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Coaching: una nueva propuesta de intervención

La Orientación Vocacional desde sus comienzos ha tratado de responder a las necesidades de


información y orientación de las personas de acuerdo con los códigos culturales del momento
histórico - social en el cual ha desarrollado su accionar.

Los avances tecnológicos, la evolución de la informática, el poder de los nuevos medios de


comunicación son hoy protagonistas indiscutibles de nuestro tiempo. Es por ello que sostenemos
que la Orientación Vocacional no puede quedar excluida de estos atravesamientos. Esto plantea
nuevos desafíos a los tradicionales modelos de intervención que nos exhortan a replantear las
prácticas orientadoras actuales.

El modelo teórico - práctico que proponemos en este libro responde a estos nuevos desafíos.
Surge de los aportes de las nuevas disciplinas que a nivel mundial están creciendo cada vez más en
ámbitos empresariales, políticos, educativos como a nivel personal: las disciplinas del Coaching.
Los modelos conceptuales que el Coaching plantea, constituyen el marco de referencia a partir del
cual concebimos a la Orientación Vocacional como un proceso de coaching en el cual el Orientador
asume, frente a la persona o grupo que demanda un asesoramiento vocacional, un rol diferente: el
de coach.

¿Cuáles son los orígenes del concepto de coaching?

El concepto del coaching tiene varios miles de años. En sentido puro, es el arte de la mayéutica.
Era el método que ya utilizaba Sócrates en la antigua Grecia para sacar de sus discípulos el
conocimiento que tenían dentro y que aún no habían desarrollado. A través de preguntas hacía
que encontraran la respuesta por sí mismos.

La palabra coach ha sido derivada del término “coche”, de origen húngaro. En sus inicios coche,
era un vehículo tirado por animales que transportaba personas. En los siglos XV y XVI, comenzó a
hacerse popular la ciudad húngara de Kocs situada a 70 Km de Budapest. A partir del nombre de
esa población que era parada obligada de los carruajes que hacían el viaje entre Viena y Budapest,
surge la palabra kocsi (pronunciada cochi). El término pasó luego al idioma alemán como kutsche,
al italiano como cocchio y al español como coche. Así como el coche cumple la función de
transportar a las personas de un lugar a otro, el Coaching también transporta a las personas desde
el lugar donde se encuentran al lugar donde quieren llegar.

Etimológicamente encontramos su procedencia en el término inglés “to coach” que significa


entrenar, tutorear, aconsejar. Una fuente esencial del verdadero alcance del concepto proviene
del deporte y remite a un proceso interactivo mediante el cual el coach o entrenador, conduce a la
persona o grupo implicado en dicho proceso a que alcancen su máximo rendimiento.

El coaching sin embargo, no sólo se aplica en el ámbito del deporte, existen también otros campos
de intervención como el Empresarial (Corporate Coaching), el Ejecutivo (Ejecutive Coaching), el
Personal (Life Coaching), entre otros. Fue John Whitmore quien lo aplicó al mundo empresarial
hace más de dos décadas y paulatinamente se fue implantando en Japón y diversos países
Europeos (Inglaterra, Francia, Suiza, España) y en la actualidad se está instaurando con gran
empuje en toda Hispano América. Según Withmore, el coaching consiste en liberar el potencial de
una persona para incrementar al máximo su desempeño. Radica en ayudar a aprender en lugar de
enseñar. Es un concepto que le imprime un matiz interesante a la relación enseñar – aprender.
Somos, dice Whitmore, similares a una bellota, la cual contiene en su interior 12 todo el potencial
para convertirse en un verdadero roble. Esto nos lleva a pensar que hay en cada persona un
potencial oculto que puede ser liberado. Para mejorar el desempeño de los seres humanos
debemos creer que el potencial existe.

