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req

Alison Spedding Pallet

DESCOLONIZACIÓN
Crítica y problematización
a partir del contextoboliviano

Instituto
Superior
Ecuménico
Andinode Teología

LaPaz, noviembre2011
Presentación

La descolonización es un tema recurrente en las políti-


cas del Estado Plurinacional de Bolivia y ha ingresado
en la producción intelectual en las ciencias rsocialesen
América Latina. El ISEAT busca profundizar el diálogo
y debate sobre este y varios temas claves para las polí-
ticas públicas como paru la producción académica,por
ello el presente libro da continuidad a nuestro abordaje
en el campo de las ciencias sociales y temas de coyun-
tura desde una mirada crítica y provocadora, sin vetos
geográficos, sociales o políticos, una única intención nos
motiva: aportar a un diálogo y debate que permita tener
una,mejor comprensión de la realidad y las realidades.
Este libro destaca la importancia del contexto o es-
pecificidad del lugar de enunciación de un concepto, es
decir el lugar, tiempo y ubicación en la estructura social
desde donde se lo aborda, es así que para escribir sobre
descolonizacióry la autora, una anglo-yungueña (como
se autodenomina), investigadora de la realidad bolivia-
na desde los años B0 del siglo pasado, lo hace desde la
Des{rcloniri roidil

academia,mirando el conceptode descolonizacióndesde


lo global para llegar y entender lo local, en ese proceso
histórico desde su concepciónen un contexto lejano, aje-
no y diferente.
Y es que la autora enfatiza que Para hablar de desco-
lonización es indispensableentender los procesosdel co-
lonialismo europeo y cómo la centralidad de eseproceso
colonial si bien afecta de distinta forma aicolonizados y
colonizadores, afectará también de acuerdo al contexto
del país o región.
Valoramos el aporte de la autora que desde su am-
plia trayectoria investigativa y vivencial se aventura a
escribir de descolonización, estamos seguros que el tema
permite también otras miradas y análisis, el ISEAT como
un espacio abierto, no privilegia a ninguna. Así como lo
hemos hecho con otros temas, anima ala realización de
trabajos e investigaciones con actitud crítica y analítica,
repensandolos conceptosy la teoría desde nuestrasrea-
lidades y contextos específicos.
Esperamos que los abordajes a la descolonización
vayan animando a la construcción de un pensamiento
propio, por supuesto en diálogo con las y los otros y fun-
damentado en prácticas concretasde un nuevo modo de
vivir con base en los aprendizajes de las culturas diver-
sas que nos alimentan.

Micaela Román Abraham Colque


ResponsableISR Rector ISEAT
F
ñ
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t
*
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E
Capítulo L
Antecedentes

El término <descolonizaciónoha aparecido en las cien-


cias sociales-quizás con mayor impacto en el contexto
boliviano-, en los debates y eslóganespolíticos con unos
significados nuevos dentro de los últimos diez años. En
el qiglo XX, tgg:trgj€ntficado bastante preciso, pue-s
t"."f"rt" +7 lindepen-
"t
dggiadeleltdia) hasta fines de los anos tgeOñilodo
dentro del cual la mayoría de las colonias euroDeasen
t-
q1ql.L@ (primero contra los france-
ses y luego contra los norteamericanos) prylgngo
€gle
péiiodo hasta mediados de los años 1920.La concesión
de la independencia por parte del poder colonial solía
estar.precedida por décadas de agitación nacionalista
o al menos pro-independentista, a veces más o menos
pacífica y dirigida a los canales institucionales de la
democracia parlamentaria, como en el caso de la India
(contra los británicos), otras veces señaladapor conflic-
tos sangrientos entre los activistas nativos y las fuerzas

11.
| ) cl; t xll o n i z a c i ó n

armadas coloniales, como en el caso del movimiento na-


cionalista Mau Mau en Kenia (contra los británicos) y los
nacionalistasargelinos (contra los franceses).
El-q:gjPe:1:l cado de " descoloni
era estrictame v se trataba de la obtención
nácional, al menos en inos for-
males. Las etiquetas Políticas aP a los activistas
nativos, aparte de <<nacionalistast, incluyeron ttmovi-
mientos de liberación nacionalo. Varios de ellos decla-
raron su ideología marxista o socialista, mientras otros
declararon posturas liberal-democráticas, y dentro de
un mismo país podía haber partidos de ambas corrien-
tes, a la vez que los marxistas luego se dividieron entre
los pro-soviéticos y los pro-chinos; Pero en todo caso,
surgieron intensos debates sobre cómo constituir un
nacionalismo autónomo en un contexto donde, no obs-
tante la salida ostensible de los gobernantes coloniales,
las nuevas naciones continuaron sujetas a las fuerzas
del comercio internacionaf a la cabezade las Bolsas de
Londres y Nueva York, y las presiones de las agencias
multinacionales de préstamos y de financiamiento para
el desarrollo, cuando no a las intervenciones armadas
directas de las fiierzas del imperialismo, principalmente
de los Estados Unidos de Norte Américai, ejemplificada
en el caso de Vietnam.

1La autora utiliza el término .Estados |odidensesn para referirse a los


Estados Unidos de Norte América, en adelante se mencionará única-
mente Estados Unidos.

12
Antecedentes

. En este primer periodo de la descolonización, los @


debates sobre el contenido de la cultura nacional e in-
--
terhacional y la consciencia del sujeto Gdsqlgatzado
t'r r', aon lur
trpnes can¿entes ¿e las e "tr"r-
s
de liberación nacional y de rechazo a las guerras impe-
rialistas. A través de los movimientos de oposición a la
Ñ;de Vietnam, estas cuestiones invadieron las uni-
versidades de Europa y de los EstadosUnidos, así como
se combinaron con la segunda ola del feminismo,2 los

ítun¿
ola del feminismo ^,rtr'n-t
a r:artir de
nasta aproxlmadamenl en industrializa- R
^l^
áoi gn ella, Ias muieres exi formal de derechos
derechpscon!
con
los hombres, y se a que egla se aplaco cu
vieron el derecho a vota¡ v a ser eleei a estudiar
en las unlversl a ejercer cualquier ocupación o profesióry etc.
de la misma manera que los varones. En algunos países esto ocurt!ó
e . n t q r 0oant es,en o as ( r r @¿. ,
recién en 1940).La segunda ola de fsminismo s u- (9
jeres_ger'[cpantes err-Ill]ámada Nueva Izquierda y la <contracultura,
(más conocida o recordada como
"lssiipples") de los años^1969en-
contraron que, aunque podían esfudiar en la Universidad, marchar
v protestar al lado de los
a recaudar
imir los manifiestos comida; v el resultado de la
en estos movimientos era que la que antes
era obligada a ser una .chica buenao y conservarse virgen hasta el
matrimonio, ahora tenía que ser una chica .abiertao y aceptar tener
sexo con cualquier compañero que así lo solicitar4 F.F?
denigr4cla{omo reaccionaria.De Io,
el SF
la v10-
fechas considerados ñ.-\
NE
parte de la
"vida a>, esencialmente del campo
s.\
\
s
13
lol l iz¡¡cit)rr
IJr,:srxr

movimientos étnicos inspirados en el movimiento Por


Ios derechosciviles de las y los afroamericanos,y los na-
cientesmovimientos gays y lésbicos. _
El resultado, en la década de los(tgZO)fue una se-
rie de transformaciones -o trastornos- en el mundo
académico. Algunos, como la irrupción del marxismo
en múltiples carreras donde antes había representado
una corriente teórica marginal cuando no directa'mente
excluido, resultaron (en el Norte al menos) pasajeros.3
Otros, como la irrupción de los <estudiosde mujeres" y
su posterior desarrollo en la teoría de género, han resul-
tado permanentes y se han extendido mucho más allá de
las facultades de ciencias.sociales y humanidades donde
estos tópicos recibieron sgg primeras consideraciones.
En Francia, se habla d"l @ Para fe-
ferirse al grupo de autores que empezaron sus trayecto-
rias académicasdespuésde las revueltas estudiantiles de
ese año, aunque de hecho sus posturas son tan diversas
que tienen poco más en común que el haberse lanzado
después de esa fecha. Entre los más conocidos figuran
Michel Foucault, en los campos de la historia, la filosofía
y la teoría política; Jacques Derrida, en el campo de la

3 Ahora resultan casi cómicos y en todo caso, irrelevantes, debates


que en su tiempo evocaron pasiones enconadas, como los intentos de
determinar cuántos .modos de producción" independientes existerL
por ejemplo, si los nómadas pastorales representaron un "modo de
producción pastoril>>autónomo o si, dado que siempre consumían
productos agrícolas que ellos mismos no producíar¡ no eran autóno-
mos sino necesariamente dependientes o periféricos a otros modos de
producción propiamente dichos.

L4
Antecedente$

crítica literaria y la filosofía; Roland Barthes, en la crítica


literaria y la semiótica, el filósofo marxista Louis Althus-
ser/ y Pierre Bourdieu, en la sociología. De este grupo,
{,q".u"It D"rtiau u
en lo que posteriorm os
camp lg lSgSglgnizg4én.
t,oscotoniates,
51hay mathgtpt¡na académica que, obietivamente,
nació?él cóIó'onialismo,esa disciplina es la antropología.
'I odas las obras fundadoras
de la antropología moder-
na fueron realizadas en países o regiones que erary en
esasfechas, colonias eutopeas, o sino parte de la nación
ya independiente pero antes colonia británic4 los Esta-
dos Unidos. La contribucióry o colaboracióru directa de
la antropología con la administración colonial ha sido
exagerada; han sido poquísimos los antropólogos em-
pleados como funcionarios de los gobiernos coloniales, y
aún cuando éstos les solicitaron informes o asesoramien-
to, rnuchas veces terminaron siendo alejados por estar
demasiado comprometidos con <el punto de vista del
nativo> antes que con las metas y principios de los colo-
nialistas. Pero es cierto que en general, las obras clásicas
casi ¡,lrcu_tr,ett gio.r,aton aurrque suu d eTáóGTñJr,-
cia de la autoridad
:----;>_--1:-. "glg{te@n-Lrt
-
etnografías y análisis los efectos de las intervenciond,
-
pacrficas o vle]gllas/ de ésta, sino representaron a los
que estudiaron como si aún estuvieran vivien-
do en un estado prístino de independencia y autonomía
cultural y política. Aún cuando, en los años 1950,algu-
nos ya se encontraron trabajando en <Estadosnuevos>)

15
Dc $ü )lorI i/acióil

-recientemente independizados- seguían enfocando las


tradiciones culturales, la religión y el parentesco/ pres-
tando atención mínima a los cambios sosielgg-AbrupLos
escolonizació-n.
Estas omisiones empíricás y teóricas fueron blanco de fe-
roces críticas en el fermento académico de la "larga déca-
'
da de los sesenta,r,apero todavía no hicieron mella en las
prácticas efectivas; en parte Porque varios de los autores
clásicos,o sus discípulos directos, aún ocuparon los car-
gos principales en las universidades,y los jóvenes turcos
que despuésles iban a desplazarestabanen eseentonces
estableciendo sus currículos, en las torres de marfil de
la alta teoría (como los debates marxistas mencionados
arriba) o rompiendo tierras vírgenes en investigaciones
de campo sobre ..las mujeres> y otros gruPos antes igno-
rados. La zozobra disciplinaria, de la cual aún no se ha
recuperado del todo, iba a llegar en los años 1980,junto
con el surgimiento de "lo poscolonial> como una Pers-
pectiva teórica y un campo de estudios establecido.

a Calco este término en expresiones de historiadores como Eric Hobs-


bawm, quien habla del "largo siglo XIX" -de 1789a 1913- seguido por
el <corto siglo XX", de L91.4a 199L.La larga década de los 60 termina
enL974, con la retirada de los EE.UU. de Vietnam y la llegada de la pri-
mera depresión económica posguerra, arazón de Ia subida del precio
del petróleo impuesto por la OPEP en \973. Es más difícil identificar
una fecha para su inicio. Desde una perspectiva latinoamerican4 sería
1959, con la entrada de Fidel Castro triunfante en La Haban4 pero
como veremos, América Latina resulta casi invisible para las miradas
supuestamente global(izadas) de los estudios poscoloniales; en ese
contexto, lo más significativo sería Ia primera publicación de Los con-
denadosde la tierra, de Franz Fanon, en 1961.

I6
tnitt1*tl:*
S r ,- i,
Hay un año un libro que son señalados .o-rrió^Zlt
tnlclo las corrien
ano de Edward
Said, n4c(¡en JerusaléñE-n1935 v fue
zado junto con su familia por la fundación del Estado
r
ctetsra_el/por lo cual él siempre se considerabacomo un
&ilñflo, primero
pti*"to en Egip
Esipto v lueso en los EE I II I .,- don-
don-
"Jlgio, ""
iversidadde
C:lgrnbia (Nueva York) e¡ la carreru d"Tt"rat.rñl-á
p*uiá-e 1962.orient lisroi@ eii
rdparsóiasicos,como GustaveFlaubert,pero cubreuna
enorme variedad de textos -de filología y lexicografía,
historia, relatos de viajes, arqueología, ciencias políticas,
hasta artículos de prensa e informes de agencias guber-
namentales,desde el siglo XVII en adelante. Lo que to_
dos estos textos tienen en común es que tratan un objeto
llamado En términos gelgráficos, para said
@,.
se trata de lo que se suele llamar hoy el
centrado en los actualespaísesde Egipto,
Jlegl, firiu,
lgdár Irán e Iraq. Los referentesgeógñfi"otly to,,^r-
óñdlcambios de nombres y fronteru, por los cuales han
pasado los paísesque los componen) no explican el im_
pacto de esta obra, sino su argumento teórico.

s Más precisamente,
en la Carrera de Inglés y Literatura Comparada.
En los países anglosajones se acostumbrá denominar <Ingléso sin más
a las carreras de Literafura. En este texto voy a traducir esta deno_
minación como <Literatura, para que sea claro que es la materia de
estudio de tales carreras. Las razones para destacár las universidades
y carreras donde trabajan las y los estudiosos mencionados serán de_
talladas en el Capítulo 2.

17
f)0so()l0ri¿¿rciórl

Said propone que todos estostextos demuestranuna


continuidad discursiva,6 es decir que manejan la misma
serie de imágenes, conceptos y actitudes, que en su con-
junto crean una entidad llamada ,.Oriente>,que no es lo
mismo que los espaciosgeográficosexistentes,la gente
que habita en ellos y sus prácticas culturales/ aunque su-
puestamente refiere a ellos y toma descripcionesy da-
tos (por ejemplo sobre idiomas, religión o literatura) que
proceden de o han sido hecho sobre ellos. Sino, este ob-
jeto discursivo <Oriente" ha sido construido en constan-
te contraposición con otro objeto igualmente discursivo
llamado <Occidente" (o "Europa> según el caso),a veces
explícitamentepresenteen la forma de contrastesexPre-
sos, otras veces sólo un trasfondo implícito no menciona-
do, pero siempre entendido como siendo (Occidente)lo
que nte no es/ y vrceversa.
menta que la idge_49 q!¡{9I
como una co-social-cultural-política
sólo ha podido surgir en constanteof,o¡:iglg¡aeeta9lI3
.-
en@.et gglf"t""t"
@iferettcias que.on 4egaÑas e

I "discursivo, estomadod@"GüD
ó El concepto de .discurso"
es un complejo de concePtos ue en su conirlnto de-
finln v
(...)
ma de eñu de

que dependent
l.+

18
Antecedenles

it&4qlgl gsta condición de inferior y defectuosa, por


t_anto,explica y hasta justifica la dominación del Oriente
(ahora si se trata de paÍses,regiones y pueblos reales y
iscursivos)por parte del Occidente,procesopolítico
no discursivos)
ha ido haciéndoseefectivo a partir de la invasión de
en adelante
la actualidad. La producción de conocimiento -sea en la
-
forma de investigacionesde archivo, estudios académi-
cos de campo, textos de divulgación sobre temas acadé-
micos, relatos de viaje escritos por personasno especia-
listas, informes diplomáticos o lo que fuera- respecto a
las regiones comple+<ü@€nJ?l <Oriente> (discursivo)
contribuve a -al menos en tanto
que tal conoiimiento no se libre de r-
es lo que Said denomina rientalismo). A
mi parecer,p"t" S"i{"r i-p
"mi Sl Jji
<Oriente>siñiontiñuar con estemarco;inclusoel coñ-t\lfl
sidera que los mismos intelectuales árabes participAn'
\

.7Prosi- \4
gue diciendo<Esto,en si no es algo dignq ¡lq_lementar;
sin embargo,laforma específicade laGlacién satcliti}sí
lo es, (ibid.).
Los levantamientospopulares anti-dictatorialesde
la <Primavera Arabeo del2011 quizásapoyan la opinión
/
de Said quql4
- influencia de en <Oriente" no/ I
"Occidente> j
Efurreo
bi&rreo : ía*arud,'o. azl/,/r,2l,
ít*,arua,'o"-orLlé-r*/r/r/r,z1o¿J,,/
-s.r{,/,&-
(:rz/')en- ta onq,rktlTe /./5 0 Lt L
tr a <e1 I r''n ¿ A*q,-ttfe/4oc( ( c (lG0' WZ ¿\ -
/¿ U(t
ilr u
? P. 322 de la re-edición inglés (Harmondsworth: penguiry
1995) dq
Orientalism. traducción mía.
es necesariamentelamentable, aunque yo dudo que las y
los partidarias de los movimientos islamistas fundamen-
talistas culturales, y aún más los jihadistas (movimien-
tos inexistentes cuando Said escribió el libro original) lo
aceptarían en cualquier circunstancia.
En el siglo XXI, l
"
t.aq por p"tte ¿" tos . y sus aliados más o menos
ovoluntariosos, (willing, como los llamó George Bush II)
y los estereotiposde .,terroristasislámicos/árabes" que
circulan en los medios contemporá.eot djl!teq!l3L].
qgltilur4ad del discurso ori s
crudas. Pero no busco evaluar los (des)aciertosempíri-
ól¿" Said, sino examinar las ramificaciones teóricas de
su postura para proPuestasde descolonizaciónen el res-
to del mundo y, específicamente,en Bolivia. Volveré a la
cuestión de si es posible escribir fuera del marco orienta-
lista, o de sus equivalentes en otros continentes, y de que
si esposible, quiénes y I o cómo se puede hacerlo.
El Orientalismo no corresponde a un (conocimiento
superficialr; Said menciona a estudiosos que dedicaron
todas sus vidas a indagar sobre el idioma árabe o persa y
demás temas <orientalesr. Tampoco corresponde a <<ac-
titudes xenófobaso prejuiciosas>;pues otros de los auto-
res referidos sentían honda simpatía por el Oriente y los
orientalesy estabanmuy a gusto entre ellos y ellas.Ni si-
quiera -y esto es un punto que ha sido ignorado por gran
parte de los y las integrantesposterioresde las corrientes
poscoloniales/descolonizadores-corresponde a <no ser
del lugar/no haber nacido,dentro de esa cultura>; -Said

20
-
ü-0" / / ¡lri'u lrwn " ilt*no ¿* ¿1 &ril/ oHrecedenr
; 1' / , u t -
f ln rto a(a"r(ffi;aa,lz,¡z [a,úb :ú/, A t,r¡/" jta¡ , h
e-sexplícito at ¿ecl s \
se liberarán automáticamente de participar en el orien---/
tu$_-". Entonces, si tanto no árabes como arabes pue-d
dutt r". ori"r,uliraur o?
ar"U"r poatir" a"ir . Pero Iu ¿.Orrrol '
"uesUO., "s
Al menos en Orientalismo, Said no ofrece un ejemplo de
un texto que él considera no orientalista aunque trate un
tema que cae dentro de los comprendidos en el discurso
orientalista. Retomaré esta cuestión en el capítulo 2 de
estelibro. Antes de esto, seguiré con los antecedentesde
la postura actual de descolonización.
Para esto, hay que pasar a otro continente (o como
ellos dicery subcontinente) central al colonialismo euro-
peo: la India. Comparando el colonialismo en la India
con el coloniali
Lutirru
se inició más o menos en la misma época que en la Indi4
pero fue extraordinariamente rápida y aplastante, de
manera que -al menos en México y los Andes- el colo-
nialismo se impuso de plano ya en el curso del siglo XVI,
dejando fuera sólo regiones efectivamente marginales
comrola Amazonía. En la India, los enclaves coloniales
tempranos como la Goa portuguesa quedaban limitados;
la intromisión británica fue más expansiva, pero apenas
se consolidó parcialmente hacia fines del siglo XVIII, y
fue sólo después del Motín en 1852 que el gobierno cen-
tral británico tomó control formal de la administración
colonial. Todavía -y hasta la Independencia en Ig47- di-
versas regiones mantenían una autonomía formal como
De scoloni¿ac i ó n

<estadosprincipescos>gobernados por aristócratasna-


tivos (rajás,nawabs y otros), aunque por constituir islas
territoriales denfro del territorio bajo gobierno colonial
oficial su autonomía era evidentemente mínima, aún si
no hubieran contado con un oficial británico (el "Resi-
dente") cuyo rol era supuestamente de asesoramiento
pero en realidad iba mucho más allá.
Luego,la India cuenta con una tradición cultural le-
trada tan sofisticada y más antigua (en términos de con-
tinuidad literaria e intelectual) que la misma tradición
europea. Esta tradición no se limita a la teología, lite-
ratura y artes plásticas, sino tiene su propia medicina,
ciencia y tecnología. Se debe recordar que hasta prin-
cipios del siglo XD[, los tejidos indios eran de calidad
superior a los europeos y de hecho, eran importados a
Inglaterra para confeccionar vestidos de moda para la
clase alta, en preferencia a las telas de producción local.
Por supuesto, la vasta mayoría de la población'seguía
siendo analfabeta, y había -y hay- muchos grupos, los
llamados <tribales>, que viven en regiones alejadas sin
acceso a tecnología más que manual, en casos siendo
cazadoresy recolectores.Pero las elites indias tenían y
tienen una cultura y política igualmente compleja, y je-
rarqtÁzada, como las de sus dominadores culturales; de
ahí la situación que el fundador de los Estudios Subal-
- caracteriza como,.dominación sin
hegEmonía" -los británicos gobernabary pero no logra-
ban lesitimar su superioridad.

