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tema 2 Género y educación:

aproximación básica

Nuestra sociedad es masculina, y hasta que no entre en ella la mujer, no será humana.
Henrik Johan Ibsen.

La educación actual transmite estereotipos de género que se traducen y se


contemplan en nuestro desarrollo diario de actitudes, gestos, actividades, contenidos, etc.
Es nuestro deber, como ciudadanos, padres, docentes, compañeros de clase o de trabajo el
de diferenciar y conocer cuáles son las prácticas que las fomentan y buscar alternativas
para no perpetuar estas percepciones sobre las personas.
Por ello, es necesario hablar de una educación que brinde las mismas oportunidades
y derechos a todas ellas, esto es, una educación en valores. La Fundación Educación por la
Experiencia (2014) la definen como “Un proceso sistematizado e integrador, que fomenta
el desarrollo y la formación, aplicada al currículo de la vida escolar y extraescolar del
alumnado”.
En su estudio, Gómez (2017) añade a este concepto la necesidad de realizar un
proyecto de vida que refuerce los valores de una persona y que defina su identidad personal.
Estos valores son características que la persona interioriza para definir su desarrollo integral
y moral.
En los siguientes apartados profundizaremos sobre la variedad de los estereotipos de
género en nuestra cultura y en la educación, así como un breve recorrido sobre cuáles son
sus consecuencias directas y cómo se ha entendido la educación en términos de igualdad
de género en la sociedad.

educación y género: igualdad, sexismo, violencia, ciberacoso y bullying homofóbico 37


Tema 2. Género y educación: aproximación básica
1. Estereotipos y roles de género
En nuestra sociedad convivimos con personas las cuales desempeñan un papel en
el contexto en el que se relacionan con los demás. En el ámbito del trabajo, las mujeres
y los hombres mantienen un desequilibrio de oportunidades, sea a la hora de adquirir un
mejor empleo, dentro de él, o bien en su quehacer diario. A su vez, en el marco escolar los
profesores emplean técnicas de aprendizaje que son fruto de las ideas y las tradiciones
discriminadoras sutilmente que se han mantenido en la sociedad. Estas prácticas fomentan
unos roles y estereotipos de género que se han perpetuado durante generaciones anteriores,
hasta el punto de aceptar que un género es inferior a otro en determinados contextos y
acciones. Por ejemplo, comprendemos que las amas de casa son generalmente mujeres
cuando pueden ser los hombres los que también desempeñen las labores del hogar. O
entendemos que a una chica le va a costar más realizar un ejercicio que requiera esfuerzo
físico que a un chico, situación en la que también se puede dar la situación inversa.

1.1. APROXIMACIÓN A LOS CONCEPTOS.


Estas prácticas identifican un rol que desempeñamos en ellas. Un rol es un conjunto
de acciones y deberes que se realizan dentro de las normas de una sociedad. La persona
actúa en función de las creencias y funciones que ésta le atribuye, es decir, desempeña
unas funciones adquiridas dependiendo del contexto o acción. La sociedad actual emplea
estos roles para mantener organizados a los colectivos que confluyen en ella, brindarles
una estructura equitativa y dotarles de los derechos y las libertades necesarias.
En este sentido, una de las limitaciones que aparece al separar a las personas en
grupos jerárquicos es la vulnerabilidad que sufren con respecto la igualdad de oportunidades,
manifestándose también en las actitudes, costumbres o tradiciones que una mujer y un
hombre desempeñan en este contexto. Concretamente, los hombres mantienen roles
relacionados con el sustento de la familia, la productividad, el esfuerzo, la fuerza, entre
otros. En cambio, entre los roles de las mujeres encontramos acciones relacionadas con
el sustento emocional a sus familiares cercanos, la crianza de los hijos, el mantenimiento
del hogar o acciones que no requieran esfuerzo físico, entre otras. Por ello, el contexto en
el que se fomentan los roles y estereotipos puede llegar a ser diferente, esto es, darse en
muchas situaciones a la vez, aunque la sociedad siga siendo la misma.
La pregunta que suscitan las diferencias anteriores es: ¿se podrían sobrepasar
esas fronteras e intercambiar los roles? Efectivamente sí, la respuesta está ligada a los
estereotipos de género. Una mujer puede desempeñar los papeles de un hombre en
igualdad de condiciones, aunque tradicionalmente la sociedad ha enseñado y perpetuado
lo contrario. Es más, ha normalizado estas acciones y las ha trasmitido de generación en
generación, de manera que nuestros hijos entenderán que una mujer debe darles el apoyo
emocional y el hombre debe conseguir dinero para mantener su hogar y su familia.

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Tema 2. Género y educación: aproximación básica
Los roles, por tanto, están ligados a los estereotipos de género. Cuadrado (2007)
entiende que los estereotipos refieren a la manera de comportarse los hombres y las
mujeres, para cumplir una función social. Comprende, además, que la sociedad mantiene
sus ideas y costumbres muy arraigadas para siquiera entender la posibilidad del cambio.
Por su parte, González (2013) amplía este concepto entendiendo que nuestras
acciones son un reflejo de la sociedad y por ello, trasmitiremos esas virtudes a nuestros hijos,
de tal forma que ellos también las mostrarán y, en definitiva, se perpetúan en la sociedad.
Los estereotipos de género son imágenes o ideas socialmente
aceptadas y basadas en representaciones y prejuicios arraigados y
transmitidos generacionalmente que implican una carga valorativa […]
los varones se asocian con “virtudes” valoradas positivamente en el nivel
social, mientras que los rasgos que suelen usarse para caracterizar a las
mujeres presentan, en la mayoría de los casos, la imagen contrapuesta de
la “virtud” masculina. (González, 2013, p. 23).

Una de las consecuencias directas de los estereotipos de género son los prejuicios
que una persona o un colectivo pueden adquirir sobre otra persona o colectivo. El racismo
es un buen ejemplo de un estereotipo. Aunque en los últimos años se han llevado a cabo
investigaciones y se ha profundizado mucho sobre ello, la información que existe o está
mediatizada o bien está influenciada por las costumbres y las ideas de la sociedad.
En el cuadro siguiente se reflejan las características principales del pensamiento a
nivel general que la sociedad cree sobre el ámbito de la diferencia entre géneros, en otras
palabras, las características principales que los estereotipos manifiestan:
Estereotipos Mujeres Hombres
- Debilidad. - Fuerza.
Referidos a la - Sensibilidad. - Fortaleza.
personalidad - Dependencia emocional. - Independencia.
- Tendencia al dominio.
- Integración desigual. - Preferencia en el puesto.
En el ámbito laboral - Inestabilidad. - Tiempo indefinido.
- Baja por maternidad. - Ambientado a la eficacia.
- Educación sobre las cualidades,
- Educación sobre el ámbito
aptitudes físicas, la objetividad y
En el ámbito educativo doméstico y emocional.
racionalidad.
- Aptitud a las letras.
- Aptitud a las ciencias.

Fuente: elaboración propia.

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Tema 2. Género y educación: aproximación básica
1.2. ¿cuáles son sus repercusiones?
además de la clasificación anterior, también se pueden agrupar en función de su
repercusión o su implicación en la persona afectada:
repercusión en los afecTados
positivos neutrales negativos
- los niños son más de
- los niños son más valientes. - las niñas son más afectivas.
ciencias.
- las niñas son más inteligentes. - los niños son más agresivos.
- las niñas no juegan al fútbol.

implicación en los afecTados


directa indirecta
- bullying. - desigualdad ante la ley.
- marginación. - acceso a un trabajo.

