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DICCIONARIO

JUNGUIANO

-SELECCIÓN DE TEXTOS-

JOSÉ MEDINA

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“Soy y continúo siendo un psicólogo. No me interesa nada que transcienda el
contenido psicológico de la experiencia humana. Ni me pregunto siquiera si esa
transcendencia es posible, porque en cualquier caso lo trans-psicológico ya no
es algo que concierna al psicólogo. Pero en el plano psicológico abordo las
experiencias psicológicas dotadas de simbolismo y las estructuras susceptibles
de interpretación.”

(C. G. Jung, Entrevista de Eliade para Combat; en: Encuentros con Jung)

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ÍNDICE

PRÓLOGO 7

PARTE 1ª: JUNG

Afectos 10

Anima/us 10

Arquetipo e Instinto 12

Biología 14

Compensación 15

Complejo 15

Diablo .17

Freud .17

Funciones psicológicas 18

Héroe 18

Imagen 19

Imaginación activa 19

Inconsciente colectivo 20

Individuación 22

Mándala 23

Mercurio 24

Mysterium Coniunctionis 26

4
Neurosis 29

Psicosis 30

Religión 31

Salamandra 33

Separatio 34

Sí-mismo 34

Símbolo 36

Símbolos de transformación 36

Sincronicidad 39

Sueños 40

Transferencia 42

Trinidad y Cuaternidad 42

PARTE 2ª: POSTJUNGUIANOS

Afectos 45

Alquimia 45

Anima/-us 46

Apego 50

Arquetipo 51

Azufre 51

Complejo 52

Coniunctio 53

Experiencia de lo arquetípico 54

Experiencia numinosa 57

Femenino transformador 58

5
Gnosticismo .59

Imagen de Dios 59

Individuación 59

Participation mystique 61

Persona 61

Posición depresiva 62

Premonición 62

Psicoanálisis 63

Rosarium Philosophorum 65

Sí-mismo 65

Sincronicidad 69

Sombra 70

Sueños 70

Trinidad y Cuaternidad 71

Verdadero y falso self 72

BIBLIOGRAFÍA

A. Obras de psicología junguiana 73

B. Obras relacionadas con la psicología de Jung 74

C. Psicoanálisis no junguiano 75

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PRÓLOGO

“Idea de Jung” podría haber sido también un buen título para esta obra,
continuar con el espíritu de Jung dándole a conocer, este es el lema que nos
ha movido a emprenderla. Ofrecemos, o pretendemos ofrecer, con estas
páginas, un apoyo a la lectura, no siempre fácilmente accesible, de los textos
de psicología junguiana. Con este diccionario se espera que el lector de
psicología analítica encuentre un núcleo de ideas claras, explicadas por los
propios autores, que le permitan sacar el máximo provecho a sus lecturas.

El objetivo de la presente selección de fragmentos es, pues, facilitar el estudio


de la obra junguiana, de esta manera se entiende que este breve escrito no se
ajuste por completo a lo que comúnmente se espera de un diccionario al uso.
Quizá el título de diccionario no era el más apropiado, aunque sí nos ha
parecido el más gráfico. En algunas entradas más que dar una definición
exacta del término en cuestión –se sugiere una idea. En todo caso, un
diccionario es un instrumento que nos explica las relaciones existentes entre el
lenguaje y la realidad, entre la palabra y la cosa designada, y éste es nuestro
propósito: principal aclarar conceptos..

Hemos optado por no abarcar todos los términos posibles, dejando fuera
vocablos como extroversión, función trascendente, arcaísmo, etc. Su ausencia
se explica por el deseo de brevedad y concisión, nuestra finalidad era dar una
idea de Jung, no realizar un catálogo de todas los vocablos por él empleados,
por eso hemos preferido ocuparnos sólo de los términos que de más dificultad
pudieran resultar (arquetipo, sí-mismo, anima/-us, etc.), algunos de ellos
tratados con cierto detenimiento. No obstante, el lector podrá encontrar
aclaración suficiente de lo aquí omitido en otros diccionarios, entre ellos el
incluido en Tipos psicológicos, escrito por el propio Jung.

El idioma de los fragmentos seleccionados es, en la mayor parte de los casos,


el español; sin embargo, ocasionalmente, ha sido necesario recurrir a textos
en inglés. No es necesario hacer indicación de la gran carencia de traducciones
de obras junguianas en nuestro idioma. Fordham, Edinger y Schwartz-Salant,
por citar a algunos, son autores de psicología analítica de primera línea de los
que por ahora no existe ni un sólo libro vertido a nuestro idioma. Confiamos en

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que este problema se solucione con el tiempo. Sea como sea, hemos de
señalar que, para un psicólogo analítico, el conocimiento de la obra de estos
autores no puede ser excusado por el desconocimiento del idioma en el que
escriben.

La primera parte del diccionario está formada por textos de C. G. Jung, la


segunda por textos de otros autores que profundizaron en las ideas de las que
Jung se ocupó, la mayoría junguianos, pero también están presentes autores
de otras tendencias. Cada vez que un término incluido en una de las partes se
explica también en la otra parte, se indica con una referencia explícita. En la
bibliografía se pueden encontrar obras de psicología junguiana, de
psicoanálisis freudiano, de psicología transpersonal y un largo etc. La
psicología analítica, ya desde Jung, no se ha caracterizado precisamente por el
sectarismo, más bien al contrario, sus postulados han sido puestos en relación
un buen número de veces con las ideas que otros autores, psicoanalíticos o no,
han aportado a sus respectivas escuelas y disciplinas; con ello no hay duda de
que, en cada caso, la ganancia ha sido grande, ya que lo que nos interesa es
siempre el avance del conocimiento, nunca la rivalidad entre facciones. La
propia naturaleza del conocimiento nos da la razón en esto, el saber no está
compartimentalizado, nosotros lo dividimos y seccionamos para poder
estudiarlo. No tiene ningún sentido mantener esa artificial separación de
disciplinas cuando ello no proporciona ningún enriquecimiento, cuando no se
produce suma, sino resta.

La psicología no puede permitirse ya por más tiempo el enfrentamiento entre


escuelas –si es que desea tener un conocimiento completo del ser humano-,
pues la psicología humana no es otra cosa que la suma de todos los puntos de
vista propios del ser humano, motivo por el cual necesita de todos ellos. Con
este ánimo integrador y afán didáctico, hemos realizado esta selección de
textos, mostrando las más complejas ideas en la voz de sus propios autores.
Esperamos el diccionario sea de utilidad para todo aquél que esté interesado
en la psicología junguiana, sólo entonces se habrá cumplido nuestro propósito.

JOSÉ MEDINA

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PARTE 1ª

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AFECTOS.-

“La base esencial de nuestra personalidad es la afectividad. El pensamiento y


la acción son, por así decirlo, sólo síntomas de nuestra afectividad.”

(C. G. Jung, Psicología de la demencia precoz; en: Psicogénesis de las


enfermedades mentales)

“Todo afecto tiene tendencia a convertirse en un complejo autónomo, a


separarse de la jerarquía de la consciencia y, si es posible, a arrastrar al yo
consigo.”

(C. G. Jung, Espíritu y vida; en: La dinámica de lo inconsciente)

> Ver parte 2ª

ANIMA/-US.-

“Para el psicólogo el anima no es un ser trascendental, sino completamente


experimentable, como lo muestra también con claridad la definición china: los
estados afectivos son experiencias inmediatas. Pero ¿por qué se habla
entonces de anima y no simplemente de humores? La razón para ello es la
siguiente: los afectos tienen carácter autónomo, debido a lo cual la mayoría de
los hombres les está sometida. Los afectos son, empero, contenidos
delimitables de la conciencia, partes de la personalidad. Como partes de la
personalidad tienen carácter de personalidad; pueden por tanto ser fácilmente
personificados y lo son aún hoy en día, como los ejemplos anteriores han
mostrado. La personificación no es invención ociosa, por cuanto el individuo
afectivamente excitado no muestra ningún carácter indiferente, sino uno
completamente determinado, que es distinto del común. Se muestra, mediante
la investigación cuidadosa, que en el hombre el carácter afectivo tiene rasgos
femeninos. De ese hecho psicológico proviene la enseñanza china del alma po,
así como mi concepción del anima. Una introspección más profunda, o la

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experiencia extática, revela la existencia de una figura femenina en lo
inconsciente, y de ahí la denominación femenina anima, psique, alma. También
puede definirse el anima como imago o arquetipo, o sedimento de todas las
experiencias del hombre con la mujer. Por eso también la imagen del anima es
por regla proyectada sobre la mujer. Como se sabe, la poesía ha descrito y
cantado a menudo el anima”

C. G. Jung, El secreto de la flor de oro

“Mientras el ánima sea inconsciente, estará siempre proyectada, porque todo lo


inconsciente lo está. La primera en portar la imagen del alma es sin duda
alguna la madre; posteriormente, lo son las mujeres que despiertan las
pasiones del hombre, bien sea en un sentido positivo o negativo.”

(C. G. Jung, Las relaciones entre el yo y lo inconsciente; en: Dos escritos sobre
psicología analítica)

“Así como a los efectos de la individuación, de la autorrealización, es


indispensable saber diferenciarse de lo que se aparenta ser a ojos de los
demás y de uno mismo, es igualmente necesario que uno tome también
consciencia de su sistema invisible de relaciones con lo inconsciente, es decir,
del ánima, para poder así diferenciarse de ella.”

(C. G. Jung, Las relaciones entre el yo y lo inconsciente; en: Dos escritos sobre
psicología analítica.)

>Ver parte 2ª

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ARQUETIPO E INSTINTO.-

“Aquí debo aclarar las relaciones entre instintos y arquetipos: lo que


propiamente llamamos instintos son necesidades fisiológicas y son percibidas
por los sentidos. Pero al mismo tiempo también se manifiestan en fantasías y
con frecuencia revelan su presencia sólo por medio de imágenes simbólicas.
Estas manifestaciones son lo que yo llamo arquetipos.”

(C. G. Jung, El hombre y sus símbolos)

“Los instintos tienen un aspecto dinámico y un aspecto formal. Este último se


expresa, entre otros modos, en imágenes de la fantasía que (como cabía
esperar) presentan una semejanza sorprendente en todos los lugares y en
todas las épocas. Al igual que los impulsos, estas representaciones tienen un
carácter relativamente autónomo; son numinosas, por lo que las encontramos
sobre todo en el ámbito de las representaciones numinosas, es decir,
religiosas. He elegido para este aspecto formal del instinto la denominación
arquetipo”

(C. G. Jung, prólogo al libro de Jolande Jacobi Complejo, arquetipo y símbolo)

“No hay ningún instinto amorfo, pues todo instinto tiene la forma de su
situación. Y se corresponde siempre con una imagen que tiene propiedades
fijas. El instinto de la hormiga arriera se corresponde con la imagen de la
hormiga, el árbol, la hoja, cortar, el transporte y el huerto de setas. Si falta una
de estas determinaciones no funciona el instinto, ya que no puede existir sin su
forma total, sin su imagen.

Una imagen de estas características es un tipo a priori. Este tipo es innato a la


hormiga y previo a cualquier actividad, pues ésta sólo puede tener lugar
cuando existe el correspondiente instinto que la origine y la haga posible. Este
esquema tiene validez para todos los instintos y existe en idéntica forma en
todos los individuos de la misma especie. Lo mismo cabe decir del hombre:
éste tiene a priori tipos de instintos que constituyen la causa y el modelo de sus
actividades, siempre que funcione de manera principalmente instintiva. Como

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ser biológico, no puede comportarse sino de manera específicamente humana
y cumplir su pattern of behaviour”.

“La imagen representa el sentido del instinto”.

“La consciencia no es sólo en sí misma una modificación, sino también un


modificador de la imagen original del instinto”.

“La naturaleza del arquetipo. Las representaciones arquetípicas que nos


proporciona lo inconsciente no deben confundirse con el arquetipo per se.
Dichas representaciones son imágenes muy variadas que remiten a una forma
básica en sí misma irrepresentable”

(C. G. Jung, La dinámica de lo inconsciente, “Consideraciones teóricas acerca


de la esencia de lo psíquico”)

“Los instintos son formas típicas de la acción, y siempre que se trate de formas
de reacción que se repiten uniforme y regularmente estamos ante un instinto,
independientemente de que éste vaya asociado o no a una motivación
consciente.”

“Los arquetipos son formas típicas de la aprehensión, y siempre que se trate de


concepciones que se repiten uniforme y regularmente, estamos ante un
arquetipo, independientemente de si se reconoce o no su carácter mitológico.

Lo inconsciente colectivo consta de la suma de los instintos y de sus correlatos,


los arquetipos. Del mismo modo que el hombre posee instinto, así también
posee imágenes primigenias (…) En mi opinión, es imposible decir qué es lo
primero, si la aprehensión o el impulso a actuar. Me da la impresión de que los
dos son una misma cosa, una misma actividad vital que, para entenderla mejor
nos vemos obligados a pensar por separado.”

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(C. G. Jung, Instinto e inconsciente; en: La dinámica de lo inconsciente)

“La aparición de los arquetipos tiene un marcado carácter numinoso que


ha de calificarse si no de mágico, sí al menos de espiritual (…) el efecto (…)
puede ser curativo o destructivo, pero nunca indiferente [“A veces pueden ir
asociados a él incluso efectos sincronísticos o parapsíquicos”] (…) El arquetipo
(…) su numinosidad tiene a menudo una cualidad mística con el
correspondiente efecto sobre el ánimo. El arquetipo es capaz de poner en
marcha concepciones filosóficas y religiosas (…) A menudo se empeña en
lograr su objetivo con tal pasión y tal coherencia implacable que consigue que
el sujeto sucumba a su hechizo y que, pese a oponer una resistencia
desesperada, no pueda desprenderse de él. Hasta que finalmente el sujeto ya
no quiera desprenderse de él, porque esa vivencia le ha deparado una plenitud
de sentido hasta entonces inimaginable para él (…) El arquetipo representa el
verdadero elemento del espíritu, un espíritu que no es idéntico al intelecto del
hombre, sino que más bien constituye un spiritus rector, el contenido esencial
de todas las mitologías y de todas las religiones y de todos los ismos es de
naturaleza arquetípica. El arquetipo es y no es espíritu, y lo que acabe
resultando finalmente depende casi siempre de la actitud de la consciencia
humana.”

