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TRABAJO SOBRE LA EUTANASIA

BRENDY BULASCO BLANCO


GISELL CHAMORRO MIRANDA
JAIDITH DÍAZ HOYOS
SOFIA OTERO BURGOS
PAULA SIERRA VEGA

ÉTICA Y BIOÉTICA

EVA MARÍA LÓPEZ

UNIVERSIDAD DE CÓRDOBA
FACULTAD CIENCIAS DE LA SALUD
REGENCIA EN FARMACIA
III SEMESTRE

MONTERÍA

2022
Articulo

La eutanasia en Colombia desde una perspectiva bioética


El articulo nos habla acerca de que, en los últimos días, el tema de la eutanasia ha
adquirido protagonismo, no sólo en los medios de comunicación sino también en
las revisiones científicas, legales y religiosas. La eutanasia se clasifica en dos
activa y pasiva, la primera se refiere a la práctica de una acción médica con la que
se acelera la muerte del paciente o se finaliza su vida, principalmente mediante
fármacos que sedan y posteriormente generarán un paro cardiorrespiratorio. Pero
la eutanasia no debe ser revisada únicamente a partir de sus significados médicos
y técnicos, sino que debe ser un concepto holístico que toma en cuenta el proceso
que el paciente ha tenido, la progresión de su enfermedad durante sus relaciones
familiares, su situación económica y las experiencias vividas, que hacen cada
caso diferente y único, priorizando de este modo la libertad, la independencia y la
autonomía del paciente, las cuales, son la base principal en el momento de
respetar su voluntad y de su familia, ante la solicitud de una muerte digna por
medio de la eutanasia, siendo el consentimiento informado, la máxima expresión
de autonomía, además de ser el derecho del paciente y el deber del médico.
El artículo también menciona que en Colombia, la Corte Constitucional,
despenalizó la eutanasia en 1997, creando la opción para que las personas que
sufran una enfermedad incurable y en fase terminal puedan pedir poner fin a su
vida; sin embargo el Congreso de la República, en 18 años no realizó su
reglamentación, por lo que la Corte en el 2014, le seguramente al Ministerio de
Salud y Protección Social que creara una ruta administrativa para efectuar la
regulación, formando así un comité para atender las solicitudes de eutanasia
activa y presentando los lineamientos generales para hacer efectivo el derecho a
morir con dignidad, del paciente en fase terminal. De este modo, Colombia se
convierte en el primer país en desarrollo en legalizar la eutanasia activa, aunque
algunos conceptos quedaron incompletos en la resolución del Ministerio de Salud,
proponiendo de este modo que se continúa la discusión con expertos que asegure
que las prácticas en salud recomendados, cumpliendo con los términos señalados
por la Corte Constitucional.
Por otra parte, el dilema de la eutanasia en Colombia estriba en el siguiente
planteamiento:
El ciudadano es reconocido por la Constitución Política como sujeto moral
autónoma, que puede elegir los fundamentos axiológicos y morales que han de
regir su conducta. Con poder y capacidad de decidir radicalmente sobre sí mismo
lo que es bueno y lo que es malo para él. Esto está soportado en la configuración
y pertenencia a un Estado democrático y liberal, configurado en la Constitución de
1991. Sin embargo, frente a la eutanasia, el Estado colombiano asume una
posición «paternalista» y «decide» por el bien de los ciudadanos que se
encuentran padeciendo los terribles sufrimientos de una enfermedad incurable, no
permitir la práctica de la eutanasia porque no está reglad.
Continuando con lo anterior, el artículo nos dice que la vida como tal ha sido
consagrada en la constitución política de Colombia como un derecho y no como
un deber, por esta razón cada persona puede disponer vivir o morir cuando está
en condiciones de salud grave con una enfermedad terminal, por ejemplo.
El Estado colombiano identifica la vida como un bien, por tanto, está obligado a
protegerla; esta consideración cesa cuando el titular del derecho a la vida, deja de
considerar su derecho como valioso. En esta disposición el Estado no puede
sustituir a la persona en una decisión tan soberana. Con todo, ante una situación
extrema de prolongados sufrimientos y total incapacidad de un enfermo terminal,
para la Corte Constitucional es moralmente censurable que el paciente o sus
familiares decidan ponerle término a la vida. Aquí entran en abierta discusión las
omisiones y las responsabilidades, pues se trata de terminar con un terrible
sufrimiento de quien lo padece, y asegura el Estado que la vida es un bien
supremo. Pero del derecho a la vida se desprende el derecho de «no ser obligado
a sufrir»

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