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El cultivo de la Vid. Perspectivas Actuales

Autor: Yenia Pérez Acevedo

I) Introducción:

v Origen y distribución

La vid es un arbusto caducifolio que pertenece a la familia de las Vitáceas (Vitaceae). Su nombre
científico es Vitis vinifera y se encuentra distribuida por el centro y sureste de Europa y suroeste
de Asia. (Encarta, 2001)

En Europa la uva se cultiva desde la prehistoria; se han hallado semillas en yacimientos de


asentamientos lacustres de la edad del bronce de Suiza e Italia y en tumbas del antiguo Egipto.
Los botánicos creen que el origen de la uva cultivada en Europa está en la región del mar Caspio.
La dispersión de las semillas por las aves, el viento y el agua difundió la planta hacia el oeste,
hasta las costas asiáticas del Mediterráneo. El cultivo de la vid practicado en Palestina en tiempos
bíblicos, se extendió por el Mediterráneo de la mano de marineros fenicios. Los antiguos griegos
cultivaban la vid y más tarde los romanos continuaron con esta práctica y la extendieron por sus
colonias.

La especie Vitis vinifera, de la cual se derivaron la mayoría de las variedades cultivadas y


conocidas, se cultivó por primera vez en el Cáucaso en el 6.000 a.C. El cultivo progresó hacia
Egipto y Fenicia alrededor del 3.000 a.C. Hacia el 2.000 a.C llegó a Grecia, para más tarde
pasar a Italia, Sicilia y el norte de Africa. En España, Portugal y Francia comenzaron su cultivo en
el 500 a.C y finalmente la práctica se extendió hacia el este y el norte de Europa, llegando incluso
a las Islas Británicas.
La primera variedad mediterránea conocida la cultivó William Thompson en Sacramento en el año
1860. Actualmente esta variedad se conoce con el nombre de Thompson. (Horticultura
Internacional, 1998)
La vid tiene gran importancia económica ya que existen variedades donde su fruto se utiliza para
la confección de distintos tipos de vinos, con características aromáticas diferentes. (FDA, 1995)

La vid se cultiva ahora en las regiones cálidas de todo el mundo, en especial en Europa
Occidental, los Balcanes, California, Australia, Suráfrica, Chile y Argentina, zonas templadas
comprendidas entre los 20 oC y 50 oC Norte Sur del Ecuador, donde están bien definidas las
cuatro estaciones del año. Se introdujo en la costa oriental de América del Norte en la época
colonial, pero el intento fracasó a consecuencia de los ataques de los parásitos y las
enfermedades. Más tarde se obtuvieron variedades resistentes como Concord y Delaware, fruto
de la hibridación de la vid europea con especies norteamericanas. (Encarta, 2001)

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En estas regiones el crecimiento y la floración son controlados por la temperatura y los ciclos de
producción y crecimiento ocurren durante la primavera, el verano y a comienzos del otoño, luego
el crecimiento se detiene en otoño e invierno y las plantas pierden el follaje y permanecen en
estado de inactividad fisiológica (invernación). En el trópico la uva permanece siempre verde y no
pierde el follaje, lo que permite dar 2 ó 3 cosechas al año, dependiendo de la variedad y la zona.
Mundialmente la uva puede destinarse al consumo fresco (como uva de mesa) y para la
producción de vinos mayormente; para ello existen variedades de interés las cuales tendrán un
manejo fitotécnico diferenciado en dependencia de los propósitos. (FDA, 1995).

Dentro de los principales países viticultores se destacan: Estados Unidos, España, Italia, Francia,
Chile, Argentina, Brasil, Grecia, Los Países Bajos, etc. Muchas de estas regiones vitícolas con un
amplio desarrollo tecnológico en la industria del vino, compitiendo en el mercado internacional
para lograr vinos de alta calidad. Argentina es el 4to productor mundial del vino y representa por
sí sola el 69 % de la producción de vinos en América del Sur; Chile constituye el segundo viñedo
de América Latina muy orientados hacia los vinos de calidad destinados a la exportación.
Es de destacar el desarrollo en el sector uva de mesa en países como Argentina (Provincia de
San Juan), España en la región de Murcia y Brasil principalmente en tres regiones productoras:
Sureste, Sur y Noreste, como una localidad importante se encuentra el Valle de San Francisco.
(Miranda et al, 1999).

La tradición de la Viticultura en California (tercera dentro del ranking mundial) se inició en 1769
cuando los monjes españoles, la mayoría de los Franciscanos, instalaron sus misiones por toda la
región. La variedad que cultivaron fue una uva de origen europeo llamada Mission, de la cual
sacaba el vino sacramental. El “boom” de las uvas cultivadas para comer en fresco se produjo
alrededor del 1800, cuando un gran número de colonizadores reconoció las grandes posibilidades
de las tierras del territorio mexicano para el cultivo de esta fruta; William Wolfskill plantó la
primera cepa en los alrededores de lo que actualmente es Los Ange les. (Horticultura
Internacional, 1998)

II) Producciones y Exportaciones de uva en el mundo

La producción de uva, una actividad agrícola que se realiza desde hace mucho tiempo en casi
todo el mundo, posee como tradicionales productores y exportadores a los países Europeos; no
obstante en los últimos años se ha observado un aumento en la producción de uva de mesa en
países como Chile, que es el segundo exportador mundial de esta fruta. Existe una clasificación
contundente de los países con mayor exportación en el mundo: en primer lugar se encuentra Italia,
en segundo Chile y en tercero California.

En cuanto a la exportación durante el mismo año, el total se cifra en 1.735.414 toneladas. De


estas, 610.000 corresponden a las exportaciones realizadas por los productores italianos,
490.000 procedían de Chile, 215.000 de Estados Unidos, mientras que Grecia y España
compartieron una cifra de 100.000 toneladas exportadas. Turquía, que se muestra como uno de
los mayores productores mundiales de uva de mesa, tan solo exportó 28.000 toneladas.

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La uva de Italia se exporta a un total de 38 países, 14 de ellos miembros de la Unión Europea, 18
del continente europeo y 2 naciones asiáticas (Arabia Saudí y Turkmenistán). También se envía a
mercados americanos como Canadá, Estados Unidos, Argentina y Uruguay. En la Unión Europea
se concentra el 75 % de la exportación total; Alemania se mantiene en el primer lugar, con
200.000 toneladas de uva de mesa procedentes de Italia; le sigue Francia, con 92.200 t, Bélgica
y Luxemburgo con 26.600 t, Países Bajos con 24.700, Reino Unido con 13.755 t y Suecia con
8.358 t, por citar los principales mercados.

Las hectáreas de cultivo de uva de mesa en Chile ascendían en 1996 a 45.968. Durante los
meses en que la uva de California no está disponible, Chile es la encargada de abastecer al
mercado.
En Estados Unidos, el 97 % de la uva de mesa comercializada proviene de California. En 1997 la
industria de uva de mesa de California volvió a tener una buena temporada de exportación.
Alrededor de 174.000 toneladas de uva, por un valor de 217,3 millones, se exportaron a
mercados internacionales. Entre los principales mercados de la uva californiana se encuentran
Hong Kong, México y Filipinas. Nuevos mercados, como Ecuador y Colombia, mostraron una
gran potencialidad como mercados de exportación tardía en Sudamérica.
El volumen de exportación a estos países aumentó un 181 y 116 % respectivamente. El aumento
durante la temporada de 1997 se debió principalmente al gran volumen de abastecimiento con
que contaba California, además de una gran demanda por parte de los mercados y de un aumento
en las exportaciones tempranas.
Los mercados europeos también disfrutan de la uva de mesa de California, cuyas ventas se
destinan principalmente al Reino Unido y Escandinavia.

En España existe una zona que destaca sobre las otras, la región del Vinalopó de Alicante,
especialmente debido a sus características de cultivo, de las que se ha derivado una
Denominación de Origen, “Uva de mesa embolsada Vinalopó”, conocida en los mercados
internacionales. Al comienzo de su maduración, en julio, se seleccionan los mejores racimos de
uva y se cubre cada uno de ellos con una bolsa de papel especial quedando abiertos por la parte
inferior. Entre julio y agosto se colocan alrededor de 250 millones de bolsas para una producción
media de 180.000 a 190.000 toneladas. Esta peculiar técnica le confiere a la uva de Vinalopó sus
cualidades únicas, como son granos de piel más delicada y suave, color y tamaño uniformes y
sabor exquisito gracias al retraso en la maduración.
Las variedades de uva cultivadas mediante el procedimiento del embolsado son dos: la variedad
Ideal o Italia, de racimo grande, granos de tono amarillo y con ligero sabor a Moscatell y la
variedad Aledo, de racimo mediano y grano blanco. Es precisamente en la Comunidad
Valenciana, junto a Almería y Murcia, donde se concentra la mayor parte de la producción
Española. (Horticultura Internacional, 1998)

La producción brasileña de uva de mesa ha aumentado significativamente en los últimos años,


representando el 5,8% de la producción mundial. La zona productora del Noreste presenta
ventajas competitivas ligadas por un parte a las excelentes condiciones del cultivo que posibilitan

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la recolección prácticamente durante todo el año y por otra el grado de coordinación y
organización alcanzado por los principales agentes económicos del sector.
Entre los cultivos frutícolas explotados en la región, el cultivo de la uva de mesa se presenta como
una de las actividades más rentables, con un margen de lucro bruto medio de aproximadamente
R$ 5.000 por hectárea / año. Se estima que este cultivo movilizó durante 1996 en la región un
volumen de negocios del orden de R$ 70 millones. La producción brasileña de uva de mesa ha
aumentado significativamente en los últimos años, con una producción en 1995 de 335,8 mil
toneladas. Esto provoca la expansión de la viticultura a nuevas áreas de producción,
especialmente en el noroeste y el sureste. Aunque en 1995 apenas representó el 1,6% de la
producción mundial de uva, Brasil destaca en el cultivo de la uva de mesa ya que recolecta
aproximadamente el 5,8 % de la producción mundial y el mercado interno brasileño de uva de
mesa es el tercer mayor consumidor del mundo.

La viticultura en la región Noreste está presente desde el siglo XVI, en el litoral de los estados de
Bahía y de Pernambuco. Su expansión hacia el interior, en las áreas de clima seco del sector
noreste, se lleva a cabo durante los años 50. Entre 1956 y 1960, la viña se expandió alrededor
del polo Juazeiro /Petrolina. La producción de uva del Valle de San Francisco ganó significado a
partir de los años 80. La región Noreste merece un destacado en el contexto nacional como la
región que representa mayor expansión de áreas cultivadas, que pasaron de ser en 1992 de 2902
ha a 4867 en 1996. En 1992 se produjeron 64.158 toneladas, pasando en 1996 a 113.013
toneladas, el 15 % de la producción total de uva de Brasil en aquel año. Así se ha convertido en
la principal región productora y exportadora de uvas finas de mesa del país. Actualmente, el área
de San Francisco se caracteriza por las iniciativas de gran aporte tecnológico, que han permitido
el aumento año tras año de la producción y las mejoras considerables en la calidad de los frutos,
que permitió a partir del inicio de los 90 la exportación de uva de mesa brasileña al mercado
europeo.

