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NOTA METODOLÓGICA NÚMERO SEIS

LINEAMIENTOS PARA LA REDACCIÓN


DE INFORMES DE FISCALIZACIÓN
Y DOCUMENTOS AFINES
NOTA METODOLÓGICA NÚMERO SEIS
LINEAMIENTOS PARA LA REDACCIÓN DE INFORMES
DE FISCALIZACIÓN Y DOCUMENTOS AFINES

Índice
PRESENTACIÓN 5

1. INTRODUCCIÓN 7
1.1 La lingüística y la lengua española 7
1.2 Principales disciplinas lingüísticas 9
1.3 Bases de gramática, semántica, pragmática, puntuación y acentuación 11
1.3.1 Paradigma y sintagma 11
1.3.2 Morfosintaxis 11
1.3.3 Clasificación de las palabras 12
1.3.4 La oración 14
1.3.5 Régimen preposicional 15
1.3.6 Las conjunciones 17
1.3.7 Semántica 18
1.3.8 Pragmática 20
1.3.9 Puntuación 21
1.3.9.1 La coma 21
1.3.9.2 El punto y coma 22
1.3.9.3 Los dos puntos 22
1.3.9.4 Las comillas 22
1.3.9.5 El guion mayor 23
1.3.9.6 El guion menor 23
1.3.9.7 El apóstrofo 23
1.4 El concepto lingüístico de norma 24
1.5 Norma culta y norma popular 25
1.6 Retórica y jerga 25

2. EL ESTILO EDITORIAL 27
2.1 Definición 27
2.2 Corrección de estilo 28
2.3 Estilo técnico-administrativo y lenguaje ciudadano 28
2.4 Reglamentación del estilo editorial de la SFP 29
2.5 Políticas editoriales 30
2.5.1 Rigor gramatical y ortográfico 30
2.5.2 Concisión 31
2.5.3 Variedad léxica 33
2.5.4 Precisión semántica 33
2.5.5 Orden conceptual 35
3. PROBLEMARIO 37
3.1 Del uso de los verbos REVISAR, ANALIZAR Y EXAMINAR 37
3.2 Del uso de los verbos COMPROBAR, CORROBORAR, CONSTATAR, 38
VERIFICAR Y OBSERVAR
3.3 Del uso de los tiempos verbales PRETÉRITO Y COPRETÉRITO DEL MODO 39
INDICATIVO
3.4 Del uso de los tiempos verbales PRETÉRITO DEL MODO INDICATIVO 40
Y PRETÉRITO DEL MODO SUBJUNTIVO
3.5 Del uso del tiempo verbal FUTURO DEL MODO SUBJUNTIVO 40
3.6 Del uso de los verbos INICIAR Y APLICAR EN LA FORMA INTRANSITIVA 41
PRONOMINAL
3.7 Del uso del verbo HABER EN LA FORMA IMPERSONAL 42
3.8 Del uso del verbo INTEGRAR 43
3.9 Del uso de los verbos IMPACTAR Y DETONAR 43
3.10 Del uso del verbo PERMITIR CON POBREZA LÉXICA 44
3.11 Del uso con POBREZA LÉXICA DE LOS VERBOS EN OBJETIVOS 45
Y PROCEDIMIENTOS
3.12 Del uso de los verbos INFLUIR E INFLUENCIAR 48
3.13 Del uso del verbo CUMPLIR TRANSITIVO E INTRANSITIVO 49
3.14 Del uso de la PERÍFRASIS 49
3.15 Del uso de las ORACIONES PASIVAS REFLEJAS E IMPERSONALES 50
3.16 Del uso de las ORACIONES CAUSALES 52
3.17 Del uso del GERUNDIO 53
3.18 Del uso de los adjetivos DERIVADO Y PREVIO/POSTERIOR 55
3.19 Del uso de los ADJETIVOS COMPARATIVOS 56
MAYOR/MENOR Y SUPERIOR/INFERIOR
3.20 Del uso de la preposición HASTA 56
3.21 Del uso de la LETRA MAYÚSCULA 57
3.22 Del uso de la COMA ENTRE EL SUJETO Y EL VERBO 60
3.23 Del uso de la COMA ENTRE EL VERBO Y EL OBJETO DIRECTO 62
3.24 Del uso de los DOS PUNTOS ENTRE PREPOSICIÓN 63
Y SUSTANTIVO/ENTRE VERBO Y OBJETO DIRECTO
3.25 De la ESCRITURA DE SERIES NUMÉRICAS 64
3.26 De la escritura con LETRA DE LOS NÚMEROS CARDINALES 65

4. BIBLIOGRAFÍA 67
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PRESENTACIÓN

El propósito de los Lineamientos para la Redacción de Informes de Fiscalización


y Documentos Afines es reglamentar la adopción de la norma culta de la lengua
española en el estilo editorial de la Secretaría de la Función Pública.
La transformación impulsada por el régimen de la Cuarta Transformación obliga a las
instituciones de la Administración Pública Federal a situar en un rango de la mayor
prioridad la atención de la ciudadanía mediante un servicio público austero y eficiente,
así como honesto y profesional; primordialmente, un servicio público que rinda cuentas
y proporcione información útil y transparente acerca del desarrollo y los resultados de
sus tareas.
En consecuencia, el primero de los cinco ejes que sustentan y articulan el proyecto
institucional de la Secretaría de la Función Pública consiste en la “Ciudadanización
del combate a la corrupción y a la impunidad”. Se trata de un eje que comporta un
objetivo republicano por excelencia, en el que la secretaría se encuentra empeñada sin
descanso y poniendo a contribución la integridad y el alto nivel de las competencias
técnicas de su personal.
El proceso de ciudadanización requiere de una comunicación tan extensa y
transparente como constante y efectiva con la sociedad; una comunicación en la que
las competencias técnicas se aboquen a un compromiso ineludible de actualización
y perfeccionamiento. Porque resulta indispensable que la comunicación con la
ciudadanía se realice por medio de mensajes elaborados con base en contenidos de
suma calidad cuya factura formal tendrá que ser también de calidad notable.
Para alcanzar la completa trascendencia y la autoridad profesional que la sustenta,
los textos con los que la SFP hace pública su labor, deben estar escritos en lenguaje
ciudadano, un lenguaje accesible y comprensible para todos las ciudadanos y
ciudadanas. Sin embargo, para que ese lenguaje alcance enteramente la dignidad
que le es propia, ha de estar escrito con dignidad idiomática, conforme al estándar
mexicano de la norma culta de la lengua española.
Con objeto de guiar y apoyar la adopción de la norma culta con carácter reglamentario
en la SFP, los lineamientos presentan en el capítulo primero un panorama teórico de
la lingüística y su concepto de norma. El interés del capítulo es el de crear conciencia
sobre la necesidad de conocer nuestro idioma con la profundidad indispensable para
comprender más fácilmente sus mecanismos de comunicación. Por esta razón, el
capítulo incluye unos apuntes básicos sobre gramática, semántica y pragmática, cuyo
estudio será de utilidad en la aplicación de las políticas editoriales para la redacción en
lengua culta de los informes de fiscalización y documentos afines.
En el capítulo segundo, se aborda la definición de estilo editorial y su trascendencia
en la práctica cotidiana de la escritura institucional. Para lograr esta definición se
deben fijar con claridad las políticas editoriales correspondientes; de ahí que se describa
con detalle el objetivo de cada una de ellas.

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En el capítulo tercero se despliega un problemario lingüístico. Este problemario
consiste tanto en una compilación de palabras y expresiones que suelen resultar
particularmente complicadas durante la redacción, como en una selección de modelos
alternativos de la norma culta que resuelven los problemas y despejan dudas.
En el capítulo cuarto se consigna una bibliografía básica de consulta; en la inteligencia
de que la bibliografía básica la constituye en realidad el conjunto de las publicaciones
normativas de la Academia Mexicana de la Lengua.
Por último, debe subrayarse que estos lineamientos no son un manual de gramática
ni de redacción, sino un instrumento normativo para uniformar el estilo editorial de
nuestra institución, con apoyo en formas y soluciones idiomáticas del habla culta
en el estándar mexicano. La observancia de su contenido contribuirá al esfuerzo de
ciudadanización del servicio público que la Cuarta Transformación promueve.

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1. INTRODUCCIÓN

1.1 La lingüística y la lengua española


La lingüística es la disciplina científica que investiga el origen, la evolución y la estructura
del lenguaje, a fin de deducir las leyes que rigen las lenguas (antiguas y modernas).
Así, la lingüística estudia las estructuras fundamentales del lenguaje humano, sus
variaciones a través de todas las familias de lenguas (las cuales también identifica y
clasifica) y las condiciones que hacen posible la comprensión y la comunicación por
medio de la lengua natural. Como toda ciencia, la lingüística cuenta con propuestas
teóricas, métodos de análisis y dominios de estudio que le son propios. No obstante, la
lingüística es una ciencia interdisciplinaria, caracterizada por una gran riqueza teórica y
metodológica que, desde las más determinantes esferas del saber humano, concurren
para abordar el fenómeno del lenguaje.
El lenguaje, como objeto de estudio, puede resultar desconcertante dadas su comple-
jidad y la íntima relación que establecemos con él desde antes de adquirir conciencia.
Sin embargo, esto no impide que podamos dividir su problemática en varias áreas, las
cuales, incluso, pueden ser enfocadas de manera general (para todas las lenguas) o par-
ticular (para una lengua o familia de lenguas; en nuestro caso, la lengua española).
En el estudio de la lengua nos pueden interesar aspectos esenciales. Por ejemplo, el
origen. ¿De dónde viene? ¿Existió una primera lengua? ¿Cuándo empezó a hablar el
ser humano? O bien, la evolución: ¿qué factores influyen en el cambio lingüístico?,
¿cómo nacen y mueren las lenguas? Asimismo, un tema de interés fundamental es el
de la adquisición lingüística: ¿Cómo adquieren los niños el lenguaje? ¿Las estructuras
lingüísticas tienen un orden según el cual se fijan a lo largo de nuestro desarrollo?
¿Cuál es ese orden? ¿Por qué ese orden y no otro? ¿Qué límites existen? ¿Qué factores
intervienen en el proceso de adquisición de una lengua?
Otro motivo de estudio es el cerebro: ¿Qué áreas del cerebro se especializan en las
funciones lingüísticas? ¿Cómo se codifica la gramática en términos neurológicos?
¿Podemos identificar empíricamente las funciones lingüísticas en el cerebro?
También interesa el enfoque sociológico: ¿Hay variables sociales del lenguaje? ¿Cuáles
son? ¿Varía geográficamente el lenguaje? ¿Cuáles son las variables culturales que
condicionan el uso del lenguaje? ¿Tienen las mujeres y los hombres maneras diferentes
de expresarse?
La computación ocupa un lugar de interés acuciante: ¿Es posible que una computadora
pueda hablar o comprender el lenguaje natural? ¿Cómo podemos lograrlo? ¿Es posible
extraer datos con lenguaje natural? ¿Cuáles son los mejores métodos para traducir
automáticamente?
A pesar de no ser exhaustiva, esta lista de enfoques, estrechamente vinculados con la
ciencia lingüística, ayuda a perfilar una serie de subdisciplinas: lingüística diacrónica
(histórica), sociolingüística, etnolingüística, neurolingüística, psicolingüística y
lingüística computacional.

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Detrás de todas ellas existe una concepción de la gramática y la manera en que
debe ser estudiada, porque, en efecto, cada una establece grados de generalidad y
especificidad, según las influencias de factores externos. De ahí que todo lingüista
y, en buena medida, todo usuario profesional de la lengua (el escritor, el científico,
el humanista, el periodista, el servidor público, etcétera) debe tener una formación
sólida en gramática, la cual se concibe ya sea como un conjunto de reglas que rige las
combinaciones posibles de los elementos lingüísticos fundamentales y que producen
primero la frase y luego el discurso, ya sea como un sistema de principios que posibilita
conjuntos de reglas con identidad propia que dan lugar a cada uno de los idiomas
conocidos. (En cada uno de los casos, siempre es posible establecer condiciones y filtros
que operan como mediadores de la producción lingüística). La gramática no es un
bloque homogéneo, sino que más bien está integrada por varios dominios (o niveles,
según la perspectiva), identificados por características estructurales y mecanismos de
combinación distintivos.
A partir de los conceptos antes referidos, para la adopción de la norma culta del idioma
español con el propósito de asegurar la calidad redaccional de nuestros informes y
documentos, en la SFP debemos desarrollar una conciencia lingüística profunda; sólo
así podremos adquirir el compromiso genuino con la escritura de excelencia. Además,
debemos situarnos en una perspectiva rigurosamente atenta al contexto actual de
nuestra lengua, porque no se pueden soslayar los cambios que la intensa comunicación
de hoy promueven en la forma y la función de los idiomas en el mundo, fenómeno en
el cual el idioma español no es la excepción.
El español es el idioma más hablado del grupo de las lenguas romances, tanto en
términos de cantidad de hablantes como en cantidad de países en los cuales
predomina dicho idioma. En todo el mundo hay más de 400 millones de nativos de
español. Naturalmente, la pronunciación y el uso del español a nivel oral varían según
el país, pero las diferencias regionales no son tan importantes como para que el idioma
sea incomprensible para los hablantes de las diferentes regiones. A diferencia de la
creencia popular, no se habla un único español. Hay diferentes dialectos de español
debido a la evolución del idioma en diferentes regiones.
La población hispanohablante representa uno de los segmentos de mayor
crecimiento en el mundo, especialmente en los Estados Unidos. El segmento
hispanohablante constituye una comunidad enorme que comparte productos,
servicios y cultura; y ofrece a negocios e instituciones una oportunidad de crecimiento
verdaderamente única.
Éstos son algunos datos importantes sobre el idioma español. El español, idioma
oficial de 21 países, es la lengua que más personas hablan en el mundo después
del inglés y el mandarín. En todo el mundo hay más de 400 millones de nativos de
español. Los expertos predicen que para el año 2050 habrá más de 530 millones de
hispanohablantes, de los cuales 100 millones estarán viviendo en los Estados Unidos.
La demanda de documentos e información en español presenta un crecimiento
exponencial. Esto se torna cada vez más evidente en nuestro propio país, donde
la rendición de cuentas y la transparencia constituyen claves ya definitivas para

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la producción e intercambio de información en el seno de toda la sociedad. Sobra


precisar que la información será más valiosa y digna cuando se presente en un
español impecable.

1.2 Principales disciplinas lingüísticas


Las principales disciplinas lingüísticas son las siguientes: fonología, morfología, sintaxis,
semántica, lexicología, lexicografía y, más recientemente, la pragmática. La morfología
y la sintaxis constituyen la gramática (el estudio de la morfosintaxis); algunos estudiosos
también integran en la gramática la fonología.
La fonología, específicamente, es una ciencia que trata de los fonemas en relación con
la función que desempeñan en una lengua. El fonema es la menor unidad sonora del
sistema fonológico de una lengua.
Los sonidos que cumplen una función diferenciadora se consideran fonemas. Los
fonemas se representan entre dos barras oblicuas: //. En castellano existen 24 fonemas:
5 vocálicos y 19 consonánticos.
Los criterios de los fonemas vocálicos son dos: el lugar de articulación y el modo de
articulación. Por el lugar de articulación, los fonemas vocálicos se clasifican en vocales
anteriores “/i/, /e/”, centrales “/a/” y posteriores “/o/, /u/”. Por el modo de articulación, los
fonemas vocálicos se clasifican en vocales cerradas “/i/, /u/”, medias “/e/, /o/” y abiertas /a/”.
Los fonemas consonánticos se clasifican teniendo en cuenta la acción del velo del
paladar (orales y nasales), la acción de las cuerdas vocales (sonoros y sordos), el modo
de articulación (oclusivos, fricativos, africados), y el lugar de articulación (bilabiales,
labiodentales, dentales, interdentales, alveolares, palatales y velares).
El fonema es un modelo sonoro que se representa en la escritura mediante letras. No
existe una correspondencia exacta entre fonemas y letras, ya que distintas letras pueden
representar un mismo fonema. Debido a estos desajustes, el número de fonemas y el
de letras es muy parecido pero no idéntico. En esta falta de correspondencia exacta se
originan los errores ortográficos.
Se denominan pares mínimos aquellas palabras que significan cosas distintas pero
tan sólo se diferencian en un sonido. Por ejemplo: el fonema es lo que nos permite
distinguir las palabras “paso y caso”, sólo con cambiar el fonema /p/ por el fonema /k/.
En 1886, La Asociación Internacional de Fonética creó un Alfabeto Fonético Internacional,
en el cual representaron símbolos gráficos que ayudan a describir la pronunciación de
cualquier lengua humana.
Etimológicamente, la palabra fonología se origina en el vocablo griego phonos que
significa ‘sonido’; logos, que expresa ‘estudio’, y el sufijo ‘-ia’ que es sinónimo de
‘cualidad o acción’.
Por su parte, la morfología es una disciplina de la lingüística encargada del estudio
de la estructura interna de las palabras, las reglas para su formación y las distintas
formas en que están relacionadas con otras palabras del mismo idioma. El propio

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término morfología está compuesto por dos partículas o morfemas. La primera es
‘morf’ (forma) y la segunda es ‘ología’ (rama del conocimiento). Significa “rama del
conocimiento concerniente a las formas”. Esta palabra generalmente se atribuye al
poeta, novelista, dramaturgo y filósofo alemán Johann Wolfgang von Goethe (1749-
1832), quien la acuñó a principios del siglo XIX en el ámbito de la biología.
La rama de la lingüística que más debe interesar a quienes aspiran a convertirse
en redactores competentes es la sintaxis. La palabra ‘sintaxis’ se deriva de la latina
syntaxis, que significaba ‘coordinar’. El significado etimológico de la palabra es
una buena pista para conocer la función de la sintaxis. La sintaxis es la parte de la
gramática que estudia los procesos para unir y relacionar las palabras con el fin
de elaborar sintagmas y, en última instancia, oraciones con los que expresamos
conceptos de manera coherente. Por medio del análisis sintáctico descubrimos las
combinaciones de unidades menores para formar otras superiores, de las cuales la
mayor es la oración.
Con un propósito más social e instrumental que, por ejemplo, la gramática histórica o
la descriptiva, la gramática normativa estudia las reglas y principios de una lengua que
rigen la forma de usar y organizar palabras en una oración. Cada idioma generalmente
posee su propia gramática. Existe una gramática inglesa, portuguesa, italiana, etcétera.
La gramática normativa española se encarga de establecer las reglas para el uso
correcto de las palabras en nuestro idioma.
El vocablo ‘gramática’ proviene del latín grammatica, y éste a su vez se deriva del
griego gramma. Este término era utilizado para designar las letras del alfabeto. En los
primeros tiempos de la escritura, escribir bien era considerado un arte misterioso y
dominado por pocas personas. Posteriormente, se introdujo la palabra grammatiké,
que significa el "arte o ciencia de las letras".
Hasta este punto, se han reseñado las disciplinas lingüísticas que abordan la lengua en
su sustancia formal y funcional como sistema combinatorio: las partes que componen
una palabra para darle una identidad formal que determina el papel que jugará en la
operación de combinarse con otras, y las reglas funcionales para combinar esas formas.
A continuación, se dará cuenta breve de las disciplinas que exploran la sustancia
significativa de la lengua.
La lexicología estudia el léxico desde un punto de vista científico, en tanto que la
lexicografía trabaja el léxico con un fin práctico. La lexicografía se dedica a elaborar
diccionarios; a diferencia de la lexicología, que se dedica al estudio de los morfemas de
la lengua como mínimas unidades de significado. Por tanto, la lexicología es la ciencia
de la lingüística que estudia la formación y transformación de las palabras, mientras
que la lexicografía estudia y registra el significado y las acepciones documentadas de
cada palabra, que para un usuario profesional del idioma, un redactor competente,
debe resultar del mayor interés, puesto que únicamente mediante el conocimiento
diferenciador de los significados de los vocablos y los matices semánticos que
desarrollan, un hablante puede adoptar en plenitud la norma culta lingüística y
redactar con eficacia comunicativa y excelencia idiomática.

