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ACTIVIDAD: TERTULIA

CURSO: 2do A BGU


ASIGNATURA: EDUCACION PARA LA CIUDADANIA
LIC. Dr. JAIME EARZO HIDALGO
FECHA: 22/11/2021
TEMA: LA HISTORIA DE EUGENIO ESPEJO
Polígrafo ecuatoriano, figura cumbre de su tiempo en Ecuador, nacido en Quito en
1747 y muerto en la misma ciudad el 27 de diciembre de 1795. Junto con Miguel
de Ugarte y Miguel de Jijón, forma el trío pionero de la independencia ecuatoriana.
Fue hijo del indio cajamarqués Luis Chusig quien luego cambió sus apellidos por
los de Santa Cruz y Espejo, y de la mulata María Catalina Aldaz y Larraincar.
Experto en medicina, leyes y teología, fue también ensayista, panfletista, traductor,
humorista, periodista, bibliotecario público, maestro de juventudes y precursor de
la Independencia. Graduado en Medicina a los veinte años y lector incansable de
los clásicos, durante toda su vida tuvo que enfrentarse a un ambiente hostil al
mestizo, y más aún al casi indio que él era.
Espejo se desquitaba con sus críticas certeras e irónicas, que, al mismo tiempo
que despertaban admiración por su inteligencia, aumentaban también sus
enemistades. Nunca atacó de frente, porque lo habrían apresado y aniquilado;
minaba lentamente las posiciones enemigas basándose en la burla y la sátira.
Neto agitador revolucionario, fue un auténtico maestro en el arte de disfrazar su
verdadero pensamiento; en todo momento fomentó la crítica indirecta, pero
corrosiva, contra la Colonia y las autoridades españolas.
En 1779 publicó El nuevo Luciano (o Despertador de los ingenios quiteños), obra
en la que presenta el saber de su época con gran penetración y cáustico humor.
Escrita en nueve conversaciones, está dedicada al Presidente José Diguja, y
firmada bajo el seudónimo de Javier de Cía Apéstegui y Perochena, apellidos
tomados de sus antepasados maternos; la obra despertó numerosas
controversias, por lo cual al año siguiente escribió Marco Porcio Catón o Memorias
para la nueva imputación del Nuevo Luciano (1780), que firmó como Moisés
Blancardo; a esta obra siguió La Ciencia Blancardina, con la que continuó la
polémica.
En estas obras Espejo se presentaba como "crítico literario" y dentro de los
principios de la "investigación inductiva y de las ciencias exactas". En 1785 y con
motivo de la grave epidemia de sarampión y viruela, fue encargado de combatir
dicha enfermedad, y escribió Reflexiones sobre la viruela (1785), en la que con
excelente intuición se adelanta a la ciencia de su tiempo.
No obstante, acusado ante el Presidente por algunas afirmaciones emitidas contra
los "falsos médicos", fue conminado por la autoridad para que destruyera el libro;
ante la negación de Espejo, el Presidente le invitó para que se retirara al Perú
durante algún tiempo, mientras se calmaba la ira de sus enemigos.
Pero en lugar de viajar hacia el destierro, Espejo se retiró a Riobamba, donde
escribió Cartas riobambenses; en ellas cometió el error de poner al descubierto las
debilidades de algunas familias de la ciudad, por lo cual fue de nuevo acusado,
apresado y trasladado a Quito por orden del Presidente Villalengua. Habiéndosele
encontrado un ejemplar de El retrato de Golilla (sátira supuestamente escrita en
España contra el rey Carlos III), fue enviado a Bogotá a disposición del Virrey. Allí
se hizo amigo de Antonio Nariño, Antonio Zea y otros, y aumentó su radio de
influencia y de propaganda libertaria.
En 1790 regresó a Quito. Aquí fundó la "Sociedad Patriótica de amigos del País";
dirigió los trabajos de adecuación del edificio de la antigua Universidad de San
Gregorio, destinado para Biblioteca Pública, de la que fue nombrado director. En
1972 publicó el periódico Primicias de la Cultura de Quito, del cual llegaron a
publicarse siete números, el primero salió el jueves 5 de enero. De esta época son