La comercialización está dirigida a cuatro tipos de mercado, diferenciados tanto por el destino
final del producto como por el volumen, la calidad y el modo de organización de los agentes de la
distribución, que son: El mercado local, representado por las ciudades de Sertao de Pernambuco,
Bahía y Piaurí, cerca de la zona de producción. El mercado regional que comprende las ciudades
de pequeño, medio y grande porte, incluidas las capitales de los Estados del Noreste, como
extensión hacia el norte del país. El mercado extraregional o nacional, siendo los mayores centros
consumidores de Brasil los localizados en la región sureste. El mercado de exportación que
funciona con la variedad Italia.

El Noreste presenta ventajas competitivas ligadas por una parte a las excelentes condiciones del
cultivo que posibilitan la recolección prácticamente durante todo el año, y por otra el grado de
coordinación y organización alcanzado por los principales agentes económicos del sector.
(Coehlo de Souza, 1998).

El sector de uva de mesa murciana tiene una gran vocación exportadora. La Región de Murcia
ha pasado de comercializar 56.361 t en 1992 hasta las 35.129 t de enero- noviembre de 1996,

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según los últimos datos facilitados por Comercio Exterior. En lo concerniente al valor económico,
se ha pasado de generar 5.473 millones de pesetas en 1992 hasta los 4.164 millones de enero-
noviembre de 1996.
El sector uva de mesa necesitan incrementar su consumo en los mercados principalmente
consumidores de este producto, Alemania, Francia, Reino Unido y Portugal, los cuatro
principales importadores de este producto, con el fin de incentivar su consumo entre las amas de
casa europeas.
En consonancia con esta cuestión, la comercialización de uva cada vez tiende distribuirse a través
de circuitos comerciales que están en manos de grandes cadenas de distribución, por lo que los
comerciantes de uva tienen la obligación de crear una marca uniforme que se comercialice en los
mercados.
Los parámetros de futuro del sector de uva de mesa de la Región de Murcia son muy claros. Es
necesario potenciar el consumo de uva de mesa, mediante sólidas campañas en promoción y
divulgación de este producto, impulsar una marca de uva de mesa con producción integrada y
consolidar las relaciones con las cadenas de distribución europeas, especialmente las grandes
superficies europeas, con el fin de llegar a concentrar las ventas en un 80 % y 90 % a través de la
gran distribución europea. (Seva Rivadulla, 1998)

En Argentina, el cultivo de la uva de mesa se centraliza en los valles irrigados de la provincia de


San Juan. En esta provincia existen alrededor de 500 explotaciones con cultivares de vid para
mesa y en la década del 90, San Juan destinó para consumo fresco un promedio de 240000
quintales métricos anuales de uva, lo cual representó el 90 % del promedio del total nacional
durante ese periodo. De las 48 000 ha cultivadas con vid en San Juan, unas 3.270 ha (7%) se
destinan específicamente para uva de mesa y las restantes aunque producen variedades para
industria, eventualmente destinan parte de la cosecha al mercado de consumo fresco dependiendo
de los precios relativos y de la calidad de la uva recolectada. (Miranda, 1999)

El cultivo de uva en República Dominicana se ha concentrado en la región sur del país, en los
municipios de Galván, Neyba, Los Ríos, y Postrer Río en la Provincia de Bahoruco. La
Viticultura Nacional no ha podido desarrollarse de forma adecuada para competir con la uva
importada, debido fundamentalmente a problemas relacionados con las prácticas de manejo y
falta de variedades, entre otras. De la producción total mundial de uvas el 10% se consume como
fruta fresca, el 10 % se usa para la producción de pasas y el 80 % para la producción de vinos.
(FDA, 1995)

III) Antecedentes y Situación actual de la Producción de Uvas en Cuba

En Cuba desde el siglo XVIII existen plantaciones de viñas, establecidas principalmente en la


región de Oriente y la Provincia de Sancti Spíritus.
Actualmente la información sobre el cultivo es bastante escasa. Se conoce de la existencia del
cultivo en varias localidades y se destacan entre ellas: 2 plantaciones que constituyen las más
representativas, situadas en Batabanó y en Guira de Melena respectivamente. En ambos casos la
variedad predominante es del tipo Aramón centroamericana, la cual es de color negra y tiene la

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característica de presentar el hollejo muy fino y no colorear mas que unos pocos granos del
racimo, por ello cualitativamente se consideran una variedad sin interés comercial para el mercado
internacional, tanto para fruta fresca como para vinificación.
Las plantas de esta variedad presentan un buen desarrollo a pesar de que las técnicas de cultivo
no son las más adecuadas. Tradicionalmente se produce solo una cosecha al año, con poda en
diciembre o enero; no se tiene en cuenta la coincidencia en la planta de pámpanos y racimos en
distintos estados de desarrollo porque gran parte de la uva se vende para consumo en fresco y
pueden recogerse racimos durante un periodo largo (julio a octubre).
Se han obtenido resultados favorables de acuerdo a los rendimientos alcanzados
fundamentalmente para consumo en fresco, en las empresas de cultivos varios y en productores
individuales, pero no se ha realizado un estudio riguroso de variedades en nuestras condiciones
climáticas. (Sotés, 2000)

IV) Características del cultivo

Uva, nombre que se da al fruto de algunas especies que pertenecen al mismo orden que la familia
de las Ramnáceas y en especial a ciertas vides y enredaderas.

La uva pertenece al género Vitis. Es una planta leñosa con el tronco retorcido y la corteza rugosa;
las parras o vides son tallos que trepan a lo largo de muros y vallas por medio de órganos
especializados que se fijan llamados zarcillos (parte de la planta que sirve para sostenerla). Las
hojas son de nerviación palmada, con lóbulos muy dentados y aparecen opuestas sobre las
ramas. En casi todas las variedades, los zarcillos se disponen en posición opuesta cada dos o tres
hojas sucesivas. Las flores por lo general verdosas, pequeñas y forman racimos unisexuales; a
veces cada pie de planta lleva solo flores masculinas o femeninas. Los frutos son globosos, y
están recubiertos de un polvo fino y blanco, son las uvas; se forma en vides de 2 años, que se
cortan después de la recolección. (FDA,1995)
Este género comprende más de 60 especies, de las cuales las más importantes son: Vitis
berlandieri, V. rupestris, V. riparia, V. labrusca, y V. vinifera. Las cuatro primeras se
conocen como vides americanas y se usan en hibridaciones para producir patrones. La V.
vinifera se conoce como la europea y agrupa la mayoría de las variedades cultivadas.
Las especies norteamericanas utilizadas para obtener híbridos resistentes son Vitis labrusca,
Vitis aestivalis, Vitis riparia y Vitis rotundifolia (FDA, 1995).

V) Uso de portainjertos en Vides para vino. Aspectos Generales

La viticultura en Chile tanto para vino como para mesa, tradicionalmente se ha desarrollado con
plantas sin injertar. Esto ha sido por largos años, ya que no existían motivos técnicos, ambientales,
ni sanitarios que hayan justificado la utilización de portainjertos.
En el mundo, en sus inicios, la viticultura también se desarrolló con plantas sin injertar. Sin
embargo grandes problemas fundamentalmente Filoxera, motivaron hace más de cincuenta años la
casi total destrucción de la viticultura europea, debido a la alta susceptibilidad de Vitis vinifera a
este insecto, el cual ataca severamente las raíces con la consiguiente muerte de las plantas.

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Por este motivo entre los años 1870 y 1910 un gran número de investigadores europeos,
especialmente franceses, realizó la gran tarea de seleccionar, hibridar y evaluar una gran cantidad
de portainjertos resistentes a la filoxera (Daktilosphaera vitifolii).
Desde esta época, además de su resistencia o tolerancia a la filoxera, se encontró que muchos
portainjertos demostraban otras características ventajosas de gran utilidad como por ejemplo:
resistencia o tolerancia a nemátodos, adaptación a suelos con diferentes características físicas y
químicas muchas veces adversas, problemas de excesos o falta de humedad, suelos
compactados, de baja fertilidad, problemas de sales, etc. (Muñoz y González, 1999)

Los portainjertos que se utilizan en el mundo son numerosos y variados, pudiendo considerarse
que la mayoría de ellos pertenecen a cuatro especies americanas como: Vitis riparia, Vitis
rupestris, Vitis berlandieri y Vitis champini. Además existen varios portainjertos que son
producto de cruzamientos de éstas especies, como también cruzamientos de estas especies
americanas con Vitis vinifera.
Algunos de los portainjertos utilizados son: Rupestris de Lot; 3309 C; 196-16 C; 161-49 C; 420
A; SO 4; 5BB; 8B; 34 E; 99 R; 110 R; 1103 P; 140 Ru; Harmony; Saint George; Freedom;
etc.(Sotés et al, 1989)

v Comportamiento frente a nemátodos

El ataque de nemátodos parásitos produce la disminución del vigor y productividad de las plantas
afectadas. Estos daños son aún mas graves en plantas debido a la dificultad en el establecimiento
de la plantación. El control de estos microorganismos a través de productos químicos
(Nematicidas) es parcial y puede ser causante de contaminación a la fruta; por tanto se ha
demostrado que con el uso de portainjertos resistentes o tolerantes es el mecanismo más efectivo
para controlar este problema.

v Influencia de los portainjertos sobre el vigor del crecimiento

Una de las causas de la diferencia en el vigor del crecimiento de una Vitis vinifera creciendo
sobre sus propias raíces y una injertada sobre vitis americana, la diferente capacidad de absorción
de sustancias minerales y la calidad de la unión patrón- injerto.
En suelos pobres y faltos de humedad los patrones vigorosos tendrían una mayor capacidad de
sobrevivir, debido a una mayor penetración de la masa radicular, la cual permitiría una mejor
absorción de agua y nutrientes con lo que se favorecería el vigor de injerto. En suelos muy fértiles
los muy vigorosos podrían causar una disminución de la productividad por un exceso de
sombreamiento o fruta de mala calidad.
Por tanto para la elección de un buen patrón respecto a su vigor se debe tomar en cuenta la
fertilidad del suelo, disponibilidad de agua, condiciones climáticas y sistema de conducción de las
plantas.

v Influencia de los portainjertos sobre la producción y la calidad de la fruta

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Algunas experiencias señalan que existen diferencias notorias en contenido de azúcar, pH y peso
de las bayas, comparando uva proveniente de vides injertadas con plantas sin injertar. El peso de
las bayas en uva de mesa es un aspecto importante de la calidad. Se ha observado que en algunos
portainjertos se produce un aumento en el peso de las bayas, en cambio en otras puede disminuir.
También el portainjerto, dependiendo de su vigor podría modificar en algún sentido el pH del jugo
de la uva. (González et al 1999)

VI) Consideraciones Generales sobre las variedades en función de su destino

Las variedades de uva se clasifican atendiendo a su uso final. Las destinadas a la elaboración del
vino de mesa deben presentar acidez relativamente alta y un contenido moderado en azúcares; las
uvas usadas para elaborar ciertos vinos dulces han de ser ricas en azúcares y algo ácidas. La uva
de mesa ha de tener acidez baja y ser pobre en azúcares, así como cumplir ciertas normas en
cuanto a tamaño, color y forma. Las uvas usadas para preparar jugos y jaleas tienen sabor
intenso, acidez elevada y contenido moderado de azúcares. Las uvas pasas más apreciadas son
las obtenidas a partir de variedades sin semillas, de acidez baja y ricas en azúcares. Las
variedades europeas se consideran superiores a las del este estadounidense para elaborar vinos
de mesa, como frutos de postre y de mesa y para elaborar pasas, mientras que las variedades
norteamericanas se prefieren para obtener jugos y jaleas. Dentro de las numerosas variedades
españolas que se utilizan para la elaboración de vinos se destacan: Palomino, Macabeo
Malvasía y Garnacha blanca, para los vinos blancos; y para la elaboración de vinos tintos las
más utilizadas son: Garnacha tinta, Caribeña, Tempranillo, Tintorera y Cencibel, entre otras.
(Encarta, 2001).

