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VALOR
“ACEPTA A JESÚS COMO SU MEJOR AMIGO” Justicia y
solidaridad
COMPETENCIA CAPACIDAD CONOCIMIENTOS PROCESO METODOLÓGICO ACTITUDES
VER LA REALIDAD
Transforma su Cuento: “el buen Observa y escuchan la historia “de Rosita y el buen amigo”, a través de imágenes y • Los niños
Asume la
comentan (Anexo 01) realizan acciones
entorno desde el amigo”
experiencia del Comentan a través de interrogantes: ¿por qué lloraba Rosita? ¿Quién se le apareció de cooperación y
encuentro Jesús el verdadero para ayudarle? ¿Por qué Jesús quería ayudarle y ser su amigo? servicio con sus
encuentro
JUZGAR LA REALIDAD A LA LUZ DE LA FE. compañeros en
personal y amigo (Jn 15, 13-
personal y Observan una lámina con la imagen de Jesús, la maestra entrega tarjetas con las diferentes
comunitario con 17) algunas actitudes de Jesús a los estudiantes, lo pegan en la pizarra y comentan. actividades que
comunitario con
(Anexo 02) realizan en la
Dios y desde la Jesús me llama por Escuchan el texto bíblico parafraseado Jesús el verdadero amigo (Jn 15, 13-17)
Dios en su escuela y
fe que profesa. mi nombre: (Anexo 03) comunidad.
proyecto de vida
Colorea la imagen como símbolo que Jesús es amigo de todos y busca en el
en coherencia con (Aparecida N° 277) pupiletras las palabras del recuadro. (Anexo 04)
Leen junto con la maestra el texto parafraseado Jesús me llama por mi nombre
su creencia
(Aparecida N° 277), escribe las cualidades de Jesús en el mapa parlante. (Anexo
religiosa 05)
ACTUAR: TRANSFORMAR LA REALIDAD.
Colorea las actitudes que debes practicar para ser amigo de Jesús. (Anexo 06)
Dibuja en los cuadrados el amor que sientes por tus compañeros. Yo quiero a mis
amigos/as cuando: (Anexo 07).
Organizan una colecta para visitar a algún amigo que este enfermo o pase algún
problema, porque los amigos de Jesús son solidarios, junto con la maestra.
EVALUAR EL CAMINO RECORRIDO.
Reflexionan a través de la metacognición. ¿Qué aprendí? ¿Cómo lo aprendí? ¿Para
qué me servirá?.....
CELEBRAR LA VIDA DE LA FE TRANSFORMADA.
Dan gracias a Jesús como su mejor amigo de los niños y niñas, presentando al
Señor sus peticiones u oraciones, para luego ser dirigidas a las personas indicadas.
(Anexo 08)
EVIDENCIAS DE APRENDIZAJE TÉCNICAS E INSTRUMENTOS
Reconoce las actitudes de Jesús como el mejor amigo y las suyas a través de un mapa parlante y el Cuento: El buen amigo
corazón de cualidades. Pupiletras.
Imagen parlante.
Demuestra sus actitudes de mejor amigo con sus compañeros, ayudando en diferentes actividades Corazón de actitudes.
de la institución educativa y en su comunidad. Cuadro de cualidades.
metacognición
ACTIVIDAD Nº 05
El trato de Jesús hacia sus discípulos siempre fue cordial. Durante la Última Cena, sus
palabras expresan el máximo grado de amistad al cual se puede llegar, pues les dice a sus
discípulos: «Ya no los llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo. Los llamo
mis amigos» (Jn 15,15). Aquí Jesús nos muestra que amistad no significa esclavitud, si no
servicio y comunicación, y nos enseña que el signo máximo de amistad es dar la vida por los
amigos.
Hoy también podemos hacer muchas cosas por nuestros amigos, como compartir
nuestras pertenencias, dar parte de nuestro tiempo para escuchar y dialogar, defenderlos
cuando están siendo objeto de injusticia o malos tratos, conducirlos por el camino de la fe.