(C. G. Jung, Consideraciones teóricas acerca de la esencia de lo psíquico; en:


La dinámica de lo inconsciente)

BIOLOGÍA.-

“La psicología sólo artificialmente podrá apartarse de las condiciones


biológicas, y dado que éstas son válidas en todo el mundo animado y no sólo
en el hombre, proporcionan al fundamento científico una seguridad que supera
a la del juicio psicológico, que sólo es válido en el ámbito de la consciencia (…)
La psicología ha de reconocer una amplia coincidencia de sus realidades con
los hechos biológicos, por más que reclame la autonomía de su campo de
investigación.”

(C. G. Jung, Determinantes psicológicos del comportamiento humano; en: La


dinámica de lo inconsciente)

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“La vida nunca puede ser contemplada como una función de la materia, sino
como un proceso que existe por sí solo y al que están subordinadas la fuerza y
la materia.”

(C. G. Jung, Puntos de vista generales acerca de la psicología de los sueños;


en: La dinámica de lo inconsciente)

COMPENSACIÓN.-

“La persona mentalmente desequilibrada trata de defenderse contra su propio


inconsciente, es decir, lucha contra sus propias influencias compensatorias (…)
La función del inconsciente en los trastornos mentales es esencialmente una
compensación del contenido de la mente consciente. Sin embargo, a raíz de la
unilateralidad característica de las tentativas conscientes en todos estos casos,
las correcciones compensatorias son inútiles. Es inevitable que estas
tendencias inconscientes irrumpan en la consciencia; no obstante, por el
hecho de que se adaptan a las metas conscientes unilaterales, les es posible
aparecer solo en forma distorsionada e inaceptable.”

(C. G. Jung, Psicología de la demencia precoz; en: Psicogénesis de las


enfermedades mentales)

COMPLEJO.-

“Cada acontecimiento afectivo se convierte en un complejo.”

(C. G. Jung, Sobre la psicología de la dementia praecox; en: Psicogénesis de


las enfermedades mentales)

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“La psicología de los sueños muestra con toda la claridad deseable cómo los
complejos aparecen personificados cuando no los reprime una consciencia
inhibitoria”

“Hoy puede darse por confirmada la hipótesis de que los complejos son
psiques parciales escindidas. La etiología de su origen suele ser un trauma, un
shock emocional o algo que haya provocado la escisión de un fragmento de la
psique. Una de las causas más frecuentes, sin embargo, es el conflicto moral
derivado de la aparente imposibilidad de afirmar la totalidad de la esencia
humana. Esta imposibilidad presupone una escisión inmediata,
independientemente de que la consciencia del yo tenga conocimiento de ello o
no. Por regla general, existe una pronunciada inconsciencia acerca de los
complejos, lo que naturalmente les confiere una mayor libertad de acción. En
tales casos, su capacidad de asimilación se manifiesta muy especialmente, ya
que la inconsciencia sobre un complejo contribuye a que éste asimile incluso al
yo, lo que provoca una momentánea e inconsciente transformación de la
personalidad, denominada identificación con el complejo. Este concepto tan
moderno tenía en la Edad Media otro nombre: entonces se llamaba “posesión”.

“La via regia hacia lo inconsciente no son los sueños, como opina él [Freud],
sino los complejos, que son los causantes de los sueños y de los síntomas”

(C. G. Jung, Consideraciones generales sobre la teoría de los complejos; en:


La dinámica de lo inconsciente)

“Un complejo es una aglomeración de asociaciones (…) con un tono


sentimental intenso.”

(C. G. Jung, “Sobre la teoría y la práctica de la psicología analítica”; en: La vida


simbólica)

> Ver parte 2ª

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DIABLO.-

“Sería una evasión si no buscara entenderme con él [con El Rojo]. Si alguna


vez tienes la inusual ocasión de hablarle al diablo, entonces no olvides discutir
seriamente con él. En definitiva, él es tu diablo. El diablo es, en tanto
adversario, tu propio otro punto de vista que te tienta y te pone piedras en el
camino ahí donde menos las quieres. Aceptar el diablo no quiere decir pasarse
a su bando, si no uno se vuelve diabólico. Más bien quiere decir entenderse.
Así aceptas tu otro punto de vista. De este modo el diablo pierde algo de
terreno y tú también. Y eso, por cierto, podría ser bueno.”

(C. G. Jung, El libro rojo, liber secundus, “El Rojo”)

FREUD.-

“Uno ve como es. Y puesto que otros tienen otra psicología, también ven de
forma distinta y expresan cosas distintas”.

(C. G. Jung, “La contraposición entre Freud y Jung”; en: Freud y el


psicoanálisis)

“Freud no llegó a adentrarse en la capa más profunda de lo humano en


general. No debía y no podía hacerlo sin traicionar la misión a la que estaba
abocado en el ámbito de la historia de la cultura. Esta misión la cumplió, y era
tarea suficiente como para abarcar la gloriosa obra de toda una vida”.

(C. G. Jung, “Sigmund Freud como fenómeno histórico-cultural”; en: Sobre el


fenómeno del espíritu en el arte y en la ciencia)

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FUNCIONES PSICOLÓGICAS.-

“Estos cuatro tipos funcionales corresponden a los medios a través de los


cuales la consciencia se orienta. La sensación (o la percepción sensorial) nos
dice que algo existe; el pensamiento nos dice qué es; el sentimiento nos dice si
es agradable o no; y la intuición nos dice de dónde viene y adónde va”

(Carl G. Jung, “Los símbolos y la interpretación de los sueños”, en: La vida


simbólica, O.C. vol. 18/I)

“En el desarrollo de la conciencia masculina, el lado femenino se deja a un


lado, por lo que permanece en un “estado natural”. Lo mismo sucede en la
diferenciación de las funciones psicológicas: la supuesta función inferior
permanece detrás y, en consecuencia, es indiferenciada e inconsciente. En el
hombre, por tanto, suele estar relacionada con la asimismo inconsciente ánima.
La redención se logra reconociendo e integrando esos elementos inconscientes
del alma.”

(Emma Jung, Animus y Anima)

HÉROE.-

“El héroe representa simbólicamente el movimiento de la libido.”

(G. G. Jung, Sobre la energética del alma; en: La dinámica de lo inconsciente)

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IMAGEN.-

“Lo anímico sólo puede ser contenido de la consciencia, es decir, ser


representado, si posee representabilidad, esto es, capacidad de convertirse en
imagen.”

“El alma es una sucesión de imágenes.”

“Vivimos directamente sólo en el mundo de las imágenes.”

(C. G. Jung, Espíritu y vida; en: La dinámica de lo inconsciente)

“Las fantasías son, pues, en su mayor parte, actos preparatorios o incluso


ensayos psíquicos orientados a determinadas realidades futuras.”

(C. G. Jung, Alma y muerte; en: La dinámica de lo inconsciente)

“Imagen y sentido son idénticos, y tal y como se forma la primera, así se define
el segundo. En realidad, la forma no necesita ninguna interpretación: ella
misma constituye su propio sentido.”

(C. G. Jung, Consideraciones teóricas acerca de la esencia de lo psíquico; en:


La dinámica de lo inconsciente)

IMAGINACIÓN ACTIVA.-

“Este proceso puede presentarse de manera espontánea o ser ocasionado


mediante una ayuda artificial. En el último caso hay que elegir con cuidado un
sueño u otra imagen de la fantasía y concentrarse en ella contemplándola.
También se puede utilizar un disgusto afectivo como punto de partida. En este
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caso, conviene averiguar qué imagen de la fantasía surge de este estado de
ánimo o qué imagen le da expresión. Entonces, se fija esta imagen
concentrando en ella la atención. Por lo general, la imagen cambia porque el
mero hecho de ser observada le da vida. Hay que anotar los cambios
cuidadosamente, pues reflejan los procesos psíquicos del trasfondo
inconsciente en imágenes que están formadas por material de recuerdos
conscientes. De esta manera se unen algo consciente y algo inconsciente,
igual que una cascada conecta el arriba y el abajo. A partir de ahí se desarrolla
una cadena de imágenes de fantasía que poco a poco adoptan un carácter
dramático: el mero proceso se convierte en actuación. Ésta se expresa al
principio en figuras proyectadas, y uno contempla estas imágenes como
escenas en un teatro. Con otras palabras: se sueña con los ojos abiertos.”

(C. G. Jung, Mysterium coniunctionis)

“Mediante la “imaginación activa” nos ponemos en situación de descubrir el


arquetipo.”

(C. G. Jung, Consideraciones teóricas acerca de la esencia de lo psíquico; en:


La dinámica de lo inconsciente)

INCONSCIENTE COLECTIVO.-

“A la esfera de la masa hereditaria psíquica la he denominado inconsciente


colectivo. Todos los contenidos de nuestra consciencia han sido
individualmente adquiridos (…) Pero en realidad los contenidos de nuestra
consciencia no sólo surgen por la influencia del entorno individual, también
están influidos y dispuestos por la masa hereditaria psíquica, por lo
inconsciente colectivo. Sin duda, la imagen de la madre individual es
impresionante, pero lo es sobre todo por el hecho de que está mezclada con
una predisposición inconsciente, es decir, con un sistema o una imagen innata
que debe su existencia a la circunstancia de que madre e hijo han guardado
desde siempre una relación simbiótica Cuando falta la madre individual en un
sentido o en otro surge una pérdida, es decir, una exigencia de satisfacción de
la imagen colectiva de la madre. Un instinto se queda, por así decir, con las

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ganas. Ello origina con mucha frecuencia trastornos neuróticos o, cuando
menos, singularidades caracterológicas.”

“La imagen colectiva, a la que técnicamente he denominado también


arquetipo.”

“La desvinculación de la madre sólo es satisfactoria si está incluido el


arquetipo. Naturalmente, lo mismo cabe decir de la desvinculación del padre.”

(C. G. Jung, Psicología analítica y cosmovisión; en: La dinámica de lo


inconsciente)

“El proceso psíquico no comienza con la consciencia individual, sino


que, por el contrario, es una repetición de las funciones transmitidas desde
tiempos inmemoriales por la estructura cerebral. Los procesos psíquicos
existen antes, durante y después de la consciencia. La consciencia es un
intervalo dentro de un proceso psíquico continuo, probablemente un punto
culminante que requiere un especial esfuerzo fisiológico y que por eso vuelve a
desaparecer por un periodo cada día. El proceso psíquico que sirve de base a
la consciencia es para nosotros de naturaleza automática, por lo que
ignoramos de dónde viene y a dónde va. Sólo sabemos que el sistema
nervioso, especialmente sus centros, son condición y expresión de la función
psíquica y que estas estructuras heredadas infaliblemente empiezan a
funcionar otra vez en cada nuevo individuo igual que lo han hecho siempre.
Sólo las puntas de esta actividad aparecen en la consciencia que se extingue
periódicamente. Por infinitas que sean las variaciones de las consciencias
individuales, la base de la psique inconsciente es idéntica. Cuando se
consigue captar la naturaleza de los procesos inconscientes aparecen siempre
con formas asombrosamente idénticas, por muy variadas que sean sus
expresiones transmitidas por la consciencia individual. En esta fundamental
identidad de la psique inconsciente se basa la general capacidad de
comprensión humana, que va más allá de toda diferencia entre las
consciencias.

(…) En dichos sueños encontré motivos derivados de la mitología griega


(…) A menudo se me ha acusado de ser supersticioso con respecto a las
“ideas heredadas”, lo cual es injusto, ya que he subrayado expresamente que

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estas coincidencias precisamente no proceden de “ideas”, sino de una
disposición heredada a reaccionar como siempre se ha reaccionado.

(…) Estas “imágenes primigenias” o “arquetipos”, como los he llamado,


forman la base de la psique inconsciente y no se pueden explicar como una
adquisición personal. Su conjunto constituye ese estrato psíquico que he
denominado inconsciente colectivo. (…) Lo inconsciente colectivo designa otro
punto en el que la psicología pura tropieza con la realidad orgánica y en el que,
con toda probabilidad, habrá de reconocer un hecho no psicologizable apoyado
en una base fisiológica (…) Tanto el tipo constitucional como lo inconsciente
colectivo son factores que se sustraen al arbitrio de la consciencia. Así pues,
las condiciones constitucionales y las formas sin contenido de lo inconsciente
colectivo son realidades, lo que en el caso de lo inconsciente significa nada
menos que sus símbolos o motivos son factores igual de reales que la
constitución, que no se puede descuidar ni negar. Desatender la constitución
da lugar a trastornos patológicos, y lo mismo sucede si se descuida lo
inconsciente colectivo. De ahí que en mi método terapéutico llame
especialmente la atención sobre la relación del paciente con los hechos de lo
inconsciente colectivo, pues la experiencia me ha enseñado que tiene la
misma importancia estar en buenos términos con lo inconsciente que con la
disposición individual”.

(C. G. Jung, El significado de la constitución y la herencia; en: La dinámica de


lo inconsciente)

INDIVIDUACIÓN.-

“Una larga serie de sueños ya no aparece como una absurda


yuxtaposición de sucesos únicos incoherentes, sino como un proceso evolutivo
que discurre ordenadamente. He llamado a este proceso inconsciente que se
expresa espontáneamente en la simbología de largas series de sueños
proceso de individuación (…) Este proceso es la espontánea realización del
hombre completo (…) Los grandes sueños. Éstos utilizan numerosos
mitologemas que caracterizan la vida del héroe, es decir, de ese gran hombre
de naturaleza semidivina (…) Se trata de la realización de una parte de la
personalidad que todavía no existía y que está a punto de surgir”

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(C. G. Jung, De la esencia de los sueños; en: La dinámica de lo inconsciente)

“La transformación de la energía instintiva se lleva a cabo mediante su


transferencia a un analogon del objeto del instinto (…) La máquina psicológica
que transforma la energía es el símbolo (…) Sólo cuando el símbolo predomina
sobre la naturaleza es posible transferir la libido a otras formas (…) el hombre
ni puede conformarse ni se conformará nunca con el curso natural de las
cosas, ya que siempre tiene un exceso de energía al que se le puede pedir una
tendencia más favorable que la meramente natural, por lo que inevitablemente
seguirá siempre buscándola, por más que se le obligue reductivamente a
atacar la tendencia natural (…) Al polimorfismo de la naturaleza instintiva
primitiva se opone, con carácter regulador, el principio de individuación (…) La
alquimia, cuyo carácter simbólico muestra con una claridad inconfundible ese
proceso de transformación de la energía.”

