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“Como se expuso al comienzo, debe tenerse en cuenta que los daños causados a raíz del
desarrollo de actividades peligrosas por parte del Estado, como lo es la conducción de
vehículos automotores, debe observar el régimen de imputación objetiva, salvo en los casos
donde el daño causado deviene como consecuencia de una actividad peligrosa desarrollada
por el Estado, cuando ésta es ejercida directamente por la propia víctima, pues en este caso
opera la falla del servicio.
Un régimen de responsabilidad objetivo implica, de un lado, que el demandante sólo tiene que
probar la existencia del daño y el nexo de éste con el servicio, es decir, que el daño sufrido se
originó en el ejercicio de la actividad peligrosa a cargo de la entidad demandada.
(…)
De la valoración probatoria que efectuó esta Sala, se tiene que la patrulla que se movilizaba en
la moto 28-0113 de la Policía Nacional para la fecha y momento de los hechos, invadió el carril
contrario y colisionó con el señor LIDER ANTONIO NOGUERA, quien iba conduciendo también
un vehículo motorizado, circunstancia que permite colegir, sin mayores dilucidaciones, que fue
la Patrulla de la Policía quien elevó el riesgo permitido, pues violó la regla de tránsito referida
a la conducción dentro del respectivo carril e incurrió en una infracción al deber objetivo de
cuidado exigible en torno a la seguridad del tráfico automotor.
Así las cosas, de las dos actividades riesgosas que estaban en ejercicio al momento del
accidente, la que materialmente concretó el riesgo fue la Patrulla de Policía al invadir el carril
contrario por donde se movilizaba el actor, por lo tanto, ella concretó el daño antijurídico, el
cual se configuró mientras ésta prestaba el servicio de Patrullaje. Por lo anterior, es
procedente la responsabilidad administrativa del Estado.
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RADICADO: 19001-33-31-004-2013-00235-01
DEMANDANTE: LIDER ANTONIO NOGUERA ILES
DEMANDADO: NACIÓN-MINISTERIO DE DEFENSA-POLICIA NACIONAL
MEDIO DE CONTROL: REPARACIÓN DIRECTA – SEGUNDA INSTANCIA
REPÚBLICA DE COLOMBIA
RAMA JUDICIAL DEL PODER PÚBLICO
TRIBUNAL CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO DEL CAUCA
RADICADO: 19001333100420130023501
DEMANDANTE: LIDER ANTONIO NOGUERA ILES
DEMANDADO: NACIÓN-MINISTERIO DE DEFENSA-POLICIA NACIONAL
MEDIO DE CONTROL: REPARACIÓN DIRECTA – SEGUNDA INSTANCIA
Procede la Sala a resolver el recurso de apelación interpuesto por la parte demandante, contra
la sentencia del 29 de enero de 2014, proferida por el Juzgado Cuarto Administrativo del
Circuito de Popayán.
I. ANTECEDENTES
1. LA DEMANDA1
El señor LIDER ANTONIO NOGUERA ILES, identificado con C.C. 16.781.939 de Cali, a través
de apoderado y por el medio de control de reparación directa, enderezado en contra de la
NACIÓN-MINISTERIO DE DEFENSA-POLICIA NACIONAL, solicitó:
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RADICADO: 19001-33-31-004-2013-00235-01
DEMANDANTE: LIDER ANTONIO NOGUERA ILES
DEMANDADO: NACIÓN-MINISTERIO DE DEFENSA-POLICIA NACIONAL
MEDIO DE CONTROL: REPARACIÓN DIRECTA – SEGUNDA INSTANCIA
El Policial BELTRAN, quien conducía la motocicleta oficial, no brindó ayuda al señor NOGUERA
ILES y se limitó a llamar a la policía de tránsito, quienes le indicaron que era mejor que
conciliara para no tener que llevársele su motocicleta a los patios, ante lo cual se opuso
manifestando que la moto policial fue la que invadió el carril contrario y que la moto era su
medio de trabajo como cobrador; al final, el patrullero BELTRÁN le manifestó al demandante
que él le ayudaría con el arreglo de la motocicleta.
Por los anteriores hechos se le producen lesiones físicas y psicológicas al señor LIDER
ANTONIO NOGUERA.
“Cara: Excoriación de forma triangular cuyos lados miden 2.5., 2.5 y 3 cm el último
segmento sobre cicatriz antigua, con costra rojiza en región infra labial y labio inferior
derecho con laceración de 1 cm y edema perilesional.”
Se indica que desde el momento del accidente el señor LIDER ANTONIO NOGUERA sufre de
intensos dolores en sus piernas, brazos y otras partes del cuerpo, que aumentan con el paso
del tiempo y que no le permiten llevar una vida normal, habiendo quedado sujeto al consumo
de medicamentos analgésicos y sufriendo limitaciones para saltar, caminar, correr, y
desempeñar normalmente su trabajo, lo que si podía hacer antes de ser atropellado por la
motocicleta oficial.
2. LA CONTESTACIÓN DE LA DEMANDA2
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Folios 106 a 112.
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RADICADO: 19001-33-31-004-2013-00235-01
DEMANDANTE: LIDER ANTONIO NOGUERA ILES
DEMANDADO: NACIÓN-MINISTERIO DE DEFENSA-POLICIA NACIONAL
MEDIO DE CONTROL: REPARACIÓN DIRECTA – SEGUNDA INSTANCIA
Sostuvo que no se encuentran demostradas las circunstancias de modo, tiempo y lugar en que
ocurrieron los hechos donde resultó lesionado el demandante, con lo cual no hay claridad
sobre la responsabilidad de la entidad demandada.
La demanda fue presentada el 08 de noviembre de 2013 –fl.52 C. ppal-, fue admitida por auto
de 21 de enero de 2013 –fls.95 y 96 C. ppal-, y fue notificada en debida forma a las partes y
al Ministerio Público –fls.100 a 104 C. ppal.-.