Fuente: elaboración propia.

las concepciones positivas, aunque a priori parecen ser inofensivas, constituyen


una base hacia los estereotipos de género. la sociedad y la realidad actual funcionan de
tal manera que cuanto más insistimos en una idea o creencia, más consideramos que es
cierta. por ello, entender que los niños son valientes significa socializar a los hombres con
una característica que también es perfectamente válida para las mujeres, salvo que en ellas
no se ha perpetuado esta, sino otras como que son más afectivas o tiernas.
la repercusión neutral influye en la misma medida para ambos géneros,
caracterizándolos, aunque no son determinantes ni excluyentes. por ejemplo, en la
sociedad actual, los estudios recientes del mecd (2016) determinan que los hombres son
más propensos a elegir ciclos formativos o una educación relacionada con la ciencia y las
mujeres prefieren una formación de letras. como se puede ver, esta afirmación no excluye
ni discrimina, porque les permite la libre elección, pero sí caracteriza al grupo, dando a
entender que los hombres prefieren las ciencias y las mujeres las letras; dándoles una
identidad formativa que podría ser válida para ambos casos.
las negativas, a diferencia de las anteriores, están marcadas por su carácter
excluyente. comprender que una niña es más afectiva se traduce negarle de toda acción
que implique un esfuerzo físico o mental. por otro lado, pensar que un niño es más agresivo
significa apartarle de todo tipo de emoción afectiva, cuando se podría dar la situación
inversa fácilmente.

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tema 2. Género y educación: aproximación básica
el día a día es el mejor contexto para encontrar ejemplos de estereotipos ligados al
género. en un aula, un puesto de trabajo o en casa, se producen roles y estereotipos que
se pueden agrupar en:
- concepciones emocionales: estas concepciones se basan en aceptar que el
rol que desempeñan los hombres mantiene unas características o capacidades
emocionales diferentes. ejemplos de ellas son las muletillas que muchas
familias o colectivos emplean en su quehacer diario: “Los hombres no lloran,
eso es para las mujeres” o también: “Las mujeres son más débiles que los
hombres”. ni un género es más débil que el otro, ni sus emociones son más
sentidas que los demás. es cierto que puede haber personas en los diferentes
géneros que son más débiles físicamente o psicológicamente y por ello más
sensibles o susceptibles a críticas o ideas, pero no es motivo suficiente como
para estereotipar un determinado grupo únicamente por la concepción que
tenemos sobre uno de sus miembros. haber leído en una noticia que una
persona de color ha robado a una señora por la calle no quiere decir que todas
las personas de color sean ladrones y, por tanto, gente de poca confianza.
el problema persiste cuando la sociedad mantiene estos pensamientos y
el papel de la sensibilización abarca una pequeña preocupación en los colegios
o en las familias, influyendo en la construcción de sus identidades de género.
un colectivo de mujeres que sufren discriminaciones con respecto a sus roles,
tendrán una comprensión de su identidad muy diferente a los de otra persona
que es respetada, apreciada y valorada en su quehacer diario o profesional.
- concepciones sobre acciones y funciones: la sociedad asigna unas funciones
al género masculino y al femenino. Generalmente, se le brinda más importancia
al primero, relegando en el segundo las funciones secundarias que, en este
caso, el género masculino “no puede” abordar puesto que ya está ocupado en
el desempeño de otras labores. un ejemplo reiterado es el hecho de que las
mujeres deben ser amas de casa y los hombres deben trabajar para mantener a
sus familias. o también que los hombres son directores y las mujeres secretarias.

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tema 2. Género y educación: aproximación básica
Las diferencias en el desempeño profesional de un puesto de trabajo es una de las
consecuencias directas que aparece en línea con la idea anterior, que se traduce a la hora
de reconocer el prestigio o la reputación a un hombre o una mujer en su oficio. Por ejemplo,
en nuestra sociedad le damos más importancia a un escritor o a un médico, debido a la
complicidad en sus labores y el esfuerzo que realiza, que a una cocinera o asistente de
limpieza, creyendo que como son funciones similares a las amas de casa lo tendrán más fácil.
Por ello, el estilo de vida está marcado por estos roles y no contempla los diferentes
estilos que confluyen con los aceptados por la sociedad. Otro ejemplo de ello es el hecho de
que las familias deben ser heterogéneas (“La familia debe estar compuesta por un hombre o
una mujer”), y cualquier tipo que no se componga así se pensará que ha desprestigiado a las
generaciones familiares anteriores. En estas décadas incluso estaba mal visto, relacionando
a estas familias con el concepto de la desestructura y vinculándoles concepciones como
la prostitución, la marginación o la homofobia. Esta cuestión será abordada en el último
capítulo de este libro.
El problema persiste cuando estas personas que viven situaciones de violencia
intrafamiliar o secretismos ante ellas se sienten vulnerables y deciden no actuar ante tales
hechos por miedo a perpetuar o ampliar las represalias, prejuicios o consecuencias sobre ellos
mismos o a sus familiares. En esta línea, Medina (2002) considera necesario que se revisen y
consideren nuevas formas de actuación sobre los roles de género y mejorar los indicadores
existentes sobre este ámbito, así como conocer profundamente sus características, las
consecuencias que sufren y su prevalencia en la sociedad.

1.3. ¿PODRÍAMOS DISTINGUIR DIFERENTES TIPOS?


Explicado brevemente su significado y repercusión en nuestra sociedad, es necesario
conocer una serie de tipos que confluyen y se complementan. Por ello, en el siguiente
cuadro se resumirán, profundizando en ellos en las siguientes líneas. Destacar que esta
clasificación no es excluyente, esto es, que los estereotipos culturales se perciban en la
sociedad no quiere decir que no se mantengan entre iguales o en los centros escolares.
Estereotipos culturales o étnicos.
En la sociedad Estereotipos religiosos.
Estereotipos en la jerarquía.
Estereotipos en el aula.
Estereotipos sexuales.
Entre iguales
Estereotipos sobre físico.
Estereotipos emocionales.
Estereotipos de discapacidades.
En los centros
Estereotipos sobre la apariencia.
escolares
Estereotipos sobre la formación.

Fuente: elaboración propia.

