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Análisis de la obra de Bolívar como ambientalista; filosofo, escritor, educador,

abogado, militar, cooperativista, político, y estadista.

Nuestro Libertador cual brillante, se nos presenta en múltiples facetas entre


ellas: filósofo, educador, periodista, estadista, estratega, visionario, político,
diplomático, escritor, humanista, conservacionista, legislador, Padre de seis naciones
y ciudadano ejemplar por antonomasia.

Hay una faceta desconocida de la vida del Libertador Simón Bolívar: su amor por
la naturaleza y sus acciones a favor de ella que lo convierten en el primer líder
ambientalista de América.

Esta cualidad la adquirió desde sus primeros años de infancia en la Hacienda San
Mateo ubicada en los Valles de Aragua (Venezuela) abundantes en bosques y agua. De
su maestro Simón Rodríguez con quien realizaba caminatas por parajes naturales
aprendió también sobre temas de flora y fauna. Después lo motivaron las lecturas de
Rousseau gran enamorado de la naturaleza, los escritos de José Celestino Mutis el de la
expedición botánica y los del sabio Francisco José de Caldas.

El toque final lo dio el sabio Alexander Von Humboldt el científico naturalista.


Conoció a Bolívar en Paris en 1804 y le informó sobre lo visto durante cuatro años
viajando por Suramérica, estudiando la exuberante naturaleza del trópico, remontando el
Orinoco o los Andes, las inmensa llanuras o las impenetrables selvas.

Ya en el poder los decretos y normas promulgadas por 'el Libertador', incluyeron


medidas de conservación y buen uso de las aguas, creación de juntas provinciales para
fomentar la agricultura, el comercio y la industria, resolución sobre exportación de
ganados, resolución para la protección de las vicuñas en el Perú, normas para declarar
propiedad del Estado las minas y reglamentación para su explotación, decretos para
defender y preservar los pueblos indígenas y normas sobre repartición de tierras de la
comunidad. Estas últimas disposiciones, se pueden considerar como los antecedentes de
la reforma agraria del siglo XX en varios países de América Latina. En esencia, buscaban
entregar a cada individuo, de cualquier sexo o edad, una fanegada de tierra en lugares
pingües y regados y dos en lugares estériles. Incluso, el decreto establecía la extinción del
dominio, a quienes al cabo de un año de la adjudicación no hubiesen emprendido el
trabajo, es decir, la mantuviesen ociosa.

Los decretos y resoluciones mencionados sintetizan el legado ambientalista de 'el


Libertador'. Bolívar no es un conservacionista, ni un ambientalista biocentrista, tampoco
un antiecologista, como han dicho algunos. Su legado ecologista se puede situar en un
ambientalismo antropocentrista débil. No sobrepone la especie humana sobre las otras
especies, pero establece normas que permiten conservar los recursos naturales y el medio
ambiente, con el fin de satisfacer necesidades de los humanos. Además y, quizá, sea más
acertado ubicar su pensamiento y su ideario político, social y ambiental en una corriente
más amplia de la Ecología Política, que cuestiona el intercambio ecológico desigual,
entre las metrópolis y los países del Sur, los ricos y los pobres, las multinacionales y los
productores locales. Un ambientalismo de la equidad y la justicia, donde impere la
armonía entre los seres humanos y de estos con otros seres de la naturaleza y el planeta:
ese es, a mi juicio, el legado ecológico de 'el Libertador'.

De igual forma, nuestro Libertador fue un pensador para todos los tiempos
diversas ideas filosóficas de Bolívar resultan muy significativas, pues tienen que ver con
problemas de mayor magnitud como la cuestión del determinismo universal. A su juicio
el hombre poseía una libertad de acción "natural", la cual le permitía emprender obras
colosales, evidencia del privilegio que le otorgó a la acción humana. Por ello, sus
formulaciones estaban llenas de pretensiones de generalización filosófica, y por tanto de
proyección universal. Asimismo, insistió en el papel del factor subjetivo, del lado activo
del sujeto en toda relación en la que intervenga el factor humano.

