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Novena en Honor A San Blas Obispo
Novena en Honor A San Blas Obispo
médico.
DÍA PRIMERO NOVENA AL GLORIOSO MÁRTIR Y MÉDICO SAN BLAS Acto de contrición
para todos los días
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador y Redentor mío: por ser vos quien
sois, Bondad infinita, y por qué os amo sobre todas las cosas, me pesa en el alma de haberos
ofendido y propongo firmemente, ayudado por vuestra gracia, nunca más pecar huir de las
ocasiones de ofenderos y buscar las de serviros y amaros hasta la muerte. Amen.
Oración Preparatoria para todos los días
Esclarecido obispo e ilustrísimo mártir San Blas; pues con maravillosos indicios mostro el
Altísimo el poder y el mérito de vuestra mediación para alcanzar las divinas misericordias
ofreciéndose a cumplir puntualmente cuanto en vuestro nombre se le pidiese yo aunque
indigno de todo favor por mi reconocida indisposición con toda reverencia llamo a las puertas
de vuestra eficaz intercesión para que me alcancéis, si es para mayor gloria de la Majestad
Divina, mi salvación el logro de todo cuanto deseo y suplico en esta novena. Alcanzadme este
favor, si me conviene; y cuando no, dirigid mi suplica y pedís a Dios lo que más convenga, para
no desmerecer su amor en esta vida y gozar de su sita en la eternidad. Amén.
DÍA PRIMERO
Meditación sobre el poder de la virtud que atesoró en su alma para la dignidad de obispo el
Santo Blas.
Considérese que fue tanta su virtud desde el principio de su vida, que el Santo estuvo tan
distante de hacer acción alguna que fuese siquiera reprensible y tan notorio su escaso en toda
perfección, que el resplandor de su santidad y lo ejemplar de su justo proceder, dando en los
ojos de todos los fieles de Sebaste, fue imán que aproximo todas las voluntades y unió todos
los corazones para ser elegido y aceptado por padre, pastor y prelado suyo ¡Oh que medio tan
seguro este para, ser aceptos a Dios ya los hombres! La pureza de vida, el buen ejemplo y
virtud se hacen siempre lugar para la más apreciable aceptación Confúndase pues, la ambición
humana hidrópica y mediante su ceguera, me alcancéis de la Divina Majestad llegue a conocer
el gran aprecio reviviéndose ya es forjar sus aceptaciones imitación del Santo Blas, en el
valimiento de la virtud.
En esta consideración se meditará algún tanto para que fervorizando el espíritu se proponga
con más efecto la súplica. Así en los demás días y luego el siguiente:
Ejercicio Bocal
¡Oh gloriosísimo Patrón mío, San Blas cuya virtud, ejemplo y pureza de vida honró al Altísimo
con unir no sin asombro, tanta variedad de corazones y diversidad de voluntades, para que
unánimes al notario resplandor de vuestras perfecciones, ¡os eligiesen y aceptase por padre,
patrón y prelado! Yo os suplico de la virtud, para que, atraído de este acontecimiento, de mano
a cuanto el tropel del mundo falaz propone aceptable y solicite solo echar mano de cuanto
conduce al buen ejemplo, perfección y pureza de vida.
Ahora se dirán tres padres nuestros y tres avemarías y Gloria al padre y alentado la esperanza,
pedirá cada cual el favor que desea, y después se proseguirá con la siguiente:
¡Oh esperanza de quien os invoca! ¡Oh fortaleza de quien os encuentra! A vos vuelvo mis ojos, a
vos busco con toda reverencia, recurriendo mi respeto al trono de vuestra protección para que
me impetréis de mayor favor, que es el ardiente afecto a las virtudes y la permanencia en ellas,
y hagáis que no sea yo del número de los infieles que entran en la carrera de la perfección
desfallecen sin concluirlas.