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Por último, el objetivo de la semántica es el estudio de la codificación y descodificación


del contenido significativo de las expresiones lingüísticas. En líneas generales, se ocupa
del estudio de los significados dentro de la lógica gramatical. La semántica lingüística
forma parte del análisis gramatical junto con la morfosintaxis y la pragmática. La
primera estudia las reglas que, con base en la forma y la función de las palabras, guían
la correcta estructuración de oraciones, para que su significado logre ser interpretado
a cabalidad; mientras que la segunda se ocupa de reducir la ambigüedad de las
expresiones y situarlas en sus debidos contextos significativos buscando el orden de
las palabras más propicio para ello.
La semántica es el estudio de los signos y de lo que éstos significan. La palabra viene
del griego semantikos, que significa ‘significado relevante’. Esta palabra proviene
de la más simple sema, que significa ‘signo’. La semántica examina el significado
de expresiones construidas con signos, expresiones que deben estar bien formadas
tanto sintácticamente (al combinarse han de seguir las normas gramaticales)
como pragmáticamente (la combinación tiene que alcanzar la mayor precisión
semántica posible).
En consecuencia, la pragmática estudia los contextos de mayor eficacia expresiva que
pueden resultar al ordenar la cadena de las palabras en una sucesión específica, más
allá de la corrección gramatical.

1.3 Bases de gramática, semántica, pragmática, puntuación y acentuación

1.3.1 Paradigma y sintagma


De acuerdo con la semiótica (ciencia de los signos), el paradigma y el sintagma
son organizaciones mentales de los componentes de los mensajes. Del modelo o
paradigma se toman los elementos para formar la cadena de un mensaje: un sintagma.
El cerebro tiene guardados muchos recuerdos, experiencias, ideas, palabras, etcétera,
que organiza con base en la semejanza y los relaciona en una línea de comunicación.
Para construir el universo conceptual combina los elementos de diversos paradigmas
y los despliega en un sintagma. Este proceso de organización y combinación sigue
determinadas reglas. Un ejemplo de esto puede ser el indumento común de un varón:
hay un paradigma de ropa interior, uno de prendas para el tren superior del cuerpo y
otro para el tren inferior, además de un paradigma de calzado. El caballero toma una
prenda de cada paradigma (la regla básica consiste en no elegir más de un elemento
de cada paradigma en la función que tiene asignada) y el resultado de combinar
elementos de distintos paradigmas viene a ser su indumentaria.
El sintagma es una cadena de signos lingüísticos articulados y organizados en orden
horizontal y sucesivo, como un ferrocarril; se le imagina horizontal porque esos signos
que lo conforman se emiten en el tiempo, uno detrás de otro, guardando entre sí
relación de dependencia. De suerte que hay un paradigma de verbos, sustantivos,
adjetivos, adverbios, etcétera (formas), que se combinan con arreglo al papel (función)

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que cumplen en la cadena, para estructurar enunciados y grupos de enunciados. Por
lo tanto, un enunciado constituye, esencialmente, una estructura que integra formas
determinadas y determinantes por una función.

1.3.2 Morfosintaxis
La morfosintaxis es la disciplina lingüística que estudia, concretamente, el conjunto de
las reglas y los elementos que hacen de la oración un elemento con sentido y carente
de ambigüedad. Para ello, el análisis morfosintáctico se ocupa de marcar las relaciones
gramaticales que se dan dentro de una oración, las relaciones de concordancia, las
indexaciones y la estructura jerárquica de los principales constituyentes sintácticos.
Para llevar a cabo el estudio morfosintáctico de una oración, lo que se hace es sumar a
un estadio morfológico otro sintáctico. Primero analizamos las palabras, una por una,
y establecemos su tipología y categorización: de esta forma tendremos sustantivos,
verbos, determinantes, preposiciones, etc. Posteriormente, haremos un análisis de tipo
sintáctico, lo que nos llevará a establecer la función de esas palabras y sus agrupaciones
en sintagmas. Así obtendremos el núcleo de la oración, el sujeto y el predicado, los
complementos, y las relaciones entre ellos.
Por ejemplo, en la oración «Juan compró un regalo para su madre», primero haremos
un análisis morfológico que nos dirá que ‘Juan’ es un sustantivo, ‘compró’ un verbo, y
así sucesivamente. Cuando terminemos, veremos que ‘Juan’ es el sujeto y el resto de
la oración un predicado cuyo núcleo es el verbo ‘compró’; y que la oración tiene dos
complementos, uno directo (‘un regalo’) y otro indirecto (‘a su madre’).
El estudio morfosintáctico, como puede inferirse de su propio nombre, es una mezcla
de estudio morfológico y estudio sintáctico. Como es obvio, la morfología y la sintaxis
son las disciplinas que componen la morfosintaxis, si bien no son pocos los estudiosos
de la lengua que consideran imposible estudiar una lengua, de forma aislada, desde la
morfología o desde la sintaxis. Estos lingüistas afirman que ambas categorías están tan
estrechamente ligadas que es del todo imposible separarlas, y que todo acercamiento
a las relaciones gramaticales y constituyentes de cualquier lengua debería hacerse
teniendo en cuenta ambas disciplinas; debería hacerse desde la morfosintaxis.

1.3.3 Clasificación de las palabras


En razón de la articulación de formas (palabras) que se relacionan funcionalmente
(sintaxis), la gramática estructural constituye en esencia un estudio morfosintáctico;
por ello resulta válido, al analizar y estructurar las palabras y los enunciados, referirse
a la gramática y a la morfosintaxis como términos equivalente. Con esa perspectiva,
se despliega a continuación la clasificación de las palabras conforme a los enfoques
pertinentes a su estudio.

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Según su morfosintaxis:
Nombre o sustantivo: nombra personas, seres vivos, cosas o ideas:
Juan, María, perro, gato, piano, silla, esperanza, libertad, alegría.

Pronombre: sustituye a un sustantivo y realiza sus mismas funciones:


Yo fui, nosotros estamos de acuerdo, se llama Juan, lo quiero, le llamé, es mío, es tuyo,
¿qué es?, me gusta aquél, la semana que viene, tengo uno, ¡qué me dices, no tengo
ninguno, somos muchos.

Adjetivo: actúa como modificador de un sustantivo o como atributo:


Blanca nieve (modifica un sustantivo).
Estamos cansados (atributo).
Verbo: es el núcleo del predicado e indica acción, proceso o estado:
ellos cantaban, he ido de paseo, Juan está indispuesto.

Adverbio: tiene la función de modificar verbos, adverbios o adjetivos:


Ven aquí, es muy inteligente, llegó demasiado tarde.

Preposición: une palabras o sintagmas dentro de una oración:


a, ante, cabe, bajo, por, de, en, entre...

Determinante: identifica al sustantivo y precisa su significado:


El Sr. Ramírez, un día como hoy, este libro, tu hermana, muchos besos.

Conjunción: une palabras, sintagmas u oraciones:


Mario y María, mi perro y el tuyo, luchar y ganar.

Interjección: funciona como oración independiente con significado completo:


¡ah!, ¡oh!, ¡ay!, ¡ojo!, ¡cuidado!, ¡bravo!, ¡oiga!, ¡vaya!, ¡narices!, ¡estupendo!

Locución: grupo de palabras que funciona como una sola:


una mujer de palabra (equivale al adjetivo "honrada").

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Según su estructura:
Variables: admiten variaciones: niño, niña, niños, aniñado...
Invariables: no admiten variaciones: en, de, por, ahora, durante, con...
Simples: formadas por un único lexema: mano, sol, pan. lunes, coches, niña.
Derivadas: derivan de otra palabra: mar → marino, marítimo, ultramar.
Primitivas: no derivan de otras palabras: hombre, árbol, virtud.
Compuestas: formadas por dos o más palabras simples: telaraña, rojiblanco.
Parasintéticas: formadas por composición y derivación: norteamericano.

Según su semántica:
Léxicas: tienen significado léxico: casa, árbol, verde, correr, grande.
Gramaticales: no tienen significado léxico: a, por, con, y, de, la, ¡oh!
Monosémicas: poseen un único significado: casa, mesa.
Polisémicas: poseen varios significados: banco (de asiento, dinero o pesca).
Sinónimas: significan lo mismo: boda y matrimonio, cabello y pelo.
Antónimas: significan lo contrario: frío y caliente, vivo y muerto, alto y bajo.
Homónimas: semejantes en escritura o pronunciación.
Tipos:
Homógrafas: igual escritura pero diferente significado (polisémicas).
Homófonas: igual sonido pero diferente escritura: botar y votar.
Parónimas: igual escritura y sonido similar: espirar y expirar.
Hipónimos: pertenecientes a un campo semántico: lunes, martes, miércoles.
Hiperónimos: forman un campo semántico del que derivan hipónimos: día.

Según su fonética:
Agudas: la acentuación recae en la última sílaba: camión, además, sofá.
Graves (o Llanas): la acentuación recae en la penúltima sílaba: débil, Bolívar.
Esdrújulas: la acentuación recae en la antepenúltima sílaba: teléfono, árboles.
Sobresdrújulas: la acentuación recae en la trasantepenúltima sílaba: díctamelo.

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1.3.4 La oración
La oración es la unidad gramatical básica. Cada oración está delimitada por signos
fónicos (la pausa final y el descenso de la entonación) que indican que ha concluido.
Puede contener un solo juicio (oración simple) o más de uno (oración compuesta). La
oración simple se caracteriza por tener como núcleo del predicado un solo verbo en
forma personal, e indica una sola acción verbal. En cambio, la oración compuesta se
caracteriza por tener dos o más verbos e indica más de una acción verbal.
Para una definición más específica de la oración, hay que considerarla no sólo desde
el puntos de vista morfosintáctico, sino también semántico y fónico.
La oración es la unidad estructural dotada de significación que no pertenece a otra
unidad lingüística superior. Sus constituyentes son el sujeto y el predicado. La función
de sujeto la desempeña un NS (núcleo sustantivo) y la función de predicado, un NV
(núcleo verbo). El núcleo del sujeto y el del predicado (el verbo) deben coincidir en
número y persona.
La oración comunica un sentido completo. En la lengua hablada algunos elementos
de la oración pueden ser omitidos, pero están presentes en la conciencia del emisor
y del receptor. Por tanto, la oración es también una unidad de contenido. Desde este
punto de vista, el sujeto es el sustantivo del que se afirma, se niega, se duda, etc., algo;
y el predicado es el verbo con el que se expresa una acción en la que se afirma, se
niega, se duda, etcétera, acerca del sujeto.
La lengua hablada marca la unidad oracional con unos signos fónicos que indican que
el mensaje ha terminado: el cambio de entonación y las pausas son fundamentales. La
oración es, pues, una unidad de entonación y, por muy extensa que sea su estructura,
esta unidad no se deshace.
En interés de adoptar con solvencia la norma culta del español, conviene advertir
del riesgo que comporta el no identificar, en su independencia y dependencia, cada
oración concurrente en un conjunto oracional. Este conjunto oracional, llamado
‘cláusula’, constituye la llave de la redacción culta y eficaz cuando se posee un dominio
seguro y vasto del análisis de las oraciones que integran el conglomerado y de las
partes que integran cada una de esas oraciones. El redactor competente en el cultivo
de la norma culta sabe identificar las relaciones de coordinación y subordinación
entre oraciones, al tiempo que comprende la función sintáctica de cada una de ellas.
Así las cosas, debe ser capaz de reconocer en una oración compuesta la oración
principal y las subordinadas, ya que las relaciones oracionales de coordinación
y subordinación no son sino la reproducción y expresión de la organización y
articulación del pensamiento.

15
1.3.5 Régimen preposicional
Las preposiciones del español son las siguientes: a, ante, bajo, cabe, con, contra, de,
desde, durante, en, entre, hacia, hasta, mediante, para, por, según, sin, so, sobre, tras,
versus y vía. Algunas de ellas forman locuciones (frases) preposicionales.
Las preposiciones son palabras invariables que enlazan un verbo o un sustantivo con
un complemento sustantivo (por ejemplo, “estudió en la biblioteca”; “una casa de
madera”. De modo que para referirse a este mecanismo de enlace suele decirse que
el verbo ‘rige’ con esta o aquella preposición. Excepto ‘según’, las preposiciones no se
tildan (acentúan gráficamente) y siempre se usan en proclisis (unión prosódica de una
o más palabras inacentuadas con la tónica que las sigue) con su término, con lo cual
expresan y fortalecen su unidad sintáctica. Entre una de estas partículas y un vocablo
pueden intercalarse artículos u otros determinativos. Ejs.: “para el hospital”, “lo hizo por
sus padres”. Asimismo, las preposiciones relacionan dos palabras o grupos de voces
entre sí, sin las cuales no hay vinculación alguna entre ambos que permita comprender
claramente el mensaje: "Iremos estomatólogo". Basta colocar una preposición en
medio de uno y otro para que la idea se entienda con nitidez. Por ejemplo: "Iremos al
estomatólogo; iremos ante el estomatólogo; iremos sin el estomatólogo; iremos con el
estomatólogo; iremos tras el estomatólogo; iremos contra el estomatólogo; iremos por
el estomatólogo”. Ello significa que ‘estomatólogo’ es simplemente un sustantivo, pero
la suma de una preposición (a/ante/sin/con/tras/contra/por) con él, conforma una frase.
El uso de las preposiciones constituye una regla que demanda un cuidado sumamente
especial, de donde se deriva la exigencia de prestar mucha atención a lo que se dice
y revisar muy bien lo que se compone, puesto que no son mensajes semánticamente
iguales: “sentarse al escritorio” (delante de ese mueble) que “sentarse en el
escritorio” (encima de él), aunque muchas personas los intercambien a su antojo sin
remordimiento lingüístico alguno. Los errores preposicionales son tan comunes en el
habla y la escritura, que merecen ser tratados una y otra vez, en todos los contextos
posibles, cuidando no incurrir en ellos. El uso defectuoso de las preposiciones es un
persistente vicio del lenguaje, que puede convertirse en adicción si no es prevenido
a tiempo.
Las preposiciones son elementos invariables de la oración, motivo por el cual carecen
de género y número (en otras palabras, carecen de las desinencias correspondientes a
esos accidentes gramaticales); ello equivale a decir que aunque estén ubicadas delante
de un sustantivo o un verbo, siempre serán la misma palabra, pues no concordarán con
ninguno de ellos: “papeles de trabajo”, “se revisó desde la perspectiva legal”. En ambos,
la concordancia de número plural no modifica la forma de las preposiciones ‘de’ y
‘desde’. Constituyen partículas que indican la interdependencia entre dos vocablos,
cuyo mal uso es propio de la lengua vulgar y representa una de las fallas más comunes
en la redacción actual.
En razón de lo antes expuesto, se establece como obligatoria la preferencia de la norma
culta en el régimen preposicional y el modelo recomendado para ello por la Academia
Mexicana de la Lengua. A ese efecto, se transcriben enseguida algunos casos de uso
frecuente en la esfera de la fiscalización:

16
NOTA METODOLÓGICA NÚMERO SEIS
LINEAMIENTOS PARA LA REDACCIÓN DE INFORMES
DE FISCALIZACIÓN Y DOCUMENTOS AFINES

con base en
de acuerdo con
en relación con
respecto de
de conformidad con
en observancia de
en contravención de
en infracción de
en transgresión de
en cumplimiento de
en incumplimiento de
en seguimiento de
que dé seguimiento a
con objeto de
en alcance de
soportar en
sustentar en
respaldar en
cerciorarse de que
asegurarse de que
conocer mediante
conocer por medio de
diferente de
distinto de
fundar en
fundamentar en
auditoría de
análisis de
acciones por (que) realizar
acorde con
enfocar en

17
focalizar en
comparar con
contribuir en la colecta (preferida por la norma culta)
contribuir a la colecta (aceptada por la norma culta)
contribuir para la colecta (aceptada por la norma culta)
contribuir con cien pesos en la colecta
coadyuvar a la consecución de los objetivos (preferida por la norma culta)
coadyuvar en la consecución de los objetivos (aceptada por la norma culta)

1.3.6 Las conjunciones


Las conjunciones son una clase de palabras invariables y generalmente átonas
que relacionan entre sí vocablos y sintagmas. La gramática distingue dos tipos de
conjunciones: las conjunciones coordinantes y las subordinantes. Las primeras enlazan
elementos sin establecer una relación jeráquica entre los miembros sino de paridad
funcional, y pueden enlazar más de dos segmentos de igual jerarquía sintáctica. Las
conjunciones subordinantes, en cambio, sólo vinculan dos segmentos, marcando
diversas relaciones de interdependencia por subordinación.

Las coordinantes son las siguientes:


Copulativas: y, e , ni.
Disyuntivas: o, u.
Distributivas: ya/ya, bien/bien, sea/sea, ora/ora.
Adversativas: pero, sin embargo, no obstante, a pesar de, pese a, sino (que).
Explicativas: o sea, es decir, esto es.

Las subordinantes son las siguientes:


Consecutivas: y, por lo tanto, así que, de manera que, así pues, pues bien, etc.
Causales: porque, ya que, toda vez que, pues, dado que, puesto que, como, etc.
Finales: para que, con objeto de, con el fin de que, a fin de que, a efecto de que, etc.
Concesivas: aunque, aun cuando, por mucho que, si bien, etc.
Temporales: en cuanto, tan pronto, cada vez que, una vez que, etc.
Condicionales: si, con tal (de) que, siempre y cuando, a condición de que, etc.

