas. Es por ello que ha quedado perimida esa vieja
concepción de ciencias auxiliares.

Por otro lado, la investigación arqueológica ha generado especialidades en torno a los


problemas específicos que pretende resolver. Así han surgido subdisciplinas como la
Arqueología Histórica, del Paisaje, industrial, de género, subacuática, Arqueometría, de
cazadores recolectores, de agricultores, de sociedades complejas, entre otras, como
señalamos más arriba.

Si bien aclaramos que el objeto de estudio de la Arqueología es el comportamiento humano


en el pasado, podemos ampliar que los fenómenos sociales pueden ser estudiados a partir
de la participación de actores individuales y colectivos. En la Historia la posibilidad
metodológica permite un balance en el estudio de estos dos protagonistas, como viste en la
primera parte de este libro; sin embargo en la Arqueología (como también en la Antropología
y la Sociología) la tendencia mayor involucra el estudio de los actores colectivos. Por ello
notarás en este trabajo muchas referencias colectivas del tipo: grupos, comunidades,
sociedades, entre otras; y pocos nombres propios de individuos tales como sacerdotes, jefes,
reyes y emperadores.

Síntesis de lo visto

• La Arqueología es una disciplina científica que estudia el pasado humano a


partir de sus restos materiales, compartiendo intereses con la Historia y la
Antropología.

• Las disciplinas científicas buscan brindar explicaciones sobre las causas de los
fenómenos estudiados.

• La invención de la escritura es un evento de suma importancia que no excluye


la posibilidad de complementar estudios del pasado con metodologías
arqueológicas.

Actividades para resolver


1. En base a lo visto hasta ahora, completa el significado del término Arqueología en el
Glosario que se encuentra al final del capítulo.

2. Esta actividad se ocupa del objeto de estudio de la Arqueología. Mira el video y


escucha con atención la canción “We don't do dinosaurs”(subtitulada) en el siguiente
link: www.youtube.com/watch?v=7JaUnHVHjcE y luego responde:

a. En la concepción generalizada y equivocada sobre el objeto de estudio de la


Arqueología, ¿qué estudian las y los arqueólogos?

b. ¿Qué tipo de elementos estudia la Arqueología? Menciona cinco ejemplos


citados en la canción.
85
c. ¿Qué herramientas se utiliza en Arqueología en el trabajo de campo, ya sean
mencionadas en la canción o reflejadas en las imágenes del video?

3. Señala en la siguiente línea de tiempo, el surgimiento de la escritura en la


Mesopotamia asiática, Europa y México. Para ello, utiliza la información que se
encuentra debajo, en la Imagen 1.

Tiempo histórico

Tiempo cronológico

Imagen 1. Surgimiento de la escritura temprana2

II. Las metas de la Arqueología


Ya dijimos que la Arqueología tiene como objeto de estudio el comportamiento humano a
partir del estudio de los restos materiales. A lo largo de la historia de la Arqueología, se han
ido elaborando metas que se orientan a la resolución de distintos niveles de jerarquía de las
explicaciones que se pretende brindar.

2 Las referencias bibliográficas de las imágenes se encuentran al final del capítulo.


86
Puede acordarse que el objetivo inicial de la Arqueología es construir cronologías culturales
para configurar líneas temporales de significación cultural a partir los materiales recuperados.
En general, las y los arqueólogos necesitan conocer el cuándo y el dónde antes de avanzar
en la resolución de las preguntas cómo, quién, qué y por qué. La construcción de cronologías
culturales comprende dos procesos interrelacionados: la datación de la evidencia por algún
método físico-químico (Carbono 14, Termoluminiscencia, Potasio-Argón, entre otros) y la
clasificación de los artefactos arqueológicos (especialmente vasijas cerámicas, instrumentos
líticos y metálicos) en ordenamientos secuenciales asociados a las dataciones y contextos.

El objetivo de segundo nivel es dar vida a las cronologías identificando los modos o estilos de
vida que generaron las sociedades en el pasado. Con estilos de vida queremos abarcar los
aspectos de la vida humana relativa al patrón de asentamiento nómade-sedentario, la
densidad poblacional, la tecnología, el tipo de economía, la vida doméstica, estratificación
social, religión y ritualismo, entre otros.

Finalmente, el objetivo tercer nivel es explicar los procesos culturales que empujan los
cambios y continuidades del comportamiento humano tanto del pasado como del presente.
Queda claro entonces que nos interesa conocer cómo y cuándo vivía la gente pero más
relevante es entender por qué vivían de esa forma: ¿por qué adoptaron determinados
patrones de comportamiento y cómo surgieron nuevas tecnologías o tipos de organización
social? El objetivo final será explicar el cambio: ¿por qué nuestros antepasados humanos se
originaron solamente en África?; ¿por qué migraron a otros continentes?; ¿qué originó la
necesidad de expresar ideas en el arte paleolítico?; ¿por qué se reemplazó a la caza y
recolección por la agricultura y pastoreo casi al mismo tiempo en Próximo Oriente asiático y
Mesoamérica?; ¿por qué surgieron las ciudades y sus formas más complejas de organización
sociopolítica: el Estado? Estas son algunas de las preguntas fundamentales que movilizan la
concreción de esta tercera meta.

Este ordenamiento explicativo refleja las prioridades teóricas de los investigadores a la hora
de abordar el estudio del pasado. Brindar una cronología a la ocupación humana de un
determinado lugar es importante, pero es más relevante intentar definir los estilos de vida de
las sociedades que vivieron en ese mismo espacio y más aún la elaboración de una
explicación de cómo se elaboran los procesos culturales que dinamizan las sociedades
humanas. La mayoría de las investigaciones arqueológicas combinan las metas explicativas
e intentan brindar resultados que articulan dos o tres de estas metas, por ejemplo una
excavación de un sitio arqueológico puede reunir información de tipo cronológica y aportar
evidencias sobre el estilo de vida de una comunidad, que podrá ser sintetizado en un estudio
que explique los procesos culturales de dicha comunidad.

Pongamos un ejemplo: Un grupo de cazadores de guanacos en la cordillera generará una


serie de movimientos por el paisaje que dejarán una huella específica. Utilizarán abrigos
rocosos o estarán al aire libre construyendo sus instrumentos líticos para matar y cortar sus
presas, cocinarán en fogones. Estas actividades dejarán restos de la talla lítica (pequeños
desechos producto del trabajo de la piedra), huesos de los guanacos consumidos con marcas
de corte y de quemado, restos de carbones de los fogones.

Estos restos pasarán a convertirse en datos, información sobre las actividades humanas del
pasado. Esa información nos permitirá acceder a la antigüedad del evento de cacería
aplicando métodos de datación como el de Carbono 14 –objetivo de primer nivel- .