Gran cantidad de empresas, impactadas por los resultados extraordinarios obtenidos por los
coaches deportivos, encontraron en esta disciplina una poderosa herramienta para elevar el
desempeño de sus equipos de trabajo creando espacios expansivos, promoviendo la innovación y
la creatividad hacia nuevas posibilidades de acción.

Muchas organizaciones utilizan el coaching como sustituto de la formación, o además de ella, para
sus empleados, gerentes, líderes, profesionales. Dado que el coaching es más centrado,
contextualizado y personalizado, es más atractivo que otros métodos de formación y produce
auténticos cambios de comportamiento. El coaching ayuda a las personas o equipos a rendir al
máximo de sus capacidades y a adaptarse a los nuevos requerimientos de la organización,
desarrollar competencias que la organización considera importantes, cambiar o suprimir
conductas que en algún momento fueron aceptadas en la cultura de la empresa pero que en un
momento no lo son. Muchas veces las percepciones del individuo y de la organización son
contradictorias por lo que el coaching en primer lugar, trata de conciliar las necesidades
individuales con las necesidades de la empresa. En segundo lugar introduce un plan de acción
claro y preciso. A través de actividades específicas, se va visualizando el progreso en el aprendizaje
de las nuevas habilidades y conductas requeridas por la organización. En tercer lugar se estructura
el proceso, a través de una estrategia formal y bien organizada y utilizando una variedad de
herramientas y técnicas definidas, se establece una dirección para avanzar hacia la meta.

Otro de los ámbitos donde el coaching se halla en rápida expansión es el que se relaciona con lo
personal. El coaching personal (life coaching) ayuda a la persona a lograr sus objetivos personales
que pueden ser diferentes a los profesionales o a los de la organización. Este tipo de intervención
actúa para fortalecer la autoestima. Guía a la persona a atravesar las transiciones con éxito,
reforzar su identidad y sus valores personales, descubrir sus mejores competencias para poder
convertir así sus sueños y objetivos en realidades. Abre nuevas posibilidades de acción donde no
las hay o donde no se ve que las hay.

¿Qué es el coaching?

Centrándonos en estos conceptos que marcan los orígenes del coaching y sus aplicaciones
prácticas, nos cabe preguntarnos qué es el coaching y cuál es la metodología que emplea.

El coaching es un estilo de conducción, una forma de gestión que facilita el desarrollo de las
personas. Provee oportunidades de aprendizaje que promueven la toma de conciencia del propio
potencial, ayuda a desarrollar nuevas estrategias de pensamiento y de acción, a definir y
consolidar objetivos.

Las metodologías del coaching se enfocan hacia las soluciones y se orientan hacia los resultados.
Potencian la autonomía y la creatividad. Hacen su hincapié en el conocimiento como medio para
cambiar la conducta. Se basan en el hecho de que gran parte de nuestras limitaciones están en
nosotros mismos, en los pensamientos que tenemos acerca de lo que sucede y de la realidad.
Sostienen que sólo si somos capaces de cambiar esas interpretaciones por otras, podemos generar
cambios y modificar aquello que antes nos parecía dificultoso e incluso insalvable. Las
metodologías del coaching promueven la reflexión, la observación y la interpretación de las
propias percepciones para poder comprender de una manera más clara lo que la persona
experimenta y siente. Facilitan el autoconocimiento y permiten reconocer cuándo y de qué
manera las emociones distorsionan las percepciones.

El coaching sacude las percepciones porque enfrenta a la persona con sus creencias. Lo que la
persona descubre de sí misma en el proceso, tiene un efecto acumulativo que la impulsa a crecer y
cambiar. De esta manera la persona aprende a ver las cosas de manera diferente. El paso siguiente
es actuar de acuerdo a esa nueva percepción, no sólo poder expresar que se ha cambiado, sino
realizar un verdadero cambio de conducta, demostrar que se ha cambiado y esto se expresa en la
acción. Muchas personas tienen dificultad para aplicar los nuevos aprendizajes en el mundo real y
regresan a sus viejas conductas. El coaching impide que esto suceda, porque promueve a que se
produzca el cambio como resultado natural del proceso.