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NOTA METODOLÓGICA NÚMERO SEIS
LINEAMIENTOS PARA LA REDACCIÓN DE INFORMES
DE FISCALIZACIÓN Y DOCUMENTOS AFINES

Para lograr una adecuada comprensión de las estructuras sintácticas y


consiguientemente una práctica analítica competente con fines redaccionales,
resulta indispensable entender que el oficio de la conjunción puede ser también
desempeñado por una locución conjuntiva, según puede advertirse en la lista anterior.
Las locuciones conjuntivas son estructuras compuestas por dos o más términos
que funcionan como una sola conjunción, razón por la cual suelen incluirse en la
misma lista de cada grupo de conjunciones, tanto de las coordinantes como de las
subordinantes. Las más numerosas son las locuciones conjuntivas subordinantes, las
cuales se forman combinando una conjunción con palabras de otras categorías tales
como preposiciones, sustantivos y verboides. A saber: ‘para que’, ‘ya que’, ‘cada vez
que’, ‘dado que’, ‘a medida que’, ‘a causa de que’, ‘puesto que’, etcétera.
Son pocas las locuciones conjuntivas coordinantes, aquellas que equivalen a las
conjunciones coordinantes copulativas ‘y’, ‘ni’; las disyuntivas ‘o’, ‘u’; y las distributivas
‘ya’ [esto]-‘ya’ [aquello]-‘ya’ [lo otro], ‘ora’ [esto]-‘ora’ [aquello]. Dichas locuciones
coordinantes son las siguientes: copulativas: ‘así como’, al igual que‘; disyuntiva: ‘o bien’;
distributiva: ‘ya sea/ya sea/’.
Las conjunciones subordinantes hacen depender de otro segmento el segmento al que
preceden. Por norma general, subordinan una construcción oracional tradicionalmente
llamada oración subordinada sustantiva, y en la actualidad denominada subordinada
completiva. A diferencia de las conjunciones coordinantes, que pueden coordinar
más de dos segmentos, estas conjunciones sólo ponen en relación de subordinante-
subordinada dos construcciones.
La clasificación de las oraciones subordinadas (aquellas que son introducidas por
conjunciones subordinantes) y la terminología correspondiente son bastante polémicas
todavía, pues no está muy lejana en el tiempo la presentación que una década atrás
la AML hizo de las reformas que sustentaron esta clasificación y su terminología. La
clasificación surgida de la reforma consta de nueve grupos de oraciones: completivas
(como ya se dijo, antes las subordinadas sustantivas de sujeto, de objeto directo, etc.),
condicionales, causales (antes las causativas causales y causativas finales), concesivas,
temporales, consecutivas, ilativas, comparativas, exceptivas.
En estos lineamientos, se seguirá con carácter prescriptivo la clasificación de las
oraciones anteriormente sustentada por la AML, cuyo uso se mantiene hasta hoy como
el más extendido en los estudios y la didáctica de la lengua española.

1.3.7 Semántica
El origen de la palabra ‘semántica’ se encuentra en el término griego semantikos, que
quiere decir ‘significado relevante’, y denomina la rama del conocimiento estudiosa de
los significados en general, cuyo alcance llega a la esfera de investigación y reflexión
de la filosofía misma. Sin embargo, en estos lineamientos la semántica importante
para el propósito de redactar en lengua culta es la semántica lingüística.
Desde la perspectiva del lingüista, la importancia del análisis recae en el significado

19
conceptual, a partir de la convicción de que éste cubre los componentes de sentido
esenciales que el uso literal de una palabra implica. Esto último resulta determinante
para la redacción de textos de carácter técnico, cuyo objetivo de exactitud en la
comunicación de contenidos ocupa un sitio capital en su esquema metodológico.
Entre sus temas de estudio, la semántica aborda el de la univocidad y equivocidad
de las palabras. El redactor de un texto técnico luchará esforzadamente para que
los vocablos que elija, sean unívocos; para que denoten, en la medida de lo posible,
un sentido único; o la condición que estaría más cerca de ese ideal: que los vocablos
elegidos expresen su acepción primordial por encima de las otras acepciones que
posean en el registro lexicográfico (en los diccionarios), y de esa manera, merced a una
elección adecuada, eviten la equivocidad; que no devengan equívocos, oscurecidos
por la sombra que proyecte sobre ellos la mezcla indeseada de dos o más acepciones
significadas por términos sinónimos.
Un requisito de la norma culta es la propiedad léxica en la transmisión de mensajes
orales y escritos; el respeto estricto por el significado de una palabra y sus registros
lexicográficos, incluidos sus sinónimos.

1.3.8 Pragmática
La pragmática lingüística estudia el efecto semántico del contexto en el que se
producen e intercambian los mensajes orales y escritos. En lingüística se suele decir
que en el análisis de las manifestaciones de la lengua todo es contexto. Tal vez esta
ponderación es un tanto excesiva, pero resulta innegable que el influjo del contexto en
el que los hablantes se comunican entre sí tiene un peso insoslayable en sus mensajes.
Al examinar este papel desempeñado por el contexto en los mensajes, se debe prestar
atención a que dentro de la propia cadena oracional y su construcción de relaciones
morfosintácticas se forma un contexto; podríamos entonces hablar de un contexto
surgido del orden de las palabras en la oración.
La pragmática del orden de las palabras nos ayuda a evitar la ambigüedad que puede
existir en una oración aun cuando presente una estructura gramaticalmente correcta,
respetuosa de las reglas del idioma e inserta en la norma culta. La ambigüedad puede
derivarse de un contexto equívoco creado por un orden inadecuado de las palabras. El
propósito pragmático debe ser la máxima univocidad y la eliminación de la equivocidad
Por ejemplo, la oración compuesta siguiente: “La SFP presentó una denuncia de
hechos contra el servidor público que se desempeña como director de administración
de la entidad por el desvío de recursos... ”, posee una estructura adecuada desde el
punto de vista gramatical: sujeto de la oración principal (‘La SFP’), núcleo verbal de la
oración principal (‘presentó’), objeto directo de la oración principal (‘una denuncia de
hechos’), objeto indirecto (‘contra el servidor público’), oración subordinada de relativo
(‘que se desempeña como director de administración de la entidad’), complemento
circunstancial de causa [regido por el núcleo sustantivo ‘denuncia’] (‘por el desvío de
recursos’). Sin embargo, ese orden de las palabras abre un resquicio por donde se filtra

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LINEAMIENTOS PARA LA REDACCIÓN DE INFORMES
DE FISCALIZACIÓN Y DOCUMENTOS AFINES

la ambigüedad, así sea mínimamente: ¿acaso el servidor público se desempeña como


director de administración de la entidad por el desvío de recursos?
En el ejemplo, la ambigüedad no se produce a causa de una incorrección gramatical
sino del orden de las palabras. El equívoco se elimina mediante un orden de las
palabras distinto, con el cual no se incurre en un error gramatical: “La SFP presentó
una denuncia de hechos por el desvío de recursos contra el servidor público que se
desempeña como director de administración de la entidad…”.
Tal vez podría parecer que la oración del primer ejemplo no es en exceso ambigua, y
considerarse que por ser una oración correcta en su estructura gramatical no estamos
frente a una impropiedad lingüística grave; de hecho, en la comunicación cotidiana,
continuamente se da libre curso a oraciones en esa condición. No obstante, es inocultable
que en el segundo ejemplo el mensaje potenció su significado notoriamente al ganar
en univocidad por virtud del traslado del complemento circunstancial (‘por el desvío
de recursos’) a una posición que impide toda interpretación inexacta.
En conclusión, queda establecida en estos lineamientos lineamientos la regla de
cuidar que, en los documentos institucionales de la SFP, las palabras se articulen entre
sí con arreglo a una mayor precisión semántica, la cual ha de conseguirse por la vía de
asignar a cada palabra la posición más conveniente en el contexto oracional. Asimismo,
el orden pragmático unívoco debe lograrse sin descuido del rigor gramatical que la
estructura de la oración exige.

1.3.9 Puntuación
1.3.9.1 La coma
Además de su uso en las enumeraciones, la coma se aplica en la división de las
diferentes estructuras gramaticales, con mayor o menor complejidad. A continuación
se destacan tres casos de uso frecuente de la coma.
Se coloca coma antes y después de oraciones subordinadas adjetivas y, en general,
para introducir en la cadena sintáctica frases o palabras con carácter incidental. Las
oraciones subordinadas adjetivas poseen el valor de un paréntesis, de una interrupción
de la oración principal, por lo que no se omitirán ni la coma de apertura ni la coma de
cierre al final de la oración intercalada. Se procederá de igual manera si el elemento
interpuesto es una frase o una palabra. Con frecuencia se cae en el error de omitir la
coma de cierre.
También se usa coma al suprimir un verbo (elipsis) con el fin de evitar su repetición en
oraciones distributivas. El error frecuente consiste en suprimir el verbo sin poner la coma.
Ejemplo:
“El director redactará el objetivo y el alcance de la auditoría; el subdirector (…), la
metodología y los resultados; y el asesor jurídico (…), el dictamen. [Se indicaron con
paréntesis los puntos donde se hizo elipsis (se ‘elidió’) el verbo ‘redactará’ para evitar
su repetición].

21
1.3.9.2 El punto y coma
Se usa punto y coma para separar las frases u oraciones que constituyen una
enumeración, cuando se trata de estructuras complejas que incluyen comas, excepto
la última estructura de la serie, que puede separarse con una coma o punto y coma.
En el ejemplo del ítem anterior, puede notarse la forma en que se desarrolla una
expresión compleja donde la enumeración de acciones perfila los dos niveles de
puntuación señalados. Las oraciones se separan con punto y coma, y así establecen el
nivel primario; en tanto que las comas se reservan para separar elementos dentro de
cada oración, lo que representa el nivel secundario.

1.3.9.3 Los dos puntos


Se usan los dos puntos antes de comenzar una enumeración y para indicar que sigue
una cita textual.
Los dos puntos (:) detienen el discurso para llamar la atención sobre lo que sigue.
Usualmente, después de los dos puntos el texto continúa en minúsculas. Para saber
cuándo después de dos puntos debe escribirse letra mayúscula, se destacan enseguida
tres casos de uso frecuente:
- Cuando lo que sigue es un nombre propio.
FUENTE: Secretaria de Hacienda y Crédito Público, Cuenta de la Hacienda Pública
Federal 2015, México, 2016.
- Cuando se reproducen citas o palabras textuales, que deben escribirse entre comillas
e iniciarse con mayúscula.
El artículo 134 constitucional señala lo siguiente: “Los recursos económicos de que
dispongan la Federación, las entidades federativas, los municipios y las demarcaciones
territoriales de la Ciudad de México, se administrarán con eficiencia, eficacia, economía,
transparencia y honradez para satisfacer los objetivos a los que estén destinados".
- Cuando la oración que sigue es independiente del enunciado que la antecede.
Esta regla se aplica frecuentemente al citar la fuente en los cuadros que se incluyen
en los informes, ya que el enunciado que sigue, al referirse a una elaboración de la SFP,
es independiente
FUENTE: Elaborado por la SFP con datos de la SHCP.
La oración sería dependiente si se escribiera así: “Fuentes: arial, calibri y tahoma”.

1.3.9.4 Las comillas


Se utilizan comillas para reproducir citas textuales de cualquier extensión. En todos los
casos, las comillas se cierran antes del punto.

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LINEAMIENTOS PARA LA REDACCIÓN DE INFORMES
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Tómese nota de que la misma regla se aplica para el caso del paréntesis: el signo de
cierre debe colocarse, sin excepción, antes del punto.
Cuando una cita entrecomillada se prolonga más allá de un párrafo, se hará marca de
ello señalando el inicio de cada párrafo con las comillas invertidas, las de cierre, y sólo
al concluir la cita se usarán con el punto final.
Las comillas simples (‘ ’) se emplean para insertar citas dentro de una cita y para
enmarcar vocablos y locuciones, así como su significado. Por ejemplo, en estos
lineamientos aparecen a menudo las comillas simples con el propósito de destacar
términos en un contexto de análisis y descripción lingüísticos. Por ejemplo: ‘filosofía’
significa ‘amor a la sabiduría’.

1.3.9.5 El guion mayor


Se usa para indicar, en los diálogos, los diferentes interlocutores. También se usa con
el mismo oficio que el paréntesis o las comas que aíslan toda palabra o frase que
interrumpe el periodo, con el fin de explicar, aclarar o ampliar lo que se dice.

1.3.9.6 El guion menor


Se usa el guion menor para separar las sílabas de una palabra, cuando éstas no pueden
estar todas en una misma línea, así como para unir los elementos de las palabras
compuestas.

1.3.9.7 El apóstrofo
Es un signo ortográfico auxiliar, con forma de coma alta (’) y que casi no se usa en el
español actual. Se distinguen dos usos propios de la lengua española:
- Para indicar, en ediciones actuales no modernizadas de textos antiguos, sobre
todo poéticos, la elisión (omisión) de la vocal final de determinadas palabras
(preposiciones, artículos, conjunciones) cuando la que sigue empieza con vocal:
d’aquel (por de aquel), ¡'aspereza (por la aspereza), qu'es (por que es).
- Para reflejar, en la escritura, la supresión de sonidos que se produce en ciertos niveles
de la lengua oral. Se utiliza con frecuencia en textos literarios cuando el autor desea
reproducir el habla de personajes de escasa cultura. “Sacúdete el vestidito, m’ija,
pa’que se nos salga el mal agüero”.
Se conserva en la reproducción de nombres o expresiones pertenecientes a lenguas
en las que se mantiene el uso moderno del apóstrofo, como el catalán, el inglés, el
francés o el italiano: L'Hospitalet de Llobregat, O’Connor, c’est la vie, D’Annunzio.
Están prohibidos los siguientes usos del apóstrofo, ajenos al español, y que se deben
al influjo del inglés:

23
- Cuando aparece en sustitución de las dos primeras cifras de un año: '82 por 1982. Si se
desea hacer la abreviación, lo que es frecuente en la expresión de acontecimientos
relevantes llevados a cabo en ciertos años, no se utilizará el apóstrofo: Barcelona '92
(Juegos Olímpicos). Basta con las dos últimas cifras del año, que pueden unirse o no
con guion a la palabra precedente: Barcelona 92 o Barcelona-92.
- Cuando se usa, seguido de una s, para indicar el plural de una sigla: ONG’s. El plural
de las siglas es invariable en español: las ONG.
- Cuando se usa para separar las horas de los minutos: las 20'30 h. En este caso, se
recomienda el empleo de los dos puntos.
Por último, la palabra ‘apóstrofo’ no debe confundirse con el vocablo ‘apostrofe’, que
significa invocación vehemente e insulto.

1.4 El concepto lingüístico de norma


Norma, en el sentido de la lingüística, se refiere a las comunicaciones que establece
la comunidad como realizaciones del habla. Por consiguiente, alude a las preferencias
de uso en una comunidad de hablantes. La originalidad expresiva del individuo que
no conoce o no obedece la norma -esto es, el uso preferido por la comunidad¬-,
puede ser tomada como modelo por otro individuo, puede ser imitada y volverse por
consiguiente norma. Dentro de la misma comunidad lingüística nacional y dentro del
mismo sistema funcional pueden comprobarse varias normas: familiar, popular, culta,
estudiantil, entre otras, que son distintas, sobre todo, en lo concerniente al vocabulario,
y a menudo, en las formas gramaticales y en la pronunciación.
La norma lingüística contiene sólo lo que en el hablar concreto es repetición de modelos
anteriores e implica la eliminación de todo lo que en el habla es aspecto totalmente
inédito, variante individual, ocasional o momentánea. Está sujeta a limitaciones de
orden social (necesidad de comprensión y exactitud) y de orden lingüístico (estabilidad
de la lengua). Es a la vez, actividad lingüística, producto lingüístico y obligatoriedad.
La norma es variable, según los límites y la índole de la comunidad. Puede coincidir
aparentemente con el sistema —cuando el sistema ofrece una única posibilidad—, así
como el habla puede coincidir con la norma. Lo propio de la norma es la diversidad.
La lingüística moderna reconoce entre la diversidad de normas, la familiar, culta, la
vulgar, la popular y otras.
Conviene advertir que la norma es más limitada que el sistema, pues nace de la
asignación de un valor social determinado a ciertas realizaciones del sistema y no
al sistema en su totalidad. Los conceptos que con respecto a la norma se dan son
‘normal’ y ‘anormal’ y no ‘correcto’ e ‘incorrecto’. Muchas veces la ‘norma normal’ no
coincide con la ‘norma correcta’. Se encuentran en la norma elementos constantes,
pero no pertinentes desde el punto de vista funcional porque no se clasifican en el
sistema. Es un puente entre sistema y realización (habla); un patrón lingüístico capaz
de generar una serie de realizaciones acordes con las exigencias del grupo social, y
de este modo, influye sobre la actividad lingüística de los hombres en sociedad. Es

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un agente de cambio no sólo de unas realizaciones del sistema por otras (habla),
sino también de cambio dentro del sistema (incorporación de nuevos paradigmas
impuestos por la norma). Está dada por las preferencias de determinado grupo de la
comunidad lingüística y no constituye una barrera para la comunicación. Los hechos
de la norma pueden producirse en cualquier plano: fónico, morfosintáctico o léxico.

1.5 Norma culta y norma popular


La norma culta es la variedad lingüística que revela la búsqueda de refinamiento en
las formas de expresión y está dotada de prestigio idiomático, riqueza léxica y de las
calidades que provienen de la cultura y de la instrucción. Son formas empleadas por el
pueblo sabio y culto, que es capaz de decodificar mensajes orales y escritos de mucha
complejidad, porque consiguen comprender relaciones sintácticas infrecuentes y el
sentido de palabras de segundo y tercer grado respecto de la alusión al referente. El
lenguaje literario y humanístico es una de sus manifestaciones.
Asimismo, la norma culta es la norma elegida para situaciones comunicativas
especiales como la redacción académica (no escolar) del mayor nivel, y la producción
e intercambio científico de carácter teórico sin propósitos de divulgación. En suma, la
norma culta se opone a la norma popular (también llamada vulgar) en sus distintas
manifestaciones: lenguaje coloquial o familiar (el dominio de la conversación), lenguaje
formal (técnico, profesional, político, etcétera) y lenguaje informal (en las redes sociales
de internet, en los espectáculos, en los deportes, etcétera).

