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Pero las cosas son muy diferentes en la vida cristiana porque al venir
a Cristo, llegamos a conocer por Su palabra que Dios no quiere
artistas sino adoradores. Nuestro Señor Jesucristo se lo dijo a la mujer
samaritana: “Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos
adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque
también el Padre tales adoradores busca que le adoren. (San Juan
4:23).
NUESTRO RETO
Jóvenes, si reconocemos que hemos estado mal en nuestra vida y
fallando a Dios pidámosle perdón y aceptemos su reto: “¿Quién subirá
al monte de Jehová?¿Y quién estará en su lugar santo?. El limpio de
manos y puro de corazón; el que no ha elevado su alma a cosas
vanas, ni jurado con engaño.” (Salmos 24:3-4). Qué serás de ahora en
adelante: ¿ Un cantante o un Adorador? ¡Decídelo ahora mismo!.
1. QUE HAY QUE DAR "LO MEJOR PARA DIOS".- Y esto es una
gran verdad, pero lo mejor para Dios no son los instrumentos ni
las voces, sino una vida íntegra (Salmos 33:1) y, una adoración
"en espíritu y verdad"(Juan 4:24). Los instrumentos son
importantes pero siempre secundarios.
¿DE QUIÉN ES LA GLORIA?
Cuantos hay por ahí que no le dan la Gloria a Dios en sus vidas, sino que
envaneciéndose sus corazones, vienen a errar en la vanidad de sus mentes y no
le dan a Dios lo que es de Dios, sino que simplemente se lo guardan para si.
Existen otras personas que se guardan un poquito de la Gloria que no les
corresponde. ¡NO! . Hasta cuando tomaremos lo que es de nuestro Señor. Su
Gloria no la debemos tocar, sólo se la debemos de entregar. ¿Quiénes somos
nosotros para merecer alguna cosa? ¿acaso podemos impresionar a Dios?. A
Dios no le impresionamos en lo más mínimo, a Él no le impresiona lo buenos
cristianos que podamos ser, o lo hermoso que cantamos, o lo espectacular que
tocamos ‘el bajo’, o lo extraordinario de nuestros ‘sermones’.
"Todos los llamados de mi Nombre, para GLORIA MÍA los he creado, los
formé y los hice." Isaías 43: 7.
Como dijo Pablo: "el que se gloría, gloríese en El Señor" 1 Corintios 1: 31,
pues Él debe ser nuestra Gloria siempre (Salmos 3: 3).
Todo cuanto hagamos sea para la Gloria de Dios. Si cantamos, si dirigimos las
alabanzas, si tocamos un instrumento de música, si predicamos, si
profetizamos, si enseñamos, si servimos, TODO sea para darle Gloria a Él.
"Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo TODO para la
GLORIA DE DIOS" 1 Corintios 10: 31.
EN BUSCA DE ADORADORES
La adoración a Dios es uno de los puntos más difíciles de llevar a cabo por el
cristiano actual. Para muchos la alabanza es mucho más fácil de desarrollar
por su naturaleza festiva y alegre. En definitiva todos alaban, pero no todos
adoran. Todos participan del regocijo, de la alegría, de la celebración, pero no
ocurre lo mismo con la adoración. La adoración es una relación íntima y
personal con Dios, es derramar nuestro corazón en Su presencia con sumo
honor. Es postrarse delante del trono de Dios en reverencia, humillación y
reconocimiento de que Él es el Rey de reyes y Señor de señores (Salmos
95:6).
¿Con 2000 años de historia de la iglesia, qué se puede decir sobre la adoración
que no se ha dicho ya? No estoy seguro. Podemos leer libros de adoración, ver
videos, escuchar CD´s de adoración, y asistir a conferencias de adoración en
todo el mundo. Vivimos en la edad de la información, en la edad del Internet,
donde cualquier cosa que deseamos saber (y algunas cosas que no deseamos)
está virtualmente en la punta de nuestros dedos. ¿No sabes algo sobre
adoración? Cualquier motor de búsqueda en Internet está listo asistirte.
¿ARTISTAS o SALMISTAS?
"Pues, ¿Quien te hace mejor que los demás? ¿Y qué tienes que Dios no te
haya dado? Y si Él te lo ha dado, ¿Por qué presumes, como si lo hubieras
conseguido por ti mismo?" (1ª Corintios 4:7 versión popular).
