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EPÍLOGO: ¿CÓMO SE PUEDE PREVENIR LA VIOLENCIA

EN LA PAREJA? (fORGE CORSI)

1. r:-';TRoDuccróN

Cuando nos referimos a la v:.iolenciaen.JªJ2,¡:¡ma, estamos aludiendo a


tod,-ls las formas de abuso que"i:lenen lugar e~ las relaciones entre
quienes sostienen o han sostenido un vínculo afectivo relativamente
estable.
Se denomina relación de abuso a aquella forma de interacción
que, enmarcada eñÚn-conte'Xtode desequilibrio de poder, incluye
conductas de una de las partes que, por acción o por omisión, oca-
sionan daño físico y/o psicológico a otro miembro de la relación.
La investigación epidemiológica acerca del problema de la vio-
lenci.l doméstica ha demostrado que existen. dos variables que resultan
decisivas aI?_hºlª-d~~bl~.f~r la distrIbución dél poder y, lli2iJQJrgr-
to-·-CLe'~i~.rIniDgrJ~ciºg.~~idOQ!-ª~!¡feom:tti¡:táVÍolel1ta y 911ié-
nesson las. víctimas más frecuentes a la~que se les ocasiona el daño ..
Ias~os variáETes'citadas's2J:1.elgénero y la edad. Por lo tanto, los(~u·
pos de riesgoparála VÍol~nci~'ericontexiosprivados son l~mujeres-y'
los niñosj.definidos culturalmente como los s~sºn_ill~no~.Qoder.
Dado que las mujeres son la población-en riesgo, en la litenitura"
internacional se suele utilizar el término violencia doméstica como
equivalente a violencia hacia la mujer en el contexto del hogar.
La utilización de las distintas formas de violencia intrafamiliar,
esto es, abuso físico, emocional o sexual, supone el empleo de la
I tuerza para controlar la relación, y habitualmente se ejerce desde
llos más fuertes hacia los más débiles. Es por eso que la violencia es
¡entendida como un emergente de las relaciones de poder dentro
tde una familia.
Los estudios realizados con familias que presentan problemas de
violenc!gJUuesrran un predornmlo"cte ~structurás 'fami!Iªr~~de 5:Qtt.e
aílfo[ft;rio, en las que la distribución délporteisig!le los parámetros
178 E:'1:'!(),~~O E[)/!ogo
179

. diqadospor los estereotipos cultur?ks. Habitualmente. este estilo 2. El CO:\CEPTO DE PREVENCIÓN


