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Trabajo final de seminario

Niños criminales:
Persecución penal de niños, niñas y adolescentes

Seminario: Niños, niñas y adolescentes en el Código Unificado Civil y


Comercial: avances y retrocesos

Alumno: Rodolfo Piccioni

Legajo: 136253/9

Dirección: Karina A. Bigliardi

Tutoría: Milagros Olivos Vargas

Primer cuatrimestre 2022

2022

1
Niños criminales: persecución penal de niños, niñas y adolescentes

Rodolfo Piccioni1

Resumen: El presente trabajo se centra en las posiciones -siempre difíciles y controversiales-


en torno a la delincuencia juvenil, sus causas, orígenes y posibles soluciones. ¿Es la baja de la
edad de punibilidad un remedio eficiente y suficiente? Se intentará demostrar -a partir de las
investigaciones de reconocidos doctrinarios, acopio de llamativas estadísticas y los aportes
esenciales de la jueza en lo Penal Juvenil Dra. María José Lescano- que no lo es, y que detrás
de cada posición en esta controversia se esconde una visión política, e incluso paradigmática,
acerca de los niños, niñas y adolescentes.

Palabras clave: niños – adolescentes – proceso penal – imputabilidad – grupos vulnerables

Abstract: The aim of this article strives on the always controversial and heated debates around
juvenile crime, its causes, origins, and possible solutions. Based on the research of
distinguished authors, the collection of valuable statistics and the intervention of Justice María
José Lescano, this paper attempts to demonstrate that reduction of criminal indictment age is
neither sufficient nor efficient remedy. Moreover, that behind every posture in this argument,
underlies different political (and paradigmatic) approaches about children and teenagers.

Keywords: children – teenagers – criminal procedure – indictment age – vulnerable groups

Sumario: 1- Palabras iniciales. 2- Régimen penal juvenil en la Provincia de Buenos Aires. 3-


Proyectos en torno a la baja de la edad de punibilidad. 4- Aportes de la magistrada María José
Lescano. 5- Palabras finales. 6- Bibliografía.

1
Estudiante de Abogacía (UNLP). Ayudante alumno por concurso de Teoría del Conflicto (Cát. I) y Derecho
Penal I (Cát. I).

2
1. Palabras iniciales

¿Pueden los niños ser considerados criminales? Esta pregunta se realiza Almudena Olaguibel,
especialista de UNICEF en protección de niños, niñas y adolescentes (2018). Este interrogante
-que a priori parece contestable a partir de la simple lectura del Código Penal y el Código
Procesal Penal de la Nación (o cualquiera de las provincias argentinas)- encierra algunos
matices y aristas de relativa complejidad.

Los paradigmas internacionales más modernos en materia de niñez (o niñeces) y adolescencia,


nos impone repensar -en clave constitucional y convencional- todas las instituciones del
Derecho que directa o tangencialmente tratan con niños, niñas y adolescentes (Herrera, 2019).

Claramente, el Derecho Penal no escapa a este imperativo jurídico. Se trata de la ciencia


(schifosa scienza, como supiera decir el ilustre doctrinario Francesco Carrara) que estudia la
norma jurídica que habilita la aplicación de un fenómeno tan agresivo como inentendible: el
poder punitivo del Estado (Zaffaroni et. al, 2006). El cúmulo de instituciones y figuras jurídico-
penales que convergen en la cuestión criminal es comúnmente referido por la doctrina
iuspublicista y penalista como “sistema penal”.

La intervención sistema penal tiene un innegable efecto deteriorante en la persona


criminalizada, y sus fines o funciones exceden -por lo pronto- el objetivo de este trabajo 2. Sin
embargo, vale la pena destacar que una postura agnóstica y negativa de la pena -a la que
adscribimos-, es la que mejor se ajusta a la propia de un Estado Constitucional de Derecho
moderno.