1.6 Retórica y jerga


En la definición aristotélica, la retórica es el conjunto de recursos expresivos cuyo fin
es componer un lenguaje elegante, apropiado y elocuente. Sin embargo, esa acepción
originaria conserva su vigencia casi exclusivamente en el ámbito de la literatura, las
humanidades y, en casos notables, el de las ciencias.
El significado que en este tiempo ha cobrado la retórica es el de un código de
comunicación diferenciador y particularizante al servicio de un campo específico de
la actividad humana. De suerte que hoy la idea de retórica se aproxima más a la idea
de jerga (lenguaje especial, no formal, utilizado por los individuos de una profesión,
un oficio, una actividad, etcétera), porque su propósito ha dejado de ser el de alcanzar
la eficacia expresiva por medio de la excelencia y la creatividad idiomáticas con una
perspectiva general, y ha sido sustituida por una eficacia expresiva basada en la noción
particular de pertenencia a un estamento social o un grupo profesional.
Al analizar la retórica usada por las instituciones públicas de nuestro país, en particular
la utilizada en los tres planes nacionales de desarrollo más recientes, se puede observar
que las piezas léxicas distintivas de esa retórica se inscriben en el campo semántico de
la administración pública (trámite, servicio público, fiscalización, resultados, mejora),
el campo semántico de la legalidad (cultura de la legalidad, cultura ética, enfoque
preventivo, aplicación de la ley, sanción, castigo, faltas administrativas, delitos, actuación

25
ministerial) y el campo semántico de la política (alianza, ciudadanos, ciudadanía,
gobierno, colaboración).
La retórica identificada en los tres planes de desarrollo dificulta la comunicación clara
y directa de los conceptos de combate a la corrupción y combate a la impunidad, y
en general la comunicación de los asuntos y conceptos técnicos que son inherentes
a estos combates. La recurrencia del léxico administrativo, legal y político estorba
el flujo comunicativo porque imprime en los mensajes escritos u orales dirigidos a
los ciudadanos y ciudadanas comunes (no a especialistas) una visibilidad excesiva
a los objetivos, metas y actividades del combate a la corrupción y la impunidad, en
detrimento de la comunicación clara y directa de los conceptos esenciales. En suma:
se produce en esos mensajes un predominio de lo adjetivo e instrumental sobre lo
sustantivo y estratégico; amén del lastre en que se llega a convertir su condición
eminentemente jergal.
Esta retórica es en esencia la misma en los tres planes de desarrollo analizados,
y también se caracteriza por combinar sus piezas léxicas con arreglo a un estilo
gramatical farragoso y solemne, lo cual dificulta aún más la comunicación.

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EL ESTILO EDITORIAL

2.1 Definición
‘Estilo’ (del griego estylos) era el nombre que recibía el punzón, agudo por un extremo
y plano por el otro, con que los antiguos escribían y borraban en tablillas enceradas. El
estilo, entonces, en la concepción antigua, no era más que un utensilio de la escritura.
Ciertamente, según entendemos el concepto en la actualidad, el estilo sigue siendo
un utensilio de la escritura, sólo que es ahora intangible. El estilo es, en palabras
sencillas, el carácter individual o diferenciado que se le da a un texto, del tipo temático
y formal que sea, en el cual se materializan ciertos medios expresivos de elección y las
habilidades para utilizarlos por parte de quien escribió tal texto. Por ende, la estilística
es la disciplina que estudia el estilo de escritura.
La estilística es una rama de la lingüística que se encarga de estudiar el uso estético,
con valor artístico, del lenguaje, tanto en la literatura, como en textos no literarios y
en el habla común. Ya sea de forma individual (algún escritor en concreto) o colectiva
(un grupo de escritores, una generación, un movimiento, un área demográfica, etc.).
La estilística está encargada de analizar hasta el más pequeño de los elementos de
una obra, literaria o no (o un discurso hablado), lo que incluye pero no limita el efecto
deseado por el redactor (o hablante) al decir lo que dice, los términos usados, los giros
del lenguaje, las estructuras complejas del lenguaje (como los recursos retóricos o el
análisis sintáctico), la efectividad de los recursos, etc. Forman parte de la estilística la
crítica literaria y el análisis del discurso.
La estilística estudia los estilos y la manera en que se desarrolla cada estilo en particular.
Para estudiar el desarrollo de un estilo propio individual o colectivo (institucional o no)
conviene recurrir al concepto de estilema. El estilema es, dinámicamente, la forma
en la que se transmiten los estilos de una persona a la otra y, por ende, la forma en
que éstos se crean, transforman o deforman. Así pues, los estilemas son, de forma
estructural, pequeños (o grandes) trozos de un estilo concreto que se encuentran en el
estilo de otro, formando ello una suerte de estilo común o, cuando menos, una suerte
de relación estilística.
Estas relaciones suelen darse entre figuras de autoridad y subordinados dentro de
una institución, lo cual resulta en un estilo editorial institucional, toda vez que éste
se concreta y actualiza en las comunicaciones escritas y orales de la institución. El
estilema es un conjunto de rasgos estilísticos que se observan en más de una persona
(redactor o hablante), aunque existan entre ellos rasgos distintivos que los vuelvan
únicos. Así es como observamos que los miembros de una familia suelen tener estilos
de habla similares, igual que los miembros de cierta subcultura o comunidad, incluso
los miembros de un país. Y en una institución pasa lo mismo. El personal puede
escribir de modo similar a su superior jerárquico, de la misma manera en que pueden
tener elementos en común los miembros de una generación o de una provincia en el
momento de escribir. Para los efectos de la comunicación, el estilo institucional es, en
suma, el resultado expresivo de la elección de ciertas preferencias lingüísticas.

27
2.2 Corrección de estilo
La corrección de estilo consiste en el proceso de revisión, limpieza y perfeccionamiento
del texto para que sea legible (descodificable dentro del sistema lingüístico) e
inteligible (comprensible en términos de sus propios objetivos de comunicación); así
como exacto (completo y claro en los conceptos), coherente (articulación lógica del
discurso) y uniforme (consistente al seguir las convenciones editoriales aplicadas en
toda la obra).
Para lograr esto, la corrección de estilo deberá eliminar los errores gramaticales,
léxicos, semánticos, ortográficos y ortotipográficos; por consiguiente debe lograr
unidad y consistencia en los aspectos relacionados con un adecuado y correcto uso de
la lengua, como son la sintaxis, ortografía, semántica, la variedad léxicas, la eliminación
de redundancias innecesarias, ambigüedades, contradicciones, vacilación en la
escritura de las mayúsculas, de los signos, la puntuación y acentuación, los topónimos
incorrectos y erratas.
Se procurará que el estilo del texto se adapte a la expresión general de la norma culta del
español de México, pero tomando en cuenta los giros estilísticos propios del habla de
los destinatarios de la obra, así como el área o disciplina profesional a la cual pertenece
el documento. Asimismo, se velará por la adecuación a los requisitos de comunicación
del entorno en donde se empleará el texto, sin incurrir en la sobrecorrección o en la
pérdida de los giros estilísticos propios de la institución que son gramaticalmente
válidos, comprensibles distintivos de un sello institucional.
La corrección de estilo es una labor técnica de paciencia, precisión y fundamentación
continua de la toma de decisiones. No es una ciencia, sino un arte científicamente
fundamentado. Dentro de un marco normativo y unas ciertas reglas de expresión, hay
muchas soluciones posibles –todas gramaticalmente correctas– cuyas variantes estarán
determinadas por las competencias lingüísticas de quien corrige, por las circunstancias
operativas, por las decisiones institucionales de orden político-administrativo y hasta
por la mayor o menor creatividad de las personas involucradas durante el proceso.
La corrección de estilo señalará en los documentos los defectos e inconsistencias que
perjudican la clara y correcta expresión de las ideas, respetando y manteniendo la
intención del documento en proceso de corrección. Se espera, por lo tanto, una revisión
que contribuya a ajustar y perfeccionar el texto, pero que no implique su reescritura
completa o una alteración de los contenidos expuestos. Si el corrector de estilo detecta
problemas tan graves que requieran una intervención profunda en el documento,
deberá comunicarlo de inmediato al área a cargo del texto para que se realice ese
proceso de reescritura.

2.3 Estilo técnico-administrativo y lenguaje ciudadano


El estilo de los documentos de índole técnica y administrativa se caracteriza por
buscar una rigurosa claridad y una precisión comunicativa de contenidos altamente

28
NOTA METODOLÓGICA NÚMERO SEIS
LINEAMIENTOS PARA LA REDACCIÓN DE INFORMES
DE FISCALIZACIÓN Y DOCUMENTOS AFINES

especializados. Por su propia naturaleza, salvo casos especiales, este estilo evita
rigurosamente la ambigüedad, la oscuridad y la subjetividad.
La redacción de los textos compuestos en estilo técnico-administrativo debe resultar
en una fácil comprensión, con objeto de que el lector común, aparte de tener que lidiar
con la complejidad inherente a los contenidos técnicos y administrativos, no se vea
obligado a realizar un esfuerzo adicional para extraer la información pasando por los
laberintos y vericuetos de una redacción defectuosa, errática, llena de sinuosidades
y con problemas de coherencia. La expresión lingüística, vista así como un medio
privilegiado, ha de facilitar la comprensión de los contenidos en lugar de añadirles
una complejidad innecesaria e injustificada, nacida del afán de prestigiar la naturaleza
especializada de los documentos en los que se recogen tales contenidos.
El estilo editorial de la SFP se propone, con el apoyo de estos lineamientos y sin ignorar
las exigencias expresivas del estilo técnico-administrativo, adoptar la norma culta
mexicana de la lengua española en la redacción de los documentos institucionales.
Asimismo, con carácter reglamentario, el personal fiscalizador deberá promover el
uso del lenguaje ciudadano en la redacción de los documentos institucionales, con el
propósito de que los resultados de la fiscalización y la rendición de cuentas impulsadas
por la SFP puedan ser comprensibles por la sociedad en general.

2.4 Reglamentación del estilo editorial de la SFP


El estilo editorial proyecta las preferencias normativas lingüísticas de una empresa de
la edición o de una institución, pública o privada, que requiere emitir documentos con
regularidad, por lo cual resulta indispensable la reglamentación de esas preferencias
para uniformarlas y estandarizarlas con objeto de dotar de identidad a los documentos.
Además, hacerlo así facilita la propia implementación de los lineamientos que de ello
se derivan, al tiempo que favorece su utilización por parte de los usuarios.
Un libro de estilo es una guía que recoge los criterios y pautas editoriales que se desea
aplicar en una publicación u otro tipo de medio.  No es limitativamente un tratado
de gramática o de lingüística, en el caso de las publicaciones, ni un tutorial o ayuda
técnica en el caso de las aplicaciones y sitios web, sino una guía donde se establecen
las preferencias de unas normas sobre otras cuando se redactan escritos en contextos
operativos recurrentes y especializados.
Específicamente, en el ámbito de la administración y el servicio público, un conjunto de
lineamientos editoriales equivale a un libro de estilo; constituye una guía institucional
de redacción y edición, además de un instrumento normativo con implicaciones
administrativas, porque establece las preferencias estilísticas para la edición, con el
atributo de políticas institucionales de firme cumplimiento.
Los Lineamientos para la Redacción de Informes de Fiscalización y Documentos
Afines poseen, precisamente, la condición antes definida, por lo cual su observancia
es obligatoria en la SFP.

29
2.5 Políticas editoriales
Para la redacción de informes de fiscalización y documentos afines, la regla general
de estos lineamientos ordena la adopción de la norma culta lingüística conforme al
estándar mexicano. La ilustración de la norma culta puede encontrarse en los escritos
de los literatos y humanistas mexicanos más notables, así como en la generalidad de
los intelectuales y académicos, los cuales, aparte de la gran trascendencia alcanzada
en su rama de especialización, usan de modo ejemplar el idioma español, tanto el oral
como el escrito.
La norma culta se atiene, generalmente, a lo que en materia idiomática la Academia
Mexicana de la Lengua ha dispuesto para nuestro país. Las disposiciones comprenden
las reglas básicas de ortografía, de gramática y de lexicografía que esta autoridad fija
en sus publicaciones oficiales. En las dudas lingüísticas no resueltas del todo por la
Academia Mexicana de la Lengua o en los casos de controversia, el personal de la SFP
acudirá a la opinión de la Real Academia Española y a los modelos de redacción que
pueden apreciarse en las publicaciones de las instituciones nacionales más respetadas
por su rigor editorial: la Universidad Nacional Autónoma de México, el Fondo de Cultura
Económica y el Colegio de México.
Para la observancia de la regla general, el personal fiscalizador de la SFP seguirá de
manera obigatoria las políticas editoriales siguientes: rigor gramatical y ortográfico;
concisión; variedad léxica; precisión semántica, y orden conceptual.

2.5.1 Rigor gramatical y ortográfico


Los informes y documentos deberán redactarse sin errores gramaticales ni ortográficos.
En la lengua culta, estos errores reciben el nombre de solecismos y anacolutos. Ambos
términos aluden a incorrecciones idiomáticas y por esa causa comúnmente son
considerados como sinónimos. Sin embargo, existe entre los dos términos una sutil
diferencia de perspectiva respecto de la incorrección idiomática.
‘Solecismo’ procede del vocablo griego soloikismós (en latín es soloecismus), que
significa ‘error sintáctico’ y se deriva de sóloikos, habitante de Solos, en Cilicia, provincia
en la cual se hablaba una variedad de la lengua griega que los otros griegos juzgaban
defectuosa.
El solecismo denomina la infracción específica de las normas gramaticales (que
incluyen las ortográficas) conforme a las cuales se escriben y combinan las palabras
según su morfología y la función estructural asociada con ella. Por ejemplo, no
es aceptable omitir la tilde acentual de la conjugación pretérita ‘realizó’, porque se
confundiría con la conjugación del presente ‘realizo’, así como tampoco un artículo
puede oficiar de núcleo de un sujeto (“Un ejecutó la auditoría”) porque en lugar de ello
tendría que acompañar al núcleo sustantivo, del cual es su modificador, de acuerdo
con la sintaxis del castellano (“Un ingeniero ejecutó la auditoría”).
El solecismo se produce, principalmente, en tres situaciones: falta de concordancia de
género, número o persona; composición defectuosa de las palabras (falta ortográfica)

30
NOTA METODOLÓGICA NÚMERO SEIS
LINEAMIENTOS PARA LA REDACCIÓN DE INFORMES
DE FISCALIZACIÓN Y DOCUMENTOS AFINES

o de los enunciados (falta morfosintáctica, como el uso incorrecto del gerundio, por
ejemplo), y régimen preposicional impropio.
El anocoluto se refiere a un orden sintáctico general que resulta inconsecuente como
estructura de significado. El origen de la palabra es la voz griega anakólouthon, que
pasó a ser anacoluthon en lengua latina. Su significado es ‘que no sigue’; que es
inconsecuente. Denota una estructura gramatical que no lleva a ninguna parte, que
no puede entenderse, porque es por completo anómala. Por ejemplo, una oración
compuesta en la que se omitió la oración principal, o bien, una o varias de las oraciones
subordinadas, omisión que torna incomprensible.
Por lo común, un solecismo puede subsanarse mediante la corrección de estilo, dado
que el error se presenta como transgresión de una norma gramatical en específico
que no anula la estructura significativa del conjunto textual. En cambio, el anacoluto
la inutiliza por entero o la compromete en tal grado que la corrección de estilo llega a
ser insuficiente para consolidar la propiedad idiomática del texto en el entorno de la
norma culta.

2.5.2 Concisión
Los informes deberán orientarse a una redacción que haga el menor acopio de palabras.
Se evitarán los adjetivos ociosos, las frases redundantes, los largos preámbulos, la
duplicación de términos equivalentes, los rodeos, las construcciones perifrásticas
(secuencias de dos o tres palabras para decir lo que se puede decir con una palabra).
Por ejemplo: “llevar a cabo” en vez de “hacer, realizar, ejecutar, efectuar”, etcétera.
A continuación, se contrastan las dos formas de redacción:

Ejemplos sin concisión:


“Con los resultados obtenidos en la revisión practicada...”.
“Que la Secretaría de Gobernación establezca los mecanismos de control que permitan
garantizar que los proveedores presenten sus propuestas de acuerdo con la normativa
vigente”.

Ejemplos con concisión:


“Con los resultados de la revisión...”.
“Que la Secretaría de Gobernación establezca mecanismos de control para que los
proveedores presenten sus propuestas conforme a la normativa”.
Obsérvese, en el primero de los dos ejemplos sin concisión, que ambos adjetivos
(‘obtenidos’ y ‘practicada’) son ociosos, porque redundan en una noción ya expresada
en el sustantivo correspondiente (‘resultados’ y ‘revisión’). Un resultado, por definición,
se obtiene; y una revisión, se practica. Expresar “resultados obtenidos” sólo es correcto

31
cuando el adjetivo ‘obtenidos’ rige un complemento. Por ejemplo: “resultados
obtenidos en la auditoría” o “resultados obtenidos por el grupo auditor”.
En el segundo de los ejemplos sin concisión, resulta superflua la oración relativa (“que
permitan garantizar”), porque nos dice algo ya significado en el vocablo ‘control’; el
control supone la garantía de asegurar aquello que se busca controlar. Cuando se
quiere connotar una eficacia mayor de los mecanismos de control, lo recomendable
es añadir un adjetivo calificativo con gradación. Por ejemplo, “mecanismos de control
más rigurosos/idóneos/convenientes”.
Además, el adjetivo ‘vigente’ es innecesario porque el enunciado alude a las normas
en una situación presente; se refiere a normas vigentes en ese momento. Únicamente
cuando se quiera aludir a alguna normativa ya abrogada, se deberá especificar el
tiempo de su vigencia por medio del adjetivo ‘vigente’. Por ejemplo: “en cumplimiento
de la normativa vigente en 1998”; o bien, “de la normativa vigente en ese ejercicio”.
Como complemento de lo anterior, se presenta en un ejemplo un poco más extenso
otro contraste entre un texto escrito sin concisión y otro escrito con concisión, donde
es posible reconocer las supresiones realizadas:

Ejemplo sin concisión:


“Hago referencia a su oficio SFII del junio 28 de los corrientes, mediante el cual
proporcionó soporte documental de la recomendación realizada por la Secretaría De
Hacienda, cuya atención es responsabilidad de la Dirección Central de Pequeñas y
Medianas Empresas; al respecto le comunico que dicha información fue analizada
por el personal responsable del seguimiento en este Órgano Interno de Control a mi
cargo, por lo que se consideran apropiadas las acciones para avanzar en la atención
de la recomendación.
Con fundamento en los artículos 8, fracción XVI, de la Ley Federal de Responsabilidades
Administrativas de los Servidores Públicos; 67, fracción II, inciso b, numeral 12, del
Reglamento Interior de la Secretaría de la Función Pública, y 40, del Reglamento Interior
de la institución, agradeceré remita dicha documentación a la Secretaría de Hacienda,
proporcionando copia del acuse respectivo a este Órgano Interno de Control”.