Si pasamos a la concreción del segundo nivel de metas u objetivos podremos explicar la


economía de estos grupos (la caza de guanacos); el aprovechamiento de los recursos
ecológicos de montaña, por ejemplo las presas o las materias primas de roca utilizada, la
movilidad entre diferentes ambientes, el tamaño del grupo y la jerarquización social. Sin
embargo, un gran cuerpo de actividades jamás podrán ser explicadas: las creencias religiosas

87
y otros aspectos filosóficos-simbólicos no han dejado restos materiales que nos permitan
transformarlos en datos del pasado y la construcción de explicaciones.

En el tercer nivel explicativo intentaremos elaborar modelos explicativos universales sobre los
cazadores de alta montaña.

En la realidad del trabajo arqueológico estas metas se verán plasmadas y desarrolladas en


un proyecto de investigación que, en general, cuenta con cuatro etapas de realización:

1- La formulación del problema de estudio que queremos resolver: la hipótesis de


trabajo.

2- La recolección y registro de datos. Será la base de evidencia a partir de la cual se


elaborarán las respuestas al problema original. Implica la organización y desarrollo
de los trabajos de campo.

3- Análisis de la evidencia. El estudio pormenorizado de los restos recuperados y sus


interrelaciones.

4- Publicación y difusión de los resultados.

Síntesis de lo visto

• Los objetivos de la Arqueología pueden ser divididos en tres órdenes de


jerarquía: establecer cronologías, identificar modos o estilos de vida y
explicar los cambios en los procesos culturales.

• El trabajo de investigación incluye por lo menos cuatro etapas: la formulación


del problema (la hipótesis), la recolección de datos, el análisis de la
información y la publicación de los resultados.

Actividades para resolver


1. Completa el siguiente cuadro comparativo de las metas de la Arqueología:

Características de las metas a alcanzar

1º objetivo

88
2º objetivo

3º objetivo

III. La recolección de datos: los trabajos de campo


Si te pedimos que pienses cómo es una y un arqueólogo trabajando, probablemente el
resultado sea el de la imagen de alguien con sombrero y zapatos de campo, ya que en general
se asocia la actividad arqueológica con la del descubrimiento de objetos antiguos o con algún
tesoro, en el medio de alguna aventura. Si bien la actividad de las y los arqueólogos tiene
algunos de estos ingredientes (aunque en cuotas muy pequeñas), evidentemente la mayor
parte de los trabajos se concentran en la localización, relevamiento y registro de los vestigios
del pasado y su posterior análisis en busca de alguna de las tres metas de las que ya hemos
hablado.

La primera parte de estas actividades, la localización, relevamiento y registro de los materiales


y contextos antiguos corresponden a trabajos de campo, es decir en actividades de
investigación que se dan fuera del ámbito del laboratorio o del gabinete de estudio.

Hay dos procedimientos metodológicos que caracterizan a esta etapa: la prospección y la


excavación. En general, la mayoría de las investigaciones arqueológicas comienzan con
exploraciones sistemáticas de terreno denominadas prospecciones. Esta etapa tiene como
objetivo la localización de evidencia cultural antigua y determinar su distribución espacial. Para
su realización existen distintas posibilidades desde el auxilio de imágenes satelitales,
fotografía aérea, cartografía histórica, métodos geofísicos y también informantes; sin
embargo, la metodología más utilizada es la de realización de recorridos pedestres sobre
elementos del paisaje que se desee intervenir. Antes de iniciar los trabajos de prospección es
necesaria una rigurosa planificación para que el desarrollo del trabajo sea coherente con los
objetivos propuestos. Esta metodología incluye el trazado de parcelas alargadas
rectangulares llamadas transectas o el recorrido total del área a investigar (cobertura total)
que pueden abarcar caminatas de observación sobre márgenes de ríos, terrenos arados (algo
muy común en Mendoza), médanos, paleocauces entre otros. Se utiliza para el registro del
sitio descubierto o del área de actividad relevada durante la prospección, la brújula, GPS,
fotografía. La prospección puede incluir también la recolección sistemática de materiales en
superficie. Muchas veces la prospección fue planificada como una etapa previa a la
excavación. Actualmente se la utiliza como una metodología que en sí misma genera
información, generalmente espacial.

89
.

Imagen 2 y 3. Trabajos de prospección en estructuras agrícolas -canchas de cultivos -


(500/1000 DC aproximadamente). Relevamiento de materiales arqueológicos superficiales en
áreas aradas

La segunda técnica de recuperación de datos arqueológicos es la excavación. Consiste en la


aplicación de métodos de extracción de capas de sedimento que nos permite acceder a
materiales y construcciones enterradas. Es un método destructivo, sólo se puede excavar una
vez un contexto arqueológico por lo tanto su registro debe ser sistemático y riguroso.
Dependiendo de los sitios excavados puede requerirse herramientas desde espátulas,
cucharines y pinceles en la excavación de una cueva, hasta palas y retroexcavadora en un
sitio urbano. El sedimento siempre es cribado mediante el uso de zarandas o tamices. Se
utiliza el principio de superposición estratigráfica por el cual se entiende que el resultado de
una actividad es una depositación horizontal y que una capa o estrato superior es más
moderna que una inferior. Este ordenamiento puede ser alterado por fenómenos
postdepositacionales (un terremoto, la realización de un canal, las galerías de un roedor).

90
Imagen 4 y 5. Trabajos de excavación de equipos de la Facultad de Filosofía y Letras en sitios
al aire libre sobre médanos (Carrizal, Mendoza) y en estructuras habitacionales de paredes de
piedra (Los Molinos, La Rioja)

Durante el proceso de excavación nos interesa recuperar artefactos y objetos aislados, pero
más relevante aún es poder establecer las relaciones de asociación entre los elementos y la
identificación de contextos determinando la localización de los hallazgos y su relación con
otros materiales contemporáneos.

91
IV. Actividades analíticas: tareas de laboratorio
El material recolectado de los estratos excavados en las tareas de campo –huesos, artefactos
de piedra, cerámica, carbón, madera, etc.- es procesado en laboratorio: se lo etiqueta,
cataloga y clasifica para su análisis posterior. Dependiendo de los objetivos de estudio existen
distintos niveles de análisis, algunos realizados desde la Arqueología y otros por profesionales
de diferentes disciplinas (geólogos, biólogos, químicos, entre otros).

Por su resistencia al paso del tiempo, los instrumentos líticos son los que mejor se han
conservado y son la clave del estudio de las más antiguas poblaciones humanas y de las
sociedades cazadoras-recolectoras. Su estudio permite acercarnos a la identificación de las
actividades realizadas en el pasado, los instrumentos pueden tener diferentes funcionalidades
tales como cortar (chuchillos y raederas); perforar (puntas de proyectil, perforadores); triturar
y moler (morteros, conanas); raspar (raspadores), entre otras. Se puede estudiar también la
proveniencia geográfica de las materias primas que puede reflejar los circuitos de movilidad o
de intercambio. Las técnicas analíticas pueden ser macro o microscópicas y pueden abarcar
una amplia gama de estudios desde clasificaciones morfológicas, huellas de uso, cortes
delgados hasta experimentación.