En el marco de un derecho penal de acto (art. 19, 75 inc. 22 CN y cs.), las personas son
criminalizadas -es decir, captadas por el sistema penal a través de la selección punitiva- en
reproche a una conducta determinada que se entiende contraria al ordenamiento penal. Así, se
deja de lado por inconstitucional y anticonvencional el llamado “derecho penal de autor”, cuyo
fundamento de raíces inquisitivas radica en la peligrosidad social -por cuestiones ambientales,
biológicas, culturales, económicas, etc.- del sujeto activo de los delitos.

Sin embargo, ni la Constitución Nacional, ni el Código Penal de la Nación (art. 41), admiten
una aplicación automática de pena frente a la comisión efectiva de la tipicidad objetiva de

2
Innumerables organismos, asociaciones y fundaciones dedican su tiempo y esfuerzo al estudio del impacto
regresivo del sistema penal. En especial, son de interesante consulta en materia de niñez y sistema carcelario:
Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) - www.cels.org.ar y Asociación Pensamiento Penal (APP) –
www.pensamientopenal.com.ar

3
alguna de las figuras delictuales del mencionado cuerpo legal. Se precisa, necesariamente, un
juicio de reproche personalizado al autor, en donde se evalúe la comprensión de la criminalidad
del acto y el llamado “ámbito de autodeterminación”. Es decir, si el sujeto comprendía lo
criminalidad de sus acciones y si dispuso de opciones suficientes para decidir una alternativa.

Corresponde hacer una precisión terminológica. La capacidad psíquica de comprensión de


criminalidad del acto y de adecuación de su accionar a esa comprensión, es lo que la doctrina
denomina “imputabilidad” y resulta un presupuesto ineludible en la Teoría del Delito (Zaffaroni
et. Al, 2006). La “edad de imputabilidad” es, en realidad, un límite legal a la persecución penal
y no un límite real a la compresión criminal. Es por esto por lo que -en rigor de tecnicismos-
debe hablarse de “edad de punibilidad” (Axat, 2021); esta será la terminología a emplear.

Es en este ámbito donde encuentro más fructífera la discusión sobre niños, niñas y adolescentes
(NNA). ¿Cómo se establece la capacidad de un NNA para comprender la criminalidad de sus
actos?; ¿Incide el contexto sociocultural y económico a la hora de determinar las alternativas
de actuación?; ¿El reconocimiento de la capacidad progresiva del NNA en materia civil, implica
responsabilizarlo penalmente como adulto?

2. Régimen penal juvenil de la Provincia de Buenos Aires

El Código Penal de 1921 determinaba la edad mínima de punibilidad en 14 años, la cual fue
aumentada en 1954 a 16 años. La dictadura militar en 1955 la disminuyó a 14 años, edad
mantenida en el Régimen Penal de la Minoridad o del Patronato (dec. ley 22.728). En 1983, se
volvió a elevar a 16 años (Axat, 2021).

Es a partir de esta categorización que los adolescentes de entre 16 y 17 años (utilizado la


rotulación etaria del derecho civil) pueden ser penados con las mismas penas previstas para el
resto de los ciudadanos mayores de 18 años. En la discrecionalidad de actuación que la
normativa vigente (pero vetusta) acuerda a los jueces, se encuentra la posibilidad de aplicar
penas perpetuas (por ejemplo, por la comisión de un homicidio agravado por el vínculo. Art.
80 inc. 1 CPN) a NNA3.

También es remarcable un principio basal del derecho penal y procesal penal: el de la


irretroactividad de la ley penal. A través de esta viga rectora del accionar penal, se reconoce la

3
Es importante destacar que este supuesto ha merecido la responsabilidad del Estado Argentino en sede
interamericana (Fallo CorteIDH “Mendoza y otros vs. Argentina”, 14/5/2013).

4
imposibilidad de juzgar a un mayor de 16 años por un delito cometido cuando era menor de 16
años -según dec. ley 22.728- (Maier, 2016).

El régimen patronal instituido por el dec. ley 22.728 ha sido totalmente desplazado por el
moderno abordaje contenido en la Convención de Derechos del Niño (aprobado por Argentina
mediante ley 23.849 en 1990, y de jerarquía constitucional con su inclusión en el art. 75 inc. 22
en 1994) y en la ley 26.061 de Protección Integral de los Derechos del Niño, Niña y
Adolescente.