Veamos algunas definiciones

La Escuela Europea de Coaching establecida en Madrid, Barcelona y Turín, concibe al Coaching


más como un arte que como una disciplina o una técnica. Define al Coaching como “el arte de
hacer preguntas para ayudar a las personas a través del aprendizaje, en la exploración y el
descubrimiento de nuevas creencias que tienen como resultado el logro de los objetivos”. De
acuerdo a esta definición, el coaching es el mejor apoyo y aliado para lograr lo que nos
proponemos y queremos ser.

La Sociedad Francesa de Coaching elabora una definición que se centra en las necesidades de la
persona que participa de un proceso de coaching. “Coaching es el acompañamiento a una persona
a partir de sus necesidades profesionales, para el desarrollo de su potencial y de su saber hacer”.

La Federación Internacional de Coaching (ICF), un referente del desarrollo del coaching en la


actualidad con más de 10.000 miembros y presencia en 80 países, define al coaching como “una
relación profesional continuada que ayuda a obtener resultados extraordinarios en la vida,
profesión, empresa o negocios de las personas. Mediante el proceso de coaching, el cliente
profundiza en su conocimiento, aumenta su rendimiento y mejora su calidad de vida”.

La Asociación Argentina de Coaching considera al coaching como una nueva profesión que puede
verse como:

- Un nuevo contexto
- Una nueva forma de observar la realidad
- Un conjunto de competencias para asistir a las personas y equipos de trabajo en el logro
de resultados sin precedentes
- Una forma de relacionarse con otros
- Una manera de relacionarse con la acción
- Una estrategia para lograr cambios
- Una manera diferente de ser.
Estas definiciones aportan una mayor comprensión del significado del coaching lo que nos permite
extraer algunas conclusiones que pueden ser ventajosas para nuestra práctica profesional como
ser:

A. En este proceso que se lleva a cabo a lo largo de un período establecido de tiempo,


intervienen al menos dos personas (el coach y la persona que participa del proceso).
B. Desde una metodología centrada en preguntas y un sistema de comunicación que
favorece el vínculo, ayuda a explorar en las propias creencias, valores, fortalezas y
limitaciones.
C. Como fruto de esa exploración, la persona es capaz de tomar determinadas decisiones y
comprometerse con el proceso de cambio y aprendizaje.
D. Con este compromiso y el apoyo del coach, la persona podrá movilizarse en una
determinada dirección, desplegando todo su potencial, a fin de conseguir los resultados
deseados.

¿Cuáles son las disciplinas en las que se apoya el coaching?

El coaching recibe los aportes de la Psicología Humanista y de la Psicología Cognitiva.

Como ya sabemos, la Psicología Humanista aparece en EEUU como una nueva corriente dentro de
la psicología en las décadas de los 50 y 60. La psicología humanista se empeñó en producir una
renovación en la psicología. El concepto “psicología” empezó a considerarse más como una guía
para la acción que como concepto teórico referido a una disciplina científica. Procuraba la
consideración global de la persona y la importancia de sus aspectos existenciales como la libertad,
el conocimiento, la responsabilidad, la historicidad. La meta de la Psicología Humanista es la
realización de todo el potencial humano a partir de la toma de conciencia de sí mismo, dando
prioridad a las emociones. En los años 70 esta teoría influyó en el área del desarrollo personal
aunque en forma muy limitada en lo empresarial. Recién con los aportes de David Goleman sobre
inteligencia emocional, y sus conceptos de inteligencia interpersonal y habilidades sociales en los
90, pasó a tomarse como referente para el logro del éxito empresarial y constituye hoy uno de los
referentes del Coaching.