Otros de los materiales que recurrentemente son estudiados en una investigación, pero esta
vez para sociedades que en general son sedentarias y agricultoras o ganaderas, es la
cerámica. La manufactura de vasijas permitió a las sociedades funciones tan importantes
como la cocción, almacenamiento y transporte de alimentos y también reflejó los patrones
simbólicos en sus estilos decorativos. La cerámica también tuvo funciones rituales y evidenció
las diferencias sociales de los grupos. Los análisis que se realizan sobre ella incluyen estudios
tecnológicos (sobre cómo fue elaborada) y funcionales (para qué sirvió) empleándose
estudios de observación directa hasta métodos que incluyen activación de sus partículas
atómicas.

Finalmente, el análisis zooarqueológico de los restos de origen faunístico brindan información


sobre la relación hombre-naturaleza, no sólo en término de cuáles fueron las especies
consumidas en la dieta, sino también cuáles fueron domesticadas, en qué estación del año
fueron consumidas, si se usaron sus pieles, cueros, grasas, valvas, si sirvieron como materia
prima para la confección de instrumentos (arpones, punzones, agujas, etc.) o de adornos
(cuentas de collar y bastones tallados).

La lista de restos materiales que son objeto de análisis arqueológico no se agota en la piedra,
la cerámica y los restos arqueofaunísticos. Podemos agregar los restos botánicos (carbones,
semillas, maderas, frutos), de metales, de suelos, pigmentos y muchos otros elementos que
formaron parte de la vida de nuestros antepasados.

92
Imagen 6. Instrumentos realizados en hueso y cuentas de collar de cáscara de huevo de
ñandú. Análisis de huellas de manufactura

Síntesis de lo visto

• La metodología arqueológica de recolección de datos se basa


fundamentalmente en la aplicación de dos técnicas: la prospección (localización
sistemática de sitios arqueológicos y su relación con el contexto ambiental) y la
excavación (la recuperación de conjuntos artefactuales enterrados).

• Los materiales recuperados en las tareas de prospección y excavación son


sometidos a análisis que involucran fundamentalmente el estudio de las
tecnologías líticas y cerámicas y los conjuntos óseos de fauna utilizada en
actividades humanas.

Actividades para resolver


1. Elabora un cuadro sinóptico que incluya las características de las metodologías de
recolección de datos arqueológicas: la prospección y la excavación.

2. Enumera dos ejemplos de información que se puede obtener a partir del análisis lítico,
cerámico y zooarqueológico.

Análisis lítico
....................................................................................
....................................................................................

93
Análisis cerámico
....................................................................................
....................................................................................

Análisis zooarqueológico
....................................................................................
....................................................................................

V. Un recorrido por los procesos fundamentales de la Prehistoria


Algunas páginas atrás desarrollamos la idea de diferentes niveles de jerarquización de los
objetivos de la investigación arqueológica. En las páginas siguientes, haremos un breve
recorrido sobre los resultados generales obtenidos por la Arqueología y otras disciplinas
afines.

Según lo que sabemos en la actualidad, la historia de la humanidad se inició en África,


específicamente en África Oriental. Los trabajos de Antropología física han encontrado allí los
restos de huesos fosilizados de los primeros homínidos bípedos denominados
Austrolopithecus que vivieron entre 4 y 2,5 millones de años atrás. El proceso evolutivo es
múltiple, no debe imaginarse una línea única de evolución; se parece más un árbol con varias
ramas evolutivas con especies que se continúan y otras que se extinguen. En este camino
resalta la aparición del primer Homo habilis asociado a la producción de los instrumentos de
piedra o líticos más antiguos que se conozcan (aunque probablemente los austrolopithecus
ya habrían manufacturado algunos útiles también).

Homo erectus ergaster apareció también en África Oriental hace 1,6 millones de años, tenían
un cerebro más grande y su posición más erguida. Fue la especie que colonizó el resto de
África y ocupó gran parte de Europa y Asia.

Entre los 200.000 y 40.000 AP. (años Antes del Presente) Homo Neandertal desarrolló su
modo de vida en Europa y Próximo Oriente. Se discute si su linaje es independiente o si es
antecesor de Homo sapiens, es decir mujeres y hombres modernos.

No se conoce cabalmente cuál fue el rol de Homo Neandertal en la evolución posterior, una
hipótesis es que finalmente evolucionó a Homo sapiens y la propuesta más sólida es que se
extinguieron por completo. Homo sapiens se habría originado también en África hace unos
100.000 años, migrando hacia el Mediterráneo 90.000 años atrás, alcanzado Europa, Asia y
Australia aproximadamente en el 40.000 AP. Se discute la fecha exacta de la colonización de
América por Beringia, pero hace unos 15.000 años podría haber ingresado una de las
primeras oleadas migratorias a nuestro continente. Como parte de ese proceso se habría
originado el poblamiento del actual territorio de Mendoza unos diez mil años atrás, como se
ve de manifiesto en el sitio precordillerano de Agua de la Cueva y la Gruta del Indio en el
Rincón del Atuel, San Rafael.

Nuestra especie ha usado herramientas líticas desde hace, al menos 2,3 millones de años.
Tales herramientas constituyeron, indudablemente, una adaptación importante en el
desarrollo de nuestro género en África y constituyen la materialización más antigua de un
proceso de abstracción, la concreción de una idea transformadora de un elemento natural (la
piedra) en un instrumento. Probablemente la piedra no fue la única materia prima utilizada, la
madera y el hueso quizás también fueron empleadas, pero problemas de conservación
94
resaltan la presencia de las industrias en piedra. Las primeras herramientas eran sencillas y
pertenecen a la industria conocida como Modo 1 (Olduvayense, debido a la gran cantidad de
hallazgos en la Garganta de Olduvai, Tanzania). Básicamente eran machacadores, útiles, por
ejemplo, para extraer el tuétano de un hueso, y lascas con filos útiles para cortar.

Un cambio tecnológico importante se presenta hace aproximadamente 1,7 millones de años


en África. Nuevas herramientas más elaboradas, pertenecientes al tipo de industria conocido
como Modo 2 (Achelense). El utensilio más representativo es el hacha de mano o bifaz, que
presenta dos bordes afilados y sirve para llevar a cabo muchas actividades (a veces se la
menciona como la “navaja suiza” del Paleolítico). Esta industria perduró más de un millón de
años, durante todo el Paleolítico Inferior (1,8 millones – 130.000 AP).