))
Antecedsnt{:}s

Pero los británicos lograron algo que había quedado


fuera del alcancede los diversos nativos en
lstoria de la India: g-lsshiqtgrrglle
bgiqgn-ele.gsbler3o.A s, según ellos, introdujeron
los ferrocarriles, la industria, la democracia parlamenta_
ria, en fin la modernidad y el desarrollo, aparte de la uni_
dadnacional.Yera e
g" i"
"".io""lir-. "
tualmente expulsó a los mismos británicos. Apenas par_
tido los colonialistas,la elite india empezaba a elaborar
versiones académicas sobre el triunfo nacionalista. para
algunos, fue urdido por una pequeña elite que buscaba
reemplazar a los británicos en el poder antes que liberar
a la nación; para otros expresabala movilización de un
pueblo indio amplio.
Una influyente corriente marxista restaba impor_
tancia a las particularidades de la sociedad india para
interpretar su devenir dentro de los paradigmas del
avance mundial del capitalismo. A la vez, persistieron
los conflictos internos y la represión por parte del nuevo
gobierno independiente en contra de grupos subordina_
dos" en particular los campesinosy los llamados <triba_
les> que no participaron en la cultura hindú dominante.
Es en este contexto que, en 198?,el grupo de historiado_
rot
prir_nera_publicación.S ,
análisis históricos donde los grupos subalternos fueran
como los sujetos de la historia", siendo los subal-
ternos toda la población india que no formaba parte de

23
De$colonlzocióll

(los grupos dominantes, tanto extranjeros como indíge-


nas" (Chakrabarty 2009:326,327).
Aunque el grupo se organizó en los años 1980, sus
estudios no tratan de las contradicciones y conflictos de
la sociedad pos-independencia,sino enfocan el periodo
colonial. No les interesa (al menos al principio) el ejerci-
cio de la dominación en la vida cotidiana, la organización
de trabaio o las relaciones domésticas y familiares, sino
)s los momentos más - eviderylg¡¡p-¡gslqJencia
- - - - - !-
y rechazo de
z :;
-
ñ la.* dominacióru es decirQas sublevaciones)fSgú¿)
: ¡ En l', hdia, era notaTle qúE!{sublevados campe-
les ex ran los motivos de su rebelión
\+3 les había ordenado
rgsárt/9yp -una
urrq deidad
ullsqu .,*=__-
K rer\ts:l_{lp
S=sáñotinarse-
x- dllrLrLu r4r Ds- antes
qr rr\ de hablar áE-Témás(Políticos>, como
maltrato por parte de las autoridades.
$ñfu "*pfotución o el
Para los oficiales coloniales que informaron sobre tales
hechos, esto indicaba que las revueltas se debían al fana-
tismo ciego e ignorante (¡sombras de los actuales retratos
mediáticos de jihadistas islámicos!)y no a su propio mal
gobierno.
Historiadores académicos,como el mencionado llgli-
bu*Lr., clasificaron tales accionescomo "pre-políticos>>,Y
hasta historiadores indios marxistas pos-independencia
consid.erabanque, como la religión no podía ser motor au-
téntico para rebelarse, si los rebeldes de base diieron que
sgguían un mensaje divino, tení? que ser porque sus líde-
,!ñfo;;ñáñ;¿;;:d" o"t.ibit lut .urrtut oolíti.ut t"ul"t

t!"g"d" ÑA-a:.:",ft.ma, habían echado mano a


" "t" u¿dn'' A /-
Üfl/'ttza'-Á' / {€'Ú6tÓtÚz- -'o 'á
24 Wffi';,'; /ii ca cfu'-
t'' a'*¿t¿'n¿t¿
Anlecedentes

una mentita conscientesobre dicho mensaje para poner a


las masasen movimiento (Guha I9Bj l1997:67-8\.
de los Estudios Subalternoses asumir
estosleueffiti
gl9l4o la religión la forma en que ellos
expresan esta con . En las sociedadesdel Sur de
Asi4 la religión tiene vínculos estructurales con las jerar-
quías socialesy las transferenciasmateriales; o para ex-
presarlo de otra manera, la ubicación de lo que un cien-
tista social o historiador identifica como <religión> den-
tro de las relaciones sociales es enteramente diferente de
la ubicación de la
"religión" en las sociedadeseuropeas,
y por tanto las expresiones religiosas no deben ser inter-
pretadas a través de categoríaseuropeas.Un ejemplo de
tal interpretación equivocada es la postura del adminis-
trador colonial, que asume implícitamente la separación
de Iglesia (religión) y Estado (política) como el ideal;
entonces, trasladar un motivo religioso (mensaje de una
deidad) a la acción política (rebelar contra el gobierno)
representa la ruptura de esta separación y sólo puede
deberse a un excesociego de fe, es decir, fanatismo. Otra
interpretación equivocada es la del marxista vulgar, que
supone que la religión es el opio del pueblo, una serie
de falsedadesa través de las cuales las clasesdominan-
tes engañan y manipulan a las dominadas. En el casode
los rebeldepindios, los manipuladores estabaneventual-
mente a favor de los dominados, pero igualmente resulta
ser nada más una manipulación y no una forma válida
de percibir y actuar en el mundo.

25
iz ac ió n
De sc olon

Los Estudios Subalternoshan tratado muchos temas


aparte del rol de la religión entre los subalternos de la
India: entre otros, han examinado el sindicalismo obreto,
los procesosjurídicos, y el nacionalisrno.Más allá de los
tópicos específicos,dentro o fuera de la India (en 1992se
declaró la fundación de un Grupo Latinoamericano de
Estudios Subalternos en los Estados Unidos, si bien no
han dado lugar a obras de mucho impacto) su impor-
tancia tiene dos ejes.De un lado, declararon su intención
de deshacer las versiones coloniales/colonizadas de la
historia india, y buscar las voces propias de las y los do-
minados, fuera de las líneas de análisis eurocéntricas. De
otro lado, el alto perfil logrado por este grupo de estu-
diosos en la academia del Norte (es decir, básicamente,
la academia trasatlántica anglohablante) expresa en sí as-
pectos centralesde la condición, o el mundo poscolonial,
que ha dado lugar a las obras que estoy comentando y a
lavez es retratado en ellas.Uno de estosaspectosson los
flujos mi gratorios intercontiggntA!es.
Otro producto de ellos(Qtuart HalD1rrgleg!e-q4gq"
jlrmaiqui-no, es conocido como fundador de la tercera
@que confluyó en los est@ta
nueva disciplin4 o transdisciplina llamada <estudio-s
culturales".
Hall dirigió el Centro para Estudios Culturales Con-
temporáneos en la Universidad de Birmingham en In-
glaterra. En los años1970,su interés estabaenfocado en
las subculturas juveniles británicas, como los ,.mods', y
los de los años 1960.Enl982-no es casualque
"hippies,

26
Antecedentes

sea el mismo año en que se publicó el primer volumen


de los Estudios Subalternos- el Centro publicó
Thzhru-
plre Jlleesfuck (ntítulo irónico, tomado de la segunda
película de la serie ,.Guerra de las Galaxias>)que consi-
deraba las nuevas formas del racismo en la Gran Bretaña
neoliberal de Margaret Thatche¡, racismo cuyas víctimas
eran precisamentelos migrantes llegados de las ex colo-
nias británicas en Asia" el Caribe y Áfuica.
Otra compilación fundadora fue Europeand its Others
(Europa y sus otros), a cargo d" Ho;i Bñ6ñ;t Guyutti
Ilrglt"yqlry&t"*, ambos de origen indio pero resi-
dentes en Nueva York (Spivak) y primero en Gran Bre-
taña y luego en los EE.UU. (Bhabha).Al igual que Said,
son catedráticos de Literatura, y la influencia de la crítica
literaria es predominante en los estudios culturales, con
la diferencia que extienden los enfoques y métodos de la
crítica literaria a objetos nuevos, como programas de te-
levisióry películas de Hollywood y Bollywood,s historie-
tas, géneros de música de moda como el rock, el reggae
o el punk, y otros productos de ,.cultura popular> antes
simplemente ignorados por los estudiosos que conside-
rab-anque sólo la (artes plásticas, novelas,
"alta cultura,
poesía y teatro considerados de gran calidad) era digna
de su atencióry y si trataban la
"cultura de masas>)su-
ponían que sus productos en sí carecían de valor y sólo
servían para adormecer y someter a las masas que los

8 'Bollywood' es el nombre que


se da a la industria cinematográfica
que produce películas populares en Hindi, centrado en la ciudaá india
de Mumbai, antes Bombay.

27
izac¡ón
Descolon

consumían pasivamente sin criterios críticos (ésta fue la


posición, por ejemplo, de Teodor Adorno).
=> Un trabajo emblemático de los inicios de la fWió¡
e :ses
..Signos tomados por prodigios: cuestionesde ambiva-
lencia y autoridad bajo un árbol en las afueras de Delhi,
mayo I8L7rr,de Bhabha, que examina el testimonio de un
indio convertido al cristianismo que encuentra un gru-
po numeroso de hombres y mujeres indios leyendo unas
copias del Evangelio (unas impresas, otras que ellos mis-
mos habían copiado a mano por falta de otros impresos)
traducido al hindi. Expresabangran entusiasmo para el
texto cristiano, a la vez que exponen sus propias inter-
pretaciones nada ortodoxas, lo que el converso intenta
combatiq, indicando por ejemplo que aparte de leer la
Biblia, ellos deberían ser bautizados y tomar el sacra-
mento; a lo cual responden'no al Sacramento/Porque
los europeos comen carne de vaca' y eso nosotros no lo
haríamos nunca' (Bhabha 1994I 2002:132)-
Bhabha presenta este relato como un ejemplo de
(una escenaen las escrituras culfurales del colonialismo
inglés, que se repite con tanta insistencia (...) del des-
cubrimiento repentino y fortuito del libro inglés (...) un
momento de originalidad y de autoridad (...) que ("')
vuelve prodigiosa la presenciadel libro en la medida en
que es repetido, traducido, malentendido, desplazado"
(op.cit.:13L).Aparte del encuentro bajo un árbol afuera
de Delhi, ofrece como otros ejemplos una escena de Ia
pnovela @ (1902)d" Ij€?h-sgry4d
)
28
Antcüedentes

(un polaco naturalizado británico que escribió en inglés)


y un relato autobiográfico de V.S. Naipaul (nacido en la
isla caribeño británico de Trinidad de padres indios) so-
bre el impacto que le hizo la misma novela de Conrad.
Es notable que Bhabha no se preocupe del hecho
que una de estas escenas es completamente ficcional,
otra cuenta la reacción subjetiva de cierto lector ante una
hcción, y otrarelata una experiencia de la vida real. Des-
de su posición teórica, que es la de Foucault tal como lo
interpreta Said, no hay diferencia entre la representación
de una ficción y la representación de un hecho histórico
real, en tanto que ambas forman parte del mismo dis-
curso/ en este caso, el ..discurso colonial>. El discurso
orientalista
ori ental i sfa criticado
criii ae 17nnnr Sai d resultaría
por Said racr ¡l ra-1. entonces I
^-+^-^-llillll) un caso v c¿,
particular de discurso colonial- colonial, con la característica
aeraatotíc*iaqco-* an-
f;
mún de todos los talesdiscursoqdiscursos,de enfatizar
enfatizarlas diferen-R'1
diferen-S' ?
crasentre las y los colonizadosy las y los colonizadores.{ ,.E 6-
a.
ilempre
Sl e mpre dede tal
t a l manera
manera que
o u e se
se iu sfifica
iustifica el
e l dominio
d n r n in in .lo l ^oe
de lose iPF
W' sobre los pri -ffn ¡tc fr(r¡D t rtth o
He llamadoa los esbudiorc"Yfrliifl"r1rh?'Y,#uffrair-
gplin?" porque, qglqqe rus principales métodos proce-
ru rit"ffiestudio cruzan
tu *.t ".rt"g
p_e-{lpglgyg4gld$grso seextendió a la antropología,re-
ptes".tá?o pl, (Escribien-
@,
do la cultura/Cultura d; d" Clifford y Marcus.
"r".ibir)
publicado en 1985.Subritulado
"ru püuáfralotru.u
de la etnografía>,estacolecciónjuntó a antropólogoscon
una críticaliteraria y propuso que los textosetnográficos

29
Desoolonización

no deberían ser leídos como descripciones transparentes,


que permitían ver a través de sus palabras para percibir
directamente la realidad de los pueblos y culturas que in-
vestigabary sino como artefactos literarios que creaban el
efecto de realidad de la misma manera que una novela o
unapiezade teatro. Lo que hace convincente el texto son
los artificios de su redaccióry que en el fondo son formas
retóricas aunque suelen disftazatse con un estilo de ob-
jetividad científica, que elimina la presencia de la o el in-
vestigador para asumir una voz equivalente al narrador
omnisciente de la novela decimonónica clásica que sabe
perfectamente todos los pensamientos y motivaciones
de sus personajes.Asi se escribe sobre "los balineses>
o ,,los nuer>) como un gruPo homogéneo donde todos
obedecen a las costumbres, actúary reaccionan y piensan
de la misma manera, en base a conceptos interpretativos
procedentes de la cultura del o la antropóloga, a través
de los cualesse aseveraexplicar una cultura diferente'
En sus versiones más extremas, esta postura llega a
desacreditar completamente la empresa etnográfica de
describir otras culturas: aunque las y los antropólogos
hayan creído que estaban estudiando a otlos, en reali-
dad nunca hacían otra cosa que producir proyecciones
de sus propias etnocategorías. Si así fueta, no quedaba
otra alternativa que tenunciar para siempre a hacer an-
tropología; también se comentaba que las personas que
expresaron esta posición extrema no habían hecho ftaba-
jo de campo en una cultura ajena y no comPrendían que
en la práctica sí se llega a entender diferentes visiones

30
Antee0denles

del mundo en un nivel que va más allá que una ilusión


superficial o un autoengaño. Otros consideraban que, sin
llegar al descrédito total, era valioso tomar consciencia
de los elementos retóricos presentes en los estilos con-
vencionales de escribir etnografía. Esto dio lugar a va_
rias obras denominadas <etnografías experimentales>.
Algunas intentaban sustituir el monólogo impersonal
autoral con una presentación dialógica, reproduciendo
las conversaciones textuales con los y las informantes y
las opiniones de éstas en contraposición a las interpre-
taciones del o la antropóloga; descartabanla imagen de
una cultura homogénea y consistente enfocando las con-
ductas desviadasy presentando las versiones contradic-
torias que la misma persona (informante) podría dar de
su propia vida en diferentes ocasiones; o combatían la
posición implícita del investigador como un observador
impersonal y objetivo, incluyendo descripciones de sus
propias reaccionesemocionales,desconciertosy conflic-
tos con sí mismo o con sus informantes.e

eEsta última fue denom'inada


por sus detractores como .antropología
confesional", considerando que;lejos de representar un avance teóri-
co, reirocedía del estudio de otra iultura hasta el tipo de encierro en
las obsesionespropias que la escuela deWriting Culture supuestamen_
te quería combatir. También se observó que, pára hacér unla .etnogra_
fía experimental> que fuera aceptada y püUtiiaaa era necesario ser un
profesional establecido y preferiblemente ya catedrático titular; una
tesista que se atrevería a presentar una tesis que no obedecía a las con_
venciones de objetividad, interpretaciones consistentes sin apertura a
contradicciones, fundamentación en la bibliografía académica antes
que en las opiniones de sus informantes, y deñás requisitos estableci-
dos, no sena aprobada

31
Desc0loniz¿¡ción

Estos cuestionamientosa las teorías y convenciones


establecidasde la disciplina también corresponden a Ia
cuarta influencia que ayudó a conformar la perspectiva
poscolonial: el movimiento académico conocido como
(l;ffioaeñ@Esto ha recibido una gran difusión a
partir ae los años 1990;puede ser resumido como una
desconfia4¿3r,cuando no un {9"hezg-gg*9ta1ga.1o, d"
---'
lur <Metanarrativa> -se en-
"g@as>.
tiende como cualquier teoría o interpretación que pre-
tende ser universalnle
ffilugary todo tiempo-.Se suele citar
como ejemplos de tal
logró el mismo
_freudianismo, aunque el segundo nunca
nivel de influencia académica y política dentro y fuera
de Europa.
Es obvio que hay una coincidencia entre este !g-
chazo de relatos totalizanGs y"posturas como la'de los
Estudios Subaltemos que la aplicación de es-
quemas interpretativos oriundos en Europa a realidades
-uestionan
ajenasa esecontinente y sus sociedades'A la vez, alrne-
de los esquemas que ellos esgrimen como
a las teorías euro totalizantes, también
qn sig41P_lo es justamente
@ra:
ut @4gE&. Bhabha gusta de citar a misioneros cris-
tianos britiánicos en la India en el siglo XD(, quienes se
quejaban de que cualquier expresión de teología cristia-
na que ellos hacían era susceptible de ser interpretada
como apoyando la validez del hinduismo: si dijeron "el
cielo es grande y tiene mil puertas>, por ejemplo, sus
Antecedentes

oyentes nativos entendían que ,.la religión de ellos es una


de esaspuertas, por la que ellos esperan entrar> (Bhabha
199a12007:127\.
Quizás la diferencia es que et t naursmo, a aif
Su d"L gglianjsno y las demás ideologías asociadascon
lismo europeo, no ha sido vehículo o acompa-
ñante de procesos de ex ítica va que
pretenden cubrir todo el planeta. Pero entonces la crítica
no se dirige al hecho de ser una metanarrativa en si sino
al contexto político histórico de ciertas metanarrativas
y sns portadot -
mos años cuando la vanguardia académica estaba pro-
clamando la muerte de toda posibilidad de explicación
universal del mundo, los gobernantes más poderosos
estaban proclamando que sí había una sola manera de
comprender el mundo, la que se resume bajo el título de
i
<neoliberalismor: se recuerda el famoso lema de Marga-/q
ret Thatchef, una de sus principales paladines, de que/
hay alternativa!,,
"¡No '
Y aunque las crisis financieras que han azotado
buena parte del mundo a partir de 2008 han provoca-
do agudos debatestanto en la academia como entre los
gobernantes, estos debates tratan de cómo manejar las
instituciones económicas para curar los daños ocasiona-
dos por dichas crisis y, en tanto que fuera posible, evitar
que vuelvan a ocurrir: cómo poner fin a la especulación
financiera desbocada, imponer transparencia al manejo
bantario, acuerdos internacionales para solventar las
deudas de gobiernos nacionales tambaleantes, pero todo

aa
JJ
D B scolon¡z ac ió n

., //,, ,lu*Jk L
\dentro del marco global a economla capitalista de
' siempre. Los atisbos
\l ¡
r otra
o "qg-lryt-us, por ejemplota @@Qffi?'-9il
pasandela palabreriaytip.."
:.,-Úir!L"d,gr,jllto_!rye
'j sJi@-
a ilFit acciplesconcretas,
R t.
{ VI.S llegan a lo macroeconómico.
capitalismo,
lal
{al naiécéiEúñ no sdláh-a ubicado.
*-g"lonces,
.q *! - _ , - %*= -

{ el Grmé}FPosmodernista que invadió


el mundo académico en los años 1990 ahora parece más
una expresión de la zozobrade las fracciones de clase que
componen ese mundo, que una expresión de la llegada
de una condición nueva en el mundo real, aunque a par-
tir de los años L9B0hubo voces que argumentaron que
en efecto se había salido de la modernidad hacia una eta-
pa histórica posterior e insólita. Es cierto que hubo otras
voces, como el sociólogo británico &!b9!y-Aige$-9
g!;9{{a l{gra1g-norteamericano Fredric Jameson (otro
rumináilo-d
insistieron que sólo se trataba del avance progresivo de
t
tát¿i",, y t"s..tte es (Jameson).
Al parecer,llegando al siglo XXI se ha asumido un
consenso tácito que los que negaron la realidad social
de la superación (o disolución) de la modernidad tenían
la razón, y los que se declararon posmodernistas han
buscado otras etiquetas; siendo una de ellas netamente
la de poscolonialistas, y últimamente, descolonizados,
o al menos, descolonizadores (que intentan o desean

34
Antecedent€s

descolonizarse,aunque no lo hayan logrado todavía).


