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Mecanismo de Acción:
Indicaciones:
La furosemida se utiliza sola y en combinación con otros medicamentos para tratar la
hipertensión arterial. La furosemida se utiliza para tratar el edema (la retención de
líquidos; exceso de líquido retenido en los tejidos corporales) causado por varios
problemas médicos, incluyendo el corazón, el riñón y enfermedades del hígado.
Contraindicaciones:
Advertencias:
La furosemida es un diurético fuerte ('píldora de agua') y puede ocasionar
deshidratación y desequilibrio electrolítico. Es importante que la tome exactamente
como le indicó el médico. Si experimenta alguno de los síntomas siguientes, llame a su
médico de inmediato: pérdida de peso excesiva, rápida; micción menos frecuente; boca
seca; sed; náuseas; vómitos; debilidad; somnolencia; confusión; dolor muscular o
espasmos; o latidos cardíacos rápidos o fuertes.
Interacciones:
Aumenta efecto de: relajantes musculares tipo curare, teofilina, antihipertensores
Aumenta toxicidad de: litio, digitálicos, fármacos que prolongan intervalo QT.
Riesgo de hipocaliemia con: corticosteroides, carbenoxolona, regaliz, laxantes.
Riesgo elevado de artritis gotosa a hiperuricemia con: ciclosporina A.
Disminución de excreción renal de uratos por: ciclofosfamida.
Disminución de función renal con: altas dosis de cefalosporinas.
Mayor riesgo de nefropatía con: radiocontraste sin hidratación IV previa.
Aumenta incidencia de mortalidad en > de 65 años con demencia con: risperidona.
Dosificación:
Efectos Adversos:
Al igual que todos los medicamentos, este medicamento puede producir efectos
adversos, aunque no todas las personas los sufran.
alteraciones de electrolitos (incluyendo las sintomáticas), deshidratación y descenso
del volumen total de sangre (hipovolemia), en particular en pacientes de edad avanzada,
nivel elevado de creatinina y de triglicéridos en sangre.
disminución de los niveles de sodio (hiponatremia), de cloro (hipocloremia), de
potasio (hipopotasemia), aumento de los niveles de colesterol y de ácido úrico en sangre
y ataques de gota.
aumento del volumen de orina.
alteraciones mentales (encefalopatía hepática) en pacientes con problemas hepáticos
(insuficiencia hepatocelular).
aumento de la viscosidad de la sangre (hemoconcentración).