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El pajarito perezoso

Primer acto

Había una vez, en un bosque no muy lejano, un pajarito muy pequeño y muy, pero
que muy perezoso al que siempre le costaba hacer sus cosas: no quería
levantarse temprano ni recoger paja para su nido y no digamos de prepararse para
el invierno, ¡eso ni siquiera entraba en sus planes! Al final, de tan remolón que era,
perdió la oportunidad de viajar con sus amigos, ¡le tocó pasar el invierno solo!
Pero, ¿sabéis qué? Todo esto le sirvió de una gran lección.

Se abre el telón. Los tres pájaros están el bosque.

Pajarito: (sentado cómodamente en su nido) ¡Qué bonito día hace hoy! Dormiré
un rato más.

Pajarín: ¡Eres un perezoso! Solo quieres dormir y dormir.

Pajarón: No se puede dejar todo para última hora siempre, así no vas a ninguna
parte.

Pajarito: Vaya cosas decís, si no pasa nada de nada.

Pajarón: ¿Cómo qué no? Ayer no terminaste de limpiarte las plumas.

Pajarito: Bueno, lo único que ocurre es que tardo un poquito más que los demás
en hacer mis cosas.

Pajarín: Mucho más diría yo. Además siempre eres el último en levantarte.

Pajarón: Es verdad, esta misma mañana te hemos llamado varias veces, y nada,
que tú querías seguir acurrucado como si tal cosa.

Pajarito: ¡Es que estoy tan cansado! Voy a tumbarme un rato y luego me pongo a
ordenar todo.

(Pajarín y Pajarón se van pues se han cansado de estar esperando a su amigo).


Se cierra el telón.
Segundo acto

Se abre el telón. Los pajarillos vuelan y juegan. Al rato empiezan con los
preparativos (empiezan a recoger sus cosas) pues el frío está a punto de llegar.
Pajarito sigue sin hacer nada.

Pajarín: Tenemos que darnos prisa, el frío se acerca y hay que prepararlo todo
para poder irnos a pasar el invierno a un lugar más cálido.

Pajarón: No te preocupes, ya casi lo tenemos todos. Solo queda tapar los nidos.

Pajarín: ¿Dónde está Pajarito?

(Miran a los lados y ven que Pajarito sigue tumbado como si nada)

Pajarón: (se dirige a Pajarito) ¿Tú ya lo tienes todo listo?

Pajarito: ¿Listo para qué?

Pajarín: ¡Para qué va a ser! Para el viaje, salimos dentro de dos días.

Pajarito: No pasa nada, tengo tiempo de sobra.

Pajarín: Si no te das prisa te quedarás solo. Nos vemos aquí dentro de dos días.

(Al cabo de dos días los pájaros llaman temprano a Pajarito)

Pajarón: Despierta, Pajarito, es hora de salir.

Pajarín: Tenemos que comenzar el vuelo si queremos llegar a tiempo.

Pajarito: Quiero seguir durmiendo un poco más.

(Pajarín y Pajarón se van, al rato se despierta Pajarito).

Pajarito: ¡Qué bien he dormido!

Pajarito: ¡Chicos! ¿Dónde os habéis metido? (grita).

Pajarito: ¡Se han ido! No me lo puedo creer.

Pajarito: Tendré que pasar el invierno yo solo aquí, no puedo hacer un viaje tan
largo en solitario.

Pajarito: Tenía que haberme despertado antes.

Se cierra el telón.
Tercer acto

Se abre el telón. Pajarito está recolectando hojas y alimentos para pasar el


invierno en el bosque.

Pajarito: (con cara asustada pues se ha quedado solo) Me daré prisa, tengo
mucho trabajo por hacer. Empezaré por arreglar el nido, luego cogeré algo de
comida y después prepararé estas ramas para guardar el agua.

Pajarito: Aquí las frutas, aquí las bayas, aquí para resguardarme del frío... Creo
que ya lo tengo todo.

(Pasó el invierno, llegó la primavera y las aves regresaron. Se puede similar este
cambio de las estaciones con un cambio de luz.)

Pajarito: (se dirige a sus amigos) ¡Cuánto me alegro de veros!

Pajarón y Pajarín: ¡Y nosotros a ti! ¿Cómo has pasado el invierno?

Pajarito: Pues bien, pero os he echado mucho de menos, he comprendido que no


puedo dejar todo para última hora.

(Pajarito les enseña su nido)

Pajarón y Pajarín: ¡Vaya! ¡Qué buen trabajo!

Pajarito: ¡Gracias! La verdad es que he tenido que trabajar mucho y me siento


orgulloso de ello.

Pajarito: Ya nunca más voy a tener pereza, a partir de ahora voy a trabajar como
el que más.

Pajarón y Pajarín: ¡Qué bien oírte decir eso!

Pajarón: ¿Os parece si vamos a volar un rato juntos?

Pajarín: Vale, después tomaremos la merienda.

Pajarito estaba orgullo y feliz de haber cambiado de conducta y, ¿sabéis qué?


Para que no le diera pereza levantarse por las mañanas, sus amigos le hicieron un
despertador con la cáscara de una nuez. ¡Ya nunca nadie le volvió a
llamar Pajarito perezoso!

Se cierra el telón. Fin de la obra.

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