v Características de las variedades de uvas de mesa distribuidas en el mundo

Las características más importantes de la viticultura de uva de mesa se centran en una amplia
gama de variedades, desde muy tempranas a muy tardías, pasando por las de media temporada y
una especialización por microclimas específicos para determinadas variedades. Ello provoca que
cada región productora de cada país cuente con una variedad distinta que se adapta a las
características del clima. Las variedades se acostumbran a clasificar según su color: verde o
blanca, negra y azuladas.
Entre las variedades más cultivadas en California existe una preferencia por las uvas apirenas;
aunque la que predomina es Thompson Seedless, también existe un gran mercado para
Cardinal, Perlette y Ruby Seedless. Entre las variedades con semillas la más cultivada es Red
Globe. (Horticultura Internacional, 1998)

La cultivar Cereza, como el resto de las denominadas “uvas criollas”, representa toda una
población de formas o clones con caracteres taxonómicos comunes, como hojas, racimos, etc.,
pero que presentan grandes variaciones principalmente en la coloración y tamaño de las bayas. El
color va del negro azulado al violeta verdoso y hasta rosa violeta. Este es el principal y más grave
problema de esta variedad, ya que no se alcanza una tonalidad completamente negra sino que sus
bayas conserven siempre una coloración verdosa.

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La intensidad de este problema varía según el clon, llegando al extremo de la llamada “Cereza
rubia” en la cual sus bayas permanecen siempre de color verde, aún en plena madurez y resulta
imposible mejorarla con alguna práctica cultural o con aplicaciones de reguladores de crecimiento.
Por eso, cuando se decide preparar esta variedad para el consumo en fresco, es muy importante
conocer los antecedentes del viñedo en el aspecto de coloración y ver si es factible o no
mejorarlo.
En las temporadas 1989/90 y 1990/91 se realizaron experiencias orientadas a mejorar la
coloración de las bayas e incrementar el tamaño de las mismas. Se probaron distintas prácticas
culturales como raleo de racimos, incisión anular y aplicaciones de ethephón. En un primer
momento en forma individual y por separado, para posteriormente hacerlo en diferentes
combinaciones. (Cáceres y Pugliese, 1992)

Las variedades apirenas encuentran su mayor mercado en el Reino Unido, ya que su principal
característica, la ausencia de semillas, es muy apreciada en este país. El cultivo se conoce desde
hace mucho tiempo, aunque recientemente se ha extendido de manera espectacular a países como
Estados Unidos, Chile y Grecia (Horticultura Internacional, 1998)

El sector de las uvas Apirenas es España ha adquirido un papel muy importante en la década de
los noventa. Su excelente rentabilidad económica unido a su modelo de producción basado en la
más alta calidad ha seducido al sector europeo, fundamentalmente también por su enorme
facilidad a la hora de degustar, lo que ha conducido a que su consumo en los mercados europeos
esté a la cabeza en lo que respecta a productos hortofrutícolas frescos. Se resalta la aparición de
una nueva variedad Apirenas denominada “Rivas”, una de las razones en la obtención de esta
variedad ha sido diversificar la producción tradicional de uva de mesa en Andalucía. Además con
este proceso de modernización y rejuvenecimiento de las plantaciones se impulsará el sistema de
espaldera en forma de “V”. La uva Rivas es blanca, posee una precocidad excelente, pues se
recolecta para el 20 de junio en Málaga y para el día 26 en Sevilla y Huelva. Tiene una
productividad de 30.000 Kilos/ ha. No obstante la productividad varia según zonas pues en
Huelva es de 350.000 Kilos, en Almería es de 100.000 Kilos, Málaga 250.000 Kilos y Sevilla
entre 50.000 y 60.000 Kilos. Tiene el grano gordo y sabor dulzón, similar al de Moscatel y las
experiencias apuntan que con buena comercialización puede convertirse en una variedad “estrella”
en los mercados exteriores y un gran avance para el sector español.(Seva Rivadula, 1999).

Thompson Seedless es una variedad de granos color verde claro y forma apaisada. Está
disponible desde junio hasta diciembre. Perlette es la primera uva de la temporada, ya que se
cosecha de mayo a julio; sus bayas son redondas, de un color muy claro, verde escarchado.
Cardinal se recolecta durante julio y agosto; es una variedad que también está muy presente en
España, en las regiones de Valencia y Castellón, y Francia. Grano grande y ovalado de color
negro azulado, pulpa crujiente y aromática. Red Globe, disponible de agosto a enero, es una
variedad con semilla, muy popular en los mercados asiáticos.
Ohanes es una variedad muy apreciada en España; es una uva blanca de gran duración,
recolectada de octubre a diciembre, de tamaño medio a grande y de pulpa carnosa, crujiente y
poco azucarada.

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Alfonso Lavallée, variedad muy apreciada en el mercado alemán, suizo y belga, se recolecta de
agosto a finales de septiembre. El racimo es grande y alargado, al igual que el grano, que es de
color azulado.
Aledo se recolecta a finales de octubre hasta diciembre. Sus granos gruesos son de color
amarillento, con poco sabor pero agradable. Muy buena para el transporte y en la cepa.
Moscatel se recolecta desde la primera semana de agosto hasta primeros de octubre, en zonas
españolas como Murcia y Alicante, aunque también es muy apreciada en Francia. El grano,
blanco con tonos dorados o amarillentos, es grueso y elipsoidal.
Chasselas es una uva de color verde claro, translúcida, de racimo cónico no muy grande. Su
pulpa es algo grande. Su pulpa es algo blanda, crujiente y jugosa, con sabor simple y azucarado.
Desde mitades de agosto hasta septiembre se recolecta la Reina de las Viñas, de uva blanca,
ovalada y con sabor a Moscatel. Esta variedad es muy resistente al transporte, en la cepa y en
almacén.
Michele Palieri es una variedad que resulta cruzando las variedades Alfonso Lavalleé y Red
Málaga. Con granos de color negro violáceo, pulpa jugosa y sabor dulce, es una variedad muy
apreciada en Italia. Resiste bien el transporte y tiene poca sensibilidad al agrietado del grano. El
cultivo de esta variedad va en aumento gracias a una buena acogida del producto en el mercado.
Napoleón, conocida también como Imperial o Don Mariano, tiene unos racimos grandes y grano
ovoidal, de pulpa crujiente y sabor neutro. La piel es pruinosa, consistente, de color violáceo. Es
una variedad muy vigorosa. La resistencia al transporte y en cepa es elevada, por tanto se puede
efectuar la cosecha hasta Navidad.
Italia está actualmente difundida en muchos países vitícolas, especialmente Italia donde
representa el 60 % del mercado, desbancando a la variedad Regina -, España, Francia y Grecia.
Es una variedad vigorosa, productiva, de gran adaptabilidad y sin duda la más apreciada. Sus
características organolépticas son muy agradables para los consumidores y por ello se ha
producido una rápida difusión de esta variedad. Además se adapta fácilmente a cualquier
condición climática y de cultivo, lo cual le confiere una variación en aspecto y gusto. (Horticultura
Internacional, 1998)

v Características de las variedades de uvas blancas y tintas destinadas para la


producción de vinos

Con independencia de las técnicas de elaboración y crianza, el vino de calidad debe gran parte de
sus características a la uva, su materia prima fundamental. Esta teoría se persigue en las Bodegas
“Palacio de Arganza” ubicadas en la región del Bierzo en España, establecidas desde 1805 donde
elaboran, crían y embotellan sus grandes vinos con excelente calidad a través de toda una
tecnología enológica basada en los métodos nuevos para garantizar la continuidad al más alto nivel
de calidad y competitividad.
Dentro del territorio de la zona de Castilla y León en España, se encuentran algunas de las zonas
productoras de vinos, que por su alta calidad gozan de prestigio y de reconocimiento
internacional, vinos apreciados por su personalidad exclusiva.
Más de la mitad del viñedo de El Bierzo está representado por la variedad Mencia, viña
autóctona de la zona. De esta apreciada variedad se obtiene tintos con una excelente

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predisposición al envejecimiento, de bouquet distinguido y aterciopelado dando lugar a vinos muy
equilibrados. La Garnacha otra variedad que se da en la zona, es complementaria de la Mencia,
ya que favorece la evolución de los tintos, por sus buenas características organolépticas. La
variedad Mencia tiene las cualidades idóneas para lograr rosados aromáticos y afrutados, de
sabor pleno muy elegante. Los vinos blancos provienen de las variedades Valenciana, Jerez y
Godello, obteniendo vinos frescos, afrutados, muy aromáticos y suaves. En este momento se
están llevando a cabo experiencias con otras variedades (Tempranillo, Cabernet Sauvignon,
Merlot, etc.) para comparar su adaptación y comportamiento con las variedades autóctonas.
(Folleto Palacio de Arganza)

A continuación se describen algunas variedades que se destinan a la producción de vinos teniendo


en cuenta elementos del Sistema Descriptivo acordado por la OIV,UPOV y el IBPGR (1990):

Dentro de las variedades Blancas podemos destacar la Albariño con un porte entre semi erguido
y horizontal, los zarcillos tienen una longitud corta (aprox. 15 cm), el tamaño de la hoja adulta:
entre muy pequeña y pequeña, la forma del limbo de la hoja: orbicular, el número de lóbulos: tres,
la forma de los dientes de la hoja: de lados convexos, el tamaño del racimo: muy pequeño, la
compacidad es media, el tamaño de la baya: mediana, la forma: obovoide acuminada, el color de
la epidermis: verde- amarilla y ausencia de sabores particulares. Es de brotación es precoz.

La Godello presenta el porte semi erguido, los zarcillos tienen un a longitud corta (aprox.15 m), la
hoja adulta es pequeña, la forma del limbo es pentagonal, el número de lóbulos: cinco, los dientes
de las hojas son de lados convexos, el racimo es muy pequeño, la compacidad es media, el
tamaño de la baya es mediano, la forma es elíptica corta, el color de la epidermis es verde-
amarilla, no presenta sabores particulares. Es de brotación es precoz.

La Moscatel tiene el porte semi erguido, los zarcillos son muy cortos de 10 cm o menos, la hoja
adulta es pequeña, la forma del limbo es pentagonal, el número de lóbulos: cinco, los dientes de
las hojas son de lados rectilíneos, el racimo es entre muy pequeño y pequeño, de compacidad
suelta, el tamaño de la baya es muy grande, la forma es elíptica larga, el color de la epidermis es
verde- amarilla, tiene gusto a Moscatel, es de brotación media.

La Rosetti es de porte horizontal, los zarcillos son cortos de aproximadamente 15 cm, la hoja
adulta es mediana, la forma del limbo es pentagonal, el número de lóbulos es cinco, los dientes de
las hojas son de lados convexos, el racimo es de tamaño pequeño, de compacidad suelta, el
tamaño de la baya es muy grande, la forma es elíptica larga, el color de la epidermis es verde-
amarilla, no tiene sabor particular. Es de brotación precoz.