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Tema 2. Género y educación: aproximación básica
Una de las consecuencias directas de estos agentes es que socializan al género,
estableciendo pautas y expectativas que deben ser cumplidas: los niños y el concepto del
color que emplea la sociedad (rosa: niñas, azul: niños), o el oficio al que aspiren (niños:
funcionarios, ejecutivos; niñas: cocineras, amas de casa).
Todo esto supone una sobrevaloración del hombre, así como de sus aptitudes,
características o funciones en la sociedad. Un hombre que mantiene a su familia y que
además muestra una gran capacidad de inteligencia e independencia siempre será mejor
visto que la misma situación en una mujer. Es más, en la década de los 70–80 era mal visto
que una mujer saliese adelante si no fuese con la ayuda de su marido. Como se puede
apreciar, las relaciones de género están desequilibradas ante la sociedad. El hombre será
el predilecto siempre y cuando la sociedad no considere que las mujeres tengan el mismo
derecho al prestigio y al mismo reconocimiento del que gozan ellos.
Otra de las consecuencias que se puede apreciar es la violencia intrafamiliar. La
sociedad alimenta su sustento mediante estereotipos de género, desde el hecho de que
hombres “vienen cansados” del trabajo y que deben relegar las funciones del hogar en
sus hijos a sus mujeres y, al mismo tiempo, mostrar a las mujeres como una propiedad del
marido. Evidentemente, no se contempla en la misma medida a las mujeres y el cansancio
que puedan tener por realizar estas funciones y nadie forma parte de ninguna propiedad.
En cambio, en los 70–80 esta realidad no era tan extraña, sino que fue una época cuyos
estereotipos de género anteriores estaban más marcados y explicitados.
En la actualidad, los roles de género, así como los estereotipos que infunden siguen
persistiendo en los agentes como en la sociedad, en la familia o entre iguales. Empezando
por la sociedad, los principales refieren a la cultura o al estilo de vida que cada familia o
grupo desempeña:
- La cultura y tradición marcan las acciones diarias. Los estereotipos aparecen
cuando una cultura difiere con otra, por ejemplo en la religión, en el estilo
de aprendizaje, en las conductas de casa, en los juegos y, sobre todo o en
el trato hacia iguales: el choque entre religiones en un trabajo o aula, las
tradiciones a la hora de comer o vestirse, etc. En apartados posteriores se
profundizará sobre esta cuestión.
- La sociedad debe ser global, esto es, comprender los problemas que los
colectivos manifiestan a nivel global y llevar el nivel de actuación e
intervención a nivel local, actuando con las familias y las personas afectadas
directamente, antes que promover medidas de prevención que estén a su
alcance pero que no se cumplan ni muestren preocupación por acercase a
todas.
- Los diferentes movimientos sociales a favor de la igualdad de género hacen
partícipes a miles de personas de una sociedad. Por ello, los que no participan
en ellos o los que se oponen a sus creencias e ideales no comprenderán las

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Tema 2. Género y educación: aproximación básica
bases que reivindican, estereotipando sus acciones en una forma de rebeldía
o manifestación incompatible con su sociedad. El feminismo, por ejemplo, es
un movimiento muy polémico sobre todo en el momento de su comprensión
para las demás personas, pues sus ideas tradicionales les impiden entender
que las mujeres deben tener el mismo potencial y derechos que los hombres,
protagonistas de estas sociedades machistas que no logran comprender.
El las familias aparecen estereotipos y roles de género marcados por el peso de
las generaciones, esto es, se puede apreciar que hay una jerarquía en la cual el padre o
el abuelo será el cabeza de familia y tendrá más sabiduría, certeza e importancia en sus
acciones que cualquiera de sus demás miembros.
Generalmente en casa se hace lo que el padre dice. Independientemente de los
nuevos estilos de familia o del estilo de aprendizaje que fomenten en sus hijos actualmente
(permisivos, inquisitivos o equilibrados), predominan los ideales y creencias del cabeza de
familia. La experiencia y la veteranía en cuestiones sobre la vida, el trabajo o las relaciones
juegan un papel fundamental, pues los demás miembros creen que estos factores son los
que le da al padre la razón de ser de este modo. “Los padres siempre tienen la razón” Las
mujeres en cambio, se consideran más sabias o un referente en temas emocionales o de
pareja.
Por otro lado, hay una controversia con la concepción: “Siempre hay que respetar
a nuestros mayores”. Es cierto que el cariño que nos muestran, junto con sus consejos e
ideas son motivo de respeto. Aunque ello no implica el derecho a que se perpetúen. Así
pues, una generación que ha basado sus acciones en el odio o en su carácter misógino
no tiene porque continuar en sus primogénitos. Ahora bien, nuestra sociedad ve con ojos
diferentes a las personas que reniegan de sus familias porque creen que son ellos el foco
del problema. En este sentido, no debemos recaer en el estereotipo de juzgar a una persona
por lo que vemos sino por lo que nos demuestra.

1.4. ESTEREOTIPOS, ROLES Y EDUCACIÓN.


Los estereotipos anteriores no pretenden desprestigiar su labor afectiva o educativa.
Es más, para no recaer en ellos, no debemos privar el poder educativo en los padres. La
escuela, la sociedad y la familia fomentan estilos de aprendizaje que no siempre coinciden
en sus ideas, creando incongruencias.
En muchas familias, se aprende un contenido que no se respeta o se contradice en
casa y que corresponde por lo dictaminado por la sociedad. Por ejemplo, un niño aprende
que las niñas tienen sus mismos derechos, pero al llegar a casa ve a su madre haciendo más
tareas y la sociedad respalda esta concepción. O también aprenderá que la mejor manera
de decirle a alguien que no grite es, justamente, gritando. ¿Qué hará el niño, mantendrá
lo aprendido en el colegio, o hará caso a sus padres?

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Tema 2. Género y educación: aproximación básica
La pedagogía sistémica respalda esta idea, añadiendo que los hijos siempre buscarán
el consejo y la base emocional y/o educativa en sus padres antes que en los colegios y, en
situación de elección, siempre optarán por los primeros. Vieira, Sivek y Cavalcante (2015)
inciden en la necesidad de una nueva perspectiva que opte por conocer las leyes expresas
en las familias para así mejorar el desempeño profesional de los docentes y la relación con
sus alumnos, beneficiándolos en su proceso de aprendizaje y éxito académico.
Entonces, ¿qué debemos hacer si nos encontramos ante un hecho similar? En
primer lugar fomentar una comunicación entre la familia y la escuela. Ambos no deben
ser competidores ante el aprendizaje del alumno, sino complementarios, ofreciendo
perspectivas y respetando en todo momento el proceso de aprendizaje de los alumnos,
para así evitar incongruencias. En segundo lugar, promover la educación emocional, vital
para el desarrollo integral de los niños y no fomentar estereotipos y roles sexistas.
No respetar o interferir en su aprendizaje, cambiando las concepciones o ideas
sobre determinadas acciones, puede perjudicar el bienestar y/o su desarrollo integral,
como Sepúlveda (2006) comenta, además de posibilitar la aparición de secuelas a largo
plazo que puedan afectar a su capacidad de comprensión de la realidad y su juicio a la
hora de discernir entre una situación normal o una que fomente prejuicios y estereotipos
sexistas. Morgado (2007) coincide en que esta repercusión puede influir en su desarrollo
emocional, cambiando y adaptando sus sentimientos al contexto abrupto en el que viven.
En los grupos de amigos o iguales se toman decisiones en muchas ocasiones
que afectan a todos sus miembros. Mediante un lema similar al de “todos somos uno”,
realizan actividades o juegos, protagonizan anécdotas e historias o aventuras, hablan a
diario, etc. En ellos, cada persona desempeña un papel o un rol diferente al de los demás,
en los cuales se pueden producir discriminaciones. Un ejemplo es que un miembro quiera
jugar a un juego diferente pero como no es habitual o propio de chicos, se rechaza la
propuesta. Entre estas acciones se pueden percibir estereotipos de género, como el hecho
de no querer incluir a chicas en el grupo, no jugar a juegos de chicas, utilizar un lenguaje
más agresivo hacia ellas, etc.
El ejemplo anterior entre amigos puede originarse en el patio de un colegio o durante
la estancia del recreo. En los centros educativos y por ende dentro del aula también existen
estereotipos que confluyen con su desarrollo emocional y educativo. Además de estos
ejemplos, cabe destacar la influencia que el currículo oculto desarrolla en los contenidos
de los materiales didácticos, procedimientos, técnicas y sus estrategias metodológicas, así
como las relaciones entre alumnos y docentes, los cuales mantienen o fomentan roles de
género. En apartados posteriores se profundizará sobre ello.
Los estereotipos también se perciben en las relaciones entre iguales, concretamente
cuando hay diferencias en las características físicas o culturales (también psicológicas como
hiperactividad, TDAH o una NEE). Por ello, no debemos discriminar a un compañero, sea
por cuestiones de identidad del grupo o por motivos personales: los rasgos y el género no