Estos artefactos les sirvieron a los primeros homínidos para cambiar su forma de alimentarse,
los usaban para conseguir proteínas animales mediante el carroñeo. Esta nueva alimentación
permitió el aumento del cerebro y la vida social de los homínidos. Si bien el consumo de carne
se incrementó, no dejaron de consumir alimentos vegetales como frutos, semillas. Se debe
dejar de lado esas imágenes del pasado que ilustran a nuestros primeros antepasados como
grandes cazadores y pensar, en cambio, en individuos de escaso porte que competían por los
desechos de otros predadores más fuertes. Por otra parte, no se dominaba aún el fuego por
lo que los alimentos se comían crudos.

Hace unos 500.000 años, se produjeron cambios importantes en el comportamiento del ser
humano. Los principales desarrollos en este periodo: la vestimenta, el lenguaje articulado, el
comportamiento simbólico, el enterramiento de los muertos y el uso del fuego. La posibilidad
de cocción de los alimentos cambió el modo de alimentarse.

El Modo 3 desarrollado durante el Paleolítico Medio (130.000-40.000 AP) se caracteriza por


una nueva forma de tallar la piedra, conocida como la técnica Levallois. Esta técnica permitió
a los Neandertales reducir el tamaño de los instrumentos y un aumento en la diversidad de
las herramientas, que ahora se orientan a usos especializados, como trabajar la madera o las
pieles de animales.

El Paleolítico Superior (40.000-10.000 AP) se caracterizará por instrumentos realizados sobre


hojas y láminas –modo 4- y una variedad mayor de instrumentos incluyendo arpones, puntas
de proyectil, instrumentos enmangados. No sólo se utilizará la piedra, sino que se intensificará
el uso del hueso, el marfil y la madera. Las actividades económicas estarán fuertemente
localizadas en la cacería especializada y en el aprovechamiento de recursos acuáticos
especialmente en las poblaciones que habitaron los litorales marinos. En este periodo se
desarrollará el arte rupestre (entre los que se destacan las cuevas de Altamira y Lascaux) y
mobiliar (estatuillas y bastones).

Imagen 7. Arte rupestre, Cueva de Altamira, España


95
Finalmente el modo 5 dominará el Neolítico con instrumentos que se adaptan a las
necesidades de nuevas actividades relacionadas con la intensificación de la recolección y el
surgimiento de la agricultura: morteros, hoces, azadas y palas.

Durante casi dos millones de años los seres humanos vivirán a partir de actividades
extractivas como la recolección, el carroñeo, la caza y la pesca. Esta adaptación económica
fue fundamental en un ambiente pleistocénico marcado por las alteraciones climáticas de las
glaciaciones. Estas sociedades se organizaron en grupos pequeños con escasa
jerarquización social, denominadas bandas. A partir de la finalización del último periodo glaciar
se desarrollarán una serie de procesos que combinarán el cambio de las condiciones
climáticas y el incremento de la población con el sedentarismo, la agricultura y el pastoreo; se
trata quizás de los cambios de mayor importancia en todo este recorrido de la humanidad
desde sus orígenes 2 millones de años atrás.

Esta transformación –la domesticación de plantas y animales- se dio en un marco temporal


bastante acotado entre los 10 y 7.000 AP en lugares tan distantes como el Próximo Oriente,
China o Mesoamérica y Andes Centrales. Al mismo tiempo las poblaciones disminuyeron su
patrón de movilidad sedentarizándose, lo que inició en algunas áreas concentraciones
demográficas comenzando a construir villas y aldeas y, bastante después, ciudades. La
arquitectura fue un reflejo de las nuevas necesidades pero también del fenómeno de
segmentación social que tuvo como resultado la organización de las comunidades humanas
en tribus, jefaturas y finalmente en Estados. Se incorporarán nuevas tecnologías como la
cerámica y la metalurgia.

En Mendoza ésos fenómenos fueron más tardíos. Hacia el cero de la era comienzan a
acumularse información sobre restos botánicos de especies vegetales cultivadas –porotos,
maíz- que irán mostrando el camino hacia la dependencia de la agricultura complementada
con la explotación de recursos silvestres de cordillera –camélidos- y de la llanura –frutos,
raíces y pesca-.

Las poblaciones de Mendoza comenzaron a sedentarizarse especialmente en el área del


piedemonte y Valles de Uspallata, Uco y Huentata. El registro arqueológico más característico
de estas sociedades serán los conjuntos cerámicos de vasijas grises con decoración incisa
(Agrelo) y los conjuntos de vasijas naranjas con decoraciones pintadas (Viluco). Estos grupos
serán dominados en el siglo XV por los incas que construirán una infraestructura de edificios
(tambos) y caminos en el N.O. de la provincia. Más tarde, la conquista española iniciará otros
procesos socio-políticos que exceden los objetivos de este texto. Sin embargo podemos
agregar que el estudio del registro arqueológico de tiempos históricos incrementó el
conocimiento sobre el desarrollo colonial de la ciudad de Mendoza, la configuración del
espacio rural y sobre las trayectorias de marginamiento y en algún caso de autonomía de las
comunidades indígenas locales en lugares como las Lagunas de Guanacahe.

Síntesis de lo visto

• La historia de la humanidad incluye en sus primeros capítulos la evolución de la


propia especie, desde sus orígenes en África hasta la colonización de toda la Tierra
y América hace tan sólo 15.000 años. Austrolopithecus, Homo habilis, Homo
erectus, Homo Neandertal y Homo Sapiens son algunos de los protagonistas de
este proceso.

96
• Durante la mayor parte del pasado hombres y mujeres vivieron en grupos
pequeños, móviles denominados bandas y vivían del carroñeo (luego
abandonado), la caza y la recolección.

• Hace aproximadamente entre 10.000 y 7000 años atrás se produjo una


transformación generalizada de los modos de vida con la domesticación de plantas
y animales, la sedentarización y el origen de organizaciones sociales jerarquizadas.

Actividades para resolver


1. Considerando la ocupación humana 2 millones de años atrás, 1millón y 10.000 AP., pinta
o marca las áreas donde vivió el Australopithecus y Homo habilis (en el primer mapa), el Homo
erectus (en el segundo mapa) y el Homo sapiens (en el tercer mapa). Además, con la
información leída en el texto, indica también en el tercer mapa la cronología de colonización
de los continentes.

Mapa1. Las sociedades humanas hace 2 millones de años

97
Mapa 2. Las sociedades humanas hace 1 millón de años

Mapa 3. Las sociedades humanas desde hace 100.000 AP al presente

2. De acuerdo con lo leído, completa los conceptos de Homo habilis y Homo sapiens en el
Glosario.

3. Señala en el mapa las áreas de domesticación de plantas y animales mencionadas en el


texto para el periodo 10.000-7000 AP.