De las excepciones propuestas se corrió el traslado de ley –fl.141 C. ppal.-, frente a las que la
parte demandante no se pronunció.
El día veintiséis (26) de agosto de 2013 se realizó la audiencia inicial con la asistencia de los
apoderados de las partes -Fl.145-.
El día veintisiete (27) de noviembre de 2013 se realizó la audiencia de pruebas - Fls.147 y 148-
La Policía Nacional alegó a folios 152 a 156, y la parte demandante, a folios 157 a 162 C. ppal.
4. LA SENTENCIA APELADA3
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Folios 163 a 169.
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RADICADO: 19001-33-31-004-2013-00235-01
DEMANDANTE: LIDER ANTONIO NOGUERA ILES
DEMANDADO: NACIÓN-MINISTERIO DE DEFENSA-POLICIA NACIONAL
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A la luz del anterior criterio, y basándose en los hechos arrojados por el material probatorio,
coligió que no se demostraban las circunstancias de modo, tiempo y lugar del accidente, lo
que no permitía definir claramente su causa y que ésta fuera atribuible a la entidad
demandada, razón por la cual, el juez encontró no demostrado el nexo causal y negó las
pretensiones de la demanda.
Sostuvo que el actor no probó los perjuicios aludidos en la demanda, estando a su cargo
hacerlo, y que los documentos que obran como pruebas en el proceso que se surte en el
Juzgado 183 de Instrucción Penal Militar en contra del patrullero FRANZINER BELTRAN
GIRALDO, conductor de la motocicleta oficial para el día de los hechos, no permiten endilgar
tampoco la causa del accidente a ninguna de las partes involucradas.
5. EL RECURSO DE APELACIÓN
Primeramente señala que la prueba trasladada se solicitó con el fin de que fueran valorados
los testimonios que se recibieron dentro del proceso penal militar, con base en los cuales es
factible determinar la causa del accidente.
Resalta que el patrullero MANUEL ALEJANDRO CASTRO CAICEDO, quien venía de parrillero en
la moto policial para el momento de los hechos, reconoció en declaración que invadieron el
carril en que conducía el actor y lo colisionaron, lo cual se reitera con la declaración del señor
REINEL ILES SAMBONI, quien observó lo sucedido.
Por lo anterior, solicita que se efectúe un nuevo análisis del material probatorio.
Señala que en la audiencia de pruebas el Juez dejó constancia en acta que por la renuencia de
la Policía Nacional para allegar las pruebas documentales que le fueron requeridas, se tendría
como indicio grave en contra de la entidad demandada, lo cual no fue tenido en cuenta.
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RADICADO: 19001-33-31-004-2013-00235-01
DEMANDANTE: LIDER ANTONIO NOGUERA ILES
DEMANDADO: NACIÓN-MINISTERIO DE DEFENSA-POLICIA NACIONAL
MEDIO DE CONTROL: REPARACIÓN DIRECTA – SEGUNDA INSTANCIA
Por auto de 14 de marzo de 2014, se corrió traslado a las partes y al Ministerio Público, para
que alegaran de conclusión y emitiera el concepto, respectivamente. Fl.193 C. ppal.
Los alegatos de la parte demandada apoyaron los argumentos de la Juez A quo, solicitando la
confirmación de la sentencia; la parte demandante insiste en la aplicación del régimen objetivo
de responsabilidad.
II. CONSIDERACIONES
1.- La competencia
En sentencia de fecha catorce (14) de abril de dos mil diez (2010), la SALA DE LO
CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO, SECCIÓN TERCERA DEL HONORABLE CONSEJO DE
ESTADO, siendo Magistrado Ponente el Dr. ENRIQUE GIL BOTERO (exp.18967), se pronunció
sobre el régimen de imputación objetiva cuando hay concurrencia de actividades riesgosas en
el siguiente sentido:
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RADICADO: 19001-33-31-004-2013-00235-01
DEMANDANTE: LIDER ANTONIO NOGUERA ILES
DEMANDADO: NACIÓN-MINISTERIO DE DEFENSA-POLICIA NACIONAL
MEDIO DE CONTROL: REPARACIÓN DIRECTA – SEGUNDA INSTANCIA
En esa perspectiva, en cada caso concreto, el juez apreciará en el plano objetivo cuál de las
dos actividades peligrosas fue la que concretó el riesgo creado y, por lo tanto, debe asumir los
perjuicios que se derivan del daño antijurídico. En ese orden de ideas, el operador judicial a
partir de un análisis de imputación objetiva determinará cual de los dos o más riesgos
concurrentes fue el que se concretó y, en consecuencia, desencadenó el daño; a estos
efectos, la violación al principio de confianza y elevación del riesgo permitido se
convierte en el instrumento determinante de cuál fue la actividad que se materializó. En
otros términos, el régimen, fundamento, o título de imputación de riesgo excepcional, cuando
existe colisión o simultaneidad de actividades peligrosas se configura y delimita a partir de un
estudio de riesgo creado en sede de la imputación fáctica, que supone un examen objetivo,
desprovisto de cualquier relevancia subjetiva (dolo o culpa), dirigido a identificar la
circunstancia material que originó la concreción del peligro. En el sub lite, al haber
quedado establecido el daño antijurídico y su imputación a la actividad riesgosa de la
demandada –al margen de que el demandante se encontrara al momento del accidente
desplegando la misma actividad riesgosa–, la entidad demandada para exonerarse se
encontraba en el deber de acreditar una causa extraña o, en su defecto, la concurrencia y
relevancia del hecho de la víctima en la producción del daño en los términos
establecidos en el artículo 2357 del Código Civil.” (Resalta la Sala)
Si bien inicialmente los eventos caracterizados por el ejercicio de actividades peligrosas fueron
manejados por la jurisprudencia del Consejo de Estado bajo el régimen de falla presunta,
circunstancia ante la cual el actor se exoneraba de demostrar la falla del servicio, bastándole
probar el hecho dañoso para que surgiera, en su favor y en contra del Estado, la presunción de
falla y, por consiguiente, para que se invirtiera la carga de la prueba, lo cierto es que la