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Tema 2. Género y educación: aproximación básica
tienen porque influir en las acciones de un grupo, siempre y cuando los componentes lo
tengan en cuenta.
En la especialización formativa también también parece repercutir lo explicado hasta
el momento y hay diferencias con respecto al género, partiendo de la elección del tipo
de bachillerato y terminando en la elección de la carrera. Brevemente, explicaremos esta
realidad que expresa la sociedad, mediante los siguientes resultados ofrecidos oficialmente
y que hacen referencia al curso académico 2015–2016 en España de bachillerato, Educación
de Régimen Especial y las titulaciones universitarias. Los niveles de estudio anteriores
muestran diferencias en cuanto a su elección en función del género.
Así pues, para el total de alumnos de bachillerato, el 52.8 % corresponde a mujeres
y el 47.2 % a los hombres1. En sus especialidades, las diferencias son más notables:
- Artes, compuesta por un 65.5 % de mujeres y 34.5 % de hombres.
- Ciencias y tecnología formadas por un 46.3 % de mujeres y un 53.7 % de
hombres.
- Humanidades mantiene un 61 % de mujeres y un 39 % de hombres.
- Las ciencias sociales son las más equilibradas: un 54.6 % son mujeres y un
45.4 % son hombres.
Con respecto a la Educación de Régimen Especial predominan las mujeres (62.1
% del alumnado total), siendo superadas únicamente por los hombres en las Enseñanzas
Deportivas (un 90.2 %), en las Enseñanzas de Música superiores (58.9 %) y en los ciclos
formativos de grado medio en artes plásticas y diseño (53.2 %)2.
Por último, en los ámbitos de las titulaciones universitarias los porcentajes
mantienen la elección del bachillerato, siendo los siguientes3:

1 Ministerio de Educación (2016). Estadística de las enseñanzas no universitarias. Alumnado


matriculado, pág. 1. Disponible en: https://www.mecd.gob.es/ministerio-mecd/en/dms/mecd/
ministerio-mecd/organizacion/espacio-de-igualdad/Igualdad-en-cifras/educacion/escolarizaci/
modalbachiller7/modalbaciller7.pdf
2 Ministerio Educación (2016). Datos y cifras del curso escolar 2016/2017. Pág. 4. Disponible en
http://www.mecd.gob.es/servicios-al-ciudadano-mecd/dms/mecd/servicios-al-ciudadano-mecd/
estadisticas/educacion/indicadores-publicaciones-sintesis/datos-cifras/Datosycifras1617esp.pdf

3 Datos ofrecidos por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte para el año académico 2015/2016.
Disponible en: https://www.mecd.gob.es/servicios-al-ciudadano-mecd/dms/mecd/servicios-al-
ciudadano-mecd/estadisticas/educacion/universitaria/estadisticas/alumnado/2015-2016/Principales-
resultados-EEU-2015-2016-2.pdf

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Tema 2. Género y educación: aproximación básica
- para las ciencias sociales y Jurídicas (administración de empresas, ciencias
políticas, comercio, etc.), un 59.7 % son mujeres y un 40.3 % son hombres.
- en las ingenierías y arquitecturas, las mujeres son un colectivo menor,
representando el 25.4 % y el resto, un 74.6 %, son hombres.
- las ciencias de la salud (farmacia, psicología, medicina, etc.) predominan
las mujeres, con un 61.2 % frente a los hombres, con un 38.8 %.
- las ciencias (biología, física, Química, estadística, etc.) conforman mayor
equilibrio entre géneros, con un 51.2 % de mujeres y un 48.8 % de hombres.
de estos resultados, aparecen nuevos que informan que las en titulaciones como
el grado en informática predominan los hombres (87.95 %) o educación infantil, cuyo
alumnado son mayoritariamente mujeres (93.2 %).

2. el sexismo en la sociedad: culTura y comunicación


la identidad de género está ligada en gran medida a los roles adoptados por
la sociedad en la que vivimos. a través de sus tradiciones y patrones de conducta,
principalmente sexistas y patriarcales, se les ha enseñado y transmitido a nuestros hijos
o alumnos la capacidad de entender que determinadas acciones están hechas para los
chicos y otras diferentes para las chicas. lo mismo sucede en las culturas que confluyen
con la nuestra. este sexismo influye en los contextos en el que nos desarrollamos: en las
familias, entre amigos, y en el colegio (en especial en el ámbito de educación primaria o
secundaria), en el trabajo, entre otros.

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tema 2. Género y educación: aproximación básica
En nuestra cultura, una de las principales influencias en los roles de género se
percibe a través de las familias. Dependiendo de su estilo o tamaño, mantienen unos
u otros. Por ello, es de interés conocer sus características principales para entender por
qué se desarrollan estos roles en ellas. En sus investigaciones, Hernández, Pérez, y Serrate
(2015) clasifican las familias en función de estos roles. Los grupos que consideran, una vez
analizadas las prácticas educativas que se desempeñan en ellas son: las familias permisivas,
autoritarias y las democráticas.
Las familias permisivas: en este grupo se pueden distinguir entre las indulgentes
y las negligentes. La diferencia principal es la implicación de los padres con respecto a
la libertad y a la responsabilidad educativa y afectiva de sus hijos. En ambos tipos se
fomenta un alto afecto hacia sus miembros, desencadenando en ellos una alta dependencia
emocional.
Las exigencias que se les pide a sus hijos son generalmente bajas puesto que interesa
más el mantenimiento de las características del grupo, en este sentido la familia, tal y como
siempre se han relacionado que optar por nuevas formas de convivencia y aprendizaje.
Las normas empleadas en ellas se vinculan a la metodología del premio y castigo, por
lo que el niño siempre estará interesado en responder ante una norma siempre que haya
un premio de por medio. Abusar de este estilo de enseñanza puede dar como consecuencia
que el niño sólo actúe ante un beneficio, desinteresándose por cualquier acción que refiera
el trabajo en equipo o el respeto por los demás.
Los estereotipos de género recurrentes son la dependencia de una persona hacia
otra, lo que tiene como consecuencia una débil construcción emocional de su identidad
personal. Además, en caso de discriminación, esa persona será más propensa a aceptarla
pues lo consideraría como parte de su vida más que como una acción discriminadora. La
propuesta ante estas familias es que los niños deben aprender por sí mismos, explorar su
entorno y las diferentes perspectivas que el contexto les ofrece.
En las familias autoritarias o inquisitivas los hijos son más obedientes y sumisos,
esto es, acatan las normas o bien por miedo o por respeto a sus mayores. En este sentido,
predomina el estereotipo de la jerarquía de los grupos: los superiores siempre tendrán la
razón, por lo que es obligatorio seguir sus acciones. Como consecuencias directas puede
fomentar una actitud pasiva ante situaciones como una desigualdad únicamente por la
inquietud o el miedo de no llevarles la contraria.
Asimismo, muestran una alta tendencia a la culpabilidad y la depresión, al tener
que responder ante esas normas y no fomentar un pensamiento y una respuesta críticos.
Por ello, su autoestima será generalmente baja, y se mostrarán más dependientes ante los
demás, al no practicar o aprender las habilidades sociales necesarias.