Su confianza en el hombre y su capacidad auto perfectible fueron revelados a


través de los criterios sobre el papel de los pueblos como gestores de sus propios
destinos, y en la función de la violencia revolucionaria como partera de la historia, así se
evidencia en su idea: "El pueblo que ama su independencia, por fin la logra”. De sumo
baluarte fueron las vías utilizadas y las fundamentaciones formuladas para lograr que el
hombre alcanzara cada vez niveles superiores de libertad en todos los planos, no sólo en
el político, aún cuando haya sido esta la esfera de la vida política donde básicamente
contribuyó a la emancipación del hombre latinoamericano.

Realizó, además análisis con el fin de enjuiciar los factores adversos al proceso
independentista; en los cuales se conjugan las propuestas para resolver conflictos de
carácter circunstancial y las formulaciones que por su nivel de abstracción penetraron en
el terreno filosófico, pues se trataba de un conflicto entre lo progresivo y lo regresivo, así
como entre las fuerzas materiales y las espirituales de la sociedad.

Bolívar le otorga a la subjetividad una fuerza extraordinaria, pues sitúa en la


exclusiva actividad humana la esperanza potencial de toda liberación. Concibe la libertad
como un producto complejo elaborado a partir de componentes naturales y sociales pues
según él: "La libertad, no se mantiene, ni se logra fácilmente; hay que intentar alcanzarla
siempre" .Él fue ante todo un representante de la vanguardia de los genuinos hombres de
su época. Y una época de ilustración reclamaba hombres ilustrados e ilustradores, que
asimilaran las ideas más avanzadas del momento, él lo fue.

Simón Bolívar no fue un simple receptor del pensamiento filosófico de la


ilustración, sino activo contribuyente y gestor en gran medida. Simón Bolívar es una
síntesis del pensamiento moderno, pero además una hermenéutica, un interpretador, un
re-interprete de todas estas ideas; como lo decía Montesquieu, según las realidades del
suelo desde donde se están interpretando las ideas políticas. Se ganó, por mérito propio
un merecido lugar en la historia de las ideas filosóficas de Nuestra América.

Asimismo, como escritor, Simón Bolívar nos legó ensayos brillantes como “La
Carta de Jamaica”, “El Manifiesto de Cartagena” o “El Discurso de Angostura” que son
considerados la esencia del pensamiento bolivariano, vigente aún hoy en día. Además
escribió infinidad de cartas y proclamas con un estilo único e inconfundible. Simón
Bolívar sólo, escribió más que todos los otros próceres de Latinoamérica juntos. Se
desconoce, así mismo, la utilidad y la influencia que tuvo la prensa en las batallas del
Libertador y el valor que éste mismo le daba. Simón Bolívar decía que la imprenta era su
“artillería del pensamiento”. Simón Bolívar fundó en 1818 el Correo del Orinoco,
periódico fundamental para la creación de Colombia, cuya publicación cesó en 1822, a
vísperas de la independencia de Suramérica, donde el Libertador sostuvo resonantes
polémicas con la prensa realista bajo diversos seudónimos. Se considera al Correo del
Orinoco como el principal órgano de la guerra intelectual del Libertador. Además, Simón
Bolívar fundó periódicos como El Peruano, decano de la prensa del Perú hasta nuestros
días. Ahí escribió infinidad de cartas, ensayos y críticas literarias. Creó directamente
decenas de periódicos durante su gesta heroica o sus sugerencias y artículos tuvieron
influencia en decenas de periódicos patriotas.

En cuanto a la educación, laque imaginaba Bolívar era para una época y una
realidad, para una situación social, política y económica concreta, era el caso de
Venezuela. No tenía como propósito el mantener una situación existente, sino que
pretendía una transformación en forma radical. Se educaría con el objetivo de construir la
noción de patria americana y no para mantener la idea de España como patria; no se
buscaría el conservar una estructura político administrativa caduca, sino justamente, para
destruirla y construir una adecuada; no para la idea de una ficticia paz y armonía.

Bolívar sugería una educación revolucionaria; una educación para el futuro de


Venezuela. No debemos olvidar que Simón Rodríguez fue el maestro que más influencia
tuvo sobre Bolívar y que él era un revolucionario en el campo educativo hizo que su
ilustre alumno pusiera en práctica las ideas por él fomentadas. Bolívar fue un visionario
para su época; además de la educación para el trabajo, buscó innovaciones en Educación
Superior, en formar escuelas donde las niñas pudieran formarse al igual que los varones,
buscó la promoción de la educación popular, de la integración social en las escuelas y
hasta llegó a enviar becarios a Europa.