U"" q"i"t"."rri"r
Ler(!Eg_-qq$é-(
TIgdgg ha contribuido a esta qlqibució_n_nug-v-a
es el "

Por supuesto,desde hace décadasse había descarta_


do el idealismo iluso de esos intelectuales de izquierda
que, despuésde sus visitas expertamentemanejadasa la
URSS estalinista, declararon <He visto el futuro y
¡fun-
cionalrr. Aun asi la caída del muro de Berlín en 1989 y
el desvanecimiento del <socialismo realmente existente>
arrasó con los últimos símbolos de la posibilidad de una
alternativa al capitalismo. Como es sabido, las izsuier_ \
das necesitaban otrogrupo en el cifr anhelos, : '¡l

y dentro de poco lo encontraloñ Ios pueblos ind r


.._ J
ilelmunffian sino por el
" -g-gl *fAle!_elry4u,s i
con accesomínimo a la ogía moderna_ expresaban s
modos de vida que coincidññcoñla teoría eóóñóñTda ¡
que vj4o a sustituir al marxismo,-uestioñádoTá
todo lado como he exnli como alternativa priíctica

Déjenme acláiar qüóyópersonalmente soy ecologis-


ta, incluso practico la agricultura orgánica en los yungas,
así que los comentarios que siguen no deben ser toma_
dos como oposición al ecologismo como tal; pero son
críticos de aceptaciones o atribuciones superficiales del
ecologismo, al igual que de las concepcionesexcesiva_
mente idealizadas de los pueblos indígenas.

JJ
D escoloniz ac ¡ó n

El punto centralaqqisg Ias mismas definicio-


nes internacionales de -establecenque
es esencialmente son las personas
¿esceñdierrtes -
de los habitantes quienes, se supone/ vl-
¿--,-
vian en determinado ter o
lñolonizaciO., y qde*as .o"t"-ut ,tttt ra (en 1o
i,iél e.p*sada en un idioma propio, o al menos en al-
gunas ,,costumbret") /
(sesuPoneque son sinónimos)del país
rygogl-/oqcial
donde rrÑet. E-stasdefinicionesno estipulan que tienen
ue vivir en áreas rurales y no en las ciuda-des,
q,r" deben vivir de la agropecuaria no tecni
"ó A;fieólecciórL siendo (en su ma-
la artesanía,
yoría al menos) de r . Pero
io, p.o."ros sociológicos de la modernidad en la cual to-
!! - -,,^ t^ ^

ffi t"aut (indígenaso ño) vivimot inlPl&en g1e-las


Dersonasque
1 "-
Y: _ : : -'*"
viven
: -- :
en las
:
ciudades, son de clase media
__
o aftttñanejan ind"ggul,nSlg!9 =
Ia tecnol,ogía -^

vlvlr en o rural Se a la cultura ma-


ñt4lt"t po-tT""to no cuóntancomo ind s/ no lm-
porta de quiénes habrían
rn-ta pnióEca,et l u

á*p'"ffi
o sehan quedad-oeEJ-o que el sociólogomexi-
{uq.!ggg,
*ióEo-ulo Aguirre Beltrán llamó .5€grrqqirJrfu-
gior', las que mantienen estascaracterísticasculturales
lirtintirrut, porquefi"^u. psgo .o.tu"to "o^ lu Pú t'

36
Anlecedentes

Tgygnta4a/ su accesoa la educación figcal (principal ins-


trumento de la inculcación de la culfura mayoritaria na-
cional) es mínimo cuando no ausente. Tales regiones de
refugio @ centros metropolita-
nos y no ofrecen oportunidades económicasmás allá de la
agricultura de subsistencia y otras actividades manuales,
sin posibilidad de aplicar la tecnologra industrial porque
la geografía no lo permite (regiones montañosas) o por-
que no hay rutas de accesopara introducir la maquinaría
y sacar los productos que justificarían invertir en ella.
Por tanto, el i ico de estas
es mínimo, porque no tienen con qué impactar. Esto no
excluye que pgedan manejar principios explícitos que
prohÍbanprácticasque seríandañinaspara la ecología;10
Perop$gnlfica!-, por el mero hechod: tglt4Jgqut
y no haber cau ta la
ec$-lg_¿1lggg equmir automáticamente que viven- en
<<armoníacon la naturaleza> y mas una ideo-
explícita al uso en ausencia de tecno-
ustria casosde
@11 sin hablar de lo que algunos

10El 7 de septiembre 2011,


en la televisión escuché a una dirigente chi_
quitana quien contó que su abuelo siempre les decía que dJninguna
manera debería talar los árboles que crecían en las orillas de loslíos.
Evidentemente esto es una medida para detener las posibilidades de
provocar la erosión debido a los desbordes fluviales, aunque ella lo
justificaba diciendo simplemente que él decía de tales árbbles .¡eso
es vida!>
11El caso más notorio es la Isla
de pascua. Según investigaciones ar_
queológicas, antes de la llegada de los seres Lrumanos (aliededor del

37
De s c 0 l o ni z a c ¡ o n

han hecho con la flora y Ia fauna cuando consiguieron


motosierras y escopetas.Pero, dado que la mayoría de
estos pueblos aún viven en ambientes aparentemente
poco o nada modificados por la acción humana, resulta-
ron ideales para simbolizar la alternativa no capitalista
anhelada por las izquierdas, tanto en lo cultural como en
lo económico/ecológico, mientras el surgimiento de los
movimientos étnicos impulsaba a los mismos pueblos
a organizarse formal(occidental)mente y buscar aliados
que les podían representar, aPoyar y financiar. Y dado
que la condición de estos pueblos es co-sustancial con el
proceso colonial, son casosparadigmáticos para los aná-
lisis académicos del poscolonialismo. Cq3ldg-ea€I{ur
so de los años 1990,la causade los pueblos indígenas fue
--
a6umida po, lu. redes de@a-
cionales,se creó el contexto Para f
-€
/analítica)del poscolonialismo a la
\ --¿
Iá-clescolonización.

siglo IX de la era cristiana) esta isla ela una selva abundante. Antes de
qrie los primeros colonialistas euroPeos llegaron, por el siglo XVIL los
habitanies ya lo habían convertido en un pajonal sin un solo árbol, e
incluso se habían visto obligados a practicar el canibalismo debido al
colapso de la producción agropecuaria.

38
a

39
Capítulo 2
Poscolonial / Descolonial: Principios,
actores y lugares de enunciación

No obstantela gran variedad de temas,posturas teóricas


y grupos de estudiososy estudiosasen diferentespaíses
que han participado en este campo académico,el prin-
cipio fundamental de la perspectiva poscolonial es sim-
ple y claro: para comprender todas y cualquiera de las
sociedadeso grupos socialesexistentesen el mundo de
hoy, es absolutamente imprescindible tener en cuenta los
procesosdel colonialismo europeo, es deci¡, los procesos
a través de los cuales los paísesde Europa occidental, y
luego otros países gobernados por descendienteseuro-
peos identificados con su cultura, llegaron a controlar la
vasta mayoría de la superficie terrestre a principios del
siglo XX.12

12En.Cultura e imperíalismo,
Edward Said asevera que en l9I4 n1uro_
pa" (supongo que incluye en esto a los Estados Unidos y América La_
tina, aunque ya no eran gobernados por .Europarr, y que el entonces
Imperio Ruso también.sería parte de ,,controlaba alrededor
"Europar)
de 85% de la superficie terrestre> (Said 1993:33-4,citado en Mellino
2005I 2008:27\.

47
Descólonización

Desde aquella época,las entonces colonias han ob-


tenido la independencia política formal si no la tenían
ya enL914,pero los paísesde cultura europeo-occidental
mantienen su posición protagónica en el mundo y sus
formas culturales son las que organizan los modos de
vida dentro y entre los demás países. Esta centralidad
del proceso colonial vale tanto para los países coloniza-
dos como para los paísescolonizadores;ha sido el factor
fundamental en sus trayectorias socialeshistóricas en to-
dos los casos,si bien los impactos específicosson muy
distintos para los colonizadosy Paralos colonizadores,y
también para grupos socialesparticulares dentro de cada
país y grupo de países.
En si esta revolucionaria ni no-
vedosa.A mediados de ) cuando el proceso co-
a su cima, Marx dio cuenta del
proceso de cumulación primiti )4 como etaPa Previa
del capitalismo, y esta acumulación consis-
tl-" t" t
"" "p..pi".iO. as.(Princi-
palmenteAmérica Latina) iu
"o.t@
(como Africa) tofficon-
-otras "-
Iml
trol nnlíricn direcfn de Europa.
político dlgggto Tnclusola historia escolar
Frrrona.Incluso
@;s británicos, si bien suele ig-
norar (al menos cuando yo era colegial en los aios L970)
los episodiosmás bochornososdel colonialismo,como las
Guerras del Opio,13mencionaba la .,carrerahacia África"

13Hasta principios del siglo XIX, los chinos sólo aceptaron plata me-
tálica como pago Para sus mercancías, como té, seda y porcelan4 que

42
poscolon¡ailDescolonial:
principio$,
actoresy lugaresde enunciactón

de fines del siglo XIX, cuando Gran Bretaña, Francia y


Alemania, incluidos jugadores menores como Bélgica,
entraban en competenciadesesperadapara hacersede lo
que podían de ese continente. pero esto fue presentado
como uno de los ejes de competencia entre esasnacio-
nes que eventualmente desembocó en la primera Guerra
Mundial.
No se cuestionaba el colonialismo en sí y menos se
indagaba sobre el impacto de esta <<carrera> para las y
los africanos, como tampoco se analizaba qué beneficios
obtenían los países europeos invadiendo el <Continente
Oscuro>;al parecer la única finalidad era tratar de ganar
a sus rivales europeos ocupando más espacio más rápi-
damente,.dela misma manera que se intenta ganar más
medallas que otros paísesen los JuegosOlímpicos.
Pues el poscolonialismo corresponde ..4!lq¡¡deg-
+
¿g et otro ta¿o ¿e ta f (young 2002:2,traduc-
"
ción mía), d3g4g_!a9,"lonizados hacia los colonizadores.
Esto correspolá" consecuencias
d:lSglgllaE-q "ffi
IgIa los habitantes de lg_qgs ggslqes

vendían a los europeos (por eso, plata de


@
PPl99l-tu+{9rnlEt9I4_19_-ctii"a¡.ElsobiernlbriGlico=res
nrzo unas dos guerrasen los años1830para obligarlesa aceptarcomo
pago el opio que ese gobierno producía en su colonia de lá India. El
novelista Rudyard Kipling, considerado ahora como apologista ver_
gonzoso del colonialismo británico en Ia Indi4 publicó un libro de
viajes donde, entre otras cosas,describe una fábriia imperial británica
dedicada exclusivamente a producir opio para el mercado chino. Los
/
¿obe-¡43¡!gqque ahora pregonan la Guerra contra las Drogas nun--.ulo
r.-
nacen referencta a estos h99199 lsjg peledo. w

43
Descol0nizaü¡ón

f5-&ng9g:l Tercer Mundo, como hizo FaLon ("1961),


reionocido como poco menos que santo patrón del pos-
colonialismo por autores como el citado Robert Young,
sino a 4!.ugut lu.@dade-s
colonizadas-y tám-b-iénde los colonizad s; aunque se
d;f";ñ;Ed*"td suid disgusto con los
"*preil*
trabajos que extienden el enfoque poscolonial en esa di-
rección: <Mi reflexión sobre el imperialismo tenía como
punto de partida la experiencia colonial desde el punto
de vista del mundo colonizado y ahora me encuentro de-
lante de trabajos cuyo interés fundamental refiere a Ia
"angustia del colonizador" o diatribas sobre la inseguri-
dad, el ansia y ¡los "nervios"! de los británicos durante
la colonización. No tengo ningún tipo de interés por este
tipo de enfoq revista con Said citada en Mellino
200512008: I
una redirección de las co-
rrientespor él radas hácñ-un-Eompromiso político
mer séñtiAo de "descolonización", es
imientos de fiberación nacional. l'or
uesto, como palestino, é1 siempre tenía su propia
causa nacional en la lucha palestina contra la ocupación
israeli mientras para otros y otras no siempre hay una
afiliación personal tan directa a qué aferrarse.
El colonialismo en todas sus ramificaciones, enton-
ces,de-frnelot obj"tqt d9 d"lpot o'.Et
"tt.tdio
ffinto cls4os-pruoeiBias-d
establece
cómo se debe estudiar el colonialismo. Una posturateó-
rica fundamental es aseveraciónque
naciones, culturas-
4€ 1l-tl-44da -Pe r sonas,

44
prrncipios,
aótoresy iugaresde enunciacióñ
l?:lllCIli:l/Descotoriat:

que
-ru
tiene un núcleo de característicaspermanentesy du_
an6iG aertie,r"po;tosl;;r u-
'@
dos en el espa-cio.ffire esta postura
y el posmodernismo que niega la validez de narrativas
totalizantes o universalistas. En contra d"__lurd"u du_A.r"
\uylglig1$ o identidades puias y estables,se insiste en
las caracterist en-
te sitio fijo como
en el sentido de haber sufrido quebrantos) mutgbilirlad
t"t id
L|::"tt"is" ""
Eltonoe-.-gqe se p-re
sentáGstálcondi ciones inestables
varía entreQllamentófpor una patria,un hogar perdido,
q¡¡ggggr sepodrá recuperal,un exilio permanente)y la
(la liberaciónde la jaula de líneasculturales
e}bra@
fijas,lacreatividadde mezclary combinarelementosde
cualquier parte del mundo, la disolución de las conven-
ciones que obligan a obedecer a estereotipos).
Pero es de nota¡, que aunque se argumenta que los_
Tlonizadores han sido tan hondamente transformaá6s
a
por el proceso s
@ble -
loj.t¡udoü quienes han sufrido dislocación en una direc-
ción geográfi-callá- tas
-.'
t999lg!ts. Un representante emblemático de este sujeto
lonial resulta ser el escritor famoso (y millonario)
quien se trasladó primero desde la In-
a G_¡grrlrete4ryJgego d"!q!dre!_e NuevayoJk,
ty !g4S@e_d"bfu wn (sentenciacond",lu6iiá) é*ltid,
, ' . -.^ -l^ ) ^1^ f - L- , - - / ,

pjr Alelgllqh{hgrye1gj94eq bIasfeqtias


V--
"*préñFu,
45
Descolonizac¡ón

en la novela de Rushdie Los tsersossatdnicos.stna,-segÁn


sus declaraciones,escapandode los criterios estrechosy
¿.t'

las áríticas mal intencionadas que figuran en las reseñ4,s


Iiterariasen la prensabritánica.
- Aunque Rushdie haya escrito <que nuestra alie-
nación física de la India significa que (...) crearemos
"ficciones" en lugar de verdaderas ciudades o países,
(...) patrias imaginarias" (Rushdie citado en Mellino
200512008:128), su condición de expatriado es volunta-
ria y las condiciones de su vida en Nueva York completa-
mente distintas a las de la mucama, inmigrante africana,
quien fue acosada sexualmente por el entonces director
del Fondo Monetario Internacional en 2011.También es
de notar que, ite en todas parte$ el eslogan
según el cua identidades son cambian
nales, flexibles relativas, mu autores lue
sobre los sru sociales en términos tan
mo los de las as clási dicen
léremos, este es el caso de la mayoría de los que
escriben sobre pueblos indígenas y descolonización en
América Latina.
aUS""l q"" R"thdi",lamayoríadelasylos autores
conocidosdel poscolonialismo ocupan pgslgeqdg rli-
te tanto en sus sociedadesde origen como en las de aco-
gida,y las de acogidaBóñlosp-arses4{I!tr[e44u+do,
- -<

--
donde generatmente t"'tt""ttirlaries
"''l.
de renombre. Ranaiit Guha enseñó en la Universidad de
-
Sússeien Inglaterra y luego en la Universidad Nacional
de Australia. Gayatri Chakravorty Spivak es catedrática

46
PcscoloniallDescolonial:
Princip¡ós,
actüresy lugaresde enunciación

en la Universidad de Colombia en Nueva york, al igual


que Edward Said. Si repasamoslos lugares de trabajo de
los autoresq"" ng"_Tl*ldl@ru
(r ialqys.
sidad de California t ig""l q"e NelsonMal-
f _ _ - ; - - - = - . - . : :_ =_ "l¡_":lg"yt |
_

_d:ygg-r"t*r,y d,gd
de California en lrvine. Lao-Montes está en la
Universidad de Massachuletis enA
né NuEvaToil"en
BinghamtoryDi rty ocupa una cátedra en
laüññérs Chica an estáen la Uni-
versidad de Princeton" mie@tá
U ¿" eJ"-Uii"l_H¡"""" v"rk (l,oltresiliimoléran
""
parte del grupo original de los Estudios Subalternos).
Agmss-glggj9s,*sa$ieggJgeqq-S9Tg3,y__E_{s,
Landet, figuran con puestos en universidadéiiudame-
ricanas (lu Ut""rcidud Cutóli.u d. tá y la U,niver-
sidad Central de Venezuela, respectivamente). No ha¡r
ffión institucional de Aníbal euijaníí,
considerado actualmente como farol de la descoloniza-
ción desde América Latina, y resulta que su capítulo fue
publicado originalmente en una revista académica en in-
glés. En efecto, si uno quiere mantenerse actualizado en
la bibl lonial-,es imprescindi -F
c999J9 ta F"
ición de traducciones en (si es que las "d.-
hay) se estará y tendrá un q.c
conocimientomuy parcial del campo. -+
ñ

47
nesc0lon¡zación

a s-iluaciónen sí demuestra el trasfondo colonia


Aunque no eran los únicos colonialistailos británicos y
su excolonia los EstadosUnidos fueron y son los practi-
cantes más exitosos y difundidos del colonialismo y su
sucesot el imperialismo (o neocolonialismo). Falta un
análisis de las especificidadesdel colonialismo francés.
Nunca llegó a cubrir territorios tan extensos como los
británicos, y según éstos, los gobernantes franceses eran
colonialistas incompetentes, que no supieron Promover
el desarrollo económico de sus colonias ni transar pa-
cíficamente con los nacionalistas nativos en el proceso
político de descolonización(siempre se compara la acep-
tación caballerescabritánica del movimiento no violento
liderizado por Gandhi en la India, con el final sangriento
del colonialismo francés en Argelia).
De otro ludo,l€=f
en inglés son francesescomo Foucault, Derrida y Barthes.
Iacqüós Derrida. muv usado gor Bhabha i'Sí''iv:ak entré

dislocado como ellos, ya que nació en A Pero cre

nista, nunca mencio-


na elementos autobiográficos en sus escritos, haciendo
difícil vislumbrar.cuál hubiera sido el efecto de su lugar
de enunciacién distinto al de los intelectuales nacidos e.n
la misma Francia.

48
y iusar*sdeenunciación
!il!!ifg:, aürore$i
131:!aliaitDescnlrnlol

Se ha criticado a Foucault por ignorar totalmente a


las coloniasy el colonialismo en sus estudios.Al parece¡,
la academia francesaaún no ha asumido ,., pu*do
lonial de manera explícita como lo ha hecho lá academia"o_
de habla inglesa, no obstante la temprana adhesión
de
intelectuales como Jean-paul Sartre a la causa de Franz
Fanon. Tampoco conozco un análisis de la primacía
otor_
gada por la intelectualidad anglo a las teorías francesas.
mientras los gobernantes anglos desprecian las prácticas
políticas francesesen el pasado y ahora, considerando,
por ejemplo, que el manejo francés de los inmigrantes
procedentes de sus excolonias ha sido y es mucho
más
discriminador y torpe que la manera anglo de enfrentar
este problema político y social
¿Cómo se podría relacio_
nar estasredes de relacionesy actifudes con los parale_
lismos, entrecruzamientos y conflictos ocurridos en
el
curso de las trayectorias colonialistas de Gran Bretaña
y
sus herederos y Francia?
Pues, el hecho de que los escritos poscoloniales
se
expresanen el idioma más colonialista de todos los tiem-
p",
públicas y consagradastrasladáñáosellos centros
aca_
d"Tl.": d
propando su manejo su rla de las más sofisticadas

*
"Tengo_la sospecha de que críticos angloestadounidenses como
JamesoryTerry Eagleton insisten (. ..) en el dócentramiento (...) porque
el primer y último Derrida que ley erondetenidamentefue,,La
estáctur4
el primer óapírulo de De Ia gramatología,(SpivaÉ
:t^:t^S1"^l_d^jl9.So^'f
2000/2006:314). Spivak insinúa qrlu crítico"sde habia i"sü,
"ro, ";

49
9-",:.!olol"Ml

tal de los sistemas sociales Persla$-


bién apunta a diversas en slls
-ffieorías europeaspara criticar el
accionarhistórico- att
VO
ro ies volverlos en su contra es encara-
mado y esta la misma a
ue roduce esas armas qtle segin lqg mís-
mos a mentos lido utilizados re-
tos ión de lo
citada
ry¿r--"p."1 Said apunta a esto enJaGñ-trevista
árriba cuandodice que la mayoríade los estudiosPosco-
loniales no salen del contexto académico y por tanto, él
mismo no se identifica como parte de tal movimiento, no
importa que siempre le citen como fundador. Y es más:
aparte de escribir en inglés, e@s
teorías tan sofisticadas hace que variolj!e-!!Ele),!49-E)s-
co-
slfrca y referencias académicas rebuscadas, que resulta-n
:-,
dllióilésie comprender incluso para hablantes nativos

realidad sólo han leído parte de la obra de Derrid4 o al menos, sólo


han leído una pequeña parte de la misma .detenidamente> (cursivas
en original); incluso que sólo habrían leído el primer capítulo del
librc De la gramatología,ni siquiera el libro completo. Se deduce que
ella sí ha leido todal las obras de De¡rida y detenidamente (es cierto
que ella tradujo De la gramatología del francés al inglés y por eso sí
áebe conocer iada palabra del libro), y Por eso es caPaz de detectar el
maneio superficial áe ese autor Por Parte de otros' Es decir, ella tiene
un manejo superior de esasteorías.