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Tema 2. Género y educación: aproximación básica
Uno de los principales problemas que muestra este estilo es que estos padres no
expresan relación entre el afecto y las exigencias que demandan. Éstas, junto con la
permisividad son un reflejo de la sociedad, creando además vínculos más fuertes con
determinados miembros de la familia, acercándose más a uno que a otro, creando un
vínculo más afectivo.
Las familias democráticas se han asentado en la cultura actual, fomentando
normas equilibradas para sus miembros, poniendo límites a las conductas y acciones y, lo
más importante, estimulan la madurez y la iniciativa personal de sus hijos. Por ello, serán
más independientes y mostrarán una actitud crítica que en otras familias. Además, saben
responder a las necesidades de sus hijos y la comunicación que muestran con ellos es de
carácter abierta.
Las limitaciones que muestra este estilo es que sigue los estereotipos de género
tradicionales de las familias: composición heterogénea, los mayores tendrán la razón
aunque los jóvenes muestren una actitud más crítica, se fomenta el sacrificio y el esfuerzo
del hombre ante el de la mujer y se perpetúa un determinado rol en función del género.
Nuestra propuesta en este sentido que rompa con los estereotipo de género es la
familia integradora. Esta concepción no sólo comprende los diferentes modelos o normas
que existen en ellas, sino que además busca un equilibrio entre ambas, fomentando la
comprensión de las perspectivas que en ellas subyacen y las ideas intrínsecas, mejorando
la identidad de sus miembros, la capacidad de analizar y criticar una situación y
responsabilizando a sus hijos de sus acciones.
En el siguiente cuadro se resumen las ideas anteriores:

Fuente: elaboración propia.

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Tema 2. Género y educación: aproximación básica
En ellas, se producen comunicaciones diferentes, fomentando implícitamente
estereotipos de género: en una familia permisiva se le brinda más importancia a los temas
relacionados con los sentimientos antes que los que versan sobre cuestiones fundamentales
de la sociedad o de la escuela, por lo que fomentará la dependencia emocional a la hora de
tomar decisiones. En el sentido contrario, las familias autoritarias impondrán los criterios
y normas que sus hijos deberán realizar, generando escasa relación y comunicación entre
ambos y propiciando una clasificación de las tareas, funciones y emociones en casa. La
integrada, en cambio, busca el consenso entre sus miembros, intentando comprender en
todo momento las preocupaciones, sentimientos, necesidades o motivos expresados por
sus hijos.
Además de la familia, en la actualidad los medios de comunicación esconden
muchos estereotipos de género, puesto que en los últimos años se relaciona la venta
comercial con la venta de imagen. Por ello, abordaremos este ámbito mediante las siguientes
cuestiones:
¿Qué puesto expresan ambos géneros? En general, los hombres suelen ser
ejecutivos, presentadores, protagonistas o héroes. Predomina una sensación de victoria,
de énfasis y felicidad en el éxito que consiguen, en el prestigio laboral y económico, entre
otros. Las mujeres permanecen en un segundo plano, representando un papel secundario
y complementario al que desarrolla el hombre.
¿Cuál es el trato a la diferencia cultural? La identidad cultural no es de interés
público. Una persona de color, con discapacidades físicas o mentales o de diferente cultura
tendrá menos influencia en los medios que un nativo del país en el que se muestran las
noticias, anuncios, programas, etc. Es cierto que se ha avanzado en este tema, pues muchas
campañas publicitarias y sensibilizadoras emplean a estas personas para demostrar que
una persona con discapacidades puede desempeñar los mismos roles que una persona
sin ellas, pero la política educativa, en sus objetivos de calidad y competitividad excluye
indirectamente a este colectivo.
¿Qué muestran las noticias en los medios? Además de sensacionalistas, las noticias
muestran desigualdades en la información, por ejemplo al ampliar una característica
concreta de una persona antes que expresar el mensaje que realmente pretende decir. En
otras palabras, las noticias sobre ámbito tienden a ser pretenciosas, explicando por ejemplo
las creencias, religión o rasgos de un colectivo antes que incidir en la necesidad de luchar
contra las desigualdades de género que sufren.
¿Cómo muestran los programas a los hombres y a las mujeres? Los programas
como las series, películas, concursos o debates fomentan valores como la importancia
de la maternidad, la preocupación por la familia, la necesidad de que el hombre saque
adelante a su familia… Es este sensacionalismo el que alimenta sentimientos de necesidad
en la mujer y de valentía en los hombres. Por otro lado, los programas de entretenimiento
difunden o fomentan rumores, características o actitudes discriminadoras hacia las mujeres,

50 educación y género: igualdad, sexismo, violencia, ciberacoso y bullying homofóbico


Tema 2. Género y educación: aproximación básica
dejando estos programas como argumento de trasfondo que su creación únicamente para
el disfrute de las personas.
¿Cómo muestran el género en las campañas publicitarias? Los anuncios son el
método de transmisión de información más desequilibrado actualmente. Los hombres son
mostrados como un pilar fundamental: son personas cultivadas laboral o económicamente,
altruistas, elegantes e intelectuales, etc. Infunden respeto o bienestar y siempre parecen
tener la razón. Las mujeres en cambio, se muestran como personas dependientes, que
deben conquistar al hombre. Representan oficios menores y prevalece la concepción de
que deben ir perfectamente arregladas cuando se relacionan con un hombre.
Las campañas publicitarias muestran también estereotipos de género en sus
juguetes, llevando al mismo nivel de desarrollo la competitividad y la diversión (vehículos
a escala, circuitos de carreras, etc.). Los ambientados hacia las niñas refieren o bien las
tareas domésticas o bien hacia la imagen personal, resaltando la belleza por encima de la
educación y la inteligencia, como complementos o muñecas cuyos rasgos se asemejan a
un modelo de belleza.
Incluso en los videojuegos se perciben actitudes discriminadoras de género. Los
ejemplos son variados: desde historias de acción que llevan como protagonista a un hombre
que debe salvar a una mujer, aventuras sobre ayudar a princesas, otros cuyas apariencias
sexistas sobre la ropa o actitud despectiva hacia las mujeres marca su argumento, juegos
en los que la actitud machista de los desarrolladores muestra a la mujer como un objeto
de diversión, etc.
Desde la infancia, realizamos actividades que son fruto de una evolución histórica de
nuestra sociedad y que, en muchas ocasiones, provienen de prácticas machistas. Jugamos
a ser un héroe que salva a una dama, cuando las niñas también podrían desempeñar ese
papel de héroe. No nos sorprendemos cuando en los folletos, libros, o libretas vemos el
rosa representando a las chicas y el azul a los chicos, como también nos parece divertido
cuando una niña juega a ser médica o veterinaria.
Estos juegos son el reflejo de la ideología que impera en el ámbito
social en el que vive el/la niño/a, aunque con avances respecto a otros
tiempos; (…). Sus discursos vienen marcados por las estructuras de género
que mantienen la desigualdad y, al mismo tiempo, se pone de manifiesto
la vigencia de los patrones tradicionales que centran el papel primordial
femenino en lo doméstico, lo familiar y la belleza. (Puerta y González,
2015, p. 74).
Como se puede ver, la identidad social que perpetuamos está muy mediatizada.
Esta identidad muestra su carácter más desigual al establecer dos constructos de género
diferenciados entre sí. Las diferencias se imponen en función del contexto, del juego o la
actitud que se muestre hacia los demás.