No sea yo así poderoso protector mío antes si, logre por vuestra meditación y merito un
verdadero dolor de todas mis culpas, una fervorosa inclinación a las virtudes y una contaste
firmeza en practicarlas; que el demonio no me engañe, y haciéndome sordo a las halagüeñas
voces con que valido del mundo y de la carne trata de vencerme, llegue al último grado de
perfección, que es el amor a Dios para que benditas todas mis acciones y pasos, halle por voz
una vida feliz y una vida eterna. Amén.
Puesto de rodillas delante del altar o imagen del Santo, avivando la fe, como quien está en
la presencia de Dios, y recogiendo los sentidos, se hará la señal de la Cruz y se dirá muy de
veras y de todo corazón el siguiente: Acto de contrición para todos los días
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador y Redentor mío: por ser vos
quien sois, Bondad infinita, y por qué os amo sobre todas las cosas, me pesa en el alma de
haberos ofendido y propongo firmemente, ayudado por vuestra gracia, nunca más pecar
huir de las ocasiones de ofenderos y buscar las de serviros y amaros hasta la muerte.
Amén.
Oración Preparatoria para todos los días
Esclarecido obispo e ilustrísimo mártir San Blas; pues con maravillosos indicios mostro el
Altísimo el poder y el mérito de vuestra mediación para alcanzar las divinas misericordias
ofreciéndose a cumplir puntualmente cuanto en vuestro nombre se le pidiese yo aunque
indigno de todo favor por mi reconocida indisposición con toda reverencia llamo a las
puertas de vuestra eficaz intercesión para que me alcancéis, si es para mayor gloria de la
Majestad Divina, mi salvación el logro de todo cuanto deseo y suplico en esta novena.
Alcanzadme este favor, si me conviene; y cuando no, dirigid mi suplica y pedís a Dios lo
que más convenga, para no desmerecer su amor en esta vida y gozar de su sita en la
eternidad. Amén.
Segundo Día
Meditación sobre amor de sus ovejas y el celo en el desempeño de su encargo, que mostro
el Santo Blas retirándose al Monte Argeo.
Considérese que siendo especial gloria suya hacer frente a la persecución sangrienta, hasta
perder brevemente la vida como amante padre y celoso pastor, se dilata aquella gloria por
asistir con santo y profundo arbitrio, retirado, a la debida instrucción de sus fieles, y
desempeñarse de sus obligaciones como pastor y padre. ¡Oh que enseñanza el amor para
el bien de todo aquello a que el propio encarga obliga y el celo en la utilidad cuanto la
obligación encarga debe llevarse muy a la vista. No le basta al padre, al marido, al maestro,
al príncipe, al prelado ser en si buenos cristianos, si descuidados por la falta de celo no
procuran el bien y la utilidad de su encargo.
De esto han de dar estrecha cuenta: ¿de qué les servirá haberse podido salvar por ser
buenos en si siendo negligentes y descuidados en lo de su obligación? ¡Procúrese, Pues el
debido celo y el amor a imitación del Santo Blas.
Ejercicio Bocal
¡Oh amantísimo padre y celoso pastor san Blas, cuyo amor y celo por el bien y la utilidad
de vuestros encomendados fueron tan poderosos, que no obstante el incendio en que
ardía vuestro espíritu, deseoso de dar la vida por Cristo, lo dilatasteis retirado al desierto
por solo instruir mas y más a vuestros fieles y corroborarlos para que no peligrasen en la
persecución! Yo os suplico me alcancéis de la Divina Majestad aquel amor y celo, de que
negligentemente y descuidado carezco y que debía tener, para impedir con todo el
esfuerzo le mal de los de mi encargo, procurarles con todas las obligaciones de cristianos,
llevemos una conducta que nos prepare para nuestra eterna Salvación. Amén.
Dirán se los tres padres nuestros con avemarías y gloria al padre.
