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Unidad 4
Unidad 4
Magnetismo y Radiactividad
Es decir, todos sabemos que un imán atrae a otros cuerpos metálicos de hierro y acero pero
son pocos los que saben cómo lo hace
La duración del magnetismo remanente en los imanes artificiales depende mucho del
material empleado en los mismos. Es cierto que el hierro adquiere rápidamente propiedades
magnéticas, sin embargo también es verdad que las pierde deprisa y corriendo, al poco
tiempo de que el magnetismo inductor se separe de él, se les llama por eso imanes
temporales.
El acero es bastante más difícil de imantar, tanto que se necesita un campo magnético
considerable para influir en él de manera sensible. Sin embargo, una vez imantado el acero
conserva por mucho más tiempo el magnetismo remanente que mejora considerablemente
si se mezcla el hierro con carbono, wolframio o cobalto.
A estos últimos se les conoce como imanes permanentes en contraste con los anteriores.
Suponiendo un imán en forma de barra, a sus extremos se les llama polos e igual que pasa
con los polos terrestres reciben los nombres de polo NORTE y polo SUR.
En sus polos es donde el imán concentra la mayoría de su fuerza magnética. Esta fuerza
va decreciendo conforme nos vamos aproximando al centro y llega a desaparecer
completamente en el punto medio de la barra.
Esto nos da una idea de la extensión de lo que llamamos campo magnético del imán, que
no es ni más ni menos que su zona de influencia. Este campo magnético está formado por
líneas magnéticas; son las llamadas líneas de fuerza del imán.
"Visualizaciòn " de las líneas de fuerza de un imán con ayuda de las limaduras de hierro.
Si colocamos un imán bajo un papel o cartulina y espolvoreamos una fina capa de limaduras
de hierro observaremos que, bajo la influencia del campo magnético del imán, las limaduras
de hierro quedarán "ordenadas automáticamente" pudiéndose ver una representación de las
líneas de fuerza del imán y la dirección que toman las mismas. Si hacemos el experimento
con un imán de barra, las limaduras quedarán como indica el gráfico que incluimos. Por
convenio a las líneas de fuerza de un imán se les ha asignado una dirección, y van por el
exterior del imán del polo norte al polo sur y por el interior del polo sur al polo norte.
Se trata de una interesante conjetura que basa su razonamiento en la íntima relación que
existe entre el magnetismo y la electricidad.
Para comprobarlo solo debemos hacer circular una corriente eléctrica por un conductor y
aproximarle a este conductor una brújula. Al hacerlo, la aguja de la brújula se desvía.
Nos dice que cuando los electrones se mueven producen un campo magnético.
Podría ser que este movimiento al que están expuestos continuamente los electrones
fuese una fuente de magnetismo, aunque en principio y visto electrón por electrón este
magnetismo sea completamente imperceptible.
Pues obtenemos dos imanes con sus polos situados exactamente con la misma orientación
que los tenía el imán original. Si ahora hacemos lo mismo con los dos imanes obtenidos de
la división anterior, los cortamos por la mitad, nos encontraremos con cuatro imanes.
Los polos de estos cuatro imanes también tendrán exactamente la misma orientación que
los dos anteriores.
Podemos continuar así y hacer la división cuantas veces queramos que en todas las
ocasiones la orientación de los imanes obtenidos al dividir el anterior será idéntica a la del
imán original.
Ese sería el imán más pequeño que se puede obtener, una sola molécula que seguirá
teniendo sus polos norte y sur orientados de idéntica forma a como los tenía el imán
original antes de comenzar nuestras divisiones.
Según lo anterior, un imán debe tener todas sus moléculas orientadas en el mismo sentido y
cada una de ellas se comporta como un imán microscópico con sus polos orientados en la
misma dirección que los del imán del que forma parte.
Este campo magnético volverá a desaparecer en el momento en que sus moléculas vuelvan
al desorden y la anarquía. Esta es la diferencia entre los imanes temporales y los
permanentes, la facilidad con que los primeros pierden su ordenación molecular.
Los polos
En un párrafo anterior hemos indicado que a los polos de un imán se les llama norte y sur
pero... ¿como podemos distinguir el uno del otro?.
Hemos de saber que la brújula funciona porque la Tierra es un gran imán, un imán enorme
que también tiene dos polos, el norte y el sur.
