3° AÑO HISTORIA
Segundo Parcial
Historia de la Historiografía Contemporánea
(siglo XX hasta nuestros días)
1. ¿Desde cuándo la “leyenda negra”?
Análisis del libelo de 1818 titulado “El protector nominal de los Pueblos Libres, don José
Artigas, clasificado por el amigo del orden”
Primero: Análisis del contenido del libelo
El libelo de Cavia denominado “El protector nominal de los Pueblos Libres, don José
Artigas, clasificado por el amigo del orden” surge dentro del marco temporal y espacial de la
Revolución Oriental de 1811. En el que a lo largo de este período ocurrieron muchos hechos
que consagraron una fuerte presencia de José Gervasio Artigas.
Eduardo Acevedo plantea que este libelo, escrito en que se calumnia o denigra una persona
en este caso a la figura de Artigas, constituye el eje del proceso artiguista, y que todos los
detractores del caudillo federal buscan en él su bagaje cultural y hasta el criterio con cual
estudiar los sucesos.
Cuando comenzó el segundo sitio de Montevideo, Artigas puso como condición para
incorporar su ejército a los de Rondeau que fueran expulsados del territorio Oriental, Manuel
de Sarratea, su secretario Pedro Feliciano Cavia, entre otros que habían provocado la
desorganización del campamento oriental del Ayuí. Cavia era, además, oficial mayor del
Ministerio de Gobierno de Pueyrredón al mismo tiempo de la aparición del folleto, y tanto
por la importancia del empleo como por estar encabezando aquel gobernante la campaña
compuesta por portugueses y argentinos contra Artigas, ocultar el nombre del autor resultaba
impuesta por razones de habilidad y honorabilidad personal y política.
La aparición del panfleto coincidió con la llegada el puerto de Buenos Aires de la fragata
norteamericana Congress, en la que venían los agentes que el gobierno de la Unión enviaba
para saber si podía o no proceder al reconocimiento de la independencia de las Provincias del
Río de la Plata, que estaba gestionando con vehemencia el directorio de Pueyrredón. Es
evidente que hay un claro interés en hundir y desautorizar a Artigas, para que el mando de las
provincias no fuese disgregada en varias manos, como en realidad lo estaba. Tal es la opinión
que el doctor Barbagelata emite en la Revista Histórica de la Universidad de Montevideo.
Antonio Zinny (1821-1890), afirma que el folleto elaborado por Cavia está formado a partir
de documentos de los archivos de Montevideo, debido a que Cavia al ser escribano de
gobierno tuvo acceso a él. Esta documentación debería encontrarse en Buenos Aires o
Montevideo, sin embargo en ninguno de los archivos oficiales del Río de la Plata existe
alguna prueba sobre las acusaciones formuladas contra el líder de los orientales, y que
simplemente son sencillas afirmaciones de Cavia desde su punto de vista sin tener pruebas o
documentación que lo respalde.
Artigas es clasificado como “(…) un facineroso que fue indultado por el gobierno español,
luego “patriota intruso, accidental, por motivos innobles”; insubordinado, inobediente,
rebelde, “traydor a los distintos de América, desertor de sus estandartes”, confabulado con
los españoles, fanático, turbulento seductor de pueblos, anarquista, apóstol de la mentira,
impostor, hipócrita, “propagador de máximas erróneas, de teorias falsas y de principios
antisociales”; destructor de pueblos, inmoral, corrompido y libertino: promotor de la guerra
civil, terrorista despechado y ambicioso; “implacable en sus enconos, inesorable en los
accesos de su furor, insensible al grito insinuante de la humanidad afligida”; “Nuevo Atila
de las comarcas desgraciadas que ha protexido. Lobo devorador y sangriento baxo la piel de
cordero. Origen de todos los desastres del país. Azote de su patria”.
Los encargados de difundir profusamente el folleto de Cavia fueron el Gobierno de
Pueyrredón y el Cabildo de Buenos Aires. Pueyrredón le notificó a Cornelio Saavedra que
divulgara el panfleto por los alcaldes y los curas párrocos de la campaña de Buenos Aires. El
propósito era que todas las personas dueñas de bienes y que tienen familia se convencieran
del futuro (negativo) que les esperaba si los ideales de Artigas se convertían en una realidad
para el país. La intención al redactar este libelo fue crear un pensamiento contra Artigas en la
región del Rio de la Plata y en el exterior.