(C. G. Jung, Sobre la energética del alma; en: La dinámica de lo inconsciente)

> Ver parte 2ª

MÁNDALA.-

“La palabra sánscrita mándala significa “círculo” (…) Creaciones plásticas de


ese género las hay en el budismo tibetano (…) Como fenómenos psicológicos
se dan espontáneamente en sueños.”

“Por lo general, el mándala se da en estados de disociación o desorientación


psíquicas, por ejemplo en niños entre ocho y once años cuyos padres están en
vías de divorcio, o en personas adultas que debido a su neurosis o a su
tratamiento se ven confrontadas con la problemática de los opuestos en la
naturaleza humana y se hallan por tanto desorientadas, o en esquizofrénicos
cuya visión del mundo ha sufrido un trastorno debido a la brusca irrupción de
incomprensibles contenidos de lo inconsciente. En tales casos se ve
claramente cómo equilibra el orden rígido de una imagen circular de ese

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género el desorden y la confusión del estado psíquico, a saber, mediante la
construcción de un centro hacia el que se orienta todo, o mediante la
ordenación concéntrica de lo múltiple en desorden, de lo opuesto e
incompatible. Se trata, evidentemente, de un intento de autocuración de la
naturaleza, un intento que no proviene de una reflexión consciente, sino de un
impulso instintivo.”

“Los mándalas individuales son, como cabe esperar, de una extraordinaria


diversidad. En su gran mayoría se caracterizan por el círculo y la cuaternidad.
Pero a veces también hay algunos con los números tres y cinco, existiendo
siempre en tales casos un motivo que lo justifique.”

“Los mándalas individuales (…) tratan de expresar, bien la totalidad del


individuo en su vivencia interior o exterior del mundo, bien el esencial punto
interior de referencia del mismo. Su objeto es el sí-mismo, contrariamente al yo,
que sólo es el punto de referencia de la consciencia, mientras que el sí-mismo
abarca la totalidad de la psique, es decir, lo consciente y lo inconsciente.”

“Es al mismo tiempo una imagen de Dios, designada como tal. Y no es


casualidad, pues la filosofía india, que ha elaborado sobre todo la idea del sí-
mismo, del atman o purusha, no hace una distinción fundamental entre esencia
humana y divina.”

(C. G. Jung, Mándalas; en: Los arquetipos y lo inconsciente colectivo)

MERCURIO.-

“El Mercurio significa para los alquimistas la manifestación concreta, material,


del Spiritus Mercurius (…) Es el anima mundi, que es interior pero que al
mismo tiempo rodea al mundo, de modo semejante al Atman en la
representación de las Upanishad.”

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(C. G. Jung, Acerca de la empiria del proceso de individuación; en: Los
arquetipos y lo inconsciente colectivo)

“En la fenomenología simbólica de Mercurio confluyen dos arquetipos


extraordinariamente repetidos: el del Ánima y el del Anciano sabio. Ambos son
daímones revelados y presentan a Mercurio como Panacea (…) La filosofía de
la alquimia. Su principal figura es Hermes, es decir, Mercurio, en su notable
doble significación de mercurio y alma del mundo, acompañado por el sol (el
oro) y la luna (la plata). La operación alquímica consiste esencialmente en una
separación de la prima materia, del llamado Caos, de lo activo, es decir el
alma, y lo pasivo, el llamado cuerpo; los que volverán a reunirse personificados
en una figura, la llamada coniunctio, la boda química; la coniunctio es
alegorizada como Hieros Gamos, como boda ritual de sol y luna. Esta unión
surge del llamado filius sapientiae o philosophorum, Mercurius transformado,
que como signo de su acabada perfección era pensado como hermafrodita.”

(C. G. Jung, Paracelso como fenómeno espiritual; en: Paracélsica)

“El concepto de Mercurius alquimista proviene exclusivamente de la psicología


masculina, a la que también representa. En efecto, el Mercurius manifiesta
precisamente la oposición entre el Noûs, y la sexualidad, que es característica
del hombre, en tanto que éste carece del Eros femenino unificador.”

(C. G. Jung, “El árbol filosófico”; en: Psicología y simbólica del arquetipo)

“Me adhiero más bien a la idea alquímica de que Mercurio (el noûs
inconsciente) sea un burlón [Traductor: el trickster, el ártero o, mejor, burlador o
burlón, es figura muy conocida en antropología, asociada a veces a la función
de héroe cultural]”

(C. G. Jung, Aion. - Más sobre el trickster en: Los arquetipos y lo inconsciente
colectivo, ”Acerca de la psicología de la figura del trickster”)

“Ya que Mercurio mismo es de la naturaleza del fuego, éste no le hace nada,
permanece inmutable en toda su substancia, lo cual tiene importancia para
todo el simbolismo de la salamandra (…) Mercurio se comporta, no sólo como
contrapartida de Cristo (por ser hijo), sino también como contrapunto de la
25
trinidad, por ser considerado como trinidad (ctónica). (…) El espíritu Mercurio
(...) él mismo es, en parte, la diablesa serpiente, la Lilith o la Melusina, en el
árbol de la filosofía oculta (…) Mercurio (…) es idéntico fundamentalmente al
inconsciente colectivo”

(C. G. Jung: El espíritu Mercurio; en: Simbología del Espíritu)

MYSTERIUM CONIUNCTIONIS.-

“Me ocupo de hechos psicológicos que se mueven en el límite de lo


cognoscible.”

“Igual que hay una “cirugía menor”, también hay una psicoterapia menor cuyas
intervenciones se caracterizan por su inofensividad y que en absoluto necesitan
de reflexiones como las de estas páginas. Se trata de una minoría de pacientes
con ciertas pretensiones espirituales, y sólo éstos atraviesan un desarrollo que
plantea al médico problemas del tipo aquí descrito.”

“La alquimia nos sirve como una verdadera casa del tesoro del simbolismo,
cuyo conocimiento es extraordinariamente útil para la comprensión de los
procesos neuróticos y psicóticos.”

“El autoconocimiento no es un proceso aislado, sólo es posible si conocemos


simultáneamente la realidad del mundo exterior. Nadie puede conocerse a sí
mismo y diferenciarse de su prójimo si tiene una imagen deformada de éste,
igual que nadie puede comprender a otro si no está relacionado consigo
mismo. Una cosa condiciona la otra, por eso los dos procesos van de la mano.”

“A menudo, la consciencia sabe poco o nada de su transformación y tampoco


quiere saber nada al respecto (…) Y el cambio sólo se refleja en los sueños
(…) Por lo general, esto es un proceso inconsciente que tiene lugar siempre
que la orientación y la actitud de la consciencia se revelan insuficientes.”

26
“El lenguaje de nuestros sueños, ocupados frecuentemente con el problema de
los opuestos.”

“Al decir que lo consciente y lo inconsciente se unen estamos manifestando al


mismo tiempo que se trata de un proceso inimaginable. Lo inconsciente es
inconsciente, no se puede captar ni imaginar. La unión de opuestos es un
proceso transcendente a la consciencia e inaccesible en principio a la
explicación científica.”

“El rey Sol como arquetipo de la consciencia (…) La apoteosis del rey, el
renovado ascenso del Sol, significa –de acuerdo con nuestra hipótesis- que se
ha establecido una nueva dominante de la consciencia (…) Parece que todo lo
verdadero se transforma y que sólo lo que se transforma se mantiene
verdadero. Todo envejece y necesita de transformación y renovación.”

“La figura alquímica del rex (…) contiene todo el mito del héroe.”

“No sólo los alquimistas, sino también clérigos no alquimistas interpretaron la


representación de Dios como senex et puer como transformación de Dios, es
decir, como una manifestación del Yahvé iracundo y vengativo del Antiguo
Testamento en el Dios del amor del Nuevo Testamento.”

“La consciencia es renovada mediante su ocaso en lo inconsciente, en el cual


la primera se vincula con lo segundo. La consciencia renovada no contiene lo
inconsciente, sino que forma con él una totalidad que simboliza el hijo.”

“El sí-mismo, que surge de la combinación de la consciencia y lo inconsciente.”

“El simbolismo de la conjunción aparece en dos lugares: en el descenso a la


oscuridad, donde la boda tiene, por así decir, un carácter nefasto (incesto,
asesinato, muerte), y antes del ascenso, cuando la unión presenta un carácter
más celestial.”

27
“La consciencia es la relación entre un contenido psíquico y el yo. Lo que no
está asociado al yo permanece inconsciente.”

“El ánima media entre la consciencia y el inconsciente colectivo.”

“Para curar el conflicto proyectado, hay que devolverlo al alma del individuo,
donde comenzó de manera inconsciente. Quien quiera dominar este ocaso
debe celebrar una eucaristía consigo mismo y comer su propia carne y beber
su propia sangre, es decir, tiene que conocer y aceptar en sí al otro. Porque si
se queda en su unilateralidad, dos leones de despedazarán mutuamente.”

“La reina es en tanto Luna la compañera arquetípica del Sol (…) En verdad la
reina corresponde al ánima, y el rey al espíritu, a la dominante de la
consciencia.”

“El ánima en su aspecto negativo (es decir, cuando se oculta en el sujeto y


permanece inconsciente) ejerce una influencia posesiva sobre él (…) De ahí
que el aspecto negativo del ánima signifique una forma especial de
inadaptación psicológica que o está compensada por la consciencia o
compensa a ésta, con una actitud contrapuesta igualmente incorrecta (…) El
ánima que corresponde a ésta actitud es una persona intrigante que seduce al
yo cada vez más para que represente su papel mientras va cavando a sus
espaldas todas las trampas en que está destinado a caer el enamorado de su
papel.”

“Esta actitud más distinguida significa también un ascenso de rango del ánima
desde su papel de seductora al de guía. A la transformación de la sustancia
regia de león a rey le corresponde la transformación de lo femenino de
serpiente a reina. La coronación, la apoteosis y las bodas significan la
equiparación factible de la consciencia y lo inconsciente en el nivel máximo,
una liberadora coincidentia oppositorum.”

(C. G. Jung, Mysterium coniunctionis)

28
NEUROSIS.-

“Siempre insisto en que incluso una neurosis crónica tiene su causa verdadera
en el momento presente, ahora. Mire, la neurosis se construye día a día
debido a la actitud incorrecta del individuo, pero esa actitud incorrecta es un
hecho histórico, y debe explicarse históricamente por cosas que han ocurrido
en el pasado. E incluso esta es una visión parcial, porque todos los hechos
psicológicos están orientados no solamente por una causa, sino también por
una meta. Son, de alguna manera, teleológicos, porque sirven a un cierto
propósito. La actitud incorrecta puede tener su origen, en cierto modo, hace
mucho tiempo, pero no existiría hoy si no existiesen causas inmediatas y
propósitos inmediatos que la mantienen viva”.

(C. G. Jung, Encuentros con Jung, “Las filmaciones de Houston”)

“Nuestra razón consciente nunca podrá destruir las raíces de los síntomas
nerviosos; para ello necesita procesos emocionales que sean capaces de influir
en el sistema nervioso simpático.”

(C. G. Jung, Espíritu y vida; en: La dinámica de lo inconsciente)

La represión es una especie de dejar pasar las cosas en un acto


semiconsciente e indeciso, o un menosprecio de las uvas inalcanzables o un
mirar hacia otra dirección a fin de no ver los propios deseos. Fue Freud quien
descubrió que la represión constituye uno de los principales mecanismos en la
formación de una neurosis (…) La llamada creencia “científica”, con arreglo a la
cual una neurosis no contiene sino sexualidad infantil o afán de poder
reprimidos (…) esta teoría sólo es verdadera en parte; no penetra más que en
algunos aspectos de la psique neurótica (…) Si un enfermo está persuadido del
origen exclusivamente sexual de su neurosis, no contrariaría su opinión, porque
sé que tal convencimiento, sobre todo si está hondamente arraigado, constituye
una excelente defensa contra el asalto de la terrible ambigüedad de la
experiencia inmediata (…) han de existir poderosos motivos para que el
paciente se vea constreñido a pensar dentro de tan estrecho círculo. Pero si
sus sueños empiezan a socavar la teoría protectora, debo acudir en apoyo de
la personalidad más amplia”

29
(C. G. Jung, Psicología y religión; en: Acerca de la psicología de la religión
occidental y de la religión oriental)

“Las naciones que se encuentran en un estado de miseria colectiva se


comportan como los individuos neuróticos o incluso psicóticos. Primero se
disocian o desintegran, luego pasan al estado de confusión y desorientación.
Como no es un asunto de desintegración psicótica en un caso individual, la
confusión afecta principalmente a las capas consciente y subconsciente, pero
no a la estructura instintiva fundamental de la mente, a lo inconsciente
colectivo. Al contrario, la confusión en las capas superiores produce una
reacción compensadora en lo inconsciente colectivo, que consiste en un
sustituto peculiar de la personalidad, en una personalidad arcaica provista de
fuerzas instintivas superiores (…) La literatura mística contiene muchas
descripciones de estas experiencias. También hay muchos informes detallados
en el libro de William James Las variedades de la experiencia religiosa. Pero si
observamos los sueños de estos pacientes encontramos unas imágenes
simbólicas peculiares a menudo mucho tiempo antes de que los propios
pacientes sean conscientes de sus experiencias “místicas”. Estas imágenes
muestran siempre un patrón específico: son círculos o cuadrados, o como una
cruz o una estrella. O están formados por elementos de este tipo. El término
técnico que yo uso para referirme a estas figuras es mándala, la palabra
sánscrita que significa “círculo”

(C. G. Jung, “La psicología y los problemas nacionales”; en: La vida simbólica I)

PSICOSIS.-

“Es sólo la imposibilidad de librase de un conflicto aplastante lo que lleva a la


enfermedad. Sólo cuando el individuo comprende que por sí mismo no puede
salir de sus dificultades y que nadie le ayudará, entra en un estado de pánico,
que provoca en él un caos de emociones y pensamientos extraños. Esta
experiencia pertenece al estado de incubación y pocas veces llega hasta el
psiquiatra, porque tiene lugar mucho antes de que alguien piense en consultar
a un médico. Si el psiquiatra logra encontrar una solución al conflicto, el
paciente puede ser salvado de una psicosis.”