¡Oh esperanza de quien os invoca! ¡Oh fortaleza de quien os encuentra! A vos vuelvo mis
ojos, a vos busco con toda reverencia, recurriendo mi respeto al trono de vuestra
protección para que me impetréis de mayor favor, que es el ardiente afecto a las virtudes y
la permanencia en ellas, y hagáis que no sea yo del número de los infieles que entran en la
carrera de la perfección desfallecen sin concluirlas.
No sea yo así poderoso protector mío antes si, logre por vuestra meditación y merito un
verdadero dolor de todas mis culpas, una fervorosa inclinación a las virtudes y una
contaste firmeza en practicarlas; que el demonio no me engañe, y haciéndome sordo a las
halagüeñas voces con que valido del mundo y de la carne trata de vencerme, llegue al
último grado de perfección, que es el amor a Dios para que benditas todas mis acciones y
pasos, halle por voz una vida feliz y una vida eterna. Amén.
Dicha esta oración, que es para todos los días se dará fin con la conmemoración del Santo.
Día Tercero
Meditación sobre los ejercicios del Santo Blas en la cueva del Monte Argeo.
Considérese que en aquel áspero retiro heroicamente solitario, se ejercita en muy
frecuente oración, ayunos, mortificaciones y penitencia, con que desahogaba los
deseos en que ardía su espíritu de padecer, ensayándose ya para morir, probando con
especial gusto sorber el cáliz del Martirio, que como ministro de Jesucristo le estaba
preparando. ¡Oh Negligencia de probable la de los hombres!
¡Que repugnancia siempre para orar y mortificarlos! Es morir indispensable; ¿Cuándo,
pues hade ser el de prepararse para una buena muerte? Temeridad es confiar de un
instante solo, aun cuando lo haya, y no prepararse para morir bien, pasando la vida sin
los ejercicios de oración y penitencia. Imitarse pues, al Santo Blas. El cual se preparó
todo el tiempo de su vida, aun siendo tan pura; y así se consigue una muerte dichosa.
Ejercicio Vocal
¡Oh austerísimo eremita, protector mío San Blas! Cuya penitente vida y contemplación
continuada en aquella soledad acreditó Dios ser tan de su gusto, que con asombrosa
maravilla hizo la reverenciase la más irracional fiereza, esperando con mas que
montaraz instinto, a que concluyeseis tan Santos empleos y le diese vuestra bendición
yo os suplico me alcancéis de la Divina Majestad el que abrazándome con la cruz de la
penitencia mortifique en adelante todas mis ocasiones y sentidos, con lo que, libre mi
entendimiento de toda impresión terrena, eleve a la contemplación de los beneficios
que el soberano Redentor optó por mí para que reconociendo tanto favor sean todas
mis diligencias vivir una vida que no desmerezca una muerte buena ni malogre el
fruto de su pasión dolorosa. Amén.
Dirán se los tres padres nuestros con avemarías y gloria al padre.
¡Oh esperanza de quien os invoca! ¡Oh fortaleza de quien os encuentra! A vos vuelvo
mis ojos, a vos busco con toda reverencia, recurriendo mi respeto al trono de vuestra
protección para que me impetréis de mayor favor, que es el ardiente afecto a las
virtudes y la permanencia en ellas, y hagáis que no sea yo del número de los infieles
que entran en la carrera de la perfección desfallecen sin concluirlas.
No sea yo así poderoso protector mío antes si, logre por vuestra meditación y merito
un verdadero dolor de todas mis culpas, una fervorosa inclinación a las virtudes y una
contaste firmeza en practicarlas; que el demonio no me engañe, y haciéndome sordo a
las halagüeñas voces con que valido del mundo y de la carne trata de vencerme, llegue
al último grado de perfección, que es el amor a Dios para que benditas todas mis
acciones y pasos, halle por voz una vida feliz y una vida eterna. Amén.
Dicha esta oración, que es para todos los días se dará fin con la conmemoración del
Santo.
Responsorio a San Blas
Obispo muy singular
Blas, refugio de mortales: Te
pedimos que de males Nos
libre por tu rogar.