Carl Rogers, uno de los fundadores del enfoque humanista en psicología, fue partícipe y gestor
instrumental en el desarrollo de la terapia no directiva, también conocida como terapia centrada
en el cliente a la que él renombró terapia centrada en la persona. La terapia rogeriana contrasta
con las perspectivas psicológicas freudianas y las sociales de A. Adler y A. Bandura por el uso
preferente de la empatía para lograr el proceso de comunicación entre el cliente y el terapeuta.
Según Rogers, el terapeuta tiene que poseer tres características necesarias para lograr el éxito del
proceso terapéutico que son: la empatía, la aceptación positiva y la autenticidad o congruencia.
Dice Rogers, “el consejero, profesor o animador del grupo ha de vivenciar una comprensión
empática y exacta del mundo íntimo de su cliente-alumno como si fuera el suyo propio y ha de ser
capaz de comunicar determinados fragmentos significativos de esa comprensión, pero sin olvidar
ese carácter como si. Debe vivenciar una actitud afectuosa, positiva y de aceptación ante el
cliente-alumno, lo cual significa que aprecia a este como persona y que el crecimiento personal se
ve facilitado 18 cuando el consejero, profesor o animador del grupo en su relación con el
clientealumno, es auténtico, sin máscara o fachada y muestra abiertamente los sentimientos y
actitudes que brotan en él en aquel momento”.
Estas son características indispensables para el buen desempeño del coach y uno de los factores
fundamentales para que el proceso de coaching logre buenos resultados.

Otra de las disciplinas en las que se apoya el coaching son las Ciencias Cognitivas que aparecen
entre los años 1955 al 1965. Sostienen que el hombre organiza su experiencia a través de
esquemas cognitivos, modelos internos por medio de los cuales percibe, codifica e interpreta la
información que recibe de sí mismo y del mundo que lo rodea. Señalan que las cogniciones
desempeñan el papel de mediadores entre el estímulo y la respuesta y pueden modificar el
contenido de la percepción otorgándole un sentido positivo o negativo a nuestra experiencia.
Según esto, lo que percibimos no son realidades, son interpretaciones de la realidad. Las
cogniciones son como leyes o programas para nuestra toma de decisiones.

La terapia cognitiva como procedimiento activo, directivo, estructurado y de tiempo limitado, se


sirve de una amplia variedad de estrategias cognitivas y conductuales para delimitar y poner a
prueba las falsas creencias y los supuestos desadaptativos. Emplea técnicas para modificar
creencias disfuncionales y errores en el procesamiento de la información. La teoría cognitiva es un
modelo de psicoterapia basado en el aprendizaje donde la persona empieza a incorporar muchas
de las técnicas que emplea el terapeuta modificando las falsas creencias y percepciones que
limitan e impiden avanzar hacia el logro de las metas. Se centra en los problemas del “aquí y
ahora” sacudiendo las percepciones. Es una forma de intervención que a partir de una alianza
terapéutica colaborativa y métodos conductuales y emocionales asociados, produce una
reestructuración cognitiva.

El coaching también sacude las percepciones y creencias y a partir de eso la persona aprende a
observarse y a observar la realidad de una manera diferente.

¿Por qué el coaching es importante?

Consideramos que la importancia del coaching radica en que permite a la persona:

- Descubrir y liberar el propio potencial.


- Aprender nuevas maneras de “ser” y de “hacer” para conseguir los mejores resultados.
- Superar las limitaciones y creencias propias o impuestas por otros que limitan, paralizan e
impiden obtener lo que desea.
- Ser una observadora diferente de sí misma y de su entorno. - Encontrar un propósito en la
vida y darle sentido a la misma. - Decidir qué tipo de vida quiere, salir al mundo y
concretarla.
- Hacerse cargo del futuro actuando de manera proactiva.
- Diseñar acciones que produzcan resultados que antes parecían imposibles de alcanzar.
- Asumir la responsabilidad de las acciones que emprenda.
- Lograr las metas tanto personales como profesionales.
- Adaptarse a los cambios de manera eficiente y eficaz.