30
“No cabe duda de que es muy improbable que una causa psicológica produzca
una enfermedad mental si no es apoyada por alguna predisposición específica.
Por otra parte puede existir una predisposición marcada, pero la psicosis no
estallará mientras se eviten conflictos serios y choques emocionales. Sin
embargo se puede afirmar casi con seguridad que la predisposición psicológica
lleva a un conflicto y de esta manera, en un círculo vicioso, a una psicosis”

(C. G. Jung, Psicología de la demencia precoz; en: Psicogénesis de las


enfermedades mentales)

RELIGIÓN.-

“Las representaciones simbólicas de todas las religiones son modos de


conformar de una forma típica, universalmente vinculante, los procesos
inconscientes (…)

Las formas que brotan de lo inconsciente del fundador son declaradas


universalmente válidas y de ese modo sustituyen a las fantasías individuales de
los demás (…)

La forma en que Cristo presentó al mundo el contenido de su inconsciente fue


aceptada y declarada vinculante para todos. Con ello quedaron condenadas a
la falta de vigencia y de valor todas las fantasías individuales, y fueron
perseguidas como heréticas, como lo muestra el destino del movimiento
gnóstico y de todos los herejes posteriores”.

(C. G. Jung, Tipos psicológicos, pag.77-78)

“Tomemos la eucaristía. Un dios es asesinado, atravesado con una lanza,


desmembrado y comido. Hasta el día de hoy, pinchar un pedazo de pan con

31
una lanza de plata es un ritual de la Iglesia griega. En los ritos aztecas,
Huitzilopochtli es asesinado y atravesado con una lanza. Su cuerpo está hecho
de una pasta compuesta por semillas de plantas, al igual que la hostia está
hecha de harina blanca, y los pedazos son distribuidos y comidos. La divinidad
unida y dividida. Piense en el uso que se hacía de la cruz en Yucatán. Es la
misma cruz que nosotros adoramos. O el mito de Dioniso. (Jung dio varios
ejemplos más.)

Los psiquiatras, al tratar sus casos, saben que estas cosas ocurren dentro del
alma de sus pacientes. Hay infinitas ideas, imágenes de lo inconsciente, que se
han comparado a conceptos mitológicos, pues se probó que eran idénticas”.

(Encuentros con Jung, William McGuire y R.F.C. Hull -eds., pag. 228)

“Hay que tener en cuenta que yo me ocupo de los fenómenos psíquicos que
son (como se puede demostrar empíricamente) las bases de los conceptos
metafísicos y que, cuando digo por ejemplo “Dios”, no puedo referirme a otra
cosa que a unos hechos psíquicos constatables y que por cierto poseen una
realidad estremecedora. A quien esto le parezca increíble le recomiendo que se
dé una vuelta por un manicomio (…) La tarea de una ciencia empírica no es
averiguar si ese contenido anímico está causado y determinado por la
existencia de una divinidad metafísica. Eso es asunto de la teología, de la
revelación y de la fe. Mi crítico parece no ser consciente de que, cuando habla
de Dios, está hablando primero desde su consciencia y después desde su
presupuesto inconsciente (…) No pongo en cuestión su convicción de estar en
relación viva con un tú divino, pero pienso que esta relación se refiere en
primer lugar a un contenido anímico autónomo que Buber define de una
manera y el Papa de otra”.

(C. G. Jung, La vida simbólica, O.C. vol. 18/2, “Religión y psicología” : una
respuesta a Martin Buber, pag. 232)

32
SALAMANDRA.-

“La salamandra simboliza el fuego de los alquimistas (…) La salamandra es el


sulphur incombustibile (azufre incombustible); nombre para la sustancia secreta
de la que surge el Lapis o filius sapientiae (…) La salamandra es una forma
transitoria e inmadura del filius philosophorum, es decir, del ser imperecedero
cuyo símbolo remite a lo mismo.”

(C. G. Jung, “Paracelso como fenómeno espiritual”; en: Paracélsica)

“El sulphur es “el principio masculino de Mercurio.”

(C. G. Jung, “El Espíritu Mercurio”; en: Simbología del Espíritu)

“El ortus [un animal mítico que reúne en sí los cuatro colores alquímicos] es el
animal que representa para los alquimistas la cuaternidad viva en su primera
síntesis. Para llegar a ser el ave espiritual eternamente viva necesita el fuego
transformador que se encuentra precisamente en África, es decir, la colisión –y
exploración- con la cuarta función y el alma animal, alma animal que nos sale al
encuentro en el animal ortus (…) A orillas del Mar Rojo encontró por lo tanto al
alma animal en forma de monstruo de la cuaternidad, que representa por así
decir la prima materia del sí-mismo que en cuanto Fénix se convierte en
símbolo del renacer. Se indica aquí claramente el misterio del contacto con el
alma animal, pero no sólo con ella, pues también –podría decirse que al tiempo
y en el mismo lugar- se produce el encuentro con el ánima, psicopompo
femenino que mostrará al autor el camino a Mercurius y le llevará hasta el
Fénix. Es interesante que el animal sea el portador simbólico del si-mismo.
Esta indicación de Maier se encuentra también en hombres modernos sin
ninguna noción de alquimia. [En nota: “Concretamente en forma de animales
simbólicos que aparecen en los sueños como estadio previo del sí-mismo”] Con
ello se expresa sin duda que la estructura de la totalidad está siempre
presente, aunque enterrada en un inconsciente más profundo donde siempre
puede volver a encontrársela”

(C. G. Jung, Mysterium Coniunctionis)

33
SEPARATIO.-

“Esta alma es sacada del huevo y liberada por medio del conocimiento y
también por medio de la espada. Así mismo es producida por separatio (…) La
separatio, por su parte, es representada no pocas veces como
desmembramiento de un cuerpo humano (…) El abrirse el pecho, la herida en
el costado y la muerte por el martirio son paralelos del sacrificio, el
despedazamiento, el despellejamiento, etcétera; y corresponden como estos a
la irrupción y manifestación del hombre interior [del Sí-mismo]”

(C. G. Jung, “Las visiones de Zósimo”; en: Psicología y simbólica del arquetipo)

“La separación del ánima femenina de una conciencia masculina orientada


hacia lo espiritual, que se afana por llegar a lo absoluto, es decir por obtener la
definitiva victoria del espíritu sobre el mundo de los sentidos (…) este proceso
es típico y aún hoy se puede observar en todas las neurosis masculinas.”

(C. G. Jung, “El árbol filosófico”; en: Psicología y simbólica del arquetipo)

SÍ-MISMO.-

“Empíricamente el sí-mismo aparece en sueños, mitos y cuentos en la figura de


la “personalidad de orden superior”, como rey, héroe, profeta, salvador, etc., o
en la figura de un símbolo de totalidad, como círculo, cuadrado, quadratura
circuli, cruz, etc.”

(C. G. Jung, Tipos psicológicos)

“Inmediatamente después de la pubertad, se hacen presentes


contenidos, tendencias, impulsos y fantasías ante una conciencia que por
diversos motivos no quiere o no puede asimilarlos. Ésta, para desembarazarse
de los molestos intrusos, reacciona con la represión, que toma diversas formas.

34
Se verifica entonces la regla según la cual cuánto más negativa es la actitud de
la conciencia, es decir cuánto más se resiste, más pretende desvalorizar todo y
más miedo siente, tanto más enojosa, atemorizadora y agresiva resulta la
expresión que adopta el contenido psíquico disociado (…) El primer encuentro
con el sí-mismo puede mostrar todas las propiedades negativas que casi
siempre son características del choque sin previa preparación con el
inconsciente. El peligro consiste en la posibilidad de una fatal inundación por lo
inconsciente, cuyos resultados, en caso de que se produzca un desarrollo
desafortunado, son de naturaleza psicótica. Ese desarrollo desafortunado
sobreviene cuando la conciencia no puede absorber ni intelectual ni
moralmente los contenidos que han irrumpido (…) El proceso de
transformación no es una ligera fantasía sino un proceso que se hunde en lo
somático o que, más aún, tiene allí su origen”

(C. G. Jung, El árbol filosófico, en: Psicología y simbólica del arquetipo)

“Mientras el SÍ-MISMO es inconsciente corresponde al Super-yo de Freud y


constituye una fuente de constantes conflictos morales. Si, en cambio, se lo
sustrae a la proyección y deja por lo tanto de ser la opinión de los demás, uno
llega a saber que uno mismo es el propio sí y el propio no. En tal caso el sí
mismo actúa como una unio oppositorum y constituye de ese modo la
experiencia inmediata de lo divino que puede ser aprehendida
psicológicamente.”

(C. G. Jung, El simbolismo de la transformación en la misa)

> Ver parte 2ª

35
SÍMBOLO.-

“En mi concepción el concepto de símbolo es rigurosamente distinto del


concepto de mero signo. El significado simbólico y el significado semiótico son
dos cosas enteramente distintas. Ferrero habla en su libro, si se toman las
cosas con rigor, no de símbolos sino de signos. Por ejemplo, el antiguo uso de
entregar al comprador un puñado de hierba al vender un terreno podría
calificarse vulgarmente de “simbólico”, mas por su naturaleza es algo
completamente semiótico. El puñado de hierba es un signo, que sustituye a la
totalidad del terreno. La rueda con alas de los empleados del ferrocarril no es
un símbolo del ferrocarril, sino un signo que indica la pertenencia a la sociedad
ferroviaria. El símbolo, en cambio, presupone siempre que la expresión elegida
es la mejor designación o fórmula posible de una situación factual
relativamente desconocida, pero cuya presencia se conoce o se exige. Por ello,
si llamamos símbolo a la rueda con alas del empleado del ferrocarril con ello
diríamos que aquel hombre tiene que ver con un ser desconocido que no
cabría expresar mejor ni de otra manera que mediante una rueda con alas.”

(C. G. Jung, Tipos psicológicos)

SÍMBOLOS DE TRANSFORMACIÓN.-

“El colgamiento en el ÁRBOL de la CRUZ no es un fenómeno único en la


mitología religiosa, sino que pertenece al mismo grupo de representaciones
que los demás. En este orden de ideas, la cruz de Cristo es a la vez árbol de la
vida y MADERO de muerte (…) Teniendo en cuenta que el árbol es todo un
símbolo de la MADRE, se adivina con facilidad el significado de ese modo de
sepultar. En cierto sentido, el muerto es encerrado en la madre a fin de
renacer. Encontramos este símbolo en el mito de Osiris tal como lo refiere
Plutarco (…)

De tal suerte se explica el destino de Osiris: entra en el seno materno, en el


cofre, en el mar, en el árbol, en la columna de Astarté; es despedazado,
reconstituido luego y reaparece bajo los rasgos de Hor-pi-khrud, su propio hijo
(…)

36
Encontramos también el tema del ENVOLVIMIENTO en la historia del
nacimiento de Buda (…) Sea como fuere, de lo que llevamos expuesto cabe
deducir que la magia del rejuvenecimiento se vincula con la HIEROGAMIA. La
desaparición y escondite en el bosque, en la gruta, a orillas del mar, el
envolvimiento por la mimbrera, simbolizan la muerte y el renacimiento (…)

El TESORO que el héroe arranca de la cueva oscura, es la vida; es él mismo,


renacido de la oscura cavidad de las entrañas maternas en que lo había
sumido la introversión o regresión (…)

A la serpiente y al árbol les corresponde especialmente la significación de


guardianes y defensores del tesoro (…)

El héroe en su calidad de apegado a la madre es el DRAGÓN; en la de


renacido de la madre, el vencedor del dragón”.

“El símbolo del AGUA (…) en los sueños y las fantasías, el mar o cualquier
gran conjunto acuático significa LO INCONSCIENTE (…)

La MADRE representa lo inconsciente (…)

El DRAGÓN como imagen negativa de la madre (…)

Marduk creó el universo sacándolo de su madre (…) La matanza del dragón-


madre (…) El mundo se crea a base de la madre, es decir, con la libido
arrebatada a la madre (por el sacrificio), e impidiendo la regresión que
amenazaba subyugar al héroe (…)

El PUER AETERNUS sólo tiene una vida breve, pues siempre es mera
anticipación de algo deseable y anhelado (…) sólo vive por y a través de la
madre y no echa raíces en el mundo (…) de lo cual son ejemplos perfectos los
hijos de los dioses del Asia Menor, como Tammuz, Attis, Adonis y Cristo (…)

37
En el sacrificio de Mithra, el instinto no es dominado en la forma de la
subyugación arcaica de la madre, sino renunciando a él (…)

El HÉROE que combate al dragón tiene muchos rasgos comunes con éste (…)
DRAGÓN y hombre podrían ser un par de hermanos, así como CRISTO se
identifica con la SERPIENTE (…) En calidad de serpiente ha de ser crucificado;
es decir, como hombre que sólo puede pensar y desear lo humano y que por lo
tanto nunca puede hacer sino mirar de nuevo hacia atrás, sintiendo nostalgia
de la infancia y de la madre, y morir al dirigir su mirada al pasado (…)

Cristo, como héroe y hombre-dios, significa psicológicamente el SÍ-MISMO,


representa la proyección de este arquetipo (…)

También el héroe, y él más aún que los otros, vuelve a encontrar a la madre en
la mujer (…) El ANIMA, arquetipo de lo femenino, aparece primeramente en la
figura de la madre y desde ella se transfiere luego a la amada (…).

El problema consiste en la integración de lo inconsciente, esto es, en la


agregación de “consciente” e inconsciente”. He llamado a este proceso proceso
de individuación (…) En esta fase, el símbolo de la madre ya no se refiere
retrospectivamente a los comienzos, sino a lo inconsciente como matriz
creadora de futuro”.

(C. G. Jung, Símbolos de transformación)

38
SÍNCRONICIDAD.-

“La sincronicidad supone la simultaneidad de determinado estado psíquico con


uno o varios sucesos externos cuyo sentido parece paralelo al estado subjetivo
momentáneo”.