jurisprudencia de esta Corporación adoptó un nuevo criterio en torno a dicho régimen, para
concluir que en estos eventos no es necesario que se pruebe la existencia de una falla del
servicio y resulta irrelevante que se presuma la misma, puesto que opera un régimen de
responsabilidad objetivo que implica, de un lado, que el demandante sólo tiene que
probar la existencia del daño y el nexo de éste con el servicio, es decir, que el daño
sufrido se originó en el ejercicio de la actividad peligrosa a cargo de la entidad
demandada; en esa medida, no basta que ésta pruebe que obró con diligencia y cuidado,
puesto que ello resulta insuficiente, y sólo se podrá exonerar de responsabilidad en tales casos
probando la existencia de una causa extraña, como la fuerza mayor o el hecho exclusivo y
determinante de la víctima o de un tercero. La conducción de aeronaves, al igual que ocurre
con otras actividades tales como la manipulación de armas de fuego, la conducción de energía
eléctrica o la conducción de vehículos automotores, es considerada una actividad peligrosa, de
manera que al demandante le basta acreditar que la actividad peligrosa fue la causa del
daño cuya reparación solicita, al paso que la entidad demandada para exonerarse de
responsabilidad deberá demostrar la existencia de una causal de exoneración, esto, siempre
que las pruebas obrantes en el plenario no evidencien la presencia de una falla en la prestación
del servicio, pues, si ello es así, el juez no tendrá otra alternativa que declararla, porque de esa
manera la jurisdicción ejerce una función de control del ejercicio de la Administración. Ha sido
reiterada la tesis de la Sala en el sentido de que en aquellos eventos en los que el daño es
producido por el ejercicio de actividades peligrosas, el régimen aplicable es de carácter
objetivo, porque el factor de imputación está derivado de la realización directa de una actividad
que entraña peligro, de tal manera que en esos casos basta que el actor acredite, primero, la
existencia del daño, y segundo, que el mismo se ha generado como consecuencia de dicha
actividad. En relación con lo anterior, resulta necesario señalar que la responsabilidad se
estructura bajo el hecho cierto de que la actividad peligrosa hubiere sido ejercida por cuenta de
la entidad demandada.
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RADICADO: 19001-33-31-004-2013-00235-01
DEMANDANTE: LIDER ANTONIO NOGUERA ILES
DEMANDADO: NACIÓN-MINISTERIO DE DEFENSA-POLICIA NACIONAL
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(…) No obstante ello, cuando el daño sufrido deviene como consecuencia de una actividad
peligrosa, la cual es ejercida directamente por la propia víctima, no resulta aplicable dicho
régimen, sino el de falla probada del servicio. En efecto la Sala ha tenido la oportunidad de
precisar que la calificación de una actividad como “peligrosa” tiene incidencia para
establecer el criterio de imputación aplicable en relación con los daños que se deriven
de la misma, distinguiendo entre quienes ejercen la actividad y los terceros ajenos a ésta. En
el primer caso, cuando quien ejerce una actividad peligrosa sufre un daño, la decisión sobre el
derecho a ser indemnizado debe gobernarse con fundamento en la tesis de la falla probada del
servicio y no del régimen de responsabilidad objetiva por riesgo excepcional, pues éste último
sería aplicable al segundo de los casos mencionados, como también le sería aplicable por
supuesto el de falla del servicio. En el presente asunto, es claro que quien estaba al mando de
la aeronave siniestrada era el Capitán de la Policía Nacional Fray José Gamboa Taborda y no
el Teniente del Ejército Nacional William Ariel Riascos Bohórquez, de tal suerte que la decisión
sobre el derecho a ser indemnizado respecto del primero de ellos deberá gobernarse con
fundamento en un régimen de falla probada del servicio, mientras que respecto del segundo
deberá regirse con fundamento en un régimen objetivo por actividad peligrosa.”
Así la cosas, se tiene que para observar conceptualmente los daños causados a raíz del
desarrollo de actividades peligrosas por parte del Estado, como lo es la conducción de
vehículos automotores, debe atenderse al régimen de imputación objetiva, salvo en los casos
donde el daño causado deviene como consecuencia de una actividad peligrosa desarrollada
por el Estado, cuando ésta es ejercida directamente por la propia víctima, pues en este caso
opera la falla del servicio.
“En cuanto al traslado de pruebas esta Sección ha expresado que aquellas que no
cumplan con los requisitos previstos en el artículo 185 del Código de Procedimiento Civil
o que no hubieren sido solicitadas en el proceso contencioso administrativo por la parte
contra la cual se aducen o no hubieren sido practicadas con audiencia de aquélla, no
podrán ser valoradas en el primer proceso. También ha dicho la Sala que, en los eventos en
los cuales el traslado de las pruebas recaudadas dentro de otro proceso es solicitado por
ambas partes, dichas pruebas pueden ser tenidas en cuenta en el proceso contencioso
administrativo, aun cuando hayan sido practicadas sin citación o intervención de alguna de ellas
en el proceso original y no hayan sido ratificadas en el contencioso administrativo,
considerando que en tales casos resulta contrario a la lealtad procesal que una de las partes
solicite que la prueba haga parte del acervo probatorio pero que, en el evento de resultar
desfavorable a sus intereses, invoque las formalidades legales para su inadmisión. En este
asunto, la entidad demandada coadyuvó el traslado del proceso penal y las diligencias
administrativas, los cuales obran en copia auténtica, pues fueron remitidos por la Fiscalía
General de la Nación y por la Policía Nacional, en su orden, pero además ésta última intervino
en la práctica de las pruebas que obran en las diligencias administrativas, lo cual permite que el
juez pueda valorar dicho material probatorio.”