Fuiste un ínclito varón
Justo, puro e inocente,
Virtuoso y abstinente
Y humilde sin presunción,
Pues Dios te quiso otorgar
gracias de curar mortales Te
pedimos que de males Nos
libre por tu rogar.
Tus méritos te llevaron
A ser obispo y Pastor,
Y no por eso perdieron
Las virtudes su valor, Y
pues supiste sanar
Enfermedades mortales.
Te pedimos que de males
Nos libre por tu rogar.
En la Soledad buscaste
Al que contigo siempre iba
Y en señal de que le hallaste
Te dio virtud siempre viva,
Con la cual pudiste dar
Salud a muchos mortales. Te
pedimos que de males Nos
libre por tu rogar.
Diéronte penas extrañas
Mil tormentos invitando
Azotaron hasta cuando
Parecieron las entrañas
Pues en tanto atormentar
Mostraste virtudes tales. Te
pedimos que de males Nos
libre por tu rogar.
Tu gran mediación es tanta
Que a todo el mundo asegura
De los males de garganta
La pronta y dichosa cura, A
un niño fuiste a curar.
Que estaba en penas mortales
Te pedimos que de males Nos
libre por tu rogar.
Piedra fuiste muy preciosa De
valor tan estimado
Que con tu muerte dichosa Siete almas has ganado, Tus milagros son sin par Pues
consuela los mortales. Te pedimos que de males Nos libre por tu rogar.
Oh Blas, celoso Pastor,
Ruega por quien en ti espera
Que alcance salud entera
Por tus ruegos del Señor,
Pues te quiso Dios dotar
De gracias tan especiales
Te pedimos que de males
Nos libre por tu rogar.
Obispo muy singular Blas,
refugio de mortales. Te
pedimos que de males
Nos libre por tu rogar.
Plegaria
¿Quién eres tu Santísimo Jesús, y quien soy yo? Tu eres un Dios de bondad, de caridad,
de dulzura, un Dios de verdadero amo. Y yo ¿Quién soy? Un vaso de barro donde se
depositan todas las iniquidades y sin esperanza de entenderla.
Oh Jesús dulcísimo no te fijes en mis pecados, fíjate, si en tu gran misericordia.
Novena en Honor a san Blas obispo, mártir y médico.
Acto de contrición para todos los días
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador y Redentor mío: por ser vos
quien sois, Bondad infinita, y por qué os amo sobre todas las cosas, me pesa en el alma
de haberos ofendido y propongo firmemente, ayudado por vuestra gracia, nunca más
pecar huir de las ocasiones de ofenderos y buscar las de serviros y amaros hasta la
muerte. Amén.
Oración Preparatoria para todos los días
Esclarecido obispo e ilustrísimo mártir San Blas; pues con maravillosos indicios
mostro el Altísimo el poder y el mérito de vuestra mediación para alcanzar las divinas
misericordias ofreciéndose a cumplir puntualmente cuanto en vuestro nombre se le
pidiese yo aunque indigno de todo favor por mi reconocida indisposición con toda
reverencia llamo a las puertas de vuestra eficaz intercesión para que me alcancéis, si
es para mayor gloria de la Majestad Divina, mi salvación el logro de todo cuanto deseo
y suplico en esta novena. Alcanzadme este favor, si me conviene; y cuando no, dirigid
mi suplica y pedís a Dios lo que más convenga, para no desmerecer su amor en esta
vida y gozar de su sita en la eternidad. Amén.
Día cuarto
Meditación sobre el prodigioso medio con que socorrió Dios al Santo Blas en aquella
estrechez.
Considérese que, cuando en lo oculto y desamparado de su habitación, no esperaba
ningún auxilio humano proveyó Dios de Socorro al Santo Blas y no fue menos
admirable el medio de que se valió su providencia para sustentarle, que disponer por
ministerio de las aves con toda puntualidad la comida. Esta es la promesa de Dios por
boca de David: padecieron necesidad los poderosos, más los que siguen al Señor no
serán defraudados de lo necesario ¡Oh necedad de los que aman el mundo ponen toda
su confianza en lo caduco de las riquezas y por mas abastecidos que estén de
abundancia, a un revés de la fortuna, por justos juicios de Dios no se libran del hambre
y de la Sed. No sea así sígase al Señor imitando al Santo Blas y espérese el socorro,
principalmente de la providencia Divina, que es indefectible.
