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Lea el siguiente caso, analícelo meticulosamente y finalmente responda las preguntas que se
EL JUEZ DE LA REPÚBLICA
“Luego de acudir a una fiesta privada, un individuo que hace cinco años ejerce como juez de
la República, arrolló con su vehículo a un transeúnte en una avenida cercana al lugar en donde
minutos antes había estado departiendo, según la información dispensada por él mismo a las
autoridades. Aunque al parecer se encontraba solo y no era probable que otra persona estuviera
conduciendo su vehículo, al ser interrogado por las autoridades que asistieron al lugar de los
momento del accidente. Si bien el presunto conductor detuvo su vehículo y ofreció ayuda a la
negó a practicarse la prueba de alcoholemia, aduciendo que por su dignidad de juez conocía el
estación de policía a donde había sido llevado el presunto conductor, mientras la persona
Luego se conoció que mientras el juez estaba en la estación, su abogado se comunicó con la
personales, a la vez que la policía no realizó ninguna prueba, puesto que habían transcurrido más
de diez horas (tiempo después del cual es muy difícil encontrar rastros de alcohol en el cuerpo
un seguro todo riesgo que amparaba al vehículo, el hecho fue reportado por los medios de
sembrándose así un manto de duda sobre la conducta del servidor y de las mismas autoridades.
El juez continuó sus labores sin ningún tipo de investigación disciplinaria o consecuencias en su
A mi parecer la conducta del servidor implicado en este caso, no fue la correcta, porque
Ya que es obvio que ciertos funcionarios, por su rango y condición, tienen la obligación de
comportarse con decoro y discreción en un grado mayor que el común de las personas, pues su
conducta está inevitablemente unida, por la relevancia del papel que la sociedad les ha confiado,
En este caso los jueces y magistrados, como integrantes del Poder Judicial, deben actuar de
forma independiente, ser inamovibles y están sometidos al imperio de la Ley. Por ello, podrá
institución jurídica existente en todo Estado de Derecho que beneficia a la sociedad y al Estado,
estos son garantes del Poder Judicial y eso conlleva a que una buena conducta (ser) e idoneidad
(saber) son los criterios de credibilidad que otorgan la certeza moral de que los jueces harán
justicia. La primera radica en la voluntad, la segunda reside en el intelecto. De las dos, la buena
función jurisdiccional, exige un ejercicio responsable de las mismas frente a su campo laboral y
la sociedad.
el adecuado ejercicio de los poderes del juez, de manera que resulten compatibles con el modelo
La ética judicial incluye los deberes jurídicos que se refieren a las conductas más
significativas para la vida social, pero pretende que su cumplimiento responda a una aceptación
de estos por su valor intrínseco para el ejercicio profesional; además, completa esos deberes con
otros que pueden parecer menos perentorios, pero que contribuyen a definir la excelencia
judicial. De lo cual se sigue que la ética judicial supone rechazar tanto los estándares de conducta
propios de un «mal» juez, como los de un juez simplemente «mediocre» que se conforma con el
mínimo jurídicamente exigido (Código Modelo Iberoamericano de Ética Judicial, 2006, pág. 2).
universal de la deontología profesional, adquiere especial relevancia para la profesión del juez,
en tanto autoridad pública que juzga y decide sobre aspectos tan fundamentales como la vida, la
libertad o los derechos de las personas. En efecto, la sociedad debe poder ver en el juez una
persona en la que poder confiar, por ser digna de toda credibilidad. Su especial posición
institucional comporta, sin duda, exigencias de decoro externo, para que, no sólo sea digno de
crédito, sino que también lo «parezca». De este modo, su conducta privada no debe hacerle