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Palabras del Pastor


Tomo 1

Rafael García Herreros, cjm

Colección Obras Completas No. __

Corporación Centro Carismático Minuto de Dios


Bogotá, Colombia
2011

® El Minuto de Dios
12

Comunidad dinámica3

¿En qué consiste para ti vivir en El Minuto de Dios? ¿Solamente en tener una casa, salir por
la mañana y regresar por la noche, sin preocuparte de nada ni de nadie? ¿En ser un
marginado voluntario?

¿En qué consiste para ti vivir en El Minuto de Dios? ¿No sólo en tener una casa, sino en
participar en todo el movimiento, en todo el anhelo, en todo el proyecto?

Participar consiste en amar, en colaborar, en construir, en comunicar, en fraternizar, en


tomar una responsabilidad común.

Participar significa salir al trabajo comunal, entrar en el movimiento constructivo y


expansivo de El Minuto de Dios; participar significa leer de vez en cuando las cláusulas del
reglamento, solemnemente jurado ante Dios y ante el propio honor.

El Minuto de Dios es la comunidad más dinámica del país. A pesar de su modestia, sin
embargo su perspectiva se extiende mucho más allá del ámbito geográfico donde se realiza.

Quiero preguntarte, habitante de El Minuto de Dios: ¿Qué es, para ti, esta comunidad? ¿Un
árbol del cual tomas los frutos que te convienen, pero que tú no alimentas ni riegas ni
abonas? ¿O es para ti la comunidad algo creado por ti, en la cual has colaborado, y que
tiene la impronta de tus manos, la huella de tus pasos, la sombra de amor?

3
Número 4, julio 25 de 1970.
105

Renovación exterior e interior96

Estamos invitando a todos los habitantes de El Minuto de Dios a blanquear todas sus casas
y arreglar sus jardines. Esta es la renovación material de El Minuto de Dios, como eco de
una renovación interior y profunda. El Minuto de Dios, en todos sus sectores, está
avanzando extraordinariamente. Tenemos que rejuvenecerlo en todos los detalles. Llenarlo
de dinamismo y de optimismo.

Estamos convidándolos a pintar sus techos de rojo y blanco. Si los habitantes del Sector
Uno pudieran pintarlos de verde, aquello quedaría realmente impresionante. Igualmente, se
convida a todos a arreglar sus jardines; especialmente que abunden las flores.

Habrá tres premios, uno de mil pesos, otro de quinientos pesos, y uno de doscientos
cincuenta pesos, que se rifarán entre las casas que hayan hecho estos embellecimientos
antes del primero de julio. Queremos estimularlos muchísimo a que todos cumplan con este
deber voluntariamente, y no por orden de la alcaldía, como se acostumbra en Bogotá. Sino
que se haga espontáneamente y con anterioridad al decreto que dará el Distrito para el 20 de
julio.

Hay multitud de programas a punto de realizarse. Le pedimos a cada uno de los habitantes
apenas lo elemental, que es encalar su casa, blanquearla, y arreglar sus flores y tener un
perfecto aseo de su calle. Los verdaderos cristianos, los fervorosos lo harán, porque se lo
pide el Evangelio. Los fríos a lo religioso lo cumplirán porque se lo exige su propio buen
nombre.

96
Número 94, junio 3 de 1972.
157

Vives al margen de nuestra comunidad146

Hace cuatro, siete, diez o quince años que estás viviendo en El Minuto de Dios. Pero vives
al margen de nuestra comunidad. Tú no sabes cuál es nuestro propósito. Nunca asistes a
nuestras reuniones. Yo te veo ir y venir, sin acercarte nunca al epicentro. Buscas siempre
los caminos extraviados para no llegar al corazón. Ya se te olvidó cómo es la capilla de El
Minuto de Dios. Hace años que no vienes a nuestras reuniones de los sábados. Le diste la
espalda a El Minuto de Dios. No te sientes solidario de nuestra comunidad.

Cuando mueras, no vas a dejar ni un árbol sembrado por ti ni una flor plantada por tu mano.
Tú no perteneces a ninguno de nuestros grupos. No vas a nuestras convivencias.

Sin embargo, lo comunidad sí cuida de ti, cuida de tu familia; nuestros reglamentos te


protegen, pero tú los quebrantas. A ti te gusta el aseo de nuestras calles, pero nunca sales a
ayudarnos a limpiarlas.

Tú crees que con eso haces un papel de listo, pero en una comunidad ser listo es ser egoísta.
Es el papel del zángano de las colmenas.

Tus hijos te han visto vivir largos años quebrantando nuestros reglamentos. Ellos también
quebrantarán las leyes de la ciudad. Hay un reproche tácito de toda la comunidad, que te
censura por tu conducta totalmente marginada. No digas que no te importa la voz silenciosa
de la comunidad.

Modifica tu conducta. Todavía es tiempo. Estás, ante Dios, cometiendo una falta con la
comunidad que te recibió. Quiero invitarte a que cambies radicalmente tu conducta.

146
Número 150, agosto 4 de 1973.
161

Crear, construir, comprometerse 150

Mientras el hombre está creando, está construyendo, está proyectándose profundamente, se


siente feliz y encuentra sentido en la vida y siente que es joven todavía.

Cuando el hombre cesa de crear, cesa de construir, entra en el ámbito sublunar de la


melancolía, de la nostalgia, del hastío.

En El Minuto de Dios hay campos perpetuos para crear, para construir. Siempre tenemos
jardines que mejorar. Siempre tendremos calles para embellecer. Siempre tendremos
campos para sembrar árboles. Siempre tendremos oportunidad de expresar nuestros
proyectos, para participar en la promoción de la comunidad.

Hay algunos que pasan por El Minuto de Dios, como dice el poeta Dante: “Sin gloria ni
pena”. Sin haber participado en nada. Sin haber construido, sin haber embellecido nada.

Otros son los creadores y los constructores de nuestra comunidad: siempre participando,
siempre estando presentes.

En El Minuto de Dios hay campo para todos los gustos, para los deportes, para las flores,
para el aseo, para lo cultural, para lo social, para lo religioso. Nadie puede decir que no
tiene espacio para crear en nuestra comunidad.

No olvidemos que la alegría de la existencia, para un hombre que no sea mediocre, está en
el ámbito de la creación, de la construcción, del compromiso y de la entrega a un proyecto
noble.

150
Número 154, septiembre 1 de 1973

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