98
Mapa 4. Áreas de domesticación inicial de plantas y animales (10.000 al 7000 AP)

4. Visita el sitio web del Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira en el siguiente
link: https://www.mecd.gob.es/mnaltamira/home.html y luego haz click en la solapa “la Cueva
de Altamira” y realiza un resumen, de no más de ocho renglones, en el cual conste cómo fue
su descubrimiento. A continuación, haz click en la pestaña “El Arte de Altamira” y menciona
dos de los animales más representados en la caverna.

VI. La práctica arqueológica en la Argentina


Los arqueólogos y arqueólogas argentinos tienen como espacio institucionalizado de acción
laboral una fuerte presencia en el ámbito público. Entre ellas se destacan como investigadores
y docentes en las universidades nacionales (como la Universidad de Buenos Aires, las
Universidades Nacionales de La Plata, Tucumán, Córdoba, Catamarca y Cuyo, entre otras) y
en el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Otros
organismos en los que existe participación profesional de ellos, son los museos, entes
nacionales, provinciales y municipales de cultura y de Patrimonio cultural y natural. En el
ámbito privado muchos profesionales de la Arqueología realizan trabajos de consultoría y
trabajos de rescate.

La Arqueología en Argentina ha estado centrada en el estudio de las culturas indígenas


prehispánicas, la de tiempos históricos (que trata tanto de los grupos indígenas como de
criollos, africanos, mestizos, europeos, y otros flujos demográficos de inmigración); del
presente y vinculada con el patrimonio y los recursos culturales (Pérez Gollán et. Al, 2013).

Las investigaciones arqueológicas de las comunidades indígenas son el campo de


investigación que más ha concentrado la actividad científica argentina. En general existen dos
grandes áreas temáticas que abarcan la gran mayoría de estudios sobre las comunidades
prehispánicas. Por un lado existen muchos investigadores dedicados a la investigación de las
sociedades cazadoras recolectoras -grupos de alta movilidad con modos económicos
orientados al aprovechamiento de recursos silvestres mediante la caza, la recolección y la
pesca- y por el otro, aquellos que se especializan en sociedades agrícolas - de patrones
99
sedentarios, dedicados a la producción económica pastoril y agrícola/hortícola-. Los primeros
ocuparon todo el actual territorio argentino pero han sido más frecuentemente estudiados en
la región patagónica, sur de Cuyo, Pampa y Chaco, en tanto los segundos han protagonizado
más investigaciones en el Noroeste, Sierras Centrales, el norte de Cuyo (Centro-Oeste
argentino) y Mesopotamia.

Los estudios del pasado humano relacionado con tiempos históricos han dejado de estar
restringidos a la Historia. La Arqueología Histórica argentina surgió, en principio, como un
campo que tenía intenciones de abarcar el estudio de sociedades 'históricas' desde el enfoque
de la Arqueología. Sin embargo, con el crecimiento del interés por los trabajos en esta área
ha sido posible reconocer que existe una complejización en los problemas de investigación,
los que exigen un abordaje interdisciplinario, tanto para el análisis y la elaboración de
conocimientos científicos, como para el contexto de aplicación de dicha producción.

La Arqueología del “presente” en Argentina también ha realizado un gran aporte y es un


campo de desarrollo profesional en el ámbito de la Antropología forense. Su desarrollo
reciente implicó un fuerte compromiso con la sociedad en el presente por su fuerte impacto
en la resolución de causas judiciales por la desaparición forzada de personas durante la
Dictadura cívico-militar (1976-1983) y durante el más reciente periodo democrático (desde
1983 hasta la actualidad). Tiene fuerte relación con la Antropología biológica y se vincula tanto
con la Política y el Derecho, como con las Ciencias físicoquímicas. En este contexto, se
destaca el Equipo Argentino de Antropología Forense que abrió rumbos tanto en la Argentina
como en otros países y el Colectivo de Arqueología Memoria e Identidad de Tucumán
(CAMIT).

La Arqueología argentina actual ha dejado de considerar a los yacimientos y objetos


arqueológicos solo como fuente de datos para reconstruir el pasado y comprender la conducta
humana: hoy son concebidos como patrimonio cultural, con un valor simbólico más complejo
y amplio que el de meros objetos de estudio. Ese patrimonio, a su vez, se ha transformado en
un ámbito de memoria en el que los pueblos originarios y las comunidades locales recrean
escenarios del pasado y del presente.

Muchos sitios arqueológicos suelen tener atractivo turístico y son un recurso cultural que
puede ofrecer desarrollo económico para las comunidades y gobiernos locales. Le
corresponde a la Arqueología aportar conocimientos para a valorizar el patrimonio cultural,
pero también generar políticas de protección de las posibles consecuencias negativas del
desarrollo indiscriminado de actividades económicas de sobreuso turístico. En este sentido
también ha tomado gran relevancia el interés y participación de los arqueólogos y arqueólogas
en los estudios de impacto y rescate ambiental de grandes emprendimientos, como represas
o explotaciones mineras y petrolíferas.

Síntesis de lo visto

• El desarrollo profesional de la Arqueología en Argentina se encuentra dividido


en la investigación científica del pasado, del presente y en el campo del
Patrimonio cultural.

100
Actividad para resolver
1) Relee el apartado VI y presta especial atención a la nota de los arqueólogos Gustavo
G. Politis, Javier H. Nastri y José A. Pérez Gollán, que se encuentra en el Anexo 1 al
final del capítulo y enumera las cuatro líneas de investigación y trabajo que sugieren
los autores para la Arqueología del futuro. A continuación, elije una de dichas líneas y
realiza una breve síntesis, fundamentando tu elección, y compártela luego con tus
compañeros y el docente.

2) Luego de ver video “Científicos Industria Argentina - Arqueología en el Delta” (1º y 2º


parte) que se encuentra en el link: www.youtube.com/watch?v=cDX8xFMOw5U,
contesta las siguientes preguntas:

a. ¿En qué instituciones desarrolla su trabajo el director del proyecto Gustavo


Politis?

b. ¿Cuál es el problema que proponen responder?

c. ¿Es importante saber cómo era ambientalmente el lugar de estudio en el


pasado?, ¿ha cambiado respecto al presente?

d. ¿Qué antigüedad tienen los sitios estudiados? ¿a qué año calendárico AC/DC
corresponden?

e. ¿Qué construían? ¿qué forma y tamaño tenían?

f. ¿Cómo se denomina a la cultura arqueológica con la que se identifica los restos


materiales? ¿cómo se llamaban etnográficamente a las comunidades indígenas
que vivían en el sector analizado?

g. ¿Qué forma tienen las áreas de excavación? ¿cómo están delimitadas?

h. ¿Qué herramientas se utilizan para la excavación?

i. ¿Cómo se registran los datos de la excavación?

j. ¿De qué material eran las puntas de flechas?

k. ¿Qué tipo de decoraciones posee la cerámica descripta?

l. ¿Qué análisis se realizan a la cerámica en los estudios de laboratorio?

m. ¿A dónde se llevan los materiales para ser estudiados y dónde son depositados
definitivamente como repositorio oficial?