verticalista nei es perCibido por una mirada externa, ya que b imagen
social de la familia puede ser sustancialmente distinta de b i::1Jgen
privad~. Esta disociación entre lo público y lo privado, para Sé:- fmn- El c.oncepto de prevención proviene originalmente d~lrnovimiento
'fénida, necesita a veces de cierto grado de aislamiento so-::.,1. que de higiene mental, a.prir~cipios del siglox.x, pero cobra relevancia a
permite sustraer el fenómeno de b violencia de la mirada de :'_'s(17m5. Pdrtir de los trab"jos de Gerald Cáplanenel ,1rea de la salud mental
Con sugestiva frecuencia, los antecedentes que emer~e:~ ce b comu¡¡iLlri~l. En).964 Ca.pbn,~se:l primero que propone una defini-
historia personal de quienes están involucrados en relacic:-.e5 \'io- ción r:.:~lssistenLltica de la prevención, ag.!llpaf.lª()los,esfuerZós~pre-
lentas muestran un alto porcentaje de contextos violentos e:-. l.:s fa- \·emi\·\.lSen tres categorías ya clásicas:
milias de origen. Los hombres violentos en su hogar suele:: !;.lber
J. ~,; prez'Eiláón priJlwria es una tentativa de reducir la tasa de
sido niños maltratados o, al menos, testigos de la violenci,l ce su pa- incid~ncia dé un d'etéfrninado problema en la población, ata·
dre hacia su madre. Las mujeres maltratadas también tienen ;-.:sroriJs c-lOdo las causas identificadas del mismo, antes de que éste
de maltrato en la infancia. La violencia en la familia de ori,ze:: h~lser-
pueda llegar a producirse. El objetivo es reducir la probabi-
vido de modelo de resolución de conflictos interpersonale~ :; ::3. ejer- Edad de aparición del problema. Los esfuerzos, por lo tanto,
cido el efecto de "normalización" de la violencia: la recurren-::a ce Ll-
se dirigen tanto a transformar el entorno de riesgo como a re-
les conductas, percibida a lo largo de la vida, las ha conk:-:i¿o en forzar Id habilidad del individuo para afrontado.
algo corriente, hasta tal punto que muchas mujeres no son C~':-"scien-
tes del maltrato que sufren y muchos hombres no comprenc:C::.::cuan- ;..., L¡p?'EL'enciól1)-eczmdariez es un intento de reducir la tasa de
pre'.'jJenci,C(es aecir~ernúmero de casos existentes) de un
do se les señala que sus conductas ocasionan daño. determinado problema. Los esfuerzos se dirigen a asegurar
Los modelos violentos en la familia de origen tienen l:"'-: erecro una identificación precoz del problema y una intervención
"cruzado" cuando consideramos la variable género. Los \':.~:-::'r:esse riDicia \- eficaz.
identifican con el agresor, incorporando activamente en su cr:¿ucra '-o L; ;reL:'t?Hcz'ón teráar:atiene como objetivo reducir los efectos
lo que alguna vez sufrieron pasivamente. Las mujeres, en cl.:::::'io. lle- o bs secuelas de un determinado problema, tratando de evi·
van a cabo un verdadero «aprendizaje de la indefensión», qc.e . '5 ubi- :.lr las recidivas. Los esfuerzos se dirigen a proveer progra-
ca más frecuentemente en el lugar de quien es víctima del mi::-.l70 en r:1;lSde recuperación y rehabilitación para quienes han sido
las sucesivas estructuras familiares (Corsi, 1994). ¿ec:ados por el problema.
Lo que antecede es una apretada síntesis que intenta desc~bir el
fenómeno de la violencia en la pareja, pero al mismo tiemS'C' :-epre- CC0.-en !.1982) plantea tres exigendas estructurales para que po-
senta una guía para la comprensión de los principales factores d~ daces bolar de prevención primaria:
riesgo para esta problemática, a saber:
El programa debe dirigirse a un grupo o comunidad, y no a
:"''1di\iduos.
'.• Estructura familiar autoritaria y verticalista .
.2 El programa debe intervenir antes de que emerja el problema
• Aprendizaje de roles de género estereotipados.
y estar dirigido a la población en riesgo o vulnerable.
• Modelos de resolución violenta de conflictos en la h-il;a de
J El programa debe apoyarse en sólidos conocimientos emer-
OrIgen.
gentes de la investigación del problema de que se trate.
• Ausencia de modelos sociales que actúen como ref0:72COreS
negativos de la violencia. Desee una concepción basada inicialmente en el modelo biomé·
• Pautas culturales legitimadeiras de la violencia. dico. cer.:rado en los factores indi-viduales, se ha ido avanzando en la
• Respuestas institucionales y comunitarias inadecuadas ';:lra los dirección de la construcción de modelos teóricos que sustentan el
casos identificados. cor.ce;w de prevención en una mirada proveniente de los desarrollos
180 Epílogo Epílogo [81

de la Psicología Comunitaria (el Sánchez Vidal, 1988) y de los con- méstica indica que el uso de la violencia para la resolución de con-
ceptos de Promoción de la Salud y de Educación para la Salud (el flictos intrafamiliares está vinculado con el aprendizaje a partir de
Costa y López, 1986,1996). modelosJamiliares, grupales, institucionales y culturales, un progra-
La promoción de la salud pretende instaurar en la historia per- ma de prevención primaria podría ser defi.niQQJ;:.QIllO ~--_._--
sonal de la gente, de las organizaciones y de las comunidades com-
portamientos que favorezcan la salud, para lo cual es necesario in- un proceso que informa, motiva y ayuda a la población a adoptar y mantener
troducir cambios en los contextos y en los comportamientos de formas no violéntas de resolución de conHictas familiares, proporciona mo-
delos de funcionamiento familiar más democráticos y propugna los cam-
riesgo (Costa y López, 1986).
bias en los contextos de riesgo necesarios para facilitar esos objetivos, diri-
Desd.<=Jll]np~rspectiva ecológica, se trata de intervenir sobre los giendo la formación profesional y la investigación en esa misma dirección.
entorñó~ de riesgo, es decir, aquellos factores económicos, culturales,
socio-ambientales, institucionales, grupales, familiares (considerados Desde el modelo de "educación para la salud", podríamos hablar
como interdependientes) que aumentan o disminuyen el potencial de de una verdadera educación para la no-violencia ,dirigida átasnuevas
sallld para los individuos., Las aportaciones de la Psicología Comu- generaCiones, como alternativa a la "pedagogía negra': (A. Miller,
nltaÍIíllan permlt1do efdiseño de modelos como el de Competencia 1985) imperan te ertnuestra cultura. Asimismo, teniendo en cuenta
(Albee, 1980; Costa y López, 1986), orientado a promover la com- que la variable género ha sido identificada como un factor relevante
petencia individual, por una parte, y a desarrollar comunidades y en el problema de la violencia doméstica, resultaría esencial el diseñ9
organizaciones competentes, por la otra. Según el Modelo de Com- de un modelo educativo no sexista, que permita flexibilizar los este-
petencia, son tres los obj~tiyosd¡:J'l~_i~.~~yepcigll~.$preventivas reotlp-on::UJtLirales :i~Iati\r-Qs?rg-¿ne'r() y que:a:'Iavez: iriel uya en el
o'

