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República Bolivariana De Venezuela

Ministerio Del Poder Popular Para La Defensa


Universidad Nacional Experimental Politécnica De La Fuerza Armada Nacional
Bolivariana
UNEFA
Núcleo carabobo – sede isabelica

HISTORIA Y EVOLUCION DEL PROCESO DE INDEPENDENCIA Y


SOBERANIA EN VENEZUELA

ALUMNO:
YANABEL ORELLANA
INTRODUCCION

Las fronteras coloniales del Oriente de Venezuela estuvieron cargadas de


una alta conflictividad y dinámica de reelaboración en los juegos de alianzas
entre los distintos pueblos indígenas que lo habitaban y los diversos grupos
europeos y criollos que participaron en su conquista. En el transcurso de tres
siglos, del XVI al XVIII, hubo una constante sobre posición de estrategias de
conquista como resultado de las siempre cambiantes formas de resistencia
indígena. En su interior, esta estructura de larga duración tuvo diversas
coyunturas, según las negociaciones entre los agentes interculturales y los
grupos de poder que representaban.
Por parte de los pueblos indígenas, se configuraron alianzas definidas por
sistemas de relaciones interétnicas estructurados a través de redes de
comunicación e intercambios comerciales, las cuales fueron transformadas por
la imposición de nuevas formas de organización de sus territorios y espacios
sociales, con el poblamiento en las misiones. En este trabajo se presenta las
formas de resistencia de los indígenas del Oriente de Venezuela, cambiantes
según las distintas formas de expansión del sistema colonial.
El Día de la Resistencia Indígena se celebra en Venezuela Cada 12 de
octubre y fue declarado por el Gobierno Nacional desde el año 2002, como
forma de reivindicar las luchas indígenas durante el periodo de colonización de
América, además en sus orígenes a esta fecha se le conocía como el "Día de
la Raza", debido a la mezcla de razas que se originó con la llegada de los
españoles.
Los pueblos indígenas buscaron proteger sus tierras de los colonizadores, y
uno de los principales motivos por el cual se logró dicha colonización fue el
avance tecnológico que poseían los españoles, sin embargo, se conservaron
sus lenguas, costumbres y formas de organización social, plantada en su
cultura ancestral la cual respeta a la naturaleza y al ser humano.
En otro sentido, la colonización trajo ciertos avances tecnológicos, los
cuales permitieron evolucionar las sociedades actuales, más sin embargo esto
se logró a lo largo de décadas, ya que en un principio solo eran los más
privilegiados aquellos que podían disfrutar dichos avances, como las clases
dominantes españolas, o blancos criollos venezolanos.
Este día busca fomentar el reconocimiento a los pueblos indígenas, y el
cómo lucharon por sus espacios y hoy en día el cómo deben ser rescatados
para mejorar sus derechos de integración social.
Hecho más resaltantes de la resistencia indígena.
El Período Indígena es la etapa del pasado antiguo de Venezuela
caracterizada por el completo dominio que ejercían cada uno de los
aborígenes, desde remotas épocas hasta la llegada de los españoles. Estos
pueblos indígenas fueron los primeros en defender la tierra que heredaron,
mediante una lucha realizada en desigualdad desventajas, Además se
caracterizaban por ser aplicados a la recolección de tubérculos y a la pesca
como medio de sustento., Recolectores, Cazadores y Pescadores Vinculados a
los pueblos andinos. Sin embargan dejaron numerosas contribuciones y
legados a la sociedad, entre ellos el primer ejemplo de defensa de su libertad,
su honor y sus vidas después de casi un siglo de constantemente luchar. Los
movimientos de resistencia tuvieron múltiples causas, como el cobro de altos
impuestos, limitaciones impuestas a los criollos para tener acceso a altos
cargos en la administración colonial, la dramática desigualdad social y el
Latifundio, entre otras. Algunos movimientos de resistencia que destacan en
esta época son: la rebelión del Negro Miguel en las minas de San Felipe de
Buría (1553), la rebelión del Negro Andresote (1733), la rebelión de San Felipe
El Fuerte (1741), la rebelión de El Tocuyo(1744), la insurrección de Juan
Francisco de León (1749), la revuelta de los Comuneros de los Andes (1781),
la rebelión de José Leonardo Chirinos y José Caridad González(1795), la
conspiración de Gual, España y Picornell (1797), la sublevación de Maracaibo
(1799) y la invasión libertaria de Francisco de Miranda (1806).La resistencia
indígena se manifestó en enfrentamiento por la preservación de sus Territorios
y formas de vida, pero, ante la superioridad armamentística de los españoles,
las naciones indígenas fueron en su mayoría sometidas o exterminadas.
Arawacos: Uno de los grupos indígenas más extendidos en Sur América y
América Insular. Penetraron en Venezuela por varios sectores; localizados en
numerosas regiones de Occidente, se caracterizaron por el grado de desarrollo
cultural superior al de los anteriores grupos. Practicaron la agricultura
rudimentaria, tuvieron sede fija, o dados ala sedentarización. Caribes: Se
localizan en los márgenes de los ríos de Los Llanos, la costa hasta más al
oeste de la guajira, entre sus características culturales se navegantes y
guerreros. Presionaron para someter a los Arawacos, quienes quedaron
localizados hacia el oeste.

