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La leyenda de Rufina Cambaceres según Irma

Con el tiempo decidí contarles y explicarles a mis nietos la historia de Rufina:

-¡Nietos, vengan!- dijo Irma -Les contaré la verdadera historia.

Irma continuó -Ese día, le estaba poniendo unas hermosas joyas a Rufina pero cuando giré
para buscar su collar preferido, se desmayó. Tras intentar reanimarla con varias personas,
la dieron por muerta. Pero… ¡la enterraron viva!. Esto es lo que cree la gente…- A Irma se
le escaparon algunas lágrimas y sus nietos miraban horrorizados.

-¿Tú qué crees, abuela?- preguntó el más pequeño.


-Yo sé que ella soñaba con su amado. Pues, mientras le colocaba las joyas y la preparaba
para la fiesta, Rufina me contó de la existencia de ese muchacho apuesto del que estaba
enamorada. ¡Era tan grande su emoción! Y de repente se desplomó. Estaba apunto de
iniciar su fiesta de cumpleaños. Se la veía feliz, dormida… como soñando. Pero nadie creía
en que podía estarlo y la dieron por muerta. ¡Pobre Rufina! - gritaba Irma- la enterraron
VIVA.
por Orbes, Ailín y Provoste, Rut

Era el cumpleaños número 19 de mi amiga Rufina, una chica tímida y amable, de buen
corazón.
Siempre nos encontrábamos en la plaza, charlábamos un buen rato y nos íbamos a su
casa para seguir con nuestros quehaceres. Pero esa vez no apareció; era como si se la
hubiese tragado la tierra.
Al día siguiente, fui a su casa como cada mañana. Y allí la encontré… desmayada. Pero en
nuestra ciudad no había muchos hospitales buenos… la dieron por muerta. La enterraron,
nos despedimos de ella. Me quedé unas horas en el cementerio. De pronto, escuché a
alguien que pedía ayuda. La voz provenía como de un lugar lejano. Busqué al hombre que
cuidaba del cementerio y ahí sucedió lo peor. Descubrimos que los gritos se iban
terminando; cuando logramos localizarlos fue demasiado tarde. Abrimos el cajón y vimos
cómo mi amiga tenía las manos ensangrentadas (la sangre era fresca) al igual que su cara.
Esto quería decir que Rufina pudo haber estado estos últimas horas viva y yo no lo supe
ver.
por Callejón, Nahiara; Lomberg, Lara; Rojas, Sofía y Villar, Sofía

Rufina se estaba preparando conmigo para ir a la ópera. Parece que le ajusté mucho el
corset y no se lo podía aflojar. Ella se desmayó. Llamé a la ambulancia, le tomaron mal el
pulso y la dieron por muerta. En la morgue la recibió su amado quien trabajaba ahí. Todo
era un plan (del que me enteré más tarde en aquel lugar… en aquellas vacaciones). Allí, su
amado, tenía un cuerpo (realmente sin vida) muy parecido al de Rufina. Lo maquillaron para
despistar a los familiares. Ellos creyeron que dicho cuerpo era el de Rufi pero mientras
todos la lloraban en el velorio, ella se estaba escapando con su amado. - Cómo me enteré
yo; se preguntarán ustedes ¿verdad? - le dijo Irma a sus nietos - Pues mientras estaba de
vacaciones en un crucero, la vi y no le quedó otra opción que contarme lo sucedido aquella
noche. Como éramos y somos mejores amigas, nunca se lo dije a nadie, ya que el amor
entre ella y Lautaro era no correspondido. Ahora ustedes y yo somos conocedores de la
verdad.

por López, Maximiliano y Vallejo, Ginés

¡Ay mi Rufina querida!. La verdad es que había muerto el día de su cumpleaños número 19
porque tenía veneno en su bebida. Todos sospechaban de una invitada. Una chica que le
tuvo envidia toda la vida. Cada invitado la señaló, le hicieron tantas preguntas que terminó
confesando.
-Sí, fui yo - dijo la invitada mientras la miraban mal y con odio.

Ficha policial. Policía de la provincia de Bs. As.


Nombre: Sofía
Apellido: Marialis
Edad: 19 años
País de origen: Argentina
Ciudad de residencia: Buenos Aires

Descripción física y algunos datos de interés (según policía de turno): Pelo rubio, tez
morena, ojos marrones. Tenía puesto un vestido rojo. La muerta, Rufina, y ella, según los
invitados, se conocía desde la secundaria. Rufina Cambaceres era hija del escritor
argentino Eugenio Cambaceres fallecido en 1888. Los familiares solicitan que tras la
investigación su cuerpo sea llevado al mausoleo de la Recoleta.

por Muollo, Tobías

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