Ejercicio Vocal
Penitentísimo solitario patrono mío San Blas a quien socorrió Dios en aquellas
aspereza como a otro Elías y a otro ermita Pablo haciendo que las aves del cielo
cuidasen de administraros el sustento yo os suplico me alcancéis de la Divina Majestad
el que abriendo los ojos a las verdades del Evangelio conozca cuan vanas son las
solicitudes que para la manutención de esta mortal vida se colocan únicamente en la
tierra; que ponga toda mi confianza en la siempre segura providencia de aquel Divino
padre que ni aun de las más mínima criatura descuida para que no dando en mi
corazón entrada al execrable vicio de la codicia sea mi solicitud principal todo lo que
conduce al bien, al mantenimiento y ornato de mi alma. Amén Dirán
se los tres padres nuestros con avemarías y gloria al padre.
¡Oh esperanza de quien os invoca! ¡Oh fortaleza de quien os encuentra! A vos vuelvo
mis ojos, a vos busco con toda reverencia, recurriendo mi respeto al trono de vuestra
protección para que me impetréis de mayor favor, que es el ardiente afecto a las
virtudes y la permanencia en ellas, y hagáis que no sea yo del número de los infieles
que entran en la carrera de la perfección desfallecen sin concluirlas.
No sea yo así poderoso protector mío antes si, logre por vuestra meditación y merito
un verdadero dolor de todas mis culpas, una fervorosa inclinación a las virtudes y una
contaste firmeza en practicarlas; que el demonio no me engañe, y haciéndome sordo a
las halagüeñas voces con que valido del mundo y de la carne trata de vencerme, llegue
al último grado de perfección, que es el amor a Dios para que benditas todas mis
acciones y pasos, halle por voz una vida feliz y una vida eterna. Amén.
Dicha esta oración, que es para todos los días se dará fin con la conmemoración del
Santo.
Día Séptimo
Meditación sobre la contestación que dio el Santo Blas cuando le significaron los
ministros de Agrícola el fin de su venida, diciendo que el Señor se había acordado de
él.
Considérese que entre los manifiestos indício de la alegría de su corazón, cuando
llegaros a aprisionarlo los ministros, exclamo el Santo Blas: Verdaderamente que el
Señor se acordó de mis llaman los hombres memorias del príncipe los favores que este
hace a sus vasallos; que se acordó Dios de él, dice el Santo Blas en el lance de su
prisión: el ofrecer su Majestad a sus siervos ocasión de padecer en su servicio, favor es
a buen seguro, ¡oh que máxima y que mal entendimiento de los mundanos! A la menor
penalidad se extrañan, pareciéndoles que Dios le olvidó, es engaño del amor propio;
los trabajos y las penalidades que en vía Dios, favores son, si memorias son con que
muestra el celo del humano bien.
Así se han de aceptar, pues, a imitación del Santo Blas.
Ejercicio Vocal.
Oh fidelísimo siervo de Dios y protector mío, San Blas, quien a imitación se la grandeza
de vuestra alma, tan enamorada del padecer por Dios, conociéndose debidamente que
los trabajos y penalidades que Divina Majestad Dispone, son regalos y favores con que
aquel Señor significa sus nunca bien apreciadas memorias, yo así deseo conocerlo. Me
deslumbra el amor propio, sedme, pues propicio, Santo mío, para que vencido tan
poderoso embargo, aliente en mí este tan saludable conocimiento, desee siempre,
como siervo suyo, padecer en su obsequio con tal gusto, que las penalidades y trabajos
me sepan a regalos y favores del cielo, logrando así, cuando me llame Dios, poder
pasar del indispensable padecer en este valle del mundo al descanso interminable del
Paraíso. Amén.