Algo es seguro: Dios no nos escogió porque fuéramos mejores que nadie, sino
por el contrario, Dios tomo lo que no es para que solo podamos gloriarnos en
Él. Recordar esto nos mantiene humildes y humillados delante de su presencia
y nos ubicará siempre en el lugar correcto delante de los demás.
¿Sabias que las riquezas del "salmista" (hombre) no consisten en los "discos"
(bienes) que posee? (permítanme la paráfrasis)
De eso se trata... Siempre y en todo, la gloria es del Señor y para el Señor.
No hay nada más feo que estar desubicado. Le he escuchado a Marcos Witt
decir: "algunos son artistas, si, pero con "h"de hartar...son hartistas con hache.
" ¿Conociste algunos hermanitos así? En mi país se usa mucho una frase que
dice "Se subió al caballo". Esto es, es un creído con aires de grandeza. El que
no se quiera bajar, Dios le baja.
¿Que busca un artista y cuál es su vocación? :Vanagloria, éxito, aplausos,
reconocimiento, fama, el primer lugar, servirse de riquezas, satisfacer sus
propios deseos, admiración... En una palabra: es Egocéntrico. Todo es para sí
mismo.
¿Alguna vez has visto la entrega de los premios Grammy y hubieras deseado
ser galardonado con el?
Piensa en esto ¡¡¡¿Qué valor tiene esa estatuilla insignificante comparada con
la corona incorruptible de gloria que el Señor te tiene preparada?!!!
"Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para
los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la
herencia, porque a Cristo el Señor servís." (Col.3:23-24)
No eres artista, eres salmista y créeme hermano, existe un abismo entre ambas
cosas.
Que Jesús resplandezca en ti y que su amor y su gracia te colmen plenamente
delante de su presencia, para la salvación de los perdidos y la gloria de su
nombre.
Para que estas vayan siempre juntas, hay tres cuestiones no resueltas dentro
del corazón de los adoradores insaciables. Primero, solo hemos vislumbrado la
gloria de Dios, unas pocas gotas del océano de su esplendor. Vivimos con una
constante sed, deseando más de Él en nuestras vidas. Segundo, vivimos
sabiendo que somos personas quebrantadas, sanadas en parte pero aun muy
frágiles. Somos adoradores "inconclusos", que anhelamos que su obra en
nosotros sea concluida. Por último, estamos como peregrinos en una tierra
extranjera, dolorosamente conscientes de los problemas que nos rodean y los
muchos corazones que aun no han descubierto a Jesús. Mirando a través de los
"lentes" del cielo, nuestros corazones se duelen por introducir al Reino de
Dios en esas situaciones.
Dios quiere todo de ti. Dios no quiere una parte de tu vida. Pide todo tu
corazón, toda tu alma, toda tu mente y todas tus fuerzas. A Dios no le
interesan los compromisos a medias, la obediencia parcial y las sobras
de tu tiempo y dinero. Quiere tu devoción plena, no pedacitos de tu
vida.
Una mujer samaritana en cierta ocasión discutió con Jesús acerca del
mejor tiempo, lugar y estilo de adoración. Jesús le contestó que esos
aspectos eran irrelevantes. El lugar de adoración no es tan importante
como por qué adoramos y cuánto de nuestro ser le ofrecemos a Dios
cuando lo hacemos. Hay una manera de adorar buena y mala. La
Biblia dice: "Así que nosotros, que estamos recibiendo un reino
inconmovible, seamos agradecidos. Inspirados por esta gratitud,
adoremos a Dios como a él le agrada, con temor reverente" (Hebreos
12:28, Dhh). La adoración que agrada a Dios tiene cuatro
características:
Otra idea es hacer una lista de los diferentes nombres que tiene Dios y
concentrarse en ellos. Los nombres de Dios no son arbitrarios;
expresan distintos aspectos de su carácter.
Dios quiere que nuestras reuniones de adoración en público también
tengan sentido. Pablo dedica un capítulo entero a este asunto en 1
Corintios 14, y concluye: "Pero todo debe hacerse de manera
apropiada y con orden" (v. 40).
Con respecto a este punto, Dios insiste en que nuestros cultos de
adoración puedan ser entendidos por los no creyentes que estén
presentes en nuestras reuniones de adoración. La Biblia nos ordena
ser sensibles a los no creyentes que están de visita en nuestras
reuniones de adoración (1 Corintios 14:16-17). Si hacemos caso omiso
de este mandamiento somos desobedientes y no tenemos amor.
Tomado del libro: Una vida con propósito de Rick Warren, Editorial
Vida.