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9 de marzo de 2015
Organizació n:
Todas las pruebas son orales.
Las pruebas contempla lo visto en clases por el profesor y el ayudante Felipe
Gonzá lez. No son preguntas de memoria, se trabajará analizando lo que debería
hacer una institució n jurídica.
Clases con el profesor:
o Lunes: clase del profesor, materia.
o Jueves: clase del profesor será en el mó dulo de 19 a 19:45. Trabajo de
casos desde las 19:45 en adelante, con participació n activa de un 50%
del curso. Solució n de casos en base del desarrollo. Se puede optar por
recibir la nota promedio del grupo o una nota particular para el
estudiante.
o El profesor entregará apuntes para preparar la parte activa, pero deben
complementarse con lo tomado en clases.
Bibliografía:
Alfredo Etcheberry, “Derecho Penal”, tomos III y IV.
Grisolía, Bustos y Politoff, “El Derecho Penal Chileno”
Mario Garrido Montt, “Derecho Penal”.
Gustavo Labatut, “Derecho Penal” (obsoleto, pero igualmente ú til para algunos
puntos).
Luis Cousiñ o Mac Iver, “Manual de Medicina Legal”.
Monografías que el profesor indique particularmente.
Derecho Penal, Parte Especial
Existen derechos sociales, y estos derechos que se resguardan son, algunos, derechos
propios del Eº y, otros, derechos propios de la comunidad o supraestatales. Ejs.:
Seguridad interior del Eº, Seguridad exterior del Eº. Otros derechos sociales
contemplan la protecció n ante atentados contra la familia.
¿Qué es el DP?
Importa un sector del Ordenamiento Jurídico. Los Juristas dividieron el Ordenamiento
Jurídico en 2 partes, una que contiene disposiciones de Dº Pú blico, y otra que contiene
disposiciones de Dº Privado. En el Dº Privado impera la voluntad de las partes, lo que
significa que se puede hacer todo lo que la ley no prohíba; y ello nos lleva a las
convenciones. En el Dº Pú blico solo se puede hacer lo que las leyes permitan, se regula
fuertemente la voluntad.
El Dº Penal tiene cabida en el Dº Pú blico. No se pueden realizar convenciones en
relació n a los tipos penales, sino que el monopolizador (el Eº) crea los tipos penales y
las medidas de seguridad.
Sin embargo, también tienen cabida en el Dº Pú blico el Dº Constitucional y el Dº
Procesal. Así, el DP es un sector del Dº Pú blico, que tiene un cará cter de “ultima ratio”.
El que sea un derecho de ultima ratio quiere decir que es un derecho de cará cter
secundario. Esto quiere decir que no está presente entre nosotros en todo momento,
no convivimos con él a diario, sino que solo aparece en 2 situaciones: Cuando se es
delincuente o victimario, o cuando se es víctima.
Aquí estamos hablando de un Derecho Penal Liberal. Esto viene desde la Ilustració n,
cuyas primeras manifestaciones datan del S. XVI en Europa. Se reflejan aquí las obras
de mentes como la de Immanuel Kant, para llegar a su consolidació n hacia 1789, con
la Rev. Francesa. En relació n a esto ú ltimo, el postulado liberal señ ala que todo gira en
torno al ser humano, cada persona es un fin en sí mismo, un universo.
Si analizamos las finalidades del Dº, el Dº Penal Liberal tiene 2 finalidades: seguridad
jurídica y paz social. El ciudadano tiene seguridad jurídica, y tiene un derecho esencial
a saber tanto sus derechos como el límite a sus actos. Así, el asesinato es una conducta
que no se permite a un hombre libre, por mucho que pueda ser ejecutable, por cuanto
afecta la seguridad jurídica de otro individuo.
En cuanto a la paz jurídica, el Ord. Jco apunta a consagrar un mínimo de paz jurídica
para la realizació n de una convivencia pacífica entre las personas.
14 de marzo de 2015
En la clase de hoy:
Interpretació n de la Ley Penal / Hermenéutica.
Clase Activa sin evaluació n.
El ser humano es animal en tanto forma parte del Reino Animal (el que forma parte de
la Naturaleza). Sin embargo, lo que nos diferencia de los demá s animales es una
supuesta capacidad racional. Cuando se habla que el ser humano es un animal
racional, debe tenerse cuidado. La razó n alude a un sentido má s elevado de actuació n,
relacionada con la racionalidad, con los métodos científicos.
Esto apunta a una parte elemental: El Ser Humano, desde que alcanza vida
independiente (esto es, al nacer), tiene que ir interpretando las señ ales de la
naturaleza, y luchando y venciendo/satisfaciendo sus necesidades (Ej.: un bebé llora,
pero deja de llorar al sentir el calor de la madre y ser amamantado por ella. En el
llanto hay una petició n; existe una comunicació n). Así, la interpretació n es inherente a
la vida humana.
A juicio del profesor, no son suficientes, pues puede que otras leyes agreguen
elementos adicionales. No obstante ello, los Arts. 19 a 24 vienen a ser como la “tela”,
un punto basal. Las garantías individuales, por su parte, son la “pintura” que se
utilizará sobre la “tela”, pero sin “salirse del marco”.
El Elemento Gramatical se encuentra en el Inc. I del Art. 19 CC, complementado con los
Arts. 20 y 21. Sucede que el CC dice “cuando el sentido de la ley es claro”, y luego habla
del “uso general de las palabras”, y esto genera una serie de problemas en base a la
interpretació n.
El método teleoló gico supone buscar la finalidad de la ley, el porqué de lo que
prescribe. Así, si una ley sanciona el tipo penal “homicidio”, ¿cuá l es el sentido?
Proteger un bien jurídico, la vida humana. En consecuencia, para interpretar la figura
jurídica del homicidio, se recurre a este elemento.
En el caso del método sistemá tico, éste arranca de otra via. Viene en que las diversas
disposiciones del Ord. Jco deben tener una correspondencia y armonía. Debe
entenderse a las normas del Ord. Jco como constitutivas de una unidad, porque el Ord.
Jco es una unidad al servicio de las personas. Ello se refleja en el Art. 22
El método histó rico contempla lo que el Legislador consideró importante para fundar
la Ley. Ejs.: CPs españ oles de 1848 y 1850, CP austriaco, doctrina. Para el
conocimiento de esto, se debe recurrir a las actas de la comisió n, a las actas
parlamentarias.
---Clase Activa---
“El ser humano quedará afecto a disposiciones de leyes dictadas por el mandamá s,
que es ú nico.”
16 de marzo de 2015
No puede existir pena sin ley penal que indique que la conducta está sancionada
penalmente, dictada con anterioridad a la perpetració n del hecho. Esto es, debe existir
una ley penal previa para que un determinado acto sea punible.
Aquí entra a discusió n la analogía. ¿Se puede encuadrar un hecho para el que no existe
una ley, en alguna otra disposició n penal? No, porque ello sería un quebrantamiento al
principio de reserva legal. Estaríamos invocando disposiciones penales inexistentes,
vulnerando la seguridad jurídica y perturbando la paz social.
1) Acció n:
Segú n el Art. 1º CP, delito es toda acció n u omisió n voluntaria penada por la ley.
Buscando gramaticalmente estos 4 elementos, el concepto del CP contempla la
categoría de acció n, pero no hay menció n sobre el tipo, la antijuridicidad y la
culpabilidad.
2) Típica:
A través del elemento ló gico, los tipos penales los encontramos en los Libros II y III del
CP (Ejs.: Infanticidio, Art. 394; robo y hurto, Art. 432).
Aplicando el método histó rico, el concepto de tipo penal fue acuñ ado por Beling en
1906, pero éstos han existido desde muchos añ os antes, tal como cuando se descubrió
América y se le dio esta denominació n
Aplicando el método teleoló gico, los tipos penales está n ahí en el CP para proteger un
bien jurídico tutelado. Lo que hizo el Legislador fue agrupar los tipos penales en
funció n de su finalidad; los tipos penales giran en torno al bien jurídico protegido.
Aplicando el método sistemá tico, los tipos penales no solo está n presentes en el CP,
sino también en leyes especiales.
3) Antijurídica:
Se trata aquí de una conducta contraria a derecho. Ello se podría manifestar, aunque
no gramaticalmente, en la expresió n “penada por la ley”, con lo que se recurre a la
aplicació n del elemento ló gico. Así, podemos encontrarnos con:
Método Histó rico: Esto es, la forma en que se puede comprobar esto mediante
libros y fuentes que sirven de fuente a nuestro CP.
Método Teleoló gico: La finalidad de la ley penal es penar conductas contrarias
a derecho. Esto es, conductas típicas, antijurídicas y culpables.
Método Sistemá tico: Esto es, las conductas típicas y antijurídicas se sancionan
en términos generales.
4) Culpabilidad:
No siempre una conducta típica y antijurídica, será también culpable. La regla general
es que sí lo sea, pero excepcionalmente, puede configurarse alguna de estas 3 causales
de inculpabilidad:
- Imputabilidad: esta causal existe cuando, por ejemplo, el sujeto es inimputable
(la acció n típica y antijurídica no le es imputable, como sería el caso de un niñ o,
el loco o demente).
- Posibilidad que de conocer que la conducta es contraria a derecho: aquí podría
operar el error de prohibició n.
- Posibilidad de adecuar la conducta a derecho: Puede ser que quien realiza una
conducta típica y antijurídica, no pueda adecuarla a derecho.
¿Có mo se aplica el corazó n del sistema en la labor que tendremos que desarrollar en
el Eº de Dº vigente en Chile? ¿Qué debemos hacer para estudiar un tipo penal?
En primer lugar, debemos tener conciencia de que el delito se conforma de una acció n
típica, antijurídica y culpable.
Ej.: “Art. 391: El que mate a otro y no esté comprendido en el artículo anterior, será
penado:
Nº2: Con presidio mayor en su grado medio en cualquier otro caso.”
Queda por ver algo que no suele verse con detalle en la Parte Especial por entenderse
que son normas ya establecidas, la Culpabilidad. Ella corresponde a 3 cosas:
Imputabilidad. (Capacidad penal)
Posibilidad real y concreta de conocer el injusto del actuar. (Conciencia de la
ilicitud)
Posibilidad real y concreta de adecuar la conducta conforme a Derecho.
(Exigibilidad de otra conducta).
19 de marzo de 2015
La Parte Especial del Derecho Penal contiene delitos. La tipificació n de estos delitos se
crea por el Legislador para proteger valores fundamentales o intereses jurídicos
determinantes propios de la individualidad humana.
Los delitos del primer grupo, que son los que nos ocupará n este semestre, son delitos
contra valores de la personalidad. La Persona es titular de derechos y de valores, y los
delitos de este grupo afectan estos derechos y valores.
Estos delitos se pueden clasificar en:
Delitos que afectan los valores de la personalidad.
Delitos que afectan el patrimonio o propiedad de las personas.
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Clase Activa:
Art. 391 Nº2 CP: ¿Qué sentido tiene que el Legislador estableciera este tipo penal?
Pena establecida: Presidio Mayor en sus grado medio (10 añ os y 1 día a 15
añ os; Art. 56 CP)
A quién se aplica esta pena: Al que mate a otro.
Finalidad que busca el Ord. Jco: Resguardar la paz social y la seguridad jurídica.
23 de marzo de 2015
En la clase de hoy: Delitos que afectan los valores de la Personalidad (por fin)
Se pueden consultar los libros del Prof. Mario Garrido Montt, de los Profs. Grisolía,
Bustos y Politoff, y del Prof Alfredo Etcheberry. También se puede usar el Manual de
Medicina Legal, del Prof. Luis Cousiñ o Mac Iver.
Se analizará n las figuras que tienen por objeto protegerla. Ellas son las figuras propias
del homicidio. Hay que hacer presente, eso sí, una particularidad: Las figuras que
está n dentro del pá rrafo 1 del Título VIII del Libro II CP (“del homicidio”), son todas
propias del homicidio… pero resulta que el pá rrafo 2, llamado “del infanticidio”,
también trata de matar a una persona. La diferencia entre uno y otro, es que en el
infanticidio, solo pueden cometerlo las personas que salen mencionadas en el Art. 394,
y solo dentro de un marco de tiempo determinado (hasta 48 horas desde el
nacimiento).
Por tanto, para estudiar bien este bien jurídico tutelado, deben regularse estos 2
pá rrafos del Libro II.
En cuanto a la protecció n penal de la vida humana, hay quienes sostienen que dicha
protecció n comienza desde el momento de la concepció n o fecundació n del ó vulo
(Etcheberry). Pero, ¿hasta cuá ndo se protege la vida humana? Hasta la muerte real o
1
La OMS sostiene que el embarazo es condició n de la madre, no del nuevo ser en desarrollo, atendiendo a que
desde el momento de la implantació n, el cuerpo de la madre reconoce a este nuevo ser y reacciona a su presencia
en el organismo de la madre.
efectiva, sea que ésta la experimente el ó vulo fecundado, o que la experimente un ser
humano propiamente tal. Este es el espacio de protecció n penal.
Por otra parte, existen bienes jurídicos indisponibles, entre los cuales está presente la
vida humana. Esto se manifiesta en 2 dimensiones:
1. Si yo no puedo disponer de la vida propia, tampoco puedo pedirle a alguien
má s que otra persona disponga de la vida. El que quita la vida responde por el
delito de homicidio, sin que el consentimiento de la víctima constituya una
causal de justificació n.
2. Distinta es la situació n del suicida. É ste ejerce un acto de disposició n de su
propia vida al intentar quitá rsela. Existió por mucho tiempo una influencia
religiosa (si Dios da la vida, solo Dios la quita), con lo que se creía que no se
podía sancionar a esa persona en virtud de haber sido su vida un martirio
suficiente para el suicida. Hoy en día, sin embargo, este elemento religioso no
se considera, pero aun así, el Eº tampoco puede disponer de una vida humana.
El Prof. Cousiñ o señ ala que también se puede determinar la respiració n de los
pulmones en funció n de la emanació n de determinados gases. Para ello, se deben
cortar estos pulmones para ver si se encuentra alguna burbuja de aire, tal como se
revisan los neumá ticos en una vulcanizació n de vehículos cuando se pierde aire por
haberlos pinchado: colocá ndolo en una tinaja con agua y buscando burbujas.
26 de marzo de 2015
Caso: ¿Qué sucede si el recién nacido es muerto antes de que se extraiga la placenta
desde el interior de la madre?
Para algunos, no hay vida humana independiente.
Para otros, hay vida humana independiente porque se estima que la placenta
no es parte de la madre.
En atenció n a lo ya señ alado, podemos establecer una clasificació n entre los delitos
que atentan contra la vida humana:
La figura bá sica es el homicidio simple (Art. 391 nº2), penado con presidio mayor en
su grado medio (10 y 1 hasta 15). A partir de ello, podemos hablar de las figuras
agravadas o calificadas, lo que sucede cuando el desvalor es mayor que el tipo base.
Allí tenemos, entonces, el homicidio calificado (Art. 391 nº1), penado con presidio
mayor en su grado má ximo a presidio perpetuo (15 y 1 hasta al menos 20); y el
parricidio (Art. 390), penado con presidio mayor en su grado má ximo a presidio
perpetuo calificado (15 y 1 hasta al menos 40).
A partir de la figura bá sica, por otra parte, también es posible llegar a las figuras
privilegiadas, como el homicidio en riñ a o pelea (Art. 392), el auxilio al suicidio (Art.
393) y el infanticidio (Art. 394, que, aunque es una variedad del parricidio, es
privilegiado porque el desvalor es menor).
Parricidio
Figuras
agravadas
Homicidio
Calificado
Homicidio simple Homicidio en riñ a o
pelea
Figuras
Auxilio al suicidio
priviliegiadas
Infanticidio
Homicidio Simple:
5. Culpabilidad: No se analizará .
Homicidio Calificado:
Art. 391. El que mate a otro y no esté comprendido en el artículo anterior, será penado:
1º. Con presidio mayor en su grado máximo a presidio perpetuo, si ejecutare el
homicidio con alguna de las circunstancias siguientes:
Primera. Con alevosía.
Segunda. Por premio o promesa remuneratoria.
Tercera. Por medio de veneno.
Cuarta. Con ensañamiento, aumentando deliberada e inhumanamente el dolor
al ofendido.
Quinta. Con premeditación conocida.
1. Alevosía:
2
Una interpretació n que el Legislador concede dentro de la misma ley, caso en que es interpretació n contextual, o
en una ley posterior, caso en que es interpretació n a posteriori.
sobre seguro. El Legislador no ha dado una interpretació n auténtica respecto de ellos,
siendo ésta construida a nivel doctrinal.
El veneno, segú n una teoría tradicional, es todo elemento que, por su sola
incorporació n al cuerpo humano, está en condiciones de causar graves afectaciones a
la salud o vida humana. Se consideran como elementos o conceptos objetivos de
veneno: Raticidas, insecticidas, vidrio molido, etc.
¿Es veneno el azú car que el victimario le da a una víctima, a sabiendas que éste padece
de diabetes? Si es que fuera veneno, estaríamos ante un concepto subjetivo de veneno.
La misma discusió n podría darse a propó sito de las tabacaleras.
Para que se configure esta calificante, la ingesta de veneno debe ser subrepticia
(oculta), no consentida.
Caso: Si se propinan 15 puñ aladas a una persona, pero ésta se muere después de la
segunda puñ alada, no se produce el ensañ amiento, porque habría 13 puñ aladas
asestadas a un cadá ver, lo que no es constitutivo de delito.