¿Qué es un Coach?
Desde este planteo, consideramos que el coach es un guía activo que, sobre la base de un
conjunto de habilidades y conocimientos, facilita el camino hacia nuevos aprendizajes. No es un
asesor, no aconseja ni dice a la persona lo que debe hacer, no da indicaciones ni soluciones a sus
problemas. El coach plantea preguntas para que la persona reflexione, revise sus creencias e
identifique qué es lo que necesita para alcanzar sus metas, encontrando así sus propias respuestas
y tomando sus propias decisiones. Crea las condiciones para que las personas sean protagonistas y
responsables de sus decisiones y acciones.

El coach hace algo diferente al concepto de entrenador o director técnico en el ámbito de los
deportes: no se limita a enseñar técnicas, sí utiliza técnicas para lograr los objetivos propuestos así
como desempeña un modo de actuación específico. Más que enseñar facilita que otro aprenda.

¿Qué se necesita para ser un buen Coach?

Para ser un buen coach es necesario desarrollar determinadas cualidades y capacidades


específicas. Percepción, empatía, integridad, paciencia, imparcialidad, credibilidad, influencia,
pensamiento positivo, carisma, son algunas de las cualidades que definen a un buen coach.

Brindar seguridad, crear interés, generar rapport, facilitar la atención y la concentración en la


tarea, proporcionar estímulo, identificar emociones, formular preguntas eficaces, hablar con
claridad, sintonizar el lenguaje verbal y no verbal, prestar atención a lo que la persona trasmite,
escuchar con la mente abierta suspendiendo todo juicio y adoptando una actitud neutral, crear un
circuito de feedback, son algunas de las capacidades que garantizan el buen desempeño del coach.

Asimismo, el coach asume en el proceso, el rol de facilitador y de líder. Como facilitador acompaña
a la persona durante el proceso apoyándola e impulsándola a la acción. Como líder influye en la
persona, no para decirle lo que tiene que hacer, no aconseja ni da indicaciones o soluciones a sus
problemas. La Incentiva a que encuentre las mejores respuestas acerca de lo que necesita, lo que
le interesa y lo que la motiva.

La Orientación Vocacional como un proceso de coaching

A medida que fuimos profundizando en las concepciones teóricas del coaching e implementado
con éxito sus metodologías y sus poderosas herramientas en nuestra práctica profesional, fue
gestándose en nosotras una visión diferente de la Orientación Vocacional y de la forma de
abordarla. Constituyeron el punto de partida del nuevo enfoque que proponemos en este libro: la
Orientación Vocacional como un proceso de coaching. Cuando hablamos de la orientación
vocacional como un proceso de coaching nos referimos al coaching educacional.

El coaching educacional es una metodología que proporciona a la persona herramientas que le


permiten avanzar en la búsqueda de nuevas opciones y alternativas para lograr los objetivos que a
nivel educacional se propone. Permite a la persona reflexionar acerca de sí misma, revisar sus
creencias e identificar lo que le hace falta para alcanzar sus metas. La ayuda a encontrar sus
propias respuestas y comprometerse con sus propias decisiones.

El coaching educacional puede llevarse a cabo tanto con jóvenes como con adultos. Lo que varía
en uno y otro caso no es el método utilizado, sino las técnicas que se implementan para abordar el
proceso. Por otra parte, el coaching con jóvenes, a diferencia del coaching con adultos, requiere
de un modelo de actuación diferente. El trabajo con jóvenes exige por parte del profesional
conocer cómo es el mundo adolescente (tema que desarrollamos en las primeras páginas de este
libro), comprender y compartir sus códigos. El profesional debe generar un espacio de confianza y
seguridad, establecer una comunicación abierta, sincera y casi cómplice con el joven. Esto le
permitirá entrar en su mundo y facilitará el desarrollo del proceso.

¿Qué es el programa de coaching educacional-ocupacional?

En nuestra practica profesional no solo trabajamos con los jóvenes el tema de la elección de
carrera, sino también los preparamos para la búsqueda de su primer empleo cuando estos lo
requieran.