La Viura es de porte rastrero, los zarcillos son cortos de 15 cm aproximadamente, la hoja


adulta es entre mediana y grande, la forma del limbo es pentagonal, el número de lóbulos es cinco,
los dientes de las hojas son de lados rectilíneos, el racimo es de tamaño mediano, de compacidad
compacta, la baya es mediana, la forma esférica, el color de la epidermis es verde- amarilla, no
presenta sabores particulares. Es de brotación media.

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Dentro de las variedades Tintas podemos citar la Garnacha la cual se caracteriza por tener el
porte erguido, los zarcillos son muy cortos de 10 cm o menos, la hoja adulta es pequeña, la
forma del limbo es pentagonal, el número de lóbulos es cinco, los dientes de las hojas son de
lados convexos, el racimo es mediano, la compacidad es media, el tamaño de la baya es mediano,
la forma esférica, el color de la epidermis es azul-negra, no tiene sabor particular, es de brotación
muy precoz.

La Mencia es de porte semi erguido, los zarcillos son muy cortos de 10 cm o menos, la hoja
adulta es pequeña, la forma del limbo es cuneiforme, el número de lóbulos es cinco, los dientes de
las hojas son de lados convexos, el racimo es entre muy pequeño y pequeño, de compacidad
compacto, el tamaño de la baya es grande, la forma es elíptica corta, el color de la epidermis es
azul- negra, no tiene sabor particular, es de brotación precoz.

La Monastrell es de porte erguido, los zarcillos son medios de 20 cm, la hoja adulta está entre
pequeña y mediana, la forma del limbo es pentagonal, el número de lóbulos es tres, los dientes de
las hojas son de lados rectilíneos, el racimo es entre muy pequeño y pequeño, de compacidad
muy compacto, el tamaño de la baya es mediano, la forma es esférica, no tiene sabor particular,
es de brotación precoz.

La Tempranillo tiene un porte semi erguido, los zarcillos son largos aproximadamente de 25 cm,
la hoja adulta está entre grande y muy grande, la forma del limbo es pentagonal, el número de
lóbulos es siete, los dientes de las hojas son de lados rectilíneos, el racimo está entre pequeño y
mediano, de compacidad media, el tamaño de la baya es mediano, de forma esférica, el color de
la epidermis es azul- negra, no presenta sabor particular, es de brotación media. (Anónimo, 1990)

(González et al, 2001) realizó un estudio de la evolución de los caracteres madurativos de las
variedades tintas Listán negro y Negramolle. Además de los parámetros convencionales se ha
determinado la madurez fenólica mediante el procedimiento de Saint- Cricq, N 1998. Se ha
obtenido información de la evolución de estas variedades consideradas como autóctonas y del
potencial enológico de las mismas. Se demostró que la variedad Listán negro es más productiva
que la Negramolle, su expresión vegetativa fue superior sin embargo la capacidad productiva
(No. de racimos por yemas vista) fue similar. La Listán negro presenta una precocidad en la
maduración con respecto a la Negramolle de unos 10 días, en cambio el proceso de maduración
de la misma es más homogéneo. La acidez total resultó siempre superior y el pH inferior en el
cultivar Negramolle aunque esta mayor acidez es debida sobre todo a la mayor concentración en
ácido málico que presentó esta variedad, ya que en el contenido en ácido tartárico que es el de
mayor % en las uvas, se observó que no había diferencias significativas en la concentración entre
una y otra variedad. Durante el proceso de maduración el contenido en polifenoles y antocianos
fue siempre superior en la variedad Listán negro. Para ambos componentes se observa una
progresión lenta en el transcurso de la maduración en las dos variedades. El valor de la
extractibilidad de antocianos es mayor en la variedad Negramolle lo cual significa mayor
dificultad para pasar estos antocianos al liquido en fermentación.

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VII)Fisiología y multiplicación de la vid

Según (Baggiocini, A) en 1992 los estados fenológicos de la vid son los siguientes:
Estado A) – yema dormida
Estado B) – Inicio del desborre
Estado C) – Punta verde
Estado D) – Salida de ñas hojas
Estado E) – Hojas extendidas
Estado F) – Racimos visibles
Estado G) – Racimos separados
Estado H) – Botones florales
Estado I) – Floración
Estado J) – Cuajado
- Grano tamaño guisante
- Inicio del envero
- Maduración

Es en la primavera cuando comienza la actividad de la cepa: al templarse el ambiente, las yemas,


esos abultamientos que tienen los sarmientos o ramas en la base se hinchan, se abren y producen
una rama nueva con sus hojas y yemas correspondientes. Son estas ramas de primavera, jóvenes
y aún verdes las que se llaman “pámpanos” dejando el nombre de “sarmientos” a las ramas de un
año y el de brazos a las más viejas.
Conforme avanza el tiempo y aumenta la temperatura la savia circula con más actividad, los
pámpanos crecen, las hojas se desarrollan y por último comienzan a apuntar las flores. Más
adelante y ya en la época de verano, de máxima vida para la planta es cuando las flores se
desarrollan, dando lugar a los racimos de uva, que irán madurando lentamente adquiriendo
tamaño y color. Es entonces cuando la planta necesita más de la savia que circula y por ello más
de sus hojas.
Después de la cosecha la savia va dejando de elaborarse en las hojas y se va reconcentrando en
los sarmientos y brazos haciéndose cada vez más espesa; la hoja ya inútil termina por caer y los
sarmientos pierden toda el agua que contienen, “agostándose” quedando secos y lleno de
sustancias alimenticias que antes transportaba la savia; mientras tanto las raíces en el suelo dejan
de trabajar y toda la planta entra en una etapa de sueño, que se llama reposo invernal. (Echeverría
et al 1979).

En la viña no se dispone de tanta experiencia como en otros cultivos respecto a la utilización de


fitorreguladores por ello es importante manejar algunos aspectos sobre los reguladores de
crecimiento, término que se aplica a una gran diversidad de sustancias considerando como tal a
todo compuesto orgánico diferente de los nutrientes que con cantidades pequeñas es capaz de
promover, inhibir o modificar de alguna manera un proceso fisiológico cualquiera de la vida
vegetal. Se pueden clasificar e los grupos siguientes: Auxinas; Giberelinas; Citoquininas;
Inhibidores y retardantes; etileno y generadores de etileno.

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Las auxinas se sintetizan principalmente en regiones subapicales de brotes en crecimiento activo,
en hojas jóvenes y en embriones en desarrollo. Intervienen en muchos procesos del crecimiento
de la vid, como es la dominancia apical o el cuajado de los frutos y así pueden provocar el
aclareo de los frutos jóvenes o retrasar la absición del fruto maduro, modificar la época de la
maduración de la uva, el desarrollo del callo de injerto, enraizamiento de estaquillas, evitar
rebrotes de poda, etc.
Las giberelinas en la viña son producidas generalmente en las hojas muy jóvenes, bayas jóvenes
y ápices de las raíces en regiones de activa división de células. Las giberelinas exógenas tienen
varias acciones sobre la vid según su momento de aplicación: aclareo de granos, el retraso en la
brotación, y desecación de yemas, prevenir desecación del raspón, inducción de granos sin
semillas, aumento del volumen del grano, alargamiento del raspón, disminución de la inducción
floral. La aplicación de giberelinas es una técnica habitual en el cultivo de variedades apirenas (sin
semillas) para conseguir un mayor desarrollo y crecimiento de las bayas; en las variedades con
semillas los resultados, se pueden considerar estos efectos con la época de aplicación, de
acuerdo con el esquema siguiente:
- Antes de la floración a dosis de 5-10 ppm favorece el alargamiento y el desarrollo del racimo.
- En plena floración a dosis de 7-15 ppm produce un aclareo del racimo por eliminación de
algunas flores.
- Después del cuajado a dosis de 20-50 ppm favorece el engrosamiento de los granos.

Las Citoquininas: los principales lugares de síntesis en la viña son las raíces, al estimular a nivel
celular la síntesis proteica, intervienen en muchos procesos; regulan el crecimiento de racimos y el
porcentaje de cuajado, estimulan el crecimiento del óvulo, estimulan la transformación de flores
masculinas en hermafroditas e incluso de los zarcillos e inflorescencias fértiles.
Inhibidores y retardantes del crecimiento: El principal inhibidor es el ácido abscísico (ABA)
que desempeña un papel importante en el reposo de las yemas y semillas que inhiben el
crecimiento de los brotes y a veces estimula la abscisión y senescencia de hojas y frutos. El lugar
primario de síntesis de ABA son las hojas maduras durante los días cortos de finales de verano,
pero se puede sintetizar en otros tejidos: tallos o raíces bajo estrés físicos o de humedad, etc. En
los últimos años se han descubierto y utilizado nuevos tipos de compuestos químicos orgánicos,
los “retardantes del crecimiento” que retrasan la división y elongación celular en los tejidos del
brote, reduciendo así la altura de las plantas sin causar malformación de las hojas y los tallos,
como el cloruro de cloro colina (CCC), existen otros productos de acción similar.
La cianamida de hidrógeno por el contrario parece neutralizar el efecto inhibidor del ácido
abscisico y debe aplicarse unos 30-45 días antes de la brotación, lo que permite homogeneizar el
desborre y la precocidad de la brotación. (Sotés, 1992)

(González, 1999) ha realizado diversos ensayos con fitorreguladores con el objetivo de aumentar
el tamaño de las bayas a nuevas variedades de uvas apirenas, que desde hace varias décadas
empezaron a ser interesantes para su consumo en fresco en los Estados Unidos iniciándose
programas de cruzamientos hacia los años 30 en la Universidad de California y en la década de
los 40 en la Universidad de Cuyo- Mendoza (Argentina).

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En estos procesos de hibridación aparecen variedades como la Perlette en el año 1936, este
trabajo ya lo inició el Departamento de Viticultura del Centro Agroalimentario de Murcia que
tiene una colección de unas 45 variedades.
Las variedades utilizadas para el experimento fueron: Perlette, Fiesta, Loose Perlette,
Thompson, Deliguit, Monuka, Bronx, Beauty, Canner y Thomouscat. Se realizaron cuatro
pruebas empleando fitohormonas como: el ácido giberélico, el 2,4-D, el 3,5,6- TPA y el Figaron
a dosis comparativas y en distintas fases fenológicas del cultivo, destacando los resultados
positivos con la utilización del ácido giberélico, el resto de los productos no mostraron diferencias
significativas.

