Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
¿Eres un imán que atrae parejas problemáticas? No es una casualidad si te pasa
de juntarte con alguien que tiene problemas: droga, alcohol, juego de azar,etc…
En este juego hay dos factores que tener en cuenta y que determinan el resultado
final.
Factor número 1: el otro tiene una adicción, algo que aunque le hace daño le
domina, por esto no puede elegir y actúa bajo un patrón de autodestrucción: está
totalmente bajo el control de su adicción.
Hay algo dentro de ti, que te revuelve las entrañas, te impulsa a querer ayudar a la
persona que amas y no lo dudas ni un segundo.
Lamentablemente esto resulta ser imposible, porque el vacío que siente tu pareja
viene de una herida emocional muy antigua que, solamente la persona que la
sufre puede sanar dentro de sí, haciéndose responsable de ella y de cómo le
condiciona la vida hasta volverle adicto.
La empatía hacia el otro te hace creer que estás enamorada cuando en realidad
estás necesitada de amor.
Factores número 2:
Las adicciones tienen las características que, en cuando tomas tu dosis de droga
estás bien pero, cuando baja el efecto, ósea la euforia, necesitas tomar otra dosis
para mantener un aparente estado de felicidad, que en realidad sirve para tapar un
inmenso dolor interno.
¿Sabes que me pasó la primera vez que intenté con toda mi alma, amor, fuerza y
corazón salvar a unas de mis parejas?
Simplemente porque quería solucionar el problema sin darme cuenta que había
una causa primordial que sanar.
Como si fuera un árbol con las ramas podridas pensaba que cortar las ramas era
la solución pero, no me había dado cuenta que el problema estaba en la raíz y que
las ramas solo eran el resultado de un conflicto mucho más profundo.
No sabía que había una herida emocional que generaba todo esto y que tanto yo
como el otro estábamos actuando bajo el control de nuestra herida y de sus
patrones.
En aquella época no sabía que tenía dependencia emocional, nunca nadie me
había hablado de esto.
La dependencia es una de las 5 heridas emocionales que si no es reconocida y
sanada te vuelve adicto al sufrimiento y destruye tus relaciones.
No hay amor ni cariño suficiente para alguien que no se ama a sí mismo, hay un
vacío interior que solo la misma persona que lo sufre puede sanar con el ayuda
necesaria.
El grande aprendizaje fue que para intentar salvar el otro me había destruido y
anulado a mí misma.
Todo este amor y cariño hubiera tenido que darlo antes a mí, para poder amar de
una manera sana, para poder vivir la relación sin depender del otro, pero nunca
nadie me había explicado esto.
Es más fácil enfocar nuestra vida ayudando alguien con problemas que admitir
que el problema lo tenemos nosotros.
Pero hay una línea que separa el sano apego de la dependencia emocional
destructiva.
En una relación sana las dos personas, saben vivir los momentos donde no están
juntos de manera sana y productiva, disfrutando de su tiempo libre, del trabajo, y
sobre todo de la soledad sin sentir dolor o sufrimiento: saben que es un estado
momentáneo. Saben dar al otro, pero también respetan sus propias necesidades y
cada uno tiene su espacio.
La relación tóxica, a cambio, se basa en intentar cubrir las necesidades del otro
dejando de un lado las tuyas y olvidándote por completo de tu existencia. Hay un
dolor, un vacío interior, un sufrimiento cuando no estás con el otro que te hace
sentir abandonada, no valorada, rechazada, sin ganas de hacer nada, sola y esto
te genera mucha frustración, sufrimiento, tristeza y decepción.
Siempre estás pensando en el otro, en que estará haciendo, con quién estará, si
te piensa, porque no te escribe, no te llama y esto te vuelve controladora,
empiezan las dudas, la desconfianza y toda una serie de actitudes destructivas
hacia ti misma, hacia el otro y hacia la relación.