30 de marzo de 2015
Si se analiza lo que señ ala el CP en el Art. 12, nos encontramos que las calificantes del
homicidio calificado se condicen con las 5 primeras agravantes del Art. 12. En cuanto
al saldo, se suman en la gravedad del ilícito a modo de agravantes si es que se cumplen
con las condiciones propias de las agravantes.
Es importante señ alar también que, conforme al CP Españ ol de 1995, el Art. 138
recoge la figura de homicidio simple, que se pena con 10 a 15 añ os de prisió n. En
Chile, la pena es de presidio mayor en grado medio (10 y 1 hasta 15 añ os), con lo que
se puede decir que en Chile y en Españ a, el homicidio simple gozan del mismo
desvalor.
Parricidio:
En relació n al Parricidio, el Art. 390 señ ala: “El que, conociendo las relaciones que los
ligan, mate a su padre, madre o hijo, a cualquier otro de sus ascendientes o
descendientes o a quien es o ha sido su cónyuge o su conviviente, será castigado, como
parricida, con la pena de presidio mayor en su grado máximo a presidio perpetuo
calificado.
Si la víctima del delito descrito en el inciso precedente es o ha sido la cónyuge o la
conviviente de su autor, el delito tendrá el nombre de femicidio.”
1. Puestas así las cosas, lo primero que se debe analizar es si el parricidio es una
figura de acció n, una de omisió n, o una que contempla ambas posiciones. En el
sentido de la acció n restringida, se puede decir que es una figura de acció n en
sentido estricto. A juicio del profesor, cabe cometerlo por omisió n (Ej.: la
madre que deja de alimentar al hijo, muriendo por inanició n).
6. Aná lisis del desvalor: Segú n el Art. 390, se habla de presidio mayor en su grado
má ximo hasta presidio perpetuo calificado. Esto es, desde 15 y 1 hasta al
menos 40 añ os de prisió n efectiva.
Infanticidio:
Concluido el aná lisis a las figuras agravadas, procedemos a revisar las figuras
privilegiadas, la primera de ellas siendo el Infanticidio.
5. Desde el punto de vista del tipo subjetivo, se considera que se puede hacer con
dolo, pero no con culpa, porque si existe acció n u omisió n culposa, se genera
culpa, y el sujeto está inserto en el Art. 391 nº2 (homicidio simple).
Pero… ¿Qué son las Lesiones Graves? (Arts. 397 y 398 CP)
Las lesiones graves, en el Art. 397, se determinan en base al resultado. Llevando esto
al Art. 392, cuando consta quiénes ocasionaron las lesiones graves, se sancionará con
presidio menor en su grado má ximo (3 y 1 hasta 5). Si, en cambio, no se determina
quiénes las ocasionaron, a todos los que ejercieron algú n tipo de violencia se les
aplicará la pena de presidio menor en su grado medio (541 días hasta 3 añ os).
En cuanto a la antijuridicidad, cabe señ alar que es posible invocar legítima defensa.
2 de abril de 2015
Auxilio al Suicidio:
La Eutanasia es, como se sabe, el buen morir. Detrá s de la eutanasia hay una serie de
aspectos de consideració n. Si hablamos de la eutanasia en los términos que a nosotros
nos importa en el Dº Penal, ella no es má s que el acortamiento de la vida del paciente
con el fin de que éste deje de padecer terribles y crueles dolores, impulsado por quien
participa de la eutanasia con un á nimo humanitario y frente a enfermedades
terminales (aquellas para las cuales la ciencia médica no tiene respuestas que puedan
solucionarlas). Entonces, un enfermo terminal solicita voluntariamente a un médico
que se le proporcionen los medios para que termine con el sufrimiento que está
experimentando, concurriendo al mecanismo de quitarse él mismo la vida. Estamos
hablando de un caso de auxilio al suicidio (o, desde el punto de vista del paciente
terminal, un caso de suicidio) y, por consiguiente, habría que ver si debe prevalecer
con vida por una exigencia externa a él, venida de la sociedad o del Eº, o bien si debe
prevalecer la decisió n del enfermo terminal para ser asistido con su suicidio y así
acabar con sus dolores.
En el CP Chileno, el Art. 393 trata el tema del auxilio al suicidio, tipificá ndolo como
delito. Nos encontramos con una curiosidad legislativa.
El auxilio al suicidio está hoy entre aquellas figuras relacionadas con el tema de la
eutanasia. Para el Prof. Cousiñ o, los elementos que comprende la eutanasia son 5:
1. Que se trate de un enfermo incurable.
2. Que padezca de crueles dolores.
3. Que la muerte se dé a su propio pedido, o al pedido de los miembros de su
familia o de sus guardadores.
4. Que se haga a impulso de un sentimiento propio de humanidad
5. Que se le propine una muerte exenta de sufrimiento.
En Chile, el asunto es claro: Sea cual fuere la situació n del doliente, y sea cual fuere el
propó sito del auxiliador, en Chile se sanciona TODO auxilio al suicidio. Es decir, no
existe una concepció n eutaná sica de la manera en que se ha desarrollado en otros
países.
2. Tipo objetivo:
a. Verbo rector: No consiste en matar al otro, porque ello constituiría
derechamente homicidio. Se trata de “auxiliar a otro para que se
suicide”. Se discute si el auxilio al suicidio dice relació n solo con medios
materiales o si se puede hacer por medios morales. No hay discusió n
sobre que el auxilio puede hacerse por medios materiales, pero sí hay
algunas personas que estiman que es posible el auxilio moral al suicidio,
mientras que también hay otros que estiman que no es posible. El
Legislador no señ ala modalidades para auxiliar al auxiliado. Esto ha
dado origen a aspectos que son de consideració n:
i. Un sujeto le pasa a otro una escopeta cargada para que el otro se
suicide. Mientras no hay muerte, el tipo penal está incompleto.
Resulta, sin embargo, que el suicida emplea la escopeta no para
dispararse, sino que la destroza para golpearse la cabeza con la
culata de la escopeta, cosa que plantea una duda. La Doctrina
estima que, si el medio proporcionado para auxiliar al suicidio no
es utilizado en su manera propia, no hay auxilio.
b. Sujeto activo: “El que”. Ello indica que puede ser ejecutado por cualquier
persona, sin que sea necesario estar en posició n de garante.
c. Objeto material:
d. Desvalor: Presidio menor en sus grados medio a má ximo, si se produce
la muerte. Esto es, entre 541 días y 5 añ os.
3. Tipo subjetivo:
a. Dolo: Se realiza con dolo (“con conocimiento de causa”). Se trata de un
delito de resultado, no de uno de mera actividad o peligro.
Si lo vemos desde el punto de vista del iter criminis, la regla general es
que los delitos de resultado pueden alcanzar el grado de consumació n,
pero también el de frustració n y el de tentativa. Si el delito fuera de
mera actividad, solo admitiría la consumació n.
Sin embargo, en el auxilio al suicidio opera de manera distinta:
i. Si el suicida recibe el arma y se dispara, y muere, se consuma el
delito.
ii. Si el suicida, en vez de morir, yerra el disparo o se dispara en un
ó rgano no-vital, sin embargo, el suicida queda IMPUNE, LIBRE de
sanció n o castigo. Esto responde a un problema de política
criminal: El suicida, al momento de intentar quitarse la vida,
sufría padecimientos tan graves que la llevaron a tomar esa
decisió n desesperada para concluir con su aflicció n. Y si no se
mata, se señ ala que la sociedad no puede aumentar el
sufrimiento que el suicida ya padece… y ello también se extiende
al auxiliador. De este modo, si no hay muerte, no existe sanció n.
iii. Caso: Padre que se intenta colgar, pero no logra patear el
banquillo con que acomodó la soga, solicitando al hijo que venga
y lo saque.
1. Si el padre muere, el hijo será imputado por parricidio.
2. Si el padre no muere, se configura el parricidio frustrado.
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Clase Activa:
“Vicente, motivado por promesa de matrimonio de Luisa, mata a Saú l, por medio de
veneno que le proporciona en pequeñ as y dolorosas dosis. Para lograrlo, se hizo muy
amigo de Saú l.”
Analizar conducta, tipo penal, calificantes que proceden y eventual sanció n aplicable.
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6 de abril de 2015
Algunos profesores sostienen que se trata de un bien jurídico de cará cter social, y
argumentan que la persona existe desde el momento mismo de la existencia legal,
desde el nacimiento. En consecuencia, lo que existe antes es solo una mera
expectativa.
Si analizamos el desvalor que existe entre los atentados contra la vida humana
independiente, y los comparamos con los atentados contra la vida humana
dependiente, la conclusió n es clara: El Legislador le asigna mayor gravedad y mayor
desvalor a los primeros, y menor gravedad y menor desvalor a los segundos. Se valora
má s la vida humana independiente.
Hasta 1989, existía una disposició n en el Có digo Sanitario que permitía la realizació n
de un aborto terapéutico. Ese añ o, con la derogació n de esa disposició n, Chile pasó a
ser uno de los 6 países que, en la actualidad, no admite ninguna clase de aborto.
Sin embargo, resulta que nos encontramos con diversas figuras de aborto y, para
estudiarlas, debemos hacerlo por medio de la casuística. Podemos hacer una
clasificació n de los tipos de aborto:
Nos queda señ alar quién comete el delito: “El que”, sin que pueda caber otra
clasificació n. Es un sujeto activo neutro, indeterminado o indiferente, puede ser
cualquier persona menos la gestante (que tiene su propia disposició n).
Art. 343: “Será castigado con presidio menor en sus grados mínimo a medio, el que con
violencia ocasionare un aborto, aun cuando no haya tenido propósito de causarlo, con
tal que el estado de embarazo de la mujer sea notorio o le constare al hechor.”
Para el autor Gustavo Cabral, en el Art. 343 nos encontramos con un caso de delito
preterintencional. Ej.: Un sujeto agrede a una mujer en el pecho y ocasiona un aborto.
Habría allí un delito doloso (las lesiones), y uno culposo (el aborto). En este caso, el
sujeto arriesga, por el aborto, una pena de entre 61 días y 3 añ os, pero arriesga por las
lesiones, una pena de entre 5 añ os y un día hasta 10 añ os. Se resuelve este caso por
concurso ideal, aplicá ndose la pena mayor.
El Art. 345 señ ala que “El facultativo que, abusando de su oficio, causare el aborto o
cooperare a él, incurrirá respectivamente en las penas señaladas en el artículo 342,
aumentadas en un grado.”
Este caso supone una figura má s agravada que las anteriores, por cuanto aumenta la
pena del Art. 342 en un grado (esto es, lo sitú a entre 3 añ os y 1 día y 15 añ os, segú n la
hipó tesis).
Art. 344. La mujer que causare su aborto o consintiere que otra persona se lo cause, será
castigada con presidio menor en su grado máximo.
Si lo hiciere por ocultar su deshonra, incurrirá en la pena de presidio menor en su grado
medio.
Este es un asunto bastante complejo a la luz del Dº Penal de hoy en día. Como vimos
en la Legislació n Españ ola, la mujer cuenta con la posibilidad de interrumpir
voluntariamente su embarazo hasta la semana 14 de gestació n. Nosotros mantenemos
la penalidad para la mujer que causare el aborto o consienta en que se lo cause un
tercero, y un tipo atenuado o privilegiado para cuando se haga un aborto con el fin de
ocultar su deshonra. Esto merece un aná lisis respecto de la época de dictació n del
Có digo, porque hoy en día, cuesta pensar en un caso de deshonra que no fuera un
embarazo por violació n, lo que vendría a validar la posibilidad de la mujer para
abortar en este caso, por cuanto se estaría afectando la salud individual de la mujer en
su aspecto psíquico.
9 de abril de 2015
Clase activa:
María, embarazada con diagnó stico de inviabilidad fetal, de acuerdo con el padre de la
criatura, concurre al médico X, quien practica interrupciones del embarazo auxiliado
por el alumno Yerko, de 5to Añ o de Medicina.
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13 de abril de 2015
Ahora, nos ocuparemos de un capítulo distinto del CP: La libertad individual, desde el
momento mismo de su existencia como persona. Nos encargaremos de esto para
analizar có mo, en definitiva, el Ord. Jco defiende los á mbitos propios de la libertad
desde la perspectiva del Dº Penal.
Existe una serie de cuestiones previas. Para empezar, ¿qué son la libertad y la libertad
individual? Este tema ha sido uno de los má s cuestionados en la Filosofía y, si uno lo
reflexiona, el tema es trascendental al Derecho. Como no estamos en un curso de
Filosofía de la Libertad, debemos dar igualmente un contenido a la libertad individual,
pero considerá ndola como un bien jurídico tutelado.
Nosotros nos situamos en la Era Contemporá nea, iniciada con las Revoluciones
Liberales de fines del S. XVIII: la Independencia de USA en 1776 y, por sobre todo, la
Rev. Francesa de 1789. Esta ú ltima propugnó los valores de Libertad, Igualdad y
Fraternidad respecto del ser humano. En este complejo asunto, nos encontramos con
que tenemos que deslindar el concepto de libertad, que nos interesa. Nos
preguntamos, entonces, ¿para quién es? Para el Ser Humano. ¿Por qué debemos
pensar en la Libertad como un emblema de la Rev. Francesa? ¿Acaso no existía una
libertad para el ser humano? No existía.
Lo que existía era el Absolutismo Moderno, en que la figura del Monarca gobernaba en
aspecto de una manifestació n divina y, en consecuencia, tenía el derecho sobre la vida
de los sú bditos, los cuales estaban reducidos a una mera condició n de cosa desde el
momento en que el rey podía disponer de sus vidas. Eran los siervos de la gleba.
En este período (Absolutismo), no se habían escindido las ciencias y el Derecho
mismo, y su manifestació n de cará cter penal era el pecado (el pecador era condenado
porque realizaba los delitos). Como consecuencia de la Rev. Francesa, se escinde el
campo del conocimiento, se habla del pecado y del delito como cosas distintas, y
surgen las ciencias, las cuales se despegan del á mbito teoló gico y se acentú an en
métodos má s racionales. Así va surgiendo el racionalismo, lo que dice relació n con la
posibilidad de aprehender las cosas en base a métodos de repetició n (poder
comprobar cuá les serían la causa y el efecto de las cosas de la vida por cuenta propia).
Como consecuencia de la Rev. Francesa, también, el siervo deja de ser cosa y pasa a ser
persona, pasa a ser un ciudadano universal, pasa de ser un medio a un fin en sí mismo.
Esta concepció n de fin en sí mismo lo caracteriza como un ciudadano universal.
El tema del ciudadano universal ha tenido una gran importancia desde ese entonces,
pues se aprecia en los cambios que han surgido en el mundo con ocasió n de la
globalizació n. Má s allá del establecimiento de los Eºs con sus fronteras políticas, hoy
en día, la situació n del mundo las han transversalizado, perdiendo peso por cuanto el
ser humano pareciera encaminarse a otras formas de organizació n internacional (Ej.:
organizaciones transnacionales).
La idea del ser humano como fin en sí mismo estaba ínsita en los filó sofos de la
Ilustració n, particularmente decantada por Immanuel Kant. Kant es quien establece la
idea del individuo como fin: si el individuo es un fin en sí mismo, y no es un medio de
nada ni de nadie, en consecuencia, el tratamiento entre seres humanos es un
tratamiento entre fines, entre universos en interacció n, en que cada individuo es un
universo en interacció n. Pero resulta que, si cada individuo es un universo en
interacció n, resulta esencial para cada uno tener esta condició n de universo en
interacció n, lo que se logra por medio del ejercicio de la libertad. La libertad viene de
dentro, es una cuestió n esencial del ser humano, para poder ser el arquitecto de su
propio destino y alcanzar la felicidad. Es, entonces, el ejercicio de la racionalidad.
Hoy en día, la Ley del Talió n nos parecería bá rbara, bajo la ó ptica racionalista. Sin
embargo, en su minuto, dicha ley fue una morigeració n considerable con respecto a
las injusticias que acaecían con anterioridad a su aparició n. Hoy, en el mundo en que
nos movemos, podemos hablar del ejercicio de la racionalidad y del tamiz de la
justicia: Si somos víctimas de un delito, podemos recurrir a un ó rgano ajeno a
nosotros mismos, que asume la posició n de juez y determina las responsabilidades
consecuentes del hecho que nos ha afectado. Es el ejercicio del Derecho, que importa
un paso tremendo en el desarrollo de la civilizació n.
La Libertad como bien jurídico, está determinada hoy en día como aquella facultad
humana que permite su autorrealizació n. Así, la libertad individual debería ser lo má s
amplia posible, sin grandes límites. Esto no quiere decir que se debe propugnar un
libertinaje, sino decir que esta libertad solo puede estar limitada por un piso mínimo
de garantías y derechos.
Para entrar al mundo de las libertades en el Derecho, hay 3 grandes paradigmas que
recorrer:
1. Las libertades y garantías que recoge la CPR. Existen diversos derechos
garantizados por la CPR, pero el punto medular de la libertad es el de la libre
autodeterminació n. En el CPP, esto está protegido por la figura de coacció n,
que está tipificada como falta.
2. Las libertades y garantías que recoge la CPR y su refrendació n en el CP.
3. Las libertades que no está n reconocidas por la CPR. En puntual, nos referimos
con esto a la Libertad Sexual.