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Tema 2. Género y educación: aproximación básica
En la cultura de otros países, como por ejemplo Bulgaria o Marruecos, las etnias
sufren discriminaciones fruto de la construcción y normalización de estereotipos sexistas.
Así pues, la etnia gitana se enfrenta diariamente a situaciones de sexismo, como el hecho
de que las mujeres deben abandonar los estudios para casarse y/o atender el hogar, mientras
que los hombres pueden acabarlos. Además, son víctimas de prácticas sexistas como la
poligamia o la vejación en público sin posibilidad de defenderse. La etnia musulmana
destaca en esta temática por la polémica en el uso del pañuelo (o hiyab) en el aula. El
sexismo se aprecia cuando la cultura no le permite elegir a la mujer entre ponerlo o dejarlo,
sino que lo impone.
Las familias, al igual que los profesores deben escuchar a sus alumnos, entender
lo que transmiten, atender a sus necesidades o demandas, tener en cuenta sus ventajas o
limitaciones, entre otras acciones de menor interés pero necesarias.
Aunque las causas de la violencia o discriminación no afectan únicamente al ámbito
educativo, es cierto que acelera el proceso de de exclusión, creando problemas a largo
plazo que pueden llegar a ser irreparables en la integridad del alumnado si no se actúa
previamente.

3. El sexismo en la educación: expresión oral y escrita


En la sociedad convivimos con personas con características diferentes a las nuestras,
de índole cultural, educativa, física, emocional, sexual, etc. Esta diversidad se confunde, en
la mayor parte de los casos, con ideas sobre la falta de pertenencia al grupo, la diferencia
de pensamiento, el odio o el rencor hacia otras culturas. En el peor de los casos las ideas
versan sobre prácticas ilegales, acciones inmorales, delitos o enfermedades sexuales. Todo
ello es fruto de la ignorancia y la falta de información que existe sobre ello. Un ejemplo
de las características anteriores puede ser el ámbito sexual, el cual era contemplado con
una óptica muy diferente en anteriores épocas, puesto que se les enseñaba a los chicos
que debían orientar sus sentimientos desde el parámetro masculino tradicional y del
mismo modo las chicas debían guiar sus emociones a la crianza de sus futuros hijos. La
diferencia principal entre el ayer y hoy es que en la actualidad se realizan mayores esfuerzos
encaminados a ocultar o camuflar los estereotipos de género, pasando desapercibidos en
nuestros procesos de aprendizaje.
Es a través de la aceptación de la identidad y el respeto que conlleva en la sociedad a
nivel general y en las aulas a nivel concreto cuando se reconoce abiertamente la diversidad
de género. Asimismo, la construcción de esta identidad que desarrollan estas personas
puede verse perjudicada en función de los estereotipos y prejuicios existentes en un aula.

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Tema 2. Género y educación: aproximación básica
3.1. la discriminación en el lenguaje.
En esta construcción de la identidad personal, el lenguaje es nuestra forma de
expresión, de la expresión nuestra realidad. Cuando nombramos a una persona la destacamos
de los demás. Al nombrarla la hemos hecho diferente a las demás, esto es, la hacemos real:
no volverá a ser una entre tantos. Seguramente no la conozcas, pero conoces e interpretas
las características o matices que la diferencian de los demás. Por ello, tu lenguaje se ha
transformado y con él, tu conocimiento sobre la realidad que te rodea. El problema reside
cuando en lugar de conocer un nombre conocemos un rasgo que nos disgusta por ser
educado en una sociedad diferente, y choca con nuestra concepción o creencia.
Otra de las discriminaciones que el lenguaje explicita en la sociedad es que la
terminología referida al hombre se vincula con sinónimos positivos y las mujeres se
relacionan con acepciones vulgares, discriminadoras o vejadoras. Con las figuras de los
animales se percibe claramente: un hombre es un lince cuando es avispado e inteligencia y
una mujer es una gallina cuando tiene miedo o no acepta un reto. Como se puede apreciar,
la diferencia sexista está tanto en el término como en el significado.
Es sexista también referirse a alguien como un minusválido, antes que aceptar que
es una persona con discapacidad, por ejemplo, o al cuerpo directivo en vez de la dirección
de un centro. O incluir en todo el cuerpo médico (concepción masculina) a todo el grupo,
tanto mujeres como hombres.
Otras expresiones del lenguaje femeninas hacen referencia a prácticas de poca
moral, como puede ser “mujer atrevida”, concepto que hace más alusión al ámbito sexual
que al emprendedor o emocional. Como máximo paradigma de ello nos encontramos con
expresiones más explícitas en nuestra sociedad, véase como ejemplo la diferencia entre
“zorro” (astuto) y “zorra” (prostituta).
Es destacable que hace unos años, las organizaciones de madres y padres (AMPA) de
los colegios sólo tenían el matiz masculino, aunque se interpretaba que incluía a padres y
madres (APA). Esto reflejaba una doble problemática: en primer lugar, pese a mencionarse
en masculino, había más mujeres que hombres en estas organizaciones. En segundo
lugar y debido a la construcción que la sociedad estableció sobre el marco laboral, eran
mayoritariamente las mujeres las que podían acudir a estas reuniones.
¿Estos ejemplos os suenan al recordar los tipos de discriminación del tema anterior?
Efectivamente, son motivos que parten de bases discriminatorias: la mujer se centraba en
sus hijos y en la carga emocional mientras que los hombres en su trabajo, la capacidad
física o la valentía.
Una de las controversias que sufre una de las prácticas del lenguaje en la educación
de los centros escolares es la concepción polémica entre la inclusión y la integración
social. Cuando incluimos a una persona en un contexto o sistema, estamos igualando sus
características a las de los demás, sin tener en cuenta las peculiaridades y sin la información
necesaria sobre su contexto.

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Tema 2. Género y educación: aproximación básica
Por otro lado, la integración social supone incluir a una persona en el contexto en el
que se debe desarrollar complementándolo con el de su origen, aceptando las características
que posee, aceptando sus ideas y fomentando una cooperación y participación entre los
miembros del grupo para borrar las concepciones sexistas a las que se enfrenta.

“Incorporamos a una alumna que sufre rechazo por parte de sus compañeros
en el mismo aula. Tenemos en cuenta sus necesidades, capacidades e ideas y hacemos
partícipe al aula en su proceso de integración, fomentando actividades en grupo y
cuidando un ambiente de armonía”

Como se puede apreciar, los procesos de aprendizaje de nuestros centros escolares


están marcados por estereotipos sociales procedentes de una sociedad que lastra este
aprendizaje y la formación de las personas. El centro escolar, las familias o las organizaciones
que trabajan en derechos humanos y desigualdades no son instituciones cerradas, sino que
permiten introducir innovaciones en los miembros que formen parte de ellos. Referido
al colegio, no se debe convertir en un espacio cuya única función sea la formación del
alumnado, sino un lugar que invite a la reflexión, a la diversión, a su expresión y al
aprendizaje.
Díaz-Aguado (2009) señala que diversos estudios sobre la socialización de las
emociones reflejan cómo a los niños se les permite exteriorizar la ira pero no tanto ponerse
en el lugar de los demás, sentir empatía y expresar emociones. En sentido inverso ocurre
con las niñas porque se sigue con frecuencia educando en esta dualidad que limita el
desarrollo y el potencial humano.

3.2. pasando a la acción: propuestas educativas básicas.


