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EL PROCESO HACIA LA DESCENTRALIZACIÓN, 1995-2006

En este trabajo me propongo elaborar un análisis acerca de las recaudaciones del gobierno

mexicano, así como las devoluciones que hace éste a las entidades federativas. Para lograr

el cometido se utilizarán las bases de datos del INEGI (Finanzas públicas estatales) y del

Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (Recaudación Bruta de Impuestos Federales

por Entidad Federativa). Por otro lado, las lecturas que permitieron, principalmente,

producir este ensayo fueron “Sistema Tributario Mexicano 1990-2000 Políticas Necesarias

para Lograr la Equidad (La Reforma Hacendaria de la Presenta Administración)”; “Las

huellas en los números” y “¿Las transferencias federales han logrado reducir la desigualdad

en las entidades federativas en México?”.

EL RECUENTO HISTÓRICO, 1910-1990

A pesar de los obstáculos que afligían al sistema tributario, desde 1910 hasta 1970, el

Estado mexicano fue capaz de obtener mayores recaudaciones a partir del dinero producido

por empresas, grupos y personas. Esto permitió que el gobierno de México asegurara su

propio funcionamiento y tuviera la oportunidad de extender y evolucionar su gasto público.

Sin embargo, el incremento que ha tenido el país no alcanza el de otras naciones, entonces

se puede caracterizar a la hacienda pública mexicana como pobre, pequeña o con una baja

carga fiscal.1 De hecho, la escasa carga tributaria ha provocado que se recurra a otras

1
Luis Aboites Aguilar, “Las huellas en los números”, en Excepciones y privilegios, 1a ed.,
modernización tributaria y centralización en México, 1922-1972 (El Colegio de Mexico, 2003), 31–
60, https://doi.org/10.2307/j.ctv47wdfp.4.
fuentes de financiamiento para completar el gasto público, por ejemplo: el crédito externo,

el crédito interno y el encaje legal.2

Entre 1970 y 1990, México permaneció en una dinámica social y económica peculiar.

En los años setenta, el país tuvo un crecimiento de 6.7 por ciento cada año, incluso cuando

a mediados del decenio, éste experimentó un proceso lento de florecimiento económico.

Por otro lado, el periodo de los ochenta es considerado como una década perdida, ya que el

crecimiento fue de 1.7 por ciento.3 Además, en 1990 se terminaron de sentar las bases

institucionales del moderno centralismo fiscal. Éste se fundamenta

en la conformación de un Gobierno central que detenta la soberanía de objeto y

administrativa y, por lo tanto, la capacidad de decisión sobre el sistema tributario

del país y, por otra parte, en unos gobiernos locales dependientes de la política de

ingresos del Gobierno federal y de los recursos financieros que éste les

proporciona.4

En pocas palabras, se puede resumir que, teniendo en cuenta las condiciones distintivas

como nación federal y la situación de crisis económica con sus impactos sobre las finanzas

públicas, el Estado mexicano se vio obligado a cambiar su política económica y fiscal.5

¿Y EN LA TRANSICIÓN DEMOCRÁTICA?, 1995-2006

2
Ignacio Bonilla López, “Sistema Tributario Mexicano 1990-2000 Políticas Necesarias para Lograr
la Equidad (La Reforma Hacendaria de la Presenta Administración)” (Universidad Nacional
Autónoma de México, 2002), http://www.economia.unam.mx/secss/docs/tesisfe/BonillaLI/tesis.html.
3
José Gerardo Moreno Ayala, “Los orígenes contemporáneos del centralismo fiscal en las
relaciones intergubernamentales en México (1970-1990)”, Revista Facultad de Ciencias
Económicas: Investigación y Reflexión XXIII, núm. 2 (2015): 179–90,
https://www.redalyc.org/pdf/909/90943601013.pdf.
4
Ídem.
5
Ídem.
De 1995 hasta 2006, las distintas iniciativas en materia fiscal han tenido una delineada

orientación hacia el estímulo, el tratamiento especial y los incentivos. No obstante, si se