Dirán se los tres padres nuestros con avemarías y gloria al padre.
¡Oh esperanza de quien os invoca! ¡Oh fortaleza de quien os encuentra! A vos vuelvo
mis ojos, a vos busco con toda reverencia, recurriendo mi respeto al trono de vuestra
protección para que me impetréis de mayor favor, que es el ardiente afecto a las
virtudes y la permanencia en ellas, y hagáis que no sea yo del número de los infieles
que entran en la carrera de la perfección desfallecen sin concluirlas.
No sea yo así poderoso protector mío antes si, logre por vuestra meditación y merito
un verdadero dolor de todas mis culpas, una fervorosa inclinación a las virtudes y una
contaste firmeza en practicarlas; que el demonio no me engañe, y haciéndome sordo a
las halagüeñas voces con que valido del mundo y de la carne trata de vencerme, llegue
al último grado de perfección, que es el amor a Dios para que benditas todas mis
acciones y pasos, halle por voz una vida feliz y una vida eterna. Amén.
Dicha esta oración, que es para todos los días se dará fin con la conmemoración del
Santo.
Responsorio a San Blas
Obispo muy singular Blas,
refugio de mortales: Te
pedimos que de males
Nos libre por tu rogar.
Fuiste un ínclito varón
Justo, puro e inocente,
Virtuoso y abstinente
Y humilde sin presunción,
Pues Dios te quiso otorgar
gracias de curar mortales Te
pedimos que de males Nos
libre por tu rogar.
Tus méritos te llevaron
A ser obispo y Pastor,
Y no por eso perdieron
Las virtudes su valor, Y
pues supiste sanar
Enfermedades mortales.
Te pedimos que de males
Nos libre por tu rogar.
En la Soledad buscaste
Al que contigo siempre iba
Y en señal de que le hallaste
Te dio virtud siempre viva,
Con la cual pudiste dar
Salud a muchos mortales. Te
pedimos que de males Nos
libre por tu rogar.
Diéronte penas extrañas
Mil tormentos invitando
Azotaron hasta cuando
Parecieron las entrañas
Pues en tanto atormentar
Mostraste virtudes tales. Te
pedimos que de males Nos
libre por tu rogar.
Tu gran mediación es tanta
Que a todo el mundo asegura
De los males de garganta
La pronta y dichosa cura, A
un niño fuiste a curar.
Que estaba en penas mortales
Te pedimos que de males Nos
libre por tu rogar.
Piedra fuiste muy preciosa De
valor tan estimado
Que con tu muerte dichosa
Siete almas has ganado, Tus
milagros son sin par Pues
consuela los mortales. Te
pedimos que de males Nos
libre por tu rogar.
Oh Blas, celoso Pastor,
Ruega por quien en ti espera
Que alcance salud entera
Por tus ruegos del Señor,
Pues te quiso Dios dotar
De gracias tan especiales
Te pedimos que de males
Nos libre por tu rogar.
Obispo muy singular Blas,
refugio de mortales. Te
pedimos que de males
Nos libre por tu rogar.
Plegaria
¿Quién eres tu Santísimo Jesús, y quien soy yo? Tu eres un Dios de bondad, de caridad,
de dulzura, un Dios de verdadero amo. Y yo ¿Quién soy? Un vaso de barro donde se
depositan todas las iniquidades y sin esperanza de entenderla.
Oh Jesús dulcísimo no te fijes en mis pecados, fíjate, si en tu gran misericordia.
Novena en Honor a san Blas obispo, mártir y médico.
Acto de contrición para todos los días
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador y Redentor mío: por ser vos
quien sois, Bondad infinita, y por qué os amo sobre todas las cosas, me pesa en el alma
de haberos ofendido y propongo firmemente, ayudado por vuestra gracia, nunca más
pecar huir de las ocasiones de ofenderos y buscar las de serviros y amaros hasta la
muerte. Amén.