(Costa y López, 1986): icurrículo de la educación formal el aprendizaje de métodos no vio-


1) r Oprimizar las destrezas, habilidades y recursos personales de lentos para la resolución de conflictos interpersonales. La interven-
la población (especialmente en los sectores definidos como ción preventiva sobre contextos de riesgo implica el entrenamiento
vulnerables) . Ide los futuros padres y madres en métodos disciplinarios no violen-
2) Optimizar las redes y sistemas de apoyo natural (garantizar ¡tos, como un modo de proporcionar a las nuevas generaciones mo-
una adecuada planificación de los servicios, en función de las I delos alternativos de ejercicio del poder intrafamiliar.
necesidades de la comunidad). . Identificados los factores de riesgo a partir de la investigación
del problema de la viól~nciadoméstica, tanto en los contextos
3) Optimizar el sistema de apoyo profesional (reconversión de
los recursos humanos). como en los individuos, un prowatna. de E-!'~Y~l!j;;ión_sgJ;!IJ.1daria
ti~!1ª.eaelaborar. estraJegiásdé'mtervenciÓn que, dirígidª-s,aJ~-
El modelo parte del supuesto que el problema se produce cuando blación más vulnerable, le proporcione recursos para laiclemifica-
un individuo no cuenta con las habilidades personales ni el apoyo so- cíón temprana del problema y un apoyo sodal eficiente y accesible.
cial suficiente para hacer frente a las situaciones estresantes que se Incluye la re conversión de los recursos profesionales y los agentes
producen por razones evolutivas o accidentales. comunitarios (educadores, profesionales de la salud, religiosos, po-
licía, agentes judiciales) para que comprendan adecuadamente el
problema e instrumenten respuestas no victimizadoras. La capaci-
tación permanente sobre el problema de la violencia doméstica, al
3. PREVENCIÓN Y VIOLENCIA DOMÉSTICA mismo tiempo, facilita la detección precoz del problema en sus fases
iniciales por parte de las organizaciones comunitarias (escuela, hos-
En un intento por establecer los nexos entre los conceptos discutidos pital, iglesia, policía, instituciones recreativas, etc.). En este plano, es
en los dos apartados anteriores, podríamos decir que, dado que la importante subrayar que esta tarea se enfrenta con obstáculos deri-
identificación de causas asociadas con el problema de la violencia do- vados de la resistencia al cambio de los sectores profesionales y de
182 Epílogo Epl1ogo
183