Señala con acierto Julián Axat que:

“Aun cuando dicho Decreto no haya sido modificado, cada provincia reguló el
procedimiento acusatorio para el juzgamiento de los jóvenes punibles, los cuales se
rigieron -hasta hace poco- bajo el paradigma tutelar. En esos procesos tutelares el juez
constataba una ‘situación irregular’ de menores, se apropiaba del mismo y disponía
finalmente la pena. Se trataba de un proceso en el que no existía fiscal que acuse ni
defensa técnica que defienda” (2021).

Así las cosas, la Provincia de Buenos Aires sancionó en el año 2005 la ley 13.298 de
“Promoción y Protección Integral de los Derechos del Niño” y en 2007 del “Fuero de Familia
y Fuero Penal del Niño”, adecuando la normativa procesal al derecho internacional. Sin
embargo, en el derecho de fondo sigue rigiendo el dec. ley 22.278, que posibilita la imposición
de las mismas penas que los adultos para los adolescentes de 16 y 17 años y la detención bajo
las llamadas “medidas de seguridad” de los menores de 16 años.

Las estadísticas del Informe Anual 2020 de la Comisión Provincial por la Memoria son
ilustrativas en este punto (CPM en base a informe mensual REINA, 2020):

Ingresos de NNA a dispositivos de encierro según paso previo por el Sistema de Promoción
y Protección de los Derechos del Niño (SPPD), Buenos Aires, 2020:

a. Centro cerrado: 118 (34%) con ingreso previo al SPPD, 226 (66%) sin ingreso
previo.

b. Centro de recepción: 98 (31%) con ingreso previo al SPPD, 218 (69%) sin ingreso
previo.

c. Centro de contención: 29 (31%) con ingreso previo al SPPD, 64 (69%) sin ingreso
previo.

5
Ingresos de NNA al Centro de Admisión y Derivación (CAD. Ex instituto Inchausti) según
rango etario:

a. 15 años o menos: 347 (29%).

b. Entre 16 y 17 años: 828 (70%).

c. 18 años o más: 8 (1%).

Señala la Procuración Penitenciaria de la Provincia de Buenos Aires 4, que la distribución de los


83 NNA en prisión (formal) es la siguiente:

a. Por edad: menores de 16 años, 30 adolescentes; de 17 años, 39 adolescentes.

b. Por género: niños y adolescentes: 95%; niñas y adolescentes, 5%.

Cabe recordar que la Observación General Nº 10 del Comité de los Derechos del Niño (2007)
señala que tras la celebración de un juicio imparcial y con las debidas garantías legales, de
conformidad con el artículo 40 de la Convención sobre los Derechos del Niño, se adopta una
decisión sobre las medidas que se habrán de imponer al menor al que se haya declarado culpable
de un delito. Las leyes deben ofrecer al tribunal, juez, o a cualquier otra autoridad u órgano
judicial competente, independiente e imparcial, una amplia variedad de alternativas posibles a
la internación en instituciones y la privación de libertad, algunas de las cuales se enumeran en
el párrafo 4 del artículo 40 de la Convención sobre los Derechos del Niño, a fin de que la
privación de libertad se utilice tan sólo como medida de último recurso y durante el período
más breve que sea posible.

Según la ley vigente en Argentina (sustantiva), los menores de edad punibles (16 y 17 años)
deben ser juzgados con un sistema legal e institucional propio en cuanto a la aplicación, monto
y ejecución de la pena, respetando el principio de especialidad en materia penal juvenil. Este
trato diferenciado permitiría, incluso, la exención de pena, toda vez que resultan de aplicación
los art. 19 CN y 1 ley de Ejecución Penal 24.660. Estos sirven de base para la postulación del
fin resocializador de la pena (Beloff, 2016).

Además, resulta de vital importancia el fallo cortesano “Maldonado” (CSJN, Fallos 328:4343)
en el que se estableció la necesidad de que la pena aplicada bajo el Régimen Penal de la
Minoridad debe ser diferente a la que correspondería a un adulto en idéntico supuesto fáctico.