Todas las personas tienen cualidades especiales que llamamos virtudes y, para que se dé
una amistad verdadera, los amigos deben de estar unidos por las virtudes. Entre éstas
tenemos:
1. La lealtad: el amigo sabe que no será traicionado por el amigo y que su ayuda llegará
cuando los demás lo abandonen.
2. La sinceridad: el amigo dice la verdad, aunque a veces ésta pueda doler. El amigo es el
buen confidente que escucha y comprende. La mentira rompe la amistad.
3. La generosidad: el amigo comparte sus bienes materiales y espirituales con el amigo.
4. La gratitud: el amigo debe agradecer los favores del amigo.
Existen muchas más virtudes que pueden y deben ponerse al servicio de los amigos, estas
virtudes se alcanzan con esfuerzo y constancia. Abandonarlas significaría enfriar o acabar la
amistad.
¿Y qué debería hacer un buen hijo cuando comprende que es amado en forma desmedida por
su Padre? Debería “amar a ese Padre por sobre todo y confiar en Él con plenitud”.
Para avanzar con confianza en este camino de la amistad, Jesús invita a sus seguidores a
buscar el bien de los demás, a estar al lado de los más necesitados, a llevar alegría allá
donde vayamos a desarrollar nuestras facultades para que nuestra personalidad crezca y se
desarrolle con el fin de servir mejor a nuestros hermanos.
Ser un buen amigo o encontrar un buen amigo son las dos cosas más difíciles del mundo,
porque suponen la renuncia a dos egoísmos y la suma de dos generosidades. Suponen,
además y sobre todo, un doble respeto a la liberad del otro. (Sacerdote: José Luis Martín
Descalzo, Razones para el amor)
Jn 15,13-16
Todos en algún momento hemos tenido o tenemos un mejor amigo en el cual confiamos y con
el cual nos gusta estar mucho tiempo. Pero nos centraremos en ese fiel amigo llamado Jesús,
de ese que nunca te deja sólo, de ese que siempre está contigo en las buenas en las malas, de
ese que no le importa si tu no le amas de la misma forma, de ese que vino a este mundo para
dar su vida y salvarte, de ese que no te pide nada a cambio.
Pues muchas veces descuidamos a ese fiel amigo porque le tomamos más importancia a otras
cosas o a otras personas en vez de ponerlo a Él en primer lugar y poco a poco lo vamos
olvidando y hasta sacamos de nuestras vidas porque no le damos ningún espacio en nuestro
corazón.
Pero a pesar de todas esos momentos en los cuales lo has olvidado Él ha estado ahí
cuidándote, viéndote desde lejos porque tu no le has dado el espacio necesario para estar
contigo, ha estado siguiendo tus pasos, ha estado pendiente de ti, porque Él es tu fiel amigo y
a pesar de que no le correspondas de la misma forma Él siempre está ahí, esperando ese
momento en donde te sientes solo para consolarte, para secar tus lágrimas, está en esos
momentos difíciles diciéndote que él está contigo, que él te sostiene, que él te levantara si
fracasas. Está también en tus buenos momentos pues Él se siente feliz cuando a ti te va bien y
lo disfruta contigo.
Jn 15, 13-16
La amistad es una comunión en el pensamiento y el deseo. El Señor nos dice lo mismo con
gran insistencia: "Conozco a los míos y los míos me conocen". El Pastor llama a los suyos
por su nombre. Él me conoce por mi nombre. No soy un ser anónimo cualquiera en la
inmensidad del universo. Me conoce de manera totalmente personal. Y yo, ¿le conozco a Él?
La amistad que Él me ofrece sólo puede significar que también yo trate siempre de conocerle
mejor; que yo, en la Escritura, en los Sacramentos, en el encuentro de la oración, en la
comunión de los Santos, en las personas que se acercan a mí y que Él me envía, me esfuerce
siempre en conocerle cada vez más.