El alcance que tuvo el libelo de Cavia fue muy significativo, ya que se lo considera la
primera biografía de Artigas. Por lo tanto varios escritores que han decidido escribir sobre
Artigas han recurrido a él. Inclusive, casi sesenta años después de publicado aún era tenido
en cuenta por José Domingo Cortes en su Diccionario Biográfico Americano. Aún,
posteriormente seguía siendo foco de análisis: en 1884 el periódico “Sud América” fue el
primero en hacer puntualizaciones sobre Cavia y su libelo; Justo Maeso en su obra “Estudio
sobre Artigas y su época” plantea que algunos historiadores argentinos se han basado en el
libelo de Cavia ocultando la verdad; finalmente Eduardo Acevedo en su Alegato Histórico
fue el primero en realizar un análisis crítico de las afirmaciones realizadas por Cavia en su
panfleto y deja en claro que las acusaciones son realizadas totalmente sin fundamentos.
Escribe un párrafo referido a las exequias fúnebres en honor a don José Artigas.
Las exequias fúnebres son las ceremonias religiosas que se celebran para honrar a un difunto.
En el caso de la ceremonia celebrada a José Gervasio Artigas se realizó en noviembre de
1856, durante el gobierno de Gabriel Antonio Pereira, momento en que comienza el culto
hacia Artigas. Para realizar dicha ceremonia se siguió una serie de protocolos dictados por el
Poder Ejecutivo: habría personas pertenecientes a la Guardia Nacional y Policía, soldados,
generales, coroneles que realizarán demostraciones en homenaje hacia Artigas. Los
empleados del país utilizarán un lazo negro por cuarenta y ocho horas representando el luto y
la fuerza militar realizará el luto de Ordenanza. En su lapida se registró “Artigas. Fundador
de la Nacionalidad Oriental”. En el acto hablaron varias personalidades de la época exaltando
la figura de Artigas y expresando la felicidad con respecto a que los restos del “Héroe
nacional” se encontraban en su patria.
Enumera obras e historiadores vinculados del culto artiguista y las décadas a las que
pertenecen (puntos 13 y 72 a 75).
ACEVEDO, Eduardo. José Artigas, Alegato Histórico, pertenece a la década de 1910.
ZORRILLA DE SAN MARTÍN, Juan. La Epopeya de Artigas, pertenece a la década
de 1910.
MIRANDA, Héctor. Las Instrucciones del año XIII, pertenece a la década de 1910.
BAUZÁ, Francisco. Estudio biográfico de Artigas, pertenece a la década de 1870.
Acevedo Díaz, conferencia en el Club Universitario en la década de 1870.
Zorrilla de San Martín. Estudio sobre Rodríguez Francia, pertenece a la década de
1870.
¿Es desde la historiografía que se da inicio al culto artiguista?
Sí, es desde la etapa historiográfica artiguista desde donde se da inicio al culto artiguista,
transformándose en un culto tanto oficial como nacional.
¿Desde cuándo el culto artiguista?
El culto artiguista, tanto en la esfera popular como gubernamental, comienza en los primeros
años de la década de 1850 inmediatamente desde que se conoció y difundió la muerte de
Artigas. Esto sucede debido al pujante poder de la tradición; el Uruguay rápidamente asumió
y consagró el culto, manifestándose el reconocimiento oficial de ser Artigas el Fundador de
la Nacionalidad Oriental.
3. Ni culto ni leyenda
¿En qué consiste el Archivo Artigas?
En 1943 senador e historiador Gustavo Gallinal presenta en el Senado un proyecto de ley
para crear el Archivo Artigas, finalmente comienza a funcionar a partir de 1944 por la ley
10.491. En esta década de 1940 comienza a surgir un nacionalismo de distinto cuño, que
pensaba más en un país solidario, es decir más abierto al mundo y que no excluyera las
circunstancias de su entorno tanto regional, continental o mundial. Un nacionalismo
acompasado al momento del mundo, a esa coyuntura de confrontación entre totalitarismo y
democracia, entre fascismo y antifascismo. Es así como tiene origen una nueva
reivindicación de Artigas y su accionar, por lo cual se discutieron y aprobaron leyes
tendientes a la revalorización de los estudios históricos.