Esto de la integridad sexual dice mucha relació n con los atentados de cará cter sexual
contra personas (Ejs.: menores de 14 añ os). Se dice que se afectaría má s la integridad
sexual por las siguientes razones:
El ejercicio de la libertad sexual se inicia a los 14 añ os, de manera que el
consentimiento para mantener relaciones sexuales solo se hace vá lido a
contar de esa edad; antes de los 14 añ os, ese consentimiento es ilícito. Esto
vale tanto para hombres como mujeres (antiguamente, el consentimiento era
lícito para la mujer desde los 12 añ os, en atenció n a su desarrollo sexual).
La libertad sexual se tiene desde el nacimiento.
NO CONFUNDIR libertad sexual, que se tiene desde el nacimiento, con el
ejercicio de la misma, que se hace lícito desde los 14 añ os.
Violación:
Las figuras que atentan contra la libertad sexual se regulan desde el Art. 361 en
adelante, iniciando con la Violació n:
El Art. 361 establece las reglas generales del ejercicio de la libertad sexual. Sin
embargo, hay una excepció n en relació n al ejercicio de esta libertad sexual por parte
del accedido carnalmente en el Art. 365, a propó sito de la sodomía.
Art. 361. La violació n será castigada con la pena de presidio mayor en su grado
mínimo a medio.
Comete violació n el que accede carnalmente, por vía vaginal, anal o bucal, a una
persona mayor de catorce añ os, en alguno de los casos siguientes:
1º. Cuando se usa de fuerza o intimidació n.
2º. Cuando la víctima se halla privada de sentido, o cuando se aprovecha su
incapacidad para oponerse.
3º. Cuando se abusa de la enajenació n o trastorno mental de la víctima.
3. Sujeto activo: “El que”; tal como se señ aló anteriormente (a propó sito del
homicidio simple y en el punto 2 aquí), corresponde solamente al hombre, que
está dotado bioló gicamente para penetrar.
4. Objeto material o sujeto pasivo: El accedido carnalmente, que puede ser tanto
un hombre como una mujer, siempre que sean mayores de 14 añ os. En caso de
estar involucrado un menor de 14 añ os, se configura el delito de violació n del
Art. 362.
7. Idoneidad del medio: Por regla general, un hombre puede acceder carnalmente
a una mujer o un hombre. Sin embargo, si se trata de un hombre con
impotencia o disfunció n eréctil, se genera un delito imposible de violació n,
habría tentativa inidó nea para el delito de violació n, aunque sí pudiera
configurarse un delito de abuso sexual. Esto se aplica tanto para el acceso
vaginal como para los accesos anal y bucal.
a. Ahora, si existe una agresió n contra una mujer, pero se pierde la
erecció n o virilidad antes de consumar la violació n, a juicio del profesor
también hay un delito imposible. El acceso carnal requiere de
penetració n, parte de la base de una có pula, un acceso vaginal. Sin
embargo, este acceso carnal no se configura cuando no hay una erecció n
presente.
b. Se observa que, si es que hay penetració n con objetos distintos del pene,
eso no es violació n, sino abuso deshonesto.
9. Concurso aparente de leyes penales: El Art. 361 presenta concurso con el Art.
362. En este ú ltimo caso, cuando hay acceso sexual contra un menor de 14
añ os, aunque no haya concurrido circunstancia alguna del Art. 361, el hechor
será penado con presidio mayor en cualquiera de sus grados. Si el hechor es
menor de 14 añ os (necesariamente debe ser hombre), ese menor es
inimputable.
23 de abril de 2015
En adició n a la figura típica del Art. 361, que es la figura esencial de la violació n, el Art.
362 consagra una figura de violació n específica.
Art. 362. El que accediere carnalmente, por vía vaginal, anal o bucal, a una persona
menor de catorce años, será castigado con presidio mayor en cualquiera de sus grados,
aunque no concurra circunstancia alguna de las enumeradas en el artículo anterior.
En este ú ltimo caso, el Legislador estableció que, cumplidos los 14 añ os, las personas
son libres para determinar con quiénes pueden tenerse relaciones sexuales. Antes de
esa edad, por la carencia de razó n suficiente, no es vá lido el consentimiento en orden a
disponer de su libertad sexual. Esto, sin embargo, excluye a la masturbació n por
cuanto el ejercicio de la libertad sexual guarda relació n con la realizació n de actos
sexuales con terceras personas, mediando el consentimiento.
En relació n a la pena del Art. 362, en esta hipó tesis de violació n, la sanció n prevista
puede ser incluso má s gravosa que la del Art. 361. Mientras en el Art. 361. la pena
aplicable es de presidio mayor en sus grados mínimo a medio (5 y 1 hasta 15), en el
Art. 362, la pena aplicable es de presidio mayor en cualquiera de sus grados (5 y 1
hasta 20). Se trata, en consecuencia, de una figura agravada de violació n.
Sodomía
Hasta antes de 1999, el CP contemplaba como delito sexual la sodomía, que castigaba
los accesos carnales por vía anal entre personas del mismo sexo, hombres. La reforma
de 1999 generó una circunstancia curiosa, poco compartida por la Doctrina, y
difícilmente replicada en otros ordenamientos, en relació n a la sodomía:
Normativamente, el Legislador señ ala que el consentimiento es vá lido a partir de los
14 añ os de edad. Mientras esto permanece inmutable respecto de la mujer, en la cual
la edad de 14 añ os guarda proporció n con su desarrollo físico y sexual, en el caso del
hombre, el Art. 365, con posterioridad a la reforma, deja vigente un resabio de la
antigua redacció n:
Art. 365. El que accediere carnalmente a un menor de dieciocho años de su mismo sexo,
sin que medien las circunstancias de los delitos de violación o estupro, será penado con
reclusión menor en sus grados mínimo a medio.
La situació n que se genera a propó sito del Art. 365 es la siguiente: Si un hombre
menor de 18 añ os, pero mayor de 14, consiente en una relació n sexual, ese
consentimiento es nulo. Aquí es donde se presentan algunos puntos interesantes de
discusió n a nivel doctrinal y jurisprudencial:
1. El Art. 365 habla efectivamente de “acceder carnalmente”. Como ya lo hemos
determinado antes, esto se refiere a la penetració n del otro con un pene.
Resulta que, en el Art. 365, NO SE CONSIGNAN las formas de acceso carnal,
como sí sucede con el Art. 361. Naturalmente, debería quedar fuera el acceso
carnal por vía vaginal por cuanto se trata de un acceso carnal entre 2 hombres,
y la anatomía masculina no incluye una vagina. Así, los accesos carnales que
quedan son por vía anal y por vía bucal.
2. Respecto del acceso carnal por vía anal, no cabe dar una interpretació n diversa
a la que le dio el Legislador en el Art. 361.
3. Respecto del acceso por vía bucal, ha habido una amplia discusió n entre la
Doctrina. Da la idea de que la tesis mayoritaria se ha inclinado por estimar que
la figura del Art. 365 tipifica el acceso carnal por vía anal, y que no habría
tipificació n para un acceso carnal por vía bucal. En otras palabras, un mayor de
14 añ os y menor de 18 añ os, podría ejercer su libertad sexual siendo accedido
carnalmente por vía bucal. Para esto, se han dado diversas hipó tesis:
a. Por un lado, se dice que el desarrollo bioló gico o sexo-bioló gico de la
persona le lleva a su manifestació n sexual desde, aproximadamente, los
14 añ os de edad. Siendo esto así, no se advierte una razó n mayor como
para reprimir el ejercicio de la libertad sexual hasta que no se cumpla la
mayoría de edad en ciertos casos.
b. Por otra parte, se dice que el Legislador no especificó las modalidades
del acceso carnal en el Art. 365 y, entonces, mayoritariamente, la
Doctrina opta por dejar fuera el acceso bucal. Esto, lo hacen no solo por
lo ya indicado, sino también porque se habla de conductas sodomíticas,
las cuales, esencialmente, por vía de interpretació n histó rica, dice
relació n con el acceso carnal por vía anal. No sería de la esencia de una
conducta sodomítica el acceder carnalmente por vía bucal.
4. Si se toma en consideració n estas circunstancias, se puede concluir con la tesis
mayoritaria de que lo que se está sancionando es el acceso carnal por vía anal a
título de sodomía, que es a lo que se refiere el Art. 365.
En consecuencia, procede analizar la pena consagrada a este delito: Reclusió n menor
en sus grados medio a má ximo (61 días a 3 añ os). Esta figura es, en consecuencia, de
menor desvalor que la figura bá sica de la violació n.
Nos corresponde analizar el Art. 365 Bis, a propó sito de accesos por vía vaginal, anal o
bucal, con objetos de cualquier índole o, incluso, empleando animales, en contra del
consentimiento de la persona accedida sexualmente.
Sin embargo, cuando el ejercicio dice relació n con terceros, se debe contar con el
consentimiento de todos los involucrados en la manifestació n, tanto si el acceso carnal
es por penetració n como si es por empleo de otros objetos.
Si bien el Art. 365 Bis habla de objetos (puede manifestarse el ejercicio de la libertad
sexual mediante la introducció n de objetos. En efecto, existen aparatos específicos que
se emplean en actos sexuales), también habla de emplear animales. Cuando la
comisió n redactora del CP chileno se encontraba analizando los tipos penales, se
produjo una discusió n en torno a si incluir o no en el Có digo el delito de bestialidad
(esto es, un sujeto que podría tener manifestació n de actos sexuales con animales). La
comisió n optó por desechar la bestialidad, por estimarse que era una hipó tesis de baja
ocurrencia, por lo que no se tipificó ese delito.
Ahora bien, en el Art. 365 Bis, los animales no aparecen a propó sito del ejercicio de la
libertad sexual, sino a propó sito de una coacció n a que le sean introducidos objetos o
animales a una persona.
Circunstancia del Art. 365 Bis nº1: Se pena con presidio mayor en sus grados
mínimo a medio cuando concurren las circunstancias del Art. 361. Esto es:
1) Cuando se usa fuerza o intimidació n.
▪ Se entiende que hay fuerza cuando se emplea violencia.
▪ Se entiende que hay intimidació n cuando hay coacció n psíquica a la
víctima.
2) Cuando la víctima se halla privada de sentido, o cuando se aprovecha su
incapacidad para oponerse.
3) Cuando se abusa de la enajenació n o trastorno mental de la víctima.
En consecuencia, respecto de la introducció n de objetos o utilizació n de
animales, cuando concurre alguna de estas circunstancias, se establece una
equiparació n con las penas de la violació n del Art. 361 (5 y 1 hasta 15).
No es la misma acció n: en un caso el violador accede carnalmente por sí mismo,
mientras que en el otro, emplea medios para acceder carnalmente.
Circunstancia del Art. 365 Bis nº2: Se pena con presidio mayor en cualquiera
de sus grados, cuando la víctima es menor de 14 añ os.
En consecuencia, se establece una equiparació n con las penas del Art. 362,
pená ndose con entre 5 añ os y 1 día, y 20 añ os de prisió n.
Circunstancia del Art. 365 Bis nº3: Se pena con presidio menor en su grado
má ximo a presidio mayor en su grado mínimo cuando concurren las
circunstancias del Art. 363 y la víctima es mayor de 14 añ os, pero menor de 18.
Esto es:
1) Cuando se abusa de una anomalía o perturbació n mental, aun transitoria,
de la víctima, que por su menor entidad no sea constitutiva de enajenació n
o trastorno.
2) Cuando se abusa de una relació n de dependencia de la víctima, como en los
casos en que el agresor está encargado de su custodia, educació n o cuidado,
o tiene con ella una relació n laboral.
3) Cuando se abusa del grave desamparo en que se encuentra la víctima.
4) Cuando se engañ a a la víctima abusando de su inexperiencia o ignorancia
sexual.
Abuso sexual:
Artículo 366.- El que abusivamente realizare una acción sexual distinta del acceso carnal
con una persona mayor de catorce años, será castigado con presidio menor en su grado
máximo, cuando el abuso consistiere en la concurrencia de alguna de las circunstancias
enumeradas en el artículo 361.
Igual pena se aplicará cuando el abuso consistiere en la concurrencia de alguna de las
circunstancias enumeradas en el artículo 363, siempre que la víctima fuere mayor de
catorce y menor de dieciocho años.
Tenemos, en este caso, una acció n sexual, concepto que se repite desde el Art. 365. El
Legislador determina el contenido de la acció n sexual, mediante una interpretació n
auténtica contextual, en el Art. 366 Ter.
Art. 366 ter. Para los efectos de los tres artículos anteriores, se entenderá por acción
sexual cualquier acto de significación sexual y de relevancia realizado mediante
contacto corporal con la víctima, o que haya afectado los genitales, el ano o la boca de la
víctima, aun cuando no hubiere contacto corporal con ella.
Las demá s figuras (Arts. 366 bis, quater y quinquies) no será n analizadas en virtud de
ser figuras residuales.
Estupro:
La figura del Art. 363, por su parte, corresponde al estupro. Esta figura, naturalmente,
está caracterizada por el acceso carnal por vía vaginal, anal o bucal, a una víctima
mayor de 14 añ os pero menor de 18 añ os. Se toman en consideració n tanto la edad de
la víctima como la modalidad de ejecució n del hechor. Debe tomarse en consideració n
que este Art. consagra 3 hipó tesis de prevalimiento y una de engañ o:
Art. 363. Será castigado con presidio menor en su grado máximo a presidio mayor en su
grado mínimo, el que accediere carnalmente, por vía vaginal, anal o bucal, a una
persona menor de edad pero mayor de catorce años, concurriendo cualquiera de las
circunstancias siguientes:
1. Cuando se abusa de una anomalía o perturbación mental, aun transitoria, de la
víctima, que por su menor entidad no sea constitutiva de enajenación o trastorno.
2. Cuando se abusa de una relación de dependencia de la víctima, como en los casos
en que el agresor está encargado de su custodia, educación o cuidado, o tiene con
ella una relación laboral.
3. Cuando se abusa del grave desamparo en que se encuentra la víctima.
4. Cuando se engaña a la víctima abusando de su inexperiencia o ignorancia sexual.
El Art. 369 dice relació n con la acció n procesal penal, las cuales, de acuerdo al CPP,
pueden ser pú blicas, pú blicas previa instancia particular, o privadas.
Art. 369: “No se puede proceder por causa de los delitos previstos en los artículos 361 a
366 quáter, sin que, a lo menos, se haya denunciado el hecho a la justicia, al Ministerio
Público o a la policía por la persona ofendida o por su representante legal.
Si la persona ofendida no pudiere libremente hacer por sí misma la denuncia, ni
tuviere representante legal, o si, teniéndolo, estuviere imposibilitado o implicado en el
delito, podrá procederse de oficio por el Ministerio Público, que también estará facultado
para deducir las acciones civiles a que se refiere el artículo 370. Sin perjuicio de lo
anterior, cualquier persona que tome conocimiento del hecho podrá denunciarlo.
Con todo, tratándose de víctimas menores de edad, se estará a lo dispuesto en el
inciso segundo del artículo 53 del Código Procesal Penal.
En caso de que un cónyuge o conviviente cometa alguno de los delitos
establecidos en los párrafos 5 y 6 de este Título en contra de aquél con quien hace vida
común, se podrá poner término al proceso a requerimiento del ofendido, a menos que el
juez, por motivos fundados, no acepte.”
El primer inciso nos quiere decir que la acció n procesal penal se encuentra restringida
a su inicio. Esto es, solo se podrá iniciar la investigació n procesal penal previa
instancia particular. Se requiere que la víctima o su representante legal hagan la
denuncia a un tribunal, una unidad policial o ante el MP. Para eso, existe la
justificació n de que se quiere evitar el que cualquier persona pueda utilizar a un
tercero para aparecer como víctima de un delito de esta naturaleza. Lo propio es que
el asunto tenga un aspecto má s complejo y sean, en definitiva, la víctima o sus
representantes quienes inicien la acció n penal.
El inciso segundo señ ala que, cuando la víctima no pudiera realizar la denuncia por sí
o por representante legal, o si el representante estuviere imposibilitado o estuviere
implicado en el delito, el MP puede accionar de oficio. Esto es importante
determinarlo: la violació n no es un campo abierto a que cualquier persona pueda
denunciarla, debe respetarse la exigencia de este artículo.
1) Por una parte, este inciso nos hace recurrir a la definició n de matrimonio en el
CC (Art. 102). Allí, se contempla tá citamente la mancomunió n sexual a
propó sito del fin de procreació n. Sin embargo, esto NO QUIERE DECIR que el
marido pueda ejercer, por mano propia, su libertad sexual cuando él quisiera,
sin mediar consentimiento de la mujer o en contra de su consentimiento. Ello
sería constitutivo de violació n.
Sucede que, hasta 1999, el antiguo CdPP señ alaba que se concluía
inmediatamente el proceso penal por violació n cuando se produjere el
matrimonio entre el violador y su víctima. Esto llevaba a una excusa legal
absolutoria, lo que quiere decir que, entrando en colisió n 2 bienes jurídicos (la
constitució n de la familia por medio de matrimonio vs la libertad sexual),
primaba el primero de ellos y, en consecuencia, se daba término al proceso
penal.
Hasta esa época, la mayoría de la Doctrina chilena llegaba a la conclusió n de
que no había violació n del marido hacia la mujer cuando el marido tomaba por
mano propia su derecho de mancomunió n sexual. Etcheberry, por ejemplo,
estimaba que no existía violació n a no ser que la mujer se encontrara impedida
por causa inhabilitante (Ej.: una enfermedad no necesariamente venérea) para
cumplir con el débito de la mancomunió n sexual. No se hablaba del acceso
carnal por vía anal en ese período, por cuanto ello constituía la figura de abuso
deshonesto.