50
Poscglonial/Descolonial:
Principios,
actoresy lugaresde enunciactcn

a"l ilgl"r ssuPeriores;olrrídggqlgeq !q lus


""" "rtudi
masassubalternas
masas subalternascqyg_lrbglegg!
cuva liberación rsr
es. lg¡>_qgstgl1gnlgJe
suouesfamenfe la
jGEFéAA@lra pasarla vtda-éiüibando en archi-
vgry en las bib-liolecu mejor financiadas
del mundo.fa que qla:oryee
St mundo
loq por"ol
"rt"dior t
en menor grado, Historia, es que los insumos para sus
{aciocinios son
aqLrvLr¡rrvD Dvrr básicamente
uaDrLcllllcrtLe documentos
Lruculllgntos de
ag todo
rooo tiáo.
trpo.
No suelenbajar de las torres de marfil parair a las aldeas
ex colonlas, ru a pobres
liu ri
m
-ffin
las críticas a la antropología
surgidas en los años 198O el hecho de haber conversado
con las y los subalternos, comido con ellos y dormido
en sus chozas o conventillos, no es garantía automáti-
ca de que los textos académicos resultantes realmente
presenten las propias perspectivas subalternas. pero al
menos impulsa a enfocar temas y acciones cóncretaq en
vez de operar en un marco de signos y discursos donde
lo que importa es la representacióry no lo representado,
de manera que se disuelve la diferencia entre un relato
de ficción y otro que refiere a hechos reales. De hecho,
ciertas interpretaciones de Derrida y Foucault concluyen
que simplemente no hay tal cosa como lo representado,
en el sentido de hechos que existen independientemente
del lenguaje con el cual los referimos; sólo hay cadenas
infinitas de representaciones,jamás vamos a poder salir
del marco del discurso.

51
ne$c0lonización

Según algunos autores que no simpatizan con las di-


versas expresionesdel posmodernismo, esto indica que
estasposturas que aparentementeson radicales,ya que
insistentemente denuncian el racismo, la discriminacióry
los estereotipos opresivos y similares, en el fondo son
más bien conservadoras,porque más allá de la denun-
cia, insisten en que las redes de significación del colo-
nialismo/capitalismo/patriarcado (etc.) invaden todos
los espacios de la vida social y resulta imposible realízar
acciones que las combatan; entonces el activismo potfti
co práctico es vano y no queda más que refugiarse en la
retórica y las bibliotecas. Ya indiqué que este pesimismo
frente a la acción extraacadémica es en parte un reflejo
de la situación política concretade la intelectualidad (de
cultura) europea en los años 1980y 1990.
Quizás lá expresión más conocida de la posición ex-
trema de que no hay más que las representaciones fue
la obra de Jgn_n3$4rr!!tA (uno de los principatesteó-
ismo) La Guerradel no ocurrió,
ose al espectáculo tico en 1991que cons-
tantemente transmitía filmaciones de los bombardeos de
las fuerzas norteamericanasy sus aliados en contra de
las fuerzas iraquíes, y llegando a argumentar que efec-
tivamente sólo hubo tal espectáculo y en realidad no
había habido guerra. fqrygplgfto, gn,¡qlglgclual que
reside en París sólo pudo conocer dla guerra a través-de
lo gue veía en las pantallas de su televiro. o ty_!g-qu-
tadole¿rgpelta¡es raio
¡fuIa guerra sesgadoy séTetTivo.hcl-uso
de si hubiera sido

52
.f:1!*oll,llaYlesg"loll"lJ.ygpl?., y tusares
actores d* onuncración

po,sibte¡c"ea"r to íes (no sé si había


"
equipos de televisión iraquí en el frente) haU4g1_grdo
sgsgedqqjf_Qqectivos,aunquecon sesgosdistintoi a los
gqt\N
99 L\N. P"ro ulg.riJ quegsjgyo
r-ero alguren en Kuwait o Basra pn
esas fechas}mátEübGra poáiao af"gar que la guerra
que
IiBo'. sgjlpstlgu
no sería más completa ni menos
qgqge$ (en el sentido de@do
desde una posición parricular) qqg_lgj4:gpg{ero de
¿u¿o o pilffi ., otra fuer"a
"¡ "u"ut "" p
á19a.Pero para esa o
tg!b""tlt*L que e*istia irdup".diu.t*"r,t" d"-lu,
representaciones -descripciones e interpretaciones_ que
cualquier individuo o grupo puede expresar sobre ella.
Yo considero que es-toes el avance teórico de las ¿i- 6i
| 1 m----=--f c-i:
versas corrientes del
^^^^---:^-^L^-
y el- posmo-E i

desinteresados o al rechazo s teorías, o-


marcos interpretativos, totalizantes, en realidad ;\
ir+*
R*1
lo8la>/ <cllscurso)O lO que Sequiera, neCesariamente " o
tie_
ne que ra selfuncional en la
F"
práctica social
@n.Tieneque
bilidad en cualquier situacign que
se presentaen el presentey el futuro paralue la expli_
cación que resulta de ello en un momento, o frente a un
hecho concreto, sea creíble.

53
Si se supone de antemano que en esta ocasión se
puede explicar lo que ocurre en base a tal marco, péio
aceptando alavez que si algo similar ocurre en otra oca-
sión podría tener una explicación totalmente diferente,
la explicación perderá su validez; esto desde el punto de
vista de la operación del discurso en la vida cotidiana. En
este nivel, eg
g.r ."d",""t"r r".i. i
co específico, que le ofrece determinadas opcionei -una
c
:-l--+=-------=;-
srderar la economíaneoclásicaal buscar una explicación
de porqué el precio del trigo había subido, por ejemplo.
Es referente a este nivel que se desarrollan los debates
complicados y lejos de ser resueltossobre la homogenei-
dad de las ideologías o discursos en una sociedad dad4
hasta qué púnto existiera una <ideología dominante>
compartida por todos o sino la mayoría, si tal ideología
efectivamente favorece a las capas dominantes pero es
compartida por las capasdominadas, y en casode ser así
cómo es que se logra la internalización de esta ideología
por parte de personasa quienesno les favorece.

.t
práctica para pasar al análisis académico de sociedádés
actualeso del pasado. Aquí es donde me parece válido
cuéiüo-narG posiElidad de un solo aparato conceptual
que puede dar cuenta de los hechos socialesen todo lu-
gar y todo tiempo. Un ejemplo de tal aparato universa-
lizante r"tíu l ggg
tomaron la aseveraciónde que la lucha de claseses el

54
principir:s,
Poscclanral/üescolonial: actor$sy lusare$de enunciac¡on

taron identificar
rcar las clasesen lucha
lucfia en sociedades
socied sim_
todos y todas son productores directos) en
Alrlca, o sFllgggltA on por las clases ciales involu-
cradas en los levantamieltos de erclurro, * i*pirio
-"o "l
@"o"stder" sólo entre pos-
modernistas declarados- que las clasessocialesson una
forma de estratificación social específica del capitalismo,
y no es relevante buscarlas en sociedades con otro tipo
de organización social y política. La ausencia de clases
socialestampoco implica que esassociedadesquedarían
estancadassin posibilidades de cambio _hasta que el ca_
pitalismo (a través del colonialismo) entra en ellas y los
arrastra por la fuerza al gran río del progreso histórico.
El utgg3urto de Guha y sus seguidoresde que la
,_
ct" religiosa
consciencia
una n válida y capaz de r'
"$
P i-as--au-.1
umcamente progresista y hs
Y..<s
r
\6
rial eu , es un ejemplo del rechazo,,_r
e las metanarrativas tslq!¡Z4ntes
¡ n fe c:l al nivel
n ir ¡ o l analítico.
r ^ "1 í+ ;- ^ u - eli
En ^l s fü
siguiente capítulo explicaré €->:
I -f porq.rO
-_f-'- .o*id"ro q.r" ,ro'l uou
(--
de los conceptosde razay racismo en ciertos pensadores "l
delad ica Latina rve a
aer en ldS-á-paratosuniversalizan
avances nsamiento
Pero ¿cómo es entoniEB del
mundo que expresa una consciencia política válida?

55
Descolonizacíón

El justamente famoso artículo ¿@"


detiene en aseverar su validez, sin intentar entrar a esa
misma consciencia.De hecho, el artículo en sí es una crí-
tica de los escritos históricos de diferentes periodos so-
bre sublevacionescampesinas.
Lo más cercade las perspectivasde los mismos sub-
alternos son unas citas de las interrogaciones a rebeldes
capturados, que si bien altamente sugerentes en si caen
bajo el cuestionamiento que Renato Rosaldo hace a otra
obra histórica que también intenta llega a la consciencia
de los subalternos, en un contexto muy distinto. Se trata
de los interrogatorios del inquisidor católico Fournier
a las y los aldeanos de Montaillou, en el sur de Francia
en el siglo XIV (1318-1325),estudiados por el historia-
dor Le Roy Ladurie (1978). Ante el inquisidol, varios
hombres hablaron de haberse casadopor amol pero las
mujeres casi no mencionaron ese tema. Le Roy Ladurie
interpreta esto como indicando que, en la cultura de esa
época,los hombres eran actores en buscar pareja, mien-
tras las mujeres eran casadascomo objetos, la cultura
no reconocía que ellas podían tener sentimientos acti-
vos de amor.
Rosaldo dice que el historiador ha olvidado que está
leyendo declaraciones ante una corte eclesial; lo más que
se puede deducir es que las mujeres eran reacias a hablar
de sus sentimientos ante la corte (compuesta además
de varones supuestamente célibes con quienes ninguna
mujer debería hablar de temas sentimentales si no fuera
pidiendo penitencia al confesarse, comentario mío), no
Posccloniai/Descolonial
Fr¡ncipios,
actoresy lugáre*de enunciación

que la cultura en general no reconocíaque ellas los te-


nían (Rosaldo 1986:82).
Al citar las palabras de u líderes de una rebelión
tribal ue aseveralon qu
ue también eran declaraciones
jSliciglss, perodice <Dirigidasa interrogadoreshoitiles \,
en campamentos I
militares,habríantenido pocautilidad
como propaganda,' (Guha 198311997:67);esto para rc_
batir la posición marxista que expone luego, que líderes
rebeldes utilizan tales argumentos como propaganda cí-
nica para sus seguidores.Prosigue <En boca de hombres
de una tribu que, según toda referencia, aún no había
aprendido a mentil, ellas representaban la verdad y nada
más que la verdad para quienes las proferían> (ibid.).
Para mi la aseveración(basadaademás en una cita
i
de un administrador colonial) de que tal tribu no sabría.,i
mentir es una estereotipo tan dudoso como los más di-W
fundidos de los nativos (aymaras, chinos, negros en ge-
neral, etc.) que siempre mienten; @-
lid ad. Qgf"éJgg_Igb el d es en cuesti ón
ha¡ieryedrap
E:rr¡gQ salvado) pero
p,ensabqn que al seguir presentándose como :ltes
a pie juntillas, se-Iós an como inocentes y no se-
rlal qelglego'.T
g_g1¡1ilelgroo al menos suerteen la otra vida g1rgggi,
-?L
declarándolo.Tal vez simplementeles pedían ratificar
declaraciones anteriores y no daban lugar a reconsidera-
ciones en caso de haberlos; o el funcionario que registra_
ba sus palabras ya estabaconvencido que eran fanáticos

57
Descolonización

14
.lS
religiosos y sólo escribía 1o que correspondía a esa ima-
\s
\ gen. El hecho es gqe no sabemosIo que ellos pensaban,
' que sus interrogadoresconsideñGn dünoEe ser
sólo lo
\ anotado al respecto:es decjc el retrato
q
t-
oue los domiñin-
-l tes quisieron dar de elhs.
-

=5
De ahí viene el cuestionamiento de Gayatri
Chakravorty Spivak al resF4q i€l proyecto global de

de ser ño a las
Spivak argumenta que estas

-. p-orlas-cEvGtas del
J VVI smo internacional (occiden-
$ tal),
.s
r ellas mismas; v si últi-
mamente I es
sD porque,
PurqLrc/ debido
Lrst al accesoa la
lr¿'fftLr/
v educación superior y otras oportunidades antes
\,
- ------- --r----- r no dis-
ponibles, es porque han deiado de ser subalternas.
'
Estas aseveraciones han recibido muchas críticas
dentro de los mismos estudios poscoloniales, pero sa-
can a luz algunas contradicciones o puntos de debate
dentro de estascorrientes, no todos ellos destacadosen
el artículo original (Spivak 198811999)o en los comenta:
rios al respecto. Un factor implícito es el hecho ya men-
cionado que los estudios poscoloniales se basan en fuen-
tes documentales, es decir, escritos (sean manuscritos,
documentos inéditos pero archivados como expedientes
jurídicos o informes oficiales, publicaciones más o me-
nos efímeras, libros difundidos, etc.). Pues el 'hablar'
aquí es metafórico; más bien refiere a la expresión de las

58
paincipios,
Poscolonia¡lDescolonial: actoresy lugáresd* enunc¡ac¡on

palabras/pensamientosde estasmujeres en forma escri-


ta, y además en documentos considerados dignos de ser
conservados en archivos y bibliotecas.
Sépor mi experiencia
"o.lT "1Tlr"g319Jgn@ar,
integrantes del conjunto de
"mrri-eres?elErcer Mundo>
y- objetivamente subalternas,
@joti_
diglg'qg-le-lgt*u ¡"
l@o, pero es cierto que en contextos
lg:g'b:lg lg!!gg:,'".t"r" míllilno-s-gnlg
lgs
reuniones del sindicato agrario"t de"i""tsu comunidad, po_
c3:j_srsten Y de esas pocas ape tomql_la
palabra. Lo mismo ocurre en los otros contextos donde
frSnas subalternas llegan a figurar en documentos
que eventualmente conforman las colecciones que son
material de investigación académica:pocas mujeres apa_
recery cuando lo hacen suele ser de manera periférica,
y además -como he comentado referente a la corte ecle_
sial del siglo XII, pero tampoco lo he visto explicitado
en estosestudios- las personasque redactan lo que ellas
habrían hecho o dicho eran (esto sí creo universalmente,
al menos hasta hace muy poco) hombres, en adición a
ser miembros, o al menos representantes, de las clases
dominantes, es decir, no subaltern-os.
Por tanto, considero q""(qpi"ifuiene razón en iden-
tificar a las mujeres como las iñÍlernaJ¡-ilós sub-a1üer_
$9s, a Iavez que su argumento no sé limita a las mujeres
del Tercer Mundo, sino se extiende a todas y todos los
dominados, incluyendo las elites masculinas de los paí_
ses (ex)colonizados, y expresa la misma contradicción
,S"bzlltm¡.s
*& b 5u\¡,11,¡w se
Descolonización

observada arriba con respecto a las -y Ios académicos


poscolonialistas. €as6 ¡¡vgrl(ú rt r

no traducido, resumido y seleccionado según el criterio


I dominant") pot *ir-o h".ho,
"r" "-
tat
tt"
4los cánonesde la legitimidad dominante.
Si esto fuera absolutamente cierto, de nuevo esta-
mos con el pesimismo conservadot (qg*gy:Él*gl"-
res/indígenas/negros (etc.) logren una voz pública, se-
lg
1ía llismo que nada); serrucharía el piso hasta a las y
tos iñCiATud6?-oscoloniales mismos. Creo que Spivak
está haciendo uso de un excesoretórico para destacarel
hecho de que casitodas las fuentes colonialese históricas
no retratan la consciencia de los subalternos en sí, sino
la imagen que los dóminantes tenían de los subalternos.
A veces parece que aún asi surgen destellos de autén-
tica consciencia alternativa, sea porque los dominantes
querían demostrar la inconformidad (y de ahi la crimi-
nalidad o ignorancia) de los dominados, porque el fun-
cionario encargado del registro no asumía una tarea de

60
princip¡o$,
PúscüloniüilDescolotrial: actoresy lugaresde enunciac¡cn

censura/ o porque la furia insistente de la o el dominado


logró imponerse a toda barrera institucional.
Aunque critico la,ingenuidad de Guha en creer que
lo.g-
u
qgntA sí creo que sus declaracio@o
que .,Todos los papeles en blanco cayeron del cielt y
{e
el libro donde todas las páginas están en blanco también
cayó del cielools(Guha 199311997:72) ofrecenuna venta_
urulá d" lur uut*üu_
des colonialesni de susherederor-ñ"t presurrte ---

tt L"r lrd"r"r d"


rebelión eran analfabetos. En otras declaraciones
"rt" que
habJaron de papeles cayeron del cielo con escrifura, que ellos en_
tregaron a personas alfabetas quienes dijeron que la escritura
indicaba
que su Dios les mandaba a pelear en contra dél gobierno.
Guha no se
a comentar los posibles significados de"estos papeles y libro
1_:*1"
en blanco. A mí me sugiere una imagen de textos escriios (portádores
de la ley y la autoridad) que han siáo borrados, dando
libertad a los
rebeldes de actuar como ellos quisierary y talvezllenar
esas páginas
luego con las leyes de su nuevo orden - ó hl r." significaban
qü las
leyes escritas habían sido bor¡adas para siempre por
orden divino;
pero eso es sólo la fantasía de una angloyunguóna" no
sé cuál sería la
interpretación en el contexto cultural lnaio ¿ét sielo XIX.