Tácticas Utilizadas Por Los Indígenas


En cuanto al armamento y las tácticas utilizadas por la hueste indiana
debemos decir que la superioridad respecto a los indígenas era incontestable.
Aunque la indiada contaba con algunas ventajas como su superioridad
numérica y el conocimiento del terreno.
Las armas principales de los indígenas eran la cerbatana, las lanzas, el arco
y la flecha. Su estrategia de combate era la guerra de guerrillas, aprovechando
su conocimiento del terreno, lo intrincado de la vegetación y su minusvalía ante
las armas de los españoles. Utilizaban mayormente la emboscada y el ataque
sorpresivo, aunque al rodear al enemigo entraban en el combate cuerpo a
cuerpo. Nuestros ancestros eran dirigidos por Caciques, quienes eran elegidos
en reunión de varias tribus. El valor, el coraje, la audacia eran atributos de
Guaicaipuro, Tiuna, Chacao, Sorocaima, Maracay y decenas de bravos
combatientes.
De todas las armas utilizadas por los castellanos, la espada era sin duda la
más destacable. Ni la pólvora, ni siquiera el caballo, tuvieron tanta importancia
como las espadas españolas, las mejores del mundo conocido. Los indígenas
utilizaban garrotes con filos de obsidiana, que tan solo podían tajar, y además
por un periodo de tiempo muy corto, pues el filo se gastaba enseguida. El acero
toledano por contra era mucho más ligero, flexible y resistente, y podía tanto
tajar como trinchar al enemigo sin sufrir aparente desgaste. La espada es sin
embargo solo uno de los muchos factores que daban al español una
indiscutible superioridad en el cuerpo a cuerpo, habría que hablar también de
los elementos defensivos, entre los que cabría citar toda una variada
indumentaria compuesta por cotas, morriones, celadas, corazas, cascos, petos,
coseletes, espaldares, o rodelas, por citar algunos. Lo que ocurre es que este
tipo de elementos defensivos eran utilizados en batalla, en campo abierto, más
el soldado castellano no dormía con ellos ni caminaba por las selvas o por los
infinitos desiertos cubierto de hierro, y es precisamente ahí donde el indio se
movía en su elemento.
Prefiriendo el bosque al campo abierto, y buscando la oscuridad y la
sorpresa, para sorprender desprevenido al español. Era por tanto en esta
guerra de guerrillas en donde se equiparaban las fuerzas, y en donde al
español no le servían sus largas picas, que, si bien con ellas los tercios se
estaban haciendo señores de Europa, su diseño exclusivo para batallas
campales las hacía inútiles frente a las emboscadas nocturnas y los dardos
envenenados. Destaca entonces la utilidad del perro, que los españoles
convirtieron en un arma mortífera, muy útil para descubrir ataques por sorpresa
y para localizar y perseguir la indiada en la noche si hacía falta, siendo capaz
de despedazar a un indio en cuestión de segundos
Si hablamos de animales, no obstante, el caballo sin duda es el rey. Si el
perro provocaba absoluto pavor en los indígenas, el caballo será casi
reverenciado por ellos como un dios de la guerra, letal, fiero y despiadado. El
caballo español, de ascendencia árabe, era de los mejores del mundo. Así, en
perfecta formación, podían atropellar y lancear a los guerreros enemigos sin
ninguna dificultad. Tanto predicamento tendrá este animal en América, que
enseguida el indio aprendió a dominarlo, llegando a ser tan buen jinete como
los europeos
Las ballestas, si hablamos de armas a distancia, tenían mucha mayor
capacidad de penetración que las flechas o piedras lanzadas por los indios.
Eran fáciles de reparar y además se podían construir nuevas saetas fácilmente
con la materia prima que encontraron en América, aparte de que no se
necesitaba de una especial pericia para manejarlas. Tenían no obstante una
serie de inconvenientes, como su peso, y la lentitud de frecuencia de tiro, en
torno a una flecha por minuto. Así eran letales si se utilizaban en un momento
preciso, más para ser realmente efectivas necesitaban de una cobertura
adecuada - piqueros - y actuar en grupo. Los mismos problemas e
inconvenientes tenían las armas de fuego, que provocaban terror entre los
nativos, más eran pesados armatostes que disparaban con gran lentitud. En la
primera mitad del XVI se utilizaban mosquetes con llave de mecha, muy
primitivos aún e incómodos como se ha dicho. Aunque al igual que las ballestas