3) En el Anexo 2 encontrarás un fragmento del artículo académico de Diego Rivero, Sebastián


Pastor y Matías Medina. A partir de su lectura, responde:

a. En relación con la Actividad 1 referida a la nota de Pollitis, Nastri y Pérez Gollán,


¿en qué campo de la Arqueología puedes incluir la temática del presente artículo?

b. Elabora una línea de tiempo con los componentes ocupacionales descriptos en


el mismo.

c. Investiga qué institución edita la revista en donde está publicado el artículo.

101
VII. Arqueología y Patrimonio cultural
Ya hemos recorrido conceptos e ideas en los que se remarcan las posibilidades de análisis
que presentan los restos materiales, tanto artefactos muebles como rasgos y estructuras
remanentes de actividades humanas. Estos elementos además constituyen parte de la
memoria de los pueblos en el presente sobre el pasado, su patrimonio.

La palabra patrimonio proviene del latín patrimonium, patri (‘padre’) y monium (‘recibido’), que
significa «lo recibido por línea paterna» y está íntimamente con el Derecho Romano. El
concepto de patrimonio cultural, es amplio, integrador y plural en el que se valoran elementos
materiales e inmateriales cargados de historia, significados y testimonios de sociedades y
culturas a través del tiempo. No es necesario que posean un valor “artístico”, sino que puedan
remitir a diferentes aspectos señalados como socialmente significativos, configurándolo como
un concepto subjetivo y dinámico, relacionado con las percepciones socio-culturales de cada
comunidad del presente.

La importancia de su protección y puesta en valor está dada en que permite la generación de


conocimiento histórico sobre las sociedades del pasado, refuerza y reproduce aspectos de
identidades comunitarias, revaloriza aspectos culturales regionales, son un recurso educativo
que permite la reproducción social de contenidos históricos locales, son un recurso para el
turismo cultural que, con un manejo adecuado, pueden posibilitar el desarrollo socio-cultural.

El concepto de patrimonio cultural está integrado por dos dimensiones, la del patrimonio
tangible o material y la del intangible o inmaterial. El primero se refiere a monumentos y
colecciones de objetos y el segundo comprende a las tradiciones o expresiones vivas
heredadas tales como rituales, actos festivos, danzas, conocimientos y prácticas relacionadas
con la naturaleza, artesanías, recetas gastronómicas tradicionales, entre otros.

Numerosos tratados y convenciones internacionales han establecido conceptos y acciones


que definen y preservan al patrimonio cultural. Entre ellos, podemos destacar la “Convención
sobre la protección del patrimonio mundial, cultural y natural” de la UNESCO, que estableció
en 1972 que se considera "patrimonio cultural" a:

- los monumentos: obras arquitectónicas, de escultura o de pinturas


monumentales, elementos o estructuras de carácter arqueológico,
inscripciones, cavernas y grupos de elementos, que tengan un valor
universal excepcional desde el punto de vista de la historia, del arte o
de la ciencia,

- los conjuntos: grupos de construcciones, aisladas o reunidas, cuya


arquitectura, unidad e integración en el paisaje les dé un valor
universal excepcional desde el punto de vista de la historia, del arte o
de la ciencia,

- los lugares: obras del hombre u obras conjuntas del hombre y la


naturaleza así como las zonas, incluidos los lugares arqueológicos que
tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista histórico,
estético, etnológico o antropológico. (UNESCO, 1972: artículo 1).

El patrimonio cultural es un bien social colectivo que pertenece a todos los individuos de la
sociedad, algunos bienes culturales han sido definidos como Patrimonio cultural y/o natural
de la Humanidad y entran en la esfera de las declaratorias internacionales de la UNESCO. En
la Argentina han sido declarados ocho sitios como bienes patrimoniales de la Humanidad:

102
Bienes Culturales

-Misiones jesuíticas guaraníes: San Ignacio Miní, Santa Ana, Nuestra Señora de
Loreto y Santa María la Mayor (Argentina), Ruinas de São Miguel das
Missões (Brasil).

-Cueva de Las Manos, Río Pinturas (Prov. Santa Cruz)

-Manzana y Estancias Jesuíticas de Córdoba

-Quebrada de Humahuaca (Prov. Jujuy)

-Qhapaq Ñan, sistema vial andino (Jujuy, Salta, Tucumán, Catamarca, La Rioja y
Mendoza en Argentina, además Chile, Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia)

Bienes Naturales

-Parque Nacional Iguazú (Prov. Misiones)

-Parque Nacional Los Glaciares (Prov. Santa Cruz)

-Península de Valdés (Prov. Chubut)

-Parques naturales de Ischigualasto y Talampaya (Provs. San Juan y La Rioja)

Además el Tango es un bien inmaterial compartido entre Argentina y Uruguay.

No todos los bienes son destacados por su excepcionalidad y, sin embargo, continúan siendo
muy valiosos para nuestra sociedad. Esos bienes son protegidos la Ley N⁰ 25.743 (sobre
bienes arqueológicos y paleontológicos), una legislación nacional que preserva a los bienes
patrimoniales de la Argentina. La ley provincial de Mendoza que regula la conservación,
permisos de investigación, multas y sanciones es la Ley N⁰ 6.034 y su decreto reglamentario
1882/2009.

En nuestra Facultad, la delegación de la responsabilidad y salvaguarda sobre los bienes


patrimoniales recae en el Museo de la Facultad de Filosofía y Letras “Prof. Salvador Canals
Frau” -MCF- ubicado en el primer subsuelo de nuestro edificio. Allí se desarrollan tareas de
conservación y preservación del patrimonio arqueológico y etnológico depositado en la
facultad. A partir del desarrollo de un guion museológico con una perspectiva antropológica
se persigue despertar en sus visitantes un acercamiento a otras sociedades que habitaron
nuestro territorio. Es un ámbito académico en el que también se genera un espacio de
investigación y enseñanza.

El museo, en un sentido general, puede ser definido como una institución abierta al público,
que tiene entre sus objetivos conservar, investigar, comunicar y exponer evidencias materiales
sobre los seres humanos y su entorno, con fines de estudio, de educación, de deleite y
recreación. Hay diferentes tipos de museo de acuerdo con el patrimonio que resguarde y lo
que pretenda comunicar: los hay de Arte, de Historia, de Ciencias Naturales, de Antropología,
etc. En un museo podemos encontrar desde esculturas, objetos arqueológicos, hasta
animales embalsamados, desde máquinas, hasta joyas, y objetos que forman parte de nuestra
vida cotidiana.