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RADICADO: 19001-33-31-004-2013-00235-01
DEMANDANTE: LIDER ANTONIO NOGUERA ILES
DEMANDADO: NACIÓN-MINISTERIO DE DEFENSA-POLICIA NACIONAL
MEDIO DE CONTROL: REPARACIÓN DIRECTA – SEGUNDA INSTANCIA
Esto, en atención al artículo 357 del CPC y a que el marco fundamental de competencia del ad
quem, lo delinean las referencias conceptuales y argumentativas que se aducen y esgrimen
contra la decisión de primera instancia.4
Ahora bien, el Juez A quo sostuvo en su sentencia que: “ no obra un croquis, como tampoco
obra un informe de tránsito ni registro en el organismo de control municipal de Popayán,
según las informaciones verificadas por la Secretaría de Tránsito de Popayán y el Control de
Tránsito del Departamento de Policía Cauca, que permitan esclarecer las circunstancias de
tiempo, modo y lugar que rodearon los hechos relacionados con el accidente en el que resultó
lesionado el señor LIDER ANTONIO NOGUERA ILES (…) reiterándose que no obra en el
expediente un informe de la autoridad competente que esclarezca dichas circunstancias, o
pruebas idóneas que arrojen suficientes elementos de juicio que arrojen suficientes elementos
de juicio que permitan establecer cuáles fueron las verdaderas causas…”
Esta Sala observa que el Juez estableció una especie de tarifa legal para la prueba de las
circunstancias en las que ocurrió el accidente, pasando por alto que el sistema probatorio que
nos rige es el de sana crítica o persuasión racional, según el cual las pruebas deben ser
apreciadas en conjunto, de acuerdo con las reglas de la sana crítica, que remiten a las reglas
de la lógica, y a la experiencia del juez.
La Corte Constitucional en sentencia C- 202 de 2005, señaló que de acuerdo con la doctrina
jurídica procesal, en materia de apreciación de las pruebas, es decir, de la actividad intelectual
del juzgador para determinar su valor de convicción sobre la certeza, o ausencia de ésta, de
las afirmaciones de las partes en el proceso, existen tres (3) sistemas, que son:
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RADICADO: 19001-33-31-004-2013-00235-01
DEMANDANTE: LIDER ANTONIO NOGUERA ILES
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ii) El sistema de la tarifa legal o prueba tasada, en el cual la ley establece específicamente el
valor de las pruebas y el juzgador simplemente aplica lo dispuesto en ella, en ejercicio de una
función que puede considerarse mecánica, de suerte que aquel casi no necesita razonar para
ese efecto porque el legislador ya lo ha hecho por él.
Este sistema requiere una motivación, que lógicamente consiste en la demostración de que el
valor asignado por el juzgador a las pruebas guarda total conformidad con la voluntad del
legislador.
iii) El sistema de la sana crítica o persuasión racional, en el cual el juzgador debe establecer
por sí mismo el valor de las pruebas con base en las reglas de la lógica, la ciencia y la
experiencia.
Este sistema requiere igualmente una motivación, consistente en la expresión de las razones
que el juzgador ha tenido para determinar el valor de las pruebas, con fundamento en las
citadas reglas.”
La Corte indica que el último de los sistemas mencionados es el consagrado en los códigos
modernos de procedimiento, en las varias ramas del Derecho, entre ellos el Código de
Procedimiento Civil colombiano vigente, que dispone en su Art. 187:
“Las pruebas deberán ser apreciadas en conjunto, de acuerdo con las reglas de la
sana crítica, sin perjuicio de las solemnidades prescritas en la ley sustancial para la
existencia o validez de ciertos actos.
“El juez expondrá siempre razonadamente el mérito que le asigne a cada prueba”.
“De conformidad con lo establecido en el artículo 187 del Código de Procedimiento Civil, las
pruebas deberán ser apreciadas en conjunto, de acuerdo con las reglas de la sana crítica, sin
perjuicio de las solemnidades prescritas en la ley sustancial para la existencia o validez de
ciertos actos, debiendo el juez exponer razonadamente el mérito que le asigne a cada una de
ellas.
“Es decir, que dicha norma consagra, como sistema de valoración de la prueba en materia civil,
el de la sana crítica:
“Ese concepto configura una categoría intermedia entre la prueba legal y la libre convicción. Sin
la excesiva rigidez de la primera y sin la excesiva incertidumbre de la última, configura una feliz
fórmula, elogiada alguna vez por la doctrina, de regular la actividad intelectual del juez frente a
la prueba.
“Las reglas de la sana crítica son, ante todo, las reglas del correcto entendimiento
humano. En ellas interfieren las reglas de la lógica, con las reglas de la experiencia del
juez. Unas y otras contribuyen de igual manera a que el magistrado pueda analizar la prueba
(ya sea de testigos, peritos, de inspección judicial, de confesión en los casos en que no es lisa
y llana) con arreglo a la sana razón y a un conocimiento experimental de las cosas.
“El juez que debe decidir con arreglo a la sana crítica, no es libre de razonar a voluntad,
discrecionalmente, arbitrariamente. Esta manera de actuar no sería sana crítica, sino libre
convicción. La sana crítica es la unión de la lógica y de la experiencia, sin excesivas
abstracciones de orden intelectual, pero también sin olvidar esos preceptos que los
filósofos llaman de higiene mental, tendientes a asegurar el más certero y eficaz
razonamiento”
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Sentencia C-622 de 1998, M. P. Fabio Morón Díaz, Salvamento Parcial de Voto de Eduardo Cifuentes Muñoz. Couture, Eduardo J.,
Fundamentos del Derecho Procesal Civil, Ediciones Depalma, Buenos Aires, 1962.
