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INGENIERIA ELECTRONICA
QUIMICA
GRUPO E1B
1A1 EL ÁTOMO Y SUS PARTÍCULAS SUBATÓMICAS
Materia:
La materia se define como cualquier cosa que ocupa un lugar en el espacio y tiene masa. La
composición de la materia está determinada por el tipo de elementos que contiene. Su
estructura se establece por la forma en que se encuentran dispuestos los átomos de los
elementos que la constituyen. Los átomos forman moléculas que son entidades formadas por
dos o más átomos unidos entre sí. La materia se encuentra en la naturaleza en tres estados de
agregación o estados físicos: sólido, líquido y gas. Algunos autores reconocen un cuarto estado
llamado plasma. Para facilitar su estudio, la materia puede clasificarse de diferentes maneras
según las propiedades a considerar.
Una sustancia es una forma de materia que tiene una composición constante o definida y
propiedades características. Las sustancias (algunos autores las nombran como sustancias
puras) comprenden a los elementos y a los compuestos. Un elemento es una sustancia que no
puede descomponerse en sustancias más simples y está formado por una sola clase de átomos.
Se representa por símbolos, que son combinaciones de letras. Ejemplos: plata (Ag), oro (Au),
cobre (Cu), hierro (Fe). Los compuestos están formados por dos o más tipos de átomos unidos
químicamente en proporciones constantes y definidas. Sus elementos sólo pueden ser
separados por métodos químicos. Ejemplos: sulfato de cobre (II) (CuSO4), hidróxido de sodio
(NaOH), agua oxigenada (H2O2).
La mayor parte de la materia se encuentra como mezclas. Las mezclas son combinaciones de
dos o más sustancias en las que éstas mantienen su identidad química. Ejemplos: mármol,
minerales de cobre, asfalto. Las mezclas pueden separarse por métodos físicos como,
destilación, sublimación, centrifugación. Las mezclas homogéneas son uniformes en su
composición y propiedades; también se les conoce como soluciones. Ejemplos: colirios, sueros
medicinales, soluciones inyectables, petróleo. Las mezclas heterogéneas no son uniformes en
su composición ni en sus propiedades, presentan dos o más fases físicamente distintas y con
distribución irregular.
Otra definición:
De manera tradicional se acostumbra definir a la materia como todo aquello que tiene masa y
ocupa un lugar en el espacio. En esta sencilla descripción se destacan dos aspectos importantes:
la materia posee masa y, además, ocupa un lugar en el espacio. Los aspectos mencionados
implicaban considerar a la energía como una entidad enteramente distinta y, a la vez,
complementaria de la materia. A la luz de la mecánica cuántica, la materia se define en la
actualidad de una manera muy simple, pero cargada de sentido: la materia es todo cuanto existe
en el universo. ¿Qué implica esta afirmación? Que tanto la masa como la energía son las dos
formas en las que puede existir la materia. La masa se concibe, entonces, como la existencia de
materia en forma de partículas y, la energía se define como la capacidad para realizar un trabajo.
Energía:
La energía es la capacidad que poseen los cuerpos para poder efectuar un trabajo a causa de su
constitución (energía interna), de su posición (energía potencial) o de su movimiento (energía
cinética). Es una magnitud homogénea con el trabajo, por lo que se mide en las mismas
unidades, es decir en julios en el Sistema Internacional. Según la forma o el sistema físico en que
se manifiesta, se consideran diferentes formas de energía: térmica, mecánica, eléctrica,
química, electromagnética, nuclear, luminosa, etc.
Aunque la energía puede cambiar de forma en los procesos de conversión energética, la
cantidad de energía se mantiene constante conforme con el principio de conservación de la
energía que establece que la energía ni se crea ni se destruye, sólo se transforma". Por
consiguiente, la energía total de un sistema aislado se mantiene constante y en el universo no
puede existir creación o desaparición de energía, sino transferencia de un sistema a otro o
transformación de energía de una forma a otra.
La energía es la consecuencia de la actuación mediante interacciones o intercambios de los
cuatro tipos de fuerzas fundamentales de la naturaleza: gravitatoria, electromagnética, nuclear
fuerte y nuclear débil.