4
https://www.ppn.gov.ar/index.php/ejes-tematicos/colectivos-vulnerables/ninos-ninas-y-adolescentes-en-prision

6
En lo que refiere al derecho procesal penal de NNA, el menor de edad penalmente responsable
se encuentra -en término de garantías procesales- en una situación parecida a la de un adulto,
pero con algunas adicionales según la legislación local (vgr. en Salta, la reserva total de las
actuaciones art. 26.1 CPPS).

En cuanto a los menores de 16 años (no punibles en razón de su edad según la ley 22.278), estos
son excluidos -como fuera explicado- por una incapacidad presumida (iure et de iure) de ser
destinatarias de un reproche jurídico-penal personalizado (Beloff, 2016).

Enseña la autora mencionada que en general, lo que determinaba la respuesta estatal a los
menores no imputables en razón de su edad (menores de 16 años según ley 22.278) era el estado
de desventaja sociofamiliar significativa, considerada a partir de la gravedad del delito
imputado, pero, sobre todo, por sus condiciones personales y sociales.

Al ser una competencia no delegada y conservada por las provincias (art. 5, 121, 125 CN), la
regulación procesal penal juvenil y su adecuación con estándares modernos han dependido del
esfuerzo de cada una de las jurisdicciones argentinas. En términos generales, muchas provincias
regulan las mismas garantías que los procesos para adultos, pudiendo los niños impugnar las
decisiones, así como también su familia, abogado o Asesor de Menores (o incapaces). En
algunas, se admite que este último asuma la defensa técnica (Beloff, 2016).

3. Discusiones en torno a la baja de la edad de punibilidad

Suele suceder que, tras la conmoción pública por un trágico episodio involucrando alguno de
los aspectos del fenómeno del delito, se aviven las llamas de las candentes discusiones en torno
a las soluciones a dicho fenómeno. Algunas, desde la academia. Otras, desde la opinión popular
y el sentido común. En la batalla pulsional de los esfuerzos del poder punitivo frente a la
resistencia del Estado Constitucional de Derecho (de innegable esencia garantista) la opinión
pública resulta un arma trascendental. El poder punitivo, de inherente naturaleza irracional,
busca perpetuarse por todos los medios (incluidos los masivos de comunicación).

Así -y según señala destacada doctrina de la criminología- frente a cada conmoción pública el
poder punitivo responde con propuestas para su expansión y perpetuación, siguiendo la misma
lógica desde su institucionalización en el siglo XII y la Santa Inquisición (Zaffaroni, 2018).

La delincuencia penal juvenil no escapa a esta lógica, por lo que se exponen algunos proyectos
legislativos que, bajo pretexto de una asignar una función positiva al ejercicio del poder
punitivo, habilitan su expansión.

7
a. El proyecto Garavano5:

A partir del fallecimiento de Brian Aguinaco en 2016, supuestamente cometido por un


adolescente de 15 años, en 2017 se presentó un proyecto que si bien prohibía la prisión
por debajo de los 15 años, establecía la responsabilidad penal a partir de dicha edad con
delitos penados con las más altas penas, y para los adolescentes de 16 y 17 años
establecía la prisión sobre delitos penados 2 años o más.

Establecía también un sistema de registro y reincidencia juvenil, y preveía la


intervención de órganos de protección o equipos de salud según la Ley Nacional de
Salud Mental 26.657 frente a la declaración de inimputabilidad para los menores de 15
años.

b. El proyecto Méndez:

Este proyecto legislativo preveía su aplicación para menores de edad entre 14 y 17 años.
Por debajo de los 14 años, se establecía una exención total de responsabilidad penal.
Prescribía sanciones como prestación de servicios a la comunidad, reparación de daños,
ordenes de orientación y supervisión, libertad asistida, privación de libertad los fines de
semana o tiempos libres, etc.

c. El proyecto 2009:

Obtuvo media sanción en la Honorable Cámara de Senadores (HCD) en 2009, y preveía


un régimen muy similar al proyecto Méndez. Además, prescribía que para los que
tengan 14 o 15 años respecto de los delitos de acción privada (vgr. calumnias e injurias),
sancionados con multa e inhabilitación, o por delitos con pena menor a 3 años, se eximía
de responsabilidad penal. Para los adolescentes de entre 16 y 17, con un menor de 2
años.