(Worlock, 1992) para garantizar una rápida y acelerada multiplicación de material vitícola leñoso
llevó a cabo los métodos actualmente utilizados: la micropropagación in vitro y la multiplicación
por estacas uninodales. Para dar cumplimiento a estos métodos, se realizaron las operaciones de
recolección y almacenamiento: donde el material leñoso se extrae de plantas de vid una vez
agostado y hasta la ruptura de dormición, a fines de invierno. Este material se puede enraizar de
inmediato o almacenar hasta el momento de emplearlo. Para almacenar las estacas se les trata con
una solución de fungicida (ej. Captan). Posteriormente se envuelven en papel o bolsa húmeda y se
colocan en bolsas de polietileno. Se trata de evitar el exceso de humedad así como el
desecamiento. Las bolsas con estacas se colocan en una cámara frigorífica a una temperatura de
3º C aproximadamente. En estas condiciones se pueden mantener casi un año. La próxima
operación es el enraizamiento: Se realiza a partir de las estacas conservadas en frío donde se
obtiene las estaquillas. Estas se preparan cortándolas a una yema y tratando el extremo basal con
IBA (acido indol butirico) en forma de polvo a base de talco. Este tratamiento acelera el
enraizamiento. Luego se colocan en cajitas con perlita fina y se llevan a cámaras climatizadas de
25º C, con flujo de aire húmedo. Al cabo de 20 o 30 días las estaquillas emiten raíces. Las
estacas recolectadas en otoño necesitan para enraizar un periodo de frío para romper la
dormición de las yemas. Esto se puede evitar mediante un tratamiento rápido que consiste en
sumergirlas en agua a 30º C durante 3 días. Algunos portainjertos son más difíciles de enraizar
necesitando permanecer más tiempo en la cámara.
El empleo de estas cámaras permite enraizar durante un periodo muy largo, inclusive en pleno
verano siempre y cuando se mantenga la temperatura a 25º C. La siguiente operación es el
repique: Es la etapa más critica del proceso, las pérdidas de material pueden ser cuantiosas. Se
plantea que las estaquillas se repican cuando las raíces tienen unos 4-5 mm, porque más largas
son más difíciles de manipular y se dañan con facilidad. El repique se hace en bolsas de polietileno
perforadas en la base para permitir un buen drenaje. El sustrato es fundamental en esta operación,
siendo los requisitos: que sea poroso (no compactarse) que mantenga la humedad, que presente
baja salinidad y que esté libre de malezas, insectos y microorganismos.
En el crecimiento: las plantas se mantienen en invernáculo a 22º C. Los riegos se intercalan con
el agregado de solución nutritiva cada 2-3 semanas. La aplicación de insecticidas, fungicidas y
fertilizantes foliares se efectúa periódicamente. Una de las enfermedades más agresivas en
condiciones de invernáculo es el “oidio” causado por el hongo Uncinula necator.
La rusticación: Una vez que las plantas en el invernáculo alcanzaron una altura de 20-30 cm y
pasó el peligro de las heladas primaverales, se pueden sacar a rusticar previo al transplante en el

15
campo. Una cobertura o media sombra en: malla plástica antigranizo que reduzca entre 30 y 40 %
la radiación solar es suficiente para la rusticación. El tiempo necesario oscila entre los 10 y los 15
días.
El traslado al campo: El transplante se puede realizar fuera de la época de heladas tardías,
durante la primavera e inclusive en verano(en zonas frescas), sin pérdidas de plantas. En el caso
de usar bolsitas de polietileno para multiplicar la vid simplemente se abre con cuidado en el
terreno y se hace el transplante. El riego inmediato y los cuidados posteriores hasta que la planta
arraigue, aseguran el éxito de la operación.

El tiempo de cada etapa de la multiplicación es la siguiente:


20-30 días en cámara climatizada (Etapa de enraizamiento)
60-90 días en invernáculo (Etapa de crecimiento)
10-15 días a media sombra (Etapa de rusticación)
3-4 meses desde el comienzo del proceso hasta el transplante.

VIII) Labores Agrotécnicas del cultivo

v Conducción del cultivo. La Poda

La planta de vid, no es en su naturaleza tal como se acostumbra a verla; en su origen era un


arbusto de larguísimo tronco y numerosas y fuertes ramificaciones, que crecen agarrándose
fuertemente a otra planta, un árbol por ejemplo. Es decir que la vid cultivada que más se
aproxima a su estado natural es la que está dispuesta en parra.
La poda no ha de ser una operació n rutinaria, se debe hacer tomando en cuenta los objetivos que
se persiguen; el primero y fundamental es el de dar a la cepa una forma más conveniente; a ello
tiende la poda, que se llama de formación, que se da en los primeros años de vida de la planta.
Pero se debe tomar en cuenta otros objetivos: vigorizar, regular la producción y aumentarla. Todo
esto se consigue con los cuidados de cada año, en lo que se llama poda de producción o
conservación. Las cepas más vigorosas no son las que dan mejor fruto, ni tampoco las más
débiles y enfermizas, el mejor fruto será producido por cepas perfectamente sanas, pero no muy
vigorosas; por lo tanto, en la poda habremos de procurar el formar cepas de esta clase, no
importa cortar más o “castigar” a las muy vigorosas y reforzar aquellas que han sufrido daños de
heladas o están débiles por alguna otra circunstancia.
De la buena circulación de la savia, ese líquido que lleva el alimento a todas las partes de la
planta, depende la bondad del fruto; está comprobado que cuando la savia circula a velocidad
normal, no muy de prisa, como sucede en los sarmientos verticales; no demasiado despacio,
como sucede en los horizontales o rastreros, es cuando el fruto es de mejor calidad. Al podar
escogeremos yemas cuyos sarmientos, cuando salgan de ellas lleven la conveniente dirección.
También al podar tendremos en cuenta el número de yemas que se dejen sin cortar; en efecto de
cada yema ha de salir un sarmiento y cada sarmiento ha de llevar fruto y es lógico y natural que la
cepa no tenga capacidad más que para una cantidad determinada de frutos; si se le dejan muchas
yemas nos expondremos a que sus frutos sean pequeños y raquíticos por no poder las plantas
mantenerlos a todos. Se dejará pues a la cepa una “carga”, es decir un número de yemas

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proporcionado al vigor y desarrollo que en ella se observe, siendo el número medio prudencial
doce yemas. Se recomienda al agricultor abrir la cepa para que penetre bien el aire y el sol en
ella. (FDA, 1995)

Existen diversas formas de poda entre las cuales se encuentran: Poda “a la ciega”, Poda en vaso,
Poda de pulgar y vara o Guyot y otros tipos. No se puede alegar que una forma de poda es
mejor que otra todo depende de las variedades existentes en la región y del clima y suelo
predominantes. La poda ha de hacerse en pleno invierno a partir de la quincena siguiente a la
caída natural de la hoja; se salvarán las épocas de fríos muy intensos y teniendo en cuenta que
cuanto más temprana la poda más temprana será también la brotación.

En la época de verano, de máxima vida para la planta es cuando las flores se desarrollan, dando
lugar a los racimos de uva, que irán madurando lentamente adquiriendo tamaño y color. Es
entonces cuando la planta necesita más de la savia que circula y por ello más de sus hojas.
De esto se deduce que en la primavera no conviene dar cortes de importancia a la planta, ya que
en esa época es cuando necesita más de los órganos que se le podrían quitar; es decir, si se corta
algo entonces, lo que se quite no ha de ser vital, sino accesorio.

Fuera de la época de la parada invernal no se debe podar, pero habrá que hacerlo por vía de
medicina en algunos casos; cuando se poda con hojas se retrasa la brotación; por lo tanto en
tierra de heladas tardías convendrá podar con hoja para hacer que retrasada la brotación, se
supere el peligro de la helada de primavera; más todavía se castiga y debilita la viña podando
tarde ya brotado; por lo tanto se apelará a este recurso cuando la viña sea de variedad propensa
al corrimiento, de demasiado follaje o circunstancia análoga que aconseje el debilitamiento.

El podar tardíamente tiene un inconveniente: las labores se realizan en invierno con dificultad. Esto
se logra, lo mismo que en cualquiera de los casos en que hay que podar muy tarde, o
parcialmente con hoja para recoger y ensilar el sarmiento de un modo sencillo. Se poda en dos
veces: la primera, apenas terminada la recolección, pero dejando pulgares de cinco o seis yemas,
con los cuales se pueden hacer las labores; la segunda en la época que convenga podar (por
ejemplo, en caso de pretenderse debilitar la cepa, al hinchar las yemas), recortando los pulgares
en la forma que corresponda. La primera fase de la poda suele recibir los nombres de
“Cachipoda” o “maestreo”.

El más corriente sistema de poda es el utilizado en España, el que conserva mejor la cepa y da
mejor calidad es el llamado “en redondo” o en vaso, siempre se recomienda llevar a cabo el
sistema de poda tradicional pues una poda bien efectuada obliga a la cepa a dar abundante
producción. (Echeverría et al, 1979)

En un trabajo realizado por Haba en 1999 se estudió la influencia de la poda tardía en la calidad
de la uva para vinificación, se tuvieron en cuenta los siguientes criterios:
La poda tardía suele influir en la calidad de la uva para vinificación, pues las bajas temperaturas
(inferiores a cero) producen algunos daños a finales de abril y primeros días de mayo cuando la

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mayoría de las vides están ya brotadas. La técnica más empleada por los viticultores para
prepararse contra los daños climáticos (heladas) es realizar una poda tardía. Es ampliamente
conocido que si se efectúa una poda tardía en la vid tiene lugar un retraso en la brotación. Esta
práctica si se efectúa en la fecha idónea puede hacer que se retarde hasta quince días la salida de
los brotes, lo que significaría la disminución del riesgo por heladas, ya que la brotación tendrá
lugar probablemente pasados los días críticos de frío. Sin embargo puede tener diversos
inconvenientes en la calidad de la uva producida, derivados de la disminución del ciclo vegetativo
y tampoco hay total seguridad que no se produzcan hielos posteriores a dichas fechas. La uva de
poda tardía tiene valores inferiores de densidades ópticas que la poda de invierno a lo largo de
todo el proceso de maduración, dando lugar a menor maduración de las uvas procedentes de esta
poda tardía y un retraso en el desarrollo fisiológico. La producción por kilos de uva por cepa ha
sido mayor en la poda tardía ya que aunque los racimos eran un 12 % inferiores el número de
estos era un 75 % superior.

Según (Yuste et al, 2001)se ha comenzado a utilizar el sistema de conducción en espaldera, a


través de un estudio del comportamiento de la variedad tinta Prieto Picudo conducida en
espaldera sometida a dos sistemas de poda: Cordón Royat y sistema Yuste, la misma se cultiva
en vaso dejando varas largas debido a su reducida fertilidad.
El sistema Yuste consiste en dejar algunas varas además de pulgares, pero manteniendo la
estructura de un cordón permanente similar al tipo Royat.
Se ha obtenido mayor rendimiento de uva en el sistema Yuste frente al cordón Royat con un
aumento próximo al 25 % debido al mayor número de sarmientos desarrollados. La madera de
poda producida fue muy similar en ambos sistemas de poda ya que el peso medio del sarmiento
fue menor en el sistema Yuste. No se observaron diferencias significativas entre los dos sistemas
de poda, en los componentes del mosto en la fecha de vendimia, lo que muestra de forma
preliminar el interés que el sistema Yuste de poda mixta puede tener para la variedad Prieto
Picudo y otras de fertilidad similar.

También se realizó un ensayo por (Dalmases et al, 2001) para observar el efecto de tubos
protectores de fácil colocación en el desarrollo de las plantas de vid durante el primer año de
plantación. Para ello se utilizaron tres tipos y los resultados han sido favorables sobre el
crecimiento de los sarmientos y la longitud de los entrenudos, además es de destacar que este
protector ofrece una defensa práctica y eficaz del árbol con tratamientos de herbicidas, roedores,
fuertes vientos, etc. mejorando los porcentajes de desarrollo.

v El riego y la nutrición

El papel del riego en el cultivo de la vid como importante regulador de la cantidad y calidad de la
cosecha está ampliamente reconocido con evidencias de efectos tanto positivos como negativos.
Las deferencias entre los resultados obtenidos de la aplicación del riego se deben básicamente a
la heterogeneidad de las características del cultivo, las condiciones edafoclimáticas y las diferentes
respuestas con relación a las dosis de riego suministradas a los cultivares.

