Audre Lorde nació en Harlem un 18 de febrero de 1934.
Hoy hablamos de ella por sus “Diarios del cáncer”, un texto que escribió en 1981 y que está dirigido tanto a las mujeres que viven esa experiencia como a quienes las acompañan. Pero mi intención es abrir su presentación como se abre un inmenso abanico del que se expanden las muchas Audre que ella fue. Audre mujer, poeta, lesbiana, activista, negra, luchadora y madre. Sus poemas duelen. Hablan de niños que trabajan, madres que no pueden proteger a sus hijos y la difícil vida de las chicas de color en Berlín… Ella acompañó movimientos de mujeres en diferentes ciudades del mundo. Lo que caracteriza su obra es la búsqueda de esa integración entre lo que sentimos, lo que creemos, lo que pensamos y lo que sabemos. Y en utilizar esa potencia como combustible para el cambio. ¿Qué cambio? Todas necesitamos cambiar algo en nuestras vidas… “Donde sea que me encuentre hay algo que debe ser hecho y cada una de nosotras debe reconocerlo con valentía y honestidad. Estoy aquí para decirles como uso quien soy al servicio de lo que creo. Y parte de mi trabajo es estar aquí con ustedes preguntándoles Quién eres tú y Cómo estás haciendo tu trabajo. Eso es lo que fortalece. Y claro que tenemos miedo. Si esperamos no tener miedo para hacer algo estamos fritas… En las pequeñas cosas, paso a paso, tomar una posición. Y la próxima vez será un poco menos difícil.” En un momento muy especial de su vida, vivió una ceremonia africana de bautismo. Allí Lorde tomó el nombre de Gamba Adisa, que quiere decir: Guerrera: la que se hace comprender. Si me preguntas lo más valioso de estos “Diarios del cáncer” lo podría sintetizar en estas ideas: 1. Debemos aprender a respetarnos a nosotras mismas y nuestras necesidades
2. Cada mujer responde a la crisis que trae a su vida el cáncer de
acuerdo a quién es ella y cómo ha vivido su vida
3. Nuestros sentimientos necesitan voz para ser reconocidos, respetados
y útiles
4. No quiero que mi ira, dolor y miedo se fosilicen en otro silencio más
5. La vida consciente tiene poder y recompensas
6. El silencio nunca trajo nada valioso
7. Las palabras remarcan las posibilidades de autocuración y la riqueza
de la vida para todas las mujeres
8. Los grandes riesgos: aislamiento, silencio, invisibilidad y querer ser
“la de antes”
9. El miedo es más poderoso cuando no se le da voz
10.Tu silencio no te protegerá
11.No evitar el miedo sino usarlo como combustible en el camino por el
que quiero ir
12.Si puedo, acordarme de dar el salto de la impotencia a la acción
13.Debo ser responsable de encontrar otra forma de manejar estas
preocupaciones para que no agoten la fuerza que necesito para moverme, actuar, sentir, escribir, amar, recostarme en el sol y escuchar la nueva canción de primavera de los pájaros…
¿Cuáles son las palabras que todavía no tenes? ¿Qué necesitas decir?
Leila Venere Psicoanalista Coordinadora de los Grupos de Apoyo