eran fáciles de reparar y contaban con gran eficacia y precisión, así de un solo
disparo no era difícil atravesar varios de los desnudos cuerpos de los enemigos
nativos a un tiempo, si estos atacaban en grupo.
Al igual que los ballesteros, los arcabuceros necesitaban cobertura, sean
piqueros en campo abierto, o cualquier tipo de protección o parapeto ocasional,
y atacar en grupo y en formación cerrada, pudiendo entonces alcanzar
cadencias de más de un disparo por segundo, durante periodos cortos de
tiempo. Así la superioridad armamentística y táctica es un factor clave a la hora
de evaluar el éxito de la conquista española, y define muy bien las
características de la hueste indiana, formada en la mayoría de las ocasiones
por grupos muy reducidos de soldados, lo cual no les impidió conquistar un
continente inmenso en apenas 50 años. No es mi intención analizar aquí la
valiosa ayuda que recibieron de los aliados nativos, o argumentar sobre las
enfermedades que los castellanos propagaron por el Nuevo Mundo -
enfermedades desconocidas se sufrieron en ambos bandos-, o el hecho de que
los nativos les consideraran dioses o el choque cultural. Se sale fuera del tema
analizar si esto benefició o no a los aventureros y soldados españoles que, en
busca de mayor fortuna y para ganar honra y fama, como en los libros de
caballerías, fueron a las Indias.
PENSAMIENTO MILITAR DE SIMON BOLÍVAR Y OTROS PROCERES
La acción de Simón Bolívar y del ejército libertador, pasó a la historia
universal, por ser el primer ejército que salió a liberar pueblos, no a sojuzgarlos,
ni a oprimirlos. El ejército Bolivariano lucho, no para conquistar territorios, ni
para esclavizar pueblos, ni apoderarse de tierras o riquezas, sino para darles la
libertad, inclusive fue creador de Estados y nuevas Repúblicas, como el caso
de Bolivia. No aceptó Bolívar, recompensas y las que se le otorgaron, las
devolvía para la inversión social, para pagar deudas públicas, o gastos
militares.
Clara es la posición de Bolívar y los patriotas, cuando en carta del 29 de
noviembre de 1818 expone:
“7º Últimamente declara la República de Venezuela que desde el 19 de abril
de 1810, está combatiendo por sus derechos; que ha derramado la mayor parte
de la sangre de sus hijos; que ha sacrificado todos sus bienes, todos sus goces
y cuanto es caro y sagrado entre los hombres por recobrar sus derechos
soberanos, y que por mantenerlos ilesos, como la divina providencia se los ha
concedido, está resuelto el pueblo de Venezuela a sepultarse todo entero en
medio de sus ruinas, si la España, la Europa y el mundo se empeñan en
encorvarla bajo el yugo español.”
Hoy la dignidad, soberanía de Venezuela y los Estados de la América del
Sur, se ven amenazados por el imperio de los Estados Unidos, pero igual a la
conducta de Simón Bolivar, del ejercito Bolivariano y pueblo soberano de ayer,
nos corresponde asumir hoy, ante el momento histórico que nos toca vivir, la
defensa de la patria grande .La creación de las milicias populares, del ejercito
latinoamericano y caribeño unido, garantiza nuestra soberanía e
independencia. Su pensamiento antiimperialista sigue vigente.
PENSAMIENTO MILITAR DE FRANCISCO DE MIRANDA
La formación militar de Francisco de Miranda en el campo de la práctica,
con anterioridad a su actuación militar en Venezuela, puede circunscribirse a
tres grandes momentos previos: su proceso de inicio en la vida militar, su
experiencia en la Guerra de Independencia de Estados Unidos, y su actuación
militar como comandante de Grandes Unidades de Combate durante las
guerras de la Revolución Francesa.
La formación militar de Miranda se inicia con un acontecimiento que si hoy
pudiera parecernos desusado, no era tal cosa en la Europa del siglo XVIII. Para
la época, la formación normal militar empezaba a temprana edad, entre los 10 y
los 16 años, mediante el servicio como cadete en una unidad de Infantería o
caballería durante un lapso entre año y medio y dos años, luego de los cuales
se ascendía a subteniente o alférez. Para el caso de las llamadas armas
facultativas (Artillería e Ingeniería), los cadetes estudiaban dos años en
institutos especiales de formación (en España, el de Segovia), los cuales dieron
origen a las modernas academias militares. Debe notarse, entonces, que