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RADICADO: 19001-33-31-004-2013-00235-01
DEMANDANTE: LIDER ANTONIO NOGUERA ILES
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Conforme las anteriores consideraciones, este Tribunal desemboca en una conclusión distinta
a la del Juez A quo, pues deben tenerse en cuenta todas las pruebas, incluida la trasladada,
no a la suerte de tarifa probatoria sino bajo la sana critica, visión con la cual se procederá a
verificar si con los medios de prueba que obran en el proceso es factible determinar las
circunstancias de modo, tiempo y lugar en las que ocurrió el accidente de tránsito.
A folio 153 del cuaderno de pruebas, reposa la Declaración rendida por el señor Patrullero
CASTRO QUINTERO MANUEL ALEJANDRO, quien se movilizaba junto con el PT. BELTRAN
GIRALDO en la moto policial que colisionó con la del actor, en la cual consta:
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RADICADO: 19001-33-31-004-2013-00235-01
DEMANDANTE: LIDER ANTONIO NOGUERA ILES
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Juez: “Se le concede el uso de la palabra al apoderado de la parte demandada que solicitó la
prueba”
Apoderado de la parte demandada: “Con relación a lo dicho por usted, por favor, infórmele al
Despacho en cuál de los dos carriles ocurrió el accidente, si por donde iban ustedes, o sea por
el sentido donde iban bajando ustedes, o en el carril contrario por donde venía la moto”
PT. Castro Quintero: “No, venía por el sector por donde nosotros veníamos bajando, yo no
sé cómo decirlo, el sector derecho, uno siempre baja por el sector derecho, por ese sector.”
De acuerdo con lo anterior, se tiene que mientras que en la declaración rendida por el señor
CASTRO QUINTERO en el marco del proceso penal adelantado ante el Juzgado 183 de
Instrucción Penal Militar, él acepta que la moto oficial invadió el carril contrario, en la
declaración efectuada al interior del presente sostuvo que fue el actor quien había invadido el
carril en el que se movilizaba la Patrulla, por lo que se observa que el testigo se retractó.
“La retractación no es por sí misma una causal que destruya de inmediato lo sostenido
por el testigo en sus afirmaciones precedentes. En esta materia, como en todo lo que atañe
a la credibilidad del testigo, hay que emprender un trabajo analítico, de comparación, a fin de
establecer en cuál momento dijo el declarante la verdad en sus opuestas versiones. Quien se
retracta de su dicho ha de tener un motivo para hacerlo, y este motivo debe ser apreciado por
el Juez, para determinar si lo manifestado por el testigo es verosímil, obrando en consonancia
con las demás comprobaciones del proceso (…) si el testigo varía el contenido de una
declaración en una intervención posterior, o se retracta de lo dicho, ello en manera alguna
traduce que la totalidad de sus afirmaciones deben ser descartadas. No se trata de una regla
de la lógica, la ciencia o la experiencia, en consecuencia, que cuando un declarante se retracta,
todo lo dicho en sus distintas intervenciones pierde eficacia demostrativa”.
Conforme a lo anterior, esta sala considera de suma importancia la declaración primigenia del
Patrullero CASTRO QUINTERO, pues tiene la virtualidad de esclarecer las circunstancias
respecto del modo en cómo ocurrieron los hechos del accidente de tránsito, por ser una
declaración más próxima en el tiempo a la ocurrencia de los hechos -que facilita el
rememoramiento-, máxime si se tiene en cuenta que él presenció la colisión de los vehículos
automotores como acompañante del conductor de la moto policial; a esto se suma otra
consideración: la primera declaración referida a la invasión del carril contrario por parte de la
Patrulla de Policía, resulta más coherente frente al comportamiento del Patrullero Beltrán
Giraldo que se dispuso a pagar las reparaciones de la moto del particular, pues, ¿es posible
pensar dentro de las máximas de la experiencia que alguien que no tiene culpa se ofrezca a
reparar daños que no causó?, la respuesta es negativa.
Así vistas las cosas, la prueba del comportamiento del Patrullero frente al pago de las
reparaciones de la moto del particular es un indicador de que sus maniobras en la actividad
riesgosa de conducción tuvieron incidencia en el accidente, pues no paga el que reconoce que
no tuvo incidencia o culpa sino el que si la tuvo.
Con lo anterior, se tiene que la primera declaración rendida por el Patrullero Castro Quintero
refiere probatoriamente las circunstancias de ocurrencia del accidente de tránsito en estudio,
6
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. SALA PENAL. Sentencia del 25 de mayo de 1999, M.P. CARLOS E. MEJÍA ESCOBAR. Postura
reiterada en sentencia del 6 de abril de 2005, exp. 23154, M.P. SIGIFREDO ESPINOSA PÉREZ.
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RADICADO: 19001-33-31-004-2013-00235-01
DEMANDANTE: LIDER ANTONIO NOGUERA ILES
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esto es, que el vehículo automotor de la Policía Nacional invadió el carril contrario de la vía
donde se movilizaba el señor LIDER ANTONIO NOGUERA.
En cuanto a las circunstancias de lugar y tiempo, que son aspectos espaciales de los hechos,
se tiene que no hubo una versión o prueba que contradijera lo indicado por el demandante,
por el contrario, en cuanto al tiempo, es de resaltar que cuando el Patrullero PT. BELTRAN
GIRALDO se pronunció en la declaración rendida ante el Juez Administrativo sobre los hechos
ocurridos en la fecha 26 de noviembre de 2010, dejó establecidas las circunstancias de tiempo
y lugar, así:
Con lo anterior, se tienen por sentadas las circunstancias de tiempo y lugar, a pesar de que el
demandante haya señalado otra hora de ocurrencia (2:50 pm), pues esta imprecisión no
descarta que el accidente haya ocurrido.