En términos generales, cuando se derogan las figuras de adulterio y de
amancebamiento, se eleva la posició n de la mujer en el sentido de conceder el
espacio de libertad sexual propio e inherente de cada ser humano. Por mucho
que exista un pacto o convenio de por medio, el ejercicio de la libertad sexual
es propio de cada ser humano. Así, si bien es cierto que la infidelidad puede
constituir infracció n al matrimonio, en estricto rigor ello ha quedado
restringido al Dº Civil, sin que pueda ser conocido por el Dº Penal. El Eº no
puede obligar a las personas a realizar cosas que son propias de su esencia.
2) Por otra parte, dentro del mismo Art. 369, el profesor hace una serie de
observaciones:
a. Primero, considera como algo propio la posibilidad de que el có nyuge
ofendido por el delito de violació n pueda solicitar voluntariamente el
término del proceso penal.
b. Segundo, considera que la ú ltima parte del inciso final no es propia, por
cuanto le da facultad a un juez para no concluir un proceso judicial aun
cuando medie un desistimiento de parte del ofendido, dando motivos
fundados para esa no-conclusió n. Ello daría cuenta de una supresió n a la
libertad individual.
c. No obstante lo anterior, el profesor sí considera procedente el empleo
de esta facultad cuando el desistimiento haya sido producido por el
empleo de una fuerza propia del Art. 1456CC.
Art. 369 Quater: “En los delitos previstos en los dos párrafos anteriores, el plazo de
prescripción de la acción penal empezará a correr para el menor de edad que haya sido
víctima, al momento que cumpla 18 años.”
Un ú ltimo aspecto a analizar está dado por el Art. 372 Bis, cuando la violació n incluye,
ademá s, homicidio:
Art. 372 bis.- “El que, con ocasión de violación, cometiere además homicidio en la
persona de la víctima, será castigado con presidio perpetuo a presidio perpetuo
calificado.”
Esto quiere decir una cosa: Este Art., con anterioridad a las Leyes Cumplido, estaba
tipificado con pena de muerte.
18 de mayo de 2015
Existe un resguardo a esta libertad por medio del CP, en las figuras de secuestro (Art.
141) y de sustracció n de menores (Art. 142). En consecuencia, resulta que el Eº echa
mano a la reserva má s potente que tiene, frente a la transgresió n contra la libertad del
individuo, en el sentido de que se impida que ese individuo pueda trasladarse
libremente de un punto a otro. El sujeto puede trasladarse porque así lo señ ala la CPR,
viene en garantizar ese derecho.
¿Có mo se llama esta libertad, que tiene la persona, para realizar ese ejercicio? A juicio
del profesor, la libertad es una sola, que tiene distintos aspectos. Así, la libertad que se
está afectando es la libertad en el á mbito del desplazamiento. O sea, lo que se está
tutelando es la libertad de desplazamiento o libertad ambulatoria. En suma, resulta
que el bien jurídico tutelado u objeto de protecció n es, precisamente, la libertad de
desplazamiento o ambulatoria, el derecho o garantía constitucional individual
correspondiente a todo ser humano, de desplazarse desde un punto a otro de la
repú blica.
Este asunto trae al momento presente una situació n que colocó a éste como un tipo
penal paradigmá tico en la jurisprudencia nacional y en las resoluciones de los
Tribunales de Justicia, con motivo de los secuestros acaecidos en cierta época, como
consecuencia de actuaciones de tipo político estatal.
El Art. 141 establece la tipología del secuestro: “El que sin derecho encerrare o
detuviere a otro privándole de su libertad, comete el delito de secuestro y será castigado
con la pena de presidio o reclusión menor en su grado máximo.
En la misma pena incurrirá el que proporcionare lugar para la ejecución del delito.
Si se ejecutare para obtener un rescate o imponer exigencias o arrancar decisiones
será castigado con la pena de presidio mayor en su grado mínimo a medio.
Si en cualesquiera de los casos anteriores, el encierro o la detención se prolongare por
más de quince días o si de ello resultare un daño grave en la persona o intereses del
secuestrado, la pena será presidio mayor en su grado medio a máximo.
El que con motivo u ocasión del secuestro cometiere además homicidio, violación,
violación sodomítica o algunas de las lesiones comprendidas en los artículos 395, 396 y
397 N° 1, en la persona del ofendido, será castigado con presidio mayor en su grado
máximo a presidio perpetuo calificado.”
En consecuencia, debemos analizar los elementos objetivos del tipo del secuestro:
1. Tipo objetivo o bien jurídico tutelado: Habiendo hecho esta demarcació n del
bien jurídico tutelado en tanto determinada en la libertad de desplazamiento
acorde a la voluntad de cada individuo.
2. Verbo rector: es de cará cter alternativo. Se habla de encerrar o detener. Es al-
ternativo porque, para la configuració n del tipo, puede darse una de ambas al-
ternativas, el encierro o la detenció n. No es copulativo como otros tipos pena-
les en el CP; es un asunto de alternatividad porque, para que estemos en pre-
sencia del verbo rector, se requiere que concurra el encierro o la detenció n.
Este es un asunto que, visto desde fuera, podría parecer relativamente claro,
pero tiene sus particularidades:
a. Si vemos el concepto de encierro y lo comparamos con el de detenció n,
el encierro dice relació n con un lugar cerrado en el cual se priva de su li-
bertad de desplazamiento a un individuo. Así, por ej., podemos pensar
que si salimos todos de la sala, dejando a alguien con la puerta cerrada y
con ventanas herméticas, efectivamente lo tenemos encerrado, ha per-
dido la libertad de desplazamiento o de traslació n desde un punto a
otro. No ha perdido, eso sí, la libertad de movimiento, porque podrá mo-
verse y hacer lo que estime dentro del encierro, pero habrá perdido la
capacidad de desplazarse de acuerdo a su voluntad desde un lugar a
otro. A esto se refiere el concepto de encierro, lugar cerrado.
b. Podemos preguntarnos, entonces, si esto significa que no todo se agota
en un lugar cerrado, sino que se puede privar de la libertad ambulatoria
a una persona por vía de la detenció n. De ser así, ¿cuá l sería el concepto
de detenció n?
Hay respuesta en Doctrina y la Jurisprudencia, a pesar de no contarse
con una definició n de autoridad ni para el encierro ni para la detenció n.
¿Có mo se puede detener a una persona? Simplemente privando o
restringiendo la libertad de desplazamiento de una persona, en tanto no
se trate de un lugar cerrado. Ej.: podemos privar de la libertad
ambulatoria a una persona si la esposamos colocando una esposa en su
brazo y la otra en un poste de alumbrado pú blico o un banco de plaza
pú blica.
Aquí hay un elemento teleoló gico que también debe considerarse: que
la imposibilidad sea de desplazamiento. Por eso, si la acció n consiste en
esposar a una persona en ambas manos, no hay atentado en contra de la
libertad ambulatoria, porque el sujeto no ha sido privado de la
posibilidad de desplazarse de un lugar a otro, esa posibilidad se
mantiene o continú a.
c. Caso: Un barco de pasajeros zarpa desde Valparaíso, teniendo como
puerto de destino Puerto Montt. Naturalmente, aquella travesía va a in-
corporar una noche completa. Resulta que uno de los pasajeros del bar-
co decide encerrar, poner una llave de seguridad al camarote en el cual
se encuentra durmiendo la persona que él quiere que no se desplace esa
noche, por cualquier razó n, y así ocurre; pero la persona que está dur-
miendo, feliz con el sueñ o y el vaivén de las olas, sigue durmiendo. A las
7 AM, la persona que puso ese sello de seguridad al camarote, desencie-
rra a la persona que estaba durmiendo, la que despierta a las 10 AM, sin
tener conciencia de que la puerta estuvo cerrada. Misma situació n po-
dría darse en un vuelo de avió n o un viaje en un vagó n de ferrocarril. Se
presenta aquí el tema de determinar si hubo o no una limitació n a la li-
bertad ambulatoria, lo que admite discusió n.
i. A juicio del profesor, sí la hubo: basta con que se den las condi-
ciones que impidan el desplazamiento de la persona para que
exista el encierro o la detenció n. No es menester que el individuo
deba ejercer el derecho para comprobar si está conculcado o no.
El profesor cree que, dentro de la discusió n doctrinaria al respec-
to, este punto es el avalado por la mayoría de los autores.
ii. Otra persona puede decir que la persona tiene libertad de movi-
miento dentro del camarote, pero la voluntad de desplazamiento
está enmarcada por el rumbo de la nave, porque se ha argumen-
tado que el pasajero subió en Valparaíso para bajar en Puerto
Montt. A juicio del profesor, no es posible restringir la libertad
ambulatoria a una manifestació n de tal naturaleza; el ser huma-
no tiene derecho a desplazarse en todos aquellos lugares en que
legalmente le esté permitido hacerlo. Obviamente, el desplaza-
miento del hombre al interior del barco no significa que se va a
mover para invadir el comando de la nave, pero resulta que no
existe una inmovilidad completa en estos casos.
3. Iter Criminis: ¿Es la libertad de desplazamiento un bien disponible? El profesor
cree que sí, como muchas cosas, pero esta disposició n nunca será absoluta o
eterna, y debe verse caso a caso. Esto quiere decir que es posible que 2 aman-
tes quieran encerrarse un fin de semana completo en un departamento, tirando
las llaves del departamento por la ventana. Allí hay una disposició n voluntaria
de la libertad de desplazamiento. Esto va a durar hasta que se termine el acuer-
do de voluntades, o la voluntad de alguno de los que esté involucrado.
En el caso de los Reality Shows, existe un contrato de por medio entre el canal
y los participantes, en que se acuerda la disposició n de esta libertad, y el
contrato puede ser roto por un participante en cualquier momento del encierro
y decir que se va, sin que puedan retenerlo dentro del lugar de encierro, y sin
perjuicio de los efectos civiles que produzca esa acció n. Ello no va a ocurrir
normalmente porque el sujeto va a perder el contrato.
4. El delito de secuestro se caracteriza por ser un delito de consumació n perma-
nente.
a. Delitos de consumació n instantá nea: Aquellos en que se produce la le-
sió n del bien jurídico tutelado. Ej.: el homicidio, en que se produce la le-
sió n del bien jurídico tutelado con la muerte de la víctima. Esto tiene
consecuencias en, por ejemplo, los plazos de prescripció n de la acció n
penal, porque ésta empieza a correr desde el momento mismo de la con-
sumació n (esto es, la fecha de la muerte).
b. Delitos instantá neos de efecto permanente: Aquellos en que el delito se
consuma en un instante, pero produce efectos permanentes. Ej.: La biga-
mia, que produce efectos permanentes una vez que se produce.
c. Delitos de consumació n permanente (Ej.: el secuestro). Sobre este pun-
to, nos encontramos con un problema: Los autores dicen que un delito
es de consumació n permanente porque el delito se está consumando en
tanto se encuentra afectado el bien jurídico tutelado, en tanto perviva el
encierro o la detenció n de la víctima. Ello es cierto en términos genera-
les, pero no en términos particulares.
Segú n la primera teoría (el delito se consuma mientras se produce el
estado de antijuridicidad), para efectos de la prescripció n hay que
determinar cuá ndo termina el estado de antijuridicidad, lo que significa
que habría que determinar el hecho de cuá ndo se produce el cese de la
permanencia. Así, en el caso del delito de secuestro:
i. Una posibilidad es que la permanencia puede cesar con motivo
de la muerte del secuestrado (porque si hay muerte, no se puede
seguir sosteniendo que exista una prescripció n permanente, sino
que corre la prescripció n del homicidio).
ii. La otra posibilidad está determinada porque resulta que el esta-
do de antijuridicidad puede ser ajeno a la voluntad del hechor.
Caso: Un compañ ero de curso decide secuestrar a otro, y lo lleva
a su casa. Estamos ante un delito de consumació n permanente, lo
que quiere decir que la prescripció n, para el secuestrador, empe-
zará a contarse desde el momento mismo que el secuestrado
pueda alcanzar su libertad amagada. Aquí hay vaivenes: Si Pedro
secuestra a María, y la tiene secuestrada por 7 días, y en el 7mo
día, María decide continuar con Pedro en su casa, donde comen-
zó el secuestro, resulta que la posibilidad de disponer de la liber-
tad de desplazamiento por parte de María es completa. Es su vo-
luntad la que le permite mantenerse conjuntamente con su se-
cuestrador.
iii. La otra posibilidad es que el secuestrado vuelva a ser secuestra-
do por otra persona (José), y luego una tercera persona (Raú l),
secuestra al secuestrado y a José. ¿Qué pasa en ese caso con la
prescripció n de José? A juicio del profesor, debe contarse desde
el momento en que pierde dominio de la acció n, desde que pier-
de el dominio de la privació n de la libertad ambulatoria del pri-
mer secuestrado.
d. Todas estas cosas han tenido trascendencia en los fallos de nuestros Tri-
bunales, por Ej., en el caso de los secuestros producidos en el régimen
militar. En este caso, los secuestros son delitos afectos a la imprescripti-
bilidad, porque son delitos de lesa humanidad y los hacen imprescripti-
bles las convenciones de Derecho Internacional. Este es el camino que
ha seguido la CS con respecto a estos delitos, no así respecto de los deli-
tos de secuestro que no se encuentran afectos a circunstancias de im-
prescriptibilidad.
5. Sujeto activo: En términos generales, es neutro, indeterminado. En el caso del
Art. 141, entonces, el delito puede cometerlo cualquier persona.
a. Rol de la expresió n “sin derecho” como elemento del tipo: Para el profe-
sor, no hay ninguna particularidad aquí, a tal extremo que el Legislador,
al colocar esta expresió n, lo que hace es anticipar una causal de justifica-
ció n que, en vez de manejarla como tal en el á mbito de la antijuridici-
dad, la traslada a un elemento del tipo, porque resulta ser que el “sin de-
recho” se contrapone al Art. 10 nº10.
b. ¿Se puede privar, entonces, la libertad ambulatoria de una persona en
ciertos casos? Sí, cuando la ley así lo faculta (Ej.: la privació n de libertad
decretada por la resolució n de un tribunal de justicia, llevada a cabo por
medio de la policía. Cuando un funcionario policial realiza esta priva-
ció n, la hace en el ejercicio de un derecho o cumplimiento de un deber y,
en consecuencia, actú a al amparo de una causal de justificació n). A jui-
cio del profesor, cuando el Legislador coloca la expresió n “sin derecho”
en esta norma, lo que hace es colocar un elemento del tipo de manera
redundante, anticipando la concurrencia de una causal de justificació n
en que el ú nico resultado será el que, cuando se realice el examen de la
conducta, debe concluirse que la conducta de ese funcionario es atípica
porque actuó con derecho. La inclusió n de la expresió n “sin derecho” es
innecesaria porque resulta que su esencia está determinada por la con-
currencia de una causal de justificació n (la del Art. 10 nº10).
c. Caso de la Detenció n por Sospecha: Se da cuando la fuerza policial detie-
ne a una persona por considerarla peligrosa, proclive al delito o sospe-
chosa. Este mecanismo estuvo presente en el país en el pasado, se dero-
gó y, actualmente, existe discusió n para incorporar una figura similar en
nuestra legislació n.
Todo esto viene de una base complicada: tendremos que preguntarnos
¿có mo hace efectiva la protecció n de los bienes jurídicos tutelados el Dº
Penal? Lo hace cuando, con motivo de la comisió n de un delito, una
acció n típica, antijurídica y culpable, impone una pena y/o una medida
de seguridad.
Yéndonos al tema de las medidas de seguridad, podemos encontrar 2
á mbitos de naturaleza jurídica:
i. Medidas de seguridad postdelictuales: É stas se pueden aplicar
con posterioridad a la pena, siendo conducentes a, por ejemplo,
la rehabilitació n de un sujeto. Los penalistas las consideran pro-
pias del Dº Penal.
ii. Medidas de seguridad predelictuales: Aquellas que el Eº aplica
con respecto a la persona por considerarla peligrosa, por sospe-
cha o por la razó n que fuere, sin que haya cometido un delito. Los
penalistas repudian este tipo de medidas de seguridad como con-
formantes de la familia del Dº Penal, diciendo que corresponden
a la Administració n del Eº y que en materia penal no se pueden
aplicar medidas de seguridad si no se ha cometido un delito, por-
que esto sería aplicar una limitació n a los derechos fundamenta-
les de un individuo sin que se compruebe que exista un delito.
d. Detenciones Irregulares: Son aquellas que el cuerpo policial realiza fue-
ra de los marcos de la ley, de manera irregular.
e. Caso: Si un funcionario policial, mediando una resolució n judicial, priva
de libertad a un individuo, pero en vez de encerrarlo en un recinto peni-
tenciario, lo encierra en su casa propia, allí el funcionario no actú a como
funcionario, sino que actú a como un ciudadano, y este acto constituiría
secuestro.
6. Determinació n del objeto material: El objeto material es la persona o cosa so-
bre la que recaiga la acció n. En este caso, es la persona del secuestrado.
