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El documento es un obituario que lamenta la muerte repentina de María del Socorro Cortázar Cáez. Describe a María como una mujer fuerte, solidaria y comprometida con su familia y comunidad que siempre mostró su cariño y afecto hacia los demás. A pesar de su partida repentina, su legado y enseñanzas vivirán en los corazones de su familia. El autor pide paz para el alma de María.
El documento es un obituario que lamenta la muerte repentina de María del Socorro Cortázar Cáez. Describe a María como una mujer fuerte, solidaria y comprometida con su familia y comunidad que siempre mostró su cariño y afecto hacia los demás. A pesar de su partida repentina, su legado y enseñanzas vivirán en los corazones de su familia. El autor pide paz para el alma de María.
El documento es un obituario que lamenta la muerte repentina de María del Socorro Cortázar Cáez. Describe a María como una mujer fuerte, solidaria y comprometida con su familia y comunidad que siempre mostró su cariño y afecto hacia los demás. A pesar de su partida repentina, su legado y enseñanzas vivirán en los corazones de su familia. El autor pide paz para el alma de María.
No habían transcurrido 72 horas de haberla llevado a la clínica cuando nos sorprendió con su partida, nuestra hermana, María del Socorro Cortázar Cáez el 21 del presente mes, incapacidad de entender algo irreflexivo que a ninguno de la familia había traspasado por su pensamiento, mas en este mes de Diciembre donde todo es alegría, paz y tranquilidad familiar. Así son las inconsistencias de la vida nos apremio velozmente con su partida. Son momentos difíciles e indescriptibles que a los seres humanos nos toca vivir. Nos duele su partida, valoramos con exactitud el vacio que nos deja, mas cuando en su peregrinación interior, siempre mostró su cariño y afecto. Su espontaneidad la acercaba a todos por igual, sensible, conciliadora y solidaria, líder incansable con su comunidad, que con sus ideas y opiniones cristalinas impulsaba las actividades a realizar. Sus características de una mujer fuerte, tenaz y su templanza optimista que llevaba en los confines de su alma, de sus pensamientos y sentimientos la hicieron cada día más humana social y cívica. Fue el péndulo que marcaba los movimientos de su familia y comunidad, el epicentro de las reuniones que las animaba con su jocosidad, alegría, felicidad y sus bromas en las tertulias, siempre en sus diálogos manifestó la alegría de servir y ayudar incondicionalmente. Fue el agua que regaba el jardín para que las plantas crecieran alegremente y dieran flores. Esas flores son sus hijos a quien educó con honestidad, sinceridad y pulcritud de igual forma esta brillaba en su hogar tomando todas la riendas, apoyada por su esposo con el cual formó una pareja ideal el uno para el otro. Dios los unió con unas cualidades semejantes. Este ángel que partió, el cielo se halla tachonado y adornado de luminarias infinitas por la llegada al paraíso celestial de este ser querido. Desde esa perspectiva, nuestra hermana “Socorro”, como cariñosamente se le conoció y se le seguirá recordando, ella ha iniciado su viaje hacia lo eterno, ese surtidor de luz del universo. Tras de sí, no ha quedado sobra alguna. Hoy, desde el campo unificado en donde se tiene la certeza de la dicha plena, nos bastará pensar en ella para que se haga presente ante nosotros con la certeza y la firmeza de su luz fraterna. No le tememos a su despedida, le tememos a la desolación que inunda nuestras almas, sentimientos, tristezas y alegrías, con este adiós y esta despedida mueren sueños hermosos que no arruga el corazón en donde su latir se vuelve lento. Como comprenderte y comprendernos, fue tocar el cielo y ver los hermosos de la vida que está tan herida y lastimada por su partida fugaz, que nos ha sorprendido y confundidos a todos que es la hora y no hemos despertado de este sueño. Nos quedan tus fructíferos recuerdos, pero más tus enseñanzas, tu legado inconmensurable que los llevamos en el fondo de nuestros corazones, gracias mi ángel de nuestra familia por haber compartidos momentos de esperanzas, de ilusión y de felicidad, ya estas entrando al ocaso del firmamento en donde hay paz y alegría. Se ama de todo corazón y se lleva muy hondo impregnado en los anaqueles de nuestra existencia con una penumbra que nos bloquea el pensamiento y nos agranda el sentimiento, para que sus recuerdos no se vuelvan zumos de nostalgia y sino satisfacción de hacer las cosas humanamente, sensible y cariñosa como a ella las hacía. Agradecerles inmensamente a toda nuestra familia, amigos y amigas, por habernos rodeados y acompañado e irradiado de ese calor humano de solidaridad y darnos fuerza y fortaleza para afrontar esta pérdida irreparable. Oh, Señor te pedimos para María del Socorro. A quien envolviste siempre de amor y cariño infinito, concédele libre de todos los males participar en tu reino en el descanso eterno. Paz en su tumba