también Memoria sobre el corte de quina (1792), Voto de un ministro togado,
Segunda carta teológica en la que, entre otras cosas, se muestra partidario de la
teoría de los dominicos, sobre la transmisión del pecado original sin exceptuar a la
Virgen María, y los Panegíricos de Santa Rosa de Lima.
En 1974, solidario con ciertos rumores de levantamiento en Bogotá, mandó
colocar en las cruces de Quito unas banderitas escarlatas, en las que había
escrito (en latín) "Al amparo de la cruz sed libres, conseguid la gloria y la
felicidad". En esta tarea le ayudaron otros patriotas, como el Marqués de Selva
Alegre, Mariano Villalobos y el maestro Peñaherrera.
Delatado meses más tarde ante el Presidente, fue encarcelado el 30 de julio de
1795, con grillos en las piernas, en una mazmorra húmeda, fría y maloliente. Allí
permaneció hasta el día 20 de diciembre, en que, enfermo de disentería fue
conducido al Hospital, donde murió el 27 del mismo mes.
Espejo puede ser considerado como un renovador integral: representó el espíritu
de la Ilustración; atacó los métodos tradicionales de enseñanza; preconizó una
visión liberal y científica en concordancia con la tradición cristiana; expuso
concepciones económicas de tipo moderno, apropiadas para el progreso de Quito,
distintas a las que estaban en boga; se atrevió a cuestionar la persona del rey y su
autoridad; hizo planteamientos positivos en torno a los derechos de la mujer;
elaboró un detallado plan revolucionario perfectamente puntualizado -como se le
descubrió en el proceso y adoctrinó a un grupo de alumnos que luego fueron los
próceres quiteños de 1809.
El historiador mejicano Carlos Pereyra lo ha definido como "el más formidable
agitador del Nuevo Mundo", y Jorge Salvador Lara lo ha calificado como "el
hombre que representa la vocación nacional como ningún otro, pues encarna los
ideales de fe cristiana, libertad y cultura propios de nuestra patria".
Ejerció como redactor y director de Primicias de la cultura de Quito, puesto desde
el que defendió las ideas emancipadoras. Por ello, Santa Cruz fue perseguido y
desterrado a Bogotá, junto con la clausura del periódico.
No ingresó en ninguna escuela primaria. Pero aprendió sus primeras letras de su
padre. Por ser hijo del indígena Chusig, tuvo que esconder su origen para poder
acceder a un nivel de instrucción superior.
Gracias a su amor por los libros, estudió medicina en la Universidad de Santo
Tomás de Aquino, donde en 1767 obtuvo el título de Doctor. Como médico no hizo
fortuna, pues curaba gratuitamente a los pobres y no atendía a los ricos. En la
misma universidad, entre 1767 y 1770 estudio derecho civil y canónico,
convirtiéndose en Abogado.
Preocupado por las condiciones sociales imperantes, se consagró como uno de
los pensadores más avanzados y propositivos de su época. De su firmeza
surgieron las proclamas libertarias que nos llevaron a la Independencia.
En la madrugada del 21 de octubre de 1794, Espejo colocó banderas rojas en las
cruces de piedra de las principales iglesias de la ciudad para despertar el espíritu
de libertad el pueblo oprimido. “Al amparo de la cruz sed libres conseguid la gloria
y la felicidad”, decían las banderas. Su amor por la libertad alumbró los sueños de
los patriotas del Diez de Agosto.
Aportes al país:
Fue uno de los precursores de la independencia de Ecuador.
Difundió en el pueblo los valores heredados de la Revolución Francesa: Igualdad,
Fraternidad, Solidaridad.
Fue uno de los más grandes exponentes de las letras ecuatorianas.
Obras:
Primicias de la Cultura de Quito
El Nuevo Luciano
Marco Poncio Catón
La Ciencia Blancardina
Sermón de San Pedro
Carta al Padre La Graña, Sobre Indulgencia
Reflexiones Acerca de la Viruela
Defensa de los Curas de Riobamba
Discurso a los Quiteños
Carta a los Maestros
El Retrato de Golilla

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