103
Síntesis de lo visto

• Los restos materiales producto de las actividades humanas constituyen parte del
patrimonio cultural.
.
• La conservación y protección del patrimonio cultural permite la generación de
conocimiento histórico sobre las sociedades del pasado, refuerza y reproduce
aspectos de identidades comunitarias, revaloriza aspectos culturales regionales,
son un recurso para el turismo cultural.

• Tratados internacionales junto con leyes nacionales y provinciales protegen,


conservan y ponen en valor al patrimonio cultural.

• El museo es una institución abierta al público, que tiene entre sus objetivos
conservar, investigar, comunicar y exponer evidencias materiales sobre los
seres humanos y su entorno, con fines de estudio, de educación, de deleite y
recreación.

• En nuestra facultad el responsable de la conservación, investigación y


transferencia de conocimientos patrimoniales está a cargo del Museo de la
Facultad de Filosofía y Letras “Prof. Salvador Canals Frau”.

Actividades
Importante: se deberá traer al aula una computadora portátil –netbook o notebook- cada 5
alumnos para la realización de la actividad 3. La actividad 5 y la 6 están destinadas
especialmente a los aspirantes a la Carrera de Licenciatura en Arqueología.

1. ¿Qué es la UNESCO, qué significa la sigla y cuáles son sus objetivos?

2. Indica cuál es la definición de patrimonio arqueológico que desarrolla la Ley Nacional N⁰


25.743, y completa el glosario agregando dicho concepto. La ley se encuentra disponible en
el sitio web: http://www.inapl.gov.ar/renycoa/LEY_25743.pdf

3. Desarrolla una imagen satelital con información geográfica de los bienes culturales de la
Humanidad declarados por la UNESCO en Argentina en Google Earth. Para ello, observa
atentamente el instructivo que se adjunta debajo sobre la instalación y uso del software Google
Earth.

a. Utilizando la herramienta “marca de posición” marca algunos de los principales sitios


tempranos de Argentina y Chile localizados en las siguientes coordenadas:

-Misiones jesuíticas guaraníes: 27°15′19″S 55°31′54″O


-Cueva de Las Manos, Río Pinturas (Prov. Santa Cruz) : 47°9′S 70°40′O
-Manzana y Estancias Jesuíticas de Córdoba: 31°25′14″S 64°11′28″O
-Quebrada de Humahuaca (Prov. Jujuy): 23°12′0″S 65°20′56″O

104
-Qhapaq Ñan, sistema vial andino (Jujuy, Salta, Tucumán, Catamarca, La Rioja y
Mendoza en Argentina, además Chile, Bolivia, Perú , Ecuador y Colombia).
-Tambo incaico Ranchillos y red vial (Mendoza): 32°36'18.79"S 69°28'5.12"O

b. Una vez concluida la tarea de demarcación quedará elaborada una cartografía


patrimonial. Envía por correo electrónico una copia de la imagen resultante al profesor
responsable de tu comisión.

Instructivo para la instalación y uso de Google Earth

• Descargar el archivo de instalación en el siguiente link:


www.google.com.ar/intl/es/earth/download/ge/agree.html

• Ejecutar el archivo .exe

• Observar el video tutorial en:


http://www.youtube.com/watch?v=PNg2RU27-3I

4. Observa el video sobre el Qhapac Ñan que está disponible en la dirección web
https://vimeo.com/98972252 y luego responde:

a.¿Qué significa Qhapaq Ñan? ¿En qué lengua?


b.¿Cuáles son sus elementos constitutivos?
c.¿Quién lo construyó?
d.¿Qué países intervinieron en la declaratoria de Patrimonio de la Humanidad?
e.Y dentro de la Argentina, cuáles provincias?

5. Accede al Plan de Estudios de la Carrera de Licenciatura en Arqueología de la Facultad de


Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Cuyo en el siguiente link:
http://ffyl.uncuyo.edu.ar/upload/ordenanza-047-cd-licenciatura-en-arqueologia.pdf Busca el
perfil profesional del licenciado/a en Arqueología (Anexo 3). Léelo atentamente y elabora un
esquema con las competencias generales y específicas que adquirirás al finalizar tu carrera.
Además, responde:

a¿Cuáles son los alcances que posee el título de Licenciado en Arqueología?

b¿Cuáles son las trayectorias de formación que propone el plan? Describe cada
una de ella destacando su orientación específica.

6. Esta actividad se relaciona con la Arqueología al servicio de los requerimientos de la


sociedad. Te pedimos que accedas al texto (Anexo 4) y video “Pozo de Vargas: el aporte de
la ciencia desde la arqueología y antropología forense” ubicados en el siguiente link:

105
https://www.conicet.gov.ar/pozo-de-vargas-el-aporte-de-la-ciencia-desde-la-arqueologia-y-
antropologia-forense/. Luego de la lectura reflexiva y la observación del video responde:

a. ¿Cuál es el objetivo de la investigación forense en Pozo de Vargas (Tucumán)?

b. ¿Qué se encontró en las excavaciones y cuál es su dimensión en escala


nacional y latinoamericana?

c. ¿Cuál es el aporte que hace la disciplina arqueológica a las demandas actuales


de la sociedad?

Esperamos que este recorrido introductorio por los fundamentos de la Arqueología te permita
familiarizarte con la teoría y práctica de la disciplina y continuar adelante con la Carrera de
Licenciatura en Arqueología.

106
Glosario
Antropología: Disciplina que estudia todos los aspectos de la humanidad –tanto biológicos,
lingüísticos como culturales- de grupos actuales o extinguidos.

Antropología Biológica o Antropología Física: Es una subdisciplina de la antropología


orientada al estudio físico/biológico de la especie humana y su evolución.

Antropología Cultural: Es otra subdisciplina de la antropología, se enfoca en los aspectos


no biológicos del comportamiento humano como el aprendizaje social, el lenguaje, la
tecnología, parentesco y las instituciones sociales.

AP: Significa “Antes del Presente”.

Arqueología:

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Arqueofauna: Restos de animales (tejidos, huesos, cáscaras de huevos, etc.) hallados en un


sitio arqueológico.

Artefacto: Es un objeto mueble (móvil) que fue utilizado, modificado y construido por hombres
y/o mujeres. Algunos ejemplos son los instrumentos de piedra o líticos (puntas, cuchillos y
hachas) vasijas cerámicas, agujas de hueso, una sierra metálica, entre otros).

Banda: Grupo residencial compuesto por pocas familias nucleares sin una membresía
permanente y con escasa o nula diferenciación social.

Cultura: Es definida como un sistema integrado de tradiciones, creencias y costumbres que


estructura o influye el comportamiento de las personas. Es aprendida, compartida y
reproducida entre los miembros de un grupo basándose en la capacidad de pensar en
términos simbólicos.

Estratigrafía: Es la estructura física de un sitio producida por la depositación cultural o natural


de sedimentos en una capa o estrato.