Eso lo puede hacer tu pareja contigo o al revés, pero realmente los dos tenéis el
mismo problema, aunque parece que uno es lo que ayuda y ‘aguanta’ todo y el
otro es lo que sigue pidiendo atención.
Esto genera un vacío interior que es cómo un pozo que necesitas llenar de agua.
El problema es que el pozo no tiene fondo y por esto nunca se llenará.
Empieza a querer quitarte la libertad, decirte malas palabras si sales con tus
amigas/os insinuando que vas a conocer a otro, que no debería vestirte de esta
manera, que tu amiga no le gusta, que es una guarra y no quiere que salgas con
ella, que tienes que dejar tus hobbies para estar con él/ella etc..
Por esto se crean relaciones basadas en las necesidades: quiero que tu cubras
mis necesidades y yo cubriré las tuyas. Con esta base, la relación está cargada de
muchas expectativas: estás poniendo en las manos de tú pareja la responsabilidad
de encargarse de tu felicidad.
Lo que no sabes es que tu vacío interior, tus heridas, nunca se van a sanar si no
con un trabajo personal hacia ti misma que te permite ver tus patrones en la
relación. A partir de allí puedes empezar un trabajo de consciencia para sanar
esta herida que te condena a repetir el mismo sufrimiento una y otra vez.
Todo este apego que tenéis el uno hacia el otro genera por una lado apego y por
el otro rechazo. Parece que tú pareja un día te quiere y el otro hace de todo para
alejarse de ti.
Tú pareja empieza a criticarte por cómo te vistes, critica tus amigos, te contesta
mal delante de otras personas, te grita aunque luego se disculpa, te dice que sabe
lo que es lo mejor para ti, te maltrata, hay chantaje emocional y manipulación, te
tiene bajo control utilizando el dinero: el típico caso donde la mujer no trabaja y el
hombre, con la excusa que provee a todo, controla su pareja y la tiene sumisa.
No dudes que el día siguiente o al cabo de unos días se portará igual que antes y
sus promesas se quedarán olvidadas.
Esta persona habla muy bien pero no hace nada de lo que dice, incluso puede ser
muy romántico y dulce y esto te atrapa aún más, pero después muestra el otro
lado de la cara: te quiere castigar.
Necesita castigarte y castigarse, por esto la vida con él pasa por días maravillosos
a otros horrorosos.
Imagínate salir con esta persona un día, pasarlo de maravilla y el día siguiente él,
hace algo para procurar tener una discusión contigo.
El mensaje inconsciente es: no me merezco ser feliz y por esto lo arruino todo.
Un día me quedé sin palabras cuando a un chico, con el cual estaba saliendo le
pregunté: ¿sabes cuál es tu parte oscura?
Lo más importante es entender que hay patrones que boicotean las relaciones y
condicionan nuestra vida.
A pesar de allí tomar la responsabilidad que si queremos un cambio hay que poner
fuerza de voluntad, paciencia porque seguro que volvemos a recaer pero no será
tan dañino como antes y a poco a poco podemos lograrlo. El tiempo necesario
para dar el cambio depende de tu grado de dependencia emocional, de tus
patrones, de tu voluntad.
Más sincero y humilde eres contigo mismo más será fácil el camino hacia la
sanación.
Luego tomará la decisión de dejarlo y irá buscando ayuda, par que pueda lograrlo
con éxito.
La ley del espejo dice que: el otro es un reflejo de ti mismo, ósea todo lo que te
molesta en el otro es algo que tiene a que ver contigo. Algo que no aceptas de ti y
no ha sido reconocido, por esto ‘duele,’ molesta tanto verlo en otra persona y
genera rechazo.
Hay que ser realistas, por esto tienes que saber que esto requiere tiempo,
esfuerzo, voluntad, paciencia y ayuda externa, pero si: lo vas a lograr y esto es lo
más importante.
Si conoces a alguien que le puede interesar invitale a leerlo y les puede ayudar.
Un abrazo de corazón
Federica