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INSTITUTO SUPERIOR DE ARTE

ESCUELA SUPERIOR DE MÚSICA


PROFESORADO DE MÚSICA
CON ORIENTACIÓN EN EDUCACIÓN MUSICAL

Trabajo Practico N°3 de Dirección

FORMACION
VOCAL II

♦ DOCENTE: Isolda Sánchez


♦ ALUMNO: Cabana Pablo Agustín
♦ CURSO: 2do
♦ COMISION: “B”
♦ TURNO: Mañana
♦ AÑO: 2021
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Introducción
En este trabajo plantearemos paso a paso como afrontar las primeras clases con un coro vocacional,
avocándonos prioritariamente a la teoría musical, partiendo por la clasificación de voces, el numero
conveniente de las mismas y su ubicación, pasando por las propuestas que nos hacen los maestros Antonio
Russo y Vilma Gorini en cuanto a la educación musical del corista y como empezar a trabajar la teoría.

Comenzamos con la formación de coros. El maestro Russo plantea que, de acuerdo a los elementos que lo
componen, podemos clasificar los siguientes tipos de coro:

1) Coro mixto, formado por soprano, contralto, tenor y bajo.


2) Coro masculino formado por tenor 1°, tenor 2°, barítono y bajo.
3) Coro femenino formado por soprano 1°, soprano 2°, mezzosoprano y contralto.
4) Coro de niños formado por niño soprano, niño mezzosoprano y niño contralto.

En cuanto a la extensión de las voces, siempre teniendo en cuanta la formación de un coro vocacional,
nosotros vamos a fijar la siguiente extensión mínima:

Si el trabajo vocal es continuo Vamos a poder ampliar estos límites y fijar una extensión máxima. Por

ejemplo:

Voz soprano podría extender su registro más grave hasta un semitono más, y su registro más agudo hasta
dos tonos más.

Voz tenor podría extender su registro más agudo hasta dos tonos más.

Voz mezzosoprano podría extender su registro más agudo hasta un tono y medio más.

Voz barítono podría extender su registro más grave hasta un tono más, y su registro más agudo hasta un
tono y medio más.

Voz contralto podría extender su registro más agudo hasta un tono más.

Y, por último, voz bajo podría extender su registro as agudo hasta un tono más.

Pasamos ahora a hablar del número conveniente de voces para la formación de un coro de tipo vocacional.
Lo adecuado serian 40 voces, esto generaría un caudal sonoro lo suficientemente grande como para cantar
en salas de concierto de tamaño regular, y al mismo tiempo es un conjunto numéricamente controlable. Si
integramos o trabajamos con más de 40 integrantes los problemas de ritmo, agilidad y cohesión van a ser
más graves.
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Teniendo en cuenta la cantidad ya mencionada de integrantes, la proporción adecuada podría ser: 9 bajos, 9
tenores, 10 contraltos y 12 sopranos. Esta proporción es relativa y está condicionada al caudal vocal de cada
cuerda.

A la hora de ubicar a los coristas evite hacerlo siempre de la misma manera dentro de la cuerda, hay
elementos inseguros que tienden a apoyarse en los más seguros, llamados “puntales”. Esta relación de
dependencia tiene como consecuencia que el corista inseguro solamente cante si asiste su compañero
“puntal”, que es quien le sirve de guía. Entonces para evitar estas situaciones, si un día ensayo con los bajos
ubicados de la siguiente manera: 1, 2, 3, 4, 5, etc. El día siguiente ubíquelos de manera distinta: 1, 4, 2, 5, 3,
etc. Y así hasta la ubicación definitiva, que es recomendable darla algunos pocos ensayos antes del
concierto.

En los primeros ensayos de conjunto se puede ubicar a las cuerdas en


semicírculos, con abertura hacia el director, permite que cada cuerda afiance
bien su parte mientras oye a las otras cuerdas. Esta audición va resultar algo
alejada para cada cerda ya que están “concentradas en sí mismas”, pudiendo
evitar desconciertos que se producen comúnmente en un primer ensayo de
conjunto. Luego la formación puede variar.

La educación musical del corista:

Por un lado, la maestra Vilma Gorini nos plantea que, al estar frente a un grupo de niños al que no
conocemos y carece de experiencia coral, sería un error comenzar explicando detalles técnicos de
respiración y articulación o haciéndolos vocalizar, tampoco se aconseja intentar una clasificación de voces y
mucho menos pedirles que canten individualmente.

Lo más útil seria empezar por enseñarles una canción bella, sencilla y breve, que les guste y que se aprenda
rápido.

El canon, por ejemplo, nos ofrece innumerables ventajas para divertir a los niños e iniciarlos en el canto a
voces. Sin embargo, no siempre resulta útil para corregir la emisión en las primeras clases.