Bolívar siempre le concedió al proceso educativo especial importancia y en el


cifró las esperanzas de poder inculcarle a los ciudadanos las ideas de patria y prepararlos
para el desarrollo integral de la nación. El Libertador tuvo claras las ideas de lo que
debería hacerse con la educación. En su opinión las personas debían ocuparse de
estudios. Las ciencias aplicadas, las técnicas y oficios, y buscaba que los jóvenes de su
época compartieran con él sus ideas. Su idea era que cooperaran con el desarrollo
económico del país. El pionero de la Educación para Simón Bolívar es considerado el
Trabajo. Dio gran importancia al educador como forjador de naciones y dijo: El objeto
más noble concepto que tuvo del oficio de frases en que se refirió a su que puede ocupar
al hombre, es ilustrar a sus semejantes. Para el Libertador el trabajo docente estaba en el
lugar más elevado, de él dependía la formación de la juventud. La educación tenía que
ser popular y complemento de la acción de patria, la comprensión plena de sus deberes
ciudadanos, y una formación intelectual que impidiera que le quitasen sus derechos.
También la educación ayudaría a comprender la necesidad del cumplimiento del deber;
para el libertador de nada valía ser libre si se continuaba en la ignorancia de ahí que para
él: "Un pueblo ignorante es instrumento ciego de su propia destrucción”.

También, Encontramos en él, una faceta para muchos desconocida y poco


divulgada, como es la de Abogado Honoris Causa en Derecho; encontrándose en
Lima el 3 de junio de 1826, las dignas autoridades de la Universidad Mayor de San
Marcos,  la más antigua  de América, fundada el 12 de mayo de 1551, presidida por 
el Rector Miguel Tafur, representantes del gobierno, de los magistrados de la Corte
Suprema, de las máximas autoridades de la iglesia, miembros del Colegio de
Abogados del Perú,  invitados especiales y público asistente, nuestro Libertador
recibe el título de Abogado Efectivo, no honorífico.

En ese acto "el claustro limeño reconocía en Bolívar sus profundos


conocimientos en las ciencias jurídicas, autor de leyes y de constituciones" Es
importante destacar con toda propiedad que Simón Bolívar no recibió un "doctorado
honoris causa" sino un verdadero título académico revestido de todas las
formalidades legales del doctorado ante las autoridades rectorales y jurídicas con
facultadas para conferir el título académico de Doctor en Derecho y con la asistencia
de los Magistrados de la Corte Suprema, de la Corte Superior, de los miembros de los
Colegios de Abogados, el Consejo de Gobierno y el Cabildo Eclesiástico.

En este hecho de la vida gloriosa de Simón Bolívar, como así lo reconoció la


Universidad de San Marcos de Lima, no solo se presentó al acto a recibir el Título de
Doctor en Derecho, sino que previamente exigió ser examinado sobre sus
conocimientos y vocación jurídica. Bolívar, el padre de la Patria, El Libertador, el
estadista, el militar, el civilista, el político, el hacedor de leyes y constituciones, el
defensor de la justicia, fue y es para la humanidad Doctor en Derecho, con título
académico.

Como militar, el Libertador participó en numerosas batallas por la


Independencia de América. Como jefe comandó 37 combates y ganó 27. Desde un
punto de vista geográfico, las campañas de Bolívar han sido las más extensas que
haya realizado cualquier militar en América. Eleazar López Contreras, en su libro
«Bolívar conductor de tropas», sintetizó de este modo las condiciones de estratega
militar del Libertador: “Las campañas bolivarianas constituyen la mayor escuela de
guerra y patriotismo para los hijos de las seis repúblicas formadas por Bolívar, que se
desarrollan al amparo de su nombre, de su gloria y de su doctrinas internacionalistas”.

