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La criogénesis o criogenia en el campo de la medicina es un proceso real, aunque no se sabe si

efectivo, que busca congelar un cuerpo y preservar sus órganos para que pueda ser resucitado en
un futuro indeterminado.

En cualquier caso, ¿qué es la criogenia humana?

La criogenia no es un proceso complicado en microorganismos, asegura Pazmiño. ... Se utilizan


ultra congeladores que enfrían los elementos a temperatura de nitrógeno líquido, alrededor de
menos 196 grados centígrados. En el cuerpo humano este proceso no es tan sencillo.

Aunque, ¿qué es criogenia ejemplos?

La criogenia es el conjunto de técnicas utilizadas para enfriar un material a la temperatura de


ebullición del nitrógeno o a temperaturas aún más bajas. El uso de helio líquido en lugar de
nitrógeno permite alcanzar la temperatura de ebullición de éste, que es de 4,22 K (-268,93 °C). ...

Sabiendo esto, ¿qué es la criogenización humana?

La criogenización es un método por el cual se somete a una persona o animal a condiciones de frío
intenso con el objetivo de preservar su cuerpo en condiciones para ser reanimado en el futuro. El
término correcto para este proceso es criopreservar.

Cuando el cuerpo llega a las instalaciones de la empresa se le congela apenas por encima del
punto de congelación del agua. Después se le sustrae la sangre y se reemplaza por químicos que
serán los encargados de preservar los órganos en buen estado. en las venas y arterias se aplica una
solución que evitará la formación de cristales cuando el cuerpo alcance los -130 grados de
congelación.

El paso final es introducir el cuerpo en un contenedor que se sumerge en un tanque de nitrógeno


líquido que se mantiene a -196 grados centígrados. Según los deseos de los pacientes se puede
conservar el cuerpo entero o sólo el cerebro o la cabeza. Para mantener el cerebro en buen estado
deben ser controlados de manera conveniente los niveles de oxígeno.
Existe una gran confianza en que una vez que la nanotecnología consiga avances superiores,
aquellos daños que el cuerpo sufra antes del congelamiento o producto de éste sean reparados.
Un factor que genera desconfianza en la efectividad de esta técnica es que los órganos requieren
diferentes niveles y tiempos de congelamiento para su buena conservación. Así que si el cuerpo
entero es congelado en las mismas condiciones se corre el riesgo de que los órganos sufran daños
diversos.

En la actualidad, se estima que hay más de 2.000 individuos (entre ellos algunos españoles) que
han firmado un contrato con alguna empresa de criónica para que, inmediatamente después de
ser declarados muertos, sean preservados en depósitos a muy bajas temperaturas (inferiores a -
130ºC) a la espera de que los futuros avances en biomedicina consigan devolverlos a la vida. Toda
esta clientela en estado de hipotermia tiene dos características en común: fe en un futuro
milagroso y dinero, mucho dinero.

En 2019, la criogenización de seres humanos es una quimera. La mayoría de la comunidad


científica se muestra escéptica con este procedimiento que aún no tiene aprobación médica. Eso
sí, aunque la descongelación como elixir de vida no sea aún operativa, el salto tecnológico-
científico que se avecina en las próximas décadas exige abordar los desafíos sociales y éticos que
comportaría el despertar de X y sus compañeros.

«Mejor morir en Arizona que en Madrid», dice con sorna Francisco Lledó, catedrático de Derecho
Civil y abogado, sobre los problemas jurídicos que generaría esta utopía en el ordenamiento
jurídico actual.

X sería un sujeto sin duda muy afortunado, pero que no sabe lo que se le vendría encima. Muchos
de estos problemas son analizados por Lledó en un original ensayo escrito junto a la bioquímica
Susana Infantes titulado Aspectos jurídico-científicos de la criónica en seres humanos: el derecho a
vivir después de la muerte (Editorial Dykinson).

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