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Las emociones en la toma de decisiones

Imagen 1.1. Recuperado de https://factorcapitalhumano.com/mundo-del-trabajo/cuando-un-empleado-renuncia-se-podia-


evitar/2019/09/

En la clase anterior abordamos “la resolución de problemas y conflictos con IE” En


esta clase estudiaremos la importancia de tomar decisiones con inteligencia emocional.
¿Alguna vez has tomado una decisión dejándote llevar por un impulso y segundos
después estabas completamente arrepentido? La capacidad de tomar decisiones
asertivamente es sin duda una habilidad adaptativa necesaria que incluso puede orientar
el rumbo de nuestra vida en determinado momento. ¡Empecemos!

Este documento hace parte del curso de Inteligencia Emocional (IE) disponible bajo licencia Attribution-
NonCommercial-ShareAlike 4.0 International (CC BY-NC-SA 4.0) modificado y adaptado por Edutin
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La importancia de la inteligencia en la toma de decisiones

Cada día nos enfrentamos a diversos momentos en los que debemos tomar una decisión,
muchas de ellas son prácticamente automáticas, menos pensadas y otras mucho más
elaboradas y trascendentales, pero desde el mismo momento en que salimos de la cama
en las mañanas estamos tomando decisiones, qué ropa ponerse, qué desayunar, y así a
lo largo del día nos vemos enfrentados a tomar decisiones importantes o no, pero todas
ellas nos definen y orientan el curso de nuestra vida.

Para el Dr. Antonio Damasio, neurólogo portugués y autor de los libros “El error de
Descartes” y “El cerebro creó al hombre” la razón está directamente relacionada con las
estructuras físicas y las emociones participan directamente en la forma como una persona
razona, el Dr. Damasio llegó a estas conclusiones después de sus estudios e
investigaciones en pacientes que tenían daños en la corteza prefrontal.

Con respecto a la toma de decisiones el Dr. Damasio argumenta que “el objetivo de
razonar, es la toma de decisiones”, esencialmente decidir es elegir entre las
posibilidades disponibles en una situación específica.

Para el neurólogo, “El proceso de decidir” implica tener conocimientos acerca de:
- La situación que necesita resolver.
- Las opciones o posibilidades entre las que tiene que elegir.
- Las consecuencias de la decisión a corto y a largo plazo.

Sin embargo, el proceso de decidir no siempre es consciente, en algunas ocasiones,


requiere un aprendizaje previo, pero posteriormente se presenta de manera automática,
por ejemplo, cuando esquivamos un objeto al caer, tenemos un conocimiento previo de
que el objeto puede lastimarnos y posteriormente ante este evento lo esquivamos sin
pensar demasiado en las opciones y las consecuencias.

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Para el Dr. Damasio, hacer una apropiada elección es elegir una opción que nos
proporcione una ventaja o un beneficio y también hacerlo en un tiempo prudencial,
especialmente cuando el tiempo apremia.

¿Cómo llevamos a cabo el proceso de decidir?

Existen dos concepciones de la forma en que llevamos a cabo el proceso de decidir, una
es la llamada “razón elevada” según la cual se elige sin tomar en cuenta las emociones,
más guiados por el sentido común y la lógica, no obstante, el Dr. Damasio cuestiona esta
concepción pues considera que, es muy difícil dejar de lado las emociones a la hora de
decidir. Sugiere entonces que para tomar una decisión por más racional que esta pueda
ser, se necesita “un marcador emocional”

La otra concepción es la de “La hipótesis del marcador somático” del Dr. Damasio, el
cual se da a partir de factores biológicos, pero esencialmente a través de las experiencias
de vida particulares de cada persona, los marcadores son generados por las emociones y
conectados mediante el aprendizaje a resultados futuros, expliquemos con un ejemplo
para alcanzar una mayor comprensión, cuando una persona se ve enfrentada por primera
vez a la muerte de un ser querido, se genera un “marcador somático” asociado a la
experiencia, el marcado es una especie de almacenamiento de emociones y sentimientos
que en este caso son de tristeza y dolor, la próxima vez que algún ser querido enferma,
la mente puede evocar el marcador somático y hacer que se disparen en la persona,
todas las emociones y sentimientos relacionados con la experiencia previa.

Las investigaciones y estudios de el Dr. Damasio permiten concluir este apartado


diciendo, “que la toma de decisiones tiene un componente racional que no se puede
desligar del componente emocional” En el siguiente apartado intentaremos da
respuesta a la pregunta ¿Cómo podemos manejar nuestras emociones y sentimientos en
la toma de decisiones?

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¿Cómo manejar las emociones en la toma de decisiones?

Tomando en cuenta el modelo de inteligencia emocional tanto de Salovey y Mayer como


el de Daniel Goleman, podemos concluir que en la medida en que una persona trabaja en
su autoconciencia es decir la capacidad de ser consciente de sí mismo y de identificar las
emociones que determinado evento le genera, en la medida en que puede identificar la
emoción, etiquetarla, estará en mayor capacidad de hacer elecciones adecuadas, de
tomar decisiones más conscientes y pensadas, cuando se trate de decisiones
trascendentales.

En la medida en que una persona tiene un dominio alto de sí misma, una mayor fuerza de
voluntad, no será presa fácil de sus impulsos. Aunque, no podemos evitar el componente
emocional en la toma de decisiones, a continuación relacionamos algunas sugerencias
que nos permitirán ser más asertivos al momento de decidir:

1. Evitar tomar decisiones importantes en un momento de alta intensidad o


inestabilidad emocional.
2. Tal y como lo sugiere el Dr. Damasio, procurar tomar las decisiones importantes
en un tiempo prudencial, si bien se necesitara tiempo para sopesar la decisión,
también es necesario evitar extender el plazo demasiado, ya sé que puede caer en
la inactividad, es decir no tomar finalmente ninguna decisión.
3. Analizar las consecuencias de la decisión, revisando el costo/beneficio y el
impacto que puede tener a corto y largo plazo en nuestra vida e incluso en la vida
de las personas que nos rodean.
4. Evitar pedir demasiadas opiniones ajenas, porque es posible caer en una
confusión y al final no estar seguro de nada.
5. Y finalmente, tener un plan alternativo otorga cierta tranquilidad y confianza a la
hora de decidir.

Hemos llegado así al final del texto, en la video clase encontrará una explicación
complementaria que le permitirá alcanzar una mayor comprensión del tema, en la próxima
clase estudiaremos la IE en las finanzas.

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Bibliografía

DAMASIO, A. (2010). El error de descartes. Barcelona. Drakontos.

DAMASIO, A. (2010). Y el cerebro creó al hombre. Barcelona: Ediciones Destino

GOLEMAN, D. (2015). La inteligencia emocional. Kairos S.A. Editorial 1.996

GONZÁLEZ, S. (2008). Psicología de la motivación. Editorial Ciencias Medicas ECMED.


La Habana. (P. 52, 62-65)

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