Con solo 47 años Bolívar peleó en 447 batallas siendo derrotado solo 6 veces.
Liberó seis naciones. Cabalgó 123 000 kilómetros, o sea, que recorrió a caballo 10
veces más territorio que Aníbal, tres veces más que Napoleón y el doble de Alejandro
Magno, y cruzó a pie, al frente de su ejército libertador, sin ropas, calzado y
alimentos adecuados, la casi infranqueable Cordillera de Los Andes, con
temperaturas bajo cero y a más de 6 000 metros de altura.

Sin embargo, ante las consecuencias de los acontecimientos bélicos ocurridos,


es importante destacar que Bolívar no era un militar profesional en el sentido literal
de la palabra, y mucho menos un teórico de la Estrategia. Su formación militar fue
básica y su instrucción teórica no pasó los límites de las nociones de disciplina y
jerarquía, su paso por las formaciones militares coloniales de Venezuela fue breve y
se ha comprobado que nunca estuvo en L'École de Sorèze ni en ningún otro instituto
militar de ninguna clase. La forma en que desarrolló sus diversas campañas militares
y la terminología utilizada en su correspondencia sugieren que sus éxitos no pudieron
deberse a casualidades afortunadas, poseía conocimientos de estrategia militar más
avanzados de los que debía tener por su formación.

Mediante el análisis de sus hazañas bélicas se aprecia que Bolívar utilizaba los
fundamentos de la Planificación y Estrategia para elaborar sus operaciones y, en
determinadas acciones, demostró tener conocimientos de clásicos del arte de la guerra
aplicando tácticas como la del orden oblicuo del rey Federico II de Prusia,
formaciones romanas descritas por Tito Livio; puso también en práctica los principios
militares de Maquiavelo, era consciente de la importancia de la economía de fuerza,
hacía análisis del terreno y del adversario y consideraba fundamental el uso de la
Logística.

Dentro de la literatura militar se sabe que Bolívar leyó la Polibio y la Guerra


de las Galias de Julio César, pero además, existen indicios suficientes para creer que
manejó los textos militares de Mauricio de Sajonia y del Conde de Guibert. Sin
embargo, se sabe casi con seguridad que no conoció las obras de Montecuccoli hasta
1824, ni los estudios sobre Napoleón hasta cuando casi terminó sus campañas
militares.

Todo esto da como resultado un balance militar favorable a Bolívar ya que, a


pesar de una supuesta escasa formación militar puesta en entredicho, ha demostrado
ser un auténtico líder que dio la talla como estratega dotado de audacia e imaginación.

Al mismo tiempo, para el Libertador lo social y lo colectivo primaba sobre lo


individual. La esclavitud estaba en pleno apogeo en su tiempo. Desde luego, pasar de
ella al trabajo asalariado, donde el hombre dejaba de ser un simple objeto que se
compra y se vende, para negociar su fuerza física y mental con un patrono ,constituía
por supuesto un paso trascendental, una superación social, un progreso evidente. Aun
en su tiempo, y siempre que ello fue viable, apoyó el trabajo colectivo de la tierra,
para que se realizase éste en un pie de igualdad y se distribuyeran con justicia los
beneficios económicos de la labor.

Sabiendo, en consecuencia, que Bolívar era poseedor de un espíritu


revolucionario, progresista, avanzado, inclinado a lo social y comunitario,
seguramente que hoy en día apoyaría sin vacilaciones un sistema como el
cooperativista, tan alejado del capitalismo como del burocratismo estatista.

De igual forma, Bolívar dejó plasmada una gran obra política. La importancia de
estudiar la obra política de Simón Bolívar radica en que sus ideas y su proceder político
sintetizan el proyecto de toda una generación de criollos independentistas. Analizar la
obra de Bolívar significa conocer los cimientos de la sociedad latinoamericana.

La actuación y el proyecto político de Bolívar suscitaron diversas opiniones: los


liberales repudiaban lo que consideraban como centralismo y autoritarismo de Bolívar;
los republicanos detectaban recetas monarquistas tras los esquemas de organización
política propuestos por el libertador. Por su lado, los ideólogos de la expansión europea
intuían en el proyecto bolivariano de unidad latinoamericana una voluntad de resistencia
a aquella penetración. Durante los veinte años de su vida política, Bolívar fue un
revolucionario cabal que luchó contra los realistas españoles y criollos, y buscó y
promovió la unidad latinoamericana en 1825 y 1826, para romper el tutelaje advenedizo
de los expansionistas norteamericanos.