Radioactividad:
La radiactividad es una desintegración espontánea del núcleo que conduce a un gran
desprendimiento de energía. No hay ningún método que permita comenzarla, detenerla,
acelerarla o ralentizarla. La vida media de un radio nucleído (sustancia radiactiva o radioisótopo)
es la mitad del tiempo que una masa tarda en desintegrarse. No todos los radionúclidos tienen
la misma vida media. Así, por ejemplo, la del U238 es de 4 500 millones de años, mientras que
la del Na24 es de 15 horas. Los principales radio nucleídos pertenecen a los elementos de
número atómico mayor de 83. El 0.7 por 100 del uranio natural está formado por átomos de
número másico 235. Si el núcleo de este radio nucleído es impactado por un neutrón sufre una
fisión, es decir, se divide en dos fragmentos con escasa diferencia de masa y da lugar al
desprendimiento de tres neutrones más. Estos neutrones secundarios pueden causar, a su vez,
la fisión de más átomos de uranio. Una serie sucesiva de reacciones en cadena como ésta tienen
un efecto explosivo.
1A2 BASE EXPERIMENTAL DE LA TEORÍA CUÁNTICA.
TEORIA CUANTICA:
Cuando se habla de teoría cuántica se suele relacionar siempre con la física cuántica que no es
otra cosa que la teoría que describe el comportamiento de la materia, la radiación y todas sus
interacciones a nivel microscópico. También se menciona el término de materia cuántica o física
cuántica y se corresponde con la teoría física que describe el comportamiento de la materia, de
la radiación y las interacciones recíprocas, en particular con respecto a los fenómenos
característicos de escala de longitud o energía atómica y subatómica.
La teoría cuántica, formulada por Max Planck a principios del siglo XX, nació de una investigación
realizada sobre la radiación emitida por un cuerpo negro. Este cuerpo tiene la capacidad de
absorber todas las radiaciones incidentes y de irradiarlas a su vez de una manera dependiente
de la temperatura, pero independiente de la naturaleza del material. La teoría cuántica y los
estudios posteriores de Albert Einstein sobre el efecto fotoeléctrico conducen al descubrimiento
de la naturaleza corpuscular de la luz. La teoría cuántica se basa en el criterio de cuantificación:
cantidades físicas como la energía no se pueden intercambiar continuamente sino a través de
«paquetes» (cuantos); Por tanto, un sistema puede poseer valores de energía específicos, y no
ilimitados como afirman las leyes de la física clásica.
Con referencia al cuerpo negro, plantea la hipótesis de que la radiación emitida no era continua
sino «cuantificada», es decir, emitida en una cantidad limitada de energía (cuantos de energía).
El cuanto de energía es una cantidad mínima por debajo de la cual no pueden tener lugar
intercambios. La hipótesis de Planck se confirmó unos años después con el análisis de Einstein
del efecto fotoeléctrico, el fenómeno que ocurre cuando un cuerpo expuesto a ondas de luz o
radiación electromagnética de varias frecuencias emite partículas cargadas eléctricamente.
En este caso, los electrones se emiten desde una superficie metálica, o incluso desde un gas,
tras la absorción de la energía transportada en la misma superficie por radiaciones de alta
frecuencia como las radiaciones ultravioletas. Según la teoría electromagnética clásica, la
energía cinética de los electrones emitidos depende de la intensidad de la radiación incidente;
por otro lado, según los datos experimentales, la energía de los electrones es independiente de
la intensidad y depende de la frecuencia de la radiación incidente. Dado que la naturaleza de la
luz, según la teoría clásica, era exclusivamente ondulatoria, la teoría de Einstein era inexplicable
y no fue aceptada inicialmente. La teoría clásica, según la cual la luz consistía en ondas, continuó
aplicándose en otros campos con cierto éxito.
Sin embargo, la hipótesis de la naturaleza corpuscular de la luz se confirma 17 años después,
con el descubrimiento del efecto Compton.
