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MINDFULNESS

Cuando sentimos deseos o impulsos de consumir alcohol o drogas, muchas veces nos enredamos en
conductas reactivas, implicándonos en ellas sin una consciencia clara de lo que está ocurriendo ni de
las consecuencias que tal comportamiento puede tener. En esta primera sesión se introduce la idea
del modo “piloto automático” o de obrar sin darse cuenta y se discute la relación que existe entre el
modo piloto automático y las recaídas. Empezamos por utilizar la consciencia mindfulness para
reconocer esta tendencia y, luego, aprender maneras de cambiar el comportamiento habitual y, a
menudo, contraproducente por la observación de lo que está ocurriendo en nuestra mente y cuerpo
sin reaccionar “automáticamente”.
¿Qué es minfulness (Atención Plena)?
Fundamentado e inspirado en la meditación Vipassana, que se ha venido practicando durante
milenios en regiones de Asia, el Mindfulness se basa en la gestión de la atención y los procesos
fisiológicos que la acompañan.
Básicamente, ha sido desarrollado como una manera de centrarse en el presente y experimentar lo
que está ocurriendo en ese momento desde una perspectiva neutral y no propensa a juzgar, da
manera que la implicación emocional que nos mantiene unidos a preocupaciones y obsesiones se de
debilita.
A causa de la lógica del funcionamiento de la Atención Plena, es una muy buena herramienta para
combatir el estrés y afrontar el dolor, por ejemplo, si bien también tiene otras aplicaciones, algunas
fuera del ámbito clínico.
Cómo practicar Mindfulness en el día a día

1. Busca un espacio tranquilo


Buena parte de la práctica del Mindfulness, especialmente durante las primeras fases en las cuales
aún no dominamos bien esta herramienta, se fundamenta en saber elegir los entornos que hagan más
fácil llevar a cabo el procedimiento.
Así pues, elige un lugar lejos de estímulos que te puedan distraer. Especialmente, sin ruidos.

2. Siéntate con la espalda recta


Algunas personas siempre practican Mindfulness sentadas en la posición del loto, a la manera de los
monjes budistas, pero esto no es obligatorio. De todas formas, es recomendable sentarse de un modo
que favorezca que la espalda quede recta, ya que de este modo no nos molestarán tensiones
musculares innecesarias.
3. Realiza respiración controlada
Los ejercicios de respiración pueden ser una buena ayuda para empezar a practicar Mindfulness,
aunque cuando tengas más práctica este paso será prescindible.
Su función es doble. Por un lado, las respiraciones hondas y pausadas ayudan a oxigenar el cuerpo y a
relajarse. Por el otro, permite empezar a focalizar la atención en algo concreto de una manera
sostenida, algo que será muy útil.

4. Céntrate en lo que pasa en tu cuerpo


En primer lugar, cierra los ojos. En esta fase lo único que hay que hacer es enfocar la atención a
aquellos pequeños hechos que podemos notar que ocurren en nuestro cuerpo, uno detrás de otro y
dedicando a cada uno de ellos, aproximadamente, medio minuto.
Por ejemplo, dirige la atención a unas palpitaciones que sientas en el cuello, o al modo en el que los
ojos se mueven dentro de las cuencas sin que esos movimientos sean voluntarios, etc.
De esta manera estaremos gestionando el foco atencional dirigiéndolo a estímulos simples, sin que
nada más reclame nuestra atención por muy importante o urgente que nos pudiese parecer hace un
momento.

5. Amplía el foco
En esta fase, pasa de dirigir tu foco de atención de los estímulos corporales a las experiencias vitales
de un carácter más abstracto. Piensa en ellas tal y como lo haría una persona no implicada en esos
asuntos. No juzgues, no valores, solo piensa en ello describiendo, aceptando que forma parte de una
realidad.
Dedica a cada hecho o experiencia el tiempo que le corresponde, según el grado de importancia que
le has llegado a dar en ocasiones anteriores, según cuánto te ha llegado a obsesionar, preocupar, etc.
Esta es la parte fundamental del Mindfulness, dado que nos ayuda a afrontar vivencias con
repercusiones amplias en nuestras vidas.

6. Vuelve a la respiración controlada


En esta fase se marca un final para el ejercicio de Mindfulness, de un modo ritualizado,

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