7. Penalidad:
a. Presidio o reclusió n menor en su grado má ximo (3A1D-5A), tanto para
el que cometiere el encierro o detenció n, como para el que proporcione
un lugar para la ejecució n del delito (Inc. II).
i. Respecto de este Inc., ha sido objeto de mú ltiples interpretacio-
nes, o ha tratado de buscá rsele una interpretació n con distintos
acomodos. Se podría decir que la persona que proporcione el lu-
gar bien podría estar en un acto de posterioridad a la privació n
de libertad, pudiendo ser un có mplice.
ii. Lo que el Legislador quiso hacer con esto es elevar la situació n
del sujeto que está proporcionando el lugar al desvalor propio de
la autoría, con lo cual no cabe duda que se está pretendiendo res-
guardar de manera má s global lo dicho con respecto al atentado
contra la libertad de desplazamiento.
b. En el caso del Inc. III, la pena será de presidio mayor en sus grados míni-
mo a medio (5A1D-15A). Lo que determina esta situació n de agravació n
está dado por el motivo que inspira la conducta del hechor, es un ele-
mento subjetivo. No es necesario que se hubiera alcanzado la obtenció n
del rescate, que se hubieran cumplido las decisiones impuestas o que se
hubieren arrancado las decisiones; para la consumació n del delito, basta
con que se pruebe que el motivo que se tuvo para el secuestro era obte-
ner un rescate, imponer exigencias o arrancar decisiones. Puede haber
un motivo como puede no haberlo.
c. La situació n del Inc. IV es todavía má s grave: encierro o detenció n por
má s de 15 días, o encierro o detenció n que provoca dañ os graves en la
persona o los intereses del secuestrado. Aquí, la pena será presidio ma-
yor en su grado medio a má ximo (10A1D-20A). Se trata de una hipó tesis
alternativa, puede darse cualquiera de las 2 para configurar el delito
agravado.
i. Situació n de desvalor superior determinada por una modalidad
de plazo (que el encierro se extienda por má s de 15 días). Basta
con que se acredite esto para configurar esta hipó tesis.
ii. Dañ o grave en la persona o intereses del secuestrado: Este as-
pecto ha dado camino a lineamientos doctrinales y jurispruden-
ciales ricos y variados. Con el dañ o grave en la persona nos refe-
rimos, por ejemplo, a afectaciones a la salud individual de la per-
sona secuestrada. Con respecto a los intereses del secuestrado,
este interés puede tratarse de cualquier interés que tenga el se-
cuestrado.
d. Caso aú n má s complejo, en el Inc. V (aquí se da un secuestro má s un ho-
micidio, una violació n, una violació n sodomítica, mutilaciones o lesiones
graves gravísimas contra el secuestrado, con ocasió n del secuestro4).
4
En relació n a la hipó tesis del Inc. V del Art. 141, la expresió n “con ocasió n de” indica que un delito es cometido
aprovechá ndose de una situació n preexistente (esto es, por ejemplo, que se viola a una víctima aprovechando el
secuestro de la misma). No debe confundirse con la expresió n “con motivo de”, que indica que, para cometer un
delito determinado, se debe secuestrar primero a la víctima (siguiendo el mismo ejemplo, decir “violació n con
motivo de secuestro” quiere decir que habrá que secuestrar a la víctima antes de violarla).
Aquí, la pena irá entre el presidio mayor en su grado má ximo y el presi-
dio perpetuo calificado (15A1D-40A de prisió n efectiva).
i. Aquí tenemos una situació n particular con respecto al presidio
perpetuo calificado. Esta figura alcanza este desvalor porque era
una de las 4 que estaba sancionada con la pena de muerte hasta
que ella dejó de ser pena en lo relacionado al Dº Penal Chileno.
ii. En la prá ctica, cuando existe un secuestro en que se ha cometido
alguna de estas modalidades, lo que la parte querellante trata de
acreditar es que se encuentra precisamente en la figura del Art.
141 Inc. Final (Ej.: que la violació n o violació n sodomítica se co-
metió con ocasió n del secuestro), pero la defensa del hechor
avanza a dividir esta situació n y decir que se trata de 2 delitos
distintos, uno que corresponde al Art. 141 Inc. I (secuestro), y
que el otro delito se sanciona en su Art. respectivo (Ej.: En el se-
cuestro con homicidio, este ú ltimo corresponde a la hipó tesis de
homicidio del Art. 391).
8. Tipo subjetivo: Simplemente está determinado por la detenció n o encierro de
la otra persona.
25 de mayo de 2015
Art. 141 Inc. I CP: El que sin derecho encerrare o detuviere a otro privándole de su
libertad, comete el delito de secuestro y será castigado con la pena de presidio o
reclusión menor en su grado máximo.
La clase pasada, se discutió a propó sito de la expresió n “sin derecho”. Esa expresió n, a
la luz del CP chileno, es inú til, pues bastaría con que el Art. señ alare “el que encerrare
o detuviere a otro”, dado que aquella persona que encierre a una persona con derecho,
incurre en una conducta típica pero de excepció n a la antijuridicidad, ya que estaría
concurriendo la causal de justificació n “ejercicio de un derecho o cumplimiento de un
deber”.
Con la expresió n “el que sin derecho”, lo que hace el Legislador es anticipar una causal
de justificació n, ya que el que actú a con derecho, obrando al amparo de una causal de
justificació n, no cometerá la conducta típica del Art. 141 CP.
Situación de privación de libertad por vía del encierro. Caso del Delito
Flagrante:
En este caso, se permite la detenció n inmediata del sujeto que comete un delito con
flagrancia. A este respecto, es conveniente analizar el Art. 129 CPP:
Artículo 129.- Detención en caso de flagrancia. Cualquier persona podrá detener a quien
sorprendiere en delito flagrante, debiendo entregar inmediatamente al aprehendido a la
policía, al ministerio público o a la autoridad judicial más próxima.
Los agentes policiales estarán obligados a detener a quienes sorprendieren in fraganti
en la comisión de un delito.
No obstará a la detención la circunstancia de que la persecución penal requiriere
instancia particular previa, si el delito flagrante fuere de aquellos previstos y
sancionados en los artículos 361 a 366 quater del Código Penal.
La policía deberá, asimismo, detener al sentenciado a penas privativas de libertad que
hubiere quebrantado su condena, al que se fugare estando detenido, al que tuviere orden
de detención pendiente, a quien fuere sorprendido en violación flagrante de las medidas
cautelares personales que se le hubieren impuesto, al que fuere sorprendido infringiendo
las condiciones impuestas en virtud de las letras a), b), c) y d) del artículo 17 ter de la ley
No 18.216 y al que violare la condición del artículo 238, letra b), que le hubiere sido
impuesta para la protección de otras personas.
En los casos de que trata este artículo, la policía podrá ingresar a un lugar cerrado,
mueble o inmueble, cuando se encontrare en actual persecución del individuo a quien
debiere detener, para el solo efecto de practicar la respectiva detención.
Art. 148. Todo empleado público que ilegal y arbitrariamente desterrare, arrestare o
detuviere a una persona, sufrirá la pena de reclusión menor y suspensión del empleo en
sus grados mínimos a medios.
Si el arresto o detención excediere de treinta días, las penas serán reclusión menor y
suspensión en sus grados máximos.
Nos encontramos aquí con un tipo penal que comparte un mismo nú cleo con el delito
de secuestro. ¿Qué hay aquí? Concurso aparente de leyes penales entre el Art. 141 y el
Art. 148, el que debe resolverse caso a caso, en atenció n a si el sujeto activo es un
particular o un funcionario pú blico. Acá , lo que primaría es el criterio de especialidad.
Esto es, si es un funcionario pú blico el que actú a en esta detenció n, el Art. 148
desplaza al Art. 141, incluso mediando la discusió n sobre si es pertinente o no la
inclusió n de las expresiones “ilegal y arbitrariamente”. Lo importante aquí, entonces,
es distinguir el tipo penal propio de un particular y el tipo penal propio de un
funcionario pú blico.
Situación del Art. 143: Aprehensión por particular para presentar a la autoridad
Art. 143. El que fuera de los casos permitidos por la ley, aprehendiere a una persona
para presentarla a la autoridad, sufrirá la pena de reclusión menor en su grado mínimo
o multa de seis a diez unidades tributarias mensuales.
Si comparamos este Art. con la situació n bá sica del Art. 141, hay una diferencia
considerable en relació n al desvalor. En el Art. 143, el desvalor es mucho menor que
en el Art. 141, pues se habla de un presidio menor en su grado mínimo (61-540D) o
una multa (6 a 10 UTM), frente a un presidio menor en su grado má ximo (3A1D-5A).
Otra diferencia entre estos 2 Arts. está dada por la motivació n, que dice relació n con el
animus del hechor: aprehender en el Art. 143, y encerrar o detener en el Art. 141. La
razó n del desvalor es que en el Art. 143 nos encontramos con que el Legislador
emplea la palabra “para”, que determina que el desvalor está en la intenció n del
agente, cosa que lo diferencia con respecto del Art. 141 en caso de concurso aparente
de leyes penales.
En esta figura es importante considerar el elemento subjetivo del tipo para efectos de
diferenciarla de la situació n de secuestro del Art. 141.
Art. 142 bis.- Si los partícipes en los delitos de secuestro de una persona o de sustracción
de un menor, antes de cumplirse cualquiera de las condiciones exigidas por los
secuestradores para devolver a la víctima, la devolvieren libre de todo daño, la pena
asignada al delito se rebajará en dos grados. Si la devolución se realiza después de
cumplida alguna de las condiciones, el juez podrá rebajar la pena en un grado a la
señalada en los dos artículos anteriores.
Este Art. queda para aná lisis personal, porque parece ser un mero juego de
circunstancias de atenuació n que inciden en la rebaja de la penalidad. (Verificar en
apunte de fotocopiadora si hay explicaciones)
1. Objeto material del delito: El sujeto pasivo del delito es un menor de edad. Esto
vuelve a presentar un concurso aparente con el Art. 141, en relació n al objeto
material, que se diversifica. Así, si el objeto material es mayor de 18 añ os, se
aplica el Art. 141, pero si es menor de 18, se aplica el Art. 142.
Esto nos lleva a otro á mbito, que no es menor: ¿pueden los padres encerrar o
detener a sus hijos, invocando para ello los derechos de educació n y crianza
que tienen respecto de ellos? ¿Pueden hacer esto hasta los 18 añ os? ¿Cuá l es el
límite de los deberes de cuidado de los padres? Algunos dirá n que es el Interés
Superor del Niñ o, lo que lleva a requerir de su definició n, ya que es un concepto
que depende de có mo se lo mire. Ejs.: criar a un niñ o para que haga toda su
vida infantil dentro de una jaula, o encerrado en una pieza con llave.
¿Hasta dó nde alcanzan los límites de la educació n? Caso: hay una familia
conservadora que restringe ciertos derechos de sus hijos, pero puede
considerar que está actuando tan lícitamente como una familia liberal que no
restringe esos derechos a sus hijos.
Hoy en día, el límite es el interés superior del niñ o, tanto para el liberal como
para el conservador.
3. Penalidad:
a. Modalidad bá sica: Corresponde al numeral 2º, los “demá s casos”.
b. Modalidad calificada: Corresponde al numeral 1º, sustracció n del menor
para obtener un rescate, imponer exigencias, arrancar decisiones o si
resultare un grave dañ o en la persona del menor. El uso de la expresió n
“para” indica que basta con que exista la finalidad para que se agrave el
desvalor, no es necesario que se consume el motivo del delito.
c. Modalidad incluso má s agravada: Corresponde al caso del Art. 141 Inc.
Final, que alcanza el má ximo desvalor que consagra en CP: El que con
motivo u ocasión del secuestro cometiere además homicidio, violación,
violación sodomítica o algunas de las lesiones comprendidas en los
artículos 395, 396 y 397 N° 1, en la persona del ofendido, será castigado
con presidio mayor en su grado máximo a presidio perpetuo calificado.
Ello quiere decir que esta figura, hasta antes de derogarse su sanció n
original, estaba penada con pena de muerte.
Investigar: Sabemos que el CP eliminó por completo la pena de muerte, no así del CJM.
¿Puede, entonces, agregarse al CP una norma que contenga la pena de muerte como
sanció n? De acuerdo al Art. 19 nº1 CPR, es posible, si se incorpora mediante ley de
quorum calificado.
El sujeto plasma su vida íntima en el hogar, en su morada, que es el lugar donde vive,
donde desarrolla su vida doméstica, donde está solo consigo mismo. La morada no
tiene que tener una manifestació n física específica, generalmente se manifiesta en una
casa o departamento, pero puede ser distinta. Ejs.:
El sujeto que se encuentra dentro de una carpa en el verano durante 7 días,
realiza su vida íntima de morar al interior de esa carpa.
En el caso del mendigo que duerme sobre una lona, dentro de un barril con
capacidad para 200 litros, este barril es su morada.
Lo importante en la morada es que debe existir una manifestació n de voluntad que la
determine como tal. O sea, un acceso cerrado.
Caso: Tenemos un mendigo que vive en un tambor, bajo un puente (ej: en Viñ a, en el
estero Marga-Marga), y este tiente un candado para cerrar su tambor. Resulta que este
mendigo tiene unas cosas allí dentro, y un día revientan el tambor y le roban todo lo
que tiene dentro. Se entendería, a la luz del Art. 440 5, que sería un robo en lugar
habitado. Entendiendo que un lugar habitado es todo aquel lugar en el que el sujeto
habita o tiene su morada, tanto el mendigo que vive en este tambor como alguna otra
persona que viviera en un departamento o en una casa, viven en un lugar habitado. El
tambor sí sería morada.
En la tesis del Art. 440, hay 2 hipó tesis que nos merecen aná lisis: robo en lugar
habitado, robo en lugar destinado a la habitació n. Existen diferencias entre ambos, sin
embargo es desvalor es el mismo.
Ej. de Robo en lugar habitado: Entran a robar a la casa de un compañ ero de
curso, mientras éste, el ú nico inquilino, estaba en clases.
Ej. de robo en lugar destinado a la habitació n: El robo en una casa de veraneo o
en la montañ a. Si se produce un robo en esta casa, se produce un robo en lugar
destinado a la habitació n, porque el dueñ o no se encuentra morando en esa
casa de veraneo.
Un lugar destinado a la habitació n pasa a ser un lugar habitado cuando el dueñ o de la
casa pasa sus vacaciones ahí. Hay una cosa que determina cuá ndo un lugar está
habitado: la comprobació n efectiva de que está sirviendo de morada. Debe observarse,
eso sí, que no porque la casa de veraneo pase a ser un lugar habitado, la casa donde
vive regularmente pierde esa calidad. Ambas casas se considerará n como lugar
habitado, siendo la casa de veraneo una morada alternativa que no excluye a la otra.
Desde aquí, entonces, puede extraerse una conclusió n sobre el concepto de morada.
Art. 144. El que entrare en morada ajena contra la voluntad de su morador, será
castigado con reclusión menor en su grado mínimo o multa de seis a diez unidades
tributarias mensuales.
5
Art. 440. “El culpable de robo con fuerza en las cosas efectuado en lugar habitado o destinado a la habitación o en
sus dependencias, sufrirá la pena de presidio mayor en su grado mínimo si cometiere el delito:
1°. Con escalamiento, entendiéndose que lo hay cuando se entra por vía no destinada al efecto, por forado o con
rompimiento de pared o techos, o fractura de puertas o ventanas.
2°. Haciendo uso de llaves falsas, o verdadera que hubiere sido substraída, de ganzúas u otros instrumentos
semejantes para entrar en el lugar del robo.
3°. Introduciéndose en el lugar del robo mediante la seducción de algún doméstico, o a favor de nombres supuestos o
simulación de autoridad.”
Si el hecho se ejecutare con violencia o intimidación, el tribunal podrá aplicar la
reclusión menor hasta en su grado medio y elevar la multa hasta quince unidades
tributarias mensuales.
Encontramos aquí 2 tipos penales para la violació n de morada, uno bá sico (Inc. I) y
uno agravado (Inc. II), atendiéndose a si se emplea violencia o intimidació n para
entrar a la morada ajena.
Casos:
3 compañ eros de curso arriendan un departamento, dividiéndose los gastos
equitativamente. De repente, por alguna circunstancia, uno de los moradores
no quiere que entre una persona determinada que es amiga de uno de los
moradores. Otro de los comoradores invita a esta persona no deseada, y se
encuentran cara a cara y se produce un escá ndalo. ¿Se produce el delito? ¿Es
típica la conducta del invitado, de entrar contra la voluntad de uno de los
comoradores? Segú n el profesor, no, porque habría un solo comorador
ejerciendo el derecho.
Un suegro se niega a recibir al yerno por considerarlo un pelafustá n de ú ltima
categoría, pero la hija, que es menor de edad, le permite ingresar igualmente. Al
verlo dentro, el suegro se enoja tanto que se muere de un paro cardiaco. La
conducta no es típica, porque se entendería que también habita la menor de
edad. Se discute.
Si hubiera una oposició n de todos los comoradores en cuanto a que ingrese una
persona, sí se configuraría el delito. Se ha establecido, por jurisprudencia
mayoritaria que basta que uno de los moradores tenga la voluntad que ingrese
a la morada, aunque los otros se opongan.
Hay dos personas del mismo sexo, ya sea hombre o mujer, y realizan actos de
significació n sexual dentro de su morada. ¿Tiene esto alguna connotació n? ¿Habrá
delito o no? Lo normal es que no, pero puede haber ciertas situaciones en que sí haya
delito.
¿Qué sucede si hay 2 hombres menores de 13 añ os teniendo relaciones
sexuales en un departamento? Si bien habría un acto de sodomía, habría
problema de inculpabilidad, por inimputabilidad, en razó n de la ausencia o
carencia de madurez suficiente.