Ejemplo con concisión:


“Informo a usted que la documentación que remitió en el oficio SFII es adecuada
para solventar la recomendación de la Secretaría de Hacienda. Solicito atentamente
remitir la documentación a dicha secretaría y enviarnos una copia del acuse de recibo
respectivo.
Lo anterior se fundamenta en los artículos 8, fracción XVI, de la Ley Federal de
Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos; 67, fracción II, inciso b,
numeral 12, del Reglamento Interior de la Secretaría de la Función Pública, y 40, del
Reglamento Interior de la institución”.

32
NOTA METODOLÓGICA NÚMERO SEIS
LINEAMIENTOS PARA LA REDACCIÓN DE INFORMES
DE FISCALIZACIÓN Y DOCUMENTOS AFINES

2.5.3 Variedad léxica


Sin contravenir la política de la concisión, al redactar se recurrirá a sinónimos y
expresiones afines para evitar la repetición de palabras en proximidad o la coincidencia
de rimas y frases paralelas, las cuales, además de revelar pobreza de vocabulario,
producen un efecto de monotonía que entorpece la lectura; en especial cuando se
trata de un texto de índole técnica. Una redacción dotada de variedad léxica facilita la
articulación de los conceptos y, en consecuencia, la lectura comprensiva.

Ejemplo sin variedad léxica:


“Para que el Fideicomiso de Riesgo Compartido compruebe en todas las ocasio-
nes las acciones realizadas a efecto de que se verifique la documentación compro-
batoria que le presentan las organizaciones para comprobar que las operaciones
comerciales que se realizaron, cumplen con los requisitos fiscales”.

Ejemplo con variedad léxica:


“Para que el Fideicomiso de Riesgo Compartido constate, sin excepción, que de las
acciones realizadas las organizaciones presentan la documentación comprobatoria de
que las operaciones comerciales cumplen los requisitos fiscales”.
A continuación se presenta un vocabulario alternativo:

Voces repetitivas Sinónimos y frases equivalentes

Aun cuando No obstante que, si bien, pese a que, aunque


Además, también, tampoco
Asimismo
(este último en enunciados negativos)
Considerar Estimar, juzgar, opinar
Coadyuvar Contribuir, ayudar, cooperar, colaborar
Detectar Encontrar, apreciar, notar
Emitir Formular, comunicar, manifestar
Finalizar Concluir, terminar, acabar
Generar Producir, originar, promover, causar, propiciar
Iniciar Comenzar, empezar
Omisión Inacción
Sin embargo No obstante, pero, a pesar de

2.5.4 Precisión semántica


Los informes deberán perseguir una significación directa y completa de su contenido
técnico, a fin de que pueda ser comprendido con facilidad por la ciudadanía sin tener

33
que interpretar la información. La redacción empleará palabras simples y comunes
cuyo significado sea el más idóneo en el entorno comunicativo de cada enunciado y
el aceptado por la lexicografía académica. Se evitarán las palabras inhabituales y las
de difícil comprensión a causa de su carácter abstracto o especializado, así como el
exceso de sinónimos y la falsa sinonimia, los latinismos y los extranjerismos, y todos
aquellos vocablos o frases que no agregan significado ni información debido a que
sirven esencialmente a un propósito retórico, el cual suele manifestarse mediante
palabras o locuciones que abren y unen párrafos o periodos oracionales sin simplificar
ni reforzar la comunicación sino al contrario, por pretender una elegancia que acaba
siendo fallida y opuesta a toda genuina elegancia.
En ese contexto, se prohíbe emplear las expresiones siguientes:
“antes descrita” y “anteriormente mencionadas”.
“es decir”, “dicho de otra manera”, “se puede decir que”, “esto es” y análogas.
“contemplar”, salvo cuando se busque la connotación de “mirar con detenimiento”.
“celebrar”, excepto para la connotación de “festejar”.
“a través” para hacer referencia a un medio o instrumento.
“estipular” para la noción de “mandar”.
“cumplimiento parcial” o “parcialmente”.
“apegar” en el contexto del acato a las leyes.
“aparecer” en el contexto de la creación o transformación de una entidad, dependencia
o programa.
“por otra parte” y “por otro lado”.
“como puede observarse”, “como ya se señaló”, “como ya se mencionó” y “en este
sentido”.
“atento(a)’’ para referirse a notas, oficios, memorandos y cualquier otro comunicado”.
“normatividad” respecto del conjunto de normas aplicables a una determinada materia
o actividad, en su lugar se usará “normativa”.
“posicionar” en cuanto a la posición, sitio o situación de alguien o algo.
“accesar” en los casos de entrar en un lugar o pasar a él o de tener acceso a una
situación, condición o grado superiores.
“conllevar” como sinónimo de conducir o llevar.
“considerar” cuando se haga referencia al verbo “incluir”.
“generar” como la causa, razón o motivo de que suceda algo.
“impacto” cuando se refiera a “repercusión”.
“tendiente” en el contexto de que tiende a algún fin.

34
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“aperturar” en el aspecto relativo a abrir en el contexto de dar principio a las tareas


a ejercicios propios de las instituciones.
“bien” que se relaciona con la ética y no con las labores de auditoría y de evaluación de
políticas públicas.
“así mismo”, se empleará la forma “asimismo” que es la dominante en la norma culta
de México.
“acciones” y “actividades”, y el verbo “conocer”, que en el contexto de la abducción
de la auditoría resultan conceptos imprecisos, a fin de evitar generalidades y definir
conceptos y variables concretas en la enunciación de objetivos, preguntas de auditoría,
hipótesis de trabajo, y en el diseño de métodos de prueba.
“nivel nacional”, “nivel estatal” y “nivel municipal”, se utilizará “ámbito nacional”, “ámbito
estatal” y “ámbito municipal”.
“es importante mencionar”, “cabe resaltar” y “conviene mencionar”; dichos términos
no deberán utilizarse o, en su caso, evitar el uso indiscriminado.
“en conjunto con” como equivalente de “junto con”, “en colaboración con”, “en
coordinación con”.
“eficientar” como equivalente de hacer eficiente (algo) o aumentar la eficiencia
(de algo).
“mismo que” es un galicismo, en su lugar se emplearán ‘el cual’ y sus derivados.
“anticipar” con el significado de “prevenir”; la expresión correcta es “anticiparse a”.

2.5.5 Orden conceptual


Los informes y documentos deberán consolidar su base argumentativa mediante una
articulación rigurosamente lógica de las ideas. A ese efecto, el principio ordenador de
las ideas será la construcción del universal conceptual.
La conceptualización es una perspectiva abstracta y simplificada del conocimiento
que queremos representar, y mediante la cual cada noción es expresada en términos
de relaciones verbales con otros. Se refiere al desarrollo de ideas abstractas a partir de
nuestra comprensión consciente del mundo.
El universal conceptual es la estructura de significado más profunda de un texto, pues
presenta el tema y las materias de las que trata; en él se vinculan todos los elementos
semánticos de dicho texto y suele anticipar los contenidos subsiguientes. Tiene como
propósito identificar y representar los razonamientos capitales que compondrán los
mensajes sucesivos para dar una secuencia completa y coherente de información en
el caso de los documentos escritos.
Construir un universal conceptual no es indizar o listar todos los temas que contiene un
documento, ni elaborar un resumen del texto, sino clasificar las diferentes partes que
lo conforman, con el fin de guiar al lector y mostrarle la información más destacada

35
y la distribución de ésta. La clasificación consiste en agrupar conjuntos de objetos en
categorías y establecer el proceso lógico que tiende a ordenar la realidad basándose en
criterios cualitativos. Las categorías conceptuales son denominaciones abstractas que
se refieren a determinadas cualidades de elementos, y no a éstos directamente; por lo
que el criterio de categorización se determina con base en los factores que queremos
organizar en el proceso de clasificación, así como su designación de clases de grupos
de grados esenciales.
El universal conceptual, redactado a manera de introducción, contextualiza el tema
que se desarrollará y el lector obtiene una primera impresión sobre el asunto, de la
relevancia que éste tiene y de la pertinencia de los componentes que lo integran.

Ejemplo:
Auditoría de la distribución y comercialización de gasolinas y diésel.
Objetivo: Fiscalizar el cumplimiento del objetivo de contribuir a asegurar el abasto
de gasolinas y diésel en óptimas condiciones, mediante los servicios de transporte,
almacenamiento y comercialización de dichos petrolíferos.
Universal conceptual: El objetivo de Petróleos Mexicanos, como empresa productiva
del Estado es ser rentable, generar valor económico y contribuir a satisfacer la
demanda de gasolinas y diésel. El transporte y almacenamiento son responsabilidad
de Pemex Logística y la comercialización está a cargo de Pemex Transformación
Industrial, procesos en los cuales se presenta la problemática de insuficientes medios
para transportar, almacenar y distribuir los combustibles de manera eficiente y segura,
ante el incremento de la demanda, debido a la limitada disponibilidad financiera para
la ejecución de nuevos proyectos productivos; la infraestructura obsoleta, el mercado
ilícito de combustibles (tomas clandestinas), que repercuten en la rentabilidad de
dichas actividades. A fin de verificar el cumplimiento del objetivo y la atención del
problema público se revisaron tres hilos conductores: generación de valor económico,
infraestructura y eficiencia operativa.
En el primero, se evaluaron los costos de transporte y almacenamiento; la
comercialización; y el presupuesto programado y ejercido. En el segundo, se verificaron
los proyectos para la ampliación y modernización de la infraestructura de transporte y
almacenamiento; así como las tomas clandestinas. En el tercero, se revisó la utilización
de la capacidad de transporte y almacenamiento.

36
NOTA METODOLÓGICA NÚMERO SEIS
LINEAMIENTOS PARA LA REDACCIÓN DE INFORMES
DE FISCALIZACIÓN Y DOCUMENTOS AFINES

3. PROBLEMARIO

3.1 Del uso de los verbos REVISAR, ANALIZAR Y EXAMINAR


Son los verbos de uso más frecuente para expresar la acciones instrumentales básicas
de la actividad fiscalizadora: la investigación y evaluación.

Acciones instrumentales: “Para (...) se revisaron/analizaron/examinaron los (...)

Veamos el significado de estos verbos:


Revisar: 
Ver con atención y cuidado.
Someter algo a nuevo examen para corregirlo, enmendarlo o repararlo.
Actualizar (poner al día).
Analizar:
Someter algo a un análisis. Ejemplo: Analizar un problema, un producto.
[Del sustantivo ‘análisis’:
Distinción y separación de las partes de algo para conocer su composición.
Estudio detallado de algo, especialmente de una obra o de un escrito].
Examinar: 
Inquirir, investigar, escudriñar con diligencia y cuidado algo.

[Definiciones tomadas del diccionario de la Academia Mexicana de la Lengua (AML)]

LINEAMIENTO: Se usará, con preferencia pero no exclusivamente, el verbo ‘analizar’,


porque es el verbo que denota con mayor precisión la acciones instrumentales
(investigación y evaluación) de la fiscalización. Por variedad léxica, pueden elegirse
asimismo ‘examinar’ y ‘revisar’; no obstante, hay que tener en cuenta que ‘revisar’ es el
verbo que, según sus acepciones, denota un nivel de escrutinio menos profundo y un
nivel taxonómico inferior.
Debe evitarse el empleo simultáneo, adjunto y redundante de dos o tres de estos
verbos (“se revisó y analizó”), en razón de economía expresiva y orden conceptual.

37
3.2 Del uso de los verbos COMPROBAR, CORROBORAR, CONSTATAR,
VERIFICAR Y OBSERVAR

Son los verbos de mayor uso para expresar las acciones iniciales y finales de la actividad
fiscalizadora: la expresión de objetivos y resultados.

Acciones iniciales:
Expresión de objetivos: “La auditoría (la revisión, la visita, la inspeccción) tuvo como
objetivo comprobar que(...)”.

Acciones finales:
Expresión de resultados: “Con el análisis de las facturas, se comprobó que (...)”.

Veamos el significado de estos verbos:


Comprobar: 
Confirmar la veracidad o exactitud de algo.
Corroborar: 
Dar mayor fuerza a la razón, al argumento o a la opinión aducidos, con
nuevas razones o nueva información.
Constatar: 
Comprobar un hecho, establecer su veracidad o dar constancia de él.

Verificar:
Comprobar o examinar la verdad de algo.
Realizar, efectuar. Ejemplo: Las elecciones se verificaron en marzo.

[Definiciones tomadas del diccionario de la Academia Mexicana de la Lengua (AML)]

LINEAMIENTO: Se podrán usar estos verbos, indistintamente, excepto ‘corroborar’,


al cual sólo se acudirá cuando se desee significar, siguiendo su primera acepción, el
reforzamiento de una comprobación o constatación previa.
Por lo que hace al verbo ‘observar’, se destinará, únicamente, a denotar la obligación
de cumplir un ordenamiento (segunda acepción). En el tramo análitico de la auditoría

38
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DE FISCALIZACIÓN Y DOCUMENTOS AFINES

se evitará el uso del verbo ‘observar’ con el significado de ‘revisar, analizar o examinar’
(no obstante que la primera y la cuarta de sus acepciones lo autorizarían); tampoco
deberá usarse con el significado de ‘comprobar, corroborar, constatar o verificar’, o
para indicar que se advirtió (tercera acepción) la contravención de un ordenamiento
o el hallazgo de una irregularidad, en el tramo de los resultados de la auditoría (no
obstante que su tercera acepción guarda sinonimia con esos cuatro verbos). Esta
restricción en el uso de ‘observar’ obedece al interés de reforzar en nuestros informes
y documentos el significado de cumplimiento (de observancia, precisamente) que su
segunda acepción evoca. De hecho, el uso común de este verbo en el ámbito de la
fiscalización ha cargado su semántica con tal sentido, y conviene no apartarse de esa
tendencia en la SFP.
Ejemplo para un caso de obligación normativa: “El personal de la entidad observó
(cumplió) los lineamientos correspondientes”.

Veamos el significado de este verbo:


Observar:
1. Examinar atentamente. Observar los síntomas de una enfermedad.
2. Guardar y cumplir exactamente lo que se manda y ordena.
3. Advertir, reparar.
4. Mirar con atención y recato, atisbar.

[Definiciones tomadas del diccionario de la Academia Mexicana de la Lengua (AML)]

3.3 Del uso de los tiempos verbales PRETÉRITO Y COPRETÉRITO DEL MODO
INDICATIVO
En la redacción de objetivos, el verbo de la oración principal debe conjugarse en
tiempo pretérito de indicativo porque expresa una acción concluida en el pasado. No
sabemos aún si los objetivos se consiguieron, pero sí sabemos que se establecieron en
un momento determinado; es decir, que consistieron en algo.
Al usar por error el tiempo copretérito (tiempo relativo que expresa una acción
inconclusa o abierta), sugerimos anticipadamente, sin haber realizado la revisión, que
los objetivos no llegaron a alcanzarse.

Forma incorrecta:
Los objetivos (las metas, los programas) eran (consistían, preveían, determinaban)...

39
Forma correcta:
Los objetivos (las metas, los programas) fueron (consistieron, previeron, determinaron)...

3.4 Del uso de los tiempos verbales PRETÉRITO DEL MODO INDICATIVO Y
PRETÉRITO DEL MODO SUBJUNTIVO
La acción del verbo en la oración subordinada se expresa en tiempo pretérito de
indicativo porque los hechos, actos y circunstancias a los que se alude en el informe
de auditoría ocurrieron realmente en el pasado, con independencia de la manera en
que se manifestaron, incluso si hubo omisión de obligaciones o contravención de
normas. Se debe ser concluyente: se cumplió (o se ejerció, etcétera) o no se cumplió.
No debe utilizarse el modo subjuntivo porque no se busca expresar duda. En todo
caso, el propósito fiscalizador queda significado por el verboide infinitivo (comprobar,
verificar, etcétera) con que se introduce la subordinación oracional.

Forma incorrecta:
“El objetivo de la auditoría consistió en comprobar que el presupuesto se hubiese
ejercido de acuerdo con...”.

Forma correcta:
“El objetivo de la auditoría consistió en comprobar (constatar, verificar) que el
presupuesto se ejerció de acuerdo con...”.

3.5 Del uso del tiempo verbal FUTURO DEL MODO SUBJUNTIVO
Cuando se necesite expresar duda en el tiempo futuro acerca de una acción que podría
o no ocurrir, se usará la forma del futuro de subjuntivo.

Forma incorrecta:
“En los términos que marca la ley, la entidad deberá aplicar las sanciones
correspondientes a la empresa contratista, en el caso de que ésta haya incurrido en
alguna contravención del contrato...”.

Forma correcta:
“En los términos que marca la ley, la entidad deberá aplicar las sanciones
correspondientes a la empresa contratista, en el caso de que ésta incurriere en alguna
contravención del contrato...”.

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La inflexión marcada en la forma incorrecta corresponde al antepresente de subjuntivo,


tiempo impropio para expresar una situación incierta respecto del futuro.

3.6 Del uso de los verbos INICIAR Y APLICAR EN LA FORMA INTRANSITIVA


PRONOMINAL
INICIAR. Además de representar un caso muy extendido de pobreza léxica en el
campo de la redacción técnica, administrativa, académica y periodística, donde
constantemente se evita por motivos retóricos el empleo de los verbos ‘empezar’ y
‘comenzar’, el verbo ‘iniciar’ se usa, también constantemente, de manera impropia,
porque se omite acompañarlo del pronombre ‘se’. Cuando este verbo actúa en su
forma intransitiva (cuando no lleva un objeto directo, pues el sujeto del verbo no inicia
nada: nada es iniciado sino que el sujeto simplemente ‘ocurre’, sin iniciar nada), exige
la construcción pronominal de tercera persona del singular (con el pronombre ‘se’).
En la forma transitiva, el verbo ‘iniciar’ no presenta ningún problema, ya que resulta
fácil reconocer el objeto directo al que rige. Por ejemplo: “El auditor inició la auditoría de
acuerdo con el programa”. La auditoría fue iniciada por el auditor (podemos enunciar
en la voz pasiva la oración porque es transitiva). No obstante, si la oración es la siguiente:
“La auditoría inició de acuerdo con el programa”, sabemos que es intransitiva (que
carece de objeto directo, que no podemos formar la voz pasiva, que nada fue iniciado
por la auditoría sino que ella misma por sí misma empezó o comenzó) y, por lo tanto,
requiere de la compañía del pronombre ‘se’. “La auditoría SE INICIÓ de acuerdo con el
programa”.
Como puede notarse, los verbos ‘empezar’ y ‘comenzar’ no requieren la presencia del
pronombre ‘se’ cuando se enuncian en su forma intransitiva: “La auditoría empezó
[comenzó] de acuerdo con el programa”. Con seguridad, esta característica flexiva de
ambos verbos influyó en que se produjera el error de suprimir el pronombre ‘se’ en la
forma intransitiva del verbo INICIAR. Lo cierto es que han de evitarse oraciones como
las siguientes: El programa iniciará en el primer día del año. / El curso inicia la próxima
semana. / Las actividades iniciaron a las ocho en punto. / El procedimiento debe iniciar
cuanto antes. / Etcétera. En todos los casos, debe añadirse el pronombre ‘se’, ya sea
antepuesto o pospuesto en forma enclítica, como en ‘debe iniciarse’.
Por último, en lo que se refiere al verbo ‘iniciar’ debe apuntarse que, si bien las
locuciones ‘dar inicio’ y ‘tener inicio’ no son incorrectas en su construcción gramatical,
no se recomienda su uso, porque la norma culta las estima retóricas y vulgares.