“El fenómeno de la sincronicidad consta pues de dos factores:

1º Una imagen inconsciente. (…)

2º Con ese contenido coincide una situación objetiva”.

“La sincronicidad en sentido estricto sólo es un caso especial de un orden


general acausal, concretamente, la homogeneidad de los procesos psíquicos y
físicos”.

“Los arquetipos no aparecen única y exclusivamente en el ámbito psíquico,


también pueden hacerlo en circunstancias no psíquicas. (Homogeneidad de un
proceso físico exterior con uno psíquico)”.

(C. G. Jung, La dinámica de lo inconsciente, “Sincronicidad como principio de


conexiones acausales”)

“Cuando un contenido psíquico rebasa el umbral de la consciencia,


desaparecen sus fenómenos marginales sincronísticos.”

(C. G. Jung, Consideraciones teóricas acerca de la esencia de lo psíquico; en:


La dinámica de lo inconsciente)

“Cuando un suceso interno no se hace consciente, entonces acaece


externamente como destino; es decir: si el individuo se mantiene unitario y no
hace conscientes sus antítesis internas, entonces el mundo tiene que
representar ese conflicto y quedar partido en dos”.

39
(C. G. Jung, Aion)

> Ver parte 2ª

SUEÑOS.-

“El sueño nos proporciona mediante un lenguaje alegórico, esto es, mediante
una representación sensorialmente concreta, ideas, juicios, interpretaciones,
directivas y tendencias que, por represión o simple desconocimiento, eran
inconscientes. Puesto que son el contenido de lo inconsciente y puesto que el
sueño es un derivado de los procesos inconscientes, éste será precisamente
una representación de los contenidos inconscientes. No existe, sin embargo,
una representación de los contenidos inconscientes en general, sólo
determinados contenidos que la situación consciente momentánea cita y
escoge por asociación. Considero esta constatación un punto de vista muy
importante en la práctica. Si queremos interpretar un sueño correctamente,
necesitamos un conocimiento sólido de la situación consciente momentánea,
pues el sueño contiene su ampliación inconsciente, es decir, el material que
está constelado en lo inconsciente por la situación consciente momentánea.”

(C. G. Jung, Puntos de vista generales acerca de la psicología de los sueños;


en: La dinámica de lo inconsciente)

“La meta del análisis de los sueños no es ejercitar la mente, sino buscar y
hacer conscientes los contenidos que hasta el momento habían sido
inconscientes y que se consideran relevantes para explicar o tratar una
neurosis.”

“El sueño describe la situación interior del soñante, la verdad y la realidad de la


cual no es reconocida, o sólo de mala gana, por la consciencia.”

40
“La idea de que los sueños son el cumplimiento de deseos reprimidos está
superada desde hace mucho tiempo. Sin duda, algunos sueños exponen
deseos o miedos cumplidos, pero hay muchos tipos más de sueños. Los
sueños pueden ser verdades implacables, sentencias filosóficas, ilusiones,
fantasías desenfrenadas, recuerdos, planes, anticipaciones, visiones
telepáticas, experiencias irracionales y Dios sabe cuántas cosas más.”

“También la imagen onírica manifiesta es el sueño mismo y contiene todo el


sentido.”

“Siempre vale la pena preguntar: ¿qué actitud consciente es compensada por


el sueño?”

“Sin conocimiento de la situación consciente nunca se podrá interpretar un


sueño con la menor seguridad.”

“Muy a menudo se produce nada más empezar el tratamiento un sueño que le


desvela al médico todo el programa de lo inconsciente a largo plazo. Esto es
posible porque el médico conoce los símbolos relativamente fijos. Pero por
razones prácticas todavía es completamente imposible explicarle al paciente el
significado profundo del sueño. También a este respecto nos limita la
consideración práctica. Ese conocimiento puede tener mucho valor para el
pronóstico y para el diagnóstico.”

“Es fácil soñar con la propia muerte, pero no es en serio. Cuando lo es, el
sueño habla otro lenguaje.”

“El camino de las asimilaciones sucesivas [de contenidos inconscientes] va


mucho más allá del éxito curativo interesante desde el punto de vista médico y
conduce a la lejana meta que tal vez fue la primera causa de la vida, a saber: la
realización total del hombre completo, la individuación.”

(C. G. Jung, La aplicabilidad práctica del análisis de los sueños; en: La práctica
de la psicoterapia)

41
“Unconsciously the child already has all the psychology of an adult. As it is,
from birth onward –one could even say already from before birth –the individual
is what it will be. In the disposition, the basic blueprint is already there very
early. Such early dreams come out of the totality of the personality, and that is
why they allow us to see a great deal of what we late miss in it.”

(C. G. Jung, Children’s dreams)

> Ver parte 2ª

TRANSFERENCIA.-

“La gran importancia de la transferencia suele llevar al error de creerla


absolutamente indispensable para la curación, por lo que muchos consideran
que debe ser, por así decir, provocada. Pero la transferencia es tan poco
susceptible de ser provocada como un credo. Un credo sólo tiene valor cuando
subsiste por sí mismo. Una fe impuesta no es más que una ficción”.

(C. G. Jung, “La psicología de la transferencia”; en: La práctica de la


psicoterapia)

TRINIDAD Y CUATERNIDAD.-

En los sueños modernos la cuaternidad es una creación de lo inconsciente (…)


Lo inconsciente a menudo se haya personificado por el ánima –una figura
femenina-. Al parecer el símbolo de la cuaternidad proviene de ella (…) Pero
como la mujer, al igual que el mal, queda excluida de la divinidad en el dogma
de la trinidad, el elemento del mal constituiría también una parte del símbolo
religioso, si el último fuese una cuaternidad. (…) Cristo como Dios es también,
al par, la Trinidad, que se convierte en cuaternidad por agregársele una cuarta

42
persona- la reina. La visión de mi paciente es una representación simbólica a
una cuestión que data de siglos (…) Fue la primera referencia a una posible
solución del conflicto fatal entre la materia y el espíritu, entre los apetitos del
mundo y el amor a Dios (…) El mándala expresa a la divinidad por el ritmo
triple, y al alma por la cuaternidad estática (…) Y así, el significado íntimo de la
visión no sería nada menos que la unión al alma con Dios. (…) Y este sueño, a
su vez, constituyó la respuesta al problema del tres y del cuatro, representado
en un sueño aún anterior. Allí se refería a un ambiente cuadrangular a cuyos
lados hallábanse cuatro vasos llenos de agua coloreada; una amarilla, otra roja,
la tercera verde y la cuarta no tenía color. Faltaba, evidentemente, el azul (…)
La causa de esa evidente alteración fue una resistencia contra el elemento
femenino representado por el ánima. (…) En nuestro caso (…) algunos
contenidos hallábanse suprimidos y otros reprimidos.

(C. G. Jung, Psicología y religión; en: Acerca de la psicología de la religión


occidental y de la religión oriental)

43
PARTE 2ª

44
AFECTOS.-

“Our affects are the inner manifestations of Yahweh.

But this is very difficult to grasp, because we identify with our affects. We even
call them ours –“my affect,” “my anger,” “my love.” It would be more accurate to
leave out the personal possessive pronoun. We tend to identify with our affects
and so long as we do that we cannot see them objectively as objects. If I fall
into a rage or a passion of any kind, in the terms of this book that we are
studying, those phenomena are manifestations of Yahweh.

That won’t be hard for you to accept once you accept one other equation,
namely Yahweh equals the unconscious. It won’t be hard for you to accept that
affects are products of the unconscious. We don’t generate them –they happen
to us. Yahweh = the unconscious. For the purpose of Answer to Job, that’s the
equation to keep in mind.”

(Edward F. Edinger, Transformation of the God-Image)

> Ver parte 1ª

ALQUIMIA.-

“What makes alchemy so valuable for psychotherapy is that its images


concretize the experiences of transformation that one undergoes in
psychotherapy.

Taken as a whole, alchemy provides a kind of anatomy of individuation. Its


images will be most meaningful, of course, to those who have had a personal
experience of the unconscious.”

45
(Edward F. Edinger, Anatomy of the psyche)

ANIMA/-US.-

“El inconsciente siempre se muestra a la conciencia en forma de imágenes


personificadas.”

(Espejos del yo , edición a cargo de Christine Downing)

“Como patrón emocional el anima consiste en los impulsos inconscientes del


hombre, sus disposiciones de ánimo, aspiraciones emocionales, ansiedades,
miedos, inflaciones y depresiones, así como su potencial para la emoción y la
relación.”

(Edward C. Whitmont, Anima: la mujer interior; en: Espejos del yo)

“Una mujer que se encuentra discutiendo de la manera más irritantemente


ilógica (“¿irritante para quién?” nos haría preguntar Mary Daly), aferrándose a
una opinión irrelevante como un perro a un hueso, probablemente padece la
primera forma de “animus negativo” que acabamos de describir: la voz
autodenigradora.

(Demaris Wehr, Animus: el hombre interior; en: Espejos del yo)

“Es necesario conocer bien a la gente antes de lograr saber cómo se trata en
realidad a sí misma. ¿Se toma en serio? ¿Se trata como si fuera un niño? La
manera en que alguien se siente con respecto a su propio y profundo ser
interior es lo que caracteriza su actitud anima/us”

“La actitud interna se correlaciona con un complejo funcional [pensamiento,


sentimiento, intuición, sensación] tan específico como la actitud externa”

46
“El anima/us es una actitud que rige la propia relación con el mundo interno del
inconsciente: la imaginación, las impresiones, ideas, estados de ánimo y
emociones subjetivas”

“La definición esquemática habitual consiste en decir que el anima es lo


femenino interno en un hombre y el animus es lo masculino interno en una
mujer”

“Por ejemplo, se dice de un hombre que frecuentemente se encuentra


malhumorado que tiene “un problema de anima”. Su anima, en lugar de ayudar
en el manejo de sus emociones, desata un estado de ánimo que se expande
como un gas en la consciencia del yo y lleva consigo, pegada por así decirlo,
una cantidad de emociones primarias e indiferenciadas. Es sabido que esto
interfiere con el funcionamiento del yo, si no algo peor. El yo de este hombre se
identifica con la personalidad anima que, por lo general, es hipersensible y está
saturada de emotividad. Su anima no está desarrollada y, en lugar de ayudarle
a lidiar con un estado de ánimo abrumador, le envuelve y le hunde aún más en
ese estado.”

“De manera similar, una mujer con un “problema de animus” también está
abrumada por su inconsciente, generalmente por pensamientos y opiniones
que tienen una carga emocional considerable que la controlan más de lo que
ella logra controlarlos. El efecto no difiere mucho en relación al hombre poseído
por el anima, sin embargo en el caso de la mujer el acento suele ser más
intelectual. Estas ideas y opiniones autónomas terminan por perturbar su
adaptación al mundo externo porque se expresan con la energía emocional de
un camorrista. Con frecuencia estas emociones terminan causando estragos en
sus relaciones porque aquellos que la rodean se sienten impelidos a crear
escudos protectores cuando está con ella. Se sienten incómodos y a la
defensiva en su presencia. Por más que ella trate de ser receptiva y crear
intimidad, no lo logra porque su yo está sujeto a invasiones de energía
disruptiva que la convierten en todos menos en ese ser cariñoso y gentil que
ella desearía ser. Se vuelve abrasiva, dominada por un ansia inconsciente de
poder y control. Esto es lo que Jung llamó posesión por el animus. El animus
es una personalidad poderosa y no congruente con el yo o la persona deseada.
Es “otro”.

47
Cuando los hombres están en las garras del anima adoptan la tendencia a
aislarse dentro de sus sentimientos heridos; cuando las mujeres están en las
garras del animus tienen tendencia a atacar”. Esta es una distinción
convencional entre los géneros, por supuesto sujeta a revisión a la luz de los
recientes desarrollos culturales. Sin embargo, en ambos casos, sea cual sea el
contenido de la “posesión”, el mundo interior inconsciente no está
suficientemente refrenado, contenido, y la necesidad emocional e irracional
irrumpe perturbando las relaciones normales con los otros y con la vida en
general”

(Murray Stein, El mapa del alma según Jung)

“Jacobson planteó que, cuando las experiencias tienen un tenor emocional


positivo, se acumulan en la psique del infante imágenes de una madre amorosa
y dadivosa y de un self feliz y contenido; por el contrario, cuando las
experiencias tienen un tenor emocional de frustración o disgusto, se acumulan
imágenes de una madre frustrante y sin amor [la “madre terrible”] y de un sí
mismo enfadado y frustrado.

El sentimiento más profundo que uno tiene de sí mismo y de los otros [el
anima/-us] es el resultado final de la consolidación de estas imágenes más
tempranas que nos dan un juego de lentes a través de las cuales filtramos en
forma constante las subsiguientes experiencias”.

Según Sullivan, “cuando la ansiedad no constituye una amenaza, el sistema


de self pasa a integrarse con el trasfondo: las necesidades de satisfacción
emergen y operan como tendencias integradoras, llevando al individuo a
satisfactorias interacciones mutuas con otros. En cambio, cuando está la
amenaza de la ansiedad, domina el self: controla el acceso a consciencia,
produce interacciones que han sido exitosas en el pasado para minimizar la
ansiedad y modela en forma selectiva las impresiones individuales de sí mismo
y de las demás personas con las que está tratando”.

(Stephen A. Mitchell y Margaret J. Black, Más allá de Freud)

48
“El “alma” es pues una función de relación entre consciente e inconsciente. Es
la nueva personalidad interna que se ha forjado en el sujeto, el modo en que
éste se vive interiormente a sí mismo. [“Entiendo por alma un complejo
funcional determinado y circunscrito, al que la mejor manera de caracterizarlo
sería llamarlo “personalidad” (Jung, Tipos psicológicos)] El ánima, en cambio,
es la personificación, la figura en la que el protagonista ha proyectado lo
desconocido de sí mismo, y el principio femenino inconsciente. Mientras sus
contenidos sean autónomos y se vivan de modo inconsciente, siendo sólo
reconocidos en la proyección externa, estamos ante el ánima como “fuente de
ilusiones de toda especie y origen de inacabables confusiones en los hombres
y las cosas” (Jung, La psicología de la transferencia). A medida que esos
contenidos se diferencian de las proyecciones externas y se integran con el yo
consciente se disuelven y se transforman en “alma”, en componentes de la
psique, mediadores entre lo consciente y lo inconsciente. Gracias a la nigredo y
a la purificación que implica, los valores inconscientes del ánima son
reconocidos e integrados en la conciencia, se transforman en “alma”; puede
hablarse entonces del “alma” a diferencia del ánima. Es evidente, como
advierte Jung, que este peculiar concepto de “alma” no tiene nada que ver con
el concepto cristiano. Esta diferencia es importante porque el “regreso del
alma”, simbolizado por la visión de Beatriz niña, significa el comienzo de la
realización, de la actualización consciente de la “unión de los opuestos”:
“significa la conjunción de la conciencia con lo inconsciente, es decir, la función
transcendente propia del proceso de individuación” (Jung, La psicología de la
transferencia)”.