El currículo oculto de un centro educativo implica puntos de vista, valores, ideas
que se inculcan a nuestros alumnos, esto es, aprenden y se forman en torno a ellos.
Aspectos como el uniforme, la distribución física de las mesas y aulas, el tipo de expresión
que cuidan los materiales didácticos, así como aspectos tan triviales como la asignación
de un color para determinar el género, son recurrentes en nuestros centros. Los libros de
actividades, de lectura o incluso los murales de las paredes de un colegio también pueden
mostrar diferencias de roles de género encarnados en la figura del hombre y de la mujer,
basando su identidad en torno al estilo que esto ofrece del género.
De las posibles propuestas que se pueden realizar, el cuento es un recurso didáctico
que fomenta la atención, la comprensión y estimula los sentidos de los alumnos. Si se hace
un uso adecuado de él, se pueden evitar elementos sexistas: entre sus imágenes, historias y
lenguaje se esconden estereotipos ocultos: la representación de los hombres y las mujeres

54 educación y género: igualdad, sexismo, violencia, ciberacoso y bullying homofóbico


Tema 2. Género y educación: aproximación básica
en ellas, qué papel desempeñan dentro de las historias, cómo las solucionan, entre otras.
Uno de sus estilos, el cuento motor, favorece la relación y la interacción entre ellos.
Desde el período en los jardines de infancia, los niños aprenden a jugar en grupo. Es
mediante estas actividades en las cuales desempeñan competencias y capacidades como
la compenetración, la comunicación y, por supuesto, los roles de género. A través de esta
clase de actividades, podemos fomentar ideas que no sigan los patrones tradicionales de
los roles, como por ejemplo haciendo partícipes a ambos géneros en toda clase de juegos.
El uniforme o la vestimenta y sus diferencias se podrían abordar fácilmente mediante
el disfraz, enseñándoles al alumnado la diferencia entre el material que conforma la ropa
y el mensaje que se transmite con ella. En este sentido, se fomentaría una metodología de
participación, con cuestiones como: ¿Os imagináis a un hombre con pelo largo y bolso?
¿Y a una mujer con mostacho? ¿Os gustaría poneros uno? En ellas se realizarían role
playings sobre situaciones cotidianas, permitiendo a los alumnos reflexionar hasta qué
punto las creencias o las concepciones que sus padres y la sociedad que les han enseñado
se corresponden con la realidad. Se trata de ridiculizar estas situaciones para fomentar una
actitud crítica en ellos y darles la oportunidad de valorar su posición con respecto a estas
ideas. Por estos motivos de discriminación oculta, un niño interpretará que los hombres
llevan mostacho y no faldas, así como una niña comprenderá que pueden llevar bolsos, ir
arregladas, uñas pintadas, etc.

Gairín (2007) sugiere que otra de las acciones que los centros educativos deben
mostrar es desaprender los conceptos sexistas y roles de género a los que se enfrentan.
Por ello, es necesario apreciar al alumnado que vive esta problemática, conocer la similitud
que existe entre el lenguaje, la violencia y exclusión, así como analizar en qué formas o
contexto en el que se efectúan y, posteriormente, las implicaciones y/o consecuencias
que puedan suponer.

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Tema 2. Género y educación: aproximación básica
Por su parte, Rocha, Labraña y Marín (2010) mantienen que los docentes muestran
diferentes expectativas sobre las capacidades intelectuales entre hombres y mujeres,
manifestando indirectamente que estas últimas muestran más carencias o dificultades
intelectuales.
Para evitar estos estereotipos es necesaria una sensibilización que incida en una
doble perspectiva: por un lado trabajar con los docentes en base a técnicas y pautas
para desplegar el máximo potencial de los alumnos y, por otro lado, sensibilizar a éstos,
fomentando una concienciación sobre los derechos que se vulneran cuando se clasifica a
un compañero de clase únicamente por una característica diferente a la nuestra.
De las diferentes propuestas que suscitan las ideas anteriores sobre el desarrollo del
aula, son destacables las siguientes:
- Proporcionarles acciones que rompan los estereotipos sexistas de la sociedad,
esto es, educarlos fomentando una perspectiva que fomente el ser, el pensar
y actuar juntos.
- Atender a situaciones de exclusión, desigualdad o violencia de género, tanto
a nivel de actuación como de prevención.
- Mejorar la formación del profesorado para que dispongan de una mayor
sensibilización ante el alumnado, pudiendo abordar y comprender sus
necesidades y demandas.
- Romper los esquemas de los roles y su perpetuación en su quehacer diario: los
niños no tienen por qué ser los más impulsivos y las niñas más sentimentales,
sino que puede darse una situación inversa. La aceptación de esta concepción
dependerá, en gran medida, de la enseñanza que familia y docentes fomenten
en sus alumnos.
- Establecer un proceso de apoyo e intervención educativa y acompañarles
en ello. En los centros escolares en concreto puede ser interesante la
participación del departamento de orientación, así como los profesionales
de pedagogía terapéutica para ayudar en el proceso de aprendizaje y toma
de decisiones sobre una situación conflictiva, de exclusión, de desigualdad
o de ruptura hacia los roles de género.

4. Evolución histórica hacia una cultura de educación


para la igualdad
Para comprender la igualdad como un derecho que brinde las mismas oportunidades
a hombres y a mujeres, es necesario analizar brevemente la evolución histórica que refiere
a la creación de una educación en igualdad y en valores. En los años 70 se establece la
escuela mixta, abriendo la lucha contra la segregación en el aula: los alumnos compartirían

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Tema 2. Género y educación: aproximación básica
el espacio con compañeros de diferentes características culturales. En materia de igualdad
de oportunidades, aún era necesario avanzar mucho más, pues se optaba por concepciones
tradicionales sobre personas en situación de discriminación o desigualdad. Maqueda (2006)
reconoce que estas diferencias deben ser únicamente por cuestiones biológicas y no de
género, aunque la sociedad continúa resistiéndose a aceptar la realidad que supone esta
diferencia.
Gracias a los movimientos liberales y sus diversas acciones, como la necesidad de
incidir en una educación que vele por la calidad hacia todos sus miembros, el feminismo,
o la libertad de expresión, se ha fomentado la integración de la mujer en la sociedad como
una persona en igual derechos ante ella. Un ejemplo del atraso cultural con respecto a este
ámbito fue el hecho de que la Real Academia de la Lengua Española no incluyese entre
sus miembros a una mujer hasta el año 1713, concretamente a María Isidra de Guzmán.
Posteriormente, es en el 1978 con la creación de la Constitución Española cuando la figura
femenina empieza a ocupar las sillas de la Real Academia, con ilustres como Carmen Conde
(1979), Ana María Matute (1998), Margarita Salas (2003), entre otras. Como se puede
apreciar, entre la primera (incluida por orden real) y las siguientes hay un margen de 200
años, los cuales han sido marcados por las tradiciones que conocemos actualmente sobre
la mujer y su rol en la sociedad.
En este sentido, la desigualdad femenina estaba ligada a otros ámbitos que
también se veían afectados por las creencias machistas y discriminadoras, tales como la
homofobia. Antes de los movimientos o de la lucha que ha perpetuado la desigualdad y
la vulneración de derechos humanos se entendía como una perturbación en el desarrollo
integral de la persona. Cuando nacemos, es el sexo biológico el que marcará nuestra
característica principal. Es la cultura de la sociedad la que nos normaliza hacia un mundo
heterosexual, en el que si no eres a imagen de los demás serás considerado como una
persona non grata, enferma o incluso demente. Ante una sociedad opresora se empieza a
luchar contra los ideales a través de un movimiento liberal, muy activo en la actualidad:
el feminismo, considerado como una identidad social con el que se identifican todas las
mujeres en situación de vulneración de igualdades. En ello se reivindica su valor ante las
ideas y normas opresoras hacia la mujer en la sociedad. Por otra parte ha logrado, además
del pleno reconocimiento de los derechos de las mujeres en la sociedad, el sufragio y la
igualdad económica y laboral.
A su vez, la coordinación de los diferentes países partícipes en la ONU ha permitido
la creación de la Carta de las Naciones Unidas: su máxima expresión de la lucha contra las
situaciones de desigualdad, exclusión o vulneración de los derechos humano. De los 30
artículos establecidos en ella, interesan los dos primeros, pues hacen alusión a necesidad
de la igualdad de todas las personas. El primer artículo expresa que: “Todos los seres
humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón
y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros”. (Declaración
Universal de Derechos Humanos, Organización de las Naciones Unidas, 1948, art. 1).

