Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Las causas de la inflación son diversas, pues cuando la demanda de un bien excede la oferta, los
precios tienden a aumentar. Asimismo, este incremento generalizado, también puede ser
provocado por un aumento de costes, como pueden ser los precios de las materias primas o el
crecimiento de los salarios.
Una de las ventajas de la inflación es que ayuda a reducir el valor de las deudas. Además, provoca
que la gente prefiera consumir hoy en vez de más tarde, puesto que los precios entonces serán
más caros. Sin embargo, el gran riesgo de la inflación es la pérdida de poder adquisitivo que
provoca en los ahorros de las personas.
Sin embargo, la situación actual de mercado, no favorece al ahorrador más conservador. Pues, los
activos tradicionalmente considerados “libres de riesgo” como los depósitos bancarios, no dan
rendimiento o, incluso, tienen rentabilidad negativa como ocurre con las letras del Tesoro. En
diferentes foros podremos leer otras recomendaciones como los bonos ligados a la inflación o el
oro, conocido tradicionalmente como “activo refugio”.
En los bonos ligados a la inflación, tanto el nominal como los cupones, se ajustan a la evolución de
los precios y, por tanto, podrían parecer una fórmula atractiva para protegernos de una pérdida de
poder adquisitivo ante un escenario de tipos de interés cero y ante la ya existente tasa de
inflación. No obstante, no hay que menospreciar la volatilidad que podríamos observar en este
tipo de emisiones por su elevada duración ante una subida de los tipos reales.
Dos formas “sencillas” de invertir en este metal precioso, pueden ser a través de un fondo de
inversión que compre mineras o replique un índice de este tipo de empresas (como EMIX GLOBAL
MIN CONST WT NRUSD), o a través de un ETF que replique el comportamiento del precio del oro
físico como SPDR Gold Shares. Más abajo podemos apreciar cómo la rentabilidad, tanto a 5 como
a 10 años, de una cartera global mixta (con un 50% de inversión en el índice de Bolsa Global MSCI
World) sería superior a la de haber invertido en los otros dos activos y con un riesgo muy inferior
al de invertir en oro exclusivamente.
Hoy en día, mientras los tipos de interés se mantengan bajos y los activos “libre de riesgo” no
supongan una alternativa rentable, deberemos organizar nuestro patrimonio en función
del horizonte temporal de nuestros objetivos vitales/financieros.
El dinero que vayamos a necesitar para cubrir nuestras necesidades más inmediatas, deberá
depositarse en activos con liquidez diaria y con ausencia de fluctuación, pese a que ello suponga
renunciar a cierta rentabilidad. Por ejemplo, fondos monetarios o cuentas corrientes.