observan los últimos 30 años no hubo crecimiento económico ni mayor inversión de los

particulares, más bien lo que sí ha sucedido es que el fisco dejó de recaudar cuantiosos

recursos.6

Los ingresos tributarios son los ingresos principales de la federación, debido a que

entre 1990 y 2000 éstos representan más del 65 por ciento del total. 7 Asimismo, el aumento

de los ingresos tributarios en México son importantes para ampliar el desarrollo social de

sus municipios y entidades federativas.8

El cuadro 1 refleja ciertas tendencias. La aportación que hace el norte a la

recaudación bruta de impuestos federales es de 25 por ciento aproximadamente. Por otra

parte, el norte-centro y sur son las zonas donde se recaudan menos impuestos, sin embargo,

en los años de estudio (1995, 2000, y 2006) se observa que su distribución porcentual ha

aumentado. Asimismo, este cuadro señala el proceso de descentralización que México

sufrió. La zona centro ha ido perdiendo protagonismo en cuanto a la recaudación, ya que se

percibe una ligera pérdida porcentual. En otras palabras, nuestro país se ha vuelto

tenuemente menos dependiente de esta región.9

6
Bonilla López, “Sistema Tributario Mexicano 1990-2000 Políticas Necesarias para Lograr la
Equidad (La Reforma Hacendaria de la Presenta Administración)”.
7
Moreno Ayala, “Los orígenes contemporáneos del centralismo fiscal en las relaciones
intergubernamentales en México (1970-1990)”.
8
Bonilla López, op. cit.
9
Para este ensayo se empleará la agrupación de estados producido por McCaa. El norte está
compuesto por Baja California (sur y norte), Chihuahua, Coahuila, Durango, Nuevo León, Sinaloa,
Sonora y Tamaulipas; la región norte-centro por Aguascalientes, Colima, Guanajuato, Jalisco,
Nayarit, Querétaro, San Luis Potosí y Zacatecas; la zona centro por el Distrito Federal, Estado de
México, Guerrero, Hidalgo, Michoacán, Morelos, Puebla, Tlaxcala y Veracruz; y finalmente, el
territorio sur comprende de Campeche, Chiapas, Oaxaca, Quintana Roo, Tabasco y Yucatán.
CUADRO 1
DISTRIBUCIÓN PORCENTUAL DE LA RECAUDACIÓN BRUTA DE IMPUESTOS FEDERALES POR
ZONAS
1995 2000 2006
Norte 23.61 22.97 24.54
Norte-centro 7.04 8.97 9.70
Centro 67.13 65.89 62.96
Sur 2.22 2.17 2.79
Fuente: Elaborado por el CEFP de la H. Cámara de Diputados, con base en datos del Cuaderno de Información
Oportuna Regional 1995-2006, INEGI.

Ahora bien, una de las metas del federalismo fiscal es cerrar las brechas de

desigualdad regional a través de un apropiado sistema de distribución que garantice una

asignación equitativa de recursos entre las entidades federativas.10 Aún más, de acuerdo con

la Ley de Coordinación Fiscal, las haciendas públicas de los estados son las responsables de

ejercer la repartición para contestar a las necesidades locales de la población.11

La descentralización fiscal significa que los gobiernos federales disminuyan su

poder para darles a los gobiernos estatales mayor autoridad y responsabilidad en el

abastecimiento de bienes públicos. El federalismo fiscal encuentra un equilibrio entre los

distintos órdenes de gobierno y las maneras de instrumentar las transferencias.12

Las transferencias federales son importantes ya que representan una fuente de

recursos fundamental. Éstas componen el 85 por ciento de los ingresos de las entidades

federativas.13 Por otra parte, una característica inequívoca del periodo de 1995-2006 es el

aumento de las participaciones y aportaciones federales a los estados. Empero, los