Miranda careció de ese tipo de formación básica.
Su experiencia en Francia será mucho más esclarecedora para comprender
el pensamiento militar mirandino. Poco después de ingresar como Mariscal de
Campo (general de división) al servicio de la Revolución Francesa, Miranda
será actor y testigo de una de las batallas más decisivas del hemisferio
occidental, por cuanto traza, sin dudas, la línea divisoria, desde el punto de
vista práctico de las dos grandes tendencias teóricas en pugna desde
mediados del siglo XVIII ( Wanty, 1967; Schnneider, 1964; Parra-Pérez, 1966).
Me refiero a la batalla, o duelo artillero como algunos le llaman, que ocurriría en
las cercanías de la población de Valmy (en la frontera franco-belga actual) el 20
de septiembre de 1792.
En este hecho de armas, donde a Miranda le corresponde comandar las
tropas del ala derecha, se presentarán ante sus ojos dos acontecimientos de
naturaleza insólita que contrastaban con el corpus de su formación militar. En
primer lugar, que un ejército sin uniformes, disciplina, carentes de instrucción
táctica y mal armados pudiesen derrotar a la máquina militar más letal de
Europa, el ejército prusiano, formado bajo el molde de Federico II. No sería
Miranda el único testigo notable de este hecho. Junto a él, comandando
unidades de tamaño compañía, batallón y brigada se hallaban Jourdan,
Lecourde, Oudinot, Victor, Mc Donald, Davout, Saint Cyr, Mortier, Soult,
Leclerc, Lannes, Massena, Berthier (quien estuvo en Venezuela en 1783),
Suchet, La Harpe, Bessières y Kellermann, todos ellos futuros mariscales de
Napoleón (Fuller, 1979:II, 395).
PENSAMIENTO MILITAR DE SIMON RODRIGUEZ
La Filosofía siempre ha intentado una reforma de la Opinión imperante por
medio de una reformulación de la Razón (contra el prejuicio, el dogma, el
fanatismo, el desenfreno pasional). Rodríguez filósofo, romántico revolucionario
enemigo de la imitación, heredero de la Ilustración, enciclopedista fragmentario,
empirista y pragmatista, insurge contra la Opinión colonial que domina y que
lastra las nuevas repúblicas, aun luego de las victorias militares y políticas,
reclamando la invención de una Razón republicana fundada en la Libertad, el
Bien común y la Inmanencia del derecho. Empirista, por el rechazo a toda
metafísica, a todo principio o valor trascendente, exterior o superior a la
realidad humana, geográfica, social y económica tangible. Los valores y
principios se forjan en la experiencia de la realidad mediante el hábito y el
modelamiento histórico del instinto social.Pragmatista, porque considera que la
imagen teórica hace posible la acción —moral, económica, política—, pero es
la acción la que justifica la imagen teórica. Los criterios centrales de este
pensamiento creativo, erigido contra la imitación clásico-colonial como
paradigma de la dominación del pensamiento, vienen a ser la invención, la
variación, la originalidad. Dada una realidad novedosa, como la americana, es
preciso crear y ejercer modos de comprensión y programación novedosos e
intrínsecos, autóctonos e inmanentes, so riesgo de fracasar, no sólo en la
comprensión sino en la realización misma. Inventamos o erramos, es el dilema.
Estamos obligados a inventar.
La Campaña Admirable
Con el nombre de la "Campaña Admirable" se conoce a la acción militar que
el brigadier Simón Bolívar emprendió desde San José de Cúcuta el 14 de mayo
de 1813, con el objeto de liberar a Venezuela del poder español, luego de la
pérdida de la Primera República. Contaba Bolívar con una fuerza de 800
hombres, organizados en 2 columnas o divisiones: la de vanguardia, bajo el
mando del teniente coronel Atanasio Girardot, con el apoyo del mayor Luciano
D'Elhuyar como segundo comandante; mientras que la retaguardia estaba a
cargo del coronel José Felix Ribas como comandante, José Tejada jefe de
artillería y del mayor Rafael Urdaneta como mayor general. Asimismo, en
sustitución del coronel Manuel del Castillo y Rada había sido nombrado
segundo comandante del Ejército el brigadier Joaquín Ricaurte, quien no
obstante no acompañó al comienzo a Bolívar en la campaña; incorporándose al
año siguiente. Pedro Briceño Méndez era el secretario general y como
edecanes, fueron nombrados Juan José Pulido, Fermín Ribón y José Jugo.