Datación radiocarbónica (Carbono 14): Método de datación que se basa en la


desintegración del isótopo radiactivo C14. Sirve para datar materiales de origen orgánico y su
alcance es cercano a los 50 mil años de antigüedad.

Dendrocronología: Método de datación basado en el conteo de los anillos de crecimiento de


árboles.

Glaciaciones: periodo caracterizado por el enfriamiento de la Tierra, durante el cual los hielos
glaciares cubrieron grandes extensiones de la superficie terrestre, más allá de las regiones
alpinas y polares.

Jefaturas: Una sociedad organizada políticamente a nivel regional bajo el mando de un “Jefe”,
que se encuentra en la cima de la jerarquía social. Está integrada por varias comunidades y
asentamientos permanentes.

107
Homínidos: Miembros de la línea evolutiva que contiene a humanos y nuestros primero
ancestros bípedos.

Homo habilis:

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Hipótesis: Es una suposición teórica sobre algún fenómeno que se realiza previamente al
desarrollo de una investigación científica.

Homo erectus: Homínido que vivió en África, Asia y Europa entre 2 millones de años y 500
mil años atrás. Homo erectus caminó erguido, colonizó nuevos continentes fuera de África,
era carroñero, manufacturó herramientas de piedras y dominó el fuego.

Homo Neandertal: Fue un homínido que vivió en Europa y Próximo Oriente entre los 300/200
mil y 30 mil años atrás. Desarrolló una nueva tecnología lítica y comportamiento respecto a la
muerte. Se discute si es un linaje directo de Homo sapiens.

Homo sapiens:

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Lasca: Producto de la talla lítica, es el resultado de una acción de corte de una roca.

Neolítico: Periodo de tiempo cultural durante el cual la gente comenzó a utilizar nuevas
tecnologías líticas tales como morteros, hoces y palas, manufacturó cerámica y se intensificó
la economía de recolección y la domesticación de plantas y animales. Su inicio se lo relaciona
con el fin de las glaciaciones, 10 mil años atrás.

Paleocauce: Cauce de agua antiguo, inactivo en el presente.

Paleolítico: Periodo cultural que abarca un gran lapso temporal (1,8 millones a 10.000 AP).
En este periodo se desarrolla gran parte de la evolución humana con adaptaciones
tecnológicas basadas en la talla lítica y en economías de carroñeo, caza y recolección.

Patrimonio cultural:

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Pleistoceno: Es un periodo geológico que comenzó unos 2 millones de años atrás y finalizó
hace 10 mil, durante el cual se desarrollaron múltiples periodos de glaciación.
108
Sitio arqueológico: lugar donde existe una concentración de evidencia material (artefactos,
ecofactos y/o rasgos) de una o varias actividades humanas en el pasado.

Tipología: Clasificación sistemática de materiales culturales en “tipos”.

Tribus: es una muy abarcativa formación social que se encuentra entre sociedades
igualitarias (bandas) y sociedades jerarquizadas como las Jefaturas. Generalmente son
horticultores y sedentarios.

Zooarqueología: Subdisciplina de la arqueología que analiza los restos faunísticos asociados


a actividades humanas.

109
Referencias de las Imágenes
Imagen 1. Surgimiento de la escritura temprana (basado en el libro Arqueología: teorías,
métodos y práctica, de Colin Renfrew y Paul Bahn -1999-).

Imagen 2 y 3. Trabajos de prospección en estructuras agrícolas -canchas de cultivos-


(500/1000 DC aproximadamente). Relevamiento de materiales arqueológicos superficiales en
áreas aradas. Colección personal.

Imagen 4 y 5. Trabajos de excavación de equipos de la Facultad de Filosofía y Letras en sitios


al aire libre sobre médanos (Carrizal, Mendoza) y en estructuras habitacionales de paredes
de piedra (Los Molinos, La Rioja). Colección personal.

Imagen 6. La Instrumentos realizados en hueso y cuentas de collar de cáscara de huevo de


ñandú. Análisis de huellas de manufactura. En Cahiza, Pablo; Juan Pablo Aguilar y Jorge
García (2012). “Tecnología ósea del Alero Las Tumanas (LT1), Valle Fértil, San Juan”.
Comechingonia Revista de Arqueología. 16 (2): 75-9.

Imagen 7. Arte rupestre, Cueva de Altamira, España. “El arte de Altamira” en Museo
Nacional y Centro de Investigación de Altamira. Disponible en:
https://www.mecd.gob.es/mnaltamira/cueva-altamira/arte.html (consultado el 28 de
septiembre de 2018).

Bibliografía
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Buenos Aires-Barcelona: Gedisa.

Bárcena, J. Roberto (2001). “Prehistoria del Centro oeste argentino”. En: Berberián, E. y A.
Nielsen (eds.) Historia Argentina Prehispánica II. Córdoba: Brujas.

Binford, Lewis (1994). En busca del pasado. Crítica.

Cahiza, Pablo; Juan Pablo Aguilar y Jorge García (2012). “Tecnología ósea del Alero Las
Tumanas (LT1), Valle Fértil, San Juan”. Comechingonia Revista de Arqueología. 16 (2): 75-
91.

Cahiza, Pablo y María José Ots (2005). “La presencia inka en el extremo sur oriental del
Kollasuyo. Investigaciones en las tierras bajas de San Juan y Mendoza, y el Valle de Uco –
República Argentina-“. Xama 15-18: 217-228.

Carlino, Paula (2003). Leer textos científicos y académicos en la educación superior:


Obstáculos y bienvenidas a una cultura nueva (1) Uni-Pluri/Versidad Vol.3 No.2, 2003 –
Versión Digital Universidad de Antioquia. Medellín, Colombia. Disponible en:
http://aprendeenlinea.udea.edu.co/revistas/index.php/unip/article/viewFile/12289/11146
(consultado el 10 de agosto de 2013).

García, Alejandro (1999). Los primeros pobladores de los Andes Centrales argentinos. Una
mirada sobre los grupos cazadores-recolectores tempranos de San Juan y Mendoza.
Mendoza: Zeta editores.

Pérez Gollán, José; Nastri, Javier H. y Politis, Gustavo (2013). “Las arqueologías por venir”.
Ciencia Hoy. Vol. 23 N° 135, octubre - noviembre 2013: 73-76.

110
Renfrew, Colin y Paul Bahn (1993). Arqueología. Teoría, Métodos y Práctica. Barcelona: Akal.

Rivero, Diego, Sebastián Pastor y Matías Medina. 2010 Intensificación en las Sierras de
Córdoba. El Abrigo Rocoso Quebrada del Real 1 (ca. 6000-500 AP, Córdoba, Argentina).
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Thomas, David y Robert Kelly (2006). Archaeology. Belmont: Thomson Wadsworth.

111

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