10
Nancy Carmona Guerrero y Cynthia Caamal-Olvera, “¿Las transferencias federales han logrado
reducir la desigualdad en las entidades federativas en México?”, SciELO Analytics XV, núm. 1
(2018): 21, http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1870-
66222018000100031&lng=es&nrm=iso&tlng=es.
11
Ídem.
12
Wallace E. Oates, “An essay on fiscal federalism”, Journal of Economic Literature 37, núm. 3
(1999): 1120–49, https://doi.org/10.1257/jel.37.3.1120.
13
Carmona Guerrero y Caamal-Olvera, op. cit.
gobiernos de las entidades federativas se han quedado con los ingresos menos redituables,

eficientes, elásticos y recesivos.14

En el cuadro 2 también se hacen visibles algunas tendencias. Por ejemplo, en la

región norte la distribución porcentual ha disminuido y, de hecho, es la zona que ha sufrido

una mayor disminución. El norte-centro también padeció una reducción, su porcentaje

respecto a años anteriores bajó. Como contraparte está el sur, esta zona ha aumentado sus

proporciones distributivas porque, conforme pasan los sexenios y periodos, sus

aportaciones y participaciones federales incrementan. Finalmente, el territorio centro no ha

experimentado una orientación tan marcada. De 1995 a 2000, esta región percibió un

crecimiento en su distribución porcentual, pero entre 2000 y 2006 padeció una caída.

CUADRO 2*
DISTRIBUCIÓN PORCENTUAL DE LAS FINANZAS PÚBLICAS ESTATALES (PARTICIPACIONES Y
APORTACIONES FEDERALES) POR ZONAS
1995 2000 2006
Norte 32.77 24.34 23.72
Norte-centro 21.29 18.96 18.41
Centro 32.95 42.18 40.8
Sur 12.99 14.52 17.06
Fuente: INEGI, 2019 15

EL EQUILIBRIO ENTRE RECAUDACIONES Y ASIGNACIONES

El cuadro 3 evidencia si el gobierno ha devuelto más dinero del que las entidades

federativas han recaudado o viceversa. Por ejemplo, la zona norte siempre ha

14
Moreno Ayala, “Los orígenes contemporáneos del centralismo fiscal en las relaciones
intergubernamentales en México (1970-1990)”.
15
En este cuadro no se tomó en consideración a Durango e Hidalgo (1995), tampoco a Yucatán
(2000). Esto porque el INEGI no proporcionó los datos.
experimentado una constante tendencia: ha tenido pérdidas, es decir, el dinero de las

participaciones y aportaciones federales ha sido menor al recaudado por esta región. Caso

contrario es el norte-centro, éste invariablemente recibe más capital del que ha recolectado;

la diferencia entre 2000 y 2006 es considerable. Por su parte, el centro es similar al norte,

no obstante, es la región que más aporta y menos recibe, la diferencia respecto a otras

regiones es significativa. Incluso la diferencia entre las cantidades de 1995 y 2000 de esta

zona son cuantiosas. Por último, el área sur del país es igual a la del norte-centro, debido a

que en los tres periodos (1995, 2000, 2006) siempre ha recibido más de lo que ha dado. De

hecho, como se puede observar en la tabla, es la zona que mejor diferencia tiene, goza de

más “ganancias”.

CUADRO 3*
DIFERENCIA ENTRE RECAUDACIÓN BRUTA DE IMPUESTOS FEDERALES CON
PARTICIPACIONES Y APORTACIONES FEDERALES POR ZONAS (MILES DE PESOS CORRIENTES)
1995 2000 2006
Norte -17,327,536 -75,908,927 -61,434,543
Norte-centro 5,902,347 5,664,662 43,191,198
Centro -108,538,926 -321,130,157 -307,468,248
Sur 7,969,398 42,457,394 100,304,219
Fuente: CEFP de la H. Cámara de Diputados, con base en datos del Cuaderno de Información Oportuna Regional 1995-
2006, INEGI; INEGI, 2019. 16

Finalmente, en el cuadro 4 lo que me interesa señalar son aquellos estados que

reciben menos de lo que dan. En 1995 hubo doce entidades federativas (Baja California,

Chihuahua, Colima, Distrito Federal,17 Estado de México, Morelos, Nuevo León,

Querétaro, Quintana Roo, Tamaulipas, Veracruz y Yucatán) que recaudaban más dinero del

16
En este cuadro no se tomó en consideración a Durango e Hidalgo (1995), tampoco a Yucatán
(2000). Esto porque el INEGI no proporcionó los datos.
17
Hoy su nombre oficial es Ciudad de México.
que recibían por parte del gobierno federal. En este periodo se nota una tendencia más

federalista.