Respecto del segundo cargo, el apoderado de la parte demandante sostiene que el título de
imputación de responsabilidad aplicable en el presente asunto es el de imputación objetiva, y
no así el de falla del servicio.
Como se expuso al comienzo, debe tenerse en cuenta que los daños causados a raíz del
desarrollo de actividades peligrosas por parte del Estado, como lo es la conducción de
vehículos automotores, debe observar el régimen de imputación objetiva, salvo en los casos
donde el daño causado deviene como consecuencia de una actividad peligrosa desarrollada
por el Estado, cuando ésta es ejercida directamente por la propia víctima, pues en este caso
opera la falla del servicio.
Un régimen de responsabilidad objetivo implica, de un lado, que el demandante sólo tiene que
probar la existencia del daño y el nexo de éste con el servicio, es decir, que el daño sufrido se
originó en el ejercicio de la actividad peligrosa a cargo de la entidad demandada.
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RADICADO: 19001-33-31-004-2013-00235-01
DEMANDANTE: LIDER ANTONIO NOGUERA ILES
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En esa perspectiva, en cada caso concreto, el juez apreciará en el plano objetivo cuál de las
dos actividades peligrosas fue la que concretó el riesgo creado y, por lo tanto, debe asumir los
perjuicios que se derivan del daño antijurídico. En ese orden de ideas, el operador judicial a
partir de un análisis de imputación objetiva determinará cual de los dos o más riesgos
concurrentes fue el que se concretó y, en consecuencia, desencadenó el daño; a estos
efectos, la violación al principio de confianza y elevación del riesgo permitido se
convierte en el instrumento determinante de cuál fue la actividad que se materializó.
Conforme a lo anterior, esta Sala examinará en el caso concreto cuál de las dos actividades
riesgosas que estaban en ejercicio fue la que concretó el riesgo.
De la valoración probatoria que efectuó esta Sala, se tiene que la patrulla que se movilizaba en
la moto 28-0113 de la Policía Nacional para la fecha y momento de los hechos, invadió el carril
contrario y colisionó con el señor LIDER ANTONIO NOGUERA, quien iba conduciendo también
un vehículo motorizado, circunstancia que permite colegir, sin mayores dilucidaciones, que fue
la Patrulla de la Policía quien elevó el riesgo permitido, pues violó la regla de tránsito referida
a la conducción dentro del respectivo carril e incurrió en una infracción al deber objetivo de
cuidado exigible en torno a la seguridad del tráfico automotor. 8
Así las cosas, de las dos actividades riesgosas que estaban en ejercicio al momento del
accidente, la que materialmente concretó el riesgo fue la Patrulla de Policía al invadir el carril
contrario por donde se movilizaba el actor, por lo tanto, ella concretó el daño antijurídico, el
cual se configuró mientras ésta prestaba el servicio de Patrullaje. Por lo anterior, es
procedente la responsabilidad administrativa del Estado.
En tercer lugar, el apelante se muestra en desacuerdo con la determinación del Juez A quo de
negar el reconocimiento de perjuicios, pues omitió considerar los 21 días que estuvo
incapacitado para trabajar a causa del accidente; respecto a los perjuicios fisiológicos, indicó
que es suficiente el dictamen médico legal para determinar las lesiones que padeció a raíz del
accidente; y en cuanto a los perjuicios morales, señala que estos deben presumirse a partir de
la constatación de las lesiones físicas causadas.
Frente a los perjuicios de índole material: el actor resalta el concepto de lucro cesante, pues,
según su decir, estuvo incapacitado durante 21 días. En este punto, se examina los informes
de medicina legal sobre la incapacidad médico legal; el primero de ellos, de fecha 29 de
noviembre de 2010 (folio 37 reverso) señala:
7
SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO, SECCIÓN TERCERA DEL HONORABLE CONSEJO DE ESTADO, siendo
Magistrado Ponente el Dr. ENRIQUE GIL BOTERO (exp.18967)
8
Los reglamentos de tránsito han sido creados por el órgano legisla tivo y persiguen como objetivo la seguridad en el tráfico automotor,
tanto para los conductores y pasajeros del vehículo como para terceros que d ben conducirse con el debido cuidado. Jescheck habla de la
“Infracción del deber objetivo de cuidado”.
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RADICADO: 19001-33-31-004-2013-00235-01
DEMANDANTE: LIDER ANTONIO NOGUERA ILES
DEMANDADO: NACIÓN-MINISTERIO DE DEFENSA-POLICIA NACIONAL
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No obstante está probada la incapacidad, no hay prueba sobre la actividad económica que
desempeñaba el actor ni el nivel de sus ingresos.
Ahora bien, acudiendo a las pautas jurisprudenciales con el fin de establecer el cuantum de la
indemnización por este concepto, se tendrá en cuenta el valor del salario mínimo, pues se ha
determinado que en cualquier actividad éste es el monto que debe percibirse para garantizar
las condiciones mínimas de subsistencia.
Adicionalmente, el salario mínimo legal mensual vigente, deberá incrementarse un 25% por
concepto de prestaciones sociales de conformidad con la posición que en la actualidad acoge
de manera uniforme el Consejo de Estado.
“Se solicitó en el recurso modificar la sentencia del a quo en cuanto condenó a la demandada a
cancelar a favor del lesionado por perjuicios materiales en la modalidad de lucro cesante la
suma de $7.249.583,06, para que en la liquidación se incluyera el factor prestacional. Se
accederá al incremento pretendido, como quiera que la jurisprudencia de esta Sección tiene
por establecido que en los eventos en que se condene por lucro cesante, se debe liquidar
teniendo en cuenta el aumento el salario percibido por la víctima más el aumento del 25%
por concepto de prestaciones sociales.