APLICAR. Las particularidades flexivas de la forma intransitiva pronominal del verbo


‘iniciar’ valen también para el verbo ‘aplicar’. Por ello, se estiman incorrectas las
oraciones que, en los ámbitos administrativos, legales e incluso en la conversación
común, emplean este verbo como transitivo, sin el pronombre personal ‘se’. Por
ejemplo, en la oración “Esta prestación laboral aplica sólo en la Ciudad de México”,
el sujeto ‘Esta prestación’ no aplica nada (no admite la voz pasiva: ninguna cosa es

41
aplicada por ‘Esta prestación’), sino que ella misma y por sí misma es lo aplicado.
La oración correcta es “Esta prestación laboral se aplica sólo en la Ciudad de México”.
Con el mismo criterio correctivo, han de evitarse expresiones como las siguientes:
No aplica. (Mejor: no se aplica, no aplicable, inaplicable, no procede, no procedente,
improcedente, no corresponde, no es pertinente). / La norma citada no aplica a la
tercera edad. (Mejor: La norma no se aplica a la tercera edad). / La sanción aplicó en
todos los casos. (Mejor: La sanción se aplicó en todos los casos). El mismo criterio debe
aplicar en el procedimiento de compra. (Mejor: El mismo criterio debe aplicarse en el
procedimiento de compra).

3.7 Del uso del verbo HABER EN LA FORMA IMPERSONAL


La forma impersonal del verbo ‘haber’ carece de sujeto y por ello utiliza exclusivamente
y en forma implícita (pues se calla), sin excepción, la tercera persona del singular (‘él’,
‘ella’). Se emplea para denotar la existencia o presencia de seres animados, seres
inanimados, situaciones y condiciones. Ejemplos: “Hay un solo representante de la
entidad. / Hay varios procedimientos obsoletos”.
De acuerdo con los ejemplos, ‘hay’ se mantiene invariablemente en tercera persona del
singular (pues, además, no existe una forma plural ‘hayn’) y vale tanto para un objeto
directo singular, como en el primer ejemplo, cuanto para un objeto directo plural, como
en el segundo ejemplo.
Conforme se aprecia, también, en los ejemplos anteriores, la tercera persona del
singular de la forma impersonal presenta la peculiaridad de no expresar el tiempo
presente de indicativo con la inflexión normal ‘ha’, sino con la inflexión especial ‘hay’
(la sola excepción ocurre cuando ‘haber’ forma perífrasis con el propio verbo ‘haber’,
excepción que se verá más adelante).
La flexión ‘ha’, correspondiente a la forma personal del verbo ‘haber’, reserva su uso
a servir de auxiliar en la formación de la tercera persona del singular del tiempo
antepresente de indicativo. Por ejemplo: “El auditor ha revisado tres partidas”.
Esta inflexión del verbo ‘haber’, la personal, formando las conjugaciones compuestas,
admite el plural porque establece concordancia de número con el sujeto, a diferencia
de la forma impersonal, que carece de sujeto y por ello sólo utiliza la tercera persona
del singular. Por ejemplo, en plural: “Las auditorías han contribuido a la mejora de
la gestión”.
En resumen, la forma impersonal del verbo ‘haber’ debe emplearse siempre en singular,
incluso si su objeto directo está en plural. Por ejemplo, en modo indicativo: “Hay [hubo
(no hubieron), habrá (no habrán), había (no habían), habría (no habrían] pocos auditores
en el equipo”. En modo subjuntivo: “Es posible que haya (no hayan) [hubiera-hubiese
(no hubieran-hubiesen), hubiere (no hubieren) pocos auditores en el equipo”.
Asimismo, cuando el verbo ‘haber’ impersonal integra una perífrasis con otro verbo,
éste deberá tomar el número singular obligatorio que es propio de la forma impersonal

42
NOTA METODOLÓGICA NÚMERO SEIS
LINEAMIENTOS PARA LA REDACCIÓN DE INFORMES
DE FISCALIZACIÓN Y DOCUMENTOS AFINES

de ‘haber’, el cual tendrá a su vez que ir en infinitivo. Por ejemplo: “Puede (no pueden)
haber más irregularidades. / Solía (no solían) haber pocas observaciones en ese rubro.
/ Debe (no deben) haber registros actualizados. / Va (no van) a haber reformas al
reglamento”.
La perífrasis de haber+haber sigue esa misma regla, con una importante particularidad:
el verbo auxiliar no adopta la forma ‘hay’, sino la forma normal de la tercera persona del
singular, ‘ha’. Por ejemplo: “Ha (no han) habido numerosas irregularidades”.

3.8 Del uso del verbo INTEGRAR


El verbo ‘integrar’ figura con frecuencia en los informes de fiscalización y documentos
afines para denotar la composición de objetivos, alcances, estrategias, programas,
estructuras, etcétera. Ello se explica por las dos acepciones de este verbo.
En la primera acepción funciona como verbo intransitivo y significa ‘incorporar(se)
alguien o algo en algo’. Ejemplos: “El auditor incorporó en el informe el nuevo hallazgo.
/ El auditor se incorporó en el grupo de trabajo”.
En la segunda acepción funciona como transitivo y significa ‘varios elementos forman
un todo’. Ejemplo: “Alrededor de mil actos de fiscalización integran el programa de
este año”); o que ‘un elemento forma parte de un todo’. Ejemplo: “El ingeniero integró
[fue parte del] el grupo auditor”; o bien que, de manera inversa, ‘un todo abarca varios
elementos’. Ejemplo: “El cuestionario de la auditoría integra veinte preguntas”.
En este último caso, para expresar que un todo abarca varios elementos, puede
recurrirse a la construcción pasiva: “El cuestionario de la auditoría está integrado por
veinte preguntas”.
Sin embargo, NO DEBEN USARSE LAS LOCUCIONES ‘INTEGRARSE POR” (CON EL
SENTIDO DE “ESTAR FORMADO POR’), NI TAMPOCO “SE INTEGRA POR” (CON IGUAL
SENTIDO), LAS CUALES SE APARTAN DE LA NORMA CULTA.
LINEAMIENTO: Debe evitarse, sin excepción”, el uso de oraciones como las siguientes:
“El programa anual de fiscalización se integra por…”. / “El grupo auditor se integra por…”.
En su lugar, debe escribirse: “El programa anual de fiscalización está integrado por…”. /
“El grupo auditor está integrado por…”.

3.9 Del uso de los verbos IMPACTAR Y DETONAR


En años recientes, los verbos ‘impactar’ y ‘detonar’ cobraron una presencia abrumadora
en la norma popular de nuestra lengua, y tan dominante sobre otros verbos expresivos
de acciones de repercusión o de impulso inicial, respectivamente, que su uso constituye
un ejemplo reiterado de pobreza léxica.
Este vicio resulta peor aún cuando advertimos que el empleo de ambos verbos
representa un ejemplo muy ilustrativo de impropiedad léxica, la cual encierra en este
caso no sólo una confusión semántica de acepciones sino equivocidad plena, pese

43
a que la AML ya recoge en la más reciente edición de su diccionario, como quinta
acepción de ‘impactar’, el significado (de causar repercusión) que se le da en el habla
popular, en las jergas profesionales y en los medios de comunicación.
No obstante, la norma culta no acaba de admitir este verbo con esa acepción.
La frecuencia de su uso, verdadero abuso, se juzga como muestra de pobreza e
impropiedad léxicas. El mismo criterio se sigue con el verbo ‘detonar’. Ciertamente,
las acepciones de ‘detonar’ no autorizan el uso de este verbo con el significado de ‘dar
impulso, dar comienzo a algo’, que es el que se pretende asignarle en la norma vulgar.
Véanse, a efectos de precisión, las acepciones de la palabra ’impactar’ que la AML
publica en su diccionario:
1. Choque de un proyectil o de otro objeto contra algo o alguien.
2. Huella o señal que deja un impacto.
3. Efecto de una fuerza aplicada bruscamente.
4. Golpe emocional producido por un acontecimiento o una noticia desconcertantes.
5. Efecto producido en la opinión pública por un acontecimiento, una disposición de la
autoridad, una noticia, una catástrofe, etc.

A continuación y con igual fin se transcriben las acepciones de ‘detonar’:


1. Iniciar una explosión o un estallido.
2. Llamar la atención, causar asombro, admiración, etc.
3. Dar estampido o trueno.

LINEAMIENTO: En cumplimento de las políticas editoriales de variedad léxica y


precisión semántica, se evitará el uso excesivo de los verbos ‘impactar’ y ‘detonar’
con los significados de ‘repercutir’ y ‘generar’, respectivamente. Deberá acudirse en
ambos casos a verbos alternativos preferidos por la norma culta. Por ejemplo: en lugar
de ‘impactar’: ‘repercutir’, ‘influir’, ‘afectar’, ‘incidir’. En lugar de ‘detonar’: ‘generar’,
‘promover’, ‘impulsar’, ‘propiciar’.

3.10 Del uso del verbo PERMITIR CON POBREZA LÉXICA


En los escritos burocráticos, la oración subordinada relativa ‘que permita’ (cuyo oficio
es adjetival como el de todas las relativas) acompaña repetidamente un sustantivo que
denota por lo general una acción, un método, un sistema, un mecanismo, una política,
etcétera. Por ejemplo: “Es necesario implementar un mecanismo ‘que permita’ la
distribución expedita de...”). Con esta oración de relativo se busca significar la idoneidad
del objeto (mecanismo, sistema, etc.) para el logro de una acción cualquiera; o bien,

44
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DE FISCALIZACIÓN Y DOCUMENTOS AFINES

simplemente, resaltar el fin al que dicho objeto se orienta, en afán de connotar su


efectividad y la especial finalidad para el que fue diseñado.
El empleo del verbo ‘permitir’, con tal significado, en este tipo de oración o en oraciones
transitivas simples (“El programa permitirá el aumento de la productividad”) no es bien
aceptado por la norma culta, no obstante que las autoridades académicas lo registran
en su diccionario con el significado referido, como tercera acepción:

Hacer posible algo. El buen tiempo permitió que se celebrase la cena


en el jardín.
El problema con este verbo no es el uso con ese significado, sino el abuso, el cual
obedece a pobreza léxica. Por esta razón, estos lineamientos recomiendan el uso
mesurado del verbo ‘permitir’ con esa acepción.
A continuación se muestran algunas locuciones útiles para evitar la monotonía
expresiva y la pobreza léxica que refleja ese uso del verbo ‘permitir’:

Ejemplo:
“Un mecanismo [que permita] ahorrar tiempo”.
que ayude a
que contribuya a
útil para
idóneo para
ahorrador de
reductor de
economizador de

3.11 Del uso con POBREZA LÉXICA DE LOS VERBOS EN OBJETIVOS


Y PROCEDIMIENTOS
En toda auditoría y evaluación de política pública los objetivos son un elemento
fundamental; marcan el punto de partida y llegada; el auditor debe seguirlos como
un camino trazado; son un mapa que nos enfoca en una ruta determinada dándole
sentido a todo procedimiento que derive de ellos.
En el diseño de la abducción de una auditoría o de una evaluación de política pública
es relevante la precisión en la redacción de objetivos y procedimientos, en razón de que
conforman el cuerpo de la auditoría o evaluación; son su mapa, rigen y determinan la
labor. La selección de los verbos por utilizar en este proceso es primordial, al representar
la expresión más sintética de los planteamientos.

45
Una lista de objetivos y procedimientos que incluyen los mismos verbos indica pobreza
léxica o bien, que estamos incumpliendo con la política de economía expresiva, puesto
que la síntesis señala un mismo planteamiento.
En la redacción de los objetivos y procedimientos se recurrirá a verbos y expresiones
que den precisión y orienten sobre lo que se va a ejecutar. Se tomarán en cuenta
las recomendaciones siguientes: ser concretos, no redundar en frases largas y poco
claras; ser factibles, tomar en cuenta todos los aspectos involucrados en los trabajos:
alcance, tiempo, personal, etc.; identificar el abordaje del tema, el diseño cualitativo o
cuantitativo, y usar los verbos en infinitivo, para identificar de forma clara los resultados
esperados.
En la tabla siguiente se presenta un listado de verbos observables y medibles con
diferente nivel taxonómico que pueden usarse en función del nivel de objetivo general
o específico); de los alcances de una revisión; de los diferentes tipos de procedimientos
o pruebas, y de la relación entre éstos y el objetivo general de la auditoría o evaluación
de política pública.

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LINEAMIENTOS PARA LA REDACCIÓN DE INFORMES
DE FISCALIZACIÓN Y DOCUMENTOS AFINES

Memoria Comprensión Aplicación Análisis Síntesis


Describir información Interpretar Usar el conocimiento Dividir el Juntar o unir partes
con acato estricto a información o la generalización en conocimiento en o fragmentos de
las fuentes poniéndola en sus una nueva situación partes y mostrar conocimiento para
consultadas propias palabras relaciones entre ellas formar un todo y
construir relaciones
para situaciones
nuevas
Apuntar Clasificar Aplicar Analizar Aprestar
Definir Comparar Comprobar Asociar Adaptar
Enlistar Contrastar Computar Conduir Categorizar
Enunciar Convertir Contrastar Calcular Componer
Indicar Comentar Construir Categorizar Combinar
Marcar Delimitar Convertir Comparar Compilar
Mencionar Describir Demostrar Contrastar Concluir
Nombrar Detallar Desarrollar Criticara Construir
Recordar Discutir Determinar Descubrir Crear
Referir Distinguir Entrevistar Desmenuzar Deducir
Registrar Ejemplificar Estimar Destacar Definir
Relatar Especificar Extrapolar Diagramar Desarrollar
Repetir Explicar Efectuar Discriminar Desenvolver
Señalar Extraer Elaborar Distinguir Dirigir
Subrayar Expresar Emplear Debatir Diseñar
Identificar Esbozar Diferenciar Elaborar
Localizar Ilustrar Examinar Ensamblar
Narrar Interpolar Elegir Erigir
Notar Implantar Encuestar Esquematizar
Precisar Interpretar Estimar Establecer
Proponer Modelar Extrapolar Examinar
Puntualizar Mostrar Experimentar Formular
Reafirmar Operar Investigar Gestionar
Relacionar Organizar Inferir Generalizar
Resumir Practicar Inspeccionar Inferir
Reconocer Preparar Subdividir Integrar
Revisar Planear Verificar Organizar
Seleccionar Producir Planificar
Traducir Realizar Planear
Ordenar Redactar Preparar
Relatar Proyectar
Resolver Recopilar
Solucionar Redactar
Trazar Sintetizar
Transformar Teorizar
Usar Trazar
Utilizar Aportar
Verificar Argumentar
Avaluar
Categorizar
Clasificar
Calificar
Comparar
Concluir
Contrastar
Emitir un juicio
Evaluar
Lograr
Medir
Opinar
Probar
Valorar
Valuar
Fuente: Elaborado con basre en la Taxonomía de Benjamín Bloom y el libro Didáctica para la excelencia, 3a. Ed. p 167.

47
3.12 Del uso de los verbos INFLUIR E INFLUENCIAR
‘Influir’ es un verbo irregular de procedencia latina (influĕre) que significa el hecho de
que una persona o cosa produzca ciertos efectos sobre otra. Desde el punto de vista
morfosintáctico, funciona principalmente como verbo intransitivo y marginalmente
como transitivo (en voz pasiva).
El uso más común y más aceptado por la norma culta es el de verbo intransitivo. En
esta construcción, no introduce un objeto directo para denotar que una persona o cosa
produce cierto efecto sobre otra. En lugar de ello, para expresar esa noción de efecto
de un ser sobre otro, el verbo ‘influir’ introduce un complemento por medio de las
preposiciones ‘en’ o ‘sobre’.

Ejemplos:
“La calidad de la información también puede influir sobre los resultados de la
investigación”.

“Los servicios que proporciona el Estado en áreas como la salud y la educación influyen
en cómo percibe el ciudadano la gestión pública”.

“La recomendación del Informe de México producido por el Comité de la Convención


sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW)
influyó en la decisión de instaurar la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la
Violencia contra las Mujeres (CONAVIM)”.

Precisamente a causa de esa clase de régimen, el complemento se denomina


complemento preposicional; una clase de complemento propio de aquellos verbos
intransitivos que, aunque morfosintácticamente carecen de objeto directo, poseen
esa noción de efecto causado por un ser sobre otro. Por ejemplo, otro verbo distinto
de ‘influir’, como el verbo ‘informar’, en su función intransitiva denota la noción de
efecto de un sujeto sobre otro ser mediante un complemento preposicional: “El auditor
informó de los hallazgos”.
En razón de lo antes expuesto, el verbo ‘influenciar’ (no obstante poseer el mismo
significado que ‘influir’) no debe sustituir nunca a este último cuando se expresa en
la forma intransitiva, ya que ‘influenciar’ no admite un complemento preposicional.
Por tanto, la oración siguiente es incorrecta: “Los últimos hallazgos influenciaron en el
dictamen de la auditoría”.
El verbo ‘influenciar’ se introdujo en español en el siglo XIX, a partir del francés
influencer, y se fue extendiendo a lo largo del siglo XX hasta generalizarse en todo el
ámbito hispánico. Las diferencias entre ‘influenciar’ e ‘influir’ no son, como ya se anotó,
de significado, pues ambos verbos son sinónimos, sino de construcción.