1 de junio de 2015
Así como existe esta intimidad inmaterial, el ser humano también requiere plasmar
materialmente la intimidad. El nido o seno donde hace ello, es la morada, la que
resulta tener una materialidad. La morada es el lugar en el cual el individuo plasma su
individual material, el lugar donde está consigo mismo, donde realiza su vida
doméstica, donde explaya su personalidad íntima. Podrá dormir, comer, beber agua o
licor, podrá vestir o no vestir ropa, etc. Es el lugar, en resumen, donde desarrolla sus
aspectos má s cercanos de personalidad, por lo que cumple un rol fundamental.
Art. 144. El que entrare en morada ajena contra la voluntad de su morador, será
castigado con reclusión menor en su grado mínimo o multa de seis a diez unidades
tributarias mensuales.
Si el hecho se ejecutare con violencia o intimidación, el tribunal podrá aplicar la
reclusión menor hasta en su grado medio y elevar la multa hasta quince unidades
tributarias mensuales.
La naturaleza del bien jurídico tutelado queda establecida por anticipado, al estar
incluida dentro del catá logo de derechos tutelados con sanciones penales en el CP.
Del Art. 144, lo primero que podemos concluir es que existen 2 hipó tesis:
1. Hipótesis basal: Corresponde al tipo basal, en el Inc. I.
2. Hipótesis calificada: En este caso, no nos referimos a la calificació n en
términos categó ricos, sino que en términos facultativos. Ello, porque queda en
la facultad del tribunal el ejercicio del aumento a discrecionalidad del desvalor
(“el tribunal podrá aplicar la reclusió n menor hasta en su grado medio y elevar
la multa hasta 15 UTM”), sin que requiera mayor fundamentació n, puesestá
dentro del marco de tolerancia que le da el mismo có digo.
Art. 145. La disposición del artículo anterior no es aplicable al que entra en la morada
ajena para evitar un mal grave a sí mismo, a los moradores o a un tercero, ni al que lo
hace para prestar algún auxilio a la humanidad o a la justicia.
Tampoco tiene aplicación respecto de los cafés, tabernas, posadas y demás casas
públicas, mientras estuvieren abiertos y no se usare de violencia inmotivada.
En el caso del Inc. II , no hay un ejercicio de intimidad mientras el recinto estuviere
abierto.
En el caso del Inc. I , nos encontramos con una conducta que es típica, pero no
antijurídica: Esta es una causal de justificació n denominada “estado de necesidad
justificante”, de cará cter especial o particular. En el artículo 10 nº7del CP, aprendimos
que lo que se puede vulnerar es la propiedad ajena, concurriendo los requisitos del
estado de necesidad justificante, la pregunta sería: ¿só lo se puede -en virtud del
estado de necesidad justificante- vulnerar la propiedad ajena, nada má s?: No. Se puede
vulnerar la intimidad material, en virtud del Art. 145
Caso: Un malhechor huye de un policía que tiene que cumplir con su funció n de
detener al malhechor. Momentos después, el malhechor encuentra una casa con una
ventana abierta y decide saltar dentro de la casa por esa ventana, para resguardarse.
¿Es esto ilícito?
Este caso no puede ser amparado por la ley, en la medida que, no se trata de evitar un
mal para sí, sino que estamos frente a un caso en que el sujeto busca burlar de la ley.
La colisió n de intereses que tiene el sujeto no está determinado por un mal grave, si
no burlar la ley.
Art. 146. El que abriere o registrare la correspondencia o los papeles de otro sin su
voluntad, sufrirá la pena de reclusión menor en su grado medio si divulgare o se
aprovechare de los secretos que ellos contienen, y en el caso contrario la de reclusión
menor en su grado mínimo.
Esta disposición no es aplicable entre cónyuges, ni a los padres, guardadores o quienes
hagan sus veces, en cuanto a los papeles o cartas de sus hijos o menores que se hallen
bajo su dependencia.
Tampoco es aplicable a aquellas personas a quienes por leyes o reglamentos especiales,
les es lícito instruirse de correspondencia ajena.
En el Inc. I, encontramos 2 hipó tesis, puesto que los desvalores son diferentes:
1. Hipótesis basal: Corresponde al tipo basal. Desvalor menor: por que aquí no
existe ni aprovechamiento y/o divulgació n de los secretos.
2. Hipótesis calificada: Agrava la sanció n en el caso de que concurran los
requisitos, recién mencionados arriba.
4 de junio de 2015
José entra a la morada de su vecino, Mario, en consideració n a que éste había salido de
vacaciones dejando encendida la cocina, y saliendo humo de la casa. Una vcz dentro, y
salvada la situació n, José coge una botella de licor, se la bebe por completo, y se va.
Artículos involucrados:
Art. 144: Violació n de morada (Inc. I) y violació n de morada agravada (Inc. II).
Art. 145: Causal de justificació n para la violació n de morada
Art. 432: Apropiació n de las cosas muebles ajenas contra la voluntad de su
dueñ o.
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8 de junio de 2015
René ofrece a Rafael un milló n de pesos para que éste dé muerte a María, la que se
encuentra notoriamente embarazada. Rafael golpea a María, causá ndole lesiones
graves gravísimas y la muerte del feto.
Como René no paga a Rafael, éste demanda civilmente el pago.
Artículos involucrados:
Art. 343 CP: Aborto (61D-3A)
Art. 397 nº1 CP: Lesiones graves gravísimas
Art. 391 nº1 Calificante 2ª CP: Homicidio calificado por premio o promesa
remuneratoria. (Delito frustrado) (10A1D-20 de prisió n efectiva)
Art. 7º CP: Punibilidad del crimen o simple delito consumado, frustrado y
tentado.
Art. 51 CP: Reducció n de pena a autores de crimen o simple delito frustrado.
Art. 75: Concurso Ideal
Art. 1466 CC: Nulidad absoluta por objeto ilícito.
Existe un dolo de matar conforme al Art. 391 nº1 Calificante 2ª. El hecho, en sí, está
frustrado, porque el delincuente pone de su parte todo lo necesario para consumar el
crimen, pero no lo logra.
Resulta que, producto de la frustració n del delito, María acaba con lesiones graves
gravísimas, pero su embarazo concluye por la muerte del feto, la cual se ocasiona en
los términos del Art. 343.
Segú n el Art. 7 Inc. II, hay crimen o simple delito frustrado cuando el delincuente pone
de su parte todo lo necesario para que el crimen o simple delito se consume y esto no
se verifica por causas independientes de su voluntad.
¿Qué sucede con las lesiones graves gravísimas? El Hechor está en 2 supuestos: Puede
que, motivado por la remuneració n, el hechor decida no matar a María, sino que solo
darle una golpiza y cobrar el premio, caso en el cual no habría dolo de homicidio sino
que de lesiones graves gravísimas, con lo que el delito se encuentra consumado.
Puede, por otra parte, que el hechor tenga el dolo de matar, pero sin lograr el
resultado deseado, con lo que el delito se encuentra frustrado.
Son los 2 continentes que comprende lo que se está analizando. Tenemos que
entender que se habla de la protecció n de la libertad sexual como independiente de la
protecció n de los derechos garantidos en la constitució n de la repú blica por el hecho
de que esta no se encuentra garantida en la CPR.
Garantías constitucionales
En su aspecto material
a) Libertad personal
b) Libertad de reunió n
c) Libertad de trabajo
Aparece protegida por el tipo penal consagrado en el art. 158 del CP, particularmente
en sus numerales 3 y 4, pero resulta que esto lo que está haciendo es salvaguardar o
garantizar la libertad de reunió n, en consecuencia, la base de todo este asunto está en
la libertad de reunió n como garantía individual, estando ubicada en la CPR, es una de
las manifestaciones mas esenciales de la personalidad individual para poder
plasmarse en un fin en sí mismo, porque resulta ser que el humano es un ser gregario,
no aislado, no pudiendo preservar la especie o plasmar su personalidad.
Este es el marco constitucional, todos poseen el derecho a reunirse sin derecho previo
y sin armas, o sea, pacíficamente. Si para reunirse se necesitara un permiso previo el
Estado estaría moldeando nuestras propias individualidades, usurpando la libertad
del individuo negando la posibilidad de concretar el hecho de que cada individuo es el
arquitecto de su propio destino, garantizá ndose las pacíficas, y de la manera de que
puedan hacerlo sin permiso previo y sin armas.
Aquí tenemos la concurrencia de verbos rectores o núcleos del tipo de cará cter
alternativos, la primera manifestació n es Prohibiere o impidiere y la segunda
manifestació n es mandare disolver o suspender, esa es la alternatividad de có mo
puede operar los verbos rectores que se refiere este numeral.
El hecho de prohibir una reunió n pacífica y sin armas consiste en que el funcionario
pú blico emite una orden, siendo esta la modalidad de có mo opera, de cará cter general
o particular (como a un grupo de personas).
El impedir, es una conducta de hecho, está afuera de caso del prohibir, siendo esta una
conducta fá ctica, significando el adoptar de hecho las medidas que significará n la
reunió n, aunque no se emita una orden ya que esta es propia del anterior.
Nos incumbe la segunda parte, la de concurrir a una reunió n pacífica y legal. El verbo
rector se circunscribe a Impidiere, el funcionario pú blico impide, pero resulta que en
el caso anterior pareciere ser de un cará cter má s masivo, en este caso es en contra de
una persona.
Es una orden arbitraria o una conducta de cará cter material que involucra a la
persona, tenemos que ver que la reunió n debe ser pacífica y legal, retrotrayéndonos a
preguntarnos el alcance de esto.
Pacifica significa en el orden constitucional que sea sin armas, la presencia de armas
importa que no sea pacifica, pero no es ese el ú nico límite, sino que no se dé de
manera violenta o amenazante, aun cuando no se empleen armas. Por lo que no debe
existir violencia o situació n amenazante de esta.
Este es un tema de interpretació n de la ley, y nada tiene que ver con el concurso ideal
o material, habiendo que traspasar la apariencia, ya sea por la via de la especialidad o
de la consunció n o absorció n, pero se puede presentar aquí con la figura misma del
secuestro. El empleado publico para impedir que se concurra a una reunió n pacifica
agarra a uno de los que concurre y lo sostiene para que no se mueva.
Se protege en base del art. 158 n° 2, tenemos que ir decantando donde se encuentra la
garantía constitucional que la garantiza, el ejercicio del trabajo es una cosa esencial
del ser humano que le permite el progreso, superació n y autoconstrucció n junto con el
sustento, Art. 19 n° 16 CPR.
El texto es explicito para ser un mayor comentario, sin perjuicio de lo cual resulta de
que es conveniente destacar que el sujeto activo es el mismo de los anteriores ya que
nos encontramos aun en los numerales del art. 158, empleado pú blico que actú a
arbitrariamente.
En su aspecto inmaterial
Los medios comisivos acá son violencia o amenaza, violencia es el ejercicio de fuerza
física que se ejerce sobre la víctima, y la amenaza es la fuerza moral o la intimidació n.
El tipo subjetivo requiere de dolo y excluye la culpa, por ende, no hay delito culposo.
Hay un punto interesante porque resulta que el medio comisivo se determina por el
ejercicio de la violencia o amenazas. En el concepto de violencia se puede hacer
alusió n a las lesiones.
Le provoca lesiones simplemente graves, circunstancia del art. 397 inc. 2, por el art. 75
nos quedamos con la pena de estas.
Si se trata de lesiones menos graves del art. 399, aquí está el techo que dice relació n
con las lesiones.
Aquí resulta que si analizamos el tipo objetivo, tenemos que analizar que es el
tumulto o desorden, esto es causar confusió n o alboroto, pudiéndose alcanzar de
diversas maneras, se infiere de la jurisprudencia que se alcanza por estrépitos, gritos,
cantos, carreras, gestos, etc. Que impidan el desarrollo normal del culto.
Acá no se eleva a sagrado los objetos de un culto, sino el sentimiento religioso, es decir
si es un sentimiento lo que se protege es una concepció n subjetiva, es el creyente el
que le concede a un objeto de un culto el aspecto sagrado que él cree que tiene, pero la
ley no puede darle este cará cter, es un patrimonio de las personas en cuanto a sus
creencias.
El verbo rector es ultrajar, esto es, para estos efectos, sinó nimo a una injuria de
cará cter contumeliosas, aquellas propias del menosprecio que se ejerce contra una
persona, contra el honor subjetivo que se realiza por medio de estos gestos o
actitudes.
Medios por los que se realiza: a través de acciones, palabras o amenazas. El ultraje
es el menosprecio, la burla o falta de respeto, no a los objetos, sino que a los
sentimientos de las personas que creen en ellos tienen, por eso que es contumelioso.
Los objetos de un culto son las cosas corporales que está n establecidas por un
determinado ritual de cará cter religioso y que tienen un valor simbó lico o ceremonial,
má s allá de su simple materialidad.
Concurso aparente
Hay varias cosas, los que con acciones, o sea hechos, palabras o amenazas, ultrajaren a
ministro de culto en el ejercicio de su ministerio.
El ministro de culto es aquel que cumple una funció n de pontífice, ya que es un puente,
representando a los fieles ante la divinidad y viceversa. Pero dicho ministro tiene que
estar en el ejercicio de su ministerio. O sea, cumpliendo sus funciones.
Si el ataque no se dirige en contra del ministro del culto obrando como pontífice, sino
como persona, el sujeto está en su ministerio, pero la motivació n es darle muerte por
un cará cter personal, teniéndose que estar en la figura bá sica.
Libertad de petición
Art. 158 n° 4, “o hacer uso del derecho de petició n que le garantiza la ley”.
El derecho de petició n está en el 19 n° 14 CPR, la verdad es que no es mucho lo que se
puede argumentar sobre este artículo dado de lo ya señ alado.
Libertad de asociación
Libertad de opinión
Art. 158 n° 1
Derogado.
Libertad de determinación
Ubicado en el art. 494 n° 16 del CP, aquí la verdad es que la acció n consiste en impedir
con violencia a otro hacer lo que la ley no le prohíbe o ejecutar lo que no quiera, el
ejercicio de la violencia resulta fundamental en la configuració n de este delito factico.
La verdad es de que la protecció n de la auto determinació n es débil en la legislació n
chilena, los ordenamientos jurídicos lo establecen como simple delito, pero no como
una falta, porque es fundamental para el ejercicio de la voluntad.
15 de junio de 2015
¿En qué consisten los delitos de hurto y de robo? Si revisamos el primer Art. del Título
IX del Libro II (Art. 432), éste dice:
Art. 432. El que sin la voluntad de su dueño y con ánimo de lucrarse se apropia cosa
mueble ajena usando de violencia o intimidación en las personas o de fuerza en las cosas,
comete robo; si faltan la violencia, la intimidación y la fuerza, el delito se califica de
hurto.
Hurto Simple
El tipo bá sico es el hurto: “El que sin la voluntad de su dueño y con ánimo de lucrarse se
apropia cosa mueble ajena”.
La conducta “apropiarse” es aquella sobre la cual gira el tipo penal, es el nú cleo del
tipo. Esta conducta se compone de 2 elementos:
1. Elemento objetivo: Tomar o asir una cosa mueble ajena, y
2. Elemento subjetivo: Realizar este tomar o asir con á nimo de señ or y dueñ o
(animus rem sibi habendi).
Se requiere, entonces, la realizació n de la conducta objetiva “tomar la cosa ajena”, y la
determinació n por una finalidad, el á nimo de señ or y dueñ o. Concurriendo estos 2
elementos del concepto de apropiació n, podemos decir que estamos en presencia del
concepto de apropiació n. La concurrencia de solo uno de esos elementos (ej.: tener
á nimo de señ or y dueñ o respecto de una cartera, pero sin que se manifieste en
tomarla. El mero pensamiento no constituye delito), no constituye el concepto de la
apropiació n.
Ahora bien, si hay una toma de cosa mueble ajena, pero el á nimo es de uso, se produce
la figura “hurto de uso”, la que se caracteriza por ser una figura impune. (Ej.: tomar
esa cartera y pasearse por la escuela durante 10 minutos con ella al hombro, para
luego devolverla a su lugar de origen).
Iter Criminis:
Con el objeto de dejar este tema lo má s claro posible, y con motivo del estudio del
verbo rector del delito de hurto, conviene hacerse cargo de un problema de iter
criminis: ¿En qué momento se consuma el delito de hurto?
Esta teoría, que ha sido aceptada por largo tiempo, suele tener discusiones en á mbitos
particularmente doctrinales, a raíz de una situació n particularísima dada en nuestro
CP. Si analizamos los delitos, éstos se distinguen entre crímenes, simples delitos y
faltas, ocupá ndose de los primeros 2 el Libro II, y del ú ltimo el Libro III. Resulta que,
en lo que dice relació n con los productos de supermercado, se produjo una situació n
denominada “apropiació n o sustracció n de hormiga”, en que el agente se apropiaba de
cosas de escaso valor, y por ello, no daba para configurar el delito de hurto, sino que
daba para configurar el hurto falta. A raíz de eso, se establece un Art. especial en el CP,
el Art. 494 Bis, en que se sanciona al hurto falta con pena privativa de libertad, lo que
constituye una gran excepció n a la regla del CP, que hasta ese momento había
sancionado todas las faltas con pena de multa.