TEORIA ONDULATORIA DE LA LUZ:
La colaboración de Auguste Fresnel para el rescate de la teoría ondulatoria de la luz estuvo dada
por el aporte matemático que les dio rigor a las ideas propuestas por Young y la explicación que
presentó sobre el fenómeno de la polarización al transformar el movimiento ondulatorio
longitudinal, supuesto por Huygens y ratificado por Young, quien creía que las vibraciones
luminosas se efectuaban en dirección paralela a la propagación de la onda luminosa, en
transversales. Pero aquí, y pese a las sagaces explicaciones que incluso rayan en las adivinanzas
dadas por Fresnel, inmediatamente queda presentada una gran contradicción a esta doctrina,
ya que no es posible que se pueda propagar en el éter la luz por medio de ondas transversales,
debido a que éstas sólo se propagan en medios sólidos.
En su trabajo, Fresnel explica una multiplicidad de fenómenos manifestados por la luz
polarizada. Observa que dos rayos polarizados ubicados en un mismo plano se interfieren, pero
no lo hacen si están polarizados entre sí cuando se encuentran perpendicularmente. Este
descubrimiento lo invita a pensar que en un rayo polarizado debe ocurrir algo
perpendicularmente en dirección a la propagación y establece que ese algo no puede ser más
que la propia vibración luminosa. La conclusión se impone: las vibraciones en la luz no pueden
ser longitudinales, como Young lo propusiera, sino perpendiculares a la dirección de
propagación, transversales. Las distintas investigaciones y estudios que se realizaron sobre la
naturaleza de la luz, en la época en que nos encontramos de lo que va transcurrido del relato,
engendraron aspiraciones de mayores conocimientos sobre la luz. Entre ellas, se encuentra la
de lograr medir la velocidad de la luz con mayor exactitud que la permitida por las observaciones
astronómicas. Hippolyte Fizeau (1819- 1896) concretó el proyecto en 1849 con un clásico
experimento. Al hacer pasar la luz reflejada por dos espejos entre los intersticios de una rueda
girando rápidamente, determinó la velocidad que podría tener la luz en su trayectoria, que
estimó aproximadamente en 300.000 km./s. Después de Fizeau, lo siguió León Foucault (1819 –
1868) al medir la velocidad de propagación de la luz a través del agua. Ello fue de gran interés,
ya que iba a servir de criterio entre la teoría corpuscular y la ondulatoria. La primera, como
señalamos, requería que la velocidad fuese mayor en el agua que en el aire; lo contrario exigía,
pues, la segunda. En sus experimentos, Foucault logró comprobar, en 1851, que la velocidad de
la luz cuando transcurre por el agua es inferior a la que desarrolla cuando transita por el aire.
Con ello, la teoría ondulatoria adquiere cierta preeminencia sobre la corpuscular, y pavimenta
el camino hacia la gran síntesis realizada por Maxwell.
La energía luminosa no está concentrada en cada partícula, como en la teoría corpuscular, sino
que está repartida por todo el frente de onda. El frente de onda es perpendicular a las
direcciones de propagación. La teoría ondulatoria explica perfectamente los fenómenos
luminosos mediante una construcción geométrica llamada principio de Huygens. Además, según
esta teoría, la luz se propaga con mayor velocidad en los medios menos densos. a pesar de esto,
la teoría de Huygens fue olvidada durante un siglo debido a la gran autoridad de Newton. En
1801 el inglés T. Young dio un gran impulso a la teoría ondulatoria explicando el fenómeno de
las interferencias y midiendo las longitudes de onda correspondientes a los distintos colores del
espectro.
EFECTO FOCOELECTRICO:
El efecto fotoeléctrico es el fenómeno en el que las partículas de luz llamadas fotón, impactan
con los electrones de un metal arrancando sus átomos. El electrón se mueve durante el proceso,
dado origen a una corriente eléctrica. Este fenómeno es aprovechado en las plantas que utilizan
paneles solares, los cuales reciben la energía lumínica del sol transformándola en electricidad.
Albert Einstein publicó en 1905 varios artículos entre los cuales uno trataba del efecto
fotoeléctrico y por el cual recibió el premio Nobel de Física en 1922. Mucho antes, en 1900, Max
Plank había explicado el fenómeno de la radiación del cuerpo negro sugiriendo que la energía
estaba cuantizada, pero Einstein llegó aún más lejos explicando -de acuerdo a los cuantos de
Plank- que no solo la energía sino también la materia es discontinua.