Los polos magnéticos de la Tierra están invertidos con respecto a sus polos geográficos. El
polo norte geográfico de la Tierra corresponde a su polo sur magnético y viceversa.
Mas exactamente, el polo sur magnético de la Tierra está algo desplazado con relación al
norte geográfico, concretamente a unos 1600 kilómetros .
Lo mismo ocurre con el polo sur geográfico el cual está muy cercano al norte magnético
pero no coincide exactamente con él.
Por lo tanto, lo que realmente señala la aguja de la brújula son los polos magnéticos de la
Tierra y no sus polos geográficos.
Dicho esto, para determinar cuales son los polos de un imán solo tenemos que suspenderlo
de un hilo y marcar como su polo norte al que señala al norte geográfico de la Tierra y como
polo sur al que señala al sur terrestre.
Esto es así siempre que nuestro imán no se encuentre sometido a la acción de un tercer
campo magnético que influya en su orientación.
La Radiactividad
CATION: ANION
Ion positivo Ion negativo
Se forma cuando el átomo neutro Se forma cuando el átomo neutro
pierde uno o más electrones de la gana uno o más electrones
corteza
Todos los átomos de un mismo elemento químico tiene la misma cantidad de protones. Esto
es conocido como el "número atómico" del elemento y se lo denomina con la letra Z.
Así el hidrógeno que posee un solo protón en su núcleo tiene un número atómico igual a 1
(Z=1).
La radiactividad
“La radiactividad es una propiedad de los isótopos cuyos núcleos tienen una combinación
de protones y neutrones que los hacen inestables, por lo que tienden a modificar
espontáneamente su constitución, emitiendo partículas o radiaciones de forma
espontánea”
Estos Isotopos radiactivos que tienen un número muy elevado de protones y neutrones. se
transforman, por emisión de partículas alfa (núcleos de Helio), beta (electrones), gamma
(fotones), en otros elementos nuevos, que pueden ser o no, a su vez, radiactivos.
Las distintas radiaciones tienen distinta capacidad de penetración en los medios materiales
debido a las interacciones que intervienen en el proceso de frenado de las partículas y
propiedades de las mismas partículas.
Típos de radiación
Después de múltiples experimentos en donde se estudiaban las distintas radiaciones, se
llegó a la conclusión de que estas se clasifican en: alfa (α), beta (β) y gamma (γ).
a) La radiación alfa:
b) La radiación beta:
c) La radiación gamma:
La radioactividad generada perjudica a los seres vivos porque las partículas emitidas --alfa,
beta, neutrones, protones y rayos de alta energía-- son capaces de colisionar contra los
átomos y dañar su estructura electrónica. Este daño en seres vivos puede implicar desde
muerte celular hasta mutaciones genéticas y cáncer.
Los seres vivos poseemos mecanismos naturales de reparación de células dañadas por
radioactividad. En general, son tres los efectos de la radiación en nuestro cuerpo:
Todos los días recibimos radiación, ya sea del espacio, el suelo, incluso de comida y
bebidas, o bien de fuentes artificiales (en tratamientos médicos, originada en plantas
nucleares).
En cuanto a las fuentes naturales de radiación no hay mucho por hacer en la mayoría de los
casos porque su efecto es nocivo sin la exposición es razonablemente corta.
Sabemos que una radiografía es una imagen de lo que hay dentro de nuestro cuerpo. Para
hacer las radiografías se usan las radiaciones ionizantes que emiten los aparatos de rayos.
Estas radiaciones ionizantes son un tipo de ondas. Pero tienen mayor energía. Esto les
permite pasar a través del cuerpo humano para hacer las radiografías.
SÍ, existen. También tienen un riesgo muy bajo de sufrir algún cáncer a lo largo de los años.
SÍ. Algunos órganos del niño/a aún no están desarrollados del todo. Sus células son más
frágiles. Aunque ya se sabe que el riesgo de tener cáncer por una radiografía es muy bajo,
un niño tiene el doble de riesgo que un adulto. Y una niña un riesgo tres veces mayor. Es
por eso que las embarazadas son más sensibles a la radiación, porque se pueden alterar las
células de los embriones, sobre todo en las primeras semanas. Hay riesgos de
malformaciones fetales.