Debemos elegir una canción linda que toque la sensibilidad del niño y cuyo movimiento no sea muy
rápido. Por ejemplo, el movimiento andante o moderado permitirá controlar las voces y su afinación. Nos
va ser más fácil encontrar al que no descubre sus propias posibilidades, al que se queda siempre en lo grave
como si hablara, al gritón. En general nos va resultar evidente la mala respiración y la falta de articulación,
problemas que iremos resolviendo en simultaneo.

En cuanto al niño que solo “habla”, la mayor parte de estos niños simplemente no se han descubierto a si
mismos. Debemos tener paciencia para sacarlo del registro limitado que se habituó a usar, buscar llevarlos
un poco abruptamente hacia lo agudo para que descubra las posibilidades de sus cuerdas vocales.

Para empezar a trabajar el ritmo, escribimos un


ejercicio rítmico sencillo que también puede
incluir refranes o frases largas y el proceso a
seguir seria:

a) Hablarlo con ritmo


b) Palmearlo
c) Cantarlo sobre un sonido
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También se pueden realizar cánones rítmicos para luego cantarlos con un sonido:

Puede resultar interesante también para los niños


acoplar dos o tres refranes o rimas que pueden ser
iguales o distintas, exigiendo mayor atención.

Estos ejercicios darán soltura e independencia a los


grupos va permitir a los niños ubicarse mejor en el
canto a varias voces.

Las frases utilizadas como ejercicios de articulación pueden servirnos para el comienzo de canto a dos
voces, alternando con cánones, canciones ostinatos y con sencillos detalles a dos voces.

Podemos cantar, por ejemplo, con el nombre de las


notas, haciendo preguntas: ¿Cómo es el sí?; ¿Cómo es el
sol?; ¿Cómo suenan juntos? Así se desarrolla la memoria
del sonido.

Los intervalos no necesariamente tienen que ser de una tercera mayor, es conveniente trabajar con otros

intervalos. Estos ejercicios son útiles para estudiar pasajes difíciles o incomodos de las canciones:

También debemos trabajar con voces quietas, es decir entonar ambas frases en forma sucesiva, para luego

mover una voz en el transcurso de una frase.

No siempre debemos preparar estos ejercicios con anterioridad, las circunstancias del momento como la
charla de algún niño, los ruidos de sillas o puertas pueden motivar otros muy interesantes.

A los niños les encanta poner ritmo y melodía a una frase; lo hacen con soltura. Una frase sencilla: “Yo no
lo sé” puede cantarse:
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Podemos agregar también un ostinato melódico.

Estos ejercicios son fáciles de realizar y permiten controlar la respiración, la forma de articular y de emitir.
Mas adelante podremos ir incorporando una tercera voz.

Volviendo a la bibliografía del maestro Russo. Él nos propone las siguientes son “clases” con elementos
básicos de lectura musical para coristas. (Se recomienda armar un grupo aparte con bajos y barítonos para
poder trabajar con la clave de fa.)

Para la 1ra Clase

Podemos empezar palmeando una sucesión regular de golpes y a continuación pedirles a los coristas que
repitan. Luego escribir esa sucesión de golpes en el pizarrón utilizando como figura la negra (sin
nombrarla) repetida 6 veces, explicando que cada signo significa un golpe. Ahora los coristas palmean otra
vez leyendo los signos.

En esa sucesión de golpes hay una falta de estabilidad rítmica por la falta de acentos. Ahora palmeamos
acentuando cada dos golpes y luego lo escribimos en el pizarrón, teniendo en cuenta la figura y la cantidad
de golpes (6), quedaría así: 1, 2, 3, 4, 5, 6. Ahora pedimos a los coristas que palmeen acentuando
correctamente. Luego cambiamos de lugar y agregamos acentos, siempre variando, esto para poner en
evidencia el cambio de sentido rítmico consecuencia del cambio de acento. Agregando más golpes de ser
necesario.

Ahora palmeamos una sucesión regular de golpes acentuando cada dos y omitimos de vez en cuando uno
de los golpes que coincidan con el acento, teniendo en cuenta la figura, agregamos más golpes, quedaría
así: 1, 2, 3, 4, -, 6, 7, 8, -, 9, 10. Ahora pedimos a los coristas que palmeen leyendo.

Luego escribimos dos o tres ejemplos más, siempre variando la cantidad y orden de los acentos y la
omisión de golpes, y pedimos a los coristas que palmeen.

Ahora le ponemos nombre a todos los signos utilizados en el pizarrón, la figura negra, el acento, y el
silencio de negra.

Luego podemos empezar a hacer uso del pentagrama, escribiendo sobre él un ejercicio con la figura
trabajada y cantando con el nombre de las notas, se recomienda empezar con dos notas al principio, por
ejemplo, Mí y Sol, mientras marcamos con quironimia* la altura de los sonidos.

La quironimia es el arte de expresar el movimiento melódico y rítmico con la mano.

Le pedimos a los coristas que repitan el ejercicio mientras nosotros los dirigimos con quiromimia, dejando
bien en claro que el gesto más alto corresponde a la nota más aguda escrita en el pentagrama y el gesto más
bajo a la más grave.

