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Diferencias entre el autismo y el

síndrome de Asperger
A menudo, se confunde el síndrome de Asperger con el autismo debido a que ambos
son trastornos que afectan al desarrollo psicológico a causa de anomalías en el
funcionamiento y en el desarrollo del cerebro. Sin embargo, lo cierto es que la confusión
que se genera viene dada debido a que el síndrome de Asperger forma parte del
Trastorno del Espectro Autista (TEA), sin embargo, no son lo mismo, sino una
variante de este tipo de trastornos.

Cuando hablamos del síndrome de Asperger hacemos referencia a las


conductas que padecen los niños y las niñas en su comportamiento y en sus
características. No obstante, el niño o la niña que lo padece tiene una inteligencia
absolutamente estándar. El trastorno que padecen no resulta evidente, puesto que
únicamente se aprecia en la cercanía de su entorno social, debido a que tienen
problemas para relacionarse con otras personas.
Por otro lado, según la OMS, el autismo es un trastorno neurológico para toda
la vida. Un niño que padece autismo tiene dificultades para relacionarse y
comunicarse con otras personas y reproduce comportamientos de forma
repetitiva. Se trata de un trastorno que muchas veces se detecta desde el mismo
nacimiento, pero otras veces se observa a lo largo de su desarrollo. Esto es así ya que
suele afectar más a la comunicación, tanto verbal como no verbal.

Aunque a simple vista puede parecer que ambos trastornos comparten características
muy similares, lo cierto es que son muchos los aspectos en los que se
diferencian. En este sentido, hay cinco características fundamentales para
poder diferenciar el síndrome de Asperger y el autismo:

5 diferencias clave entre el síndrome Asperger y el


autismo

El lenguaje

Es una de las diferencias clave entre ambos trastornos, pues el lenguaje puede verse
afectado en las personas con autismo, mientras que las personas con
síndrome de Asperger poseen un vocabulario más enriquecido. Asimismo,
una de las variaciones más notables entre ambos podemos encontrarla en la capacidad
comunicativa para hablar de un tema cuando realmente causa interés en su persona.

Los movimientos

La forma de andar, la manera de realizar cualquier movimiento es bastante


característica en una persona con síndrome de Asperger, debido a que suelen
ser desplazamientos un poco menos ágiles, mientras que, por su parte, las
personas con autismo realizan movimientos estereotipados o repetitivos.
El diagnóstico

De forma habitual, cuando una persona padece síndrome de Asperger el


diagnóstico se suele realizar después de los tres años, ya que los indicios para
detectarlo suelen ser más tardíos. Sin embargo, el autismo se manifiesta de forma
mucho más evidente durante los tres primeros años de vida.

El interés

Las personas que padecen síndrome de Asperger presentan un interés a veces


obsesivo en los temas o las áreas que más les gustan o les interesan, mientras
que las personas que padecen autismo no presentan este enfoque tan
marcado. No obstante, en su caso, pueden llegar a padecer colapsos emocionales
cuando se les cambia un objeto de su entorno que había estado siempre en el mismo
lugar.

La dificultad para relacionarse

A menudo, las personas con autismo muestran poco interés en relacionarse o


hacer amigos debido a su dificultad para ello y a su desinterés, sin embargo,
las personas con síndrome de Asperger tienen en general más ganas de
relacionarse, aunque sus dificultades puedan hacerles sentir frustrados.

En conclusión, aunque estas son cinco diferencias clave entre los niños y las niñas que
padecen el síndrome de Asperger y los que padecen autismo, cada persona es un
universo propio y pueden tener características muy diferentes entre sí. De
este modo, hay que prestar mucha atención a los síntomas que pueden presentarse para
tratarlos correcta y específicamente según cada caso particular.

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