Como afirma Rufino Blanco Fombona, Bolívar ejerció el liderazgo de la empresa


política "más grandiosa que ha conocido la humanidad", pero el empeño de este hombre
no se agotaba en la aventura de destruir colonias y fundar patrias como quien corona
cordilleras. La mayor empresa de Bolívar fue precisamente aquélla en que nunca
triunfaría plenamente: la de construir repúblicas sólidas mediante la edificación de un
Estado fuerte y un sistema democrático liberal.

Es en este intento, cuya versión más acabada fue el establecimiento de la «Gran


Colombia», donde el Libertador muestra los distintos rostros que el olvido ha pretendido
acallar, y donde el rescate de las aspiraciones y desaciertos del hombre por encima de las
virtudes del héroe de la patria es necesario, no sólo para visualizar la independencia de
América como un proceso condicionado por una multiplicidad de causas, sino
fundamentalmente para comprender las circunstancias que llevaron a Bolívar a
convertirse en el fundador de la Patria cuando menos lo esperaba, y en el dictador de la
Gran Colombia cuando menos lo deseaba. Quizá todo ello pueda servir también para
explicar por qué hoy en día, a casi doscientos años de su desaparición, Simón Bolívar
sigue siendo el presente de América.

 Los principales escritos políticos de Bolívar son el Manifiesto de Cartagena


(1812), las Cartas de Jamaica (1815), el Discurso de Angostura (1819), y el Discurso ante
el Congreso Constituyente de Bolivia (1825). Cada documento corresponde también a
una distinta etapa de política y de guerra, así que no es precisamente el mismo pueblo al
que Bolívar alude en 1825 y 1812, ni son los mismos problemas institucionales que se
plantean.

En el Manifiesto de Cartagena (1812) señalo abiertamente su crítica al sistema


federal, al considerarlo como una de las causas de la perdida de la primera república. No
se oponía al sistema en sí, pues lo consideraba el "más perfecto y capaz de proporcionar
la felicidad humana", pero al mismo tiempo lo veía como "el más opuesto a los intereses
de los nacientes estados”. La razón de su oposición al sistema federal radicaba en el
hecho de que los ciudadanos no estaban preparados para funcionar bajo un sistema que él
consideraba débil, apto para otras naciones ya constituidas, pero no acorde con la
capacidad que en ese movimiento tenían los venezolanos para ejercer por sí mismos y
ampliamente sus derechos, porque carecían de las virtudes políticas que se necesitan para
que funcionara el sistema republicano. Igual consideración repite en La Carta De Jamaica
al criticar la forma de gobierno federal que se erigió en Venezuela en 1811 y en la Nueva
Granada al constituirse en república. También hace la misma consideración en el
Discurso de Angostura al criticar la constitución de 1811. En contraposición al
federalismo, Bolívar propone, y así se estableció en la constitución de angostura, en la de
Colombia y en la de Bolivia, un sistema centralista de gobierno. Cuando en la Carta De
Jamaica propone la integración de naciones, y concretamente la República de Colombia,
al unir a Venezuela con la Nueva Granada, el sistema que debía implantarse era el
centralista. En el Discurso de Angostura, al proponer una estructura de gobierno con una
constitución, establece la necesidad de una república popular, representativa, con un
ejecutivo fuerte que representa el centralismo en su visión política. Para Bolivia, al crear
la república, propuso un Ejecutivo vitalicio (que dura desde que se obtiene hasta el fin de
la vida), muestra fehaciente de su concepción política defensora del centralismo.

Para bolívar ser independiente no era simplemente alcanzar la autonomía era


necesario para estabilizar la obra e ir alcanzando progresivamente que conformaran una
sociedad libre y soberana es decir una sociedad donde los ciudadanos pueden gozar y
disfrutar de las garantías de libertad, igualdad, seguridad y propiedad a través de la
constitución y las leyes y la voluntad colectiva, y donde los ciudadanos cumplan sus
deberes y derechos.