Esta tendencia se ve reducida en el 2000, ya que más estados recolectaron menos de

lo que obtuvieron. Durante el gobierno de Vicente Fox Quesada, el primer sexenio panista,

hubo menos estados que recibieron menos de lo que entregaron, en otras palabras, el

número de entidades federativas con “ganancias” se redujo. En esta lista se encuentra

Aguascalientes, Baja California, Chihuahua, Coahuila, Colima, Distrito Federal, Jalisco,

Nuevo león, Querétaro y Tamaulipas.

En el 2006, entra en escena la misma tendencia del 2000, incluso la enumeración

disminuyó a más de la mitad debido a que sólo cuatro estados recibieron menos de lo que

dieron. En este caso, fueron el Distrito Federal, Colima, Nuevo León y Tamaulipas. Lo

anterior señala una orientación: la federación regresó más dinero del que recaudaron los

estados. El caso debería ser completamente lo contrario, debido a que, en un Estado federal,

las entidades federativas deberían de recolectar más dinero del que reciben. Este cuadro

apunta a que México no se ha convertido en un federalismo “federal”, sino en un

federalismo “central”, por así nombrarlo.

Los periodos de estudio reflejan que el gobierno federal se ha encargado de recaudar

más impuestos que los estados. Esto debería de haber sido al revés, las entidades

federativas tendrían que haber recolectado más que la administración nacional. De esto

modo, se podría decir que los estados junto con los municipios sostendrían al gobierno

federal y no viceversa.
CUADRO 4*
DIFERENCIA ENTRE RECAUDACIÓN BRUTA DE IMPUESTOS FEDERALES CON
PARTICIPACIONES Y APORTACIONES FEDERALES POR ENTIDADES FEDERATIVAS (MILES DE
1995 2000 2006
Aguascalientes 36,509 -735,860 3,037,509
Baja California -2,206,222 -5,442,637 1,662,512
Baja California Sur 177,848 1,147,100 1,947,529
Campeche 786,699 3,001,165 5,942,747
Chiapas 786,699 3,001,165 5,942,747
Chihuahua -927,050 -2,671,778 5,133,273
Coahuila 10,888,164 -4,111,422 5,031,532
Colima -98,595 -3,894,553 -17,390,385
Distrito Federal -109,787,327 -363,430,979 -436,974,483
Durango 0 5,129,345 11,106,536
Guanajuato 1,150,957 6,437,404 16,017,213
Guerrero 547,163 11,413,906 22,430,575
Hidalgo 0 6,372,045 14,136,225
Jalisco 2,211,269 -6,673,794 6,763,338
México -2,006,009 241,384 26,933,180
Michoacán 2,003,377 9,955,545 20,230,018
Morelos -36,383 2,522,049 7,125,737
Nayarit 917,113 4,074,099 7,307,367
Nuevo León -12,423,344 -41,481,007 -50,753,873
Oaxaca 2,038,536 12,190,303 25,847,514
Puebla 902,784 5,324,977 23,041,111
Querétaro -360,982 -1,484,905 4,404,904
Quintana Roo -219,246 539,406 2,741,025
San Luis Potosí 1,086,674 4,089,064 14,792,842
Sinaloa 478,167 4,758,945 11,456,606
Sonora 408,925 3,888,932 8,978,704
Tabasco 2,134,981 11,301,510 25,193,256
Tamaulipas -13,724,024 -37,126,406 -52,672,339
Tlaxcala 143,791 2,782,780 6,840,095
Veracruz -306,322 3,688,137 8,769,295
Yucatán -191,491 0 8,615,330
Zacatecas 959,402 3,853,207 8,258,411
Fuente: CEFP de la H. Cámara de Diputados, con base en datos del Cuaderno de Información Oportuna Regional 1995-
2006, INEGI; INEGI, 2019. 18

¿A QUÉ SE LLEGA?