Establecía una serie de sanciones que iban desde la disculpas personales, prestación de
servicios, un régimen de libertad particular a la forma del proyecto Méndez, etc. (Axat,
2021).

4. Aportes de la Magistrada Dra. María José Lescano6:

5
www.hcdn.gob.ar/presna/noticias/2019/noticias_0912.html
6
Doctora en Derecho Penal (UBA). Jueza, titular del Juzgado de Garantías del Joven Nº 1 de La Plata.

8
Tras el fructífero intercambio con la Dra. María José Lescano, magistrada a cargo del Juzgado
de Garantías Nº 1 de La Plata -especialista en el fuero de Responsabilidad Penal Juvenil- se
transcribe lo obtenido (bajo el rótulo “pregunta”, se indica los interrogantes formulados a la
Dra. Lescano. Bajo el rótulo “respuesta”, sus contestaciones):

(PREGUNTA) ¿Cómo calificaría Ud. el estado actual del fuero de Responsabilidad


Penal Juvenil?

(RESPUESTA) A partir de la puesta en vigencia de la ley 13634 en julio de 2008 en el


Departamento Judicial de La Plata comenzó a funcionar el sistema de Justicia Penal Juvenil,
integrado por tres Juzgados de Garantías del joven y dos Juzgados de Responsabilidad penal
juvenil. También se pusieron en funcionamiento Fiscalías y Defensorías Oficiales con
funciones específicas en esta materia.

Desde entonces ha evolucionado mucho el funcionamiento del sistema en cuanto a la


interacción de los distintos sujetos procesales como también en el desenvolvimiento de las
prácticas judiciales. Se han ido articulando las acciones con otras instituciones de Niñez que
funcionan en la órbita del Poder Ejecutivo, ya sea de naturaleza local o provincial.

Aún queda mucho camino por recorrer, pues el proceso de transición legal no ha concluido. Si
bien con las leyes 13298 y 13634 el Fuero Penal Juvenil ha logrado desarrollar criterios
jurisprudenciales específicos en donde rigen los principios emanados de la CIDN -criterios que
se han ido fortaleciendo con las resoluciones dictadas por la Cámara penal Departamental y
también por el Tribunal de Casación- el Poder Legislativo debería acompañar el proceso de
cambio con la sanción de nuevas leyes como puede ser una ley especial en materia de ejecución
de medidas.

Por otra parte es necesario diseñar una política orientada a mejorar y planificar los lugares de
encierro, y sus alternativas, pero también promover soluciones alternativas a los conflictos
profundizando los enfoques restaurativos.

La calificación del funcionamiento en general creo que es satisfactoria, con relación al


funcionamiento que tenían los tribunales de menores, pero personalmente tengo serias críticas
estructurales que presenta el nuevo diseño de justicia que en ocasiones ha reproducido prácticas
del sistema penal de adultos.

(PREGUNTA) ¿Qué piensa del funcionamiento de la legislación vigente en materia


de Derecho Penal Juvenil? ¿Necesita reformas, actualizaciones, etc.?

9
(RESPUESTA) Creo que son leyes que no han sido diseñadas con una mirada desde las
prácticas, con plazos muy estrictos y escuetos, pero sin los recursos que permitan en el proceso
acompañar esa decisión política de actuar con agilidad. La legislación vigente se describe como
algo absolutamente novedoso con relación al sistema anterior, pero se estructuró sobre las
mismas instituciones, particularmente en lo que hace a los institutos en donde se cumplen las
medidas privativas de libertad, se menciona la posibilidad de alternativas a la privación de
libertad pero por ejemplo es casi imposible conseguir pulseras electrónicas para materializar
esas ideas.