El Programa CEO permite abordar las necesidades de información y orientación de los jóvenes al
momento de diseñar su proyecto educacional laboral futuro. Constituye una nueva propuesta de
intervención para ser utilizada por psicólogos, psicopedagogos, orientadores escolares, docentes y
todo aquel profesional dedicado a asesorar y entrenar a los jóvenes en la elección de carrera y en
la búsqueda de empleo. Puede ser utilizado en el consultorio privado, en departamentos de
orientación de colegios secundarios, universidades, instituciones terciarias, hospitales, entre otros,
tanto en abordajes individuales como grupales. La escuela constituye un ámbito particular de
abordaje donde el Programa CEO puede organizarse como parte de la programación curricular u
ofrecerse dentro de ese ámbito físico pero no integrado a la currícula.

El Programa CEO está diseñado de tal manera que puede ser utilizado por el profesional en forma
completa o solo una de las partes: Coaching Educacional (CE) y/o Coaching Ocupacional 1 (CO),
según sea la demanda.

El Programa CE es un nuevo modelo de gestión para implementar con jóvenes que está
específicamente focalizado en la elección de carrera. A través de una metodología lógica y
sistemática, con un comienzo, un medio y un fin para el proceso y una amplia variedad de
ejercicios y actividades para facilitarlo, guía en la construcción de un proyecto educacional
centrado en los intereses y deseos personales. Entrena en el desarrollo de habilidades para
realizar una elección de carrera realista y efectiva.

Las actividades y ejercicios que forman parte del Programa constituyen el medio o instrumento de
intervención que, junto a la palabra y al vínculo afectivo, conforman el modelo operativo que
enriquece la práctica del coach. Promueven el análisis de todos los aspectos necesarios para
definir los objetivos 29 educacionales y actúan como una guía para la acción. Algunos de los
ejercicios y técnicas que integran el Programa han sido creados por nosotras, otras son
adaptaciones, modificaciones y recreaciones de otras aplicaciones.

Todas ofrecen sin embargo, múltiples posibilidades. A través de ellas el joven procesa, elabora, se
expresa, se manifiesta y se compromete con el proceso. Cada ejercicio tiene objetivos definidos
que refieren al tema a desarrollar y un sistema de reglas y consignas. Algunos, tienen un
componente lúdico, otros requieren de un trabajo más introspectivo y reflexivo. La reflexión que
proponemos al final de cada actividad permite reconstruir lo vivenciado en ella, descubrir qué
pasó, qué sentimientos y pensamientos afloraron a partir del ejercicio y evaluar los resultados
obtenidos. Marca el cierre de la actividad, un espacio y un tiempo donde la teoría se convierte en
un nuevo aprendizaje aplicable a la vida personal, interpersonal, social.
El joven va adquiriendo a lo largo del proceso de coaching, nuevas herramientas con las cuales
abordar creativamente situaciones relacionadas con la elección de carrera que antes le parecían
problemáticas y que le permitirán responder adecuadamente a los nuevos desafíos. En este
modelo de gestión el orientador asume un rol diferente, el de coach, promoviendo en el joven el
aprendizaje de las habilidades y conductas requeridas para alcanzar sus metas educacionales.

A partir de un encuadre estructurado y la implementación de una amplia variedad de estrategias


cognitivas y conductuales centradas en las metodologías del coaching, lo guía en el diseño de su
proyecto educacional futuro. La aplicación del Programa de Coaching Educacional requiere de
algunas habilidades y conocimientos específicos por parte del profesional.

Aún cuando éste haya conducido procesos de asesoramiento vocacional, puede no estar
familiarizado con las habilidades requeridas para desempeñarse como coach. Recordemos que
“Un coach se hace, no se nace coach”. Conforme con esto, la mayoría de los profesionales tienen
la capacidad para llegar a serlo. A través de la aplicación de los conceptos teórico – prácticos que
presentamos en este libro, irá adquiriendo los conocimientos y la experiencia necesaria. Cuanto
más familiarizado esté con el Programa y con las exigencias requeridas para ser un buen coach,
más eficaz será su actuación.