A partir de este momento comienza un hito para la historiografía nacional, ya que el “Prócer”
nacional elegido por el pueblo uruguayo poseerá su propio archivo. Comenzaba un proceso
de recopilación de documentos que llevaría el título Archivo Artigas. De esto trataban los dos
primeros artículos de la Ley; el primero establece que: “Procédese a la compilación y
publicación de todos los documentos históricos que puedan reunirse en original o copia,
relacionados con la vida pública y privada de Artigas, Fundador de la Nacionalidad
Oriental y Prócer de la Democracia Americana.” El segundo artículo instaura que: “El título
general de dicha publicación, que tendrá carácter de Edición Nacional, será el de "Archivo
Artigas".”
Desde este momento todos los ciudadanos tienen acceso a los documentos del “héroe
nacional”, en el que se puede indagar en las raíces del artiguismo, de su vida, de su gesta y de
su ideario, que es en definitiva una parte de la historia del territorio oriental del Uruguay.
Cartas, censos, comunicaciones oficiales y extraoficiales, listas, órdenes, instrucciones,
testamentos, discursos, entre otros documentos, nos dan la pauta de una época y de una
personalidad.
El historiador uruguayo Eugenio Petit Muñoz (1894-1977), reconocido por su obra Artigas y
su ideario a través de seis series documentales, se dedicaba a trabajar con fuentes
documentales. Erudito descubrimiento documental acompañado de una interpretación de los
documentos que vale por una obra autónoma. Petit Muñoz se propuso realizar en esta obra
una interpretación y una síntesis a partir de la documentación relacionada con el pensamiento
de Artigas, tanto en su ideario político como social y económico. La tarea de interpretación
más síntesis de los documentos era considerada indispensable, dada la densidad heurística
reconocida en el país, no siempre capaz de comprender la calidad de los documentos
evocados. Esto era fundamental para poder penetrar efectivamente el fenómeno
revolucionario y el papel de Artigas en ese proceso, y concurrir a la maduración de la
conciencia histórica de la sociedad.
Petit Muñoz investiga, según lo planteado en Nuevas Miradas en torno al artiguismo
coordinado por Ana Frega y Ariadna Islas, la etapa histórica artiguista. Debido a que su
propósito fue el de contrarrestar las obras que habían en exceso, eligiendo como opción por
una dilucidación conceptual, necesario para discernir positivamente en los hechos de la
revolución y la figura preponderante de Artigas en ese transcurrir.
En un párrafo escribe una valoración propia sobre la “leyenda negra”, el “culto” y el
reconocimiento de Artigas por sus contemporáneos.
José Gervasio Artigas, es sin duda alguna, una figura controversial. Por lo tanto, al momento
de analizar su figura hay que tener presente, tanto los autores que se basan en la “leyenda
negra” como los que parten desde el “culto artiguista”, ya que marcan un hito en la
historiografía y ambas contribuyen a lo que es la conformación de una imagen determinada
de Artigas. Con respecto a sus contemporáneos, se puede afirmar, que estaban quienes lo
idolatraban por su forma de actuar y pensar, y otros que lo maldecían y condenaban por la
misma razón.
¿La evocación de Artigas como una gran figura de la revolución americana es atribuible
exclusivamente a una construcción historiográfica en el contexto de afianzamiento del estado
nación?
Según lo que se plantea en el libro Nuevas miradas en torno al artiguismo, la evocación de
Artigas como una gran figura de la revolución no es atribuible únicamente a una construcción
historiográfica en el contexto de afianzamiento de estado-nación. Ya que la valorización de
Artigas se daba desde el preciso instante en el que su accionar se encontraba en el foco de las
controversias de máximo interés, y en que se había puesto en funcionamiento un engranaje
publicitario para su pérdida radical de su reputación.
Bibliografía: