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888En última instancia, lo que buscamos es saber cuáles son

los factores que determinan y gobiernan la conducta de los seres


humanos. Se han dado al respecto varias interpretaciones, cuya síntesis nos
llevara a especificar y comprender las motivaciones del deportista.

Teoría Hedonista sobre la motivación


Esta teoría, de antiquísimo origen, expresa que la conducta humana se
reduce a buscar el placer y evitar el dolor, lo penoso o desagradable. Es
decir, el comportamiento humano se estructura en torno a la antítesis placer –
dolor, agrado – desagrado.
Aunque el placer y el dolor son fuerzas motivadoras generales, estas reacciones
generales pueden ser modificadas por experiencias individuales. Además, es
posible una reversibilidad o una coexistencia de factores opuestos, tanto en el
terreno normal como en el patológico: esta característica – tan comúnmente
observada – fue llamada ambivalencia por el psiquiatra suizo Bleuler.
De cualquier manera, esta reducción de todas las motivaciones a dos fuentes
únicas es demasiado simplista. Los factores desencadenantes de la conducta
humana se entrecruzan y forman una trama compleja, que muchas veces llega
incluso a desconcertarnos. Además, cabría preguntarse de que manera
particular tiende cada individuo al logro del placer y la satisfacción, y a evitar lo
doloroso o desagradable. Un atleta puede someterse gustoso a privaciones
físicas para lograr el éxito, o el reconocimiento y la aprobación de su
entrenador. Este es solo un ejemplo, pero podríamos multiplicar los casos
similares.

Teoría de los instintos


Afirmamos que la conducta del ser humano esta regida en su mayor parte
por pautas de acción innatas (instintos), que le permiten fundamentalmente
sobrevivir, posibilitandole la tarea de encarar con mayor eficiencia los
elementos ambientales. Así, por ejemplo, se dice que el hombre tiende a
juntarse con los demás debido a su instinto gregario, o que juega debido a su
instinto lúdico.
Como dice Werner Wolff, “ el término instinto significa motivo no aprendido o
tendencia innata, y se usa en sentido muy vago. Las investigaciones de L.
Bernard en 1924 demostraron que los psicólogos han aplicado el concepto de
instinto a unas 6000 actividades. Sin embargo, las investigaciones han probado
que muchas reacciones psíquicas llamadas instintos son adquiridos. La llamada
enemistad instintiva de perros y gatos no se producen si se crían juntos. Los
estudios etnológicos han puesto de relieve que muchos de los instintos son
reacciones condicionadas por la cultura. En algunas culturas es el padre quien
se ocupa de criar a los niños.
Las observaciones psicoanalíticas, por otra parte, originaron la sustitución del
rígido y mecanisista esquema de un mosaico de instintos por la teoría de la
transformación dinámica de la energía psíquica. Se halló por ejemplo,
que el “instinto de lucha” es frecuentemente el resultado de frustraciones; que
el “instinto de poderío” puede ser una compensación entre sentimientos de
inferioridad. Y que ciertos temores y angustias son transformaciones de los
impulsos sexuales. La teoría de los instintos resulta, pues, insuficiente para
explicar todas las variedades de la conducta humana.

Teoría de las necesidades primarias


Expresa que la conducta humana puede atribuirse a la existencia de unas
pocas necesidades o impulsos primarios, y que todas las acciones pueden
reducirse, en ultima instancia, a la satisfacción de necesidades fisiológicas como
el hambre, la sed, la alimentación y el apetito sexual. Dentro de esta teoría hay
dos matices principales: una variante afirma que esas necesidades primarias
son conscientes y perfectamente delimitables.
La otra variante (psicoanálisis), recalca los mecanismos inconscientes y la
importancia de los motivos sexuales. Este enfoque fisiológico ha despertado
muchas criticas. Se observa, por ejemplo, que el ser humano tiene una
tendencia a realizar ciertas actividades por la actividad en sí. Jugar, manipular
objetos y explorar no parecen relacionarse con necesidades puramente
viscerales. Además, esta teoría considera al ser humano como una especie de
maquina inerte, que se pone en marcha cuando surgen las necesidades
viscerales.