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En la implantación del riego deben considerarse tanto los criterios científicos- técnicos como los
condicionantes legales y económicos. Con el objetivo de que la respuesta de la planta al riego sea
positiva, se deben conocer las necesidades hídricas de la planta y los factores del medio vitícola
que condicionan las aportaciones de agua. (Nadal et al, 2000)

FDA, 1995 plantea que las regiones áridas con estaciones muy marcadas son las más adecuadas
para el desarrollo del cultivo de uva en los trópicos y por eso es necesario producir la uva bajo
riego. Generalmente el primer año cuando la uva esta en formación se riega semanalmente.
Después que ya esta formada la frecuencia puede disminuir de acuerdo con el estado en que se
encuentre la planta y las condiciones físicas del terreno. Los riegos excesivos durante la floración
pueden reducir el cuajado de los granos y retrasar la maduración e incrementar la compactación
de los racimos, la irrigación adecuada en el periodo de crecimiento del fruto aumenta el efecto de
maduración en éste.

La uva puede regarse por goteo, aspersión, surcos, cuadros inundables, etc. El riego por surco
es uno de los más usados y consiste en hacer llegar el agua por surco hasta la planta, llenando un
pozo o taza alrededor del surco.
La escasez de agua en brotación y floración repercute en el crecimiento y desarrollo de la planta a
la vez que disminuyen las reservas de agua en el suelo. En verano el aumento de la transpiración
debido a las elevadas temperaturas provoca un fuerte estrés hídrico, ya que la reserva de invierno
y el aporte hídrico que tiene lugar en la primavera no compensa la gran demanda de la planta. A
pesar de que la vid es una planta resistente a la sequía, un estrés hídrico continuado desde etapas
tempranas de su desarrollo, supone una disminución de la actividad fotosintética que repercute en
una menor síntesis y ocasiona un detrimento en la acumulación de azúcares, en la maduración y
agostamiento. El desequilibrio fisiológico ocasionado en esta situación se traduce en una
disminución de la calidad de la uva. (Nadal et al, 2000).

Este mismo autor realizó un estudio sobre la repercusión del riego en la calidad del mosto y el
vino donde demostró que el riego se debe usar como práctica de disminución del estrés siempre y
cuando suponga una mejora en el crecimiento de la planta pero que conserve un déficit hídrico
durante el proceso de maduració n. Aplicación de dosis de 60 a 80 % ET en el riego o aporte
hídrico durante la maduración conducen a una disminución del estrés hídrico. El valor alcanzado
respecto al grado alcohólico de los vinos es similar (no disminuyen los azúcares debido al efecto
de la dilución), la producción no aumenta al comparar vides irrigadas y no irrigadas pero en
cambio compuestos fenólicos e intensidad colorante disminuyen en los vinos procedentes de vides
irrigadas. En el mosto se constata un aumento del ácido málico en uvas de vides irrigadas. El
efecto de aportaciones de agua al final de la maduración repercute en la composición del vino final
y en la calidad por la disminución de compuestos fenólicos que ocasiona.

La nutrición mineral es un factor de productividad y de calidad en el viñedo y su optimización ha


de ser objetivo prioritario en él, por lo que es necesario disponer de métodos adecuados de
diagnóstico que nos permiten evaluar su estado. Así mismo, es esencial conocer la influencia del
estado nutricional de la planta en la calidad del vino. Las diferencias que podemos observar en

19
dicho estado se pueden atribuir, en gran parte, a distintos niveles de absorción radicular y
equilibrios nutricionales de la planta, condicionados por la disponibilidad de nutrientes en el suelo.
El análisis químico de los elementos minerales de las hojas (análisis foliar) es muy útil para
determinar el estado nutricional del viñedo y para establecer los requerimientos de fertilización. La
correcta interpretación de los resultados se ve condicionada por diversos factores: el suelo, la
variedad, el portainjerto, el estado fisiológico, la carga de la cepa, la edad, la localización de la
hoja en el sarmiento y el tejido muestreado (hoja o peciolo) y el momento del muestreo. El
conocimiento de las características vegetativas, productivas y cualitativas del viñedo relacionadas
con el diagnóstico foliar permitirá definir un estándar de referencia para cada tipo de cultivo y
establecer las recomendaciones para el abonado. (Martín et al, 1999)

El rendimiento y la calidad del fruto dependen mucho de la nutrición del cultivo y del clima
prevalente en la zona, además el cultivo de la uva se adapta a un amplio rango de suelos y
condiciones de América Latina (Salisbury y Christensen, 2001)
Teniendo en cuenta que en muchas ocasiones los análisis de suelo no reflejan la alimentación
mineral del cultivo, el análisis foliar pasa a desempeñar un papel decisivo en la evaluación objetiva
del estado nutricional y en la formulación de recomendaciones de abonado. El estudio conjunto
de análisis de suelo y foliares permite elaborar modelos predictivos de alimentación mineral en las
plantas en función de parámetros fisico-químicos del suelo como el contenido en materia orgánica
o la capacidad de intercambio catiónico. Frecuentemente la combinación variedad / portainjerto
es un factor determinante del estado nutricional de la vid, afectando sobre todo a la alimentación
en potasio, calcio y magnesio. Los factores climáticos tienen un peso importante en la nutrición de
la planta, ya que condicionan la absorción y translocación de los nutrientes y el desarrollo
radicular en general. Prácticas culturales, como el mantenimiento del suelo, los tratamientos
fitosanitarios, los abonados y el riego van a determinar, aún en mayor medida el estado nutricional
de la planta.
La distribución de los elementos minerales en las distintas partes de la hoja (orillas, nervio central
y peciolo) es muy variable. La elección del tejido a muestrear y su estado fenológico es una
condición previa a determinar antes de realizar el análisis foliar, no pudiendo establecerse con
certeza cual es el más apropiado para determinar el estado nutricional de la planta. (Martin et al,
2001).

(Gonzálbez, 1999) realizó un ensayo sobre la fertirrigación por goteo de la viña donde señala que
para poder afrontar la problemática relativa a la aportación de agua y fertilizantes en la viña
deberíamos estudiar simultáneamente la fisiología de la nutrición mineral e hídrica de la vid. Las
dos operaciones si se lleva a cabo satisfactoriamente satisfacen las exigencias nutricionales e
hídricas del viñedo. No resulta fácil cuantificar las necesidades hídricas de la vid, así como la
respuesta de la planta al aporte de agua, pues en la viña no sólo se deben evaluar las necesidades
de agua en orden a optimizar su capacidad productiva (uva de mesa) sino también en la
consecución de los objetivos enológicos como es el caso de la uva para vinificación. La fórmula
de equilibrio aconsejada es 2-1-3, que es la más adecuada para la viña tanto de mesa como de
vinificación. El nitrógeno es el elemento que proporciona el vigor y es una de las bases principales
del rendimiento, pues permite aumentar la capacidad de producción de la cepa, si bien su empleo

20
excesivo puede perjudicar la calidad, así como, sobre todo si no se aporta adecuadamente
fósforo y potasio, puede favorecer el “corrido” y disminuir la resistencia a enfermedades y
perjudicar el agostamiento de la madera.
Las dosis de fósforo son relativamente pequeñas, ya que en riego localizado este elemento es
mucho más móvil en el suelo y más asimilable. El potasio actúa sobre el rendimiento activando el
crecimiento y favoreciendo la respiración y la fotosíntesis. En riego localizado si empleamos dosis
altas de riego, como es muy móvil, hay que aportar dosis más elevadas de este nutriente.

(Bellinfante, et al 1998) realizaron estudios para ver la influencia del fosfato monopotásico en el
desarrollo y estado nutritivo de las plantas de vid, variedad “Garrido fino” cultivadas “in vitro”,
de manera general hay que destacar que el sistema de propagación mediante cultivo “in vitro” de
yemas resulta apropiado para esta variedad, ya que el desarrollo de explantos fue aceptable.
Dichos explantos presentaron una alta capacidad de emisión radicular, tanto en precocidad como
en porcentaje final, sin necesidad de transferencia a medio de enraizamiento, resultando el soporte
de arena silícea apropiado para el desarrollo “in vitro” de la planta no pareciendo que interfiera en
el crecimiento ni de la parte aérea ni radicular. Los resultados indican un contenido óptimo de
nutrientes para esta variedad de vid cuando en el medio nutritivo aparece la concentración de 340
mg/L de fosfato monopotásico coincidiendo con un mejor desarrollo del vegetal.
Desde el punto de vista económico la optimización del medio VID para el fosfato monopotásico
doblando la cantidad del mismo en dicho medio, significaría un incremento en el precio del litro
medio, se sustituiría el agar por arena silícea, lo que permite además la obtención de plantas libres
de bacterias y hongos parásitos.

(Gutiérrez y Darias, 1999) han realizado un estudio comparativo de los niveles foliares en
floración y envero (peciolos y limbos) durante tres años en tres variedades cultivadas en las Islas
Canarias: Listan blanco, Verdello y Gual. Los niveles de nitrógeno en peciolos y limbos son
inferiores en la variedad Verdello en floración. Los niveles de P y K fueron superiores en Listan
blanco y Gual respectivamente. Los niveles de Mg y de micronutrientes fueron superiores en
Listan blanco.

IX) Principales plagas y enfermedades presentes en la vid. Métodos de control

Dentro del complejo de parásitos que pueden afectar a la vid, los mayores daños suelen
corresponder a los ocasionados por los hongos causantes de enfermedades. Estas hicieron su
aparición en los viñedos españoles hacia la mitad del siglo XIX. En el año 1850 se detectó por
primera vez en España, en los viñedos catalanes, una enfermedad originaria de América del Norte
conocido como oidio o ceniza. En pocos años se extendió a todas las zonas vitícolas, siendo
necesario emplear azufre en polvo para contrarrestar los graves daños que producía en todos los
órganos verdes de la cepa.
Igualmente, en el año 1880 hizo su aparición en los viñedos catalanes el mildiu, enfermedad
originaria de América del Norte que fue introducida con los porta – injertos americanos, tan
necesarios en aquellos años para reconstituir los viñedos atacados por una plaga tan devastadora

21
como fue la filoxera. Rápidamente se extendió al resto de los viñedos españoles y los viticultores
tuvieron necesidad de tratar sus viñedos con productos a base de cobre.
Posteriormente fueron detectándose otras enfermedades como la yesca, la podredumbre de la
raíz, la podredumbre gris de los racimos, el black-rot, la antracnosis, la excoriosis, la eutipiosis,
etc.
En general, las enfermedades que más daños suelen causar son: el mildiu, el oidiu y la
podredumbre gris de los racimos. Aunque durante los últimos años se esta constatando en todas
las zonas vitícolas un incremento de las enfermedades de madera (principalmente eutipiosis y
yesca) y en los viñedos de la zona mediterránea, de podredumbres del racimo (ácida y
secundarias). (Marín, 1999).

Dentro de las principales plagas que atacan los viñedos podemos destacar: La polilla del racimo
(Lobesia botrana) la cual se considera, la plaga de insectos más importante que ataca a nuestros
viñedos. La piral (Sparganothis pilleriana) y la araña roja (Panonychus ulmi) o (Tetranychus
urticae) pueden dañarlos seriamente. (Nutri – Fitos, 1999).