Además de lo antes planteado, Bolívar fue un gran estadista, para comprender


esta faceta de nuestro Libertador Simón Bolívar como estadista, es importante
destacar que éste además de militar se le conoce como hombre preocupado por todos
los asuntos del Estado, de allí, que en su pensamiento y obra destaca la importancia
de que el Estado considerara no solo los problemas de la guerra., sino de la propiedad
privada, las relaciones con otros países, los recursos naturales, la libertad de
expresión, el derecho y la justicia para todos los ciudadanos.

Bolívar como estadista, tuvo proyección más allá de las fronteras en el tiempo
y el espacio, porque su proyecto de independencia no se limito solamente al territorio
venezolano sino que abarco a la mayoría de las naciones a las que soñó unidas o
confederadas en una poderosa alianza americana. Como estadista, actuó como
presidente de Venezuela, Colombia y Perú, apegado a las leyes y a las instituciones
republicanas. Hasta sus últimos días, el libertador o firmemente el desorden y la
anarquía.

El estadista es el ser semilla, el ente fundacional. La gestión de

gobierno es de futuro, subordina los intereses personales dándole

prioridad a los nacionales; dirige con mente lúcida y criterio

independiente. El estadista es ajeno al clientelismo electoral. Los mejores

ciudadanos los selecciona por la competencia profesional y honestidad. El

político solo tiene ambiciones, considera el erario como propio, carece de

ética y es un malabarista. La desfachatez es la norma y la inmunidad es la

ley. El juega vivo es la carta de presentación y la impunidad lo caracteriza.

El político es el ser de las imposturas, sabe mimetizarse como el


maese Pedro de El Quijote. El pathos del héroe idealista conduce a Simón
Bolívar a morir en la pobreza, es uno de los hombres más ricos de la
América criolla. La fortuna respalda la lucha independentista.

Bolívar demostró una gran preocupación sobre las clases


populares y tomo medidas destinadas a eliminar privilegios e injusticias
mediante la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley, también
manifestó preocupación e interés por la educación de los ciudadanos.
Para Bolívar “El primer deber del gobierno es dar educación al pueblo”.
Refiriéndose a la importancia de la educación. El pensamiento y la obra
social del libertador sirvieron de fundamento al modelo democrático
Venezolano que vivimos actualmente.
Sin duda, el discurso que ofreció El Libertador en el Discurso de
Angostura, fue una muestra de profundas reflexiones y de principios
concretos sobre lo que debía ser la adecuada organización de la
República, lo que reveló su imagen de estadista. Bolívar tocó temas tan
importantes como la soberanía del pueblo, la división de los poderes, la
libertad civil; pedía dictar leyes adecuadas a la situación del país y
consideraba necesario establecer dos componentes para la estabilidad
del sistema: un Senado vitalicio y hereditario, y el Poder moral u
organismo de educación cívica y cultural.

El Márquez de Ustariz

Jerónimo Enrique de Uztáriz y Tovar, el segundo marqués de


Uztáriz, era hijo de Luis Gerónimo de Ustáriz y de Melchora de Tovar y
Mijares de Solórzano (1735-1809), estudió Filosofía, Cánones y Leyes en la
Universidad de Caracas, alcanzando en 1756 el grado de Bachiller y más
tarde el de Licenciado.

Posteriormente, una vez que formó parte, por poco tiempo, del
Batallón de Tropa Veterana de la Provincia de Venezuela, marchó en 1759
a España, dada la muerte sin descendencia de su tío don Casimiro de
Uztáriz Azuara, primer marqués de Uztariz, familia natal de la villa navarra
de San Esteban (Doneztebe), le correspondía al sobrino el título y el
mayorazgo. La carrera de don Gerónimo de Uztáriz fue vertiginosa y
siempre en ascenso, desde Intendente de Toro de 1765 a 1770;
Intendente en Extremadura (veintitrés años); asistente del Rey en Sevilla
de 1793 a 1795 en funciones de Justicia, Hacienda, Guerra y Policía;
Ministro del Consejo de Guerra en Madrid de 1795 a 1801 y Ministro en
Comisión en Teruel, de 1801 a 1809. Al final de sus días ejercía como
Asistente en Comisión de nuevo en Sevilla donde muere a los 74 años de
edad en 1809, en plena actividad administrativa.
El marqués de Uztáriz, el aliado afectivo de Bolívar, el denominado
caraqueño ilustrado, encontró en Bolívar una suerte de discípulo
continuador de su "filosofía dieciochesca" y liberal. Fue Uztáriz y Tovar
seguramente en este momento, la arquetípica horma del Bolívar joven. La
larga pasantía del futuro Libertador venezolano en casa de su protector
en Madrid fue una especie de preámbulo a lo que vendría poco más
tarde en Bilbao, en compañía de los Rodríguez del Toro, destacan sus
relaciones con el ilustrado y afrancesado político bilbaíno Antonio Adán
de Yarza, con el coronel peruano Mariano de Tristán, los hermanos
Alexandre y Pedro José Dehollain, el primero, compañero de Bolívar de
los estudios del francés un viaje ciertamente revelador para un Bolívar
joven: Bayona, Burdeos, Paris y Amiens durante las festividades de la Paz
de Amiens.