bs instituciones, que suelen dificultar la concreción de los objetivos


propuestos. a. La cuestión de la legislación sobre la violencia doméstica
Finalmente, la prevención terciaria consiste en asegurar los re-
\cursos asisrenciales para una adecuidarespuesta medí¿l, psicológica,
D:ldo que la mayoría de las víctimas de la violencia intrafamiliar son
s6ciál y legal a la población afectad,l por el problema. Incluye medi-
LIs mujeres y los niños, una adecuada respuesta legislativa al proble-
das de protección a las víctimas y programas especializados en la
m:l deberÍJ articularse con instrumentos internacionales tales como la
atención de víctimas v agresores.
Dec!Jración 'de los Derechos Humanos (1948), la Declaración de
. Como se verá, las' acciones deben emprenderse simultáneamente los Derechos del Niño (1959), la Convención para la Eliminación de
en \'arios niveles y se hallan mutuamente interrebcionadas, lo cual
b Discriminación contra la Mujer (1979) y los Principios Básicos de
implica un compromiso multidisciplinario e interinstitucional. Una de
las dificultades comúnmente señaladas en las comunidades en 'las Justicia para las Víctimas del Crimen y del Abuso de Poder (1985).
Di\'ersos países han llevado adelante reformas legislativas para
que ;edesarrollan programas de prevención de la violencia domésti-
.Hender el problema específico planteado por la Violencia Doméstica,
ca, es la desconexión entre los distintos recursos connmitarios, tanto
y Jlgunos de ellos han promulgado Leyes sobre Violencia Doméstica,
por razones conceptllales, operati\'as, ideológicas o simplemente per- de diferente alcance.
sonalistas. EsEiTaIra de integración de los recursos redunda siempre
La principal discusión en torno a las reformas legislativas se basa
en perjuicio de las personas afectadas por el problema, generándose
el fenómeno de la victimización secundaria. en si la figura de la violencia intrafamiliar debe ser penalizada o no.
En un manual publicado por las Naciones Unidas (1993) se señala la
El Consejo de Europa, ya en su informe de 1987, resaltaba
existencia de argumentos en favor o en COntra de la criminalización.
h necesidad de una coordinación de las ;lcciones llevadas ;l c;lba por los es- rQuier.es están en contra de penalizar la conducta violenta hacia la
pecialistas y organismos interesados. También en este punto la investiga- mujer en el contexto doméstÍco, prefieren las estrategias de media-
ción ha confirmado que es necesario mejorar con toda urgencia la coordina, ción. conciliación y rehabilitación terapéutica. Un sector interme-
ción y cooperación entre los nunlerosos sef\"Ícios que se ocupan de estos dio e.nfatiza el rol protector de la ley y señala la necesidad de refor-
problemas. Si esto falta, las distintas medidas de ayuda se contraponen unas eas legislativas que garanticen la protección de las víctimas de
a otras ylas familias padecen las consecuencias. ,iolencia doméstica. Un tercer grupo de opiniones enfatiza el hecho
de que la \101encia doméstica debe ser considerada como un delito y,
por lo tanto, penalizada criminalmente.
En todo caso, cualquiera que sea el criterio que prevalezca, lo que.
4, PROBLEMAS PLA.'\iTEADOSE~ REL\CIÓ;-';
no se pone en duda es la necesidad de contar con una legislación es-
CON LA PREVENCIÓ;-';DE U. VIOLE.'\"CL\
E~ELHOGAR pec:iica en torno ddtema, qlle permita orientar la accióIlde la íust,i-
Cid y que obre a la manera de una mirada social sobre un problema
tradiCionalmente consideradb privado.
Después de haber recorrido de modo sucinto los elememos que, en
diferentes contextos, permiten acercamos a la comprensión del fe-
nómeno de la violencia hacia la mujer en el ámbito doméstico, es ne-
b. El funcionamiento de los sistemas policial y judicial
cesario señalar algunos problemas crucíales que necesitan ser consi-
derados a la hora de pensar respuestas preventivas a este grave
Estrechamente vinculado con el problema de la legislación, los modos
problema social. Sin la pretensión de enumerarlos en su totalidad ni y procedinúentos en el ámbito policial y judicial deben ser reformu-
de agotar la discusión en tomo a cada uno de ellos, nos limitaremos a
lados a la luz de los actuales conocimientos en torno al problema de la
plantearlos, dejando abierta la cuestión como un posible disparador
Violencia Doméstica, para asegurar los derechos de las víctimas y
para la elaboración de propuestas.
para prevenir la victimÍzación secundaria durante el proceso legal.
184 Epílo,l,o Epílogo 185