“¿Qué representa ahora Beatriz? ¿El “alma” o el ánima de Dante? A mi modo


de ver la imagen de Beatriz niña simbolizaría el “alma”, aquello que ha sido
estructurado y construido en la conciencia por la unión y síntesis de los
opuestos y que se consolida como personalidad propia.”

“El ánima pertenece pues a lo inconsciente pero está en contacto con el “alma”;
modela a su semejanza los componentes de esta última, siendo capaz de
abrirle las puertas de lo inconsciente colectivo”.

(Rosario Scrimieri, Despertar el alma : estudio junguiano sobre la Vita nuova)

> Ver parte 1ª

49
APEGO.-

“Hasta finales de la década de 1960 la psicología académica insistía en que el


apego entre madres e hijos no era más que una forma de comportamiento que
se adquiría mediante el “condicionamiento operante”: de acuerdo con esta idea,
el niño sentía apego hacia su madre porque ésta le recompensaba
repetidamente con alimento. Esta concepción fue bautizada con el apropiado
nombre de teoría del “amor interesado”, y puede decirse que nadie la puso en
duda hasta que fue atacada por el psiquiatra británico John Bowlby, en un
artículo hoy famoso publicado en 1958. Bowlby defendía de modo convincente
que el apego se producía no tanto por aprendizaje como por instinto. Madres e
hijos no necesitaban aprender a amarse porque estaban programados de
manera innata para hacerlo desde el mismo instante del nacimiento. La
formación de los vínculos de apego es una expresión directa de la herencia
genética de nuestra especie, afirmaba Bowlby.

Así pues, la teoría de Bowlby concordaba a la perfección con la idea junguiana


de que el vínculo madre-hijo se forma a partir de unos sistemas arquetípicos
que actúan inconscientemente en la psique de ambas partes: cada una de ellas
constituye el campo perceptivo responsable de evocar el arquetipo en la otra.
El hecho de que este proceso esté impregnado de la experiencia del amor
enriquece su significado para ambas partes. A la madre le concede la energía y
la determinación necesarias para proporcionar a su desvalida carga su sistema
de apoyo vital en un mundo hostil o indiferente. Para el niño, este amor es la
base de toda su seguridad futura.”

(Anthony Stevens, Jung o la búsqueda de la identidad)

50
ARQUETIPO.-

“Con la constelación de un arquetipo, en otras palabras, está invariablemente


vinculada también una profunda conmoción bio-psíquica (…) Pero el influjo
dinámico del arquetipo va más allá de su influjo instintivo inconsciente,
persistiendo como una determinación volitiva inconsciente de la personalidad
que influye decisivamente en el humor, inclinaciones y tendencias de ésta, y,
por último en sus opiniones, propósitos e intereses, su consciencia y la
idiosincrasia y propensión específicas de su espíritu. Cuando es percibido, el
contenido que opera ese influjo inconsciente sale al paso de la consciencia en
la figura simbólica de una imagen (…) La representación de los instintos en la
consciencia, es decir, su tornarse visible en imágenes (…) El plano instintivo
del impulso y el plano de las imágenes de la consciencia son así uno y el
mismo pese a su aparente oposición (…) Sin embargo, el plano de las
imágenes en el que el arquetipo se torna visible para la consciencia es el
símbolo, en el cual se manifiesta la actividad de lo inconsciente susceptible de
tornarse consciente.”

(Erich Neumann, La Gran Madre)

> Ver parte 1ª

AZUFRE.-

“El azufre (…) es una de las materias básicas más importantes en el proceso
alquímico (…) es el amante de la figura alquímica de la novia y así en ese
estilo, y es un ladrón que interfiere con la pareja amorosa. Así pues, se podría
interpretar al azufre como el verse impulsado, como un estado de ser
impulsado (…) el estado o cualidad de verse arrastrado o abrumado. Si se lo
considera desde cierto ángulo religioso, eso naturalmente sería el diablo; es el
sexo, por ejemplo, pero en el sentido de ser arrebatado por lo sexual, o sería lo
sexual en su forma abrumadora, es decir, como algo que uno no tiene bajo su
control. El azufre es la parte activa de la psique, la parte que tiene un objeto
definido (…) el azufre rojo (…) se lo considera como la cualidad masculina
activa (…) es un factor subyacente en la vida psíquica, y es siempre lo que hay
que desenterrar primero, porque es la prima materia”

51
(Marie-Louise von Franz, Alquimia)

COMPLEJOS.-

“It is well known that Jung (…) states in several places that complexes are
contents of the personal unconscious whereas the content of the collective
unconscious consists of archetypes.

But these statements of Jung’s do not agree with what he writes in other places:
that there are two different categories of complexes, of which the one is created
on the basis of personal experiences in the individual’s life while the other
consists of complexes that were never before conscious and therefore could not
have been repressed. These complexes arise from the collective unconscious,
and at certain threshold situations in psychic life they function to facilitate a
different, new attitude of consciousness and contain irrational contents of which
the individual has never before been conscious”.

(Hans Dieckmann, Complexes : diagnosis and therapy in analytical psychology)

“En consecuencia, se reprime las más atemorizantes y perturbadoras unidades


formadas por imágenes del sí-mismo e imágenes objetales bajo la influencia de
afectos primitivos, y esta represión impide la ulterior diferenciación e
integración de aquellas dentro de la personalidad total. Perduran entonces en
el ello, en un estado relativamente inmodificado, primitivas e irreales
representaciones del sí-mismo y del objeto, junto con sus respectivas
disposiciones afectivas, de naturaleza también primitiva y abrumadora”.

“El sector reprimido del ello tendría una organización interna, así como
estructuras específicas formadas por autoimágenes, imágenes objetales y
componentes instintivos inaceptables”.

(Otto Kernberg, La teoría de las relaciones objetales y el psicoanálisis clínico)

> Ver parte 1ª

52
CONIUNCTIO.-

“Somos conscientes de que esa esperada coniunctio para una razón analítica y
reductiva “no es más” que un símbolo, “no es más” que un juego de la
imaginación en el que se puede dejar prender y autoengañar el yo consciente,
hasta el límite en que se lo permitan la función del pensamiento y la presión del
principio de realidad, pero la experiencia de la vida psíquica, donde las
manifestaciones de lo consciente e inconsciente viven en comunicación y
contacto, demuestra que ciertos símbolos y visiones representan fenómenos
psíquicos fundamentales sobre la transmutación de la energía interna que no
encuentran en otra imagen mejor que en la de ellos mismos la forma de su
representación; y en este sentido, es necesario reconocer –y ese es el
mysterium coniunctionis- que el símbolo de la coniunctio es un poderoso
propulsor de la transmutación de la energía hacia niveles que ya no son los de
las exigencias naturales sino los de la vida del espíritu.”

(Rosario Scrimieri, Despertar el alma : estudio junguiano sobre la Vita nuova)

“The coniunctio, and the process that creates it, I consider to represent the
creation of consciousness, which is an enduring psychic substance created by
the union of opposites. I go into this idea in considerable detail in The Creation
of Consciousness.”

(Edward F. Edinger, The Mystery of the Coniunctio)

“The union of opposites that have been imperfectly separated characterizes the
nature of the lesser coniunctio (…) As they lie together, the dragon aspect of
the instinctual relationship (lust) is constellated.The ensuing coniunctio is a
dismemberment of the dragon (primitive desirousness) and is followed by its
transformation into spirit (hidden wind).”

“Agustine makes an amazingly explicit identity between the coniunctio and the
crucifixion”

(Edward F. Edinger, Anatomy of the Psyche)

53
EXPERIENCIA DE LO ARQUETÍPICO.-

“La experiencia de lo arquetípico –si entra a lo que Winnicott ha llamado la


tercera área, la de la ilusión, el área “como si” de la psique-, más que
distorsionar la realidad, enriquece el mundo interior. Esta tercera área se
establece cuando el ego ha alcanzado cierto nivel de confiabilidad, después
que el bebé ha pasado por lo que Klein ha denominado “posición depresiva”

(Rosemary Gordon, Puentes : metáfora de los procesos psíquicos)

“As Susan Deri has emphasized in her critique of D. W. Winnicott’s idea of


transitional space (which is akin to the subtle body concept), transitional
phenomena cannot be located either inside, outside or even between people.
These phenomena apply to another dimension of existence, a third area whose
processes can only be perceived by the eye of the imagination. Notions of
location are, in fact, inadequate.

Generally speaking, the alchemists’ approach addressed processes in this third


area. They called both this area and the process occurring therein Mercurius”

(Nathan Schwartz-Salant, The borderline personality : vision and healing)

“En la vida diaria de la infancia podemos observar cómo explota el bebé este
tercer mundo ilusorio que no es ni la realidad interna ni el hecho externo, y que
nosotros le posibilitamos al bebé (…) He denominado “objetos transicionales” a
los así usados, y “fenómenos transicionales” a las técnicas empleadas. Estos
términos dan a entender que existe un estado temporario que pertenece a la
temprana infancia en el cual al bebé se le posibilita pretender un control mágico
de la realidad externa, control que, según sabemos, se vuelve real gracias a la
adaptación de la madre –pero el bebé todavía no lo sabe-. El “objeto
transicional” o primera posesión es un objeto que el bebé ha creado, aunque al
mismo tiempo que decimos esto sabemos que es, en efecto, un pedazo de
frazada o el fleco de una manta o un pañuelo (…) De estos fenómenos
transicionales parte mucho de lo que admitimos en diverso grado y valoramos
enormemente bajo los rótulos de religión y arte, así como las pequeñas locuras

54
legítimas en el momento en que suceden, según la pauta cultural
prevaleciente”

(D. W. Winnicott, La naturaleza humana)

“El objeto transicional es simbólico del objeto interno, al que la presencia viva
de la madre mantiene vivo”

(D. W. Winnicott, El destino del objeto transicional; en: Exploraciones


psicoanalíticas I)

“Ese espacio potencial [la tercera área] varía en gran medida de individuo en
individuo, y su fundamento es la confianza del bebé en la madre,
experimentada durante un periodo lo bastante prolongado, en la etapa crítica
de la separación del no-yo y el yo, cuando el establecimiento de la persona
autónoma se encuentra en la fase inicial”

(D. W. Winnicott, Realidad y juego)

“Por ejemplo, un niño puede desarrollar un fuerte apego a un juguete blando,


una manta o un trapo, casi a cualquier cosa que pueda chuparse o abrazarse.
El doctor D. W. Winnicott, que ha estudiado este fenómeno, llamaba objetos de
transición a estas cosas tan queridas, y afirmaba que su uso representa el
comienzo de la capacidad de utilizar símbolos. Los objetos de transición son
símbolos de la madre. Tienen un valor especial para el niño cuando se acuesta
por la noche, o cuando se siente solo o inquieto, porque poseen el poder
mágico de hacer simbólicamente presente a la madre ausente.”

(Anthony Stevens, Jung o la búsqueda de la identidad)

55
“Indeed, in his study of the transference, Jung discovered the value of
alchemical imagery to understand the “third area” of interaction between analyst
and analysand. Notably in Psychology and alchemy, Psychology of the
transference and Mysterium coniunctionis, Jung recognizes that certain
alchemical imagery can represent the unconscious underside of a human
relationship (…) Just as archetypal contents create a third area that cannot be
sufficiently apprehended through the model of projection (…) The explicit reality
of “in between” or “third areas” that do not obey causal laws.”

(Nathan Schwartz-Salant, The mystery of human relationship)

“For the modern man, a conscious encounter with the autonomous archetypal
psyche is equivalent to the discovery of God. After such an experience he is no
longer alone in his psyche and his whole world view is alered”

(Edward F. Edinger, Ego and Archetype)

“Cuando los opuestos se unifican en el símbolo del sí-mismo que se ha vuelto


efectivo, entonces no sólo la vida y la muerte se reconcilian, sino también la
realidad y la realidad psicológica. Así, lo exterior y lo interior ya no son vividos
como reinos ajenos uno para el otro.”

(Linda Fierz-David, La villa de los misterios de Pompeya)

“Fueron sobre todo las descripciones que hizo Winnicott de los objetos
transicionales y del espacio intermedio las que me hicieron ver que la
capacidad de experiencia simbólica se basa en complejos procesos de
maduración. Si, por la razón que sea, dichos procesos se truncan en la más
tierna infancia, la vívida relación con las dimensiones simbólicas se verá
perjudicada en mayor o menor grado. De este modo, vi que sería poco realista
esperar que todos los pacientes se beneficiaran de una interpretación
junguiana de los sueños (…) Suele llevar algún tiempo, así como un ánimo
oportuno antes de que sean capaces de utilizar al analista de acuerdo a sus
necesidades psíquicas. La tarea del analista consiste en responder a esas
necesidades con sensibilidad, comprendiéndolas mediante su empatía y sus
reacciones de contratransferencia.”

56
Mario Jacoby, ¿Qué demonios hago con los pacientes en mi consulta?; en:
Analistas junguianos (Edición a cargo de J. M. Spiegelman)

EXPERIENCIA NUMINOSA.-

“Alcanzar las experiencias numinosas, aun siendo significativo en sí mismo, no


tenía una transcendencia definitiva, sino que más bien servía para obtener los
ingredientes esenciales (la prima materia de la que hablaban los alquimistas)
para las siguientes fases de depuración en las que habría de entrar la opus de
la individuación. Estas experiencias de lo numinoso eran algo con lo que había
que trabajar.”