61
E
(,
E
5

63
Capítulo 3
América Latina poscolonial

Es importante notar qne el@d,.en (poscolonial> no es


una referencia cronológi<a literal.. Estas corrielteg_ggAdé-
mlcas en fechascuando el proceso
f"r
I el-lu
s-
tiga@dominio colonial neto,
antés de indagar rru,
"o
naciones supuestamente independientes. Cuando tratan
de la cultura y política de las minorías diferenciadas en
los países (ex) colonialistas, el énfasis es en la continui-
dad de discursos antes y después del periodo del colo-
nralrsmo como tal, posfura que a vecesconduce a seguir
hablando de una sociedad colonial, o colonialmente es-
tratificada, como si la descolonizaciónformal iamás hu-
biera ocurrido.
Otra de las críticas a la perspectiva poscolonial es
que, al enfalzar la persistencia de clasificaciones socia-
les, jerarquías, discriminaciones y prejuicios originados
bajo la colonia en las nuevas naciones ex colonias, con-
siderados además en términos culturales y simbólicos

65
Descol0n¡zación

antes que económicos y sociológicot se ha obviado un


análisis del contexto político internacional y las acciones
más o menos unilaterales (intervenciones militarizadas
de los EE.UU. y sus aliados) y multilaterales (el Fondo
Monetario Internacional, el Banco Mundial, Naciones

consentimiento,pero con
é-
bjlgr (p.". programas de austeridad en el gasto social a
cambio de recibir préstamos de entidades financieras lla-
madas internacionales, pero dirigidas por los países que
antes eran poderes coloniales) hasta los intercambios en
aparente pie de igualdad, o incluso permitiendo a los
beneficiarios participar en la determinación de quiénes,
y para qué, van a recibir ayuda o financiamiento (p.e.
acuerdos con diversas ONG cuyos fondos provienen de
ex poderes colonialistas, pero no del poder que goberna-
ba el país beneficiario; tratos entre el gobierno boliviano
y países como fapón o la República Popular de China
que no tienen una historia de influencia política dirggta
enla región).fula ü¡rc c*L*5zr/.t. !) Jnlry¡¡qafL,
lí ft, t
Las interventiones militares p"*cen c-
tameñte como taf pero hay una dife-
"or, "lioio-trluhr-o
no eliminan el gobierno propio exis-
ry ilg4d¿!0c4!al:
tente para sustituirlo con un gobierno enteramente arma-
¿o y compuesto pot ellos,sinoreempla el gobierno
, sólo

66
-
{;;/,,; :;: r ¿",1 ¿;;, a ¿i I A--jrér1!"1'11po":11
más conforme con los intereses y principios (como ,,de-
+. _
mocracia>) del poder interventor. Geneialmente tratan
ilélélirar fisicarneñtea susmilitaresló m?s óióñto pcisi
ble, o sino otorgar el control militar afuerzasmultinacio-
Naciones Unidas,
asunto de consensoin
Hay dos formas disimuladas de mantener la pre-
sencia militar: establecer bases militares en territorio de
+
la nación supuestamente independiente y con consenti-
a"Lggbiqry de éste, bases que funcionan como
-i:"t. y no intervienen directamente en asuntos de
la nación anfitrión; y./o mandar pe.rsonal mo
oasesores,de las fuerzas armadas locales,para asesorar
en temas que van desde el entrenamiento de las fuerzas
locales, patrullaje y represión suave de regiones y po-
blaciones civiles díscolas, hasta campañas armadas an-
tisubversivas donde se detecta grupos alzados en armas
y movimientos guerrilleros. Eptasformas disi s se
cglnplemgnfqn con la ve-ntade armamentop._lglgr33_
ción de oficiales nacionales en institucioned militare-láe
..
los EE.UU. (en el casode América Latina; los ex poderes
có16ññles de Europa ofrecen formación a oficiales africa-
nos y asiáticos). En su época, la URSS ofrecía armamen-
tos y formación a los gobiernos y ejércitos dispuestos a
relacionarse con ellos (fue el caso del perú bajo el gobier-
no militar de Velasco, por ejemplo) aunque no llegó al
punto de establecerbases militares extra-territoriales.
¿Cómo debemos clasificar estos procesos políti-
cos? ¿Neocolonialismo? ¿Imperialismo? yo prefiero el

67
0escol0ni¿ación

segundo término, pero sólo porque hace más claro que


no se trata del colonialismo propiamente dicho; ngqg
\) , "imperialismo,, sobre el cual escribió Leniry poíque el
$
/escribía cuando el colonialismo en sí esl4bq l!-egarylge eu
...Y
referente a América Latina y siguiendo la
i / g!1" Quízás,
) postura poscolonial antiuniversalista, merece un término
/ r:articular. ;,(rno]¡ó-Gmo>. Dor eso de la ,,doctrina Mon-
r t.=.-.=-__---__----U
^.'

$, roe", nombrada con el apellido de un presidente norte-


{ añericano (de quien aparte de eso no se recuerda pena ni
$ gloria) que declaró que todo al sur del Río Grande era el
trasero> de ellos y nadie más -se entiende, ningún
"patio
país europeo, de nuevo la visión del mundo donde sólo
Europa y sus herederos realmente cuentan- podía meter-
se en sus asuntos? Digo esto pensando en la arrogancia
de los EE.UU. al otorgarse el derecho ae ,€eftlfiSgg 49s
paísessudamericanospor haber cumplido satisfactoria-
------'..---
*
o que son el
mayor mercado de ,,drogas" en el mundo y no dan seña-
les de ceder esa palma a cualquier rival, no sé de dónde
tendrán la autoridad para evaluar la efectividad de las
políticas de otras naciones al respecto, no he sabido que
extiendan certificados parecidos a países de otros conti-
nentes (como por ejemplo a Paquistáry Tailandia o Nige-
ria); mientras los expoderescolonialeseuropeos,aunque
tienen historiales igualmente o más negros respecto a
la explotación de sus territorios de ultramar, se limitan
a buscar políticás más adecuadas frente al consumo de
,.drogasoen sus propios países,sin otorgar calificaciones

6B
AmáÍ¡úa Latina f)0$c0lónial

a los paísesproductores de las mismas. Esto es sólo un


índice de las característicasparticulares de las relaciones
entre América Latina y los EE.UU.z eu€ tienen matices
evidentes del colonialismo en el sentido más general,
pero tratándose de países que jamás han sido colonias
de los EE.UU. en el sentido preciso.
En su obra seminal sobre el nacionalismo (y más
que {odo, sobre el nacionalismo extraeuropeo y posco-
lonial), -Benedict Anderson reconoció a lás .&ñilñs
q''@'?áGlñFl6ilir s latinoamericanas1yIt ili
el Caribe: Anderson 198311993,capítulo IV) como las "r.t
primeras de las nuevas naciones nacidas a partir del co-
lonialismo, más de un siglo antes de la ola generalizada
de descolonizacíón en África y Asia. Hizo este reconoci-
miento incluso siendo especialista regional en el sureste
de Asi4 experto en paísescomo Indonesia y para nada
en Sudamérica.
Esta obra salió en los mismos años que las otras pu-
blicacionesiniciadoras de los estudios poscoloniales,y el
interés de Anderson en los nacionalismos extraeuropeos
confluyó con el de los Estudios Subalternos y otros en
este tema; pero no hubo seguidores quienes profundi-
zatar:.sus atisbos sobre esos pioneros. Las excolonias es-
pañoles del Nuevo Mundo habrían sido las primeras en
pasar a la condición poscoloniaf pero al revisar la biblio-
grafía establecida de esta corriente, están ausentes.
La fundación del mencionado de Estudios
:---
Subalternos Latinoamericanos en ha revertido
esta situación. Hay latinoamericanos integrados en la

69
Descolonización

academianorteamericana/algunos/comothlq_\4fg!g-
1o,activos en el campo afÍn a los estudios culturales y
lonialismo, ryagug Mignolo prefiere hablar 4e
zoB>v se enfoca más en íconos del ra-
á"íffi"
Sudaméri-ca.
catedrático en la Uni-
versidad de ha pasado desde la crítica literaria
al poscolonialismo,pero bastarepasarsulibro Eescoldos
del pasado.Conflictos culturalesen-sociedadgpagscoloniale
(2009)para constatarque es una rgqgnsrgngg{l4g¡lot,
Chakrabartvv otros conocidos,con la adición de resú-
{gtá!gg"trj"9ld"t
-e"e@do,
,-- -= --r-
daCunha para dar el toque latino, pero sin originalidad
nl"qo.@a.
Pero la mediocridad de sus intelectuales dislocados
en la metrópoli no debería ser motivo para ignorar las
regiones al sur del Río Grande, ya que los poscolonia-
listas/posmodernos descartan los criterios convencio-
nales de calidad literaria o académica al escoger sus
fuentes/objetos de estudio, estando dispuestos a tomar
las memorias de un exfuncionario colonial, las homi-
lías publicadas de un misionero anglicano, editoriales
anónimos de periódicos y otros escritos sin calidad aca-
démica como grano para sus molinos. ¿Acaso no hay
materiales documentales sobre América Latina que les
puedan servir?
Diría que i-
a

70
'"l,*irtuI
:;; J-<xil:¡ái9i;:r"ni; \-1-
dlEspglaIle su idioma en Europa a partir del siglo
4yll Lo que los británicos llaman la Guerra penins\
laq, cuando ellos intervinieron en España para expulsa{
a los ejércitos napoleónicos de Francia, fue la última ved
que ese país tuvo importancia internacional. En grad
parte debido a los disturbios de eétasinvasiones,pront{
renunció a sus colonias americanas,y languideció ensi-l
mismado hasta la Guerra Civil en los años 1930,cuandol
de nuevo los poderes europeos lo utilizaron como {
nario para un combate de títeres y campo de prueba "r."-l
del {
armamentos. Las décadas de la dictadura de Franco la
I
mantuvieron aislada del intercambio social y académico,
I
retraso del cual aún no se ha recuperado en lo académico
I
si bien ha avanzado mucho en lo social
Mientras tanto, el se iba convi la
franca académica mundo. Los pensadores
r qué haÉñ rnotlos
para aprender el francés para accedera sus obras sin te-
ner que esperar las traducciones,
E)ro no .babía_ob{As
-.' '---;:
- . .''-d.efi
I

si la madre patria española estabaestancadaen la


producciónintelectuáffi r cle sus excolonias como
México, Perú o Argentina. -----:-
+l¿ul^<
1."

Y aquí quiero retomar lo antes dicho sobre


b_g¡el.,
tradición intelectual y letrada propia de la India. Lor3g-
tudios

tgro, qgyql 4gtqe_e_impacto, y dentro del abanico de

71
Sescoloni¿acíón

las ex colonias inglesas,la India ha proporcionado lm y


los protagonistas más notables de esta corriente SgbíU-
. inglés porque fue adoptado como idioma nacional po-
',
'
sindependencia,y además provenían dg_JgdtSialg-9;n-
r, t9l".t"ul"r y grt"d .. LJSg11g"
udemrár-a-do
minar francés (como Spivak), ya el multilinsüismo
tu
es parte de india ues oue se
Drecla ser de castaelevada solían conocer el sáns-
crito aparte de uno o más lenguajesvernaculares (como
urdu, hindi, bengali etc.) al cual añadieron el inglés bajo
la colonia. Pero el español nunca entló en su espac_lp_g,go-
j9 ollgert y por los motivos expuestos tg!:.rPego
8:4!9
,l",ghr".{e3glpggadquirirlo como parts de su dominio de
"la alta cultura europea.Y los miembros anglos de origen
de esta corriente simplemente siguieron con su lenguaje
imperial, consintiendo por lo mucho a aprender algo de
francés. Por tanto castellano
sobre América Latina, sean fuentes de archivo o escritos
académicos,quedan cerradosen un coto lineüísticoque
les excluye de los circuitos donde surgen estascorrientes
dglgng"rI4iu.
Es signifi cativo que Ia úni carcf gIg&cjaa*hdamerica
(por cierto,mucho me-
@revisjón
nos que exhaustiv a) ¿:_tglrblt*qffi l5gp"_{g po scoIoni a-
l€T-g-v-
dep-sp-lensssiótu
lr"te"ds_:+@
ntr¡t oryaC"-*IA¡U f Sgfi!_fu9lyo del an-
trop ólo go no rte ameri cano Mi chael Taussig, llenggAl4 o
prfP_reglLQb glty Qffi1ffiffit26). Encuentro
cierta ironía en que ésta mención excepcionaltrataría

72
Amér¡caLatinap0scolonial

precisamente de Bolivia; Lefiereal culto de <el Tío, el dia-


blo al quevenerar,1o,*iffi
akrabarty extrae
esta referencia, alza para hacer una *comparación
ÉEo
cgn cierto tipo ¿e esp
dgL"9_9eÍ !h-e.dqs*
atyrto (espíritus de los terratenientes muertos):

<Mientras que el Tío expresaba la alienación de los mi-
neros de la producción capitalista (...) los malik deaata
(...) reflejabanel poder de los propietarios (...) basado
en el control de la tierra> (ibid.). Chakrabarty cuestiona
este intento de ..conversación intertextualo -relacionan-
do dos visiones subalternas de la realidad- argumen-
tando que sólo resultan comparables <gracias a todos
los grandes relatos de transición del precapital al capi-
tal" (ibid.), que proporcionan los conceptos de produc-
ción capitalista y poder de los propietarios, asumidos
como la realidad fundamental de las situaciones que
los subalternos, mineros bolivianos y knmiyas (trabaja-
dores agrícolas por deuda) indios viven y interpretan o
comentan en términos de sus relaciones con el Tío y con
los malik deaata.
Chakrabarty dice que si asumiéramos que la aliena-_4>
ción de los mineros se origina en el Tío como espíritu, y
que son los malik deaataque otorgan poder al terratenien-
te, es deci¡, si asumimos que estas entidades, lejos de ser
meras representacionesen ciertos registros culturales lo_
cales de las relaciones (materiales, económicas) efectivas
y causales, más bien son los elementos fundamentales

73
flescolün¡zac¡ó¡

que dan lugar a las relaciones entre actores humanos,l6


sería imposible compararlos, iPorque desconocemosla
relación entre los malik deaatay el Tío" (ibid.).
Sin saber más sobre los malik deztata,no puedo eva-
luar esta aseveracióryaunque pienso que si un devoto
del Tío tuviera la oportunidad de charlar con uno de los
malik det"¡
ata, es posible que encont r arían comprensiones
comunes que no exigirían necesariamente que el Tío
y los malik deztatatendrían que relacionarse entre ellos
¿un exceso de materialismo por parte de Chakrabarty,
es deciq,supone que si tomamos tales entidades como
..reales>tendrían que formar parte de un sistema inter-
conectado de la misma manera en que suponemos que
la economía capitalista está interconectada globalmen-
te, entonces la caída de valores en la bolsa de Londres
conduce al desempleo de mineros en Bolivia y así suce-
sivamente?
Si estamos dispuestos a contemplar un cambio tan
radical de nuestra cosmovisión como admitir que el Tío
es quien controla el trabajo minero y tanto la presencia

16Supongo que esto es la concepción que Chakrabarty atribuye a los


kamiya y a los mineros bolivianos. No menciona en su comentario si
los unos o los otros hacen ritos a estos espíritus y, en caso de hacer-
los, qué piden o buscan a través de esos ritos, pero sabemos que los
mineros bolivianos hacen ritos al Tío pidiendo que les haga encontrar
buenas vetas de mineral y que no sufran accidentes en la mina. Pues,
Chakrabarty estaría sugiriendo que estos grupos subalternos atribu-
yen a estos espíritus la capacidad de influir en el proceso de trabaio
y los beneficios económicos que obtienen de ese trabajo y por tanto,
serlan la fuente u origen del sistema económico dentro del cual viven
y no un reflejo o imagen producida por ese sistema.

74
Amér;ca Laliila pcscOlonial

o ausenciade vetas como el control de los mineros por


parte de una empresa nacionalizada o una empresa pri-
vada o siendo socios ellos mismos de una cooperativa,
todos dependen de la voluntad del Tío y esta voluntad
responde al culto generoso, casual o ausente que recibe
de los mineros ¿acasono habrá de reconsiderar también
las relacionesconcepfualeso causalesque podrían exis-
tir entre ese Tío y otras entidades del mismo nivel onto-
lógico, como los malik deaata,en el resto del mundo?
Me he explayado sobre este caso para indicar que _+
la propuesta de Guha y Chakrabarty de tomar en serio
las interpretaciones religiosas del mundo es un reto se-
vero para cualquier intelectual académico, si quiere lle-
varlo más allá de
"está bien que ellos y ellas lo vean de
esa manera, aceptamosque es su versión y no hay que
preocuparse de que si realmente existen o no esas co-
sas de las que hablaru al fin es su cultura y listo> una
postura que/ en el mismo libro citado, Chakrabarty re-
chaza como <antropologizar> estas expresiones subal-
ternas. Sin embargo, en los textos que consideran este
tipo de <creencias>gue no coincidan con la cosmovisión
rnoderna-materialista (hay poscolonialistas que sólo se
interesan por representaciones de entidades sociales
que no cuestionan el materialismo) se vislumbra una
interpretación subyacente que ve a expresiones como
..Pachamama>, traducida como <Madre Tierrarr, como
simplemente metafóricas: que indican por lo mucho la
actitud que se debería tener (considerar la tierra como
algo que se debe tratar afectuosamente, no algo para ser

75
Descolonizaciún

explotado y usado como se da la gana),no se extiende la


reflexión hasta considerar si realmente hay una concep-
ción ontológicay causal distinta al materialismo científi-
co dominante (y en caso de haber tal concepción, si daría
lugar a programas de acción factibles y susceptibles de
sustituir a las formas de proceder tecnológicasy sociales
establecidas).
Estas cuestionesson válidas sin considerar la vali-
dez de la misma versión de Taussig sobre los mineros
bolivianos. Pero el mismo Taussig no visitó Bolivi4 y la
mayor parte del libro en cuestión trata del campesinado
negro del valle del Cauca en Colombia donde síhizo tra-
bajo de campo en persona, siendo más creíbles sus inter-
pretaciones al respecto, aunque también se ha criticado
una idealización excesiva de su vida como camPesinos
independientes antes de ser incorporados como prole-
tario agrícola en las grandes plantaciones de azúcar. Los
acápites sobre Bolivia se basan en fuentes secundarias
y su interpretación ha sido descartada por el consenso
de especialistas en antropología andina. Sin embargo, el
libro en su conjunto tiene un estilo ameno, un lengua-
je convincente (recuerda la crítica a la retórica antropo-
lógica de los años 1980)y se presenta dentro del marco
teórico marxista con el concepto central de "fetichismo
de la mercancíar>,bastante atrevido en los EE.UU. don-
de aún a fines de los ai'os L970, declararse abiertamente
marxista traía recuerdosa las cazasde brujas comunistas
de los años 1"950,y en adición un marco que lo hizo más
atractivo, por integrarse en sus tradiciones académicas

76
Amér;caLatinaposcOl0n¡al

donde el marxismo era lejos de ser vedado, para acadé-


micos sin interés en Sudamérica pero sí interesados en
intentos novedosos de aplicar el marxismo fuera de las
rigideces de manual.
EI Diablo y eIfetichismode mercancíasfue un bestseller
académico; no conozco otro texto de antropología de
Sudamérica-ni siquiera La selanculta de Philippe Descol4
de calidad superior al libro de Taussig- que haya logra-
do parecida difusión. Las referencias de Chakrabarty, a
través de Prakash, lo demuestran.lT El hecho de ser un
texto que trata de América Latina, y de Bolivia todavía,
es totalmente casual, no es por eso que haya provocado
interés académicointernacional. Lo mismo se puede de-
cir de otros textos mundialmente famosos que tratan de
Sudamérica,como el primer tomo (el más conocido,dudo
que personasno especialistasen Sudaméricahayan leído
los otros tres) de Mitológicas de Claude Lévi-Strauss, Lo
crudo y lo cocidoque analiza una serie de mitos de gru-
pos indígenas amazónicos y a través de ellos demuestra
su método de análisis estructural, lo cual sigue desarro-
llando en los tres tomos siguientes, otro de Sudamérica
y''dos de Norteamérica, donde la contextualización de
los mitos se empobrece porque varios de los grupos en
cuestión habían sido omasacradospor colonos" y no hay
etnografía de su contexto de vida.

17De hecho, las notas de pie de Chakrabarty sólo


consignan la referen-
cia del texto de Prakash (Bondedhistorics:genealogiesoflabour seraitude
in colonialIndia, Cambridge: Cambridge University Press, 1990) y no
incluyen los datos precisos del libro de Taussig.

77
üescolonización

Referente a Sudamérica hay una rica etnografía que


indica -por ejemplo- que tal especiede pájaro que figura
en un mito tiene conductas muy particulares, que hacen
que sus actos aparentemente bizarros en la narración
seanmás bien típicos de su especie.Pero el tomo primero
ha sido leído por una cantidad de estudiososy estudian-
tes,no por todo el detalle localista,sino paia enterarsede
la propuestpjeéricadel análisis estructural. Y aún asi se
trata de la(Amazonía,)una
\-___-z<ff----,
región que no entra en el cam-
poscolonialporquehasta finerjcl_clglo 4X_ (cuando
áláuge del caucho)fpe ignora¿o por tos -
tas aparte de unos cuantos ilusos s el n allí
én la5úsoueda fú
Entonces,si América Latina fue la primera región
del mundo urnpliu*ñl!
___, G
poi.Iffi..iuliñ"o
"*plotudu
en libe
fuera de los ánálisisposcolonialed
al coto aunque consr que
esto ha contribuido a su relegación. Aunque l4=gapa_sr¡.-
ior de labu ial I venía a las Indias
(como llamaron a Sudamérica) para cumplir su turno- de

18Claro que las trece colonias que iban a convertirse en los Estados
Unidos se liberaron unas décadas antes, pero en ese entonces apenas
controlaban la costa este del continente, faltaba más de medio siglo
para que el dominio anglo cruzara el continente y se estableciera en
la costa oeste. Esas primeras colonias inglesas tampoco disponían de
recursos naturales apetecibles ni de población nativa explotable, por
tanto su valor económico era rnínimo, que explica porqué el gobierno
británico les dejaba ir mientras no soltaba sus posesiones caribeñas
que sí eran rentables.