18
En este cuadro no se tomó en consideración a Durango e Hidalgo (1995), tampoco a Yucatán
(2000). Esto porque el INEGI no proporcionó los datos.
Sin duda alguna, y bien recalca Luis Aboites, la geografía fiscal permite trazar un mapa de

México donde la heterogeneidad y la desigualdad social relucen a primera vista.19 Por otro

lado, este mismo lienzo demuestra que nuestro país refugia gran parte de las recaudaciones

por impuestos en su capital, la Ciudad de México.20 Además, el gasto público no es

suficiente para atender apropiadamente tanto en cantidad como calidad a las necesidades de

la población. Incluso tampoco es capaz para generar las condiciones para un mejor

funcionamiento de la economía y mayores ritmos de crecimiento en el país.21

Un Estado fiscalmente fuerte creará la posibilidad de que México presente una

recuperación económica sólida, sostenida, acelerada y duradera en los años venideros. De

forma análoga, en un futuro se podrá tener un país capaz de promover, orientar, estimular y

actuar efectivamente en la promoción de la economía, el bienestar social y la distribución

más equitativa los beneficios del crecimiento de la economía.22

La edificación de un sistema tributario eficaz, eficiente, equitativo, justo, de acuerdo

a los menesteres de una economía con profundos rezagos económicos y sociales y al

entorno de los mercados externos, necesita de profundas reformas en la gestión tributaria,

en su diseño y, finalmente, en su articulación con las políticas de gasto público y

crecimiento económico.23 Está de más decir que los países con un alto desarrollo

económico y bienestar social, presentan, en común, la característica de altos niveles de

recaudación tributaria.

Bibliografía

19
Aboites Aguilar, op. cit.
20
Ídem.
21
Bonilla López, op. cit.
22
Ídem.
23
Moreno Ayala, op. cit.
Aboites Aguilar, Luis. “Las huellas en los números”. En Excepciones y privilegios, 1a ed.,
31–60. modernización tributaria y centralización en México, 1922-1972. El Colegio de
Mexico, 2003. https://doi.org/10.2307/j.ctv47wdfp.4.

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Lograr la Equidad (La Reforma Hacendaria de la Presenta Administración)”.
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Carmona Guerrero, Nancy, y Cynthia Caamal-Olvera. “¿Las transferencias federales han


logrado reducir la desigualdad en las entidades federativas en México?” SciELO
Analytics XV, núm. 1 (2018): 21. http://www.scielo.org.mx/scielo.php?
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CEFP. “Recaudación Bruta de Impuestos Federales”. México, Centro de Estudios de las


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http://www3.diputados.gob.mx/camara/001_diputados/006_centros_de_estudio/
02_centro_de_estudios_de_finanzas_publicas__1/005_indicadores_y_estadisticas/
03_estatales/04_recaudacion_de_impuestos_federales_por_entidad_federativa

INEGI. “Estadística de finanzas públicas estatales y municipales”. México, Instituto


Nacional de Estadística y Geografía.
https://www.inegi.org.mx/sistemas/olap/proyectos/bd/continuas/finanzaspublicas/
fpest.asp?s=est&c=11288&proy=efipem_fest

McCaa, Robert. “El poblamiento del México decimonónico: escrutinio crítico de un siglo
censurado”. En El poblamiento de México, 90–113, 1993.

Moreno Ayala, José Gerardo. “Los orígenes contemporáneos del centralismo fiscal en las
relaciones intergubernamentales en México (1970-1990)”. Revista Facultad de
Ciencias Económicas: Investigación y Reflexión XXIII, núm. 2 (2015): 179–90.
https://www.redalyc.org/pdf/909/90943601013.pdf.

Tiebout, Charles M. “A Pure Theory of Local Expenditures”. The Journal of Political


Economy. Vol. 64, 1956. https://www.journals.uchicago.edu/doi/pdf/10.1086/257839.

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