ELECTRICIDAD PRODUCIDA POR EL EFECTO FOTOELECTRICO
Sabemos que la corriente eléctrica es el movimiento de electrones, siendo éstos portadores de
cargas eléctricas negativas. Cuando los electrones se mueven, se origina una corriente eléctrica.
La corriente es igual al número de cargas en movimiento entre un intervalo de tiempo.
i= d(Q)/dt
i: Es la corriente eléctrica
Q: Es la carga eléctrica que atraviesa el área transversal de un conductor.
d/dt: Es un operador que indica la variación de cargas eléctricas respecto del tiempo.
Cuando una lámina de metal está expuesta a la luz a una sola frecuencia, digamos la luz solar,
se produce electricidad en su interior de esta manera: la luz cuando viaja se comporta como una
onda, pero al intercambiar su energía con cualquier objeto lo hace como una partícula que es
llamada fotón. Cuando el fotón choca con un electrón de un átomo de la lámina metálica,
desaparece y cede toda su energía al electrón, expulsándolo hacia otro átomo. Esta expulsión
electrónica es precisamente la corriente eléctrica.
Como el fotón desaparece durante la colisión, se hace fácil comprender que la energía de
movimiento absorbida por el electrón depende de un solo fotón. Esto nos indica que la
electricidad resultante no depende de la intensidad de la luz, sino más bien de la energía que
porta el fotón.
E = hF
'E' Es la energía que porta el fotón; 'h' es la constante de Planck, y 'F' es la frecuencia del fotón
de luz.
Tomando en cuenta que la lámina metálica contiene una cantidad enorme de átomos, debe
contener una cantidad mayor de electrones y como la frecuencia de la onda lumínica es la
misma, su intensidad será la misma; así cada electrón expulsado absorbe la misma cantidad de
energía.
CANTIAD MINIMA DE ENERGIA PARA EXPULSAR UN ELECTON
Si '&' es la cantidad mínima de energía que necesita el fotón para expulsar un electrón del
átomo, entonces la máxima cantidad de energía que necesita el electrón para abandonar su
átomo y salir hacia otro, está dada por la ecuación:
E = hF-&
En este caso 'E' será la energía necesaria para producir la corriente eléctrica y '&' será el trabajo
que realiza el fotón.
ESPECTRO DE EMISION:
Un espectro de emisión, es un espectro continuo o de líneas de radiación emitida por las
sustancias. Es posible observar un espectro de emisión de una sustancia al energizar una
muestra del material mediante energía térmica o bien, con alguna otra forma de energía (una
descarga eléctrica de alto voltaje si la sustancia es gaseosa).
Así, una barra de hierro calentada hasta el “rojo” o el “blanco” incandescentes, emite un
resplandor característico recién sacado de la fuente de calentamiento. Este resplandor es la
parte del espectro visible para el ojo humano. El calor de esta misma barra representa otra parte
de su espectro de emisión: la región infrarroja.
Espectros de emisión
Los espectros de emisión de los sólidos calentados son continuos (al igual que el espectro de
emisión del sol); esto es, todas las longitudes de onda de la luz visible están representadas en
estos espectros. Por su parte, los espectros de emisión de los átomos es fase gaseosa, no
muestran una distribución continua de longitudes de onda, si no que emiten líneas brillantes en
distintas partes del espectro visible. Estos espectros de líneas corresponden a la emisión de la
luz sólo a ciertas longitudes de onda.
Cada elemento tiene un espectro de emisión único. Las líneas características de un espectro
atómico se emplean en el análisis químico para identificar átomos desconocidos, de la misma
forma en que las huellas digitales sirven para identificar a una persona. Cuando las líneas del
espectro de emisión de un elemento conocido coinciden con las líneas del espectro de emisión
de una muestra desconocida, es posible establecer la identidad de una muestra.
Espectros continuos
Los espectros continuos son los emitidos por sólidos, líquidos o gases densos que se encuentran
a temperaturas elevadas, y están relacionados con la radiación del cuerpo negro. El aspecto
cualitativo general de estos espectros es el mismo si las sustancias se encuentran a la misma
temperatura, y sólo difieren en su intensidad relativa. Los espectros continuos casi no aportan
información sobre la composición química de las sustancias.