educación y género: igualdad, sexismo, violencia, ciberacoso y bullying homofóbico 57


Tema 2. Género y educación: aproximación básica
El artículo 2 muestra especial hincapié al derecho fundamental de la igualdad entre
las personas, independientemente de sus características:
Toda persona tiene los derechos y libertades proclamados en esta
Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión,
opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social,
posición económica, nacimiento o cualquier otra condición. Artículo 2
de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Organización de
las Naciones Unidas, 1948, art. 2.

Tal y como expresan estos artículos, todos somos libres en igualdad de derechos,
condiciones u oportunidades y no podemos ser objeto de discriminaciones, exclusiones
o privaciones que nos impidan disfrutar de ellas. Lejos de la realidad, este ámbito sigue
mostrando debilidades con respecto a la plena realización de estos artículos. Palomo (2015)
añade una serie de temas recurrentes con respecto a este ámbito, cuya investigación e
importancia ha tomado especial importancia en la historia y evolución de la igualdad de
género en los últimos años.
-- La flaqueza de la política de igualdad. Aunque la Declaración Universal de
los Derechos Humanos lucha por la igualdad y los derechos, en la práctica se
perciben muchas diferencias, favoreciendo principalmente al hombre, como por
ejemplo en el ámbito laboral. Esto supone una profunda revisión de los principios
de igualdad establecidos y comprobar si realmente estamos propiciando un
trato igual hacia las mujeres o si seguimos fomentando la cultura tradicional.
-- Las diferencias laborales. En el marco laboral, el acceso a las mujeres ha
supuesto y sigue suponiendo un problema serio, marcado por una falta de
aceptación de sus capacidades o competencias en estos puestos-Mediante las
concepciones tradiciones de que las mujeres son el sexo débil o su maternidad
y reproducción sexual, tratan de justificar que ello impedirá sacar la máxima
productividad o rendimiento en el trabajo. De nuevo, percibimos un estilo
de sociedad que prima por la eficacia antes que la igualdad y vulnera estos
derechos.
-- La necesidad de profundizar en el ámbito. La investigación sobre ello
ha cobrado especial importancia debido al contenido, investigaciones a
aportaciones de los diferentes miembros de los movimientos liberales (historias,
biografías, relaciones, testimonios, registros, etc.), optando por una perspectiva
de innovación en lo referente a la política social del Estado, así como a las leyes
y normas entre mujeres y hombres. No obstante, debemos reflexionar sobre
muchas de las concepciones, ideas o estereotipos que la sociedad no tiene en
cuenta a la hora de representar a la figura femenina, considerándola como el
género secundario o sin necesidad de ayuda o acción.

58 educación y género: igualdad, sexismo, violencia, ciberacoso y bullying homofóbico


Tema 2. Género y educación: aproximación básica
En resumen, la situación actual incide en que es necesario hacer una revisión sobre
la práctica en igualdad en la sociedad para conocer y comprobar si realmente estamos
luchando contra las desigualdades o si estamos normalizando situaciones que fomentan
esta situación.
La política de igualdad
Las personas en situación de violencia, discriminación o desigualdad en la sociedad
están amparadas, teóricamente, por la Ley Orgánica 1/2004 de Medidas de Protección
Integral contra la Violencia de Género establece el Plan Nacional de Sensibilización y
Prevención de la Violencia de Género. Entre sus ejes de intervención abarca los colectivos
de la sociedad: justicia, seguridad, salud, servicios sociales e información (formación,
coordinación, evaluación de actividades y acciones), así como sus objetivos y acciones
a corto, medio y largo plazo. Su intención es dotar de cobertura a todas las personas
afectadas y dándoles el apoyo necesario, más en la práctica actual no es suficiente, pues
sigue habiendo muchos casos de desigualdad de género.
El primer tema hacía alusión a la Ley Orgánica 3/2007, del 22 del marzo, para
la igualdad efectiva de mujeres y hombres, actualizada el 27 de julio del 2013. Esta ley
contempla las diferentes formas de violencia de género y opta por una lucha hacia la
igualdad de oportunidades laborales, educativas y sociales de hombres y mujeres, partiendo
del trabajo y de los objetivos de la ley anterior y pretendiendo dar cobertura a la gente
desamparada por ella.
Con ello, se abre un debate sobre la visión de la sociedad de los estereotipos de género
y sobre cómo estamos entendiendo los procesos de enseñanza en el alumnado. Respecto
a este último, interesa la perspectiva sobre los roles que infunde el currículo oculto sobre
los sentimientos, las capacidades o el lenguaje. La necesidad de ampliar la formación del
profesorado sobre este ámbito es una posible vía que permite una nueva oportunidad
para trasmitir unas ideas cargadas de valores como la tolerancia de género en educación.
La identidad de género está ligada en gran medida a los roles adoptados por la
sociedad en la que vivimos. A través de sus patrones de conducta, principalmente sexistas
y patriarcales, se les ha enseñado y transmitido a nuestros alumnos e/o hijos la capacidad
de entender que determinadas acciones están hechas para los chicos y otras muy diferentes
para las chicas, sin posibilidad de intercambio de roles.
En definitiva, las familias, al igual que los profesores deben escuchar a sus alumnos,
entender lo que transmiten, atender a sus necesidades o demandas, tener en cuenta sus
ventajas o limitaciones, etc. Por tanto, se trata de fomentar una visión global sobre estas
cuestiones y profundizar en ellas durante las actividades del aula.
En la actualidad, la conferencia de la UNESCO (2015) resalta, entre sus funciones,
la necesidad de luchar contra las desigualdades de género de los países afectados. Para
ello, es importante movilizar a los servicios y a las entidades gubernamentales en pos de

educación y género: igualdad, sexismo, violencia, ciberacoso y bullying homofóbico 59


Tema 2. Género y educación: aproximación básica
abordar el máximo de personas que sufran situaciones de desigualdad o discriminación
por los estereotipos de género, con un doble propósito: darles la información necesaria
para erradicar el pensamiento de “estar indefensos” ante la sociedad emergente en roles y
estereotipos de género y, asimismo, dotarles de los recursos necesarios para abordar esta
problemática.
En conclusión, la sociedad fomenta unos roles de género que se perpetúan a menos
que exista una concienciación por parte de los colectivos que forman parte de ella. La
consecuencia principal es que, si no se actúa hacia una situación discriminatoria, se produce
su normalización, considerando como normal una acción que muestra una desigualdad,
una marginación, una exclusión, etc.

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Tema 2. Género y educación: aproximación básica

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