Es necesario promover nuevas reformas legales, la principal contar con una ley de
responsabilidad penal juvenil actualizada ( que reforma la ley nacional 22278) y en la provincia
nuevas normas que actualicen las vigentes y mejoren las prácticas institucionales.

(PREGUNTA) ¿Qué opina de los discursos que pregonan la baja de la edad de


punibilidad como respuesta al fenómeno de la delincuencia juvenil?

(RESPUESTA) los discursos que pregonan la baja de edad de imputabilidad por lo general son
simplificaciones que repiten discursos de los medios de comunicación. Establecer el límite para
determinar la frontera de punibilidad siempre es una cuestión delicada que debe resolver el
legislador y que necesita de un abordaje más integral. Por eso es necesario desarrollar el debate
en torno a un proyecto de ley que contemple todas las condiciones que exige el tratamiento de
la responsabilidad penal juvenil a la luz del paradigma propuesto por la convención. ¿Por qué
es importante el contexto?

Porque bajar la edad de imputabilidad para encerrar a un niño de 14 años es cuestionable, pero
que sucede si por ejemplo se baja la edad pero las sanciones no son previstas como privativas
de libertad o se remite al caso para trabajar desde la justicia restaurativa? por ello es importante
evaluar un escenario más amplio y si se decide mantener la edad a los 16 debe haber respuestas
institucionales claras para saber que se hace con los jóvenes que están incursos en delitos si son
no punibles. Porque es muy peligroso dejar el espacio, para que la gente actúe haciendo justicia
por mano propia.

(PREGUNTA) ¿Cuál es el paradigma sobre niñez que debe tomarse al hablar de


Responsabilidad Penal Juvenil? ¿Se debe tomar un enfoque proteccionista
teniendo en cuenta los factores socioambientales que aquejan a millones de NNA
para eximirlos de responsabilidad, o uno que respete la autonomía de sus
decisiones -las correctas y las incorrectas-?

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(RESPUESTA) No comparto que haya un enfoque antagónico, en realidad así se presenta el
problema, pero precisamente creo que es un error analizar las cuestiones como blanco o negro.
El paradigma a seguir es el de la CIDN y de allí se desprende el principio del niño como sujeto
de derechos, de su autonomía progresiva, de su responsabilidad por los actos cometidos a partir
de cierta edad, de la derivación de los casos a otros órganos administrativos para que sus
derechos sean efectivos.

Aún cuanto interviene el sistema de justicia penal juvenil, siempre debe orientarse el trabajo
para que los jóvenes infractores a la ley penal reflexiones sobre lo acontecido, puedan
reintegrarse a la sociedad, puedan respetar los derechos de los demás y desarrollar sus
capacidades en su camino hacia la adultez. El fin de la sanción penal - y también el proceso
penal juvenil, es esencialmente educativo.

(PREGUNTA) ¿Consideraría aplicable el sistema de autonomía progresiva (en


materia de evaluación del grado de madurez suficiente) en sede penal?

(RESPUESTA) Creo preciso hablar de autonomía progresiva y, al igual que en lo civil, se prevé
que cada niño pueda ir tomando ciertas decisiones, algunas sin el acompañamiento de sus
representantes legales. Puede ocurrir que en lo penal también una nueva ley, tenga una
gradación en cuanto a sus niveles de responsabilidad y por qué no pensar que puede establecerse
una coherencia de la norma penal con lo ya previsto en el CC y C.

Para ello es importante que las Universidades y las investigaciones puedan arrojar luz sobre
estas cuestiones y así cuando se apruebe una nueva ley de responsabilidad penal juvenil, sus
resultados sean más satisfactorios.

5. Palabras finales

El derecho es, antes que arte y cultura, poder (Pastor, 2017). La regulación del Derecho Penal
Juvenil depende, entonces, de las posturas políticas acerca tanto del poder punitivo del Estado
como de los derechos de los niños, niñas y adolescentes.