El ejemplo de vida del Marqués tuvo que impresionar a su joven


discípulo, caraqueño. Si se compara la primera epístola de Bolívar con las
siguientes, una vez bajo la tutela de Uztariz, hay un cambio radical. Ya se
notan avances en el francés y propiedad al escribir claridad, ironía,
elegancia. Controla cifras que tienen que ver con sus gastos, negocios,
letras de crédito, lenguaje jurídico y mercantil Los avances intelectuales
de Bolívar durante 1800-1801 bajo el influjo del marqués de Uztariz, son
notables en su epistolario de la época.

La relación con el marqués de Uztáriz tendrá un valor histórico


agregado a todo lo demás, mucho más allá de tratarse de una gran
referencia episódica en la vida de Bolívar, es un elemento central en el
desarrollo de sus vivencias futuras, de su viaje a Bilbao, de su relación con
Teresa Rodríguez del Toro, su futura esposa, quien llegó a la vida de
Simón a través del marqués de Uztáriz.

Bolívar llega a la casa del Márquez una vez que su tío esteban cae
en desgracia, hasta los últimos tiempos de su vida creía Bolívar, que
nunca había tenido un mejor maestro que su amigo, cuyas virtudes
comparaba a las de los virtuosos griegos que se presentan como modelos
tales eran sus expresiones Imagen del Palacio Real de Madrid a principios
del siglo XIX

Está claro el hecho de que Bolívar entendió en algún punto de su


primera experiencia en la metrópoli, en la villa y corte, la importancia de
tener una base real en su formación, y el marqués de Uztáriz en ese
sentido fue el mejor de los aliados. Le permitió asistirle en su instrucción
al tiempo que lo disciplinaba con el propio consentimiento del mismo
discípulo, que entre los encantos fatuos de una corte y la posibilidad de
educarse con la dirección de un hombre como Uztáriz, se decantó por el
aprendizaje y el esfuerzo.

No obstante, es necesario poner también en la balanza la escena


del maestro y el discípulo, para no dejar ese aspecto en un recuadro
idealizado por los biógrafos de Bolívar, y que fue un recurso salvador la
tutela de Uztáriz, ya que significó un apoyo no sólo formativo, didáctico,
letrado, por así decirlo, también hizo un papel importante como único
tutor de Simón Bolívar en unas circunstancias muy especificas y difíciles
para el caraqueño, pues su pequeño entorno y referencia familiar,
atravesaba por la crisis producto de la dinámica de poder estrafalaria por
lo demás, de la corte.

Fue Uztáriz un referente de amistad, formación y de vinculación


con la elite y los círculos importantes de un grupo social muy
determinado de venezolanos encumbrados: "En casa del marqués de
Ustáriz, que como ya queda dicho representaba el polo grave de las
amistades de Bolívar, tal y como el mismo marqués. o los aspirantes a
encumbrar, como el recién desmoronado Esteban.

El marqués de Uztáriz llegó incluso a figurar, en buena medida,


como esa imagen paternal que Bolívar buscó entre un selecto grupo de
grandes referentes a lo largo de su vida, dada la temprana muerte de su
padre. Y fue en Madrid, en casa de Uztáriz, donde Bolívar conoció precisamente a
la nombrada anteriormente a la joven María Teresa Rodríguez del Toro, de quien se
enamoró perdidamente y con la que, pese a la oposición del padre de ella, se casó en
1802, Bolívar nombra al marqués de Uztáriz único tutor, pues no tiene a nadie más en
la villa y corte que le represente en su matrimonio.