A juicio del profesor, las situaciones planteadas por los fallos son excesivas. Lo ló gico
es considerar que el hurto falta se consuma en las líneas de resguardo de las cajas
registradoras, no después. Pero resulta ser que, entonces, ingeniosamente, empezaron
a aparecer elucubraciones que perviven hasta hoy, aunque el profesor no las
comparte, señ alando que el delito se consuma cuando el hechor pierde la visual con
respecto del titular de la cosa. Esto significa que el ladró n sale del supermercado,
siendo perseguido por un guardia de seguridad, y el delito solo se consuma cuando el
guardia de seguridad pierde de vista al hechor. Este criterio, a juicio del profesor, no
tiene asidero, porque, cuando el hechor logra escapar del guardia de seguridad, queda
en condició n de disponer libremente de la cosa, pero resulta que la facultad de
disposició n es de la esencia del dominio.
Sujeto Activo: “El que”. Esto quiere decir que es un sujeto neutro, indeterminado u
objetivo. No se requiere de una identidad específica, sino que puede ser cualquier
perosna.
Otro elemento objetivo presente en el tipo penal Hurto es la ausencia de voluntad del
dueñ o. Si hubiera voluntad del dueñ o, aunque no se hubiera incluido la expresió n “sin
la voluntad de su dueñ o” en la norma, no habría delito, porque la propiedad es
manejada con consentimiento del interesado, es un bien esencialmente disponible. De
este modo, si alguien se apropia de una propiedad con el consentimiento del dueñ o, la
conducta sería atípica.
Elementos subjetivos:
Á nimo de señ or y dueñ o/Animus rem sibi habendi: Esto es, actuar respecto de
una cosa mueble ajena, como actuaría quien es dueñ o de la cosa.
Á nimo de lucro/Animus lucrandi: Esto es, el á nimo de obtener una ventaja pa-
trimonial por la cosa, un beneficio medible en dinero.
Tipo subjetivo: En el caso del hurto y del robo, se requiere estrictamente el dolo. No
existen cuasidelitos de robo o de hurto.
Art. 433. El culpable de robo con violencia o intimidación en las personas, sea que la
violencia o la intimidación tenga lugar antes del robo para facilitar su ejecución, en el
acto de cometerlo o después de cometido para favorecer su impunidad, será castigado:
1°. Con presidio mayor en su grado medio a presidio perpetuo calificado cuando, con
motivo u ocasión del robo, se cometiere, además, homicidio, violación o alguna de las
lesiones comprendidas en los artículos 395, 396 y 397, N° 1°.
2°. Con presidio mayor en su grado medio a máximo, cuando las víctimas fueren
retenidas bajo rescate o por más de un día, o se cometieren lesiones de las que trata el N°
2° del artículo 397.
Hurto Agravado
Todo lo dicho hasta ahora se predica del hurto simple. Hay que analizar los casos de
hurto agravado:
La figura del del Art. 447 corresponde a un hurto calificado y tiene un cará cter
discrecional, ya que el Inc. I emplea la expresió n “podrá ”. Esto quiere decir que es
discrecional para el juez determinar el desvalor de la conducta, y, en consecuencia,
podrá aplicar una pena superior en caso de verificarse alguna de las hipó tesis
contempladas en este Art.
Art. 447: En los casos del artículo anterior podrá aplicarse la pena inmediatamente
superior en grado:
1°. Si el hurto se cometiere por dependiente, criado o sirviente asalariado, bien sea en
la casa en que sirve o bien en aquella a que lo hubiere llevado su amo o patrón.
2°. Cuando se cometiere por obrero, oficial o aprendiz en la casa, taller o almacén de
su maestro o de la persona para quien trabaja, o por individuo que trabaja
habitualmente en la casa donde hubiere hurtado.
3°. Si se cometiere por el posadero, fondista u otra persona que hospede gentes en
cosas que hubieren llevado a la posada o fonda.
4°. Cuando se cometiere por patrón o comandante de buque, lanchero, conductor o
bodeguero de tren, guarda-almacenes, carruajero, carretero o arriero en cosas que se
hayan puesto en su buque, carro, bodega, etc.
Observaciones:
Dependiente, criado o sirviente asalariado: El CP usa estos términos desde su
entrada en vigencia, por lo que parecen términos caducos. Para hablar de la
presencia de discrecionalidad de la agravació n, el hurto debe cometerse en la
casa en que sirva el dependiente, criado o sirviente asalariado, o bien en aque-
lla a la que lo hubiera llevado el amo o patró n, exigiéndose en este caso esta lle-
vada por parte del amo o patró n. En consecuencia, si el amo o patró n solo envía
al sirviente a casa ajena, no se configura esta hipó tesis.
Obrero, oficial o aprendiz: No merece mayor comentario.
Posadero, fondista o personas que conceden hospedajes: Aquí ya no se trata de
dependientes, sino de encargados que se aprovechará n de la circunstancia para
cometer el delito.
Patró n o comandante de buque, lanchero, conductor o bodeguero de tren, guar-
daalmacenes, carruajeros, carreteros o arrieros. Esta hipó tesis no merece ma-
yores comentarios que el de que el numeral 4º se ha usado por la Doctrina para
ilustrar un ejemplo de interpretació n progresiva6: Carruaje, en 1874, se refiere
a la carroza tirada por caballos. Hoy en día, carruaje es el automó vil o vehículo
en general. Así ha sido recogido por la Doctrina Nacional.
Hurto de Hallazgo:
En esta situació n, existe un hallazgo de especies. Debe tenerse cuidado con el animus
de dueñ o, por cuanto una cosa hallada puede encontrarse en una de 2 situaciones:
1. Perdida (caso en el que no se pierde el á nimo de dueñ o de su titular).
2. Abandonada (caso en el que sí se ha perdido el á nimo de dueñ o de su titular,
por producirse la desafectació n de la cosa por parte de su dueñ o, por lo que el
primero que la encuentre puede adquirirla).
Art. 448. El que hallándose una especie mueble al parecer perdida, cuyo valor exceda de
una unidad tributaria mensual, no la entregare a la autoridad o a su dueño, siempre que
le conste quién sea éste por hechos coexistentes o posteriores al hallazgo, será castigado
6
Aquella que se va adecuando al avance del tiempo.
con presidio menor en su grado mínimo y multa de cinco unidades tributarias
mensuales.
También será castigado con presidio menor en su grado mínimo y multa de cinco
unidades tributarias mensuales el que se hallare especies, al parecer perdidas o
abandonadas a consecuencia de naufragio, inundación, incendio, terremoto, accidente
en ferrocarril u otra causa análoga, cuyo valor exceda la cantidad mencionada en el
inciso anterior, y no las entregare a los dueños o a la autoridad en su defecto.
En estos casos, el agente hace uso de una cosa, pero lo hace sin á nimo de dueñ o. Por lo
tanto, no hay apropiació n. Así ha sido recogido en nuestra Legislació n, y en Derecho
Comparado.
Existen ordenamientos que han creado la figura del hurto de uso, para mayor
regulació n, pero sin que constituya delito.
Casos:
Un sujeto toma un automó vil con la puerta abierta y el motor andando afuera
de la casa de su vecino, toma control del vehículo, sale a carretear y devuelve el
automó vil al día siguiente, sea a una autoridad o al dueñ o. No hay hurto porque
no existe á nimo de señ or y dueñ o y, en consecuencia, no hay apropiació n.
Se usa un billete de $20.000 de un tercero, por una persona. Posteriormente, a
la persona titular de los $20.000, se le devuelve esta suma no en un billete de
$20.000, sino en 4 de $5.000 o en 2 de $10.000. Aquí no hay hurto de uso por-
que no había á nimo de apropiació n, pues se iba a devolver este dinero, y la en
la devolució n solo importa la equivalencia en la cantidad.
Otro caso en que esto sucede: Una persona sustrae una torta desde una fiesta,
se la come a la vuelta de la esquina y, luego, la restituye.
15 y 19 de junio de 2015
El Robo:
Ya dijimos que los elementos base son los mismos, pero se incluyen algunos
elementos típicos adicionales:
¿Qué es la fuerza en las cosas? Para que se configure, la fuerza debe aplicarse sobre el
resguardo que se ha puesto por el ser humano para la protecció n de la cosa. Si no se
colocó resguardo para la protecció n de la cosa, el ejercicio de fuerza no califica de
robo con fuerza en las cosas.
Casos:
o Tengo una palmera en una hacienda sin cerco, y un ladró n la tala y se la
lleva al hombro. Ejerció fuerza para cortar la palmera y llevarla al hom-
bro, pero no es la fuerza que exige el CP para configurar el delito. Allí, no
hay fuerza en las cosas porque no hay un resguardo puesto por el hom-
bre para la protecció n de la palmera.
o Distinto es el caso de alguien que rompe una ventana para ingresar a
una casa, porque rompe un resguardo de entrada a la casa. Lo mismo
ocurre si se revienta la puerta de un vehículo para ingresar en él.
o Tengo una planta dentro de mi casa, pero un ladró n me fuerza la puerta
y la sustrae. Allí hay fuerza, porque revienta la puerta.
1. Robo con fuerza en las cosas, con modalidad de lugar (Art. 440).
Art. 440. El culpable de robo con fuerza en las cosas efectuado en lugar habitado o
destinado a la habitación o en sus dependencias, sufrirá la pena de presidio mayor en su
grado mínimo si cometiere el delito:
1°. Con escalamiento, entendiéndose que lo hay cuando se entra por vía no destinada
al efecto, por forado o con rompimiento de pared o techos, o fractura de puertas o
ventanas.
2°. Haciendo uso de llaves falsas, o verdadera que hubiere sido substraída, de ganzúas
u otros instrumentos semejantes para entrar en el lugar del robo.
3°. Introduciéndose en el lugar del robo mediante la seducción de algún doméstico, o a
favor de nombres supuestos o simulación de autoridad.
El robo con fuerza en las cosas siempre tiene una modalidad de lugar. Es difícil
concebirlo sin esta modalidad. Los lugares corresponden a:
Lugar habitado
Lugar destinado a la habitació n
Dependencias de estos lugares.
Lugar Habitado:
Posiciones doctrinales: Muchas. La que señ ala el profesor como vá lida es aquella que
considera que el lugar habitado es cualquier lugar en que una persona está morando,
un lugar que está destinado para la morada. Así, por ejemplo, incluso si no hubiera
nadie en mi casa en este momento, el robo es en lugar habitado porque la casa está
destinada para la morada.
Tal como en el caso anterior, hay muchas posiciones doctrinales. A juicio del profesor,
es aquel lugar destinado para la morada, pero que no se está utilizando para ello. Ej.:
Casa en la playa.
No es lo mismo que un robo en lugar habitado, porque en esta hipó tesis el lugar solo
sirve de morada cuando las personas está n allá . Y mientras estén allá , ese lugar
constituirá morada, por lo que un robo en esa circunstancia pasa a ser robo en lugar
habitado.
Extensió n, límite y alcance del concepto de lugar habitado: Cualquiera que esté
destinado para la morada. Lo ú nico que debe haber es una manifestació n,
determinació n o delimitació n para marcar la privacidad del morador (esto es, una
puerta cerrada que denote la manifestació n de morar). Por esto, tanto una casa con
candado en su puerta en que habita un estudiante, como un barril de aceite con
candado en el que habita un mendigo bajo un puente, son consideradas moradas.
Dependencias:
Vías de acceso del nº2: Llaves falsas, llaves verdaderas sustraídas, ganzú as y otros
instrumentos.
La esencia de este numeral es el uso de instrumentos que activen el mecanismo
propio del picaporte. Aquí hay una interpretació n analó gica, ya que se señ ala “u otros
instrumentos semejantes”. Existe una amplia discusió n sobre si colocar un plá stico
para activar una cerradura constituye llave falsa. La Jurisprudencia ha dicho que no es
instrumento semejante, porque no se usó el plá stico como llave, sino que se activó la
cerradura.
Si la persona habita en un hotel, y entran a su departamento a robar valiéndose
de una tarjeta magnética para activar el mecanismo de cerradura, existe ingre-
so a lugar habitado.
Desvalor del delito de robo en este caso: Presidio mayor en su grado mínimo (5A1D-
10A)
Art. 442. El robo en lugar no habitado, se castigará con presidio menor en sus grados
medio a máximo siempre que concurra alguna de las circunstancias siguientes:
1a. Escalamiento.
2a. Fractura de puertas interiores, armarios, arcas u otra clase de muebles u objetos
cerrados o sellados.
3a. Haber hecho uso de llaves falsas, o verdadera que se hubiere substraído, de
ganzúas u otros instrumentos semejantes para entrar en el lugar del robo o abrir los
muebles cerrados.
Art. 443. Con la misma pena señalada en el artículo anterior se castigará el robo de
cosas que se encuentren en bienes nacionales de uso público o en sitio no destinado a la
habitación si el autor hace uso de llaves falsas o verdaderas que se hayan substraído, de
ganzúas u otros instrumentos semejantes o si se procede, mediante fractura de puertas,
vidrios, cierros, candados u otros dispositivos de protección o si se utilizan medios de
tracción.
Si el delito a que se refiere el inciso precedente recayere sobre un vehículo
motorizado, se impondrá la pena de presidio menor en su grado máximo.
Si con ocasión de alguna de las conductas señaladas en el inciso primero, se produce
la interrupción o interferencia del suministro de un servicio público o domiciliario, tales
como electricidad, gas, agua, alcantarillado, colectores de aguas lluvia o telefonía, la
pena se aplicará en su grado máximo.
Esta es una singularidad que heredamos de la legislació n españ ola, puesto que en
otros ordenamientos no hay tipificaciones parecidas a la que tenemos respecto del
delito de robo en la fuerza en las cosas, se habla simplemente de hurto agravado. Por
ejemplo, en el Derecho Italiano, Canó nico, etc. son hurto agravado. La particularidad
del Derecho Españ ol es que, en la construcció n del hurto y del robo, establecieron esta
figura intermedia. Sin perjuicio de ello, el CP chileno toma la figura españ ola pero la
extiende a má s casos de los que el legislador españ ol contemplaba.
Entonces, para entender en forma completa el cará cter de fuerza en las cosas,
debemos entender cuá l es el fundamento de la agravació n de este delito. Cuando
vemos el hurto, las penas se determinan por el monto de la cosa hurtada, y en este
sentido son penas bajas. Pero cuando hablamos de robo en lugar habitado, es pena de
crimen. Entonces debemos ver el fundamento de la agravació n.
¿Por qué tenemos una pena tan alta en este tipo de delitos? Acá lo que hace el sujeto
activo es vencer obstá culos puestos por el dueñ o para reforzar la defensa de sus cosas.
Los obstá culos pueden ser destruidos o bien se pueden superar por otras vías, como
ingresando a un lugar por una vía no destinada al efecto, por escalamiento o
utilizando llaves falsas (formas de ejecució n del robo en lugar habitado y no habitado
Art. 440 y 442). De ahí que la idea de fuerza debe entenderse como la fuerza aplicada
a estos obstá culos. Esto recae siempre no sobre el objeto de la apropiació n, sino sobre
las cosas corporales que le sirven como protecció n.
Ademá s, la fuerza que se ejerce sobre las cosas debe estar causalmente conectada con
un segundo elemento, que es el ánimo de apropiación, el cual debe estar desde el
inicio en el actor, desde que aplica la fuerza, porque si no está esta idea o algú n indicio
que dé lugar a la apropiació n tendremos otras figuras. Ej.: si entro a la casa con el
objeto de vivir ahí, rompiendo la puerta. Ademá s si yo no aplico fuerza, por ejemplo,
porque la puerta está abierta, y saco las cosas, cometo delito de hurto.
A diferencia del CP españ ol tenemos varios tipos, donde lo determinante es, primero,
el lugar de comisió n y, luego, los medios de comisió n:
a. Art. 440, robo con fuerza en las cosas cometido en lugar habitado o destinado a
la habitació n o en sus dependencias.
b. Art. 442, robo con fuerza en las cosas cometido en lugar no habitado.
c. Art. 443, robo con fuerza en las cosas cometido en bienes nacionales de uso
pú blico o en sitio no destinado a la habitació n.
A. Art. 440, robo con fuerza en las cosas cometido en lugar habitado o
destinado a la habitación o en sus dependencias.
Esta es la figura má s grave del robo con fuerza en las cosas, cuya pena es de presidio
mayor en su grado mínimo (5 añ os y un día a 10 añ os). Esta es la pena equivalente a lo
que antiguamente era el homicidio, hoy reformado.
Lo decisivo en el robo en lugar habitado es el lugar de comisió n del lugar del delito, sin
perjuicio de que hay autores (G. Labatut) que tienen una idea equivocada de lo que
debe entender por lugar habitado, entendiendo que es aquel en donde se encuentran
personas presentes al momento donde se comete el delito sea que este sirva como
hogar doméstico o no; podría ser un establecimiento industrial, educacional, etc. En
cambio, por lugar destinado a la habitación, entendían que era aquel que por su
finalidad debía servir de morada, pero donde momentá neamente no hay personas,
como por ej. una casa de veraneo.
Siguiendo esta línea, no podríamos entender que existe esta figura cuando se roba en
una casa en construcció n, o bien una casa terminada que aú n no se entrega a sus
dueñ os porque no se trata de un hogar doméstico, ya que no existe una afectació n a la
intimidad, que es lo que justifica el desvalor que pena esta figura. Tampoco una
vivienda que pueda tener enseres pero esté deshabitada, que pase un tiempo
considerable donde no ha vivido nadie, porque, por ejemplo, se encuentre en alquiler.