El Cascade es un Insecticida- acaricida que es activo contra estas tres plagas, pero la Polilla tanto
por los daños directos que causa, como por las consecuencias que de su ataque se derivan es la
más importante. Cascade es activo contra huevos de polilla donde hasta el 95 % de los huevos
son destruidos cuando se aplica sobre racimos antes de las puestas. A esta característica le
llamamos Preoviposición.

El producto debe aplicarse antes de la puesta, para aprovechar la actividad de la


Preoviposición, se debe aplicar al comienzo de la curva de vuelo de los adultos con una dosis de
50 a 75 ml/hl, mojando bien sobre los racimos. Esto corresponde a dosis de 400 a 750 cc/ ha
según el desarrollo del cultivo. Puede proteger la viña hasta 4 semanas, por su capacidad de
penetración no es lavado por las lluvias transcurridas unas horas después de su aplicación.
La incidencia de la plaga es importante, tanto más cuanto más vigorosas y productivas son las
cepas, pudiendo producir daños graves si no se afronta con eficacia su control. Por ello la
introducción de nuevas variedades de mayor vigor, del riego por goteo y de técnicas de cultivo
que mejoran la productividad general de la cepa, están favoreciendo también la proliferación y
ampliación de la zona de acción de la plaga.

En los viñedos de la región de Murcia, la plaga (Lobesia botrana) presenta 3 generaciones bien
diferenciadas, coincidiendo la última con el momento de la recolección, lo que hace en muchos
casos difícil su control, si este no se ha realizado en las anteriores generaciones. El incremento de
la actividad de la plaga y los conocimientos técnicos sobre su multiplicación y dinámica de
poblaciones, hace recomendable controlar eficazmente la primera generación a fin de minimizar la
incidencia de las siguientes.
El control de la plaga se hace en la totalidad de los casos por medio de la aplicación de productos
insecticidas a través de pulverizaciones o espolvoreos. Los productos suelen ser elegidos en
función de la producción y la rentabilidad del cultivo, por lo que a mayor producción y

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rentabilidad, los productos suelen ser más específicos y de mayor eficacia. Por lo general se
hacen de 2 a 3 aplicaciones en las parcelas en que está presente la plaga.
Otras técnicas más respetuosas con el medio ambiente son incorporadas a la lucha contra la
polilla del racimo como es el caso de la Técnica de Confusión sexual por medio de
feromonas, técnica ya generalizada en el cultivo de la uva de mesa para controlar la polilla del
racimo en esta región. (Lucas Espadas, 1999)

Las enfermedades de origen viral que se encuentran en los viñedos aparecen: Entrenudo corto
infeccioso, Enrollado, Jaspeado, Madera rizada y Flavescencia dorada. (Colectivo de autores de
Madrid, 1992).

(Chávez y Varón de Agudelo, 1994) realizaron un estudio de reconocimiento para determinar la


incidencia y severidad de un complejo de enfermedades virales con síntomas sistémicos que
afectaban la vid (Vitis sp) en el Valle del Cauca. Para reconocer el carácter patogénico de estas
enfermedades se realizaron estudios de transmisión por injerto, mecánica, insectos y semilla;
además se hicieron estudios de microscopía y electroforesis. Mediante injerto de púa terminal y
aproximación se logró transmitir la enfermedad denominada engrosamiento o madera corchosa
(corky bark) al nivel de la unión patrón – injerto en un 13,9 % y acanaladuras (“stem pitting”) en
tallos y ramas en un 6,3%. El engrosamiento se manifestó en un 9% de las plantas inoculadas por
injerto de aproximación. Las enfermedades caracterizadas por engrosamiento y acanaladuras
fueron observadas con mayor incidencia y severidad en las variedades Italia y Queen, en las
zonas de la Unión y Ginebra (Valle). No se logró transmisión por semillas, pero las semillas
obtenidas de plantas enfermas fueron más pequeñas y de menor porcentaje de germinación
(10,3%) comparativamente con las semillas procedentes de plantas sanas (21%).

Según (Rubiano y Varón de Agudelo, 1994) existen seis géneros de nemátodos fitoparásitos
asociados con la vid, siendo los más importantes de acuerdo con el porcentaje de frecuencia en el
suelo y raíces: Rotylenchulus (84,4 y 30 %), Helicotylenchus (85,8 y 15,3%), Meloidogyne
(27,9 y 18,9). En menor frecuencia, Pratylenchus, Xiphinema y Criconemella. Meloidogyne
presentó las poblaciones más altas con un máximo de 16.424 individuos por gramo de raíces
secas y 65 por 100 cm 3 de suelo, seguido por Rotylenchulus con 692 y 734 en raíces y suelo
respectivamente. En algunas fincas donde se llevaron a cabo experimentos se observaron agallas
o nudosidades inducidas por Meloidogyne.
Meloidogyne incógnita en población de 10 000 huevos por planta, indujo 50% de mortalidad de
plantas de Vitis rupestris, afectó el desarrollo normal de las plantas reduciendo el crecimiento y
el peso aéreo en más de un 50 % comparativamente con las plantas testigo. En Vitis vinifera var.
Queen, el nemátodo limitó el crecimiento de la planta en un 30 % y el peso aéreo en un 17 %. De
acuerdo con los estudios de población y parasitismo M. incógnita representa en la actualidad
una amenaza potencial para la vid en siembra a pie franco y /o sobre el patrón V. rupestris.

(Marín y Egger, 1999) destacan las características de algunas enfermedades presentes en la vid y
que ocasionan severos daños a los viñedos:

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Mildiu

Esta enfermedad ocasionada por el hongo Plasmopara viticola Berl., es una de las
enfermedades mejor conocidas por los viticultores de todo el mundo debido a los daños tan
graves y espectaculares que produce si las condiciones climáticas le son favorables, ya que puede
atacar todos los órganos de la vid.

Sintomas y daños

El mildiu puede afectar a todos los órganos verdes de la cepa, localizándose preferentemente en
hojas y racimos. En hojas: se manifiestan “manchas de aceite” en el haz, que se corresponden en
el envés con una pelusilla blanquecina si el tiempo es húmedo. Al final de la vegetación estas
manchas adquieren la forma de mosaico. Los ataques fuertes producen una desecación parcial o
total de las hojas e incluso una defoliación prematura, que repercute en la cantidad y calidad de la
cosecha, así como el buen agostamiento de los sarmientos. En racimos: en las proximidades de la
floración los síntomas se manifiestan por una curvatura en forma de S y oscurecimiento del raquis
o raspajo de color achocolatado y posterior recubrimiento de una pelusilla blanquecina si el
tiempo es húmedo, ocurriendo lo mismo en flores y granos recién cuajados. Cuando los granos
alcanzan el tamaño de un guisante se arrugan y finalmente de secan. Los ataques durante el
periodo floración- cuajado pueden ocasionar la pérdida total del racimo, mientras que los más
tardíos suelen afectar solamente a una parte del mismo. A partir del envero el hongo no ataca el
racimo.

Medios de protección

La estrategia de protección consiste en tratar en el momento oportuno para impedir o detener la


germinación de las esporas. La lucha puede ser preventiva y/o curativa según se analicen
productos de contacto o sistémicos /penetrantes. No obstante aunque la evolución del hongo nos
indique que no existe peligro de ataque, al iniciarse la floración se debe realizar un tratamiento
para cubrir el periodo floración – cuajado que es el más sensible.
Como ejemplo de algunos productos podemos citar:
- “Sistémicos”: benalaxil + cobre, folpet o mancozeb; fosetilal + cimoxanilo + folpet; fosetil-al
+mancozeb; mancozeb o oxicloruro de cobre, etc.
- “Penetrantes”: azoxistrobin; azoxistrobin +cimoxanilo; cimoxanilo + folpet; mancozeb;
metiram; propineb; zineb o cobre; etc.
- “Contacto”: captan; diclofuanida; folpet; mancozeb; maneb; metiram; zineb; compuestos de
cobre.

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Oidiu

Es una enfermedad ocasionada por el hongo Uncinula necator Burr., Ampliamente extendida en
España y que en algunos años de condiciones climáticas favorables para su desarrollo puede
ocasionar en variedades sensibles y en zonas propensas, la pérdida total de la cosecha.

Síntomas y daños

El oidio puede atacar todos los órganos verdes de la vid.

En hojas: Puede afectar tanto el haz como el envés, en ambos casos suele observarse un polvillo
blanco ceniciento, que puede encontrarse en algunas zonas o en toda la superficie de la hoja;
debajo del polvillo se aprecian puntitos necrosados. A veces los comienzos del ataque se
manifiestan como manchas de aceite en el haz, que recuerdan las del “mildiu”, pero suelen ser más
pequeñas y nunca muestran la típica pelusilla blanca. En el envés, se aprecian en cambio
punteaduras pardas. En los casos de ataques intensos, las hojas aparecen crispadas o
abarquilladas y recubiertas del polvillo por el haz y por el envés.

En brotes y sarmientos: los síntomas se manifiestan por manchas difusas de color verde oscuro,
que van creciendo pasando a tonos achocolatados al avanzar la vegetación y a negruzcos al
lignificarse el brote.

En racimos: al principio los granos aparecen con un cierto color plomizo recubriéndose en poco
tiempo del polvillo ceniciento que si se limpia deja ver punticos pardos sobre el hollejo.

Los daños importantes se localizan en los racimos ya que los ataques fuertes ocasionan la
detención del crecimiento de la piel, por lo que es frecuente que ésta se agriete y lleguen a rajarse
algunos granos. Así se producen los daños directos en la cantidad y calidad de la cosecha y otros
indirectos al favorecerse la penetración del hongo Botrytis cinerea Pers. Los ataques fuertes
también originan un mal agostado de los sarmientos, con la consiguiente disminución de la
acumulación de reservas en las yemas.

Medios de protección

Los momentos oportunos para el tratamiento son: 1)cuando los brotes son de unos10 cm; 2) al
inicio de la floración y 3) entre grano tamaño guisante e inicio del envero. En variedades sensibles
es necesario realizar otro tratamiento entre el 2do y el 3ro.
Se pueden emplear productos de contacto o de sistemia translaminar, también llamados IBE
(Inhibidores de la biosintesis del ergosterol). Estos son recomendables en los 2 primeros
tratamientos.
- “Contacto”: azufre en espolvoreo (con temperaturas superiores a 18 0 C); dinocap;
permanganato potásico (poca resistenc ioa)

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- “Sistemia translaminar”: azoxistrobin; ciproconazol + azufre; diniconazol; hexconazol;
myclobutanil; myclobutanil + azufre; triadimenol, etc.

Podredumbre Gris

Esta enfermedad causada por el hongo, Botrytis cinerea Pers. Está extendida por todos los
viñedos españoles causando daños considerables ya que las condiciones climáticas (humedad)
son favorables para su desarrollo. Afecta a la cantidad y a la calidad de la cosecha obtenida.
Actualmente se puede decir que es la enfermedad que más daño causa en los viñedos.

Síntomas y daños

La podredumbre gris puede afectar a todos los órganos verdes de la cepa, pero principalmente a
los racimos.
En hojas: Se manifiestan en el borde del limbo, en forma de amplias necrosis que tienen el aspecto
de quemaduras; si el tiempo es húmedo aparece sobre el borde de las manchas un polvillo gris.
Los ataques en hojas no suelen tener importancia económica.