Sería la casa del marqués su última residencia legal antes de partir


a Venezuela por la vía de La Coruña. Sus últimos momentos en la villa y
corte, inclusive los días previos al matrimonio, el 26 de mayo de 1802,
Bolívar pasó, muy probablemente, sus horas con el marqués de Uztariz.

Del comportamiento de Uztariz durante la Guerra de


Independencia de España, es posible ver ciertos rasgos dentro de las tesis
políticas de Bolívar Por ejemplo, cuando Uztáriz dice "Nada hemos hecho
si antes de acabar esta guerra no tenemos una Constitución que nos libre
para siempre de tiranos y favoritos, que restituya al pueblo su dignidad.
No es difícil encontrar alguna semejanza en la obsesión de Bolívar por el
Derecho Constitucional como la única forma de encontrar la virtud civil
en los jóvenes pueblos que se emancipan.

Consecuencias de la Muerte de maría teresa Rodríguez del Toro y


Alaiza

De acuerdo al historiador venezolano José Luis Silva Luongo en su


obra «Herencia de Todos», «la inesperada muerte de María Teresa es un
duro y decisivo golpe en la vida de Bolívar que lo sume en el más
profundo dolor. De nuevo se topa con el infortunio. En el futuro no
volverá a entregar amor puro y permanente a mujer alguna, tampoco en
lo adelante ninguna lo atará en forma definitiva.

La desesperación que sentía Bolívar hizo que sus más allegados


temieran que atentara contra su vida. Por eso, le recomendaron realizar
un segundo viaje a Europa, para mitigar su inmensa pena. En Madrid
mantuvo un conmovedor encuentro con su suegro, Don Bernardo. En
compañía de Fernando Rodríguez del Toro, primo hermano de María
Teresa, viajó a París, donde vuelve a contactar con su antiguo maestro
Simón Rodríguez. Ello resultará de vital importancia en la vida de Bolívar
pues Rodríguez, comprendiendo la desesperación que embargaba a su
antiguo discípulo, lo encauzará hacia la política para hacerle superar el
vacío vital que había dejado la muerte de María Teresa. Habiéndole sido
negada la dulzura de la vida hogareña, Bolívar se transmutará así en un
hombre volcado hacia los asuntos públicos.

. A partir de este momento, Bolívar solo vivió volcado en sus


asuntos públicos. El historiador Salvador de Madariaga llega a afirmar
que «este final súbito de la vida retirada y personal de una joven de
veintiún años ha sido quizá uno de los acontecimientos claves de la
historia del Nuevo Mundo».

El juramento de no volver a casarse que pronuncia en ese


momento es un acto de rebeldía en contra del dolor al que puede
conducir la entrega incondicional de los sentimientos. A pesar de sus
muchos amores y amoríos Bolívar cumplirá fielmente con la palabra
empeñada, como lo hizo también con otros de sus juramentos. En 1828,
es el propio Bolívar quien analiza la influencia que la muerte de su esposa
había tenido en él, y confiesa: “Si no hubiera enviudado, quizás mi vida
hubiera sido otra; no sería el general Bolívar ni el Libertador, aunque
convengo en que mi genio no era para ser alcalde de San Mateo”.
BIBLIOGRAFÍA

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 Prieto Figueroa, Luis Beltrán. El magisterio americano de Bolívar, publicado por vez
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Nacional de la Historia, 1982; 3a ed. Caracas: UPEL, 2002; 4a ed. Parlamento
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Ruiz Páez, C. (1994). El pensamiento Ecológico de Simón Bolívar. Tunja: Academia


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https://www.venez.pl/simon-bolivar-a-233-anos-del-nacimiento-del-
soldado-inmortal-de-la-libertad-de-los-pueblos/

http://venelib-antao.blogspot.com/2009/12/bolivar-doctor-en-
derecho.html

https://navegandoenelrecuerdo.blogspot.com/2014/10/bolivar-y-el-
marques-de-uztariz.html
https://www.abc.es/madrid/20150904/abci-simon-bolivar-mujer-madrid-
201509011037.html

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