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LINEAMIENTOS PARA LA REDACCIÓN DE INFORMES
DE FISCALIZACIÓN Y DOCUMENTOS AFINES

El verbo ‘influir’ en su forma transitiva se reserva para la voz pasiva. Por ejemplo: “Los
resultados de auditoría son influidos por la calidad de la información”. Específicamente,
en esta forma transitiva en voz pasiva, el verbo ‘influenciar’ sí puede sustituir a ‘influir’.
Por ejemplo: “Los resultados de auditoría son influenciados por la calidad de la
información”. Sin embargo, el verbo preferido por la norma culta es ‘influir’.

3.13 Del uso del verbo CUMPLIR TRANSITIVO E INTRANSITIVO


El verbo ‘cumplir’ puede significar ‘llevar a término una acción o alcanzar (lograr) algo’.
Por ejemplo: “Por hoy, se cumplió la cuota de trabajo. / La escuela cumplió cincuenta años
de haber sido fundada. / El plan de austeridad cumplió los objetivos”. Con esta acepción,
sólo puede actuar como verbo transitivo, según se ve en los ejemplos anteriores. Por
tanto, nunca irá seguido de la preposición ‘con’. Por ejemplo, el enunciado “El plan de
austeridad cumplió con los objetivos” es un enunciado incorrecto.
Una segunda acepción se refiere al ‘acatamiento de promesas, compromisos, contratos,
normas, leyes, etc.’. Por ejemplo: “La empresa cumplió/ cumplió con el contrato, en
tiempo y forma. / La entidad cumplió/cumplió con el reglamento”. Con esta acepción de
acatamiento, el verbo ‘cumplir’ puede funcionar como transitivo (seguido de su objeto
directo y sin la preposición ‘con’) o como intransitivo (seguido de un complemento que
la preposición ‘con’ introduce).
LINEAMIENTO. En interés de la política editorial de la concisión y de acuerdo con lo
anterior, dado que en las dos acepciones puede no llevar la preposición ‘con’ y ambas
acepciones son de uso en los informes de fiscalización, queda establecido en estos
lineamientos el empleo obligatorio únicamente de la forma sin la preposición ‘con’,
tanto en el sentido de acción terminada o logro alcanzado como en la acepción de
acatamiento.

3.14 Del uso de la PERÍFRASIS


Una perífrasis es un rodeo lingüístico, una asociación de palabras puesta al servicio de
formas indirectas y morosas de la comunicación. Es una locución que se usa para decir
las cosas con más palabras y sin ir directamente al grano, en vez de decirlas con me-
nos palabras, y yendo en línea recta hacia el objeto del mensaje. Como otras fórmulas
expresivas (por ejemplo, el pleonasmo), la perífrasis no sólo representa una verdadera
rémora en el esfuerzo de construir mensajes claros y concisos, sino que también, uti-
lizada con conocimiento y arte, puede alcanzar un rendimiento artístico indiscutible.
Desde luego, para la redacción de informes de fiscalización y documentos afines, tarea
de índole técnica y social que debe atenerse a la política editorial de la concisión, el uso
de la perífrasis no es del todo recomendable. En todo caso, debe usarse limitadamente
y de acuerdo con la normas gramaticales.
La perífrasis verbal está integrada por dos verbos que funcionan juntos como núcleo del
predicado; el que se conjuga es el auxiliar y aporta las marcas gramaticales de tiempo,

49
número y persona. Con dependencia de la preposición con la que forma unidad, la
perífrasis adquiere matices matices significativos que pueden ser de obligación,
reiteración, duración, etc. Por su parte, el verbo principal, que aparece en una forma no
personal (infinitivo, gerundio o participio), aporta precisamente el significado principal.
Por ejemplo: “Tenemos que presentar el informe”.
Una perífrasis cuyo uso ocasiona numerosos errores es la perífrasis de obligación,
porque se asemeja a la perífrasis de probabilidad, la cual se muestra más adelante.
La perífrasis verbal de obligación se compone del verbo deber + verbo principal, unidos
sin necesidad de una preposición.

Ejemplo:
“La entidad deberá entregar la documentación en los términos de la ley. (Se expresa
obligación).

Es preciso, como ya se dijo, no confundir la perífrasis de obligación con la que expresa


probabilidad, la cual se compone del verbo deber + de (preposición) + verbo principal.

Ejemplo:
“El extravío de la documentación debió de ser la causa de que la entidad enterara el
impuesto en forma extemporánea. (Se expresa probabilidad).

NOTA: Salvo por las perífrasis verbales de obligación y probabilidad, cuya utilidad es
innegable, otras clases de perífrasis deberán sustituirse, en aras de la concisión, por su
equivalente en una sola palabra.

Ejemplos:
llevar a cabo / hacer, realizar, ejecutar, practicar, efectuar
realizar la revisión / revisar
no contar, no disponer / carecer

3.15 Del uso de las ORACIONES PASIVAS REFLEJAS E IMPERSONALES


Existen dos tipos de oración cuya estructura depende del pronombre ‘se’: las pasivas
reflejas y las impersonales. Su apariencia es muy similar porque ambas comienzan con
ese pronombre, lo cual suele ocasionar que confundamos una con otra.

50
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LINEAMIENTOS PARA LA REDACCIÓN DE INFORMES
DE FISCALIZACIÓN Y DOCUMENTOS AFINES

También propicia cierta confusión el hecho de que los dos tipos de oración se basan en
verbos transitivos en tercera persona del singular, que adoptan una significación (pero
no la estructura) semejante a la voz pasiva (de ahí el nombre de pasiva refleja).
Recordemos la formación de la voz pasiva: “El ingeniero inspeccionó la obra (voz
activa). / “La obra fue inspeccionada por el ingeniero (voz pasiva)”. [El objeto directo (lo
inspeccionado: la obra) pasa a ser sujeto paciente (sujeto gramatical) y el sujeto activo
(el ingeniero) pasa a ser un complemento agente].
Como se indicó antes, el rasgo peculiar de la pasiva refleja y la impersonal es que se
parecen en su significación a la voz pasiva, pero no poseen la misma estructura: en la
pasiva refleja y la impersonal el verbo figura en voz activa y el sustantivo es su sujeto
gramatical, razón por la cual deben concordar en número. No debe olvidarse que en
la lengua española la concordancia del número del verbo siempre se establece con el
sujeto gramatical.
Por lo que toca al pronombre ‘se’, en esta clase de oraciones representa un sujeto
meramente nocional (“alguien” realiza la acción expresada por esta peculiar estructura
oracional).
Es preciso añadir que la oración impersonal también puede basarse en verbos
intransitivos, pero en ese caso no llega a haber confusión porque la pasiva refleja sólo
se basa en verbos transitivos).

A continuación se muestran algunos ejemplos:


Oración pasiva refleja:

“Se empleó una sola metodología”. (Verbo concuerda con el sustantivo en singular).
“Se emplearon diversas metodologías”. (Verbo concuerda en plural).

Oración impersonal:
“Se empleó a un solo especialista en detección de fraudes”.
“Se empleó a varios especialistas en detección de fraudes”.

Como puede observarse, en la pasiva refleja la concordancia de número entre el verbo


y el sustantivo es estricta: singular con singular y plural con plural. En cambio, en la
impersonal el verbo se mantiene inmovilizado en singular, con independencia de que
el sustantivo esté en singular o plural.
Otras diferencias son que en la pasiva refleja el sustantivo se refiere a cosa o persona
indeterminada (“Se solicitan auditores certificados”; cuando es persona determinada
se dice: “Se solicita a los auditores certificados de esta dependencia”) y no usa una

51
preposición para introducirlo; mientras que en la impersonal el sustantivo se refiere a
persona y usa la preposición ‘a’ para introducirlo.

Por consiguiente, las oraciones siguientes son incorrectas:


“Se empleó diversas metodologías”.
(Es pasiva refleja; sin embargo, no hay concordancia entre verbo y sustantivo. Forma
correcta: “Se emplearon diversas metodologías”).

“Se emplearon a varios especialistas”.


(Es impersonal, puede reconocerse por la preposición ‘a’. Sin embargo, el verbo no se
inmovilizó en singular. Forma correcta: “Se empleó a varios especialistas”).

3.16 Del uso de las ORACIONES CAUSALES


En la redacción de informes de fiscalización y documentos afines, revisten una
importancia especial las oraciones subordinadas causativas (causales y finales) y sus
respectivas conjunciones subordinantes,  porque estas oraciones constituyen la base
argumentativa de la presentación de resultados de los actos de fiscalización. Con
rotundidad lógica y claridad expositiva, los resultados han de explicar tanto las causas
de las irregularidades encontradas como los motivos por los cuales, si no hubo hallazgos,
los auditores determinaron la ausencia de irregularidades. En ambas situaciones se
expresa la causa eficiente (el por qué) de la oración principal (la oración que indica la
acción central del mensaje y que constituye el efecto provocado por la causa eficiente)
mediante una oración causativa causal.

Ejemplo:
“La entidad incumplió el reglamento interno porque no conservó en resguardo y
custodia los documentos...”.
“La entidad cumplió el reglamento interno porque conservó en resguardo y custodia
los documentos...”.
La conjunción ‘porque’ encarna por antonomasia la causalidad eficiente (la causa
primera que produce un efecto). A continuación, para apoyar la variedad léxica, propia
de una redacción culta, se anotan como alternativas de escritura otros nexos cuasales
equivalentes de ‘porque’. El orden en que se despliegan, es decreciente, según el grado
de preferencia dispuesto por estos lineamientos:
ya que
puesto que
toda vez que

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en razón de que
dado que
a causa de
en vista de que
por + infinitivo (‘haber’ para pretérito). Ej.: “por haber (por no haber) conservado...”
pues (más común en el contexto coloquial y literario). Ej.: “pues no se conservó...”
considerando que. Ej.: “Considerando que conservó”)
como (de carácter coloquial, antepuesto a la oración principal: “Como conservó”)

NOTA: La contracción ‘al’, formada de la preposición ‘a’+ el artículo definido ‘el’, posee
un significado temporal y, justamente por ello, oficia de conjunción para introducir
oraciones temporales. Por ejemplo: “Al llegar a casa, se echó a dormir” (¿Cuándo se
echó a dormir? Tiempo: al llegar a casa.) A menudo, el significado temporal de ‘al’
adquiere en estas oraciones una nota semántica de causalidad en la medida en que
se indica en ellas, por medio de ‘al’, cuándo la acción expresada por la oración principal
hace efectivo con plenitud su significado, casi como si la temporalidad se tornase en
causalidad. Siguiendo nuestro ejemplo, el significado se acomodaría así: “Se echó a
dormir porque llegó a casa”.
Con objeto de reforzar el peso semántico de la idea de causalidad en la enunciación de
los resultados de actos de fiscalización, en la redacción de los informes se usarán las
locuciones conjuntivas recogidas en la lista antes expuesta. Por consiguiente, si bien es
cierto que la oración subordinada introducida con la contracción ‘al’ no constituye una
forma gramaticalmente incorrecta, para la presentación de resultados deberá evitarse
su uso.

3.17 Del uso del GERUNDIO


La acción del gerundio no puede denotar consecuencia o efecto de la acción del verbo,
aunque sea inmediatamente posterior. La función del gerundio consiste en denotar
una acción anterior o simultánea a la del verbo principal del enunciado.

Forma incorrecta:
“Se firmó el convenio, quedando todos conformes. (La acción de quedar es posterior a
la firma)”.

“Se analizó el ejercicio de la partida, obteniendo los resultados siguientes”. (La acción
de obtener es posterior a la de analizar, no anterior ni simultánea).

53
“La entidad no enteró el IVA a la SHCP, incumpliendo la norma”.

Forma correcta:
“Se firmó el convenio, con lo que todos quedaron conformes”.

“Se analizó el ejercicio de la partida y se obtuvieron los siguientes resultados”. (Se expresa
el carácter consecutivo de la acción de obtener mediante una oración coordinada).

“La entidad no enteró el IVA a la SHCP, en incumplimiento de la norma”.

El gerundio tampoco debe usarse con valor adjetival referido a un sustantivo. Este
error es muy frecuente, y su corrección es muy sencilla: la acción adjetiva expresada
incorrectamente con el gerundio debe convertirse en una oración de relativo o en un
adjetivo.

Forma incorrecta:
“La entidad entregó un sobre conteniendo los documentos comprobatorios”.

“Se firmó un contrato penalizando la entrega extemporánea de los bienes adquiridos”.

“La entidad entregó un expediente constando de 154 fojas”.

Forma correcta:
“La entidad entregó un sobre que contenía (oración de relativo) los documentos
comprobatorios”.

“Se firmó un contrato que penalizaba (oración de relativo) la entrega extemporánea de


los bienes adquiridos”.

“La entidad entregó un expediente constante (adjetivo [que consta]) de 154 fojas”.

NOTA: Importa señalar que el uso excesivo del gerundio, inclusive cuando es
gramaticalmente correcto porque se utiliza con valor adverbial de modo, vuelve
morosos y pesados los periodos oracionales.

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3.18 Del uso de los adjetivos DERIVADO Y PREVIO/POSTERIOR


Para expresar el origen de una acción o circunstancia, es incorrecto escribir una oración
como la siguiente: “Derivado de las auditorías se formuló un proyecto de reforma”. Lo co-
rrecto es escribir “A consecuencia (como consecuencia, como resultado/por efecto/a causa/
por la repercución/a raíz de/etcétera) de las auditorías se formuló un proyecto de reforma”.
El verboide ‘derivado’, que es el participio del verbo ‘derivar’, no es un adverbio. Su
papel consiste en integrar la formas compuestas de la conjugación (“he derivado,
hube derivado, habré derivado, etc.), o en desempeñar una función adjetival (“un acto
derivado de la violencia”, donde ‘derivado’ adjetiva el sustantivo ‘acto’). También puede
hacer el oficio de sustantivo (“el queso es un derivado de la leche”).
En los temas de la fiscalización, ‘derivado’ suele usarse (correctamente) con oficio de
adjetivo en casos como los siguientes: incremento derivado, diferencia derivada, monto
derivado, etcétera. Según puede observarse en los ejemplos, ‘derivado’ acompaña a un
sustantivo, al que califica.
Sin embargo, ‘derivado’ no debe emplearse como adverbio, integrando la locución
adverbial ‘derivado de’, porque no lo es. En todo caso, el adverbio que resultaría del
verbo ‘derivar’ es ‘derivadamente’, una forma impropia de la norma culta para significar
origen o causa primera de algo.
La locución ‘previo a’ y ‘posterior a’, sin un sustantivo que las preceda para cumplir
respecto de tal sustantivo una función adjetiva, tampoco están registradas por
las autoridades académicas como locuciones adverbiales y su uso comporta en
consecuencia un error gramatical que la norma culta no admite. Esto es así por las
mismas razones morfosintácticas que se explicaron acerca del uso del adjetivo
‘derivado’; no obstante, en este caso, las locuciones ‘previo a’ y ‘posterior a’ no pretenden
expresar causalidad sino temporalidad (la idea de antelación o posterioridad).

Como sea, con independencia de su sentido y por causas estrictamente gramaticales,


es incorrecto escribir oraciones como las siguientes:
“Previo a la revisión se entregó a las autoridades de la entidad el oficio de apertura”.
Debe escribirse así: “Antes de la revisión se entregó a las autoridades de la entidad el
oficio de apertura”.
“Posterior a la entrega de resultados, la entidad entregó información adicional”.
Debe escribirse así: “Después de la entrega de resultados, la entidad entregó información
adicional”.

En conclusión, las palabras ‘previo’ y ‘posterior’ son adjetivos, no adverbios de tiempo (los
cuales son ‘previamente’ y ‘posteriormente’). Por ello resultan impropias las locuciones
‘previo a’ para significar ‘antes de’ y ‘posterior a’ para significar ‘después de’).

55
3.19 Del uso de los ADJETIVOS COMPARATIVOS MAYOR/MENOR Y SUPERIOR/
INFERIOR
Un error idiomático muy difundido consiste en emplear la preposición ‘a’ después de
los adjetivos comparativos ‘mayor’ y ‘menor’ para introducir el segundo término de una
comparación. Por ejemplo, “El número de auditorías fue mayor al (número) alcanzado
el año anterior”; cuando debió escribirse: “El número de auditorías fue mayor que el
(número) alcanzado el año anterior”.
Este error resulta del cruce semántico de ‘mayor’ y menor’ con ‘superior’ e ‘inferior’.
Estos últimos adjetivos introducen mediante la preposición ‘a’ el segundo término
de la comparación; eso explica que se suscite confusión y se use impropiamente ‘a’
después de ‘mayor’ y ‘menor’.
En resumen: los adjetivos comparativos ‘mayor’ y ‘menor’ introducen el segundo
término de comparación mediante la conjunción ‘que’. En cambio, superior e inferior
se escriben antes de ‘a’.

Ejemplos:
“El gasto ejercido fue mayor que el presupuestado”.
“El índice de natalidad fue menor que el previsto”.
“El número de derechohabientes atendidos fue superior al estimado”.
“En el segundo semestre la demanda fue inferior a la registrada en el primer semestre”.

‘Mayor’ y ‘menor’ también pueden ir seguidos de la preposición ‘de’, pero no en


contextos comparativos absolutos excluyentes (esto es mayor que aquello) sino de
posición en una línea de rango entre los elementos de un orden. Por ejemplo, “Este
monto es el mayor de (no mayor que)los determinados hasta ahora”.

3.20 Del uso de la preposición HASTA


La preposición ‘hasta [que]’ indica el límite donde se interrumpe o concluye una acción,
e introduce una oración temporal. Equivale a decir ‘antes de [que]’.

Ejemplos:
“Las actividades se desarrollaron hasta [antes de] agosto”. (Después de agosto dejaron
de desarrollarse).

“La entidad no enteró el ISR hasta [antes de] el final del ejercicio”. (Enteró el ISR después
del final del ejercicio).

56
NOTA METODOLÓGICA NÚMERO SEIS
LINEAMIENTOS PARA LA REDACCIÓN DE INFORMES
DE FISCALIZACIÓN Y DOCUMENTOS AFINES

Un error muy común consiste en omitir la negación en la oración principal, lo que


ocasiona que se exprese exactamente lo contrario de lo se que desea comunicar.

Ejemplo:
“La entidad enteró el ISR hasta [antes de] el final del ejercicio”. (Entonces, no lo enteró
extemporáneamente; lo enteró en tiempo. Se quiso expresar el incumplimiento por
causa de un entero extemporáneo, pero se expresó exactamente lo contrario por haber
omitido la negación en la oración que precede a la preposición ‘hasta’).
Cuando en la redacción de un informe de fiscalización se necesite señalar mediante
la preposición ‘hasta [que]’ una omisión o un incumplimiento referidos a un plazo,
deberá cuidarse que la oración principal, a la que sigue la temporal regida con ‘hasta’,
incluya el adverbio ‘no’ al lado del verbo. De no hacerlo así, se incurrirá en un grave error
porque se estará expresando la idea opuesta a la deseada, según se pudo observar en el
último ejemplo.