78
Afféri{a Latina poscol0ni0l

s olis, había una gran


cantidad de colonos que veníal para quedarse,en par-
t l el desarrollo
de los transportes y comunicaciones intercontinentales
era incipiente (mirado a partir del siglo XX) y sólo los
financiados por el gobierno podrían considerar el viaje
de retorno. &¡tndu 6ac'7ptt'tr.tilost- /oLa¿kctr(t .u/'¿,¿)
Si dejamos de lado las armas de fuego, cie¡lo domi-
v l; escrlturu, ál rtgp@Jgl
4s---IáJet?lurgia
ñoles)estabanen un nivel "r,
al de los
su matco :o era compatible. Con esto me refiero
a esos culas extirpadores de s que encontraron
(wak'a) de los nativos que, según los mismos,
"ídolos"
realmente hablaron a sus devotos. Para un misionero
europeo del siglo XIX, esto hubiera sido evidentemente
una falsedad, sería un engaño de los sacerdotesnativos,
a través de trucos de ventriloquía que captaron a los fie-
les de base, o sino un autoengaño producido a través de
alucinógenos, técnicas de trance u otros que inducían
experiencias imaginarias donde el ídolo parecía hablar.
Para religiosos católicosdel siglo XVI, era completamen-
te razonable que una imagen de madera o piedra pudie-
ra habla4, sólo que, dado que era una imagen pagana,
tal acto tenía que ser hecho por el diablo y no por Dios.
De ahí hay relatos de curas que se encontraron con esos
diablos, escucharon sus voces y lucharon físicamente con
ellos hasta vencerlosy destrozar la imagen diabólica.

79
Descolonización

Otra diferencia entre el colonialismo de los siglos


XVI y XVII y el del siglo XIX en adelante es que los es-
as/ y no
sólo a través de la violacióry según los mitos de la con-
quista, sino en matrimonios de toda ley (tratándose de
mujeres nativas de estatus alto) o en matrimonios de he-
cho (concubinatos) estables y reconocidos. Elqlglgg_pri-
meras décadas del XIX, lor os
"iglo "olori
también se unieron con muieres indias;
uniones e insistir que sólo la unión
con una mujer bdtán aceptable,
ry-en n-
destinas cqn nqgieres indias fue relega ía
de y exclulda del acceso a las posiciones
"angloindigq>>
socialesde los verdaderos es decir los bri-
-,/)<-
los en las Indias
elite y halta cierto ron na-
@conla
tiva en gener con ad que todas y todos
Ios que SEI CO como miembros de la
lla > eran calificados como
res o.era cu europea, haciendo caso
lañto de la i sincrética de elementos
de nativa como de su descendencia no necesa-
'----__'
riamente nura-Mérminos de tener ancestros exclusiva-
mente europeos.
Para accedera posiciones de elite, era necesariaex-
hibir el manejo y la afiliación a esta cultura definida
como europea; el manejo paralelo de elementos nativos

80
Amér¡caLátinaposü0lon¡a¡

(idioma, prácticas rituales y culinarias, etc.) o era simple-


mente ignorado en tanto que la persona hablaba caste-
llano, vestía adecuadamente y demás, o sino disimulado
en los contextos sociales donde exhibir tales elementos
hubiera puesto en cuestión su estafus como ..español>
o ,,criollo> y más tarde, con el surgimiento de la ideo-
logía de raza er:.el curso del siglo XIX <blanco>rya que
el dominio de esoselementos culfurales estratégicos -en
particulaq, el idioma español y la lectoescritura en el mis-
mo- era imprescindible para mantenerse en posiciones
de elite, las clases dominantes hicieron lo posible para
impedir el acceso de los dominados a ellos; de ahí la
prohibición republicana de que las y los socialmente cla-
sificados como ..indios/indigenas> asistieran a la escue-
la- eso para las poblaciones que vivían en lugares donde
había escuelas;para otras fue suficiente la dinámica de
las regiones de refugio resumida arriba para mantener-
las en su condición cultural diferenciada y subalterna.

considera, v es Ios
to dentro como -y esto es crucial- fuera del país, cuhu-
ralmente ', frentea capassub?lter-f @
nas consider más o menos (ind
una cultura @atirD, o en todo caso defecfuosa en
comparación con lo auténticamente europeo; un ejemplo
ffi pobreza,, iq"" p"rmite salir de
esa pobreza) que Oscar Lewis atribuía ""
a la clase baja
la Ciudad de México.
/ 6Zr,1o,W?d )¿r'.r:,w, *r- rL{- .l,rl o L"
(ts-
¡arcni
/¿" o,lL"/q (rf.-RqlttWzóü d- s. l+¿et-su
o¿¡iclaafzlT/es¡efct - 81
ñ( gi Vtl d 41< L[aPc?etTAD ->k. s"oa(
Des c o lon ¡ / a c i ó n t, , /l
\_____.' - , yy scl,e_
- --_-_\¡.-.-_---.-17_,_ét
v¿tiz, d- pc I< t.* p ? ts
La línea divisoria entre los portadores de la
dad los siendo soóialmente varla
éeIaís en pJE\v en el curso de la historia. En México,
ffiiálpoblaci@an conservado
marcadores culturales notorios son consideradas toda-
vía como indígenas, mientras la vasta mayoría se ha in-
tegrado a la masa nacional nominalmente no indígena,
aunque sin alcanzar la competencia cultural (que hoy en
día incluye bilingüismo en inglés) de la elite.
'fiiñi^,ff*',ínL
Elpglivia, desde mediados del siglo XIXie dio un'
f*proceso
masivo d" il-dtarrgggpry es decir gu9j4!erc9l-
taie cada vez mayor de la aclon a ser clasificado
la "naci za" de
estama adoptara
la denominacióndé <mestizar, pero más como un eufe-
> (<campeslno>i sl el otro eu-
femismo di ue como señal de haber pasado al
lado de los como en lvlócico. Así yo inter-
preis el_{grl4 censode 2001.cuando
boliviana fue obligada a señalar si era, o mlem bro de
un op originarior, y Crz% ron
Vez oue la identificación
logró mucho más aceptación que las denuncias acadé-
ffúcasy polít-tlca-sU_-elprograma del MNR quisieran hacer
creer,,ya que cuando se incluye esta opción entre las po-
sibles repuestas, o se deja abierta la auto-identificacióru
se mantiene como la denominación más preferida. Pero
volveremos a la cuestión de porqué América Latina ha
quedado al margen de los estudios poscoloniales.
?rq * óL f¡J.9tAiJr?ñc-t'tí,'Jg@
82
l(- =)llcrno{z&o
=>)v {7uxdn
:5i:::
eteq- Leí1.{lLA-
::'.At$*fiéá lá!;;i;pescolanial
-
ü- bi,r,' t (rr:t olJ.

Ha quedado claro que las y los que han pregonado


esta línea de pensamiento son miembros de las elites de
los países excolonizados y/o representantesde grupos
ex colonizados que se han establecido en el expoder
colonial, pero en posiciones relativamente ventajosas
(como académicosbásicamente).Aunque manejan con
soltura las tradiciones letradas europeas/colonialistas,
también representan otras tradiciones letradas y lo si-
guen.portando marcadores diferenciadores que inhiben
su integración en pie de igualdad a sus pares profesio-
nales y de clase. /51,1.¡ /,f a {rurpr-
^o*tt-?ZMzr siemple se
En contrastg las elites latinoamericanas
ll

4a a-
das europeas,nunca se han consideradooortadoresde
---=:=:=-r -

una qldtura diferencjada_dg_agUellas(incluso si se po-


dría argumentar que en realidad lo incluso se
n racial o bi éi?eiir
europeos.Ya que su propia condición de elite se basaba
no tendrían motivos
para cuestlonar su midad. 4 Ie_veZtgl*1e: ¡rlLda-
danos nominal mente independi tuvieron
que ex su contorm por
lo vacío de'contenido que fuera; dedicarse a insistir en
lá continuidad del qde{run-
.-=--_---_-=',-- "olgtglir-g "gggqpgndefía
ciar las mismasburesielrpgllgIltgqgi3uo_mis_mo que
declarar que los y las campesinase indígenasrurales
=--l
v
margina an parte íntesra de la naci
sus clu auténticos.Y en adición, habían@¡rven-
\
ffDa los de afueragqe srqnef-_eittrg11g"lryq1;dpéór
*'-at Af'wtt;!;;; fi*;;;.
(ll, -.f,
83
4'jx'o['ttA /tz¿¿
/t/" A (o"¿¿tzt'te<' ¡'-<>^'
Descotonzac'on¿);r;";";"í;;;.tlf bh "nr,oL'
A" ,t o,-
V.. ,7 ^ 7''1trer,9/oJ¿/'ab'(
4 occidentales/blancos,por tant de interés al ng
4
' ser diferentes ni otros; e"ntonceslus y lorjnvgqlgedg4s

J"*tt i-
los
ipf,-yas, laymis, los qaqachakas, los chimanes, los esse
,--
/ éiiaJos guara r
I '- -- =--- a
I lo mucfao a los pobladores de barrios pobres de El Alto,
igualmente calificadoscomo <aymarasrr, es decil porta-
--
i dores de una etnicidad y una culfura no europea.
Ouéestascultrlur,-'..Apu4g_4_glp-serCulqpgaslampo-
-.e-

Sg$SfAgUYfe@ o-ei sus-pQrtlLdoresa la vez de tener


su etnicidad también. serían bolivianos, y qué signific_a
eso más allá de tener un carnet de identidad y tal vez un
diá¡- seÍorna en óóñsi-
aeñdflnj-mieñtras táñóioñá orientaciónhaceel exi-erior
dtEs Tiióslóo
hace que tampoco sirven como modelos de una -identi-
1.1 -_---=:<# ----:'
clactnactonal a la cual sus suDalternos oeDen {splrar.
@ los estudiosposglonr$
esqueindagansobre'elcolonialismodesde
"lQglgp
en adelante, que por cierto es cuando se expandió y se
ihpuso fieramente en la mayor parte del mundo. El pro-
ceso colonial en Sudamérica se inició antes y también
terminó -siempre, formalmente- antes de que hubiera
empezado siquiera en muchas otras regiones. Conforme
con el principio de ubicación histórica, puede ser que
por tanto los modos y conceptosapropiados para anali-
zar eseprocesono deben ser los mismos que se han apli-
cado para estudiar el colonialismo implantado a partir
de 1800.

84
Lat¡nápo$colonial
,q$rérica

Considero que al no percibir esto {$balQgljg4o cae


en el error de universalizat elracismo como fundamento
del colonialismo. Habla de
"aguellas identidailesgUg han
llegado a constituirse en los últimos 500 g[_os,plgqiga-
foootzong,,tls
y argumenta que/ a partir de la colonización de América
desde 1.492,<Lapoblación de mundo fue clasifica-
da, ante todo, eñ (.. ) ss_eü!¿-d
a los d.ominadores/superiores "euro_peos."el atributg de
"!a!bIanc-x't:g4g:_lg:4q!q¡!adpre-e/-inf erar,e*q-':ne-
e.qopeos", et atr@r"> (op.cit.:L83).
Esta cita proviene de un acápite titulado
"Colonialidad
de la clasificación social universal del mundo capitalis-
ta>. AI pareceq para Quijano, el capitalismo ya se habría
generalizado a nivel mundial aprincipios del siglo XVI,
y con ello esta clasificación racial. Esto es completamen-
esellellI%-{g.!e-
tifu$.peZ+ ra.En
1780 nadie, dentro ni fuera de Europa, fue nacionalista
en el sentido que entendemos hoy, e igualmente, en L500
ry4t9-eII:rsl3:"4te$4s-q"-"e-xpreq?-u4*c-9!s
.de rcazarr,como se entiende ahora, cgnqqplggrdldqsn el
@g*r:glgp(, involucrado con Ls pulantes ciencias
naturales y, después de Darwiry con el evolucionismo (si
bien en formas vulgaizadas que distorsionaron las pro-
puestasdel mismo Darwin).
El hecho de que se podría hablar de personasde piel
blanca, de mestizos, de negros y por supuesto de indios
en 1500no debe ser interpretado como si estostérminos

85
Descolonización

significarían lo mismo en el 1900o el2011.Waman Puma,


en su descripción de los reyes Inka, en casos menciona
su color de piel; Cinchi Roca es (morenete>),Lloqui Yu-
panqui <prieto de cuerpo y feoo, Uira Cocha <blanco de
cuerpo> y Guayna Capac también es ,,blancor, mientras
Guascar es (morenete>. En otros casosno se preocupa
en mencionar su tez. Tampoco hay una relación entre
un mal caráctery una tez oscura; Guascar es y
"brabo
miserabler, pero el autor alaba a Yauar Huacac por (sa-
bio y pacible, amigo de los pobres> en contraste con Inga
Roca, <putaniero, amigo de quitar hazienda de los po-
breso sin referir el color de piel de cualquiera de los dos
últimos (Guaman Poma 1583-161,5 I l9B0:70, 77, 87, 93,
94,85, B3).
Todos estos Inkas eran dominantes en su tiempo, y
no creo que Waman Puma creyera que los "blancos" IJira
Cocha y Guayna Capac eran de alguna manera <<euro-
peos> a diferencia de otros Inkas ,,morenetes>.No se ha
realizado un rastreo detallado del uso de estas referen-
cias al color de la piel en éste y otros textos de la Colonia
temprana en busca de la estructura de significados que
tales términos tenían en esa época.

86
Q
(J

3
s

t
o
J

87
Capítulo 4
DescolonizarBolivia

Asumir que.la serie de procesoshistóricos que resumi-


mos bajo la etiqueta necesariamentetie-
"colonialismo>
nen que ser tomados en cuenta para comprender tanto
los últimos siglos del pasado como la actualidad, si ha
de resultar provechoso como enfoque que
ser aplicado jun f det
l:gar de enunciación: que c@o
surge y es utilizado en un determinado lggalgJlempo,
por parte de personascon ubicación precisa en la estruc-
tura social de ese tiemno v luear. v sólo considerando
1o
que se llqb&i-guq{ido decir con esa s.
Adoptar el primer principio como regla general sin
combinarlo con el análisis escrupuloso de cada caso o
contexto exigido por el segundo, reduce la perspectiva
poscolonialista a otro universalismo simplista que so-
cava las posibilidades liberacionistas de la misma. Una
expresión de tal simplismo es suponer que el <coloni?lis-
11qf siempreha fu.cio.ad s
mismas c.lLtegorías
y valuaciones;otra es no distinguir

89
ry:::N:t|:g19t

tos tenOme"os estr es, es deci¡, que


ocurrieron bajo el colonialismo propiamente dicho, de
fenómenos que tengan origen en el colonialismo (en Ia
época colonial) pero son propios de la época actual, que
ya no es colonial como tal pero a veces aún es llamado
así,a falta de un debate sobre términos más apropiados.
Incluso el adietivo ,.colonial, y sus derivados son aplica-
dos como si siempre fuera obvio qué significary sin nece-
sidad de aclaraciónde contexto.
Entre las y los intelectuales bolivianos,
es una de las voces que do
¿e ta cotoniataa l; un referen-
te es su artículo <<Laraíz: colonizadores y colonizados>
(Rivera 1993)don
i$gtlo aplicado al caso boliviano, aunque es de notar
que ella no lo toma en términos regionales como hace
Aguirre Beltrán en su definición original -argumenta
que la relación entre las ciudades capitales de países
como México y las regionesrurales alejadasde esospaí-
ses funciona de la misma manera que la relación entre
países metropolitanos y sus (ex) colonias- sino como
una descripción de las relaciones de "decpre@€!c¿!io- 3
44glqs,l-iqalquización y explotación que obtienen entre J
(
las clasesbaias (indígenas) y_lgq"Sleggg 3!as (europeos/
blancos/criollos). Así en su informe sobrelos resultados
de una investigación entre mujeres comerciantes benefi-
ciarias del microcrédito (Rivera1996), Silvia Rivera dice
que ellas actúan dentro de un.,mercado colonialmente
estratificado-'r.
---
90
llesc0l0n¡zar
Eolivia

Porsupuesto, ellg@to a prin-


cipios de los (época de dicha investigación)
T9L120
era es{a[!ficado; todos los mereaelos_lqsqn. Pero ¿cuá-
les-son las característicasespecíficasde la estratificación
observada en esemercado que hagan que sea una estra-
tificación colonial?,¿a diferencia de qué otro tipo de es-
tratificación de mercado? La autora no lo dice. Será que
<lo colonial" habría saturado todos los aspectosde la so-
ciedad boliviana hasta tal punto que todo lo que ocurre
es a priori colonial; aunque en el caso de los mercados,
la Reforma Agraria de 1953 rompió las cadenas de su-
ministro y el control oligopólico de las ferias rurales y
los centros de distribución urbanos. causando durante
varios años severos problemas de abastecimiento en las
ciudades, hasta el establecimiento de nuevas re'des co-
rnerciales, incluyendo varias ferias nuevas fuera del con-
trol de los vecinos de los pueblos antiguos, e incorporan-
do nuevos actores socialescomo intermediarios y deta-
llistas. Algunos de los pueblos coloniales (de fundación
colonial) perdieron su lugar en las redes económicas a
consecuenciade estos cambios (casoPucarani, sustituido
por Batallas); otros mantienen su centralidad hasta hoy
(casoAchacachi).
Tratándose de los actores, algunos términos, o ca-
tegorías, como .,chola del mercado>, tendrán un origen
colonial (Bouysse-Cassagney Saignes 1993) pero no es
creíble que su significado y alcance (es decit, a qué per-
sonas y grupos se aplicaba o aplica tal término) se ha-
yan mantenido inalterados desde entonces.Durante la

91
üescobnización

Colonia, los mercados también eran estratificados, pero


las redes geográficas del comercio, las formas de distri-
bución y expendio y los grupos sociales involucrados
eran totalmente diferentes a los de hoy. Enionces ¿qué
quiere decir ..un mercado colonialmente estratificadoo
en los años 1990?Y si hasta ahora la sociedad boliviana
sigue siendo efectivamente colonial en todos sus nive-
les y sectores¿acasohay esperanza alguna de descolo-
nización?
El resurgimiento del término desco
la actualidad responde al reconocimiento (nada nuevo
en realidad) de que ll primera descolonizaclg4*gue !l\/o

\ os.Lasnuevas
s-
\tas y difícilesde. 1.
Ya he hablado de la fuga de cerebros representada
por intelectualesposcoloniales/ excolonizadostalentosos
que setrasladan a los centrosacadémicosde los EE.UU. y
de Europa, pero numéricamente son una f:aggrógfAfi¡na
de la población ex colonizada que seha trasladado a esos
países, para trabajar en el agribusiness,en la construcción
y en los servicios (limpieza, cuidado de niños y ancia-
nos, etc.) entre otros. Ésta es la población que se dedica a
mandar remesas a sus familiares que han quedado en el
país de origer¡ creando redes de dependencia económica
fuera del control de los Estados que introducen varias
distorsionesen las economíasde los paísesreceptoresde

92
üesco¡orizarB0¡ivia

remesas,ley multiplican los efectos de las crisis financie-


ras y recesionesoriginadas en los países del Norte indus-
trializado. Vivir de leios de avudar a desco-
lg¡gelqg, ."*pl.*"t" d* .{:gp:lg!t-o
-ár
de los excolonizadores y con políticas que favoregsn en
p{imer lugar el crec g!Zg{.r.
Si buena parte de la población local depende de re-
mesas para cubrir elementos de su consumo cotidiano,
una recesión en el Norte que recorta las remesaspuede
impactar directamente en sectores del mercado interno
(como productos agrícolasy abarrotes)no vinculados di-
rectamente con sectoresde exportación de materias pri-
mas que suelen ser impactados por caídasen las bolsas
financieras.Se vislumbra una justificación perversa para

1eLas dijtprsiones que se menciona con más frecuencia son la utiliza-


ción de estas remesas en gastos suntuarios -r-eg!gn@q lgjeleg Sqnde
a vecesnadie vive, compra de ropa de moda v aparatos electrónicos
caglegos, todos por iegla general Tlpg4Adgs, para exhibirlos en un
estilo de vida ociosa- antes que en inversiones productivas, v que in-
cluso las aparentemente productivas puedan depender de la subven-
ción desde afuera para mantenerse. Otra diltorsión es que, en épocas
cuando un auge en el Norte causa una elevación en los montos de las
remesas -más gente va a trabajar alli y cada una puede mandar más
plutu- .9!gttt-rysüg!"-.9e" @¡aya
"LPgit-
cgelggrerjg¡1blg_grtlg! niveles.de producción dentrS_&Ipeís*lqjqmp;
eqlcrllgs, rglJqg¡ g$SfS p"rrig"i""qo h *i !igll"r,
seproduceuna inflaciónsin relaciónóonel funcionamientode la pro-
v fuera del alcance de políticas macroeconómi-
cos del propio gobierno. Aunque una crisis en el Norte puede causar
ciertas dificultades en el corto plazo, espero que provoque a los y las
que salieron con tanto afán hacia España antes de 2008 a regresar y
pensar en cómo buscarse una vida mejor en este país, mientras otros y
otras estarán desanimados de salir por el mismo camino.