El plan inicial de Bolívar para la ejecución de dicha campaña, consistía en el


despliegue sobre el territorio venezolano de una ofensiva en 2 direcciones: una
columna dirigida por Ribas debía seguir por San Cristóbal-Selva de San
Camilo-Barinas y después de libertar esta provincia se reuniría con el grueso
de las tropas en Guanare o en Araure; esta columna tenía además la misión de
conseguir en la provincia de Barinas, ganado y dinero para las fuerzas
patriotas. La columna de Bolívar, marcharía por la dirección de San Cristóbal-
La Grita-Mérida-Trujillo. Para apoyar esta estrategia operacional, el jefe
republicano había adelantado al coronel Ribas hasta San Cristóbal con tropas
de Cundinamarca y algunas de Cartagena. No obstante, Bolívar tuvo que
desechar este plan, pues sólo tenía autorización de llevar sus fuerzas hasta
Trujillo. En virtud de lo anterior, el 17 de mayo llegó Bolívar a La Grita con el
grueso de sus tropas y el 19 continuó hacia Mérida, a donde arribó el 23 de
mayo; encontrándose allí la vanguardia y las tropas que le habían precedido.
En esta ciudad recibió Bolívar importante ayuda en dinero y suministros de todo
género y la incorporación de 500 hombres. Durante su permanencia en Mérida,
Bolívar se puso al tanto de la ubicación y magnitud de las fuerzas realistas que
operaban en Barinas y Trujillo, comprendiendo que debía actuar con rapidez a
fin de evitar la reunión y fortalecimiento de las fuerzas españolas. En
consecuencia, ordenó a la vanguardia comandada por Atanasio Girardot que
llevase a cabo la limpieza de la provincia de Trujillo. Para esto contaba Girardot
con los batallones 2°, 4° y 5° de la Unión y algunos efectivos de artillería y
caballería; que en total sumaban 488 combatientes.