Estos son lugares no habitados y caen dentro de la figura del Art. 442. Solo en Chile se
entiende que esta figura es robo, en otros países esto es hurto agravado.
La ley, en el Art. 440 también contempla las dependencias, las cuales son solo de
cosas inmuebles; las cosas muebles no tienen dependencias. É stas son lugares que
están subordinados al lugar principal, comunicados internamente con el y a su servicio
en un sentido funcional. En consecuencia, estas dependencias deben estar cerradas o
cercadas de forma efectiva.
No son dependencias, por no tener esta relació n funcional con el lugar domestico, por
ejemplo, los lugares comerciales que se ubican en un garage o piezas de una casa que
dan directamente a la calle, porque acá no se vulnera la intimidad doméstica. Otro
problema lo plantean los espacios comunes de lugares como edificios o condominios
(patios, estacionamientos, ascensores), los cuales en general se considera que no son
dependencias, porque la morada comienza desde que se abre la puerta de la casa o
departamento hacia adentro.
Las circunstancias que determinan el robo en lugar habitado son los medios de
ejecución que se encuentran explícitamente especificados art. 440 n°1:
i. Art. 440 n°1: “Con escalamiento…” o “ Por forado o con rompimiento de pared o
techos, o fractura de puertas o ventanas”.
La ley da una interpretació n auténtica contextual porque señ ala en el mismo nº1
“entendiéndose que lo hay cuando se entra por vía no destinada al efecto.” Entonces, el
có mo la gente baje es irrelevante, porque lo importante es que entre escalando, no que
salga. El escalamiento, ademá s, debe estar predeterminado al robo; entonces, si
alguien escala y no roba no es robo con fuerza en las cosas. Así, si entro por la puerta
que estaba abierta, y luego esta se cierra y debo salir escalando, cometo el delito de
hurto solamente, o el de violació n de morada.
Por vía no destinada al efecto, se entiende aquella por la cual no se entra al lugar segú n
el destino que esta tenga. Por ejemplo, entrar por ventana, hueco, tragaluz, etc.,
teniendo presente que puede haber vías que normalmente no está n destinadas al
efecto, pero que, por algú n motivo, los moradores la usen habitualmente para este
efecto. Ej.: un ventanal por donde entran y salen las personas de la casa (se deberá
acreditar).
ii. Art. 440 n°2: “Haciendo uso de llaves falsas o verdadera que hubiere sido
substraída, de ganzú as u otros instrumentos semejantes para entrar en el lugar
del robo”.
La llave debe ser usada para entrar y el lugar debe estar cerrado. Es decir, debe
estar cerrado con cerradura porque así es como se entrará con llave; si rompo
la cerradura con un martillo, entro por fractura de puerta, no por llave.
a. Por llave entenderemos cualquier instrumento que, independiente de su
forma o materia con la que está hecho, sirve para abrir una cerradura
sin romperla. Entendemos igual las tarjetas informatizadas que son
llaves, siempre y cuando esta debe introducirse para poder abrir la
puerta. Sin embargo, no son llaves los controles a distancia. Estos
ú ltimos son considerados llave por el Dº Penal españ ol, pero en nuestro
Dº Penal, por la forma en que está definida la expresió n llave no puede
entenderse el control remoto de un portó n como llave, porque se debe
abrir una cerradura.
b. Llave falsa es la que al momento de un delito no está destinada por el
morador para abrir una cerradura, como las llaves maestras, llaves que
correspondan a otras cerradura y que le hacen a la puerta propiamente
tal, y a también aquellas llaves que son obtenidas sin el consentimiento
de la persona dueñ a. Por ejemplo, si alguien presta a otros sus llaves
para ir a buscar un determinado objeto, y quien va no solo realiza el
encargo, sino que también aprovecha de tomar copia de las llaves.
iii. Art. 440 n°3: “mediante seducció n de algú n doméstico, o a favor de nombres
supuestos o simulació n de autoridad”
La seducció n es un engañ o, por lo que hay robo con fuerza en las cosas cuando, por
ejemplo, se introduce la persona mediante engañ os realizados a la sirvienta
doméstica. También se contemplan en esta causal los casos de personas que dan
nombres supuestos o simulan autoridad. Por ejemplo, alguien que finja ser médico
habitual de la casa, o en el caso de la autoridad, quienes se hacen pasar por receptor
judicial para “embargar” los bienes.
B. Art. 442, robo con fuerza en las cosas cometido en lugar no habitado.
Las circunstancias que determinan este delito son: escalamiento; uso de llaves falsas,
verdadera que hubiere sido substraída, ganzú as y otros elementos aná logos; y
fractura de puertas interiores. Acá , a diferencia del Art. 440 se entiende que son
fractura de puertas internas, cajas registradoras o fuertes, armarios cerrados, etc.
La fractura de puertas interiores, siempre debe ser ad rem, es decir, con el objeto de
llegar a la cosa. Por tanto, si rompo la caja registradora para sacar el dinero cometo
robo en lugar no habitado, pero, si en vez de eso, la saco y me la llevo, cometo hurto
porque en este segundo caso no hay fractura.
C. Art. 443 robo con fuerza en las cosas en bienes nacionales de uso público o
sitios no destinados a la habitación.
Los bienes nacionales de uso público son aquellos que todos pueden disfrutar,
como playas, caminos, parques, etc. No puede tratarse de inmuebles fiscales porque
estos será n lugares habitados destinados a la habitació n, y respecto de aquellos sitios
no destinados a la habitació n se puede perder la idea de comisió n del delito porque,
por ejemplo, los sitios rurales, suelen ser lugares físicos que no está n cercados, o la
demarcació n no constituye una verdadera protecció n (cerca que se cruza con solo
levantar el pie). Esto sucede en los predios rurales, por ejemplo, porque no tienen una
demarcació n clara; en este caso, se generan estos problemas porque no son bienes
nacionales de uso pú blico y tampoco caben en la figura de habitació n.
El robo con fuerza de las cosas es siempre un delito complejo y pluriofensivo, sin
perjuicio de la opinió n de Guillermo Oliver que considera que solo se afecta la
propiedad. Se entiende que es complejo por cuanto tiene distintas modalidades de
acció n, o sea, no solo basta con la entrada a lugar habitado o no, sino que ademá s debe
ser con las modalidades tipificadas en los Arts. 440 y 442, y aparte de eso es necesario
que exista la sustracció n de una cosa mueble ajena sin la voluntad de su dueñ o
(estructura bá sica del hurto), y ademá s, es pluriofensivo porque se protege má s de un
bien jurídico, la propiedad y la intimidad del hogar.
En cuanto al concurso de leyes que pueda generase, el robo en lugar habitado tiene
otras figuras penales que podrían calzar con la completitud de las conductas que
convergen en el delito propiamente tal, como es el caso del hurto, el allanamiento de
morada, y con los dañ os producidos en ella. Por ejemplo, dañ o mediante fractura de
puerta, el hurto mediante la sustracció n de bienes, y la violació n de morada mediante
la entrada a la morada de otra persona sin su consentimiento. Entonces, si no existiera
el Art. 63 CP, deberíamos aplicar todos estos delitos, pero a raíz de este artículo se
debe aplicar la pena má s grave y, en consecuencia, mediante el principio de la
absorció n la calificació n má s grave absorbe a los otros injustos, y estaríamos en
presencia de un solo delito. A contrario sensu, en caso que no proceda el robo en lugar
habitado por cualquier razó n, como un elemento en su medio de ejecució n o un
elemento final en cuanto a lo que dice relació n con la apropiació n, vamos a
encontrarnos con estas figuras subsidiaria que son el hurto, violació n de morada y
dañ os, que pueden cubrir la figura que no logran concretar, que es el robo con fuerza
en las cosas.
En el hurto no hay frustració n porque, porque la sustracció n tiene dos elementos: por
un lado la apropiació n, y por otro el á nimo de señ or y dueñ o, lo que quiere decir que si
sustraigo la cosa, pero todavía no la saco de la esfera de custodia del dueñ o, para
incorporarla a la esfera de custodia del hechor (que es cuando se consuma el delito) el
delito siempre va estar tentado, porque cuando actú o respecto de la cosa con á nimo
de señ or y dueñ o este se consuma. Entonces ¿en qué momento alcanza la frustració n?
No existe, se pasa de inmediato de la tentativa a la consumació n, porque desde que
actú e con á nimo de señ or y dueñ o se consuma.
Si digo que la apropiació n, en nuestro ordenamiento, tiene una doble faz (la
sustracció n má s el á nimo de apropiació n), entonces podemos adirmar lo siguiente: Si
yo tengo la sustracció n, pero aú n no el á nimo de señ or y dueñ o porque no la he podido
sacar de la esfera de resguardo, está tentado; y desde que la saque paso de inmediato
a ser señ or y dueñ o y a la consumació n del delito.
Acá se elevan a nivel de delitos actos que son preparatorios, y se puede llevar a
situaciones tan absurdas como una persona que es sometida a control de identidad, le
registran el vehículo y le encuentran una ganzú a, en principio podrían formalizarlo
por robo.
El otro problema que se da es que se puede formalizar por delito en robo en lugar
habitado, por abrir las rejas con las ganzú as, y ademá s por el Art. 445 por portar las
ganzú as, lo que en realidad es un medio para la ejecució n del primer delito. Acá se
afectaría el principio non bis in idem, entonces, para el efecto de concurso de leyes
debemos invocar el principio de absorció n para que no se castigue dos veces por el
mismo hecho.
El robo es un delito de acció n doble, porque requiere de dos actos para poder
consumarse: primero, el empleo de un medio de ejecució n, y segundo, la apropiació n.
El medio de ejecució n va a ser la violencia o intimidació n. Se trata de un delito
complejo formado por dos actos que, si lo observamos de forma singular, entendemos
que por un lado hay un hurto, y por otro, amenazas o lesiones, pero el legislador dice
que cuando esto se junta se forma el Art. 436 como tipo delictivo ú nico. Es, ademá s, un
delito pluriofensivo, en el sentido de que ofende a la propiedad mueble, y ademá s,
aparece la ofensa a la libertad individual con el empleo de violencia, y a la seguridad
individual por el empleo de la amenaza. Pero el bien primordial, que le da sentido a la
tutela, será la propiedad.
En el caso de la violencia, es importante que esta debe ser directa en el cuerpo del
paciente, pudiendo ser de un tercero. No es violencia cuando se aplica sobre las cosas
que tiene el paciente, como, por ejemplo, en el caso de un “carterazo” en que la víctima
alcanza a sostener la cartera, produciéndose un forcejeo en el cual la víctima cae y sale
lesionada; esto sería robo con sorpresa, y eventualmente, lesiones. Aunque se discute
má s el tema cuando se causan lesiones sobre si sería robo con sorpresa o robo con
violencia, pero en general, se resuelve que es lo primero, porque la violencia debe
ejercerse sobre la persona para que sea lo segundo.
Este es un delito de acció n doble. Por un lado debe haber un robo, y en segundo lugar,
debe haber un homicidio, y ambos se deben encontrar ligados por una especial
relació n, “con motivo u ocasión”. Es decir, si mato a la persona y luego veo que tiene un
celular, y se lo apropia, eso no es robo con homicidio. Ademá s se trata de un delito
complejo o compuesto, porque hay dos actos delictivos, y también es un delito
pluriofensivo, porque los bienes jurídicos protegidos son la propiedad y la vida
humana independiente, pero lo relevante en este delito es la propiedad. Acá la gente
mata para robar o al robar y, por tanto, debe haber una conexió n intrínseca entre la
muerte y el robo, si esto no se da nos queda un robo o hurto y un homicidio.
Para este tipo calificado, el Art. 433 establece distintos momentos donde puede
ocurrir la muerte:
a. Antes del robo, para procurar su ejecució n.
b. Durante este.
c. Inmediatamente después para favorecer la impunidad. Pero después de
cometido significa que debe realizarlo después de haber consumado el
desapoderamiento del sujeto de la cosa. No puede ser que robe la cosa y luego
de dos días se mate a la persona, pues ahí no existe un vínculo que permita
calificar por ese delito el tipo penal, y se aplican las figuras por separado.
b. ¿Qué pasa si me meto a un bus y con el objeto de robar a esas personas mato a
7? ¿Solo comprende el robo con homicidio? ¿O se podría pensar que con la
muerte de la primera persona ya se configura el tipo y las demá s serían otros
homicidios que se castigarían en concurso simple real? Soluciones:
i. Guzmá n dice que el delito se configura con una muerte; no se
pueden achacar mas muertes con el objeto de meterlas todas en
el mismo delito porque la vida tiene un valor. En consecuencia,
las demá s muertes se aplican en concurso real. Entonces tendré
una pena de delito de robo con homicidio y 6 penas de homicidio.
En la opinió n de nuestro ayudante, Felipe Gonzá lez, el resultado
es absurdo porque la pena del Art. 433 es de presidio mayor en
su grado medio a presidio perpetuo calificado, es decir, ya podría
haber presidio perpetuo calificado y ademá s se debería condenar
a 10 añ os y un día mínimo por cada uno de los homicidios, es
decir 60 añ os y presidio perpetuo calificado respecto del otro. El
legislador no puede llegar a ese nivel de absurdo.
ii. La mayoría de la doctrina dice que el delito de robo con
homicidio es un delito complejo, pero la pena es, también,
compuesta, porque tiene distintos grados que van de presidio
mayor en su grado medio a presidio perpetuo calificado. En ese
contexto, si veo un robo con homicidio que, ademá s, implica la
muerte de 6 personas má s, se aplica el Art. 69, segú n el cual,
dentro de los límites de cada grado el tribunal determinará la
cuantía de la pena en atenció n a la mayor o menor extensió n del
mal producido por el delito. En el presente caso debiese aplicarse
presidio perpetuo calificado.
Solo vamos a señ alar que, de la redacció n del robo con violació n es imposible que se
den situaciones reales. Si siguiéramos la redacció n propiamente tal, solo podríamos
concebir situaciones de laboratorio.
Lo importante acá es ¿qué pasa si existe, por ejemplo, una violació n frustrada con
robo, y un robo frustrado con violació n? La doctrina se divide:
a. Aplicar la ficció n de consumació n del Art. 450, artículo segú n el cual se castiga
a los delitos de robo con violencia, robo en lugar habitado, y los del Art. 433
como consumado cuando se encuentren en grado de tentativa.
b. Buena parte de la doctrina, guiados principalmente por L. Rodríguez Collado,
señ alan que este delito no admite comisió n imperfecta porque como es una
figura compleja, deben concurrir los dos delitos de forma consumada para
estar frente al robo con violació n. Es decir, debe haber un robo y debe haber
una violació n.
Esta discusió n también se aplica al robo con homicidio, respecto de un robo frustrado
con homicidio o un homicidio frustrado con robo.
Otra cosa importante dice relació n con la agravante “cometer el delito con pluralidad
de malhechores” del Art. 456 Bis. Al respecto, hay 3 interpretaciones:
a. La primera, de Jorge Mera, señ ala que debemos entender la expresió n
malhechor como delincuente, que es quien tiene antecedentes penales, es
decir, la agravante solo se podrá aplicar cuando sujeto que realiza el delito
tiene antecedentes penales. Esta postura ha sido fuertemente criticada, porque
el autor se basa en la RAE para la acepció n de malhechor, pero ciertamente no
es la primera que entrega la Academia, puesto que la primera es “el que comete
un delito”.
b. La pluralidad, en este sentido, va a generar un problema si yo considero un
robo con violencia donde Douglas intimida y Víctor Alfonso saca las cosas. Es
decir, donde uno realiza el delito de amenaza, y el otro el delito de hurto.
Ocurrirá que a Douglas se le imputará la apropiació n de Víctor Alfonso, y a éste
ú ltimo se le imputará la amenaza de Douglas, considerá ndolos coautores, por
cuanto existe una convergencia intencional y una divisió n de funciones. Si
utilizo estos elementos para considerar la coautoría, y no castigo a cada uno
por lo que hizo, no se puede considerar la pluralidad de malhechores para
agravar esa situació n, porque ya la pluralidad se utiliza para calificar el delito
en coautoría, por lo que habría una vulneració n al principio del non bis in idem.
Sin embargo, si ambos realizaron la misma conducta, si ambos amenazan a la
persona y se apropian de cosas, en ese caso no habría coautoría propiamente
tal y si habría pluralidad.
El fundamento de la agravante es que existe un aumento en el grado de
indefensió n de la víctima, y, en consecuencia, la pluralidad debe entenderse en
ese contexto. Si la pluralidad no implica un aumento en esta indefensió n, no se
aplica.
c. Lo tercero dice relació n con el caso del robo con intimidació n, cuando la
intimidació n viene dada por la pluralidad. Por ejemplo, si alguien roba no con
armas u otros objetos intimidantes sino con diez personas que resguardan el
hecho. Se entiende que, al ocupar la superioridad numérica para generar
intimidació n, no podría aplicarse esta agravante, porque la pluralidad se utiliza
para cometer el delito, y por tanto, si se aplicara este artículo, se infringe el Art.
63 en cuanto a lo que es el principio de inherencia.
G. Oliver señ ala 5 criterios distintos para entender cuando podríamos estar ante una
pluralidad de malhechores:
1. Que todos los sujetos tenga el dominio del hecho.
2. Que todos los sujetos realicen las mismas conductas.
3. Que no choque esto con la autoría, en cuanto al principio non bis in idem.
4. Que esto genere una mayor indefensió n respecto de los mecanismos de
defensa de la víctima.
5. Que sea funcional para la ejecució n del delito.