93
Desc0l0nizaóión

el desembolso masivo de fondos estatales en el Norte


para salvar sus instituciones financieras, antes de usar
ese dinero para créditos, donaciones y otras formas de
ayuda a los países del Sur: esos desembolsoscombati-
ríanla recesión, entonces la población inmigrante podrá
seguir mandando remesas,y la población residente ten-
drá dinero directamente en sus manos para gastarlo a
su libre voluntad, con beneficios mayores (o al menos,
más placenterosa corto plazo) que hubiera sido el caso
al transferir dinero a proyectos de desarrollo manejados
por el gobierno local o por la cooperacióninternacionaf
que como es sabido muchas veces dan muy poco en con-
creto a la población meta.
Y en todo caso,cuando los colonialistasestabanpre-
sentes en el país, era posible movilizarse en contra de
ellos,pero ¿cómomovilizarse desde aquí en contra de los
especuladores financieros en Nueva York? Los llamados
movimientos antiglobalizadores han realizado algunas
acciones con tales fines, pero son acciones Norte contra
Norte -o al menos, una fracción de la burguesía interna-
cional contra otra- porque sólo ellos pueden pagar el pa-
saje aéreo para ir a manifestar primero en Seattle y luego
en Ginebra o dónde sea que se esté reuniendo el G7.
Los y las intelectualesportavoces de la descoloniza-
ción no suelen enfocar las crisis financieras ni la acción
directa, sino lo presentan como una cuestión de cons-
ciencia:<Setrata primeramente (...) de un sentimiento y
sentido de horror ante el despliegue de las formas colo-
niales del poder (...) un grito de espantopor parte de un

94
Descolóni¿ar
E0l¡viá

sujeto viviente y donador de sentido ante la aparición


del mundo moderno/colonial que plantea la dispensabi-
lidad de ciertos sujetos humanos como elemento consti-
tutivo de su avance civilizatorio y de expansión global"
(Maldonado-Torres 2006-2007I 2009:21.3,énf asis en origi-
nal). Por supuesto, será necesariotomar conscienciadel
fenómeno para ser capaz de urdir proyectos de acción
en su contra; pero yo me pregunto si el espanto es real-
mente el sentimiento más propenso a producir acciones
constructivas que van más allá de autocomplacersecon
haber logrado una consciencia moral superior que la de
los viles opresores y competir para ver quién puede lan-
zar la denuncia más horripilante y/o demostrar su acu-
ciosidad y corrección política exponiendo las insidiosas
categorías coloniales en el fondo del pensamiento'de
todo y cada una de las corrientes de pensamiento, inclu-
so las que aseveranbuscar la liberación de los oprimidos
<dispensableso,como por ejemplo las feministas.
$aríe,Lugones (2009: 296-7)critica a Aníbal Quijano
porgsumir que el génerono es más que el sexobiológico,
y basar su argumento sobre la
"cqlgn.i4lid€Kklq b!_Iela-
cyles de_genero"(énfasis en original) e_L1rrg_t-qqha_peta
el acceso sexual racializado, donde los varones blancos
srempre tenían acc s
mientras los varones no blancos iamás accedíana muie-
res blancas (e implícitamente, ni siquiera a las mujeres no
bGñéálen tanto que éstas habrían sido apropiadas por
los blancos colonizadores).Aparte de ser heterosexualis-
ta, parecedar por sentado que la disputa por el
"Quijano

95
ne$c0lonizac¡ón

control del sexo es una disputa entre hombres (...) sobre


recursos que son pensados como femeninos. Los hom-
bres (...) no parecen ser entendidos como "recursos" en
los encuentrossexuales.Y no parece (...) que las mujeres
disputen ningún control sobre el accesosexualr.
Con todo, esto puede ser una representacióntazo'
nable de las actitudes de, digamos, el capatazde una ha-
cienda algodonera en el sur de los EE'UU. antes de la
Guerra Civil, donde, al menos según las novelas de Wi-
lliam Faulknet, si al vigilar las cuadrillas de trabajo en los
campos él veía a una esclava apetecible, podía llamarla
desde el surco hasta la sombra de los árboles del canto y
hacer uso sexual de ella sin que ella pudiera negarse' El
concepto de las mujeres -no sólo las no blancas- como
objetos que deberían ser sexualmente disponibles para
los hombres o sino sufrir las consecuencias,es algo que
persiste en muchos contextos fuera de los propiamente
coloniales.Lo lamentable es que la manera en que Quija-
no naturaliza(biologiza) y genereilizaeste concepto hace
sospecharque en el fondo él lo comparte, en tanto que no
parece capaz de ver fuera del mismo para identificar sus
presuposicionesno universales..
Pero Lugones retoma luego la crítica ya trillada del
,.feminismo hegemónico blanco, que ignoraba a las mu-
jeres de color: ..las feministas blancas (...) de los años 70
(...) .ro se ocuparon de la opresión de nadie más" (op.cit.:
309). ¿Y porqué tuvieron que hacerlo? Uno de los corre-
latos del principio teórico que todo pronunciamiento tie-
ne un lugar de enunciación determinado (y no procede,

96
_--?::9:i9r91rt{:Y

por tanto no debe pretender proceder, de una posición


abstracta, objetiva y desinteresada) es que no se debe in-
tentar hablar en nombre de otros u otras, es deci¡, asumir
el rol de portavoz de sus demandas o deseos.
Yo, como feminista, he criticado como <materna-
listaso2oalgunos proyectos dirigidos por mujeres urba-
nas de clase media para mujeres campesinasdonde las
primeras suponían de antemano que sabían qué nece-
sitaban o querían (deberíanquerer) las segundas.-Siqng

frenta una muier a obrera, no debería meterse a in-


tentar remediarlos. El error de
1970habría sido que no se dieron cuenta que aparte de
ellas había otras mujeres con problemas distilto_s que no
@s propuestas, pero al ri'renosno
intentaron elevarseen portavocesde las s.
Una postura difundida entre activistas que apoyan Ia
descolonizaciónen Bolivia es que el feminismo en todos
sus coiores es otru ..- ras
-
ind andinas v a reas,_leq¡uel99gg-cltA¡Ia
representadapor el clisé
aymara el eJerciciode cualq i-
dad en parejahomb{g-nqgier, supuestament ra
ig-"h,"lgJ Lugones(2009:303)
presentauna
"tt"qryga. sobrelas
versiónsimilarmenteidealizaday especulativa

20Equivalente entre mu1'eresde prácticas paternalistas, donde un va-


rón de posición social superior supone que sabe mejor que sus inferio-
res lo que éstos deben hacer por su propio bien, aunque ellos mismos
no 1oreconocen,

97
Descolonización

tribus de Americanos Nativos como <ginecráticas>>,€s


deci¡, otorgaban superioridad a las mujeres (aunque a la
vez dice que son "igualitarias'r, lo que no deja muy claro
qué es la en.,ginecráticao, pues slgp-biernan las
"cráticao
mujeres entonces no sería igualitaria).
Actualmente circulan muchas o
É----=\
lo que supuestamente son las culturas
Eu.lgg-tobre
andinas y amazónicas. Practican una economía de la
l".ipro.iáud g".r"ro"u y@o
individualista de la economía capitalista. Su meta en la
/----
vida edQtvllbigil en armonía con la naturaleza, mientras
los occidentales buscan vivir mejor saqueando la natu-
raleza. Puru lot V lut i"díg.^t t
vivo y tiene espíritu y capacidad de comunicacióry pata
los y las occidentales todo, menos los sereshumanos (y
entre ellos, solo los sereshumanos blancos y machos en
realidad) es materia muerta, y si es vivo pero no huma-
no no tiene espíritu ni
nes tienen en común
jerarquizado entre (no
se acostumbra usar la expresión <europeo", probable-
mente porque el referente implícito de "Occidental>>€s
<Estados Unidosr, que geográficamente al menos no se
encuentra en..Europa'r), y una concepción de lo que es
ser o <occidentalo que es esencialista a más
"indígena>>
no pode1, aún cuando las y los expositores más acadé-
micos, o academizados, de estos relatos se asocian con
las corrientes poscoloniales y posmodernistas y en otras
partes de sus obras ofrecen saludos a las banderas del

98
B0livia
Desrolon¡zar

antiesencialismo, las identidades siempre en construc-


ción y no dadas de antemano ni naturales, sino situacio-
nales, en permanente proceso de cambio, etc.
Estas ambigüedades y contradicciones están pre-
sentes en muchas de las declaraciones poscoloniales/
desColonizadores,no sólo entre las y los representantes
bolivianos de estas corrientes. La vida de una catedráti-
ca, nacida en la India que ahora ocupa un puesto bien
pagado en una universidad de California es tan distinta
de la de una mujer tejedora por cuenta propia en un ba-
rrio pobre de Mumbai que parece necesario evocar algu-
na esencia compartida de .indianidad" que se conserva
intocada a costo de todo, para que se pueda reclamar al-
guna unidad entre las dos (y además para que, al menos
a veces,la primera efectivamente aseverahablar eñ nom-
bre de la segunda y tener el derecho de hacerlo).
Lo mismo se puede decir de un dirigente boliviano,
et
gha sido diputado o viceministro_Eiaia constantemen-
te a congresosinternacionales, y un campesino boliviano
re! so
por carretera, luz eléctrica o agua potable por cañería,
practica la agricultura de subsistencia durante parte rlel
ano y durpte yl iff de mes a-
frero en Santa Cruz o el Norte de Argentina. ¿Qué es lo
n (consideradoscomo2l)

21Digo'considerados como'porque hoy en día es probable que el pri-


mero se declara'indígena' en público y en repetidas ocasiones,mien-
tras el segundo raravez o nunca lo hace; alavez que si el segundo, o

99
tl
t / .' l//
! /- / I i J
Descolonización Vfitwgl/ao-, {k/q/h/J,

indígenas, si no es una esencia inefable, quizás incluso


nada más que <la sangre>,es decil, ,<larazarr?
Spivak ha intentado justificar esta contradicción
(basar la legitimidad de las posturas discursivas en un
esencialismp que los fundamentos teóricos de las mis-
mas posturas rechazan) como
"@t
"
(Spivak 1.985/1997:258,énfasis en original). Sugiere
que tal esencialismo es asumido de manera consciente
(como se esperaría de la elite intelectual que son sus pa-
res), alerta a los riesgos de asumirlo de plena fe y con
todas sus consecuencias.Pero tengo la impresión que
las y los esencialistas bolivianos, aunque estarían persi-
guiendo estrategias políticas, Aggggl_qg
llg!|""*ente v co-o d""c
sm constderar que
a -comparte esa esencia-
puede realmente comprender la cultura indígena, y por
tanto, la convivencia con no indígenas es imposible y
sólo queda la segregación y, en el peor de los casos, la
limpieza étnica.
i
L"..".1"rió"G"Sr ya ha surgido en cier-
tas iniciativas como la creación de <universidades indí-
99ngg" -:l vg 3e_incolpolaj la enseñanza en idiomas

su comunidad, llega a figurar en un informe (del municipio, de una


ONG) o un reportaje mediático, es en extremo probable que será des-
crito como 'indígena' sin necesidad de preguntarle al respecto, mien-
tras si el primero es descrito así en contextos equivalentes, será porque
él mismo ha machucado en serlo.

100
nescolonizarBolivia

-
ma universitario nacional no etnizado -¿e implícitamen-
t ás indígenas auto
negados?22C.p"tid".o q"" lu i. t
de 2008 d" q"" sie"do l" raza y el col* d a
"rge
base de la estratificaciónsocial v la desisualda
via. es otra ex de la difusión de
y lo m4s_lamentablepara míes que las personagqg_e_ma-
;h"A;;' ré'dm;
¿"41"',e-f?-
'
dslqq:-lg::l4uslu'.
Las ponencias del seminario internacional "Moderni-
dad y pensamiento descolonizadorrr, realizado enLaPaz
en 2005 y publicadas en 2006 (Yapu (coord.) 2006) están
entre las primeras publicaciones bolivianas que addptan
el lema de la descolonizaciór¡seguido por la compilación
de Saavedra (2009), que reúne principalmente autores
latinos no bolivianos. Otras compilaciones recientes son
Lara Barrientos (2011),que contieneponenciasexpuestas
en varios eventos en Oruro a partir del 2008,y la Vicepre-
sidencia del Estado Plurinacional de Bolivia (2011),que
aunque lleva el título "Descolonización en Bolivia> en
realidad dedica la mayor parte de su texto a ponencias
sobre el Estado Plurinacional, Pluralismo Económico y
Socialismo Comunitario, todas escritas por intelectuales
afines al oficialismo del momento quienes se afanan en

'z2Ver Spedding (2010) para una exposición extendida de las tenden-


cias esencialistas en los discursos indigenístas de hoy, sus causas y
consecuencias.

101
Desc0lonización

explayar sobre la nueva Constitución Política del Estado


y otros pronunciamientos altisonantes del gobierno de
Evo Morales Ayma.
Pedro Portugal realiza el recorrido ya establecidopor
los estudios poscoloniales,concluyendo que la <aproxi-
mación poscolonial no es legítima ni adecuada para so-
lucionar el problema descolonizador en Bolivia" por ser
un discurso procedente de las universidades de elite de
<las expotenciascolonialesr, pero su propuesta alterna-
tiva es debate sobre la forma estatal y la viabilidad
"el
del Tawantinsuyu y el Qullasuyu" (Portugal201L:92).
Pedro Pachaguayarepasa los mismos poscoloniales,los
posmodernistas,los estudios subalternos y los estudios
culturales con marcado sarcasmor para luego atacar a los
decolonialistasbolivianos quienes pasan alabando a la
Pachamamay concluir "De qué sirve decir que la Pacha-
mamaes antes y después de Dios; de qué sirve volver
a un encantamiento con lo sagrado de la tierra ... si la
descolonización no plantea cómo eliminar el hambre',
(Pachaguaya 2011. :92).
Los y las internacionales quienes exponen en Yapu
(coord.)(2006),en contraste,generalmenteexpresanentu-
siasmo por la descolonizaciónjunto con la rabia moral
obligatoria en contra del colonialismo; las excepciones
son Rivera (2006) y Spedding (2006). Rivera expresa su
furia en contra de académicos establecidos en el Norte
como Walter Mignolo quienes hacen uso de trabajos rea-
lizados en el Sur (esdecir,los trabajosde ell4 en realidad)
y se promocionan difundiendo esos contenidos ajenos y

L02
Desc0l0n¡zar
Fúlivia

hablando en nombre de los oprimidos. Spedding tam-


bién critica al concepto de ,,pensamiento fronterizo,' de
Mignolo (200012003),alegando que no se demuestra qué
diferencias reales hay entre pensadores supuestamente
<fronterizos" y los que no lo sean,y que mientras Migno-
lo se apropia de íconos indígenas como Felipe Cuamán
Poma de Ayala como ejemplos de .,pensadoresfronte-
rizos>>,cae en anacronismos como denominar a Tupac
Amaru como peruano y a Tupac Katari como boliviano.
También critica a intelectuales autodefinidos indígenas
como Félix Patzi y Pablo Mamani Ramírez por insistir
en la otredad radical de las culturas indígenas en Boli-
via. Creo que no es casual que en el Prólogo que es Ia
contribución de Mignolo al mismo volumen, mientras
intenta mencionar de paso a todas las demás ponencias,
incluyendo las muy breves e insustancialesde Patzi y de
Esteban Ticona, las dos que no figuran en absoluto en su
comentario son las de Spedding y Rivera.
Maldonado-Torres (2006-2007I 2009:209) tiene ra-
zón en aseverar que la descolonizaciónes un <proyecto
todavía inacabado a nivel global" (alguien más cínico
podría haber dicho que es un proyecto aPenasiniciado).
Yo lo veo como construyendo sobre los terrenos des-
brozados por los estudios poscoloniales. Estos se han
dedicado a demostrar el involucramiento de orígenes,
estructuras e ideas de origen colonial en la vida social
alrededor del mundo.
Considero que si la descolonización ha de llegar a
algo más que una retórica de esperanza, tiene que ir más

103
Oescolon¡zrción

allá que la repetitiva denuncia e identificación del colo-


NO es simplemente poner la
colonia al revés,es deci uir siendo <
namente diferenciadosde <occidentales>,sólo colocañdo
<occidentales>abajo (o totalmente
"indígenas" arriba y
fuera). La dificultad demostrada de pensar la sociedad
boliviana fuera de este marco de origen colonial parece
comprobar la perspectiva poscolonial que insiste en la

de los Andes.23
Estapropuestase basa en una qrnpiiggén iglrgn-
:+\
ctpjg igg$orizo$>, utilizado en la arqueología de los
Andes, pero sólo tratando de las épocasprevias a L532.
Una primera observación: he expuesto lo que sigue en
diversos ambientes universitarios y académicos,de pre-
grado y de posgrado pero generalmente dentro de las
ciencias sociales, en el occidente de Bolivia. Empiezo
preguntando si los y las presentesestán familiarizadas
con el concepto de
"Horizonte> y la respuesta es casi

23El resto de este capítulo resume la exposición extendida de Spedding


(2008),que continúa y desarrolla las reflexiones sobre la historia andi-
na iniciadas en Spedding (2003).Recomiendo leer estos artículos para
una comprensión plena de esta propuesta de descolonización que yo
llamo el Quinto Horizonte.

1,04
g0¡iv¡a
nescolonizar

siempre que no. Resulta que, aparte de unos fragmentos


esencialmentemitologizados (Manco Capacy Mama Oc-
amaqhilla,amallulla...) y nacionalizados(la
llo, amasu'u)a,
atribución de Tiwanaku a,.los aymaras>,que carecende
fundamentos fuera del proyecto ideológico nacionalista)
realmente no se enseña nada de historia prehispánica en
el sistema educativo boliviano. Entonces el Primer paso
hacia la descolonizaciónsería ¡reconocerla historia Pre-'-@

Tal como se lo presenta ahora, la Historia empieza


erQpgfconel encuentrg-fgll{i.o d" Pirulfg v Atu*tryu.
-¿==-;4\

En ese mismo momento, los And-et-y--lo.-qgg:hgu es


Bolivia dentro de ian de tener una histori
enuna ie de
de la istoria Occidenta uso se puede arg{rmentar
que aryeg3e rel iférico en
esta HistorrM, que Parece ser
la implicación del léiho de que los cursos escolaresde
historia (que representan lo que la gente ..sabe, sobre
historia, fuera de la minoría que estudia Historia en las
universidades o al menos lee libros de divulgaciónhistó-
rica en sus tiempos libres) se inician con 1532y punto.
Por cierto, intelectualesy activistas saben qlre había
diversas culturas Estados antes y pue-
ser más o menos informados sobre ellos, pero sin
importar sus inclinaciones políticas comparten eI esque- a t

ma de L532 como evento cataclísmico y transformador. ( --q

^I
Es un ejemplo de lo que yo llamo revo C
trr
ñá?tla" la historia, que identifica ev-entoso momentos F.
s
----l-' \
q
105 o
Descol0nización

que rompeq-e4 lA¡qneüeión de la soeicdaelhasta_ese


momento e inician algo nuevo. Los contrasto con esque-
mas continuistas, que insisten que hay elementos estruc-
turales tales que han persistido en el tiempo no obstante
los eventos dramáticos o los cambios de actoresque han
ocurrido. Ambos esquemas son interpretaciones, no re-
presentaciones verídicas: ni las revoluciones más violen-
tas han borrado completamente con las estructuras so-
ciales preexistentes,y la continuidad de larga data puede
ser más formal o nominal que efectiva.
Mi hipótesis es que ti"-
1os@
v nen cierta relación con países, o sociedades, que se v-en
5
I
a sl mlsmos como I autóno mientras
R-
e
los Eq"9"qgg:g rg"llnqvi-
$
sló" del p4r/rocled !e qontro!s_obg_su
o al menos habiendo ido ese control en
oc¿siones.Adelantarigge el es una
pro de de la his
rse como autó-
primero esbozaré
variantes d"l@ corriente.
_$as
(t ) Identifico tres variantes (no digo que no habrá más,
\:,,/
y mi presentación de ellas será tan breve que es casi
caricaturesca): ljr nacionalista (lo. que enseñan en la es-
.g4u), ta irguierdista y ta a. Los resumiré a
ttgtér d" lirtudo d" Iffi"
""
cada uno, es deci4,los eventos qge identifican como mar-
cando épocas, y la valuación que otorgañ?iáda ev@o.
A veces hay eventos que figuran en una variante y están

1,06
Bolivia
nescol0nizar

ausentes en otra; otras veces el mismo evento 4gura en


más de una, pero con diferentes valuaciones. Pero todas
empiezan con la Conquista, y para todas es catastrófi-
co, aunque la versión nacionalista tiende a sugerir que,
d.esastrosocomo era en ese rato, al fin era cuestión del
destino manifiesto, imposible de evital, y eventualmente
se recuperó de ella, además que trajo algunas ventajas
innegables como la Escritura y la Tecnología (hoy en día
ya no se suele insistir que el Cristianismo fue una ventaja
aún mayor porque nos permitió salvar nuestras almas
paralaeternidad y no sólo vivir un poco mejor en la tie-
rra). Para los izquierdistas, nos introdujo en la economía
mundial como periferia a ser explotada y por tanto era
Malo, y parclos indigenistas, no sólo eso sino el inicio de
un proceso de genocidio, etnocidio y despojo a más no
poder que no ha parado hasta hoY.
En la variante nacionalista, el siguiente momento
.o.,rti Bueno sin
rl@iett" laS.tege 34 iuctfiqq,
Malo porque Bolivia perdió su mar y además demos-
,r"
t@l"""q"" *"r,oi nos dio a Eduardo Abaroa.
"t
Pero es significativo el hecho que se recordó oficialmente
a Abaroa por primera vez el23 de rr.arzo de 1952,apenas
días antes del siguiente momento significativo, quizás
el más significativo de todos porque representaba una
segunda independencia liberándonos de la roscavende-
patria y sus títeres en el gobierno. Sí pt"t, lu R":919.i91
DesPuós hubo unos

107
D{,}sc{.}lon¡zación

tropiezos con los gobiernos militares (no sé si en la escue-


la los llaman <dictaduras") pero eventualmentela virtud
volvió a triunfar con la restauración de la Democracia
e{W, y desde entonces todos hemos vivido (relativa-
mente) felices, o aunque no muy felices, bueno, al menos
(con elecciones)libres. En la escuelano se suele enseñar
historia contemporánea, es decir reciente, así que dudo
que se trate mucho sobre lo ocurrido después de 1982.
L*osindigenislAs ignoran la Independencia (si se dig-
nan de mencionarlo es para decir que era completamente
postiza porque los blancos siguieron en el poder) y en su
lugar. destacanla Gran Rebelión de 1780-82.Danirnpor-
tancia a la @9 por la participación y
posterior ejecución de Zarate Willka. Coqpg{g.]gjdeu
de la Revolución Nacionál dé 195ñomo errento transfor-
Malo: el voto universal
no era más que pongueaje político, la educación fiscal
atacó la cultura indígen4 y la Reforma Agraria y el sin-
dicalismo agrario introdujeron el minifundio, la parcela-
ción de la tierra y el desprecio de las autoridades origina-
rias y sus usos y costumbres.Se tardó mucho en recupe-
rarse de este nuevo embiste colonial; algunos activistas
de CONAMAQ (sólo ellos) machucan en la fundación
de dicha organización en L997, pero el consenso gene-
ralizado es que el siguiente momento constitutivo fue la
@41!q_en2003, según ellos un levan-
tamiento aymara que ha abierto un nuevo periodo de re-
surgencia indígena, aunque algunos son más optimistas
que otros sobre los avancesreales desde entonces.