Espectros de líneas
Los espectros de líneas son característicos de la radiación emitida por los átomos de un gas
rarificado, cuando se le excita por algún medio. Consisten de líneas brillantes sobre un fondo
oscuro. Todos los espectros de líneas son distintos y en ese sentido son como “huellas digitales”
atómicas. Si el gas es una combinación de varios tipos de átomos, entonces el espectro
contendrá líneas características de cada elemento o tipo de átomo presente. Así el espectro de
emisión es de gran importancia en la determinación de la composición química del gas
analizado. Para hacer que un elemento cuya temperatura de evaporación es muy elevada se
ponga en estado incandescente, generalmente se requiere colocarlo en una flama de alta
temperatura (puede ser un mechero de Bunsen) o en la región donde se esté produciendo una
descarga eléctrica. Los espectros obtenidos de esta manera tienen el aspecto de líneas
superpuestas sobre un fondo brillante.
Espectros de bandas
Los espectros de banda consisten en grupos de un gran número de líneas espectrales, las cuales
están muy cercanas entre sí. Estos espectros en general están asociados con moléculas.
Espectros de absorción
En contraposición a los espectros de emisión recién descritos, si la luz de una fuente que
presenta un espectro continuo pasa a través de un gas que esté a menor temperatura que la
fuente del espectro continuo, se produce un espectro de absorción, el cual consta de líneas
oscuras sobre un fondo brillante coloreado. Se ha encontrado que el patrón (la disposición) de
estas líneas corresponde exactamente al de las líneas de emisión del mismo gas. Así, para la
identificación de la composición del gas, estas líneas de absorción son tan útiles como las líneas
de emisión. En particular, parte de la luz proveniente del “interior” de una estrella puede ser
absorbida por los átomos presentes en su atmósfera, como descubrió Franhoffer en el espectro
de la luz solar. Los resultados experimentales asociados con la espectroscopia resultaban ser
misteriosos, pues sin tener una idea clara de cuál era la constitución de la materia resultaba
difícil explicarlos. La única idea subyacente disponible era la predicción de J. C. Maxwell, en
1856, de que la luz era una onda electromagnética generada por cargas eléctricas aceleradas, lo
cual implicaría que en el interior de la materia deberían existir tales cargas, a pesar de la
neutralidad eléctrica macroscópica observada para ella. Esto no impidió el estudio de los
espectros, principalmente generados por las sustancias elementales conocidas. De hecho,
Johann Jakob Balmer encontró, en 1885, una expresión empírica cuyos valores numéricos
coincidían con los valores observados en el espectro visible del hidrógeno (que ahora se conoce
como la serie de Balmer). En 1888, la expresión de Balmer fue generalizada por Johannes Robert
Rydberg con la cual se podían predecir las longitudes de onda emitidas por algunos elementos,
principalmente metales alcalinos. La expresión encontrada por Rydberg es en donde λ es la
longitud de onda de la radiación emitida, R es una constate y n1 y n2 son dos números enteros;
para el caso de los espectros de emisión n1 > n2. Este resultado no resolvía el misterio.
SERIES ESPECTRALES:
Las series espectrales consisten en un conjunto de líneas de colores sobre fondo oscuro, o bien
de franjas brillantes separadas por zonas oscuras que emite la luz proveniente de todo tipo de
sustancias.
Dichos conjuntos de líneas reciben el nombre de espectro y cada sustancia tiene un espectro
característico, una especie de huella digital que sirve para identificar su presencia en la luz que
proviene de algún objeto. Ello se debe a que cada átomo tiene su propia configuración de
electrones y niveles de energía permitidos.
Por eso encontrar las líneas espectrales es una técnica muy empleada por los astrónomos para
averiguar la composición de las estrellas a a través de la luz que emiten. De hecho, todo lo que
los astrónomos conocen acerca de las estrellas proviene de sus espectros, ya sea de emisión o
absorción.