La descubierta dirigida por el capitán Hermógenes Maza, la avanzada por el


capitán José María Ricaurte, avanzaron en la dirección Mendoza-Betijoque, en
tanto que el capitán Manuel Gorgorza, con un pequeño destacamento, marchó
hacia Niquitao, por la vía de Las Piedras. En síntesis, todas estas fuerzas
tenían como objetivo fundamental, reunirse en Trujillo con las tropas de
Girardot. Paralelo al despliegue de la vanguardia, la retaguardia, bajo el mando
del coronel José Felix Ribas emprendía su marcha desde San Cristóbal
reagrupando a todos los soldados que habían quedado dispersos o retardados.
El 3 de junio, en la tarde, los capitanes D'Elhuyar y Maza dispersaron una
fuerza de 50 hombres y luego desalojaron al coronel Ramón Correa de la
posición de Ponomesa (Edo Trujillo) en la cual el jefe realista tenía 200
hombres. Este triunfo permitió a Girardot la ocupación de Trujillo el 9 de junio,
donde Bolívar dictó días después, el 15 de junio de 1813, el célebre Decreto de
Guerra a Muerte.

Posteriormente, ante el repliegue del jefe realista Manuel Cañas a Carache,


Girardot se dirigió hacia esa localidad con sus fuerzas el 17 de junio, en horas
de la tarde. En horas de la noche, el jefe realista abandonó la línea que
ocupaba y llevó sus hombres a las alturas de Agua de Obispos. El 18 de junio
se produjo el enfrentamiento entre las fuerzas de Girardot y Cañas, resultando
el triunfo del jefe patriota y eliminándose las tropas que podían entorpecer el
avance de Bolívar, quien había llegado a la ciudad de Trujillo el 14 de junio,
desde donde ordenó Ribas que marchase lo más rápidamente de Mérida en
dirección de Boconó, con el objeto de facilitar el factor sorpresa. Mientras tanto
a Girardot se le ordenó a replegarse sobre Trujillo.

El 28 de junio salió Bolívar de Trujillo en dirección a Barinas, donde el jefe


realista Antonio Tíscar tenía una fuerza cercana a los 2000 hombres. El 1 de
julio hizo su entrada en Guanare, ciudad que había sido abandonada por los
relistas al tener conocimiento del avance de las fuerzas de Bolívar. Días
después, el 6 de julio ocupó Bolívar la ciudad de Barinas sin ningún tipo de
resistencia, ya que Tíscar se había retirado a Guayana, por la vía de Nutrias. A
la vez que Bolívar efectuaba su movimiento sobre Barinas, el coronel Ribas
derrotaba al coronel José Martí en la batalla de Niquitao, el 2 de julio; evitando
que dicho jefe realista quien había salido de Barinas a Niquitao, atacara la
retaguardia de Bolívar. Liberada la provincia de Barinas de las fuerzas relistas,
Bolívar ordenó el regreso a ésta de Girardot, quien había sido enviado en
persecución de Tíscar, para luego enviarlo a Guanare. Por su parte, Ribas tuvo
la misión de marchar sobre El Tocuyo y Barquisimeto, con el objeto de
enfrentar un contingente realista que avanzaba en esa dirección. El 18 de julio
tomó posesión de El Tocuyo y 2 días después siguió a Barquisimeto, donde
derrotó el 22 de julio al coronel José Oberto, en la llanura de Los Horcones. El
26 de julio llegó Bolívar a San Carlos procedente de Guanare. El coronel
realista Julián Izquierdo comandante de las fuerzas que guarnecían esta
ciudad, al tener conocimiento del avance de Bolívar y de la derrota de Oberto
en Los Horcones, decidió replegar sus tropas hacia Valencia, lo que sin
embargo fue impedido por una contraorden de Domingo Monteverde, quien le
ordenó regresar a San Carlos.