En el sub exámine, y en el caso específico del lucro cesante reclamado para el lesionado, los
testimonios recepcionados en este proceso (fls. 198 a 203 C de pruebas) permiten acreditar
que la víctima desempeñaba una actividad lícita por la que recibía unos ingresos 9, y si bien no
existe prueba del salario que percibía, se presume que por lo menos recibía un salario legal
mínimo”.
Así las cosas, para calcular la indemnización se tomará la suma de $ 655.780 equivalente a un
salario mínimo del 2010, debidamente actualizado, más $ 163.945 correspondiente al valor a
recibir por prestaciones sociales para un total de $ 819.725.
Ahora, como fueron veintiun días de incapacidad, el valor a reconocer por concepto de lucro
cesante será el valor que dejó de devengar en esos días, esto es, la suma de $573.807.
9
Nota original de la sentencia: “Estas declaraciones dan cuenta de que el señor Alexander Viera se desempeñaba como
“arenero” “él sacaba arena”, actividad en la cual percibía unos ingresos”. El resaltado es añadido.
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RADICADO: 19001-33-31-004-2013-00235-01
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Para su valoración, debe tenerse en cuenta i) el principio de equidad y ii) el juez debe ejercer
una discrecionalidad razonada y fundada en las pruebas sobre la existencia del perjuicio y su
intensidad; a la vez, iii) el Consejo de Estado fija, para el efecto, unas pautas de referencia; iv)
y entre estas, ha establecido que el valor del perjuicio moral en los casos de mayor intensidad
atiende a los 100 SMLMV, como en los casos en los que se demanda la indemnización por la
muerte de un familiar. Consejo de Estado, Sección Tercera, sentencia de septiembre 6 de
2001, Expediente: 66001-23-31-000-1996-3160-01(13232-15646), M.P.: Dr. Alier Eduardo
Hernández Enríquez.
Ahora bien, es cierto que la jurisprudencia del Consejo de Estado ha estimado que ” la muerte
constituye el hecho dañoso que causa el perjuicio moral de mayor intensidad 10”, no obstante
ello ha explicado que “es necesario tener en cuenta que también ha reconocido esa suma en
otras circunstancias11. De lo que se sigue que, la indemnización por perjuicios morales se
concede en todos aquellos casos en los que el ser humano, de ordinario, dada la condición de
víctima o en razón de la cercanía afectiva a ésta, siente dolor, congoja, sufrimiento o aflicción
por el daño irrogado, situación que no se limita a la muerte.”
Para cuantificar el perjuicio en los eventos de las lesiones corporales, las cuales también son
fuente de reconocimiento de reparaciones pecuniarias, se debe atender en consideración a las
condiciones en las que se produjo la lesión, su mayor o menor gravedad 12 en procura siempre
del principio de igualdad “lo que hace necesaria la comparación de la situación debatida con
otras ya decididas, con fundamento en el análisis de los diferentes aspectos que determinan
aquella y éstas, dentro de los cuales deberá tomarse en cuenta, por supuesto, el valor real de
la indemnización”13.
Ahora bien, de las diferentes pruebas allegadas al plenario se puede constatar la existencia e
intensidad del perjuicio moral padecido por el señor LIDER ANTONIO NOGUERA ILES, derivado
prácticamente de los edemas y excoriaciones causados con el accidente de tránsito.
10
Cfr. sentencia 29 de enero de 2012, expediente 22742, C.P. Danilo Rojas Betancourth: “[c]on base en lo precedentemente expuesto,
esta Sala reconocerá como perjuicio moral a cada uno de los padres la suma equivalente a cien (100) salarios mínimos legales
mensuales vigentes, que es la máxima condena que se impone a favor de los parientes más cercanos de quien falleció por
responsabilidad de la administración. A los hermanos de éstos la suma de cincuenta (50) salarios mínimos legales mensuales vigentes”.
De igual forma, en la sentencia del 18 de febrero de 2010, expediente 17179, C.P. Ruth Stella Correa Palacio, se indicó: “[l]a Sala
reconocerá la indemnización por perjuicios morales en favor de las demandantes, así: un valor equivalente a 100 salarios mínimos legales
mensuales vigentes a favor de la madre del fallecido y de 50 salarios mínimos legales mensuales vigentes a favor de cada uno de los
hermanos”.
11
Así por ejemplo, en sentencia del 16 de marzo de 2012, expediente 19807, C.P. Stella Conto Díaz del Castillo, se concluyó: “…dado
que el señor Pedro Gustavo Vásquez González fue privado injustamente de la libertad por dos (2) años, siete (7) meses y quince (15)
días por los delitos de homicidio en concurso con acceso carnal abusivo en su menor hija Sandra Catalina Vásquez Guzmán (…), la Sala
considera que el señor Vásquez González debe ser indemnizado, a título de perjuicio moral y en calidad de víctima, con la suma
equivalente a cien (100) salarios mínimos legales mensuales vigentes en el momento de ejecutoria del presente fallo. || La suma indicada
obedece a la reparación por concepto del dolor, aflicción y congoja que el señor Vásquez González debió soportar, no solo por la
privación injusta de la libertad de que fue víctima, sino, además, por la naturaleza execrable de los delitos imputados a quien, antes del
día 28 de febrero de 1993, fuera un buen padre y un agente de la Policía Nacional respetado, así mismo, porque, además de padecer la
muerte de su menor hija en las condiciones conocidas, el señor Vásquez debió afrontar la pena de ser señalado por sus compañeros
como autor de tales delitos”.
12
Consejo de Estado, Sección Tercera, sentencia del 10 de agosto de 2005, exp. 16.205, C.P. María Elena Giraldo Gómez. En el mismo
sentido, véanse las sentencias de 19 de septiembre de 2011, exp. 20.078, y de 14 de junio de 2012, exp. 24.157, con ponencia del
suscrito consejero.