El origen de los espectros
La presencia de los espectros se debe a la configuración atómica. En efecto, los electrones se
mantienen alrededor del núcleo en regiones llamadas orbitales, localizados a determinadas
distancias discretas de él. Por ejemplo, en el hidrógeno, el elemento más sencillo, los radios
orbitales vienen dados por 0.053∙n2 nanómetros, donde n = 1, 2, 3, 4, … No se permiten valores
intermedios entre estos, por eso se dice que los orbitales están cuantizados. También el estado
energético de cada orbital está cuantizado. Tal restricción hace que los electrones se comporten
al mismo tiempo como partículas y también como ondas, al igual que la luz. Sin embargo, los
electrones pueden ir de un orbital a otro, cambiando el estado energético del átomo.
OTRA DEFINICION:
“La Teoría Cuántica es uno de los pilares fundamentales de la Física actual. Recoge un conjunto
de nuevas ideas introducidas a lo largo del primer tercio del siglo XX para dar explicación a
procesos cuya comprensión se hallaba en conflicto con las concepciones físicas vigentes. Su
marco de aplicación se limita, casi exclusivamente, a los niveles atómico, subatómico y nuclear,
donde resulta totalmente imprescindible. Pero también lo es en otros ámbitos, como la
electrónica, en la física de nuevos materiales, en la física de altas energías, en el diseño de
instrumentación médica, en la criptografía y la computación cuánticas, y en la Cosmología
teórica del Universo temprano.”
La ecuación de Schrödinger fue desarrollada por el físico austríaco Erwin Schrödinger en 1925.
Describe la evolución temporal de una partícula masiva no relativista. Es de importancia central
en la teoría de la mecánica cuántica, donde representa para las partículas microscópicas un
papel análogo a la segunda ley de Newton en la mecánica clásica. Las partículas microscópicas
incluyen a las partículas elementales, tales como electrones, así como sistemas de partículas,
tales como núcleos atómicos.
Al comienzo del siglo XX se había comprobado que la luz presentaba una dualidad onda
corpúsculo, es decir, la luz se podía manifestar (según las circunstancias) como partícula (fotón
en el efecto fotoeléctrico), o como onda electromagnética en la interferencia luminosa. En 1923
Louis-Víctor de Broglie propuso generalizar esta dualidad a todas las partículas conocidas.
Propuso la hipótesis, paradójica en su momento, de que a toda partícula clásica microscópica se
le puede asignar una onda, lo cual se comprobó experimentalmente en 1927 cuando se observó
la difracción de electrones. Por analogía con los fotones, De Broglie asocia a cada partícula libre
con energía y cantidad de movimiento una frecuencia y una longitud de onda.
La comprobación experimental hecha por Clinton Davisson y Lester Germer mostró que la
longitud de onda asociada a los electrones medida en la difracción según la fórmula de Bragg se
correspondía con la longitud de onda predicha por la fórmula de De Broglie. Esa predicción llevó
a Schrödinger a tratar de escribir una ecuación para la onda asociada de De Broglie que para
escalas macroscópicas se redujera a la ecuación de la mecánica clásica de la partícula. La energía
mecánica total clásica es:
El éxito de la ecuación, deducida de esta expresión utilizando el principio de correspondencia,
fue inmediato por la evaluación de los niveles cuantificados de energía del electrón en el átomo
de hidrógeno, pues ello permitía explicar el espectro de emisión del hidrógeno: series de Lyman,
Balmer, Bracket, Paschen, Pfund, etc.
La interpretación física correcta de la función de onda de Schrödinger fue dada en 1926 por Max
Born. En razón del carácter probabilista que se introducía, la mecánica ondulatoria de
Schrödinger suscitó inicialmente la desconfianza de algunos físicos de renombre como Albert
Einstein, para quien y del propio Schrödinger.
El esquema conceptual utilizado por Schrödinger para derivar su ecuación reposa sobre una
analogía formal entre la óptica y la mecánica: En la óptica ondulatoria, la ecuación de
propagación en un medio transparente de índice real n variando lentamente a la escala de la
longitud de onda conduce — mientras se busca una solución monocromática donde la amplitud
varía muy lentamente ante la fase— a una ecuación aproximada denominada eikonal. Es la
aproximación de la óptica geométrica, a la cual está asociada el principio variacional de Fermat.
