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Para poder aprender a partir de la lectura es de suma importancia que el lector sea activo, que
procese en varios sentidos la información del texto, que le aporte sus conocimientos y
experiencias previas, sus hipótesis y tenga una capacidad de inferencia. De esta manera
logrará relacionar lo que está leyendo con cosas que ya conocía y las integrará a sus esquemas
previos.
Las estrategias de aprendizaje pueden definirse como las actividades que se lleva a cabo para
poder adquirir, almacenar y utilizar la información. El lector que aprende a través de la lectura
logra construir significados, organizar y categorizar el nuevo conocimiento, lo que favorece la
memorización comprensiva y no una memorización superficial.
Pero para que el lector pueda aprender por sí solo a través de su lectura, deberá poseer
autodirección y autocontrol. El ser consciente de los objetivos a conseguir y dirigir y regular la
lectura en función de ellos, son componentes fundamentales hacia la comprensión lectora.
Esto permitirá al lector ser consciente de su aprendizaje y hacer los cambios necesarios para
lograr sus propósitos.
Se puede concluir que la lectura comprensiva es aquella que se efectúa al tener una lectura
pausada y repetida (que depende del ritmo de lectura que tiene cada persona en particular).
Que es un proceso que lleva a la auto interrogación, que permite establecer relaciones con lo
que ya se sabe, revisar los términos nuevos o complicados, subrayar, elaborar esquemas y
tomar notas. Si no se aprenden estas estrategias, el lector terminará por utilizar otras con un
enfoque más superficial y cuya acción no perdurarán en el tiempo, como puede ser el repaso
de la información y la memorización.