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Violencia institucional

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La violencia institucional es aquella la violencia física, sexual, psíquica o
económica entre otros tipos de violencia simbólica, ejercida abusivamente por
agentes y funcionarios del Estado en cumplimiento de sus funciones, incluyendo
normas, protocolos, prácticas institucionales, descuidos y privaciones en
detrimento de una persona o grupos de personas. 12 La violencia institucional se
caracteriza por el uso del poder del Estado para causar daño y reforzar los
mecanismos establecidos de dominación. Algunos autores, como Deane
Curtin y Robert Litke, extienden el concepto de violencia institucional también a
instituciones y situaciones sistémicas no estatales, como la familia, la pobreza, el
sexismo, el racismo, las relaciones laborales o el sistema de salud, entre otras. 3
En el concepto de violencia institucional, se incluyen delitos y situaciones como
la brutalidad policial y las ejecuciones ilegales también conocidas como "gatillo
fácil", los mecanismos que garantizan la impunidad ante delitos cometidos por
personas poderosas, la participación de las estructuras estatales en la comisión de
delitos de cuello blanco como el lavado de dinero, las detenciones arbitrarias, el
uso del Estado para favorecer intereses de grandes grupos económicos,
la criminalización de la protesta social, los
comportamientos racistas, machistas u homofóbicos tolerados o sistematizados
por las instituciones estatales, etc.4

Índice

 1Taxonomía de la violencia de Garver


 2Véase también
 3Referencias
o 3.1Referencias generales
o 3.2Bibliografía

Taxonomía de la violencia de Garver[editar]


El filósofo estadounidense Newton Garver y el sociólogo Edgar Friedenberg,
establecieron una conocida taxonomía de la violencia, según la cual la violencia
puede presentarse en cuatro formas básicas a partir de dos criterios: un primer
criterio indica que la violencia puede ser personal o institucional, mientras que un
segundo criterio indica que puede ser abierta, u oculta y silenciosa. 5 De este modo
la violencia institucional constituye dos de las cuatro formas en que se presenta la
violencia, tomando la forma de violencia institucional abierta, como sucede en
una guerra, o la forma de violencia institucional encubierta, como sucede con la
pobreza.
Las formas abiertas de violencia, personal e institucional, son las manifestaciones
más evidentes de la violencia, pero en años más recientes los investigadores han
prestado mayor atención a las modalidades más insidiosas y menos detectables,
que conforman la violencia institucional encubierta. 3 Hay tipos de violencia que
pueden presentarse bajo ambas formas. La violencia de género, el abuso infantil,
o la discriminación, por ejemplo, pueden tomar la forma de violencia personal
abierta, pero también la forma de violencia institucional encubierta. Esta última es
mucho más difícil de reconocer.3
La violencia institucional y la violencia personal frecuentemente se fusionan una
con la otra.3 Los prejuicios y estereotipos negativos que actúan y son reproducidos
por las instituciones y las leyes, constituyen un factor central de la violencia
institucional y un elemento desencadenante de la violencia personal. 3 La violencia
institucional genera formas de violencia que no pueden ser producidas por
violencia meramente personal, como la opresión de grandes grupos; "si solo
existiera la violencia personal o individual, no habría opresión en sentido
sistemático".3
Cuando la violencia institucional se convierte en el status quo, usualmente deja de
manifestarse en forma abierta, para tomar la forma encubierta, siendo ejercida en
gran parte a través de la educación y los medios de comunicación. 3 En estas
condiciones la resistencia contra la violencia institucional es presentada como
"injusta", en tanto que la violencia institucional es exhibida como una
manifestación de "la justicia", que consolida la criminalización de la oposición a la
misma.3
La violencia institucional permite diluir las responsabilidades individuales, de modo
tal que los individuos que la implementan no se perciben a sí mismos, ni son
percibidos por la sociedad, como responsables de la misma. Curtin y Litke
sostienen que la violencia institucional, actúa en contextos de violencia sistémica,
esto es, en amplios patrones difusos, como el racismo, el sexismo y
el colonialismo, que carecen de normas visibles y que impulsan, promueven y
facilitan la producción y reproducción de la violencia institucional. 3

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