Oración Preparatoria para todos los días
Esclarecido obispo e ilustrísimo mártir San Blas; pues con maravillosos indicios
mostro el Altísimo el poder y el mérito de vuestra mediación para alcanzar las divinas
misericordias ofreciéndose a cumplir puntualmente cuanto en vuestro nombre se le
pidiese yo aunque indigno de todo favor por mi reconocida indisposición con toda
reverencia llamo a las puertas de vuestra eficaz intercesión para que me alcancéis, si
es para mayor gloria de la Majestad Divina, mi salvación el logro de todo cuanto deseo
y suplico en esta novena. Alcanzadme este favor, si me conviene; y cuando no, dirigid
mi suplica y pedís a Dios lo que más convenga, para no desmerecer su amor en esta
vida y gozar de su sita en la eternidad. Amén.
Octavo Día
Meditación sobre el constante, sufrimiento de San Blas entre sangriento diluvio de sus
martirios.
Considérese que ni el ser cruelmente apelando ni azotado con impío esfuerzo ni
despedazadas sus carnes con uñas de hierro y acerados peines, hace menor mella en
su constancia, antes si luce victoriosa ésta al compás de la crueldad que le martiriza, y
blasonando de invencible con la asistencia de Cristo impresa en su corazón, deja el
cuerpo en sus manos del tirano para que lo atormente de todos modos cuando al
sufrirlos modos de martirio que caben en las ideas del rigor lo tiene en nada, atento a
la inmarcesible corona que así grangea. ¡Oh alto premio de gloria! Por lo que, se cobra
por una alhaja que penetra la preciosidad y valor de ella; ¿Cuánto será el de aquel
premio, por el cual tanto tolera el sufrimiento de los justos aquí?
A no menos se sujeta el que aspira a una gloria de la cual no es digno aun el más
ejercitando sufrimiento, suframos más y más, a imitación del Santo Blas, seguros de
que a la constancia en sufrirse sigue un eterno gozo.
Ejercicio Vocal
Oh invicto Campeón de Jesucristo patrono mío San Blas. Por aquella gran constancia
con que tejiendo coronas al sufrimiento se vio vuestro animo triunfante de tanto
tropel de tormentos y rigores, yo os suplico me alcancéis un rayo de aquella luz con
que vuestro elevado entendimiento penetraba que cuando se sufre y tolerar se puede
en este siglo miserable es muy inferior a la grandeza del descanso que nos aguarda
como galardón en el cielo. Haced, Santo mío, que está mi suplica logre como lo deseo,
para que en mi corazón tan todas las delicias y placeres de la tierra, quede solo la
memoria del sufrir; ya que desfallece y palpita entregando desde hoy a la meditación
de aquella gloria a que como católico aspira, aliente contante sufrimiento, hasta verse
gozando del esperado premio. Amén.
Dirán se los tres padres nuestros con avemarías y gloria al padre.
¡Oh esperanza de quien os invoca! ¡Oh fortaleza de quien os encuentra! A vos vuelvo
mis ojos, a vos busco con toda reverencia, recurriendo mi respeto al trono de vuestra
protección para que me impetréis de mayor favor, que es el ardiente afecto a las
virtudes y la permanencia en ellas, y hagáis que no sea yo del número de los infieles
que entran en la carrera de la perfección desfallecen sin concluirlas.
No sea yo así poderoso protector mío antes si, logre por vuestra meditación y merito
un verdadero dolor de todas mis culpas, una fervorosa inclinación a las virtudes y una
contaste firmeza en practicarlas; que el demonio no me engañe, y haciéndome sordo a
las halagüeñas voces con que valido del mundo y de la carne trata de vencerme, llegue
al último grado de perfección, que es el amor a Dios para que benditas todas mis
acciones y pasos, halle por voz una vida feliz y una vida eterna. Amén.
Dicha esta oración, que es para todos los días se dará fin con la conmemoración del
Santo.