La amistad no es solamente conocimiento, es sobre todo comunión del deseo. Significa que mi
voluntad crece hacia el "sí" de la adhesión a la suya. En efecto, su voluntad no es para mí
una voluntad externa y extraña, a la que me doblego más o menos de buena gana.
No, en la amistad mi voluntad se une a la suya a medida que va creciendo; su voluntad se
convierte en la mía, y justo así llego a ser yo mismo. Además de la comunión de pensamiento
y voluntad, el Señor menciona un tercer elemento nuevo: Él da su vida por nosotros.
Ahora los santos viven en el cielo, y desde allí interceden por nosotros y le piden a Dios por
nuestras necesidades y por nuestra salvación.
Entre el innumerable grupo de los santos, podemos contar de manera especial con la Virgen
María. Ella pide a Jesús por nuestras necesidades, siendo una de nuestras principales
intercesoras.
Los santos no pueden considerarse dioses, y al invocarlos debemos recordar que no son ellos
los que realizan lo que pedimos, sino que ellos nos ayudan a pedirle a Jesús por nuestras
necesidades.
Las oraciones que nuestros amigos hacen por nosotros, las que nosotros hacemos por ellos,
las que la Virgen María y los santos ofrecen por nuestras necesidades, van dirigidas a Jesús,
quien a su vez las presenta al Padre del Cielo. De esta manera, todas las cosas que
obtenemos por la fuerza de la oración vienen de Dios por intercesión de Jesús. Por esta
razón, aunque invoquemos a la Virgen y a los santos, nuestra oración va dirigida a Jesús, de
quien recibimos todos los favores y los dones.
Imitando el ejemplo de Jesús, de la Virgen y de los santos, a nosotros también nos
corresponde interceder por todas las personas que viven en el mundo, las conozcamos o no.
A veces nuestros familiares, amigos o conocidos nos piden que oremos por ellos, pero hay
ocasiones en que las personas no les piden a otras que oren, ya sea porque dudan de la
fuerza de la oración comunitaria o porque la desesperación no les permite reconocer a Dios.
En estos casos también les corresponde elevar a Dios una oración por estas personas.
La oración de intercesión nos recuerda que todos formamos la gran familia de Dios y que
estamos unidos entre nosotros por el amor. Este amor se manifiesta en la ayuda
desinteresada que podemos brindarla a aquellos que la necesiten y por la oración que nos
une en cada una de las circunstancias que afrontamos diariamente. Como hermanos que
somos, no podemos ser indiferentes ante el dolor de los demás, por lejanos que éstos nos
parezcan.
que se unan a formar una comunidad de amigos, los forma en el mandamiento del amor y les
exige que amen al prójimo.
Los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que aprendí de mi Padre. Ustedes no
me eligieron a mí; he sido yo quien los eligió a ustedes y los preparé para que vayan y den
fruto, y ese fruto permanezca. El amigo, sabe que amor con amor se paga, esto implica
comprometerse con los objetivos de quién se ama; amó: sin metrallas, sin jeringas para
hacer abortar, sin drogas para envilecer el corazón juvenil, sin pornografía, sin mafia; amó
porque fue amigo de todos.
La obediencia: ustedes serán mis amigos si hacen lo que yo les mando nos dice Jesús, ya no
les digo compañeros siervos, así no saben lo que en realidad piensa, siente y practica; en
cambio los verdaderos amigos sí “yo les he dado a conocer todas las cosas que he oído de mi
Padre” (Jn 15,13) , nada tengo reservado y gustoso doy mi vida, no me la quitan sino que la
ofrezco voluntariamente para que toda la humanidad sean mis amigos, aconsejará
reiterativamente Jesús a sus doce amigos.
La perseverancia: Jesús ante las amenazas de las autoridades políticas, sacerdotes del
templo y grupos religiosos no claudica, sufre pero asocia a esta experiencia a tres amigos:
Pedro, Juan y Santiago, “quédense aquí mientras voy a orar” a su retorno los encuentra
dormidos, dolidos por el sufrimiento y como buen amigo les previene, “oren para no caer en
tentación” de romper nuestra amistad.