Aplicación del Programa CE a grupo

El Programa CE está diseñado para abordar un proceso de coaching educacional grupal, aunque
también incluye las variantes para aplicarlo en forma individual. Sabemos que el trabajo con
grupos tiene características particulares. Los integrantes de un grupo que participan en un proceso
de coaching educacional tienen un interés común que los convoca a participar de él: definir la
elección de carrera, planificar su futuro educacional.

El grupo de pares, ámbito natural del adolescente, es el instrumento de trabajo que permite
compartir similares inquietudes, dudas, temores relacionados con un momento de la vida que
todos comparten, expresar opiniones, diferentes puntos de vista, observar similitudes y
diferencias. Cada integrante a su vez, comparte e interviene desde sus particulares vivencias y
experiencias. Cada tema se grupaliza y así se genera un intercambio enriquecedor que surge de los
aportes individuales que se ponen en común.

El trabajo grupal abre oportunidades y contribuye al aprendizaje. Permite la interacción y el


intercambio tanto verbal como emocional. A través de la interrelación del joven con el grupo y con
el coach, el grupo adquiere una identidad propia. El coaching educacional grupal genera un
dinamismo propio que le imprime al grupo su sello particular. Hace que los integrantes del grupo
se comuniquen entre sí, intercambien ideas con sus compañeros, conozcan más acerca de sí
mismos y de los otros, de las profesiones y del mundo del trabajo. Todo esto ayuda a reformular la
comprensión de la situación individual, buscar maneras diferentes de enfocarla, ampliar los
propios puntos de vista, descubrir nuevas opciones, plantear e ir en busca de las propias metas.

El coach y el grupo

El coaching educacional grupal implica una serie de factores a tener en cuenta por parte del coach.
Puede suceder que los integrantes del grupo se conozcan entre sí o no. Cualquiera sea el caso, es
necesario que el coach tome conciencia que dentro de un grupo, cohabitan personas diferentes,
con personalidades, capacidades, habilidades, intereses y expectativas también diferentes. Esto
influirá en la dinámica del grupo en general y en la relación interpersonal particular.

El coach debe ser un buen observador de estos factores para poder actuar en cada momento del
proceso de acuerdo con las características del grupo. En un grupo a menudo aparecen situaciones
problemáticas que pueden atentar contra el buen funcionamiento del proceso. Es conveniente
que el coach esté preparado para afrontarlas de forma constructiva y desde una posición asertiva
a fin de que las relaciones no se dañen.

Tendrá que resolver constructivamente las diferencias cuando estas aparezcan, encontrar
soluciones prácticas y creativas para afrontarlas con la mayor celeridad posible para así restablecer
el funcionamiento armónico del grupo. Otra de las responsabilidades del coach durante el
proceso, es promover un clima agradable y de colaboración, estimular la participación y empatizar
con el grupo. Esto influye en el resultado del trabajo en común, incrementa el compromiso y la
motivación grupal a la vez que permite superar los conflictos que pueden emerger en las distintas
instancias del grupo. Sabemos que cuando las personas encuentran un entorno positivo, agradable
y de colaboración, se comportan de manera más cooperativa y productiva.

Los ambientes positivos aumentan la posibilidad de lograr los objetivos propuestos en el


Programa. A lo largo del proceso de coaching educacional el coach, desde su rol de facilitador y
líder, facilita el aprendizaje y el desarrollo de capacidades intelectuales y habilidades específicas
que le permitirán al joven abordar los cambios y tomar decisiones con autonomía. Su trabajo
consiste en impulsar el desarrollo de nuevas estrategias tanto de pensamiento como de acción,
brindar el estímulo necesario para despertar la motivación de los integrantes del grupo,
animándolos a descubrir nuevas perspectivas y repensar las propias ideas. Debe proporcionar
retroalimentación positiva y empatía creando así un ambiente de armonía que facilita el proceso.