Teoría del restablecimiento del equilibrio


Fue formulada por Cannon, quien introdujo el concepto de homeostásis,
mecanismo en virtud del cual el organismo trata de mantener su integridad,
equilibrando las adaptaciones internas de acuerdo con los estímulos. Afirma
que, cuando se produce un desequilibrio, el organismo pone en acción sus
mecanismos de regulación para volver al estado de equilibrio. Sin duda, existe
en el ser humano un mecanismo de “auto – regulación” , tanto en la esfera
física como en la psicológica, por medio del cual trata de restablecer o
mantener el equilibrio.
Un ejemplo lo tenemos en los mecanismos de defensa del “Yo”: compensación
(en virtud de la cual un sujeto frustrado en un aspecto de su vida busca
sobresalir en otro); sublimacion (canalizacion de tendencias inferiores hacia
otras superiores), etc. Sin embargo, y a pesar de la indudable existencia de
estos mecanismos, no todos los aspectos de la conducta humana pueden
explicarse por esta tendencia a restablecer el equilibrio. El mismo Cannon
reconoció que, con harta frecuencia, el hombre realiza acciones que,
precisamente, rompen ese equilibrio.

Teoría de los factores múltiples


La complejidad del comportamiento humano movió a muchos investigadores a
elaborar una teoría multidimensional. Murray y McDougall, por ejemplo, han
recalcado el papel de las motivaciones sociales, en las cuales incluyen la
tendencia gregaria (unión con otras personas), agresiva (de lucha con los
demás), la de dominio, la exploratoria (curiosidad, afán de conocimientos), etc.
Estas teorías se basan en el concepto formulado por Allport, de la “Autonomía
Funcional de los Impulsos”, lo cual significa que los impulsos se
independizan de sus bases fisiológicas. Podemos agregar que existe una
dualidad en los factores motivacionales. Por ejemplo, la tendencia a dominar y
la tendencia a la sumisión; al poder y a la huida; a la agresion y a la proteccion.
Al encontrar un obstáculo, algunas personas hacen lo posible para superarlo,
pero otras se someten o se retiran.
Según Nietzche, la voluntad de poderío es una de las tendencias
básicas del hombre,y Adler afirmo que la tendencia de dominio es uno de los
principales motivos de la conducta humana, y que cuando se frustra o se desvía
puede causar trastornos emocionales. La tendencia a superar obstáculos y a
destacarse o dominar puede apreciarse en los deportes, los cuales crean
obstáculos artificiales, dando oportunidad para expresar esas tendencias (luego
veremos específicamente las motivaciones del deporte).

Teoría de las capacidades


Afirma que el sujeto está motivado para hacer las cosas que responden a sus
aptitudes. Esta teoría está relacionada con un enfoque más reciente, el cual
recalca la necesidad de “realización” como una motivación importantísima de la
conducta humana.

Los motores de la conducta según Lersch. P.


Lersch
En su notable obra “estructura de la Personalidad”, hace un análisis detallado
de los factores que determinan nuestros actos. Las tendencias – afirma – son
las que ponen en marcha la vida anímica. La vida anímica, como toda la vida,
esta dirigida a la realización de las posibilidades del ser: desarrollo,
conservación, configuración. Las tendencias se dirigen a la consecución de un
estado todavía inexistente y se hallan siempre presentes en la dirección y
configuración de la vida. Cada tendencia es experimentada en una forma
subjetiva especial.

En cada tendencia sentimos un estado de defecto, de necesidad, que


queremos superar; así ocurre en el hambre, en la sed y también en la
necesidad de estimación, en el deseo de poder, en las necesidades
sentimentales o metafísicas. El concepto de necesidad circunscribe del modo
más general e inespecífico la tonalidad fundamental que matiza todas las
tendencias.
Además, la tendencia se proyecta hacia el futuro, tiene una finalidad en forma
de meta que debe alcanzarse, aunque a veces el sujeto percibe esto sólo en
forma oscura y difusa. Distingue Lersch una serie de impulsos o tendencias:
impulso a la actividad por actividad en sí, por su propio valor funcional;
necesidad de estimación; ansia de notoriedad; necesidad de convivencia; deseo
de poder: deseo de saber; impulso a la creación; etc.
Investigación y evaluación de las
motivaciones
Citaremos 3 técnicas o términos usados frecuentemente para la
investigación y evaluación de las motivaciones:
1. Informes directos de los propios sujetos acerca de sus actitudes, sentimientos,
etc. en relación a una actividad determinada.
2. Empleos de tests y técnicas proyectivas.
3. Estudio de los rendimientos bajo distintas condiciones y circunstancias. Es un
procedimiento sumamente eficaz, aunque tropieza con dificultades materiales y
de tiempo.
Algunas de las condiciones motivacionales que se han utilizado en muchas
investigaciones son:
 Interés intrínseco por la actividad.
 Incentivos en forma de premios simbólicos.
 Incentivos monetarios.
 Palabras de aprobación. Estímulos verbales.
 Presencia de observadores, en distintas condiciones.
 Situaciones competitivas entre varios sujetos.
 Introducción de sugerencias acerca de la importancia de la actividad.
 Censura, desaprobación, sugestión de fracaso.

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