Luego escribimos varios ejercicios, en un bigrama para soprano, contraltos y tenores, y en un trigrama para
barítonos y bajos. Elegimos uno y lo cantamos a modo de ejemplo, luego les pedimos a los coristas que
ellos elijan un ejercicio distinto que lo canten. Nosotros solo intervenimos en caso de fuertes dudas.

Para la 2da Clase


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Hacemos un repaso de lo visto en la clase anterior. Y comenzamos con una nueva incorporación.
Palmeamos un ritmo que incluya negras con sus respectivos acentos e incorporamos dos corcheas, en lugar
de una negra en el ejercicio, evitando armar algo demasiado complicado para el oído. Pedimos a los
coristas que repitan el ritmo y luego preguntamos si notan alguna diferencia con los ritmos vistos en la
clase anterior. Luego escribimos el ejercicio en el pizarrón y pedimos que lo palmeen leyendo. Luego
escribimos variantes del ejercicio e incluimos también el silencio de negra.

Ahora le damos nombre de esa nueva figura: corcheas. Las presentamos como dos mitades de una negra, la
corchea individual requiere un proceso de intelectualización.

Ahora escriba en in bigrama la clave de sol, explicamos su nombre y hacemos notar que todo lo que sale de
su centro se llama sol, hacemos lo mismo en un trigrama con la clave de fa.

Luego armamos ejercicios (sin incluir la nueva figura), y agregamos una nueva nota, teniendo en cuenta la
recomendación de la clase anterior (Mi y Sol) podemos agregar la nota La. Cantamos los ejercicios y
pedimos que repitan, siempre marcando con quironimia para dejar en claro que la nota la es superior a sol.

En los siguientes ejercicios incluimos las corcheas, elegimos uno, lo cantamos y luego pedimos a los
coristas que canten, sin intervenir a menos que sea necesario

Para la 3ra Clase

Comenzamos siempre haciendo un repaso de lo visto anteriormente, luego hacemos ejercicios rítmicos a
una o dos voces para agilizar la lectura.

Ahora armamos ejercicios sobre el pentagrama, con todos los signos vistos, y agregando nuevas notas
haciendo uso de la quironimia para que quede claro la altura de las mismas.

Para la 4ta Clase

Luego del repaso podemos empezar a incluir nuevas figuras, por ejemplo, la blanca, aclarando que se
produce un golpe en el tiempo correspondiente a dos, y lo mismo pasa con el silencio de blanca.

Escribimos ejercicios incorporando todos los elementos vistos, siempre palmeando y pidiendo que repitan.
Primero ejercicios rítmicos y luego melódicos.

Para la 5ta Clase practicamos ejercicios rítmicos en dos grupos, luego en la clase N°6 incorporar como
nueva figura la redonda y su silencio. El mismo procedimiento: explicar y luego incluir en ejercicios.

En la 7ma Clase, Luego del repaso, hacemos una serie de ejercicios rítmicos en dos grupos con variantes
tímbricas, marcando los ritmos con palmadas sobre los muslos, sobre mesas, con un lápiz, etc. Luego
practicamos ejercicios melódicos.

En la 8va Clase podemos incorporar el silencio de corchea, haciéndolo coincidir con el acento en los
ejercicios.

En las siguientes clases trabajamos con ejercicios rítmicos y melódicos, dando prioridad a estos últimos,
inventando melodías, primero con notas conocidas, agregando dificultad como saltos de octava, luego
podemos incorporar otras notas, además de repasar todos los elementos vistos hasta entonces. El numero
de clases puede variar dependendiendo de las posibilidades de asimilación del grupo de estudio.

Una vez se afiancen los conocimientos adquiridos podemos empezar a trabajar figuras mas complejas como
la semi-corchea, así como presentar otras claves, compases compuestos, etc. Todo con la debida paciencia
para lograr un aprendizaje correcto.
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Biografía
VILMA GORINI
La Maestra Vilma Gorini de Teseo fue creadora del coro Nacional de Niños de Argentina, escribió
numerosos artículos sobre pedagogía coral y libros dedicados a la temática coral destacándose entre otros
“LOS COROS SECUNDARIOS”.
ANTONIO MARÍA RUSSO
Antonio María Russo nació en el año 1934 en Messina, Sicilia, Italia. Llegó a Argentina a fines de 1951 y
en 1960 tomó la carta de ciudadanía argentina.
Estudió con los maestros Erwin Leuchter, Roberto Kinski, Enrique Sivieri, Carlos Suffern y Julio Floriani.
Egresó del Conservatorio Municipal “Manuel de Falla” como Profesor Superior de Piano y del Instituto
Superior de Arte del Teatro Colón como maestro Preparador y director de Orquesta.

Bibliografía
 J. A. Gallo, G. Graetzer, H. Nardi y A. Russo; “El director de coro: Manual para la dirección de coros
vocacionales.”; Ricordi Americana.
 Vilma T. Gorini; “El coro de niños: como actividad en la escuela primaria”; Editorial Guadalupe.

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