Las respuestas tradicionales de la policía frente al problema


necesitan ser reconsideradas, sobre todo cuando contribuyen a c. La respuesta del sistema de salud frente a la violencia en el hogar
aumentar la indefensión de la víctima. Para ello, se ha intentado la
COri10va señalamos, el sector de la Salud es renuente a considerar al
constitución de cuerpos especiales de la policía para el tratamiento
de los casos de violencia doméstica, La creación de unidades con proble~1a de la violencia doméstica, aunque ésta haya sido definida
personal especializado resulta de utilidad cuando se asegura una como un problema de Salud Pública por parte del Primer Seminario
adecuada y permanente capacitación de los recursos humanos que Subregiohal sobre Violencia contra la Mujer, organizado por la Or-
las componen, y cuando estos organismos se integran en una red ganización Panamericana de la Salud (1992),
miÍs amplia de recursos comunitarios, tales como organizaciones En un interesante estudio del grupo de Hilberman (citado por
gubernamentales y no gubernamentales dedicadas al apoyo y trata- Koss, 1989), 120 mujeres que habían pasado por una evaluación psi-
miento de las víctimas de violencia doméstica, refugios temporales, qui,ítrica fueron luego interrogadas acerca de la violencia en el hogar.
sistema judicial, etc. Se pudo comprobar que 60 de ellas habían sufrido alguna forma de
Las dificultades que suele encontrar la Justicia en los casos de violencia por parte de sus compañeros, Sin embargo, la existencia de
violencia doméstica había sido detectada sólo en 4 casos en el curso de
Violencia Doméstica también son señalados por el documento de Na-
ciones Unidas: la evaluación psiquiátrica previa, Otro estudio examinó las historias clí-
nicas de un Servicio de Urgencias de un hospital y estableció que 20 de
• El deficiente marco legal existente en la mayoría de los países cada 100 pacientes mujeres eran víctimas de violencia y que la mitad
para tipificar el problema. de las heridas por las cuales habían concurrido al servicio se habían
• Los puntos de vista y creencias prejuiciosas que todavía afectan producido en el contexto de la violencia doméstica, Sin embargo, los
a jueces, fiscales y aun a los propios abogados defensores de las médicos sólo habían diagnosticado la violencia en un caso cada 25.
víctimas, Las características propias del fenómeno de la Violencia Domés-
• La resistencia mostrada por las víctimas para cooperar en el tica generan dos conductas que se potencian mutuamente: por una
proceso legal. parte, la mujer tiende a ocultar su condición de víctima de violencia,
• Los serios problemas para aportar pruebas yevidencias, por motivos que van de la verguenza al miedo; por la otra, los médi-
• La indefensión del sistema judicial para hacer cumplir las sen- cos y otros profesionales no detectan ni identifican el factor de la vio-
tencias, lo que las vuelve ineficaces, lencia doméstica en el contexto de una consulta clínica o psiquiátrica.
• La competencia inespecífica de los tribunales (es decir, que La actitud de los profesionales del iÍrea de la salud que atienden
junto a los casos de violencia doméstica, los jueces deben ocu- las consultas es decisiva: cuando consideran (a partir de un conoci-
parse de problemas completamente distintos). miento específico del tema) el problema de la violencia y el maltrato
como posible factor generador de sintomatología, dan el primer paso
Frente a estas dificultades se han sugerido modificaciones de los para una adecuada respuesta a la mujer que consulta (que suele in-
procedimientos judiciales, que incluyen, entre otras, recomendacio- cluir la derivación a servicios u organismos especializados). En cam-
nes acerca de la creación de tribunales especializados, con equipos in- bio, si lo desconocen, lo niegan o lo minimizan, están sentando las ba-
terdisciplinarios (en Canadá, por ejemplo, existen las denominadas ses para una segunda victimización a la cual es sometida la mujer.
"Court Clinics"), la creación de la figura del "testigo experto", el de-
sarrollo de sentencias alternativas (que incluyen, por ejemplo, el
d. El problema de los modelos de tratamiento para las víctimas
mandato de tratamiento o rehabilitación de los agresores) y el énfasis
y para los agresores
en asegurar la seguridad de la víctima, incluyendo intervenciones
preventivas que son ajenas a la mayoría de los procedimientos judi- A partir de la investigación en torno al problema de la Violencia
ciales actuales. Doméstica, se ha puesto reiteradamente en duda el valor de los
186 Epílogo Epílogo 187