Etapas del proceso grupal

A lo largo del proceso de coaching educacional, el grupo va transitando por una serie de etapas.

El inicio del proceso coincide con el momento del primer encuentro. Los integrantes del grupo
están ansiosos y motivados por comenzar la tarea, aunque carecen de ciertos conocimientos. El
grupo necesita conocer, conocerse, informarse. Es la etapa de las presentaciones entre los
integrantes del grupo y el coach, del planteo de objetivos, el momento de trazar el encuadre.
Podemos definir esta primera etapa como la “Infancia del Grupo”.

Los temas del Programa que van tratándose en los encuentros posteriores activan en el grupo
factores emocionales y motivacionales importantes. Todos opinan, quieren hacer valer su palabra,
expresan sus sentimientos poniéndolos en evidencia, comparten con el grupo sus pensamientos y
motivaciones personales. Es la etapa que podríamos llamar “Adolescencia del Grupo”.

La tercera etapa o “Madurez del Grupo”, coincide con el final del proceso. Cada uno ha logrado
cierta autonomía y se perfila como autor de su propio futuro. Ya ha diseñado el camino a seguir y
está preparado para ir en la búsqueda de aquello que desea. Preparado para tomar sus propias
decisiones. La tarea está por concluir y los integrantes del grupo deberán desprenderse del trabajo
grupal para comenzar a transitar su propio camino.
Acciones Preliminares

Hay una serie de acciones previas que el coach debe realizar antes de dar inicio al proceso de
coaching educacional grupal para que éste se desarrolle en forma eficaz:

- Planificar los temas a trabajar en cada encuentro: preparar con antelación cada encuentro
es esencial para que las reuniones sean productivas.
- Prever los materiales necesarios: asegurarse que los recursos y materiales necesarios para
trabajar cada uno de los temas estén disponibles, hace que el encuentro se desarrolle
favorablemente.
- Cerciorarse que el lugar posea el equipamiento necesario (mobiliario, tecnología): facilita
la tarea y permite desarrollar cada tema en forma correcta.
- Asegurarse que el encuentro comience a la hora convenida y siga los temas
preestablecidos: permite mantener un orden y una disciplina de trabajo.
- Confeccionar un listado con los nombres de los integrantes del grupo: ayuda al coach a ir
tomando contacto con ellos y reconocerlos paulatinamente. Puede servir también para
tener presente que los que no asisten a alguno de los encuentros no habrán participado
de ciertos temas tratados.
- Determinar la disposición física del lugar donde se llevará a cabo el encuentro: define la
clase y calidad de las interacciones y de las relaciones entre los integrantes del grupo. La
ubicación circular, por ejemplo, favorece el intercambio de ideas, la participación activa y
valoriza lo que cada uno expresa.

También hay factores externos que influyen en la disposición del grupo para el trabajo conjunto y
en las respuestas y el estado de los integrantes del grupo:

- El lugar donde se reúnen: debe ser agradable y cálido y estar en relación a la cantidad de
integrantes que conforman el grupo, lo que posibilita la cohesión y el intercambio.
- La duración de los encuentros: encuentros demasiado largos pueden ser abrumadores,
demasiado cortos pueden dejar los temas planteados sin resolución.
- La edad de los integrantes del grupo: se trabaja mejor si las edades son homogéneas.
- El tamaño del grupo: es de suma importancia e influye en ocasiones en su
comportamiento. En grupos pequeños, por ejemplo, se experimenta una mayor seguridad
y confianza, las relaciones son más estrechas ya que la interacción es más fluida.

Es conveniente que el profesional que se está iniciando como coach en el trabajo con grupos,
comience con grupos homogéneos. Edades, intereses, experiencias, contexto socio - cultural
similares, impulsan la interacción grupal y facilitan la tarea.

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