En la formulación hamiltoniana de la mecánica clásica, existe una ecuación de Hamilton-Jacobi
(que en última instancia es equivalente a las leyes de Newton). Para una partícula masiva no
relativista sometida a una fuerza que deriva de una energía potencial, la energía mecánica total
es constante y la ecuación de Hamilton-Jacobi para la” función característica de Hamilton” se
parece formalmente a la ecuación de la eikonal (el principio variacional asociado es el principio
de mínima acción.)
Este paralelismo lo había notado ya Hamilton en 1834, pero él no tenía una razón para dudar de
la validez de mecánica clásica. Después de la hipótesis de De Broglie de 1923, Schrödinger dice:
1.- La ecuación de la eikonal siendo una aproximación a la ecuación de onda de la óptica
ondulatoria, buscamos la ecuación de onda de la "mecánica ondulatoria" (a realizar) donde la
aproximación será la ecuación de Hamilton-Jacobi. Lo que falta, primero para una onda
estacionaria (E = cte), después para una onda de cualquier tipo.
2.- Schrödinger había en efecto comenzado por tratar el caso de una partícula relativista —como
de Broglie antes que él—
3.- Entonces había obtenido la ecuación conocida hoy día con el nombre de Klein Gordon, pero
su aplicación al caso del potencial eléctrico del átomo de hidrógeno daba unos niveles de
energía incompatibles con los resultados experimentales.
4.- Ello hará que se concentre sobre el caso no-relativista, con el éxito conocido.
Nótese que, en este bloque de elementos, los átomos del grupo 1 poseen valencia 1, es decir
tienen un electrón en su capa más externa y será el involucrado en el enlace atómico. Si
denominamos el nivel correspondiente al período como n, todos poseen la configuración ns1.
ELEMENTOS DEL BLOQUE P:
Los elementos de este bloque serán aquellos en los que los orbitales p con el nivel más alto de
energía están ocupados, A este conjunto pertenecen los elementos de los grupos 13 (térreos),14
(carbonoideos), 15 (nitrogenoideos) (pnictogenos), 16 (calcógenos) (anfígenos), 17 (halógenos)
y 18 (gases nobles) con excepción del Helio que pertenece al bloque s. En negrita se señalan los
electrones de la última capa o capa más externa (valencia).
EL PRICIPIO DE RADIOACTIVIDAD:
Es el resultado de un cambio natural de un isotopo de un elemento hacia un isotopo de un
elemento diferente. Las reacciones nucleares incluyen cambios en las partículas del núcleo de
un átomo y por consiguiente causan un cambio en el átomo mismo. Todos los elementos más
pesados que el bismuto (Bi) (y algunos más livianos) exhiben una radioactividad natural y por
consiguiente pueden decaer en hacía elementos más livianos. Al contrario que las reacciones
químicas normales que forman moléculas, las reacciones nucleares resultan en la transmutación
de un elemento en un isotopo diferente o en un elemento diferente (recuerde que el número
de protones de un átomo define el elemento, por lo tanto, un cambio de un protón resulta en
un cambio de un átomo). Hay tres tipos comunes de radiación y cambios nucleares:
La Radiación Alpha (α) es la emisión de una partícula alpha del núcleo de un átomo. Una
partícula α contiene 2 protones y 2 neutrones (y es similar a un núcleo He:) Cuando un átomo
emite una partícula, la masa atómica del átomo disminuirá cuatro unidades (ya que 2 protones
y 2 neutrones están perdidos) y el número atómico (z) disminuirá 2 unidades. Se dice que el
elemento se 'transmuta' en otro elemento que es 2 z unidades más pequeño. La Radiación Beta
(β) es la transmutación de un neutrón (seguido de la emisión de un electrón del núcleo del
átomo:).
