Según el enfoque analítico que se siga, la cultura puede ser
clasificada y definida de diversas maneras. Por ejemplo, hay estudiosos que han dividido a la cultura en tópica (incluye una lista de categorías), histórica (la cultura como herencia social), mental (complejo de ideas y hábitos), estructural (símbolos pautados e interrelacionados) y simbólica (significados asignados en forma arbitraria que son compartidos por una sociedad). La cultura tópica se diferencia con claridad de la histórica, la cual nos permite reflexionar y entender la relación afectiva y efectiva que existe entre cada grupo de personas y su propio pasado. Su estudio se apoya en los acontecimientos de nuestra historia tomando como parámetro el tiempo. Como no se limita a la observación de la literatura histórica, este tipo de cultura abarca más que la historiografía. La danza, entre las tradiciones culturales de un pueblo.
Dentro del concepto de cultura tópica debemos incluir las costumbres,
las creencias, la religión, las tradiciones, las formas del comportamiento, las fiestas y la sociedad, entre otros tópicos. Su estudio nos da la posibilidad de agrupar los diferentes saberes en temas bien definidos que se toman de manera independiente: la economía y la organización social son dos claros ejemplos.
La cultura simbólica
Con respecto a la cultura simbólica, podemos agregar que se trata de
la capacidad que tenemos los seres humanos de incorporar las tradiciones de cada generación y compartirlas con la siguiente. Su nombre se debe a que estos elementos que se transmiten, que giran en torno al comportamiento, no son materiales. Otros de los puntos fundamentales de la cultura simbólica son los valores y las normas, ambos fuertemente ligados a los grupos de personas e imposibles de aplicar a todo el mundo. La cultura también puede diferenciarse según su grado de desarrollo: primitiva (aquellas culturas con escaso desarrollo técnico y que no tienden a la innovación), civilizada (se actualiza mediante la producción de nuevos elementos), pre-alfabeta (no ha incorporado la escritura) y alfabeta (utiliza tanto el lenguaje escrito como el oral).
La industria cultural
Por último, cabe destacar que en las sociedades capitalistas
modernas existe una industria cultural, con un mercado donde se ofrecen bienes culturales sujetos a las leyes de la oferta y la demanda de la economía. Si bien en sus orígenes se mencionaba de esta manera, en la actualidad se usa en plural, industrias culturales. Engloba la creación, la demostración y la distribución de bienes y servicios culturales. En el habla cotidiana, el término cultura se suele usar de forma errónea para hacer referencia al grado de instrucción de una persona, tanto para criticarla por no haberse elevado lo suficiente como para felicitarla por lo contrario. Oraciones como «¡Pero qué falta de cultura!» o «Es que se nota que tiene mucha cultura» no son correctas, porque todos tenemos cultura, estamos inmersa en una que nos corresponde desde que nacemos.