El 29 de julio Bolívar fue informado de la presencia del coronel Izquierdo en


Tinaquillo, ante lo cual se puso inmediatamente en marcha hacia ese lugar. En
la mañana del 31 de julio se encontró con la vanguardia enemiga en la sabana
de Pegones. Ante esta situación, Izquierdo ejecutó un movimiento retrógrado y
se replegó en la sabana de Taguanes. Hacia este lugar enfiló Bolívar su ataque
con su infantería al frente y la caballería en el ala derecha, con la cual hizo un
desbordamiento del flanco izquierdo realista. En una maniobra desesperada
que buscaba neutralizar el ataque de las fuerzas de Bolívar, Izquierdo
emprendió la retirada, pero durante la ejecución de la misma fue derrotado por
los republicanos. La victoria de Taguanes dejó expedito a Bolívar el avance
hacia Valencia, pues Monteverde se había retirado de Puerto Cabello al
enterarse en la sabana de Carabobo, del fracaso de Izquierdo. El 2 de agosto
entró el brigadier Bolívar a Valencia, mientras que el coronel Ribas había
quedado en San Carlos como comandante de dicha plaza. Días después siguió
Bolívar hacia Caracas, hallándose el día 4 en La Victoria, donde aceptó la
capitulación que le propuso el gobierno español. Finalmente, el 6 de agosto de
1813 entró triunfalmente a Caracas el pequeño ejército mandado por el
brigadier Simón Bolívar; había culminado exitosamente la Campaña Admirable
y comenzado la gloria para Bolívar.
Campaña de Oriente
1813
Es la llevada a cabo por el general Santiago Mariño y sus compañeros de
armas, entre enero y agosto de 1813, la cual condujo a la liberación de todo el
territorio oriental de Venezuela, exceptuando Guayana. Su origen está en el
Acta de Chacachacare, suscrita el 11 de enero de 1813 en el islote de ese
nombre por Mariño, José Francisco Azcue, José Francisco Bermúdez y Manuel
Piar, quienes junto con Juan Bautista Bideau y otros patriotas se embarcaron
esa misma noche hacia Güiria, iniciando así la campaña libertadora de oriente.
En la madrugada del 13 de enero desembarcaron en esa población y se
apoderaron de ella, obligando al corsario realista Juan Gabazo a retirarse a
Irapa, población esta que fue tomada el 15 por Bermúdez. Gabazo retrocedió a
Yaguaraparo, donde se le reunió el oficial español Francisco Javier Cervériz,
que conducía refuerzos desde Cumaná. Ambos atacaron Irapa el 25, y fueron
rechazados. Mariño, que conducía las operaciones desde su cuartel general de
Güiria, fechaba en este sus comunicaciones «el Año 1 de la Independencia
Colombiana», es decir, de Hispanoamérica. El 19 de enero de 1813, dirigió un
llamamiento a los extranjeros para que contribuyesen a la consolidación de la
Independencia y se estableciesen en Venezuela. El 2 de febrero una columna
enviada por Mariño tierra adentro, al mando de José Bernardo Bermúdez, se
apoderó de Maturín, que desde ese momento se convirtió en una de las bases
militares de la campaña. Mientras Mariño defendía a Güiria, bloqueada por
fuerzas terrestres y navales realistas procedentes de Cumaná, sus tenientes
continuaban las operaciones contra los jefes realistas Eusebio Antoñanzas,
Francisco Javier Cervériz y Antonio Zuazola, quienes practicaban la guerra a
muerte con crueldad en el oriente, especialmente el último de ellos, desde los
primeros meses de 1813. El coronel Lorenzo Fernández de la Hoz y Zuazola
atacan Maturín el 20 de marzo de ese año y son rechazados por los
defensores, dirigidos por José Bernardo Bermúdez y Manuel Piar. El 18 de
abril, Fernández de La Hoz y Remigio Bobadilla intentaron de nuevo
apoderarse de la ciudad, cuya defensa asumen Piar y Azcue, y son rechazados
por segunda vez. El capitán general, Domingo de Monteverde, que había salido
de Caracas a fines de abril para asumir la dirección de las operaciones en el
oriente, asalta Maturín el 25 de mayo y es derrotado, perdiendo casi todo su
ejército a manos de los republicanos mandados por Piar. Monteverde regresa a
Caracas, dejando encargado de las operaciones en Barcelona al brigadier Juan
Manuel Cajigal y Niño. En junio, Mariño obliga a los realistas a levantar el
bloqueo de Güiria y emprende la ofensiva, mientras Bideau toma el mando de
esa ciudad. La isla de Margarita se subleva contra los realistas y recupera su
libertad. El general Juan Bautista Arismendi envía a Mariño armas y
municiones, y pone a su disposición las fuerzas navales de la isla, a las cuales
se unen los buques del corsario José Bianchi. Después de varios encuentros
con las fuerzas realistas en Los Magüeyes, Corocillo y Cumanacoa, el ejército
de Mariño pone sitio a Cumaná, a fines de julio, mientras que los buques
republicanos bloquean el puerto. El 3 de agosto de 1813, los realistas se
embarcan en los buques de guerra y mercantes que tienen en Cumaná y se
hacen a la mar, combatiendo contra la flota republicana. Esa misma noche las
tropas de Mariño entran en la ciudad. Cervériz, que sostenía Yaguaraparo
contra José Francisco Bermúdez, huye hacia Guayana. El 19 de agosto Mariño
toma la ciudad de Barcelona después de un breve combate. Cajigal se retira a
Guayana. El oriente de Venezuela está libre y Mariño se apresta a coordinar
sus esfuerzos con los de Simón Bolívar, que el 6 de agosto de 1813 había
entrado en Caracas a consecuencia de su victoriosa Campaña Admirable.
Campañas del Sur
Las Campañas del Sur es el nombre con que se conoce a una serie de
campañas militares que emprendió la Gran Colombia al sur de su territorio
entre 1821 y 1826 contra el dominio español en la América del Sur y que
tuvieron una importancia decisiva para la independencia de las actuales
repúblicas de Ecuador, Perú y Bolivia.