“La explicación psicológica de las experiencias numinosas como las que relata
Rudolf Otto en su importantísimo libro Lo santo, por ejemplo, radica en el
mecanismo de la proyección, por el cual los contenidos inconscientes se
“perciben” en objetos físicos, en rituales, o en sonidos que los suscitan. El
psicólogo afirma que en la experiencia religiosa el ego está experimentando un
contenido de lo inconsciente en forma de proyección. Cuanto más simbólica es
la experiencia, más arquetípico es dicho contenido.”

“Esta clase de experiencias crea unos símbolos que conectan lo consciente y lo


inconsciente, y nos brindan “pistas” que pueden ser decodificadas como
mensajes. Estas pistas a su vez pueden conducirnos a una visión más
profunda de la vida desde el punto de vista del inconsciente colectivo y, si es
posible llevarlas a la consciencia, son esenciales para el proceso psicológico
de la individuación. Esta transformación de un estado (el espiritual) a otro (el
psicológico) recibe el nombre de sublimación.”

“Una vez sublimadas de esta manera, las imágenes arquetípicas quedan


incorporadas al tejido de la identidad consciente de la persona. Quedan
integradas. Como espíritu y transcendencia sublimados, le ofrecen curación,
pues liberan a la persona de las limitaciones del marco puramente inmediato y
temporal del ego.”

57
(Murray Stein, El principio de individuación)

“El más mínimo acontecimiento puede transformarlo todo si la persona es


sensible a su sentido.”

(Linda Fierz-David, La villa de los misterios de Pompeya)

FEMENINO TRANSFORMADOR.-

El varón experimenta este aspecto de lo femenino [el aspecto


transformador] directa e indirectamente como una provocación, como algo que
le pone en movimiento y le obliga a transformarse (…) El ánima es el vehículo
principal del carácter transformador (…) Con el desligamiento de una entidad
de carácter anímico, el ánima, del Gran Femenino, de lo inconsciente, no sólo
se modifica la relación del yo con el inconsciente, o del varón con la mujer, sino
que la manera en que lo inconsciente influye en la psique adopta también a
partir de aquí nuevas y creativas formas (…) Este proceso implica también un
peligro (…) Incluso allí donde la personalidad choca con la oposición de la
naturaleza transformadora de lo femenino en la forma de una entidad negativa
y animada por intenciones hostiles al agredir y al defenderse, su
enfrentamiento con ella la conduce a tensarse, cambiar y crecer (…) Por
grande que sea el peligro ligado a su figura, el ánima nunca es terrible en el
mismo sentido que la Gran Madre, a la que nada importan la independencia del
individuo y del yo. Verdad es que las numerosas princesas cuyos enigmas han
de ser resueltos matan a los pretendientes que se demuestran incapaces de
descifrarlos. Pero si lo hacen es sólo para entregarse de buen grado al
vencedor, cuya superioridad, de la que éste da prueba al solucionar el enigma,
las redime también a ellas, en realidad idénticas al mismo enigma que
proponen”

(Erich Neumann, La Gran Madre)

58
GNOSTICISMO.-

“Cuando Occidente quedó perdido para la interioridad espiritual, lo único que


quedó fue la creencia, o el eufemismo religioso que la sustituye, la fe. Jung,
como gnóstico moderno que era, castigó implacablemente el prevaleciente
énfasis religioso puesto en la fe, a la que se daba prioridad sobre la experiencia
interior (…) De este modo, dijo Jung, lo divino “degenera en un objeto externo
de adoración” y “queda privado de su misteriosa relación con el hombre
interior.”

(Stephan A. Hoeller, Jung y los evangelios perdidos)

IMAGEN DE DIOS.-

“More specifically, the term God-image is synonymous with a particular aspect


of the Self –what would be called the collective Self. In other words, it is a
transpersonal center shared by a whole body of humanity and may have more
than an individual reference”

(Edward F. Edinger, The new God-image)

INDIVIDUACIÓN.-

“Por eso Jung podía decir que, sin lugar a dudas, la meta del desarrollo
anímico era el proceso de convertirse en uno mismo (la individuación), en cuyo
transcurso las grandes polaridades o pares de opuestos de la vida se fusionan
en una unidad: lo consciente y (al menos en parte) lo inconsciente, la luz y la
oscuridad, lo masculino y lo femenino, y ello en la figura de aquella imagen del
alma que en el hombre constituye la femineidad interna (anima) y en la mujer la
masculinidad interna (animus).”

59
(Gerhard Wehr, Carl Gustav Jung : su vida, su obra, su influencia, pag. 194)

“Individuation is both simple and impossible to define. In its simple definition,

“Individuation means becoming as single, homogeneous being, and, in so far as


“individuality” embraces our innermost, last, and incomparable uniqueness, it
also implies becoming one’s own self. We could therefore translate individuation
as “coming to selfhood” or “self-realization”. [C.G. Jung, Two Essays on
Analytical Psycology, CW 7, par. 266]

Its impossible definition can be approached by reading Jung’s Mysterium


Coniunctionis in its entirety. About this book Jung says, “The entire alchemical
procedure for uniting the opposites, which I have described in… [Mysterium
Coniunctionis] could just as well represent the individuation process of a single
individual.” [ Mysterium Coniunctionis, CW 14, par. 792]

By yet another definition, individuation is the process of the ego’s encounter


with and progressive relation to the Self. Unfortunately, this merely replaces one
unknown term with another. Such definitions become comprehensible only
when one has experienced the realities to which they refer.”

(Edward F. Edinger, The Bible and the Psyche)

“The goal of the individuation process is to achieve a conscious relation to the


Self”

(Edward F. Edinger, Ego and Archetype)

> Ver Parte 1ª

60
PARTICIPATION MYSTIQUE.-

“A diferencia de la comunicación de índole consciente que se establece entre


los dos egos, la conexión o vínculo inconsciente indica que existe un estado de
identidad en que las dos partes se fusionan.

En el contexto del análisis, a esta relación o vínculo se le llama transferencia-


contratransferencia, pero cualquier vínculo emocional intenso involucra este
estado de fusión que Jung denomina participation mystique, en el que la otra
persona forma parte de uno mismo y viceversa.

Los contenidos proyectados no son meras repeticiones que descubren


situaciones reprimidas; también puede ocurrir que los nuevos contenidos
creativos de la psique emerjan y se les experimente primero bajo la forma de
proyecciones”.

(Mario Jacoby, El encuentro analítico)

PERSONA.-

“La adaptación del individuo a la sociedad se efectúa mediante el desarrollo de


una parte de la personalidad que Jung denominaba “persona”, que era el
nombre que recibía la máscara utilizada por los actores en las
representaciones teatrales de la Antigüedad (…) Es el papel cuya
representación nos caracteriza, la cara que nos ponemos cuando nos
relacionamos con los demás (…) El éxito social depende de la naturaleza de la
“persona”.

(Anthony Stevens, Jung o la búsqueda de la identidad)

61
POSICIÓN DEPRESIVA.-

“The DEPRESSIVE POSITION as described seems to me, when it occurs, to


indicate a first step in individuation –I doubt whether it can be the only one.”

(Michael Fordham, Freud, Jung, Klein –the fenceless field)

PREMONICIÓN.-

“Lo mismo se puede decir incluso de los sueños premonitorios. El otro día un
amigo mío me explicaba que hace muchos años, cuando él hacía mucho
montañismo, tuvo un sueño, antes de emprender una expedición, en el que una
avalancha de piedras terminaba con su vida. Al despertarse por la mañana
estaba muy preocupado y se cuestionaba si debía partir, pero entonces creyó
que si no iba se sentiría como un cobarde y se avergonzaría de sí mismo.
Probablemente también le picara la curiosidad de descubrir si aquello
sucedería o no. De modo que decidió ir, pero contrató a un segundo guía, que
no era necesario en absoluto, como pronto podrán ver, pero esa era su idea de
tomar precauciones. Se fue a hacer el ascenso y no sucedió nada, salvo que
en el camino de vuelta hubo una avalancha de piedras y no les tocó de milagro.
El segundo guía no les hubiera servido de nada y todos habrían muerto. El
inconsciente no pudo predecir con precisión lo que iba a pasar, pero sí predijo
un accidente en las montañas y entonces se produjo una pequeña historia
única en un lugar u otro que no se podía prever. En el sueño sólo se predijo
una probabilidad.

Por consiguiente, parece como si el conocimiento absoluto de las capas más


profundas de la psique no pudiera predecir los acontecimientos sincrónicos o
los de otra índole con bastante precisión, sino que tan sólo pudiera bosquejar
de un modo más o menos claro una imagen de las posibilidades. Esto es
también lo que intentan las técnicas de adivinación: no definen o predicen el
posible acontecimiento sincrónico, porque este en realidad es impredecible,
sino que sólo bosquejan, con la ayuda de la ordenación acausal, la cualidad de
un momento en el tiempo. De modo que podemos decir que si pasa algo
recaerá en el área de este campo cualitativo.

62
Por ejemplo, “accidente en la montaña” en el caso anterior habría sido el lema
general y por lo tanto no sería probable que significara un maravilloso
encuentro con una gamuza, sino que sucedería algún accidente dentro del
contexto de la montaña. La expectativa inconsciente se dirigió a esa zona, pero
el hecho real y la forma en que tendría lugar realmente no se podía predecir.
Esto es lo que sucede con todas las técnicas de adivinación.”

(Marie-Louise Von Franz, Sobre adivinación y sincronicidad)

PSICOANÁLISIS.-

“La definición de MELANIE KLEIN de “fantasía inconsciente” como “expresión


mental del instinto” y su tesis de que “cada impulso instintivo tiene su
correspondiente fantasía real” son curiosamente similares a la primera
definición junguiana de la imagen arquetípica”.

“WINNICOTT se aproximó mucho a la idea de los arquetipos cuando sugirió


que las imágenes existen antes de una experiencia real”.

“BION usó el término “función alfa” para indicar la existencia y experiencia de


“ideas preconcebidas arquetípicas innatas, que, siendo el depósito de ideas,
esperan para encarnarse en nuestra experiencia y función sensoriales,
cognitivas, afectivas e intuitivas para facilitar la comunicación entre el
consciente y el inconsciente, tal como los deintegrados de FORDHAM”.

“KOHUT sugiere que la patología del self puede preceder a, y en verdad


causar, la patología de los impulsos y de las estructuras”.

“BALINT, en un ensayo sobre parapsicología, sugiere que los fenómenos PES


(percepción extrasensorial) –que Jung presenta bajo el título de sincronicidad-
se producen en análisis cuando el paciente está en un estado de transferencia
intensa, positiva y dependiente –un estado que sin embargo el analista no

63
aprecia ni comprende del todo (…) Por consiguiente, sostiene él, la
interrelación dinámica entre transferencia y contratransferencia es uno de los
factores contribuyentes más importantes en la PES”.

“Los arquetipos, según JUNG, al ser de carácter psicosomático y carecer de


forma y contenido, son irrepresentables y no perceptuales, pero tienen
predisposiciones innatas a percibir, atender y reaccionar a ciertos objetos y
hechos.

Esto llevó a Jung, Fordham y otros psicólogos analíticos a reconocer una


conexión entre el concepto “arquetipo” y el concepto etológico del
“MECANISMO DESENCADENADOR INNATO” (MDI)”.

(Rosemary Gordon, Puentes : Metáfora de los procesos psíquicos)

“Thus, developmental issues, including Klein’s paranoid-schizoid and


depressive positions, or Mahler’s Separation-Individuation process, can be seen
as processes in space-time that stem from the larger pleromatic process. We
easily forget the vast energy sea of the pleroma or the implicate order when we
cast these events into a developmental framework.

We can see how clinicians understand psychic reality in terms of internal


objects, part objects, complexes transference and countertransference, etc.
These are all conceptualizations that reside within the confines of the explicate
order. If we apply Junguian theory, the same conceptualizations may be seen
as fragments of the larger pleromatic process –just as Bohm insists that quarks
and partons are fragments of a far larger implicate order”.

(Nathan Schwartz-Salant, The borderline personality)

64
ROSARIUM PHILOSOPHORUM.-

“I’m going to consider this series of pictures [Rosarium philosophorum] as


representing three different psychological contexts.

1(…) A process going on within the individual psyche.

2 (…) A process going on between two people.

3 (…) A psychological process going on within a group or community.”

(Edward F. Edinger, The Mystery of the Coniunctio)

SÍ-MISMO.-

“El primer psicólogo en plantear esta cuestión fue James (1890), quien
estableció una diferencia fundamental entre el Yo como sujeto consciente y
pensante, y el Yo como un objeto que puede ser pensado. Mientras que el Yo
como sujeto sería equiparable al yo mismo, es decir, a una entidad mental y
subjetiva que representaría el núcleo o la esencia de lo que somos, el Yo como
objeto se relacionaría con la idea de “lo que es mío” (…) El Yo como objeto se
refiere al conjunto de percepciones, creencias y evaluaciones que el individuo
tiene y hace en relación consigo mismo, siendo equivalente a su autoconcepto.

Desde una perspectiva más moderna el Yo como sujeto es entendido como el


sí mismo o el self; esto es, como un sistema dinámico y coherente de
representaciones cognitivas y afectivas, que, de forma consciente e
inconsciente, registra nuestras experiencias; permite darnos cuenta de quienes
somos; identifica nuestros pensamientos y sentimientos; es capaz de planificar,
ejecutar y observar nuestra conducta en los diferentes contextos sociales; y
procesa, construye e interpreta la información proveniente de nuestras
interacciones sociales”.

(José Bermúdez Moreno, et al.; Psicología de la personalidad)

65
“Aion (1951) ofrece la versión final del concepto junguiano de sí-mismo.

[Jung] se refiere a la diversa imaginería integradora que presenta su


estructura: geométrica —círculo, esfera, cuaternidad, cruz, es decir,
mándalas—; algebraica —grupo 3+1, relación 3x4 y axioma de María (3:4)—;
natural —montaña, mar, flor, árbol, cristal—; social —ciudad, castillo, iglesia,
casa, habitación, recipiente, rueda—; animal —elefante, caballo, toro, oso, ave
blanca y negra, pez, serpiente, tortuga, caracol, araña, coleóptero—; humana
—figura humana superior al soñante, viejo sabio o madre ctónica, falo—;
metafísica —demon, lapis.