108
B0liv;a
nesc0!0nizar

Los izquierdistas son básicamente marxistas y Por


eso enfocan procesos económicos y periodos más que
eventos. Por tarrto, n-
cia por no marcar una transición económica importante,
aunque pueden mencionar la Gran Rebelión como un
saludo a la b andera indigenis t". L d9! Ig"ífito
"5""u ""
sí figura, pero en términos de la ilrtror4isión de caPitales
ir,gleseJ (Malo). r{g9g5lglQhggq figura no sólo por
Iá cuésii6n a" i )
r@"gt=o- 4e integrac-iénnacio-
(campesinqg-obreros, pequeñaburgue-
44Lgltlg4gles
sía) y regiones(Bueno).(195l.9simportante po{ $19¡T
el peiiodoZe d" E"ádo .otpo.t (htr-
"upitulit*opero los obrerosno estabana la
6i"." podtd" set B"eno/
alturide los hechos).El siguientemomentorfo es úñ
slno 6E simbolizadopor el Dec¡9!921060y el in-i-cio
dJ;--oHmi*o q"" r*u
ülstá. traráalos la salida de las tinieblas empi
te Sggl¡e !€!Agge, vista como.mov!¡glegto
g"ttelo6 p."lgl1g:\gnel3"-!It4eil erasubsidia-
"ti, "d"t son más oplim$try-ggg
transnacional,y sglrn{x
una transnacional, ePllmft¿1s-_gggt"
¿e una
iio ¿e
rnayoríade los indigenistassobrelq qUe-he1nmqg-g9s-
49 "ryottgg,t-
El esquema d into Hori reconoce
nos de estos momentos constitutivos,
con effiéiUsttzsll"-¡ conocido como eI
noñ6ñdo por el o
a@-es€Égqc-qSrr¡Prq¡-try4a-
refierea unaépocacuando
ry9!tg]?004c. <Horizonteo
109
DescoNonización

(en base al registro arqueológico) se identifica la presen-


cia de amplios procesos de integración suprarregional
en los Andes, señaladospor la difusión de los mismos
estilos artísticos, en cerámica, tejidos, arquitectura y de-
más en grandes extensiones geográficas. En ausencia de
registros escritos, no siempre es posible determinar si
esta integración se debe más que todo a intercambios co-
merciales y otros tipos de conexión económica (como el
llamado <control vertical de múltiples pisos ecológicos")
o cuando representa-en adición a las redes de intercam-
bio de bienes y poblaciones- la presenciade estructuras
políticas, en fin Estados,que cubren estos conjuntos de
regiones, y en caso de que sí sean Estados cómo realmen-
te era su forma de organizar y administrar el poder. Son
tareasfuturas para la arqueología.
Sea lo que fueran sus estructuras sociales, e! p.¡i41g_r
Horizonte tuve un
iüiiáZ00Áe 1.tu-!"" todas estasfechas son aproxima-
das). El Primer Inte io, que lo siguió, duró hasta 200
DC. r g r{¡ p_e_riedo¡lefragmen ta ción
sociopolítica, señalada por la aparición de culturas regio-
J*düersleiadas. EntreIas más conoci-
ryLe-sjg!9lir-a4es
{Tje erte petioao ro" U u.
ron durante los pgimergrgs_i&|gg

en el centro, que duró hasta 1000AC.


correspo_nde_a_la, de
_é_p*oca

110
Descol0il¡zar Boi¡via

terminó en el IV 9,onel surgimiento del


Tawantinsu re fue recortado en
------
con la llesada de los oles. iniciando el flércer
Inter L532-1570,el más breve de todos, cuando las
Tawantinsuyu se estaban desmoronando
structuras del Tawanti
estructuras
la Co aun tablecido.
Cuarto Horizon slpr*e:g,err.tS,lO;r_!1t1p lgsta
1780.Suiu baseson las colonia (propiamente
s estructurascoloniales
dicho) establecidas por las gfggqg!-&l94nnas a partir
de \570, y 1780 (la gran rebelión) es una fecha nominal
para su desmoronamiento, aunque los señales de esto,
como la llamada ,.crisisdel cacicazgo>,aparecíanantesy
las reformas borbónicas seguían intentando frenarlo des-
pués.L_qs*f1o_c__e.99gg:i$9P""dencia_d_elasdif erentes
naciones poscoloniaies;t-Iás guerra;"ilhó éiñ;-io*o
lqqdslPaqífs-o.d4 sbe99J_9t.el59ggryql9Lett-a(ual-

La estructura formal de ia{.epen-


dienies rjeróistehásta hoy, pero yo pongo una fecha no-
minal¿"124g12S, Pgg*eJ¡nlse
señalado porla generalización de la democracia Pqrla-
mentaria como forma de gobiernoCn Ia reg|én, P!-o!-e-sos
,1" i"t"gta"ion econó*ic1-Y-PoÚ!sa3ll9l9!"!9- orggri-
;@".ry'*lg$enAtisaqury-UNAfUR,¡l-de-lntesredq.
.Slt!'"1gdi!e4e-Pqllas*t919to-yelgeilig!lllqs--4-q
usión
".gglt*!gl9_!9nq!Udq-qs4lada-lA,I9gen,ladif
internacionalde la cumbia chichay sus derivados,y en
el campode la alta cultura ellMsfugfn¡l9*le-Iitefatu-
Ia lglileAnglrcglt si bien estotuvo su augeen los años

111,
Descol0ni¿aciór

1960 y fue más bien un signo precursor del inicio de un


periodo de Horizonte.
Sehabrá notado que el centro o núcleo desde el cual
irradia cada Horizonte se cambia de un Horizonte a otro,
generalmente a una región notoriamente periférica en el
Horizonte anterior: de Chavín. al centro doble Tiwanaku-
Wari (aunque con predominio cultural de Tiwanaku), al
Cuzco, luego bajando a la costa a Lima, y actualmente,
yo diría, pasando a Venezuela. Así que la idea de unir
las regiones independizadas en una Gran Colombia a
la cabezade Simón Bolívar fue un sueño casi dos siglos
adelantado a su tiempo.
E_stai"t"tptetació s pasados andinos incorpo-
en una dinámica nrooia de la resi
La Conquista deja de se ,c-o¡9!!!{iy9_q9e
determina la totalidad de la historia. Durante el Cuar-
to Horizonte se integraron nuevos elementos culturales
como el catolicismo y la escritura alfabética y se inició
la difusión masiva del quechua en desmedro de muchas
.otros idiomas nativos, pero en el marco de un Horizonte,
una integración efectivamente legítima. De hecho, gg:an
parte de las unidades étnicas lgg4gq ge_boy, gg4gp-ór
lor llr" Vt"r gg*o_Qtg.h*9. tiene-n_sussí-
"l"*plo
genes en la primera mitad (ver
del siglo_XYII también
Glave 1992 para casos peruanos) y no son --en mi opi-
nión- continuidades de las (naci!ng_s_>o- ceñadaq del
S"g""¿"@""r"1]9_s__1gq-v-is-tarf e
CONAMAQ e intelectuales simpatizanJgq @_g_Lqs.

712
LI

&{w{='
W-'iil,"¿ ltúdtrQfU¡tl.l Deseoiurrtz¿r8or

Aceptar la legitimidad de este Horizonte, más bierL


libera a los indigenistas de otra de sus contradicciones,
que es alabar a dirigentes del pasado como Tomás QAte-
ri y Santos Marka T'.rlu qrri"n", bururo. ,uffi
"r',J,u
búsqueda y presentación de títulos coloniales,einsistit en
t"
-. -i
Zo y _4S" u
Colonia y lo occidental. Si fueran serios en este rechazo,
tríuloscáóñiut"t
deberían quemar esos títulos coloniales como totalme
.o*o totalmen-
inválrdos v?enuncitaáTomAteatari
te ]Ñári¿os demas cofno
y denunctar a lomas Latarr vy dem?s-iómo
ptu
eg-alidalcolq"-l-EiEq""*ágéneraldelQuintoHori-
zonte permite integrar esta defensa de las comunidades
a través de documentos coloniales con un compromiso
con la cultura andina, pero una cultura concebidá de ma-
nejgge r" *"*"
nefa que s( se.ioluGúb rr@d-li' -e
(-p ""
u
ímpurezalde las cuI turas les v entierra defini-
tivamente a en la pq-lga
de su elementos o mezcladosy toda forma
de esencialismo,seaes lCO O nO.

Hasta aqui pues, m


en un ámbito específico @hiqtgria). ¿Qué avances hay
por parte de autores bolivianos para descolonizar otros
ámbitos académicos y sociales{$5l¿ín !er{ anuncia que
vaa" n-
tera" (Pari 2006:105) pero sus sugerencias concreta&-,Íie-
lTilitan a aprobar la publicaciones de testimonios reco-
<los sabios, biblio-
Fidos en idiomas nativos, alabar a
teqqr .rtyeryI_ensalzar el conoci s

113
nesc0lon¡zñción

clim¡áticos como lo s qIiS J-_dqnde-losaves<onstr¡ryen su s


nidos ]¡ los aullidos del zorro (aunque hay otras personas
Que aseveran que debido al cambio climático estos indi-
cadores tradicionales no son certeros,y yo descortozco
un estudio empírico que haya intentado recoger los in-
dicadores en un año dado y luego hacer un seguimiento
para ver hasta qué punto realmente se cumplen).
Referente a los idiomas nativos, aunque han sido de-
clarados idiomas oficiales, hasta ahora no he visto que en
todas las oficinas gubernamentales se ofrezcan formula-
rios en aymaÍa, quechua, guaraní, esseejja y pacahuara
como alternativos a los formularios en castellano, tam-
poco que la oficina de Derechos Reales ofrezca redactar
títulos de propiedad en idioma nativo si el cliente así de-
sea.Al parecer la obligatoriedad de manejar un idioma
nativo por parte de todas y todos los funcionarios públi-
cos se limitará al manejo oral de dichos idiomas. \Li-en-
tras no se da una real funcionalidad al leer y escribir esos
friomas, los menci@ilaciones
seguirán como obras de interés académico que necesitan
sj€r publicadas en forma e (es deci1, con traduc-
ción en castellano) para encontrar lectores. ÚJO
Aún asi la adopción de préstamos de idiomas nati- (
vos goza de popularidad en medios intelectuales bolivia-
nos en la actualidad. A mi parecel esto explica el éxito de ü,
autores como Simón Yampara. En Yampara, Mamani y
Calancha (2007)se expone lo que pretende ser una meto-
dología andina de investigación social, totalmente distin-
ta a la metodología de la ciencia occidental. Consiste en

-114
-€"{ u* -1'{* Bol¡via
DescOi0nizar

7¿N,tr/í;j2 g
prestar términos de la producción de papa para denotar
etapas en la investigación (como llamayu,escarbal,para
significar la recolección de datos; op.cit.:3L),más otros
términos a los cuales da un significado sui generis, como
por ejemplo snllqa,que traduce como <ilusión,, aunque
el significado habitual de esta palabra es (salvaje)>o <sil-
vestre>, por ejemplo en referencia a animales silvestres.
Sin embargo, prosigue con una serie de aseveraciones
sobre .,mundos visibles y su equivalente espiritual" (op.
cit.:38), "lakinuqaI redistribución" (op.cit.:49)y otras di-
vagaciones que no aclaran en absoluto la <muestra' que
aseverahaber tomado de vendedores en la feria de la 16
de Julio en El Alto.
Efectivamente,parecehaber acudido a un Par de ya-
tiris, unos vendedores de repuestos de auto y urf zapa-
tero, dejando al lado el sector de ropa usada que es uno
de los más importantes de esa feria como también los
vendedores de todo tipo de herramientas y artefactos;
así si es una (muestra> es lejos de ser representativa.
Las interpretaciones de las citas de entrevista son for-
zadas; un entrevistado dice en la p.65 ,rel ayni casi no
lo practicamos (...) (si hay) problema de salud, de un
accidenteo fallecimiento de uno de los afiliados (..') en-
tonces damos una cuota a voluntad, es una ayuda comu-
nitaria,r, pero Por la p.69 esto se ha transformado en <la
evidencia de que el ayni existe en la feria. Una parte está
transformada en fuerza espiritual que se traduce a) en la
relación entre la asociacióny las basesy b) entre éstasy
el ser espiritual>.

115
Dsscoiünlzeclól

Creo que estasbreves referenciasbastan para indi-


car el tono de esta obra y no será sorprendente encon-
trar que termina con
"hallazgos de proyección> como
.."Mercado regional" (4 ángulos de la tierra, Tizaan;4
espaciosdel sol, Tarnan),,(op.cit.:96).Es sabido que uno
de los problemas económicoscrónicos en Bolivia es que
el mercado interno es limitado y ofrece pocas posibili-
dades de crecimiento; pero yo no veo que este enfoque
supuestamente novedoso ofrece una visión alternativa
que dará lugar a políticas para enfrentar la pobreza re-
sultante de este mercado poco dinámico. Lo que merece
ser investigado, más bier¡ es porqué este galimatías de
misticismo mal digerido y pretensión seudointelectual
es gustado por bastantes personas y ha recibido un reco-
nocimiento inmerecido al ser publicado por una institu-
ción que generalmente patrocina investigaciones serias
como es el PIEB.
Aunque puede ser que sólo estoy mostrando
lqijn=
SPgsldad-qs!4q91, como los que se hacen la burla de
la <estrellaaymara> David Choquehuanca,en palabras
del autoproclamado <intelectual qulla descolonizado>
JoséLuis Saavedra:<esimportante hablar de lo que dijo
nuestro hermano David Choquehuanca -que el conjunto
de los medios de comunicación o el conjunto delos q'nras
de la universidad no le entendieron un carajo-: "hay que
aprendera leer las arrugas de los abuelos". ¿.Alguna acade-
mia se manifestó al respecto?, pues nadie, porque ade-
más no le entendieron" (Saavedra 2011:47-8).Si he en-
tendido lo que sigue en el texto de Saavedra,
91!r.!o "t

116
B0livia
üescolon¡zaI

que el conocimientono seli@gllehay


nto visua I rituaf etc.,algo
asumido por de la relisión desdehace un
siglo; aunque sin entender qué es lo que se
téfl"".i" en las arrugas de los los.
Las críticas al domi-
'áñTés
nante en la academia datan de de que la
nuevadescolonizaciónsepuso de moda; u$gy^49 gsggt-
do con la valoraciónde otros códigosapartede los es-
t sPeito ver
ueChurata2009).legp_ry_19_gl{9q!9uú-o-rac
será necesario exponer nosotros v nosotras las
bre{*q'arai universidad hav para entender en
ellos, antes
-._+J.
ñitarsefor ser miembrodel club iqdí
*;-0""u+;;G""""*'it"iA"tÑ.elq,.-qq9-"911--"
fmplémente ..no entienden>.
--Tñéñtñambt * áÑu.u al hablar de prácticas rea-
r que el
descolonizadoJes (Chambi 2011':84).Argu-
rñffque Aunque fuera de la ley, el contraband*oesta-
blece redes sociales muy fuertes qu ¡gnti-
trg"*ó"t."r".y t" nqluye-Lap-rá
ti"u de sa to (de nuevo,
iontraviniendo los derechos de autor; en muchos países
ni siquiera las tiendas de barrio que tienen fotocopiado-
ra permiten que se copie un libro entero, sabiendo que
estáprohibido por ley) que -b-ajocosto
a muchos
sglÍan-djCpglibles. No menciona la piratería de marcas

117
de ropa famosas como Adidas, pero esto es una manera
de combatir a las transnacionales que fue ignorada por
Naomi Klein en sus denuncias de la tiranía de la publici-
dad que induce a adolescentes afroamericanos pobres a
asesinarpara robar un par de zapatillas de marca. Según
un amigb peruanor no sólo en las tarimas de la Uyusfus
se vende ropa de marca pirateada en el barrio limeño de
Gamarra, sino en las boutiques de la Zona Slurtambién
los vendery aunque no en precios de remate como unos
vendedoresde la feria de la 1,6de Julio que andaban pre-
gonando Reeboks, Reeboks genuinos, diez
"¡Reeboks,
bolivianos el par!" Si ya no hay manera de saber si la
prenda Calvin Klein es pirateada o genuina, deja de te-
ner importancia el llevar esamarca.
Posiblemente Naomi Klein no alabó la piratería en
sus libros porque en Canadá, su país de origery sería con-
siderado apología del delito; Qh@u
:t
menos se ubica en la actualidad con provección a futuro.
en vez de volver al Tawantinsuvu v sueños de una uto-
ta atcatzan ue büscár

mismo Chambi participó en la investigación pu-


blicada como Chuquimia, Chambi y Claros (2010), que
destacala naturaleza colonialde la categoría "indígena"
procedente de los convenios internacionales sobre ,,de-
rechos indígenas'r: en estos pronunciamientos .,corre el
fantasma de lo relativo, de lo eétático, de lo minoritario,
en suma de lo excluyente (...) proyecta una imagen de

118
B0liviá
nesco¡ün¡zar

lo indígena con atributos preestablecidos(...) habitan-


do sujeto a los usos y costumbres" (Chuquimia et al.
201.0:195-6). Frente a esto los autores proPonen otro tipo
de .,derechooexpresado en la crecienteparticipación de
autoridades comunales en la gestión municipal, acción
que no depende de que dichas autoridades sean <origi-
narias> o asumen la forma de sindicatos agrarios.
Más bieru el estudio destacaque los supuestos car-
gos originarios como a-
son simples traducciones de
@lidad
fos crtgos a io General,
ERéIftfoñet de A"tr-t, 65 por un ejem-
"t.., ""t-op.cit.:
pto). Es más, la gente se interesapara tomar el control en
sus municipios, mientras Para la mayoría la reconstitu-
ción del fach'a Suyu Pakajaqi, ejemplo de "decoloriza-
ción> estilo Pedro Portugal e incluso más radical/ ya que
propone <reconstituiro una etnicidad política anterioral
Tawantinsuyu todavía/ carece enteramente de interés
para ellos y ellas.
Chambi (2011)menciona la participación municipal
.o* O"i-uiE"-
temente, comunari6s-sentadosen una reunión mu
para reformular ñCperativo Anual es un escenario
ffiirno v los atributosde otredadra-
diiálque so di-
lelu"ee¡t"
A"t."""i. to. Por tanto, no es
ryS Ñ""q¡"
apto como tema de escritoscon las característicasmás
la visión desde
típicasde los estudiosdescolonizadores:

119
Descolonizac¡ón

la torre de marfil -teorías de las más esotéricas,manejo


exquisito de la jerga académica pretenciosa y redacción
enrevesada- y la denuncia de desagravio y furor moralis-
ta, que exhibe lapureza de corazón de sus autores y así
les exime de tener que rcalizar accionesmás concretasen
sus vidas diarias. Habrá que ver pues si estostópicos pro-
saicospuedan ser asumidos de manera realista para pro-
porcionar pistas para políticas descolonizadores reales.

t20
6
U
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