OTRO MODELO DE SALUD ES POSIBLE

La salud desde la
epidemiología crítica es un
proceso complejo, dinámico,
dialéctico, socialmente
determinado, con dominios
general, particular y singular
donde se desarrollan
procesos malsanos
(destructivos) y procesos
saludables (protectores)

Dr. Jaime Breilh, autor teórico con una gran visión de la epidemiología crítica –rama fundamental de
la nueva salud pública– (desde la década de los 70) establece cuestionamientos esenciales al
modelo de investigación convencional (positivista) ligado al funcionalismo y abre caminos
innovadores para la metodología científica. Impulsa una universidad que adopte los valores culturales
de la sociedad a la que pertenece. Y rescata la resistencia cultural de los pueblos de América.

“No hay enfermedades de la pobreza. Hay
enfermedades de la riqueza con
desigualdad. Es necesario cambiar el
punto de vista, porque si no aparecen los
pobres como responsables de las
enfermedades. Lo que el modelo de salud
pública dominante llama ‘enfermedades
de la pobreza’ debería llamarse
‘enfermedades generadas por un sistema
social que necesita de la desigualdad’.1”
la pandemia en los lugares y países que
contaron con mayor número de trabajo
informal.
La salud pública tradicional no mira
el contexto social
Las poblaciones infantiles en América
latina están sometidas a productos
químicos desde la vida intrauterina.

Tal como Breilh indica, si la lógica de una
sociedad es la acumulación de riqueza
eso se refleja en las políticas sociales y
en la salud general también generando un
gran impacto sobre los modos de vivir.
Esos modos de vivir operan como
condicionantes de salud, nuestra vivienda,
el lugar de trabajo y todo el contexto en
que nos ubicamos. La probabilidad de
contagiarse con dengue en un barrio en
donde no hay agua potable es
sumamente mayor que en un barrio bien
alcantarillado. Lo mismo sucedió durante
La salud pública tradicional descubre que
hay muchísimos chicos anémicos en
América latina, y los trata con
suplementos de hierro. La salud colectiva,
además de tratar la anemia, llama a
suspender las fumigaciones, busca cortar
la causa.
El modelo imperante, el farmacobiológico,
es muy poderoso. No estudia los
problemas de salud como una totalidad,
sino que lo divide todo, y para cada
porción tiene un medicamento.

1
Cfr. Padín, R. (1 de agosto de 2017). “No
hay enfermedades de la pobreza”. Pagina 12.
https://www.pagina12.com.ar/53910-no-hay-
enfermedades-de-la-pobreza
La agricultura se toma como una
economía de la muerte por destrucción
ecológica. Los recursos naturales se
toman sólo como recursos para hacer
negocios. Muchas de las actividades
económicas actuales, como la
agroindustria con transgénicos, están
ligadas a grandes intereses. Y todo se
reduce a una cuestión de ganancias, no
hay un enfoque ecológico.
Hay que cambiar el objeto de la
salud
Se debe trabajar sobre el proceso de
enfermedad, sobre el cómo y el por qué
se enferman las personas. Una cosa es
estudiar el dengue y cómo combatirlo. Y
otra muy distinta es entenderlo en relación
con los sistemas de producción que
hacen que se reproduzca ese organismo
vivo portador de un agente infeccioso. Los
determinantes sociales de la salud son las
condiciones sociales y económicas que
influyen en las diferencias individuales y
colectivas en el estado de salud.
LA BIODIVERSIDAD NO SE NEGOCIA
Epidemiología crítica, medicina
social y de salud colectiva:
Medicina social: el principal
condicionante del nivel de salud de una
población es su nivel socioeconómico. La
medicina social busca entender cómo las
condiciones sociales y económicas
impactan en la salud, así como su
importancia en la medicina. Y también
fomentar las condiciones en las cuales la
comprensión pueda conducir a una
sociedad más sana.
El modelo de la Salud Colectiva surge
como una mirada crítica frente a los
modelos hegemónicos. En él se reconoce
que los modos de vida están teñidos por
las formas de entender y relacionarnos
con y entre las generaciones, etnias,
clases sociales y los géneros. Es bajo
estas categorías que se pueden
comprender las maneras en que se
produce y reproducen los procesos de
salud incluyendo aspectos de espacio y
tiempo.
En la relación que las personas
establecen con la naturaleza (en donde se
incluye el territorio) se ponen en juego
aspectos políticos y culturales y que
desde una perspectiva crítica entiende
como requisitos de una sociedad para la
vida tres S: sustentabilidad, soberanía y
solidaridad.
El paradigma de la sustentabilidad: busca
cambios para que los socio-ecosistemas
puedan sostener vida plena, digna, feliz y
saludable. Para esto es necesario lograr
una productividad integral sustentando
trabajo y modos de vivir dignificantes,
formas de recreación cultural e identitaria,
soportes colectivos con organización y
relaciones armoniosas con la naturaleza.
De esta manera se alcanzarían procesos
saludables que engloban una mejora en la
calidad de vida biológica y psíquica desde
las construcciones colectivas que
permitan disfrutar del placer y la
espiritualidad.
Medicina funcional: Generar un cambio
de paradigma: De enfoque de
enfermedades al enfoque a la raíz de la
causa y enfoque del paciente. No basta
solamente proporcionar soluciones
instantáneas, tomando un ibuprofeno u
otro medicamento sino para promocionar
la salud se necesita cambiar de estilo de
vida, creando nuevos hábitos de actividad
física y mejoramiento de la nutrición. El
modelo clásico hegemónico es jerárquico,
transmite saberes parciales hacia al
paciente, en cambio la medicina funcional
propone que el médico pueda tener un rol
de guía/mentor en el proceso del
tratamiento.
NO ES SOLAMENTE DAR DE COMER A
UN PEZ SINO ENSEÑAR A PESCAR