modelos tradicionales de tratamiento psicológico, tanto para las


mujeres víctimas de violencia, como para quienes la ejercen. Es por f. La necesidad de fOl'mular una política global sobre el problema
eso que se han desarrollado, en los últimos veinte años, modelos de de la violencia doméstica
abordaje específicos, que incluyen, como componente común, la
grupalidad. Los grupos para mujeres maltratadas (Ferreira, .1992) Finalmente, si echamos una mirada de conjunto a todo lo discutido
y los grupos para hombres violentos (COl'si, 1995) han sido diseña- anteriormente, surge la evidencia de que el tema de la violencia hacia
dos, metodológicamente, para atender la especificidad de la pro- la mujer'en el contexto doméstico, entendido comOUñpf65Iema
blemática. social, no puede recibir una adecuada respuesta si no existe una in-
Esta respuesta se inscribe dentro de una tendencia global que tegración de recursos que esté facilitada por la formulación de una
caracteriza a la indagación actual acerca de los modelos terapéuti- política global en torno al tema, que contemple simultáneamente
cos, que se basa en la consideración de la necesidad de diseñar acciones en los niveles legislativo, judicial, policial, de salud, de edu-
procedimientos específicos para problemas específicos (en contras- 'cación, de seguridad social, de empleo, etc.
te con una tendencia mantenida hasta no hace mucho tiempo, con- En el marco de una política global como la descrita, resulta posi-
sistente en aplicar un mismo modelo terapéutico a problemáticas ble pensar una serie de acciones e intervenciones dirigidas a difereri-
muy diversas). tes niveles, que se centran en objetivos tales COnio los siguientes
(Corsi,1994):

e. La capacitación y la reconversión de recursos humanos , Eliminar los mitos y estereotipos culturales que sirven de fun-
como estrategia para prevenir la segunda victimización damento a la violencia.
• Hacer consciente a la comunidad de la existencia de la violen-
En la misma línea de lo señalado en los puntos anteriores, se torna cia familiar, entendida como un problema social.
crucial el problema de la reconversión de los recursos humanos, a la • Proporcionar modelos alternativos de funcionamiento fami-
hora de intentar dar una respuesta adecuada al problema de la vio- liar, más democráticos y menos autoritarios.
lencia en el hogar. • Alentar la existencia de una legislación adecuada y específica
Hasta el momento, la mayoría de los recursos profesionales even- para el problema de la violencia en el hogar. ,
tualmente involucrados en el tratamiento de algún aspecto del pro- • Promover la creación de una red de recursos comunitarios
blema (abogados/as, médicos/as, psicólogos/as, trabajadores/as so- para proveer apoyo y contención a las víctimas de la violencia,
ciales, policías, etc.) no suelen contar, en su formación académica, la Crear programas de tratamiento y recuperación para las vícti-
con elementos conceptuales y metodológicos que les permitan abor- mas y para los perpetradores de violencia intrafamiliar.
dar con especificidad los casos de violencia doméstica. Ello suele • Utilizar los medios de comunicación para informar y desmiti-
derivar en respuestas erróneas y a menudo victimizadoras, que se ficar acerca del problema.
pueden traducir en un asesoramiento inadecuado, un enfoque tera- • Proponer modificaciones en la estructura y en los contenidos
péutico incorrecto o en la elaboración de informes periciales forenses del sistema de educación.
que perjudican a las víctimas. • Crear programas de capacitación para profesionales, educa-
Las estrategias frente a esta dimensión del problema varían desde dores y otros sectores involucrados, para prevenir la victimiza-
proponer formaciones de posgrado interdisciplinarias, hasta la orga- ción secundaria.
nización de múltiples formas de capacitación por sectores, que brin- • Desarrollar programas de prevención dirigidos a niños de dis-
den los elementos para una adecuada comprensión del problema y tintas edades, con el fin de que identifiquen las diferentes for-
reduzcan la probabilidad de respuestas secundariamente victÍmiza- mas de abuso y aprendan formas alternativas de resolución de
doras. conflictos.
188 Epílogo

• Orientar los tratamientos, en el nivel individual, hacia un in-


cremento de la autoestima, reducción del aislamiento social y
configuración de vínculos más igualitarios y menos posesivos.

5. CONCLUSIONES

Preguntarse cómo se puede prevenir la violencia en la pareja implica


preguntarse acerca de cuál es la etapa en la que nuestras comunida-
des se encuentran con relación a la percepción social del problema, el
estado actual de la investigación sobre el tema y la voluntad política
que cada Estado tenga para la formulación de una política global de
prevención que abarque los sectores de Educación, Salud, Justicia y
Acción Social.
Como se verá, se trata de mucho más que una simple discusión
técnica o metodológica acerca de cómo implementar programas de
prevención (que los hay, y muy buenos). Las profundas raíces histó-
ricas y culturales que tiene la violencia hacia la mujer en el contexto
doméstico hacen que preguntarse acerca de su prevención implique
cuestionar las bases mismas de la cultura patriarcal en la que todos
nosotros hemos nacido. No obstante, no caigamos en la impotencia a
la que nos reducen los objetivos utópicos y demos los pasos posibles
en la dirección apuntada, con la conciencia de que ningún sector en
forma aislada podrá llevar adelante esta compleja tarea.

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