La definición de qué hechos comprendieron las campañas del Sur varía, tal
que algunos historiadores llaman así a las campañas libertadoras de Quito y
Pasto entre 1820 y 1822, mientras que otros se refieren a las operaciones
militares desde 1821 hasta 1826 cuando capituló la fortaleza de El Callao. Sin
embargo, se puede decir a ciencia cierta que las campañas del Sur tuvieron por
objeto finalizar la guerra de independencia americana, y como resultado el
auge de la influencia y el poder de la Gran Colombia que bajo la presidencia de
Simón Bolívar buscaba la unión de los nuevos estados.

Conclusión:

Las tribus indígenas, sostuvieron una tenaz lucha contra el invasor español,
donde el conocimiento de materiales bélicos de la época jugo papel importante
en el exterminio de los grupos aborígenes.
Los caribes, al igual que otras tribus, mostraron una resistencia implacable
contra quienes buscaban someterlos en su propia tierra. Los caballos, perros
amaestrados, arcabuces, fuerte vestidura y una gran experiencia en el arte de
la guerra no lograron extinguir el grito de libertad que retumbaba en las
montañas venezolanas, con flechas y lanzas combatieron con tenacidad
regando los campos de batalla con su sangre americana.
Esta lucha encarnizada duró varios años de enfrentamientos; hubo
episodios de heroísmo, destacando el ímpetu y gallardía de valientes caciques
como: Guaicaipuro, Baruta, Chacao, Tamanaco, entre otros.

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