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Para poder hablar de este tema es necesario formularnos algunas preguntas que
a serán resueltas a lo largo del trabajo entre ellas; ¿Qué origina a un asesino?
¿Puede la ciencia determinar los factores que llevan a la gente a cometer
determinadas conductas? ¿Son personas con mayor capacidad de realizar actos
violentos? ¿Los asesinos nacen o se hacen? ¿Por qué se realiza cierto tipo de
conductas?
Se puede considerar como una emoción que impulsa a alguien a la violencia, hay
hechos justificables, otros que podemos comprender pero no justificar y bastantes
que nos resultan incomprensibles. Todos nosotros tenemos la capacidad de ser
violentos y agresivos, lo sabemos, pero hay matices, hay grados, niveles,
tendencias y dinámicas que hay que definir es por eso que para realizar este
trabajo se requirió la lectura de la obra del Doctor Michael Stone quien es un
psiquiatra forense y profesor de Universidad de Columbia, quien desarrollo la
escala de la maldad, la cual permite valorar los diferentes grados de agresividad o
pulsiones psicopáticas, que es el lado más oscuro del ser humano puede llegar
desarrollar. Este tema es emocionante donde son muchos los interrogantes que
surgen como: ¿Qué entendemos por maldad? ¿Qué pasa si un hombre mata a
otro en defensa propia? ¿Qué ocurre si una mujer planea meticulosamente el
asesinato de su agresor, de la persona que abusó de ella? ¿Consideramos estos
actos como reflejos de la “maldad”? ¿Hay quizá una “frontera”?
Una de las razones del porque una persona puede tornarse violento es por el
rechazo, lo que genera que su sistema emocional se apague, según la teoría del
Doctor Stone es que las personas que se sientes excluidos de la sociedad tienden
a tener un rencor contra los demás, esto los puede llevar a una mínima
capacidad para registrar el dolor y esto puede abrir la puerta a la violencia e
incluso al asesinato.
Las personas que sufren esquizofrenia, es una enfermedad mental que afecta al
1% de la población, crea una realidad alternativa de voces y percepciones
distorsionadas en su víctima y los obliga a tener ciertos comportamientos, se
desarrolla alucinaciones, psicosis y delirio, según investigaciones del Doctor
Thompson, la esquizofrenia no es estrictamente una afección psicológica como se
creía, si ataca de manera física al cerebro como otras enfermedades, genera
perdida de tejido cerebral, según la investigación solo un número pequeño de
esquizofrénicos es violento, pero la violencia que se genera por los criminales es
debido a una realidad que han creado distorsionada o ilusoria su creencia
inquebrantable en el mundo que han creado, puede hacerlos desesperar y a
menudo volverlos peligrosos.
Otras investigaciones han revelado que una persona totalmente sana puede ser
impulsada a matar, esto se debe a una debilidad fundamental del cerebro humano,
por medio de la manipulación, guiada por la presión social, con el deseo de ser
parte del grupo y aceptado
En este segundo grupo se engloban a todos esos perfiles que cometen asesinatos
por celos, quienes se mueven por la venganza y quienes además son capaces de
actuar como cómplices, hasta el punto de colaborar en un acto violento. Asimismo,
cabe matizar que a pesar de que muchas de estas personas muestren rasgos
narcisistas y una agresividad considerable, no presentan rasgos psicopáticos.
Hay un límite confuso, complejo y caótico donde los expertos tienen grandes
dificultades a la hora de diagnosticar al perfil psicopático. En este tercer grupo se
aglutinan todas esas personas, todas esas conductas violentas que por sí mismas
no siempre trazan con clara exactitud a la personalidad psicopática (aunque sí hay
rasgos puntuales o temporales que lo evidencian).
Cuarto grupo
En este último grado de la escala de maldad tenemos sin duda el último círculo de
Dante. La maldad más primigenia y atávica. Hablamos de psicópatas incapaces
de sentir remordimiento alguno y para los que el objetivo del asesinato es el placer
que les produce el propio acto violento.
Nivel 20: asesinos psicóticos para los que la única motivación es la tortura.
Nivel 21: psicópatas que solo buscan torturar, no matar.
Nivel 22: en este último nivel de la escala de maldad tenemos a los
torturadores extremos y los asesinos psicopáticos.
Tal y como hemos podido ver, este viaje a las profundidades de la maldad
presenta abundantes matices, de manera que en algunos casos no es
sencillo situar en ella a un asesino o al artífice de un acto violento.
Podemos estar más o menos de acuerdo en ella, podemos reconocer la
utilidad de la escala de maldad o verla como un simple intento de
clasificación del mal con tintes sensacionalistas.
Sin embargo, lo que sí se desprende de la escala de maldad es que cada
vez comprendemos más la mente criminal y cada vez disponemos de
mejores herramientas para reconocerla. Lo que necesitaríamos ahora es
dotar de más mecanismos a nuestra sociedad para evitar esos actos, que
en muchos casos nacen de la desigualdad, carencia o el desarraigo.
En conclusión el Doctor Stone por medio de su investigación nos permite
adentrarnos profundamente en la mente del asesino, examinando cómo funciona
el cerebro de las personas que cometen delitos de sangre, así como sus
sentimientos hacia la víctima en función del grado de maldad en el que se
encuentren a partir de su escala de maldad.
REFERENCIAS