3.21 Del uso de la LETRA MAYÚSCULA


Las autoridades académicas tienen establecido que se escribirá mayúscula inicial al
comienzo de un escrito, después de punto y en los nombres propios de persona, animal
o cosa singularizada.
En esta disposición prevalece un estricto criterio ortográfico, pero al mismo tiempo
la desestimación del uso ideológico de la letra mayúscula, en especial cuando es la
primera letra de una palabra. A este uso ideológico se debe el empleo de la inicial
mayúscula para remarcar, por ejemplo, la autoridad de un cargo: “el señor Diputado”).
Para el caso concreto de los nombres de instituciones, entidades, organismos, partidos
políticos, etcétera, la AML señala con claridad que se escribirán con mayúscula inicial los
sustantivos y adjetivos que componen estos nombres en su forma completa. Pero no
lo decide así para los nombres de cargos o dignidades, aunque reconoce la existencia
de usos expresivos propios de la retórica de las instituciones, que se inclinan por utilizar
la mayúscula inicial también en esos nombres.
Con base en lo antes referido, en estos lineamientos queda dispuesto que en los
informes de fiscalización y documentos afines se escribirán con letra mayúscula inicial
los sustantivos y adjetivos de las denominaciones tanto de instituciones como de
cargos y ordenamientos legales, administrativos, operativos, etcétera, con la condición
de que se enuncien, sin excepción, en la forma completa y singular indicada por las
leyes y normas respectivas. No obstante, cuando estas denominaciones figuren en
forma incompleta, sea en singular o plural, se escribirán con minúscula. Ejemplo: el
Director General de Recursos Humanos firmó el oficio / el director general firmó el
oficio / el director firmó el oficio).

57
Con el fin de uniformar el uso de la inicial mayúscula en la presentación de informes de
auditoría, será política de la SFP escribir con letra mayúscula los sustantivos y adjetivos
de las denominaciones tanto de instituciones como de cargos y leyes, siempre y
cuando se enuncien en su forma completa y singular, ya sea la indicada por la ley o por
el uso oficial en el servicio público. En cambio, cuando estas denominaciones figuren
en forma incompleta, se escribirán con minúscula.

Forma singular completa, en mayúscula:


“El oficio turnado por el Director General de Conservación”.

Forma singular incompleta, en minúscula:


“Las actividades de conservación que promueva el director general en el cargo”.

Se considerarán formas completas singulares los nombres cortos de los más importantes
cargos y dignidades. Por consiguiente, se escribirán con mayúsculas iníciales, como se
indica en la lista siguiente:
Presidente / Presidente de los Estados Unidos Mexicanos.
Presidente de la República / Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos.
Secretario de [X…] / Secretario de X...

En todos los casos, la denominación común y plural se escribirá con minúscula.

Forma incorrecta:
“Estas políticas deberán ser difundidas por los Directores Generales”.

Forma correcta:
“Estas políticas deberán ser difundidas por los directores generales”.

Cuando aparezca, junto a la denominación común y plural, la denominación específica


de los cargos correspondientes, la denominación común y plural se dejará en minúscula
y se escribirá con mayúscula la denominación específica de cada cargo.

58
NOTA METODOLÓGICA NÚMERO SEIS
LINEAMIENTOS PARA LA REDACCIÓN DE INFORMES
DE FISCALIZACIÓN Y DOCUMENTOS AFINES

Forma incorrecta:
“Presentaron el informe de actividades los Directores Generales de Administración,
de Finanzas y de Sistemas”.

Forma correcta:
“Presentaron el informe de actividades los directores generales de Administración,
de Finanzas y de Sistemas”.

Se puede ver, en este último ejemplo, que delante del nombre de cada dirección
se mantuvo la preposición ‘de’, con el propósito de separar los tres términos y no suge-
rir que se trata de una misma dirección que comprende tres rubros de actividad.
Sin embargo, se recomienda que en la mención de varios cargos o instancias se utilice
una construcción sucesiva en singular, para no incurrir en expresiones ambiguas como
la del ejemplo anterior.

Ejemplo:
“Presentaron el informe de actividades el Director General de Administración,
el Director General de Finanzas y el Director General de Sistemas”.

En atención a su uso frecuente en los documentos oficiales, aun cuando no lo


prescriben las normas académicas ni lo registra la norma culta de México, se escribirán
con mayúscula inicial los siguientes términos:
Presidencia de la República
Federación
Poderes de la Unión
Poder Ejecutivo
Poder Legislativo
Poder Judicial
Gobierno Federal
Gobierno Estatal
Gobierno Municipal
Administración Pública Federal
Órgano Interno de Control
Cuenta Pública

59
Entidad de Fiscalización Superior
Órgano de Fiscalización Superior
Entidad de Fiscalización Local

En conclusión, debe evitarse el uso desmedido e inconsistente de la letra mayúscula


por influjo de la retórica institucional. Se sugiere poner particular cuidado en no escribir
con mayúscula inicial sustantivos comunes como ley, instituto o institución, salvo que
se integren con otras palabras para componer un nombre propio o una denominación.
En los demás casos, el contexto dará la significación apropiada al sustantivo
sin necesidad de escribirlo con mayúscula.

3.22 Del uso de la COMA ENTRE EL SUJETO Y EL VERBO


Uno de los errores más frecuentes en la puntuación de oraciones consiste en
escribir coma entre el sujeto y el verbo que actúa como núcleo del predicado en la
oración simple.

Por ejemplo:
“El grupo auditor, solicitó la documentación necesaria para soportar las operaciones”.

Por lo regular, la inclusión de comas en el sujeto de una oración simple para separar
los componentes de una enumeración no suele causar confusión, pues el último
elemento de la enumeración no va seguido de una coma sino precedido de la
conjunción ‘y/e’ (cuando se indica relación copulativa) o la conjunción ‘o/u’ (cuando
se indica relación optativa).

Ejemplos:
“El objetivo, el alcance y el dictamen son apartados básicos del informe de fiscalización”.

“El director general, el director de área o el subdirector son los funcionarios facultados
para presidir la sesión del comité”.

La primera excepción de la regla se da cuando, obligatoriamente, se escribe coma


antes del núcleo verbal del predicado porque el último elemento de la enumeración
contenida en el sujeto es el vocablo ‘etcétera (o su abreviatura: ‘etc.’), ya que sería
incorrecto escribir “y etcétera”.

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NOTA METODOLÓGICA NÚMERO SEIS
LINEAMIENTOS PARA LA REDACCIÓN DE INFORMES
DE FISCALIZACIÓN Y DOCUMENTOS AFINES

Lo correcto es escribir “…el alcance, el dictamen, etcétera, son apartados…”; o bien:


“…el alcance, el dictamen, etc., son apartados…”. De esta manera, se produce el caso
excepcional de que figure coma entre el sujeto y el núcleo verbal del predicado, pero
no con la función de separarlos sintácticamente, sino con el fin de cerrar la inserción
de la palabra ‘etcétera’.
La segunda excepción se da cuando se intercala, en anteposición, entre el sujeto y
el núcleo verbal del predicado, un componente del predicado, el cual puede ser
un complemento circunstancial o un adverbio de lugar, tiempo o modo; o bien, un
complemento de instrumento o compañía. El inciso debe abrirse y cerrarse con comas
para marcar la inserción. De ahí que pueda parecer que el sujeto queda separado del
núcleo verbal por la coma de cierre del elemento intercalar. Pero no es así, la coma
escrita antes del verbo no es más que la de cierre del inciso.

Ejemplo: “El grupo auditor, junto con el Director General de Administración, practicó la
visita de inspección en la obra”.

NOTA SOBRE LA CONCORDANCIA: Obsérvese, en el ejemplo anterior, que la


concordancia de número del sujeto con su verbo se fijó en singular. Precisamente,
porque el sujeto está en singular ‘El grupo auditor’. En ningún caso, el antepuesto
complemento circunstancial de compañía ‘junto con el Director General de
Administración’ autoriza la concordancia en plural, no obstante que la presencia del
complemento de compañía produzca una noción de pluralidad. La concordancia debe
establecerse con base en un criterio morfosintáctico y en acatamiento de las reglas
correspondientes.
La tercera excepción se da en el contexto morfosintáctico de la oración compuesta (un
grupo de oraciones). Cuando es preciso marcar la inserción de una oración subordinada
que integra el propio sujeto en su totalidad o una oración subordinada que constituye
uno de sus componentes. En el primer caso, se trata de una oración de sujeto o sujetiva
(con función de sujeto); en el segundo caso, se trata de una oración de relativo o adjetiva
(con función adjetiva respecto del sustantivo núcleo del sujeto). La inserción, en ambos
casos, ubica una coma justamente antes del núcleo verbal.
Cuando el elemento inserto es una oración de sujeto, debemos reconocerla porque
comienza con cualquiera de las palabras y locuciones siguientes: quien, quienes,
el que, los que, la que, las que.

Ejemplo:
“Quien presentó la mejor cotización, obtuvo el contrato”.

EXCEPCIÓN: Con el verbo ‘ser’ o ‘estar’ como verbo principal, no debe escribirse coma
entre la oración de sujeto y el verbo de la oración principal.

61
Ejemplo:
“Quien obtuvo el contrato fue quien presentó la mejor cotización”.
Cuando el elemento inserto es una oración de relativo, la coma que figura antes del
núcleo verbal de la oración principal, no debe suprimirse. Esto es causa de que, como
se dijo, no está separando el sujeto (‘El grupo auditor’) del núcleo verbal sino que su
función consiste en cerrar el tramo intercalar abierto por la oración subordinada de
relativo. Por tanto, desde la perspectiva sintáctica, esa coma no está separando el
sujeto del predicado, aunque gráficamente aparezca entre ambos. Sólo existe un error
de puntuación cuando se separa sintácticamente el sujeto del predicado.

Ejemplo:
“El grupo auditor, el cual encontró diversas inconsistencias en las compras realizadas,
solicitó la documentación necesaria para soportar las operaciones”.

Finalmente, se incurre en un error cuando se pone coma entre el sujeto y el predicado


sólo porque nos parece que el sujeto está muy largo. Un sujeto no determina su
puntuación con base en el tamaño de la cadena de palabras que lo constituye, sino
por el contexto morfosintáctico en que se inserta.
Con frecuencia, el error de separar el sujeto del predicado obedece a la ignorancia de la
mecánica de la puntuación, cuyas reglas poseen una base sintáctica, principalmente,
aunque también pueden influir la entonación y la pragmática del orden de las palabras.
Sin embargo, la puntuación del sujeto no se rige por su extensión. La circunstancia
de que el sujeto esté formado por muchas palabras no nos obliga a poner una coma
para separlo del predicado; en todo caso, si el sujeto es muy largo, probablemente la
razón de ello sea que incluye un elemento intercalar: una oración subordinada o la
anteposición de un complemento del predicado, según se explicó. En ese caso, el sujeto
seguramente incluirá comas de apertura y cierre para delimitar el tramo intercalar.
Pero si no ocurre así, no debe escribirse coma entre sujeto y predicado sólo porque nos
parece muy largo el sujeto.

3.23 Del uso de la COMA ENTRE EL VERBO Y EL OBJETO DIRECTO


También constituye un error colocar una coma entre el verbo y su objeto directo. Este
error se produce sólo en la oración simple, puesto que en la oración compuesta el objeto
directo lo desempeña una oración subordinada que se introduce con la conjunción ‘que’.

Ejemplo:
“El grupo auditor solicitó, una copia del reglamento interior de la entidad”.

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NOTA METODOLÓGICA NÚMERO SEIS
LINEAMIENTOS PARA LA REDACCIÓN DE INFORMES
DE FISCALIZACIÓN Y DOCUMENTOS AFINES

La mecánica que siguen las excepciones a esta regla, opera de modo semejante a
las excepciones de la regla de no escribir coma entre sujeto y predicado. De suerte
que se pondrá coma entre verbo y objeto directo cuando entre ambos se inserte, en
anteposición, un objeto indirecto, un complemento circunstancial o un adverbio de
lugar, tiempo o modo; o bien, un complemento de instrumento o compañía. La coma
de cierre del tramo inserto quedará colocada entre el verbo y su objeto directo.

Ejemplo:
“El grupo auditor solicitó, mediante un oficio, una copia del reglamento interior de la
entidad”.

3.24 Del uso de los DOS PUNTOS ENTRE PREPOSICIÓN Y SUSTANTIVO/ENTRE


VERBO Y OBJETO DIRECTO
Es incorrecto escribir dos puntos entre una preposición y el sustantivo o sustantivos
que esta introduce, con ruptura de la unidad del enunciado que ambos forman.

Ejemplos:
“En la reunión de entidades de fiscalización había representantes de: Veracruz,
Zacatecas, Chiapas y Sonora”.

“El encuentro de auditores estuvo coordinado por: el maestro Antonio Sánchez”.

En los dos ejemplos, deben suprimirse los dos puntos. Asimismo, según el mismo
principio morfosintáctico de no romper la unidad de una estructura dada, tampoco
deben usarse los dos puntos entre verbo y objeto directo. Por ello, en los ejemplos
siguientes deben suprimirse los dos puntos.

Ejemplos:
“El programa comprende: 57 auditorías, 32 visitas de inspección y 17 verificaciones”.

“Se determinaron: 29 recomendaciones preventivas y 16 recomendaciones correctivas”.

NOTA. Exclusivamente para el caso de los dos puntos entre verbo y objeto directo, las
autoridades aprueban su uso con la condición de que se incorpore después del verbo
y antes de los dos puntos, un elemento anticipatorio que impida romper la unidad

63
formada por el verbo y el objeto directo. Este elemento anticipatorio pueden integrarlo
locuciones tales como ‘lo siguiente’, ‘los siguientes’, ‘a saber’, adaptándolas de acuerdo
con el contexto.

Ejemplo:
“El programa comprende lo siguiente: 57 auditorías, 32 visitas de inspección y 17
verificaciones”.

“Se determinaron las acciones siguientes: 29 recomendaciones preventivas y 16


recomendaciones correctivas”.

3.25 De la ESCRITURA DE SERIES NUMÉRICAS


Cuando en un párrafo se presente una secuencia numérica, las cantidades se escribirán
con letra si estuvieren todas comprendidas entre 1 y 9.

Forma incorrecta:
Se promovieron ocho acciones: 5 recomendaciones, 2 solicitudes de intervención del
Órgano Interno de Control y una solicitud de aclaración.

Forma correcta:
Se promovieron ocho acciones: cinco recomendaciones, dos solicitudes de intervención
del Órgano Interno de Control y una solicitud de aclaración.

En el caso de que fuere necesario expresar el 0, no se escribirá la palabra ‘cero’, sino


que se usarán el pronombre indefinido ‘ninguno’ o el adjetivo indefinido ‘ningún’,
aplicándolos al elemento de la serie que se desea denotar.

Cuando en la serie figure por lo menos un número superior a 9, todos los elementos
deberán escribirse con número arábigo.

Forma incorrecta:
Se promovieron 11 acciones: siete recomendaciones, tres solicitudes de intervención
del Órgano Interno de Control y una solicitud de aclaración.

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NOTA METODOLÓGICA NÚMERO SEIS
LINEAMIENTOS PARA LA REDACCIÓN DE INFORMES
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Forma correcta:
Se promovieron 11 acciones: 7 recomendaciones, 3 solicitudes de intervención del
Órgano Interno de Control y 1 solicitud de aclaración.
En todos los demás casos: delante de una unidad de medida, para expresar un
porcentaje, como parte de un nombre, en fechas, en referencia de páginas, etcétera, se
escribirán los números con cifras y nunca con letra.

3.26 De la escritura con LETRA DE LOS NÚMEROS CARDINALES


Se escriben con una sola palabra:
-Los números del CERO al VEINTINUEVE (con acento ortográfico agudo los siguientes:
dieciséis, veintidós, veintitrés, veintiséis). Se emplea la apócope del número UNO [UN]
en la escritura del VEINTUNO, cuando éste antecede a un sustantivo masculino que
designa el objeto cuantificado (pesos, dólares, litros, etcétera). Por ejemplo: VEINTIÚN
PESOS (con acento ortográfico agudo).
-Las decenas redondas desde TREINTA hasta NOVENTA.
-Las centenas redondas desde CIEN o CIENTO hasta NOVECIENTO(A)S.
Se escriben con dos palabras coordinadas con la conjunción Y:
Los números del TREINTA Y UNO al NOVENTA Y NUEVE. Se emplea la apócope del
número UNO [UN] cuando éste antecede a un sustantivo masculino que designa el
objeto cuantificado (pesos, dólares, litros, etcétera). Por ejemplo: TREINTA Y UN PESOS,
CUARENTA Y UN PESOS, CINCUENTA Y UN PESOS, etcétera.

NOTA: La apócope UNO-UN sólo es aplicable antes de un sustantivo (cuarenta y un


pesos); en razón de lo anterior no es correcto escribir: cuarenta y un por ciento. La
palabra por es una preposición, no un sustantivo. Por tanto, lo correcto es: cuarenta y
uno por ciento. Tampoco es correcto apocopar UNO delante de un sustantivo femenino.
En consecuencia, es incorrecto escribir: sesenta y un auditorías. Lo correcto es: sesenta
y una auditorías o veintiuna auditorías. (La apócope únicamente es correcta cuando el
sustantivo femenino comienza con sílaba tónica. Por ejemplo: cuarenta y un águilas;
no cuarenta y una águilas).
Se escriben con dos palabras yuxtapuestas (sin la conjunción Y) los números redondos
a partir de CIEN que se componen, precisamente, de dos palabras. Por ejemplo:
DOSCIENTOS CUARENTA; OCHO MILLONES; QUINIENTOS MIL; CIENTO VEINTE;
etcétera.
Los números que se escriben con tres palabras o más deben observar las tres
reglas anteriores, según el caso. Por ejemplo: TREINTA DOS MIL CUATROSCIENTOS
VEINTITRÉS; DOS MILLONES SEISCIENTOS MIL CUARENTA Y CINCO; TRESCIENTOS
DIECISÉIS MIL OCHOCIENTOS SETENTA Y UN [apócope] PESOS.

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NOTA METODOLÓGICA NÚMERO SEIS
LINEAMIENTOS PARA LA REDACCIÓN DE INFORMES
DE FISCALIZACIÓN Y DOCUMENTOS AFINES

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