La Radiación Gamma (g) incluye la emisión de energía electromagnética (similar a la energía
proveniente de la luz) de un núcleo de un átomo. Ninguna partícula es emitida durante la
radiación gamma, y por consiguiente la radiación gamma no causa en sí misma la transmutación
de los átomos. Sin embargo, la radiación (g) es emitida generalmente durante, y
simultáneamente, a la disminución radioactiva α o β Los rayos X, emitidos durante la
disminución beta del cobalto-60, son un ejemplo común de la radiación gamma:
La radiactividad es un fenómeno completamente natural que ha existido en la Naturaleza desde
siempre, sin la necesidad de la aparición del hombre. Surge como consecuencia de la existencia
de numerosos núcleos que son inestables, los cuales, para evitar esa situación y pasar a un
estado de estabilidad, se transforman en otro tipo de núcleos con la emisión de determinadas
partículas (alfa, que son núcleos de Helio, y beta que son electrones) o de fotones gamma
(radiación electromagnética). Esta transformación se llama radiactividad y el proceso se
denomina desintegración radiactiva. Tal es el caso del Radio-226 (Ra226) que tras la emisión de
una partícula alfa se transforma en Radón-222 (Rn222).
El átomo formado por un núcleo con protones y neutrones, y de electrones que orbitan
alrededor del núcleo, es la " imagen gráfica" que tenemos de la constitución de la materia. Pero
también existen las ondas, formando un conjunto conocido como espectro electromagnético:
rayos X con los que se realizan radiografías, la radiación ultravioleta que nos pone "morenos",
la infrarroja, radiación gamma u ondas de radio y de televisión.
La radiación de origen natural es responsable de la mayor parte de la dosis de radiación recibida
por el ser humano y procede de fuentes externas, como los rayos cósmicos o los radioelementos
presentes en el suelo y en los materiales de construcción, y de fuentes internas derivadas de la
inhalación e ingestión de elementos radiactivos naturales presentes en el aire, en el agua y en
nuestra dieta diaria. De todas ellas la inhalación es la fuente de radiación más importante,
siendo el Radón, responsable de la mayor parte de la dosis recibida por esta causa.
La dosis recibida por la población por exposición a la radiación natural depende, entonces, de
factores tales como el lugar de residencia, el tipo de vivienda que se habita, la altitud sobre el
nivel del mar, el régimen alimentario y en general los hábitos de vida de las personas. Por esta
razón el rango en que varían las dosis individuales recibidas como consecuencia de la exposición
a las fuentes de radiación es muy amplia, pudiendo estar algunas personas expuestas a dosis de
radiación muy superiores al promedio mundial.
Se podría definir como una desintegración espontánea de núcleos atómicos mediante la emisión
de partículas subatómicas llamadas partículas alfa y partículas beta, y de radiaciones
electromagnéticas denominadas rayos X y rayos gamma. El fenómeno fue descubierto en 1896
por el físico francés Antoine Henri Becquerel al observar que las sales de uranio podían
ennegrecer una placa fotográfica, aunque estuvieran separadas de la misma por una lámina de
vidrio o un papel negro.
También comprobó que los rayos que producían el oscurecimiento podían descargar un
electroscopio, lo que indicaba que poseían carga eléctrica. En 1898, los químicos franceses
Marie y Pierre Curie dedujeron que la radiactividad es un fenómeno asociado a los átomos e
independiente de su estado físico o químico.
También llegaron a la conclusión de que la pechblenda, un mineral de uranio, tenía que contener
otros elementos radiactivos ya que presentaba una radiactividad más intensa que las sales de
uranio empleadas por Becquerel. El matrimonio Curie llevó a cabo una serie de tratamientos
químicos de la pechblenda que condujeron al descubrimiento de dos nuevos elementos
radiactivos, el polonio y el radio. Marie Curie también descubrió que el torio es radiactivo.
En 1899, el químico francés André Louis Debierne descubrió otro elemento radiactivo, el actinio.
Ese mismo año, los físicos británicos Ernest Rutherford y Frederick Soddy descubrieron el gas
radiactivo radón, observado en asociación con el torio, el actinio y el radio. Pronto se reconoció
que la radiactividad era una fuente de energía más potente que ninguna de las conocidas. Los
Curie midieron el calor asociado con la desintegración del radio y establecieron que 1 gramo de
radio desprende aproximadamente unos 420 julios (100 calorías) de energía cada hora. Este
efecto de calentamiento continúa hora tras hora y año tras año, mientras que la combustión
completa de un gramo de carbón produce un total de 34.000 julios (unas 8.000 calorías) de
energía. Tras estos primeros descubrimientos, la radiactividad atrajo la atención de científicos
de todo el mundo. En las décadas siguientes se investigaron a fondo muchos aspectos del
fenómeno.
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