13
Consejo de Estado, Sección Tercera, sentencia del 6 de septiembre de 2001, exp. 13.232-15.646, C.P. Alier Eduardo Hernández. En el
mismo sentido, véase la sentencia de 8 de marzo de 2007, exp. 15.459, C.P. Mauricio Fajardo Gómez.
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RADICADO: 19001-33-31-004-2013-00235-01
DEMANDANTE: LIDER ANTONIO NOGUERA ILES
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En este sentido, las conclusiones a las que se llegó en el Acta de Junta Médico Laboral son
prueba de la afectación y sirve como fundamento para determinar el monto de los perjuicios
morales. En este documento se realizan las siguientes consideraciones:
“Examinado hoy a 3 días de ocurridos los hechos. SE ENCUENTRA: Hombre adulto orientado
en tiempo, lugar y persona sin déficit motor ni sensitivo, marcha normal.
Cabeza: sin lesiones traumáticas.
Cara: Excoriación de forma triangular cuyos lados miden 2.5., 2.5 y 3 cm el último segmento
sobre cicatriz antigua, con costra rojiza en región infra labial y labio inferior derecho. Equimosis
rojiza en mucosa interna del labio inferior derecho con laceración de 1 cm y edema perilesional.
Cuello: sin lesiones traumáticas.
Tórax: Edema moderado en región para esternal derecha tercio medio e inferior. A la
auscultación cardiopulmonar normal.
Abdomen: sin lesiones traumáticas. Región dorso lumbar. Sin lesiones traumáticas.
Extremidades: excoriación en forma de signo de pregunta que mide 13 cm con costra rojiza en
cara postero externa tercio medio y distal del antebrazo izquierdo.- leve edema de 3x4 cm cara
lateral de muslo derecho.- Excoriación de 2x1 con costra rojiza con cara anterior de rodilla
izquierda. Se queja de dolor para subir gradas.”
Así las cosas, se puede constatar que el perjuicio moral irrogado al señor LIDER ANTONIO
NOGUERA se derivó de las lesiones leves sufridas con ocasión del accidente de tránsito, razón
por la cual, se le reconocerá por ese concepto, la suma de DIEZ (10) SALARIOS MÍNIMOS
LEGALES MENSUALES VIGENTES.
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RADICADO: 19001-33-31-004-2013-00235-01
DEMANDANTE: LIDER ANTONIO NOGUERA ILES
DEMANDADO: NACIÓN-MINISTERIO DE DEFENSA-POLICIA NACIONAL
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A DANIEL ANTONIO NOGUERA ILES, identificado con T.I. No. 97040716827 (hijo), la suma de
(5) SALARIOS MÍNIMOS LEGALES MENSUALES VIGENTES.
A LILIAM MAGALY ENRIQUEZ GÓMEZ, identificada con C.C. No. 59.177.589 (compañera
permanente), la suma de (5) SALARIOS MÍNIMOS LEGALES MENSUALES VIGENTES.
A DAYANA ALEJANDRA NOGUERA ENRÍQUEZ, con NUIP 1081054271 (hija), la suma de (5)
SALARIOS MÍNIMOS LEGALES MENSUALES VIGENTES.
A JHONATAN ANDRES NOGUERA LÓPEZ, identificado con C.C. No. 1.061.739.725 (hijo), la
suma de (5) SALARIOS MÍNIMOS LEGALES MENSUALES VIGENTES.
A DANIEL FELIPE NOGUERA RUIZ, identificado con NUIP 1059243351 (Nieto), la suma de (5)
SALARIOS MÍNIMOS LEGALES MENSUALES VIGENTES.
5. Costas
Salvo en los procesos en que se ventile un interés público, la sentencia dispondrá sobre la
condena en costas, cuya liquidación y ejecución se regirán por las normas del Código de
Procedimiento Civil.
Por su parte, los numerales 1 y 9 del artículo 392 del Código de Procedimiento Civil regulan:
En virtud de lo anterior, para la condena en costas se deberán atender los elementos objetivos,
sin tener en consideración análisis de carácter subjetivo con ocasión de la actuación de las partes.
En razón a que dentro del sub lite se resolvió en forma favorable el recurso de apelación
interpuesto por la parte demandante, razón por la cual, se condenará en costas a la parte
demandada.
Las agencias en derecho ascenderán a la suma del cero coma uno por ciento (0,1%) del valor de
las pretensiones concedidas.
III. DECISIÓN:
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DEMANDANTE: LIDER ANTONIO NOGUERA ILES
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F A L L A:
PRIMERO: REVOCAR la sentencia del 29 de enero de 2014, proferida por el Juzgado Cuarto
Administrativo del Circuito de Popayán, de conformidad con las consideraciones expuestas en
la parte motiva de esta providencia.
A DANIEL ANTONIO NOGUERA ILES, identificado con T.I. No. 97040716827 (hijo), la
suma de (5) SALARIOS MÍNIMOS LEGALES MENSUALES VIGENTES.
A LILIAM MAGALY ENRIQUEZ GÓMEZ, identificada con C.C. No. 59.177.589 (compañera
permanente), la suma de (5) SALARIOS MÍNIMOS LEGALES MENSUALES VIGENTES.
A JHONATAN ANDRES NOGUERA LÓPEZ, identificado con C.C. No. 1.061.739.725 (hijo),
la suma de (5) SALARIOS MÍNIMOS LEGALES MENSUALES VIGENTES.
A DANIEL FELIPE NOGUERA RUIZ, identificado con NUIP 1059243351 (Nieto), la suma
de (5) SALARIOS MÍNIMOS LEGALES MENSUALES VIGENTES.
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Se hace constar que el proyecto de esta providencia fue considerado y aprobado por el
Tribunal en sesión de la fecha.
Los Magistrados,
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