En el tratamiento del fenómeno delictual en general, y en especial en la delincuencia juvenil,


se revela evidente la necesidad de hacer más que sólo reformar el Código Penal en cuestiones
de límites objetivos a la punibilidad (baja de la edad, por ejemplo). Una respuesta integral al

11
delito implica una política criminal debatida y responsable que involucre a todos los actores del
conflicto social7.

Comparto la opinión de que es sustancial la explicitación de la definición social y política de


qué se quiere cambiar, para qué y cómo se van a lograr los resultados deseados. Enseña Beloff
que:

“Alejados de un contexto electoral determinado o de la conmoción pública por un delito


grave cometido por un menor de edad, discutir la refundación de la justicia juvenil en la
Argentina debería partir de la creación de un sistema coordinado nacional y provincial
construido sobre un relevamiento preciso de las dimensiones del problema, una
ingeniería institucional adecuada, programas concretos y entrenamiento riguroso de los
profesionales a cargo (…)” (2016).

El paradigma de protección a los NNA como grupo vulnerable -que es reconocido y pregonado
a nivel internacional- impone que nuestra primera reacción frente a la comisión de un delito
grave no sea la punitiva (cuándo, cómo y por cuánto tiempo lo penamos).

Una respuesta estatal y social integrada, respetuosa de los derechos especiales de los NNA exige
examinar las condiciones de vida y de crianza de ese sector de la sociedad, para evitar de esa
manera el acercamiento a la cultura delincuencial. La respuesta punitiva que obvia la necesaria
contención previa, resulta contraproducente, toda vez que puede predicarse todo sobre la pena,
menos su función positiva para el grupo social (Zaffaroni, 2006).

Por otro lado, debería tenerse en cuenta el principio convencional de no regresividad (art. 2
Convención Americana de Derechos del Hombre. Este principio, aplicado a la edad de
punibilidad, debe entenderse según los puntos 30 y sucesivos de la mencionada Observación
Nº 10 del Comité sobre los Derechos del Niño.

Al decir de Axat, la responsabilidad penal juvenil es una deuda pendiente de la democracia que
exige seriedad y no demagogias políticas (2021).

6. Bibliografía

Alagia, A., Slokar, A., Zaffaroni, E. Manual de Derecho Penal: Parte General, Ediar, 2006.
Axat, J. Sistema penal juvenil y fin de la demagogia, Asociación Pensamiento Penal, 2021.

7
Sobre el encuadre de las funciones del derecho como herramienta necesaria para el progreso social en el marco
de las teorías del consenso, ver ENTELMAN, R. Teoría de conflictos: hacia un nuevo paradigma, Gedisa, 2002.

12
Beloff, M. ¿Qué hacer con la justicia penal juvenil?, Ad-Hoc, 2016.

Beloff, M. La protección de los derechos de las niñas en la justicia juvenil, Rubinzal Culzoni,
2017.

Beloff, M. Los adolescentes y el sistema penal. Elementos para una discusión necesaria en la
Argentina actual. Seminario para auxiliares docentes de Derecho Penal y Procesal Penal
de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, 2002.

Beloff, M. Niños, jóvenes y sistema penal: ¿Abolir el derecho que supimos conseguir?, Blog
No Hay Derecho, 2009.

Beloff, M., Kierszenmbaum, M. Aportes para la discusión sobre la reforma del sistema de
responsabilidad penal de adolescentes en la República Argentina, Ad-Hoc, en prensa.

Beloff, M., Kierszenmbaum, M. Autonomía, daño, paternalismo jurídico e infancia. Acerca de


la posibilidad de compatibilizar el art. 19 de la Constitución Nacional con el art. 19 de
la Convención Americana sobre Derechos Humanos, Mimeo, 2019.

Herrera, M. Manual de Derecho de las Familias, Abeledo Perrot, 2019.

Maier, J. Tratado de Derecho Procesal Penal, tomo I, Ad-Hoc, 2016.

UNICEF - www.unicef.es/blog/pueden-los-ninos-ser-considerados-criminales

UNTREF www.untref.edu.ar/mundountref/baja-edad-imputabilidad-debate-vigente

Zaffaroni, E. La cuestión criminal, Planeta, 2018.

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