En cuanto a su dinámica, el sí-mismo toma la forma de cuaternidad de pares


de opuestos —cuaternio de Moisés, cuaternio de los ríos del paraíso—;
serpiente —uroboros—; árbol —despliegue natural— y proceso de
ascenso/descenso. Es decir, el sí-mismo “no es una mera magnitud estática ni
una forma insistente, sino que es también un proceso dinámico, […] una fuerza
actuante” (Aion § 411).

(Enrique Galán Santamaría, Estructura de la personalidad)

“Los cinco primeros años de vida constituyen el periodo de mayor actividad


para el sí-mismo. En este breve segmento del arco vital se ponen los cimientos
que determinarán la estructura futura de la personalidad. De todos los
programas arquetípicos que se activan en esta etapa de la vida, el apego
mediador a la madre es el más decisivo. El carácter satisfactorio o
insatisfactorio de esta relación primordial influirá en todas las relaciones
posteriores con las personas, la sociedad y el mundo”

“En su condición de genio organizador oculto detrás de la personalidad total, el


sí-mismo es el encargado de llevar a la práctica el proyecto de la vida en todas
y cada una de las fases del ciclo vital (…) El objetivo del sí-mismo es la
totalidad. Jung llamó búsqueda de la individuación a este proceso que se
prolonga durante toda la vida (…) Su propósito intrínseco es alcanzar la
autorrealización más completa posible del sí-mismo en la psique y en el mundo
(…) En la mayoría de las culturas, la fenomenología del sí-mismo se identifica
con dios o con el panteón de los dioses, por lo que dios y el sí-mismo acaban

66
compartiendo el mismo simbolismo. Un ejemplo típico es la imagen que se
conoce por el término sánscrito mándala.”

(Anthony Stevens, Jung o la búsqueda de la identidad)

“The total personality and its directing centre, the Self, exist before the ego
takes form and develops into the center of consciousness; the laws governing
the development of the ego and consciousness are dependent on the
unconscious and on the total personality, which is represented by the Self”

“The development of the later ego-Self axis of the psyche and the
communication and opposition between ego an Self are initiated by the
relationship between mother and Self and the child as ego.”

“Yet time and time again the analysis of the sick and healthy alike reveals the
essential ties between (1) a sound primal relationship and stability of the ego-
Self axis, (2) openness toward the world and the unconscious, and (3)
sociability. Analysis also reveals that a disturbance of the primal relationship
endangers all these qualities, provoking an insecure, closed, unrelated and
asocial personality. However, the diagnosis of a damaged primal relationship
and hungry, forsaken, lonely and despairing child is never a sufficient basis for
a prognosis”

(Erich Neumann, The child)

“The line connecting ego-center with Self-center represents the ego-Self-axis -


the vital connecting link between ego and Self that ensures the integrity of the
ego”

“In childhood the child’s connection with the Self is largely identical with his
relation to the parents (…) If the interpersonal family relationships are too
damaging, the cycle may be almost completely interrupted.”

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“Patients with a damaged ego-Self axis are most impressed in psychotherapy
by the discovery that the therapist accepts them. (…) The experience of
acceptance not only repairs the ego-Self axis but also reactivates residual ego-
Self identity”

(Edward F. Edinger, Ego and Archetype)

“Cada vez que actúa la censura del superyó, se produce cierto grado de lo que
el doctor Edward Edinger ha llamado alienación yo – sí-mismo. A medida que
avanza el desarrollo del eje yo – sí-mismo, la separación entre el yo y el sí-
mismo se alterna con la reunión del yo y el sí-mismo en un ciclo rítmico
sistólico / diastólico. La alienación yo – sí-mismo es una interrupción dolorosa
de este ciclo, inevitable de vez en cuando pero que, si se sufre con excesiva
frecuencia, puede causar perjuicios duraderos a la personalidad en desarrollo.
La crítica, el reproche, la burla y la condena pueden ser armas mortíferas en
manos de un profesor o un padre o madre quisquillosos.”

(Anthony Stevens, Jung o la búsqueda de la identidad)

“The main aspect of the Self is numinosity itself –that which is ultimately
supreme, a revelation of “the meaning of life”, the divine inner psychic center,
the inner peace beyond all conflict, that which is experienced as the absolute
inner truth”.

(Marie-Louise Von Franz, Jung’s discovery of the Self; in: Archetypal


dimensions of the psyche)

> Ver parte 1ª

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SINCRONICIDAD.-

“Jung describió tres tipos de sincronicidad: En la primera categoría, hay una


coincidencia entre el contenido mental (que puede ser un pensamiento o un
sentimiento) y el acontecimiento externo ... En el segundo grupo de
acontecimientos sincronísticos, una persona tiene un sueño o una visión que
coincide con un acontecimiento que está sucediendo lejos de allí (y que
ulteriormente se comprueba) … En la tercera categoría sincronística, una
persona tiene una imagen (como un sueño, una visión o una premonición)
acerca de algo que acontecerá en el futuro, y en su momento sucede.”

(Jean Shinoda Bolen, El Tao de la psicología)

“Synchronicity. This phenomenon consists of a symbolic image constellated in


the psychic inner world, a dream, for instance, or a waking vision, or a sudden
hunch originating in the unconscious, which coincides in a “miraculous” manner,
not causally or rationally explicable, with an event of similar meaning in the
outer world”

(Marie-Louise von Franz, Number and Time)

“The archetypes (not the archetypal images) are thus probably per se outside
time. They also lie behind synchronistic events, behind so-called “meaningful
coincidences,” for they tend mainly to occur to us when an archetype is
constellated or –the physicists would say- is in an excited state. This can
manifest itself in an emotional state or when an objective outer situation of basic
importance, such as death or illness, is about to occur.”

(Marie-Louise von Franz, “The psychological experience of Time”, en: Psyche


and Matter)

> Ver parte 1ª

69
SOMBRA.-

“La posesión de un superyó impone, sin embargo, ciertas limitaciones al


desarrollo del sí-mismo. El superyó actúa como colaborador de los padres, y
espía las comunicaciones que pasan por el eje yo – sí-mismo. Cuando recoge
información relacionada con intenciones que considera incompatibles con los
valores parentales, el superyó interviene para inducir sentimientos de ansiedad
o culpabilidad y, con bastante frecuencia, corta resueltamente los cables, con lo
que impide toda consideración ulterior de la cuestión. Y así, las mismas
personas del entorno que hacen posible la realización del sí-mismo también
exigen que algunos aspectos del sí-mismo sean reprimidos u ocultados de otro
modo. Como hemos visto en el capítulo cuatro, estos componentes
inaceptables del sí-mismo constituyen lo que Jung llamaba personalidad de la
sombra, que es sinónimo del inconsciente freudiano. Quiere decirse, por tanto,
que cuanto más rígidos sean los usos culturales y más coercitivos los padres,
más poderosa y amplia será la sombra.”

(Anthony Stevens, Jung o la búsqueda de la identidad)

SUEÑOS.-

“Neither Kohut nor Jung fragments the dream for the purpose of interpretation;
they do not recover hidden latent contents via segmentation. It is the
metaphoric meaning of dream material that is of importance to both authors,
which they see as being an expression of the dreamer´s (affective and
cognitive) mental representations. Both Kohut and Jung believe that the dream
can go as far as forming an expression of a developmental experience, a
perception of the possible pathway of the Self towards a new dimension,
towards change”.

(Nadia Fina, “New models of dreams : theory and interpretation”; en: Jung today
vol. 1, Adulthood)

“El análisis de personas mayores muestra una gran riqueza de símbolos


oníricos, los cuales las preparan espiritualmente ante la proximidad de la
muerte. Si bien es cierto lo que C. G. Jung ha subrayado, que la psique

70
inconsciente presta relativamente poca atención a la muerte como final abrupto
de la vida del cuerpo y actúa como si la vida espiritual o bien el proceso de
individuación de cada uno sencillamente continuara; también en este contexto
existen sueños que una y otra vez hacen alusión simbólica al tema del final de
la vida del cuerpo y a la continuación explicita de la vida después de la muerte,
pues lo inconsciente “cree” claramente en una vida después de la muerte.”

“El proceso de individuación es también una preparación para la muerte. En


principio, los sueños de individuación y los de muerte no se pueden diferenciar
en su simbolismo arquetípico.”

(Marie-Louise Von Franz, Sobre los sueños y la muerte)

TRINIDAD Y CUATERNIDAD.-

“The trinity archetype seems to symbolize individuation as a process, while the


quaternity symbolizes its goal or completed state. Three is the number for
egohood, four is the number for wholeness, the Self. But since individuation is
never truly complete, each temporary state of completion or wholeness must be
submitted once again to the dialectic of the trinity in order for life to go on”

(Edward F. Edinger, Ego and Archetype)

> Ver Parte 1ª

71
VERDADERO Y FALSO SELF.-

“El concepto de falso self no puede comprenderse sin asociarle el de intrusión,


que designa la ruptura producida en la continuidad de existencia del bebé.
Mientras que una intrusión progresiva por parte de un entorno bueno protector
refuerza su yo, una intrusión producida demasiado precozmente, o demasiado
intensa, ocasiona en él un trauma del que sólo puede protegerse por reacción
[defensas]”.

“El verdadero self, o núcleo de la personalidad”.

“El falso self, especie de cáscara insensible a las transformaciones del entorno
(…) Esta caparazón se instala en forma exagerada cuando el objeto externo no
cumple su papel”.

“El optimismo de Winnicott lo llevó a pensar que el verdadero self espera ser
reconocido bajo esta caparazón y tratado de un modo diferente que en el
momento de la intrusión traumática (…) El verdadero self, que se esconde tras
las apariencias, es vuelto a tomar en cuenta y entonces no puede haber sino
curación”.

(Jacques Bouhsira y Marie-Claire Durieux, Winnicott insólito)

72
BIBLIOGRAFÍA

A. OBRAS DE PSICOLOGÍA JUNGUIANA:

- Anatomy of the psyche (Edward Edinger)

- Archetype, attachment, analysis (Jean Knox)

- Archetype revisited (Anthony Stevens)

- The borderline personality (Nathan Schwartz-Salant)

- The child (Erich Neumann)

- Cómo psicoanalizamos (Javier Castillo y Raimundo Guerra)

- Complejo, arquetipo y símbolo (Jolande Jacoby)

- Complexes (Hans Dieckmann)

- Ego and archetype (Edward Edinger)

- El encuentro analítico (Mario Jacoby)

- La gran madre (Erich Neumann)

- Individuation and narcissism (Mario Jacoby)

- Introducción a Jung (Polly Young-Eisendrath y Terence Dawson)

- Jung (Jean- Jacques Antier)

- Jung Today, 2 vol. (Bisagni et al.)

- El mapa del alma según Jung (Murray Stein)

- Michael Fordham. Innovations in analytical psychology (James Astor)

- Number and time (Marie-Louise von Franz)

- Sobre los sueños y la muerte (Marie-Louise von Franz)

- Los sueños en la vida, la enfermedad y la muerte (Javier Castillo Colomer)

73
B. OBRAS RELACIONADAS CON LA PSICOLOGÍA DE JUNG:

- Consciencia más allá de la vida (Pim van Lommel)

- Cosmos y Psique (Richard Tarnas)

- De perros que saben que sus amos están camino de casa (Rupert
Sheldrake)

- Despertar el alma (Rosario Scrimieri)

- Dragones y dioses (Miguel Rivera Dorado)

- El fuego secreto de los filósofos (Patrick Harpur)

- El héroe de las mil caras (Joseph Campbell)

- El mito de la diosa (Anne Baring y Jules Cashford )

- Mitos de otros pueblos (Wendy Doniger)

- El mito del nacimiento del héroe (Otto Rank)

- Prometeos (Gregorio Luri Medrano)

- Sincronicidad (David Peat)

PSICOLOGÍA ARQUETIPAL:

- Hermes y sus hijos (Rafael López-Pedraza)

- El mito del análisis (James Hillman)

- Re-imaginar la psicología (James Hillman)

- El sueño y el inframundo (James Hillman)

PSICOLOGÍA TRANSPERSONAL:

- El ego y el fundamento dinámico (Michael Washburn)

- El espectro de la conciencia (Ken Wilber)

- Espiritualidad creativa (Jorge N. Ferrer)

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- El juego cósmico (Stanislav Grof)

- El proyecto Atman (Ken Wilber)

- Psicología integral (Ken Wilber)

- Psicología transpersonal : en una perspectiva psicoanalítica (Michael


Washburn)

- Psicología transpersonal (Stanislav Grof)

- Sombra, yo y Espíritu (Michael Daniels)

- La verdad olvidada (Huston Smith)

C. PSICOANÁLISIS NO JUNGUIANO:

- Aprendiendo de la experiencia (Bion)

- Una base segura (Bowlby)

- Cómo interpretar los sueños (Ursula E. Oberst y Juan José Ruiz Sánchez)

- Desórdenes fronterizos y narcisismo patológico (Otto Kernberg)

- La dinámica de lo inconsciente (Jung)

- Los dos análisis del Sr. Z (Kohut)

- Esquema del psicoanálisis (Freud)

- La falta básica (Balint)

- Introducción a la obra de Melanie Klein (Hanna Segal)

- Introducción a la obra de Ronald Fairbairn (Carlos Rodríguez Sutil)

- Introducción al psicoanálisis (Freud)

- Narcisismo de vida, narcisismo de muerte (André Green)

- La naturaleza humana (Winnicott)

- El paciente y el analista (J. Sandler, C. Dare, A. Holder)

- La personalidad neurótica de nuestro tiempo (Karen Horney)

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- La práctica de la psicoterapia relacional (Joan Coderch)

- Los procesos de maduración y el ambiente facilitador (Winnicott)

- Psicología de las masas (Freud)

- Realidad y juego (Winnicott)

- El self en la teoría y la terapia psicoanalíticas (Guntrip)

- La teoría de las relaciones objetales y el psicoanálisis clínico (Otto Kernberg)

- La teoría del apego (Mario Marrone)

- Vida onírica (Donald Meltzer)

- Winnicott y Kohut (Carlos Nemirovsky)

- El yo y el ello (Freud)

- El yo y los mecanismos de defensa (Anna Freud)

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