En brotes jóvenes y sarmientos: Presencia de manchas alargadas de color achocolatado que se


recubren de una pelusilla grisácea si el tiempo es húmedo. Al final de la vegetación aparecen unas
manchas negruzcas y alargadas sobre un fondo blanquecino a lo largo del sarmiento y
principalmente en su extremo que agosta mal y tiene poca consistencia. Los ataques fuertes
pueden ocasionar la pérdida de algunos brotes jóvenes, con la consiguiente disminución de
cosecha y después algunas yemas de la base de los sarmientos que no brotan al año siguiente.

En racimos: Los síntomas durante el periodo floración- cuajado se manifiestan sobre las
inflorescencias y en el raspón del racimo en forma de manchas achocolatadas. Durante el periodo
envero- recolección los granos presentan el aspecto característico de “podridos” y sobre su
superficie se desarrolla un moho de color grisáceo típico.
En este periodo envero- recolección se ocasionan pérdidas en la calidad de los futuros vinos
debido a: degradación de las materias colorantes, la destrucción de la película que contiene las
sustancias aromáticas, la reducción del grado alcohólico, al aumento de la fijación de SO2 en los
vinos y el aumento de la acidez volátil. En el caso de la uva de mesa puede influir negativamente
en su comercialización.

Medios de protección

Se recomienda no abusar de los abonados nitrogenados, airear los racimos mediante desnietado y
deshojado, evitar que se produzcan heridas en los granos (por las polillas). La estrategia para el
uso de productos químicos consiste en los momentos siguientes: 1) caída capuchones florales
(cuajado); 2) granos tamaño guisante (cerramiento del racimo); 3) inicio del envero; 4) 21 días
antes de la recolección.

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No obstante la estrategia más racional es realizar un único tratamiento al inicio del envero, que
puede complementarse con otro tratamiento al cerramiento del racimo, empleando algunos de
estos productos: benomilo; carbendazima; carbendazima + vinclozolina; ciprodinil + fludioxinil;
clozalinato; metil- tiofanato; procimidona, etc.

El Cascade, no hace efecto directamente contra la Botrytis, llamada enfermedad oportunista


porque aprovecha las heridas que producen otras plagas y enfermedades para instalarse. Pero sí
el producto es eficaz en la eliminación de las heridas, demostrando en la práctica la reducción de
los daños por Botrytis.

(Ferrari et al, 2001) realizaron una prueba del producto antibotritico (fenexamide) y observar el
efecto en los parámetros de calidad del mosto para la vinificación. Se realizaron 2 experimentos:
El primero se utilizó Teldor y Sumisdex con dosis de 1500 g/ha en las fases de pre - apertura del
racimo y 21 días antes de la cosecha y el otro tratado solo con Teldor en pre- apertura del
racimo y 14 días en la vendimia.
El segundo consistió en: Tratamiento con Teldor y Scala a (1500g/ha y 2 L/ha) respectivamente
en pre –apertura del racimo y a los 21 días antes de la cosecha y Tratamiento solo con Teldor en
pre- apertura del racimo y 14 días antes de la cosecha.

Se demostró que en la vendimia hubo diferencias significativas entre el testigo y el tratamiento que
se usó en la misma y por tanto parece ser el mejor momento para el control. No hubo efecto de
fitotoxicidad en el racimo.
La calidad interna del fruto se comportó normal donde la acumulación de azúcares estaba en
correspondencia con el contenido de acidez en la maduración y el proceso enológico no tuvo
afectación ninguna.

Excoriosis

Esta enfermedad, ocasionada por el hongo Phomopsis viticola Sacc., como la mayoría de los
hongos es exigente en humedades elevadas para poderse desarrollar.

Síntomas y daños

La excoriosis puede afectar a todos los órganos verdes de la vid.


En brotes jóvenes y tiernos: Los primeros síntomas se manifiestan por necrosis poco patentes que
adquieren su aspecto característico al cabo de mes y medio a los dos meses de producirse el
desborre. Esta necrosis pueden ser de varios tipos: manchas oscuras, deprimidas, estiradas a lo
largo del brote ocasionando en la corteza unas grietas más o menos superficiales, manchas más
oscuras que las anteriores, aisladas; lesiones de color marrón- oscuro que toman el aspecto típico
de una tableta de chocolate.

Estos síntomas se localizan preferentemente sobre los 3 o 4 primeros entrenudos de la base de los
brotes. Durante el verano, puede observarse un estrangulamiento en la unión del brote con el

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pulgar. Al agostarse los brotes herbáceos (sarmientos) la evolución de la necrosis se detiene y
aparece un blanqueamiento en la corteza que puede afectar todo el sarmiento, pudiendo
observarse sobre las necrosis y la madera blanquecina numerosos puntos negros (picnidios). Los
daños pueden ser importantes pues numerosas yemas de las cepas atacadas son invadidas por el
micelio y a la primavera siguiente no brotan. El estrangulamiento que se produce en los brotes los
hace frágiles, pudiendo provocar su rotura por la acción de los vientos, el peso de los racimos o
las labores de cultivo. Todo ello ocasiona una fuerte pérdida de cosecha.

En hojas: Los síntomas se manifiestan por la presencia de manchas oscuro- negruzcas, localizadas
preferentemente en el peciolo y nervios principales. Los ataques en hojas no suelen tener gran
importancia económica.
En racimos: Los síntomas se localizan sobre el pedúnculo y el raquis y su manifestación es
parecida a la descrita en las hojas. Los ataques en racimos son siempre graves ya que ocasionan
un mal cuajado e incluso su desecamiento.

Medios de protección

Quemar los restos de poda ya que en ellos inverna el hongo, es una técnica cultural muy
importante para controlar esta enfermedad. Con el uso de productos quimicos se puede
controlar el desborre utilizando diclofuanida, folpet, mancozeb, maneb o metiram.

Eutipiosis

Esta enfermedad, ocasionada por el hongo Eutypa lata Tul. sin. de E. armenicae Hansf. y
Carter. Las viñas comienzan a ser sensibles a partir de los 10 años; aunque en algunos casos se
han observado daños en viñas de menor edad. Es un hongo que penetra por los cortes de la
poda.

Síntomas y daños

La madera atacada adquiere un color marrón mas ó menos oscuro, netamente diferenciado del
blanco pajizo de la sana y se torna dura y quebradiza. Estos síntomas se inician en una o varias
heridas y descienden en cuña, en ocasiones pueden pasar al patrón.
Los síntomas en los pámpanos no se aprecian hasta el segundo año después de la infección,
pudiendo aparecer solo en un brazo, pero pasan a los demás en años sucesivos a medida que el
hongo desciende por brazos y tronco. Los pámpanos son débiles con entrenudos uniformemente
cortos, hojas más pequeñas y deformadas, cloróticas y con necrosis. Estos síntomas son
producidos por traslación de una toxina, la eutipina, segregada por el hongo.
Los racimos casi normales hasta la floración sufren un fuerte corrimiento e incluso llegara
desaparecer.

La mejor época para observar estos síntomas es la de rápido crecimiento de la vid, desde el
desborre hasta la floración, después los brotes afectados pueden ser ocultados por los sanos, de

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mayor desarrollo. Los síntomas son más intensos en las primaveras lluviosas y pueden no
manifestarse en las secas. Al agravarse los síntomas la cepa puede emitir chupones cada vez más
bajos y termina por morir.

Medios de protección

Se deben tomar una serie de medidas culturales entre las que se destacan: eliminar todas las cepas
y brazos atacados, evitar las heridas de poda gruesas; no podar durante los 4 días que siguen a
una lluvia; podar lo más tarde posible; volver a formar la cepa afectada mediante brotes bajeros
(chupones) e incluso volviendo a injertar en plantaciones jóvenes Es muy importante embadurnar
los cortes de poda con una brocha inmediatamente después de podar, con alguno de estos
productos: benomilo; carbendazimi o metil- tiofanato a la dosis de 12,5 gs de materia activa por
litro de agua o triadimefon pasta..

Yesca

Esta enfermedad es vieja conocida de los viticultores, estando ocasionada por un complejo de
hongos entre los que se destacan: Stereum hirsutum Per. y Phellinus igniarius Fr. Se le
conoce vulgarmente por “yesca” o “aplopejía parasitaria”. Es una enfermedad que se presenta en
los viñedos viejos.

Síntomas y daños

Son variables según los órganos atacados y las formas de manifestarse:

Organos verdes: Puede manifestarse de dos formas: “Forma lenta”: es más frecuente y puede
afectar a la vegetación de uno o varios brazos de cepas generalmente aisladas. Los síntomas
suelen iniciarse después de la floración o ya en pleno verano, y consisten en la aparición de
decoloraciones internervales y en los bordes de las hojas, amarillentas en las variedades blancas y
rojizas en las tintas que confluyen y van secándose en el centro. Las hojas terminan por caer y los
racimos pierden peso pudiendo llegar a desecarse.
“Forma rápida o apopléjica”: suele ocurrir en los climas más cálidos y en pleno verano. La
vegetación de algunas cepas languidece, generalmente aisladas y de porte normal o vigoroso,
toma una coloración verde –grisácea y acaba secándose, parcial o totalmente en muy pocos días,
comenzando por las hojas del extremo de los sarmientos.

Brazos y troncos: Cortando longitudinal y transversalmente las cepas con los síntomas anteriores,
se observan zonas en el interior de la madera que adquieren primero tonalidades más oscuras,
con posterioridad se agrandan, amarillean en el centro y conservan un tono oscuro en el borde;
finalmente estos tejidos se desorganizan y se vuelven blandos y esponjosos. Las zonas atacadas
se inician en una herida de poda, de tamaño superior al normal y no suelen penetrar en el patrón,
por lo que este puede rebrotar.

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Los síntomas descritos se traducen en daños que van desde la pérdida de peso y azúcares en la
cosecha, hasta la muerte de uno o varios brazos de la cepa entera.

Medios de protección

Se recomienda al observar los primeros síntomas abrir el tronco en su cruz con un hacha y
colocar una piedra para impedir que se cierre, ya que el hongo en presencia del aire vive con
dificultad.
Actualmente no existe producto químico eficaz para controlar la enfermedad, solamente esta
autorizado el ciproconazol inyectado al suelo alrededor de la cepa al iniciarse el desborre.

(Artal, 1999) realizó un estudio para ver el efecto del producto llamado TRONVER en el
tratamiento de la apoplejía parasitaria con el viñedo en secano y en regadío y tanto a nivel
preventivo como curativo, es un estimulante de la formación de autodefensas. En secano se
hicieron 2 aplicaciones por supuesto con cepas infectadas y dejando algunas como testigo. La
dosis fue de 0,5 litros de TRONVER / 100 litros de agua, mojando bien la cepa especialmente en
el tronco. Como resultado general se observó que las cepas afectadas no habían empeorado y
había evolucionado de acuerdo con el estado fenológico en que se encontraban. Con el sistema
de riego localizado se demostró que con un solo tratamiento del producto al 0,5% mojando bien
la cepa fue suficiente para recuperarla totalmente. Como efecto preventivo se recomienda dos
tratamientos: 1) antes de la floración a dosis de 500 cc / 100 l agua cuando los sarmientos tengan
20-25 cm y 2) la misma dosis antes del envero.

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